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Musicografía (Monóvar) - 3-1934, No. 11
Musicografía (Monóvar) - 3-1934, No. 11
Musicografía (Monóvar) - 3-1934, No. 11
EKSeSAKKA iUIISICilL
por correspondencia desde los prime-
ros elementos: Métrica, Rítmica, Acús-
tica, etc., hasta las formas más elevadas
de composición, historia y estética - -
Dirección:
SUMARIO
UN NUEVO TRATADO
DE INSTRUMENTACIÓN. "HENRI COLLET
LAS SINFONÍAS DE BEETHOVEN
EXPLICADAS POR BERLIOZ.-
NOTICIARIO
M«»Í€«€rArÍÁ
• PUBLICACIÓN M E N S U A L D E L
I N S T I T U T O - E S C U E L A D E MÚSICA
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¿No es admirable ver cómo eátos jóvenes producen y adúan como músicos,
después de dar en la brega diaria buenas energías en otros seéiores?
¡Qué contralle con el señor poltrón que al abrigo de su enéhufe quisiera poder
y no puede! (¡Cuántos nombres en el cortejo de los falsos apóstoles de la Música!
¡Compositores que no componen! ¡Profesores que no enseiían! ¡Cantantes que no can-
tan! ¡Inítrumentiítas que no tocan!...)
• • •
Unidos, pero diversos, eálos valencianos, que sienten horror al academismo y
a que se les designe con una expresión numérica, (y no falta tampoco quien les mote-
je con el nombre que en fingido desprecio quiere ocultar la envidia más explicable...)
van por sendas propias.
Si hubiera necesidad de eálablecer un desglose entre ellos, creo que lo deter-
minaría el punto de viíta sobre el Teatro.
Efeólivamente Olmos y Valdés no sienten la tentación de las luces escénicas.
En cuanto a los tres reálantes, creo que solamente Garcés ha acometido y logrado «su»
teatro. Asencio y Sáníhez eáloy seguro de que no tienen en la misma eálima sus pro-
ducciones teatrales que sus obras sinfónicas.
En todos los grupos ha podido observarse tales disparidades y los desniveles
eáléticos que hay desde un Moussorgski a un César Cui o desde Honegger haáta un
Durey creo que se encontrarán (yo los presiento ya bailante) entre las diferentes pro-
ducciones de eála joven pléyade.
¿Quién sobresaldrá? ¿Quién se difuminará?...
Si entre ellos hay una capacidad didá£tica o un genio del drama lírico como
Rimsky y Moussorgski... ¡ya cStá. bien!
Y hago hincapié en el tema teatral por el desprecio en que se le ha solido te-
ner en determinados señores musicales.
¿Porqué no han de hacer Teatro y Sintonismo los mismos autores si así los
sienten y lo necesitan? (Necesidad del espíritu, naturalmente).
Únicamente es cueñión de calidad. Que no olviden los jóvenes composito-
res de Valencia, (o los jóvenes y los ex-jóvenes de Valencia y de fuera...) que no hay
dereého a la mediocridad en Arte.
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1 o:.:
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M Ú S I C O A F í A
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(1) La//'"'-¿«¿'a, ;*/w/"Z'/<7, ;*/!i"-'«'a o íííí.'"í//-«;«, era una especie de cabesal que usaban los
flautistas griegos para tocar las flautas dobles. Componíase dicho aparato de dos correas. Una
con abertura, se colocaba delante de la boca y la otra alrededor de la cabera para que el opa-
rato se sostuviese bien.
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M U
MODOS Y MODAS
DEL ARTE Y LOS ARTISTAS w
III
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M U
UN NUEVO TRATADO DE
INSTRUMENTACIÓN
Después de los trabajos de Berlioz y Al encargar la casa editorial de Du-
Strauss, Gevaert y Widor, parecía impo- rand a Henri Busser que la revisara y
sible que pudiera publicarse un tratado de completara, se propuso pues hacer bene-
instrumentación que fuese de interés ver- ficiar tan clásico tratado de los progresos
daderamente práctico. técnicos realizados en la fabricación de
No obstante, la obra reciente que de- instrumentos, del «virtuosismo» creciente
bemos al celebrado maestro Henri Busser, de los ejecutantes, de los refinamientos ac-
compositor, director de la orquesta de la tuales debidos al ingenio de los composi-
Opera parisiense y profesor en el Con- tores. Y el comentario de líenri Busser
servatorio de la capital francesa, les lleva pone al alcance de los músicos de hoy los
mucha ventaja a todas las obras precitadas, recursos más variados de la instrumenta-
porque se estriba en un antiguo tratado de ción moderna.
