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Neiver Guevara Coronel-Valores en La Sociedad Peruana Actual y en La Conducta de Los Profesionales

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN – TARAPOTO

FACULTAD DE INGENIERIA AGROINDUSTRIAL

DEPARTAMENTO ACADEMICO PROFESIONAL DE


INGENIERIA AGROINDUSTRIAL

ASIGNATURA : ÉTICA Y DEONTOLOGÍA PROFESIONAL

TEMA : VALORES EN LA SOCIEDAD PERUANA


ACTUAL Y EN LA CONDUCTA DE LOS
PROFESIONALES

INTEGRANTE : NEIVER GUEVARA CORONEL

DOCENTE : ING. M. SC. RAFAEL SEGUNDO VELA


PAREDES

CICLO : VI

TARAPOTO-PERU
2021
VALORES EN LA SOCIEDAD PERUANA
ACTUAL Y EN LA CONDUCTA DE LOS
PROFESIONALES
VALORES EN LA SOCIEDAD PERUANA ACTUAL
Valor es la cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es
apreciada o bien considerada. Los valores y la educación van íntimamente unidos, de
ambos depende el ser y la calidad de la vida. Lo lamentable sería querer educar sin
tener una escala de valores como referencia, sin tener una idea clara de la meta a la
que deseamos conducir al educando o sin conocer el entorno. La idea de realizar este
proyecto, es motivado por la observación de la carencia de valores que se ven en el
Perú actualmente. Se pretende animar en las personas que lean este informe, a que
tomen conciencia sobre lo importante que es contar con valores como seres humanos,
que nos sirvan de base para ser mejores.
Según la última encuesta nacional de El Comercio, hecha por Ipsos Perú, el 42% de los
peruanos cree que la principal causa de inseguridad es la ineficiencia y corrupción del
sistema judicial. La falta de valores y principios está a la par (42%). Les siguen la
carencia de leyes adecuadas (39%) y la ineficiencia y la corrupción (policial 37%)
En nuestra sociedad actualmente muchos de los peruanos no toman conciencia los
valores, los cuales muchos de los peruanos no respetan las leyes de nuestro país
piensan que lo que hacen es perfecto pero sin embargo ellos y nosotros somos
afectados como ahora estamos viviendo una pandemia tormentoso pero la gente no
hacen caso lo que dice el gobierno y con tranquilidad siguen circulando por las calles
sin ningún protección o sin ninguna medida lo cual demuestra que no hay educación
en el hogar puesto que el primer lugar o establecimiento de estudio es el hogar, así
mismo nuestros líderes (alcaldes y presidentes) no demuestran valores, a la hora de
repartir las canastas o bonos para familias más necesitadas. Los peruanos debemos
tomar en cuenta siempre los valores que tenemos ya asi poder tener una vida
saludable.
 Los valores, virtudes que caracterizan a la persona, en el Perú resaltan muchos
valores entre ellas está el patriotismo, la creatividad y la solidaridad que se
refiere al acto de involucrarse en los problemas de otros colaborando a su
solución, hoy en día debido a esta pandemia vemos distintos ejemplos de esta
virtud como es el caso de personas que ayudan a los policías y a los militares
poniendo en una mesa bebidas energizantes y algunos otros alimentos que
puedan ayudarlos ya que ellos están velando por nuestra seguridad, también
hay quienes recolectan medicamentos y productos básicos para las familias
más necesitadas en estos días, y no es el único caso que se ha manifestado en
los peruanos la solidaridad, podemos recordar que hace unos años cuando
sucedió el fenómeno del Niño Costero miles de familias fueron damnificadas
pero eso no fue impedimento para que todos se apoyaran y que lograran salir
adelante después de lo sucedido, es así como se demuestra que los peruanos
son solidarios con su prójimo y que no dudarían en apoyarse en cualquier otra
situación de tragedia.
 En muchas partes del mundo los peruanos somos considerados personas
solidarias, creativas y patriotas, sin embargo, la parte negativa está en esa falta
de honestidad. de la cual hay sobrados ejemplos en el país. La disciplina
también es necesaria para lograr nuestros objetivos. El problema con los
valores es que estos provienen de la niñez. Cuando vemos a un peruano
incumplido, hay que pensar qué problemas tuvo en su crianza. No olvidemos
que hemos pasado por la tragedia del terrorismo y eso ha dejado muchas
consecuencias Sociales. Los valores son convicciones profundas en los seres
humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta. La pérdida
de valores, por cualquier causa, termina en la insensibilidad, en la falta de
respeto, en la ausencia de honestidad, y en la falta de justicia. Los valores se
han ido perdiendo, y en nuestra sociedad se han ido haciendo cada vez más
frecuentes la violencia, los asesinatos, los robos y los secuestros, que son ahora
una realidad cotidiana; una sociedad donde se arrebata la vida de una persona
por dinero y sin compasión ni remordimiento alguno, donde el sentimiento de
vergüenza, honor y culpa, ha desaparecido. A pesar de toda la problemática en
nuestro país considero que la pérdida de valores se puede combatir con
educación y ética. Según Aristóteles "la educación y los hábitos hacen al
hombre bueno". Para Plutarco, "la educación juega un papel de suma
importancia en la vida del hombre, naturaleza y educación deben conjugarse
para hacer del hombre un ser perfecto y feliz".