Ernesto Guiraud quien como se sabe fué Basta decir que Busser ha ensanchado
el mejor «orquestador» de su época y for- la parte de la obra de Guiraud relativa a
mó a unos discípulos tan notables como los instrumentos de madera y de metal,
Bizet y Debussy. que ha consagrado un importante capítulo
El pequeño tratado de Guiraud se pro- a los instrumentos especiales y tratado
ponía no sólo enseñar el arte a los músi- detenidamente del jazz-band, de las músi-
cos profesionales sino también a los aficio- cas politonales, de la radiofonía, de los
nados y por eso resultaba de una claridad discos y de las ondas musicales, para com-
asombrosa. Bastaba leerlo para luego saber prender todo lo útil que resulta ahora su
lo que eran los instrumentos, conocer sus obra y todo el partido que pueden sacar
recursos y combinarlos para lograr unos de ella los compositores sinfonistas y lí-
efectos orquestales bien ecjuilibrados. Ex- ricos.
cuso decir que no eran suficientes sus da- El estudio de la cuerda aparece más
tos para escribir, por ejemplo, páginas tan completo aún que el del mismo Widor,
complicadas como las de Strauss tan «po- acabando por una demostración sacada
lifónicas», o de Ravel tan «divididas». Sus del famoso Tzigano de Ravel (violín), de
análisis no pasaban de la época wagneria- la Catalana de Busser (viola), de la Epi-
na en la que se escribía con miras a lo fanía de Caplet (cello) y del Estudio de
«compacto y pastoso». Pero ¿no conviene Koussevitzky (contrabajo).
de todos modos empezar por la orquesta Strauss y Stravinsky suministran ejem-
de Mozart, Weber, Berlioz y Wágner an- plos a los flautistas, Cools y Grovlez a los
tes de abordar la de los «modernos»? oboístas, Messager y Rabaud a los clari-
Por lo tanto, la obra de Guiraud es netistas, Albéniz-Arbós a los «virtuosos»
imprescindible y puede asegurarse que del fagote-
todos los músicos que hoy han llegado a Los «solí» de trompa y los ejemplos
ser maestros han hecho uso de ella y la de glissando posibles con dicho instru-
saben de memoria. mento están bien escogidos. Y tanto para
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la trompeta como para el cornetín no fal- Por fin, la tercera parte constituye una
tan ejemplos de sumo interés. verdadera antología orquestal, o mejor
Henri Busser critica con razón la ma- dicho, una historia práctica de la evo-
la costumbre de escribir el trombón con- lución instrumental desde Monteverde
trabajo a su altura real, lo cual obliga a hasta Stravinsky, destacándose entre los
emplear líneas suplementarias. Por otra maestros más modernos Paúl Dukas
parte, da excelentes consejos para el uso con la centelleante Perl, y Alfredo
del tuba o saxhorn en do. Bachelet quien en Scémo emplea como
El autor da «derecho de ciudadanía» solista entre la orquesta y los coros un
a los saxofones, por lo que le damos la instrumento harto curioso: el Cannlvarlus
enhorabuena, como también por haber que es una como caña provista de una
sacado excelentes ejemplos del Bolero de prima cuerda de violín que produce allí
Ravel. efectos de sonoridad exquisita y de pro-
El arpa, la mandolina y la guitarra funda emoción.
van representadas en el nuevo tratado y De la estética del jazz deduce Henri
claro está que con este respecto se rinde Busser, por el estudio de la Rhapsody in
un tributo de admiración a la madre Es- blue de Gershvvin y del Idilio Funambu-
paña. lesco de R. Planel, que «sus efectos pue-
La segunda parte de la obra de Busser den ser un acierto con tal que se estriben
que trata con maestría del conjunto ins en una ¡dea musical escrita».
trumental, conserva los admirables ejem- Y no podemos menos de aplaudir tan
plos de Guiraud a los que aiíade otros lógica deducción, pues si bien «todo es
muchos que forman una verdadera enci- menester», según el refrán clásico y espe-
clopedia kaleidoscópica de cuanto nuevo cialmente cervantino, no cabe duda de que
ha salido a luz desde Wágner hasta Stra- el principio fundamental de la música es la
yinsky y Honnegger. En ella, toma singular Idea.
relieve el capítulo dedicado al cuarteto de Bajo este concepto leerán con fruición
cuerda (música de cámara) terminando con los músicos las páginas que, a modo de
un análisis del cuarteto de Roberto Dus- prólogo, dedicó el maestro Henri Rabaud,
sant, de forma neo-clásica y personalidad director del Consei'vatorio parisiense, «a
vigorosa. los jóvenes que emprenden el estudio de
El grupo de instrumentos de percusión la instrumentación». Consejos prácticos
y de teclado facilita a Henri Busser, con de un maestro perito en la materia y que
mptivo de la célebre Sinfonía de Tcherep- van a parar a la misma conclusión; nada
nine, amplia materia para un estudio com- suple la falta de Ideas musicales.
pletamente nuevo. HENRI COLLET
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M U S I C O G R A F Í A
DE EDUARDO L. CHAVARRI
VI
SINFONÍA PASTORAL
Este asombroso paisaje parece haber empiezan a caminar descuidados por los
sido imaginado por Poussin y dibujado campos, taiiendo sus caramillos, que em-
por Miguel Ángel. El autor de «Fidelio» piezan a oirse de lejos y de cerca; frases
y de la sinfonía Heroica quiere pintar la encantadoras os acarician deliciosamente,
calma del campo y las sencillas costumbres como la brisa perfumada de la mañana.
de los pastores. Pero entendámonos: no Bandadas, o por mejor decir, enjambres
se trata de los pastorcitos de rojo y verde, de pájaros parleros pasan, con fuerte
llenos de lazos, de M . Florian, ni mucho rumor de sus alas, sobre vuestra cabeza y,
menos los de M . Lebrun autor de «El de vez en cuando, la atmósfera parece car-
ruiseñor», ni de los de J. J. Rousseau, el gada de neblina; grandes nubes vienen a
autor de «El adivino de la aldea». A q u í ocultar el sol, pero de pronto se disipan y
se trata de la verdadera naturaleza ( i ) . dejan caer a plomo sobre los prados y los
Beethoven titula así su primer cuadro: bosques cascadas de luz deslumbradora.
«Sensaciones suaves que inspira el aspecto H e ahí lo que yo me represento al oír este
de un paisaje sonriente» (2). Los pastores trozo, y creo que, apesar de lo vaga que
(1) La sinfonía Pjstoral fué compuesta hacia 1808, Y evoca las impresiones de la naturale-
za, más bien que las pinta. Sin que se pueda afirmar que Beethoven rechazase aquí en absoluto
toda tendencia descriptiva, él se proponía mostrar preferentemente la impresión que el paisaje
produce en nosotros. Sabido es que preguntado el propio Beethoven acerca de sus intenciones
escribió en uno de los papeles de violín: «Más expresión del sentimiento que pintura». Berlios
establece muy bien el modo de sentir el campo y los campesinos, de Beethoven, diferenciándo-
lo de aquella manera artificiosa de los artistas del siglo XVIII, a los que pertenecen los nombres
citados más arriba. Florian es luán Pedro Claris de Florian, poeta francés (1755-1794) queescri.
t-ió versos y cuentos en donde aparecen pastorcillos elegantes. Lebrun (Luis Sebastián Lebrun:
1764-1829) fué un cantante y compositor francés, que tuvo su hora de celebridad gracias a un
aria dialogada entre flauta y soprano en su ópera «El Ruiseñor» estrenada en 1S16. Cuanto al
célebre filósofo Rousseau, aunque también se dedicó a la música, más bien fué un buen diletante;
tronaba contra la música francesa y ensalsaba la italiana; su técnica eia pobre. Su opereta «El
adivino de la aldea» también presenta esos campesinos convencionales, elegantes y empalago-
sos, tan opuestos a la irresistible fucrsa popular que vemos en la soberbia evocación campestre
de Beethoven.