 El respeto y la dignidad son algunos de los valores más importantes que


actualmente los peruanos no practicamos, dándole una importancia inversa a
estos valores cada vez la sociedad peruana se ve afectada por casos que
influyen en la falta de respeto y dignidad por las personas, mayormente esto es
debido a las malas influencias los jóvenes de ahora confían más en sus amigos
que en sus propios padres hacen caso omiso a lo que sus padres puedan decirle
se dejan llevar por las actitudes y las acciones que otros realizan, hoy en día se
puede observar con la pandemia que estamos pasando se redujo notablemente
el número de casos de violaciones, robos, maltaros a las mujeres ya no se ve en
las portadas de periódicos, noticias que estos casos abundan.

 Comprendimos que los valores son un conjunto de creencias que nos


dictan la forma de conducta más aceptada socialmente.
 La relación entre ética y los valores es que la primera es el estudio de los
actos humanos o costumbres y los valores son en sí esos actos o
costumbres preferidos o aceptados por una sociedad.
 Por los cambios tan acelerados que se han experimentado en las últimas
décadas, como consecuencia de los avances tecnológicos y la
promoción del libre mercado, todo evaluado bajo la perspectiva de
competitividad, eficiencia, eficacia, rentabilidad y economicidad, se han
deteriorado las relaciones humanas, debido a la nueva jerarquía de
valores que se basan más en un bienestar material individual y se
descuida la dignidad de la persona.
 Los valores determinan las normas morales, es decir que los valores
establecen un modelo de conducta aceptable en una sociedad y para
garantizar que este modelo sea observado por los miembros de esa
sociedad se emiten las normas que regulan la actuación del individuo
dentro de la sociedad.