(2) El texto de Beethoven helo aquí: «Erwachen heiterer Empfindungen bei der Anhunft
auf dem Landc», o sea, literalmente, «Apacibles sensaciones que despierta la llegada al campo».
- N. del T.
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el temor en medio del baile campestre y nados, el cielo es azul, los torrentes dismi-
pone en fuga a los bailadores. nuyen poco a poco, la calma renace, y con
«Tempestad, exhalaciones» ( i ) . Deses- ella vuelven los cantos campesinos cuya
p e r o de poder dar una idea de este pro- dulce melodía da reposo al alma conmo-
digioso fragmento; hay que oirlo para vida y consternada p o r el horror magnífi-
comprender hasta qué grado de verdad y co del cuadro precedente.
d e sublimidad puede llegar la música pin- Luego de lo dicho ¿será necesario ha-
toresca en manos de un hombre como blar de las novedades de estilo que se en-
Beethoven. Escuchad, escuchad si no, esas cuentran en esta gigantesca obra? ¿de esos
ráfagas de viento cargadas de lluvia, esos grupos de cinco notas de los violonchelos,
retumbos sordos de los bajos, el agudo sil- que se oponen a diseños de cuatro notas
bido de los flautines, que anuncian una en los contrabajos, rozándose sin poder
horrible tempestad a p u n t o de estallar; el confundirse en u n verdadero unísono?
huracán se acerca, se enardece, un inmen- ¿Habrá que señalar la llamada de trom-
so diseño cromático nacido en las alturas pas que arpegian el acorde de «do», mien-
de la instrumentación, viene a excavar tras los instrumentos de cuerda mantienen
hasta las últimas profundidades de la or- el de «fa»? En verdad, me siento incapaz
questa y ase, ai-rastra consigo los bajos, de hacerlo. Para realizar un trabajo de esa
y se remonta como un torbellino que todo naturaleza habría que razonar fríamente,
lo derriba a su paso. Entonces estallan los y ¿cómo guardarse de la embriaguez del
trombones, el trueno de los timbales re- entusiasmo cuando el espíritu está penetra-
dobla su violencia, y ya no son la lluvia do de semejante asunto? Por el contrario,
y el trueno lo que vemos, sino un cata- se quisiera dormir, y dormir durante me-
clismo espantoso, el diluvio universal, el ses enteros, para habitar en sueños el
fin del mundo. En verdad que ello da vér- m u n d o desconocido que el artista nos hizo
tigos, y muchas personas, cuando escu- entrever un instante. Si por desgracia des-
chan esta tempestad, no saben si la emo- pués de una audición como esta se ve u n o
ción que experimentan es de placer o de obligado a asistir a la representación de
dolor (2). cualquier ópera cómica, o a alguna «soi-
La sinfonía concluye por la «Acción rée» con cavatinas de moda y concierto de
de gracias de los campesinos luego de vol- flauta, tendrá un aspecto estúpido; y si
ver el buen tiempo» (3). Todo entonces alguien preguntare:
vuélvese sonriente, los pastores reapare- — ¿ Q u é le parece a V. este dúo italiano?
cen y se responden unos a otros por la Contestará gravemente;
montaña mientras reúnen sus dispersos ga- — M u y hermoso.
(1) El original de Beethoven dice: «Gewitter. Sturm», palabras que significan casi lo mis-
mo; pudieran traducirse por «Tormenta. Huracán».—N. del T.
(2) Una vez más la exageración romántica se ve en estos comentarios. Beethoven escribió
maravillosamente, como nadie, su tempestad, pero considerándola como nube de verano más
bien que como la catastrófica v apocalíptica visión que de ella nos da el impenitente romanti-
cismo de Berilos.—N. del T.
(5) Dice así el texto de Beethoven: «Hirlengesang. Frohc und dankbare Gefühle nach dem
Sturm>, o sea: «Canto de los pastores. Sentimientos de alegría y acción de gracias después de
la tempestad». — N. del T.
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(1) Estos versos pertenecen al poemd latino de Virgilio >Las Geórgicas^, en su libro III, v
en ellos exalta a la diosa Pales, tricen así: «También voy a cantarte a tí, fenerable Pales, y a tí,
célebre pastor del río Arafriso, v a vosotras, selvas y ríos del monte Liceo>. - N. del T.
(2) Apolo el vencedor del monstruo Python. -N. del T.
(3) ínclitos pero vencidos.—N. del T.
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M U S
EFEMÉRIDES MUSICALES
Mes de Marzo
Día I, 1779. Nace en Freinsheim Gottfried Weber, abogado, erudito, insigne teórico
musical y fecundo compositor.
Día 2, 1824. Nace Federico Smetana, compositor insigne que está considerado como
el fundador de la moderna escuela nacionalista bohemia.
Día 3, 1875. Se estrena en París la famosa ópera «Carmen», de Bizet.
Día 4, 1906. Se celebra en la Ópera Real de Berlín la 200 representación de «Maes-
tros Cantores», de Wágner.
Día 5, 1832. Nace en Trieste el afamado pianista Alfredo Jaell.
Día 6, 1853. Se estrena en Venecia la ópera «La Traviata», de Verdi.
Día 7, 1821. Se canta por primera vez en un concierto, en Viena, «El rey de los
alisos», de Schubert, con la que este compositor había inaugurado su carrera
de «liederista» algunos años antes, cuando sólo tenía 14 de edad.
Día 8, 1869. Fallece en París el compositor Héctor Berlioz.
Día 9, 1844. Se estrena en el Teatro Fenice de Venecia la ópera «Ernani», de Verdi.
Día 10, 1844. Nace en Pamplona el insigne violinista Pablo de Sarasate.
Día I I , 1602. Fallece en Florencia Emilio de Cavalieri, considerado como creador
del oratorio por su famosa «Reppresentazione di anima e di corpo».—1851.
Se estrena en Venecia la ópera «Rigoletto», de Verdi
Día 12, 1877. Fallece en Madrid el gran zarzuelista Cristóbal Oudrid, autor de «El
molinero de Subiza» y «El postillón de la Rioja».
Día 13, 1797. Se estrena en París la ópera «Medea», de Cherubini.
Día 14, 1821. Se estrena en Berlín la ópera «Preciosa», de Weber.
Día 15, 1684. Nace en Fratta Maggiore (Italia) Francesco Durante, insigne compo-
sitor de música religiosa y autor de un «Magníficat» que figura entre los más
bellos de cuantos se han escrito.
Día 16, 1832. Se estrena en Leipzig la overtura «El rey Ezio», de Ricardo Wágner.
Día 17, 1805. Nace en Madrid Manuel García, hijo del tonadillero, operista e in-
signe cantante de renombre mundial Manuel del Pópulo García, y a su vez
igualmente célebre maestro de canto e inventor del laringoscopio.
Día 18, 1844. Nace en Tichwin Nicolás Rimsky-Korsakoff, compositor pertenecien-
te a aquel grupo de los «cinco» que tanto ha hecho por el desarrollo del nacio-
nalismo musical ruso, y autor de numerosas obras entre ellas «Scheherezada» y
«Capricho espaiíol».
Día 19, 1873. Nace en Brand Max Reger, una de las personalidades más recias de
la música alemana contemporánea.
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Día 20, 1812. Fallece en los alrededores de París Juan Ladislao Dussek, el pianista
y compositor bohemio que dejó gran huella de su labor artística.
Día 21, 1685. Nace en Eisenach Juan Sebastián Bach, considerado por muchos como
el más grande músico de todos los tiempos.
Día 22, 1687. Fallece en París Juan Bautista LuUy, fundador de la ópera nacional
francesa.
Día 23, 1906. Se representa por la 500 vez en Berlín el «Lohengrin» de Wágner.
Día 24, 1808. Nace la famosa cantante María Malibrán, hermana de Manuel García
(ver día 17 de este mes) y de la no menos famosa cantante Viardot-García.
Tomó aquel apellido al contraer nupcias con el rico comerciante Malibrán, de
quien se separó al poco tiempo.
Día 25, 1784. Nace en Mons Francisco José Fétis, renombradísimo historiador mu-
sical y autor de una «Biografía universal de los músicos» en 8 volúmenes.
Día 26, 1827. Fallece en Viena el sinfonista Luis van Beethoven.
Día 27, 1851. Nace en Villena (Alicante) el insigne zarzuelista Ruperto Chapí, autor
de «La bruja», «La Revoltosa» y otras producciones no menos populares.