VALORESEN LA CONDUCTA DE LOS


PROFESIONALES
Es común asociar la ética a normas, deberes y obligaciones morales que se imponen
para regir el comportamiento. De acuerdo con esta visión, el comportamiento ético se
limita al apego de los dictados establecidos por la moral. Desde el punto de vista de
Ildefonso Camacho (1995), esta forma de comprender y ejercer la ética encierra las
siguientes limitaciones:
A. Como conjunto de deberes y obligaciones, “la ética queda reducida al
automatismo normativo donde no cabe espacio alguno para el ejercicio de la
libertad y de la responsabilidad” (Camacho, 1995, p. 40).
B. La ética como conjunto de prohibiciones deviene en una ética negativa, en
tanto que se presenta como una coerción, lo cual encubre su verdadera esencia
que consiste en ser una ética de valores, esto es, una ética afirmativa que
enriquece a la condición humana (Camacho, 1995, p. 41).
Según esta perspectiva, si bien la ética profesional comprende principios y criterios, la
adhesión a los mismos conlleva la opción libre y decidida por parte del profesionista, lo
cual constituye un ejercicio de libertad e independencia.
La ética profesional es una ética afirmativa porque detrás de sus principios se
encuentran los valores profesionales, por lo que le plantea al profesionista, la
posibilidad de ejercer su libertad y autonomía en la elección y adhesión a los valores
profesionales que le son propios.
En este marco, el quehacer profesional ético va más allá del acatamiento de reglas de
obligación o prohibición, más bien se define como una actuación en función de
valores. Los valores son un filtro que posibilita que la ética profesional no se imponga
como una coerción externa del colectivo profesional, puesto que involucran el
reconocimiento y la identificación del profesionista con esos valores que dotan de
significado el ejercicio profesional.
Aquí es pertinente recuperar la visión de los valores de González-Anleo (1991, pp. 237-
238) que establece que son “maneras de ser y de obrar que una persona o colectividad
juzgan como ideales y que hacen deseables o estimables a los individuos o a los
comportamientos a los que se les atribuye ese valor”. Con base en esto, considero que
los valores profesionales que comprende y promueve esta ética, en tanto que ideales,
representan algún modelo o prototipo de profesión que se pretenden alcanzar y por
ello dotan de significado al ejercicio profesional. Son altamente valorados y tienen
impacto en el comportamiento y en el quehacer profesional por las cualidades
humanizadoras que encierran. En este punto cabe señalar los aspectos que
comprenden los valores del compromiso y de la responsabilidad profesional.
En relación con el compromiso, Hortal (2002) precisa que, en principio, todo
profesional que adquiere los conocimientos y las competencias profesionales también
adquiere el compromiso de prestar a la sociedad el servicio o bien que le compete y
por el cual está formado y preparado profesionalmente. El valor del compromiso
profesional resulta fundamental para que el profesionista adquiera conciencia de que
sus capacidades profesionales sólo adquieren sentido en la prestación del servicio o
bien que es propio de su profesión y por las cuales la sociedad lo acepta y reconoce
como profesionista.
En segundo término, este valor es esencial para que el profesionista anteponga los
bienes intrínsecos de la profesión por encima de los bienes extrínsecos como son el
dinero, el poder, el prestigio, el estatus, etc., los cuales se adquieren también a través
del ejercicio profesional. Este compromiso ético es inherente a la profesión, ya que el
profesional que adquiere esta condición y que forma parte de un colectivo o
comunidad profesional también se adhiere al convenio tácito de buscar la realización
del fin o bien intrínseco que es propio de la profesión.
Si bien el ejercicio profesional es un medio de sustento, es preciso señalar que el
compromiso ético con la profesión determina que el médico tenga como meta o fin el
bienestar y la salud del paciente, que el abogado busque el logro de la justicia para con
su cliente y que cada una de las profesiones realice su actividad profesional teniendo
como eje el fin de su profesión. El valor del compromiso profesional contribuye de esta
forma a la realización de un ejercicio profesional ético que engloba dos componentes:
la excelencia en la competencia profesional y el proceder ético, el cual no se restringe
a un comportamiento “bueno “apegado a las normas y hábitos convencionales de la
profesión, sino que apunta a las acciones positivas que puede realizar el profesionista a
través de su quehacer para contribuir al logro del bienestar de la sociedad. No debe
perderse de vista que, en la ética profesional, el compromiso ético se enmarca en la
aportación que pueda hacer el profesionista para elevar el grado de humanización de
la vida social. El valor de la responsabilidad profesional complementa y enriquece el
ejercicio profesional ético al comprender los siguientes aspectos.
De acuerdo con Hortal (2002), en principio, el valor de la responsabilidad involucra la
realización del ejercicio profesional con el nivel de excelencia y de calidad que
distinguen al profesionista como tal. Esto significa que el profesionista que ha
adquirido las competencias y capacidades profesionales, también asume la
responsabilidad de desarrollar al máximo y de manera óptima esas competencias en la
prestación del servicio o bien que le compete. En este nivel, la responsabilidad ética
resulta fundamental para proporcionar bien y de manera eficiente los servicios
profesionales, porque la aplicación rigurosa de los conocimientos y habilidades
profesionales aseguran la obtención de logros o buenos resultados del ejercicio
profesional.
La responsabilidad profesional asegura la actualización y capacitación permanentes del
profesionista puesto que para asumir este valor requiere mantenerse al día en cuanto
a los conocimientos y las competencias que comprende su ejercicio profesional.
Gracias al valor de la responsabilidad profesional, la forma como el profesionista
contribuye a mejorar las condiciones de vida de la sociedad es mediante la realización
competente de su quehacer profesional. Vinculado con lo anterior, el mismo Hortal
(2002) señala que la responsabilidad profesional comprende también el compromiso
que tienen las profesiones de contribuir al bienestar individual y social.
Aquí es importante señalar que la responsabilidad profesional no se reduce a realizar
bien y de manera eficiente el ejercicio profesional, también significa el ejercicio
profesional ético que implica el buen uso de las competencias profesionales porque la
aplicación de esos conocimientos y habilidades profesionales inciden de manera
directa e indirecta en las condiciones de vida de la sociedad y en el bienestar de la
población. En este marco, el valor de la responsabilidad permite al profesionista tomar
conciencia de las repercusiones que tiene su ejercicio profesional y asumir el sentido
social de la profesión como una práctica cuyo fin último es contribuir al bienestar del
individuo y de la sociedad.
El valor de la responsabilidad también enriquece las competencias profesionales ya
que pone al día la capacidad de autonomía del profesionista para enfrentar los
problemas y tomar decisiones, fortalece el criterio y el juicio propios y además
constituye el soporte del comportamiento solidario con los más necesitados.
LOS VALORES PROFESIONALES EN LOS CÓDIGOS ÉTICOS
PROFESIONALES