Día 28, 1910. Fallece en París el excelente director de orquesta Eduardo Colonne.—
1871. Nace en Utrecht el director de orquesta no menos célebre J. W.
Mengelberg.
Día 29, 1828. Se estrena la ópera «El vampiro» de Maschner, artista que, siendo
abogado, se entregó de lleno a la música y que figura entre los promotores del
movimiento romántico alemán.
Día 30, 1804. Nace en Hohenems Salomón Sulzer, reformador de la liturgia musical
judía y autor de colecciones importantísimas.
Día 31, 1703. Fallece en Eisenach el compositor Juan Cristóbal Bach, tío de Juan
Sebastián.
KHRONOPHILOS
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M U S
MÚSICA Y LIBROS
Por todo lo expuesto, no vacilamos
en augurarle a la nueva obra de Bolade-
res una entusiasta acogida por parte del
profesorado, ya que en ella ha de encon-
trar un poderoso auxiliar en el desempe-
ño de su misión.
J. P. C.
De nuestra Cataluña.—Suite de E.
Método de pulso pianístico por Gui- Morera.
llermo de Boladeres. Esta publicación de la Casa editorial
Editado por Boileau y Bernasconi, de de Música Boileau, contiene la primera
Barcelona, nos ha dado a conocer el eru- serie de una «suite» compuesta por En-
dito pianista Guillermo de Boladeres un rique Morera y transcrita libremente pa-
nuevo método que él denomina de «pul- ra piano de concierto por Juan B. Lam-
so pianístico», obra de gran valor peda- bert. Este cuaderno inaugural incluye
gógico en la que su autor se revela como tres composiciones cuya difusión es bien
profundo conocedor de la técnica del grande por las tierras que las vieron na-
piano. cer: las sardanas «La noche de San Juan»
No se trata de un método más que y «Las hojas secas», y el baile glosado
añadir a los ya publicados sobre técnica «Don Juan de Serrallonga». Ahora bien,
pianística con su correspondiente balum- lo que en su versión primitiva se carac-
ba de ejercicios, la mayoría de ellos inú- terizó por una mayor sencillez e impuso
tiles, que sólo conducen al fracaso, o, otros elementos organográficos para la
cuando menos, contribuyen a retardar el interpretación, está presentado ahora
logro de una perfecta ejecución, sino que por Lambert teniendo en cuenta las po-
en realidad se trata de algo nuevo que sibilidades del virtuosismo pianístico. De
viene a subsanar una deficiencia que ha- ahí que se adapte perfectamente para
brán podido observar quienes conscien- que lo puedan incluir en sus recitales los
temente dedican sus actividades a la en- pianistas, de igual modo que, por ejem-
señanza del piano. plo, algunos números escritos por Albé-
Guillermo de Boladeres, tras un acer- niz para piano hallan su acomodo ade-
tado examen analítico de los vicios que cuadísimo en las audiciones sinfónicas
suelen adquirir la mayoría de los alumnos merced a la transcripción orquestal con
y de los factores que contribuyen a des- que los revistió el maestro Arbós y que
arrollarlos, nos ofrece en su «Método de tan gustosamente se oyen siempre.
pulso pianístico» un sencillo procedi-
miento para evitar y combatir tan per- Obras musicales del maestro Juan
niciosos hábitos, y por cierto a costa de Cererols.