Como señalamos anteriormente, los códigos deontológicos de cada profesión se


nutren del horizonte que ofrece la ética profesional. Es por ello que, si bien los valores
de cada profesión no se limitan a los suscritos por estos códigos, los valores que éstos
comprenden sí dan cuenta de aquellos valores que constituyen principios que rigen el
ejercicio y el comportamiento ético de la profesión.
El primer valor que especifican es el de la HONESTIDAD que engloba también el de la
honradez puesto que define a un profesionista que posee moralidad e integridad, que
actúa apegado a la realidad y en función de la verdad, por lo que este valor se
antepone como freno a la corrupción y garantiza la búsqueda del bien.
LA PROBIDAD es el segundo valor profesional que no sólo es sinónimo de honradez,
sino que también indica que el profesionista reconoce su condición de humano y como
tal ejerce la bondad, la benignidad y la benevolencia con los otros. También refiere la
integridad y la rectitud que deben guiar el actuar y el obrar profesional.
LA RECTITUD es el valor sinónimo de la justicia que demanda del profesionista el
ejercicio de la igualdad, la equidad y la imparcialidad en su quehacer profesional. La
rectitud implica la realización de un ejercicio profesional cabal o integro, así como
poner al día la razón, la ecuanimidad, la sensatez, y la prudencia en la toma de
decisiones.
LA SINCERIDAD es el valor que asegura que el profesionista no busca perjudicar al
otro, sino que actúa de buena fe, involucra la veracidad y la autenticidad en el decir y
en el actuar profesionales.
LA LEALTAD indica la fidelidad y la adhesión del abogado para con los intereses o
causas que defiende, lo cual posibilita un ejercicio profesional que busca la legalidad y
la justicia. El valor de la lealtad implica también el acatamiento o cumplimiento de los
compromisos contraídos.
Lo contrario del valor de la diligencia es LA NEGLIGENCIA, lo cual expresa que los
códigos éticos del abogado establecen con este valor la excelencia y la calidad del
ejercicio profesional, lo cual implica el desarrollo al máximo de sus conocimientos y
competencias profesionales, así como un desempeño eficiente.
LA VERACIDAD es el valor que determina la actuación profesional con apego a la
verdad. Este valor conlleva tomar en cuenta la realidad, asumir la responsabilidad
profesional, así como poner empeño y eficiencia en el ejercicio profesional.
En el marco de la ética profesional como una ética afirmativa es donde se comprende
el significado y el sentido de los valores profesionales como ideales con los que se
identifica y adhiere de manera libre y voluntaria el profesionista para orientar su
ejercicio profesional hacia el logro del bien común. Si bien en los códigos
deontológicos del abogado y del sociólogo no se agota la dimensión ética de estas
profesiones, sí permiten identificar a grandes rasgos el perfil ético-profesional que
proponen para delinear las características, los principios y los valores que requieren
estos profesionistas para desarrollar un ejercicio profesional ético.
Sin embargo, es común que los códigos éticos de las profesiones se interpreten como
un conjunto de normas formales que acepta y reconoce el profesionista más por
conveniencia que por convicción. Por ello, para que los futuros profesionistas puedan
asumir la dimensión ética de la profesión, es necesario que las instituciones de
educación superior abran espacios o fortalezcan la formación ética en sus programas
para que durante la formación universitaria se vayan incorporando y asimilando
aspectos éticos de la profesión como una característica que enriquece la condición de
profesionales. En relación con esto planteamos lo siguiente:
A. LA base de la formación ética universitaria debe ser la ética profesional, pero
estructurada como una ética aplicada. De acuerdo con Antonio Bolívar Botia
(2005), si bien la ética profesional tiene principios morales propios, como ética
aplicada se estructura también de los “bienes propios, metas, valores y hábitos
de cada ámbito de actuación profesional” (Bolívar, 2005, p. 96). Esto significa
que la formación ética en las universidades no debe reducirse a implementar
cursos de ética profesional donde se transmitan los principios, criterios y
valores propios de esta ética de manera abstracta.
Por el contrario, la tarea de las instituciones de educación superior es abrir un
espacio en donde estos principios anclen y se articulen con los principios,
valores y criterios de cada disciplina o de cada ámbito de conocimiento
profesional, para que el alumno se nutra de estas fuentes y pueda reconocer el
sentido de la formación en ética profesional en su ámbito profesional
específico.

B. En el horizonte de la ética profesional como ética aplicada es donde es posible


la enseñanza de los códigos éticos para que los futuros profesionistas no los
reduzcan a un conjunto de normas u obligaciones morales que sancionan el
comportamiento profesional, sino que identifiquen la aportación que realizan
para fortalecer a la profesión con propuestas que promueven un ejercicio
profesional ético.

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