un mínimo esfuerzo, puesto que su mé- Un benemérito investigador del mo-
todo consta de muy pocos ejercicios, pe- nasterio de Montserrat, dom David Pujol,
ro tan afortunadamente concebidos que, ha emprendido la plausible labor de di-
con su adopción, se conseguirá reducir vulgar las obras de los «Maestros de la
a la mínima cantidad el numero de Escolanía de Montserrat» que seguían
aquellos alumnos que a pesar de su inte- inéditas. Para ello ha comenzado con las
ligencia y laboriosidad fracasaban por de Juan Cererols, ilustre compositor na-
considerárseles, muy erróneamente, fal- cido en Martorell a comienzos del siglo
tos de aptitud mecánica. XVII y fallecido en 1676, cuando iban a
67
M
cumplirse los cuarenta años de su vida nuestro arte pretérito, que tal vez inclu-
monástica. so podría ser aprovechado con fruto en
Los tres volúmenes que hasta ahora esta feliz época de objetivismo a tambor
hemos visto de ese músico, contienen un batiente y de neoclasicismo a desmedida
vasto caudal que permite apreciar el va- ultranza. La poesía también ofrece su en-
lor de un artista hasta ahora desconoci- canto dentro del sentido místico con que
do de casi todos. Albergan Salmos de está impregnada; y a veces tiene un as-
vísperas (a nueve voces distribuidas en pecto sentencioso de buen sjusto, como
dos coros, con canto solista y bajo con- el de aquel breve villancico, sin estribi-
tinuo), Ave maris stella. Magníficat, llo ni coplas, a diferencia de casi todos
Completas breves, Antífonas finales, As- los restantes, cuya letra dice:
perges, varias misas (entre ellas una mi-
sa de batalla a 12 voces distribuidas en Pues para en la sepultura
tres coros con continuo, y otra de difun- todo lo que el mundo alaba,
tos a 7 voces distribuidas en dos coros, ni temo mal que se acaba
con continuo también) y Villancicos. ni quiero bien que no dura.
Dichos volúmenes han aparecido respec-
tivamente, en 1930, 1931 y 1932. Algunos villancicos aportan datos
para el folklore, la danza o la organogra-
El tercer tomo de Cererois está de- fía musical popular de su tiempo. Tal su-
dicado exclusivamente a villancicos, con
cede en el señalado con el número
un total de 34, precediéndole los textos
XVIII, donde figuran los siguientes ver-
literarios, en lengua romance, de las
sos:
respectivas composiciones polifónicas
algunas de ellas para dos coros de can- Porque comience la fiesta
tantes y casi todas con bajo continuo o hizo señal Gil Perales,
«acompañamiento». tocando los atabales
El criterio adoptado por el transcrip- en el suelo de su casa. .
tor es el mismo que vimos en los volú-
menes anteriores. Se han reducido los En una cara vendada
valores, adoptando en casi todos los ca- entró Blas con chirimía,
sos la semibreve como unidad de parte; tocando de melodía
se ha procurado vencer las dificultades «Adiós con la colorada»...
al querer interpretar con exactitud la
Levantáronle al instante
semitonía, y se ha restituido el texto li-
al son de la españoleta,
terario en algún caso dudoso. El resulta-
mas él tras cada floreta
do es a todas luces excelente. Y quiérase
o no por los empingorotados eruditos a se reservaba el zurrón...
la violeta que desprecian los trabajos aje-
nos, sin que ellos, con los propios, hagan
otra cosa que el ridículo —suponiendo Una vez más se advierte que no es
que lleguen a efectuar algún trabajo salvo en Madrid—a pesar de su absorción cen-
el de la crítica demoledora —, ello de- tralista y sus organismos oficiales—don-
muestra una vez más que nuestro país de mayor empeño se pone en la realiza-
tiene investigadores dignos de la aten- ción de preciadas labores musicológicas,
ción más constante, del aliento más efi- merced a las cuales nuestro país adquie-
caz y del apoyo más justo. re lustre y renombre más allá de las
Músicos y literatos hallarán en este fronteras, aunque nuestros pontífices de
tercer volumen obras de mérito no sólo la crítica finjan aquí desconocerlas o den
arqueológico y puramente erudito, sino muestras de despreciarlas cuando no les
también artístico. Y aquéllos, en particu- es posible guardar silencio sobre esos
lar, podrán hacer estudios morfológicos frutos da la investigación perseverante.
sobre ciertas manifestaciones típicas de JOSÉ SUBIRÁ
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M U S F
VIDA MUSICAL
ESPAÑA respectivos llevan los rótulos siguientes:
«Silueta nocturna», «Evocación medie-
MADRÍD.—La Orquesta Sinfónica val» y «A plena luz». Es Turina un ex-
inauguró en el Monumental otra serie de celente compositor y un excelente maes-
conciertos matinales. En el primero se tro de composición folklórica, acreditada
oyeron, como obra nueva, dos «Danzas por una producción intensa y abun-
leonesas», de E. F. Blanco, muy gusto- dante de muchos años. Por tanto, su
sas y muy gustadas, con sus caracteres nueva obra—ya conocida bajo su primi-
contrapuestos, su sello popular y sus tiva versión para piano—pone de mani-
imitaciones organográficas arrancadas fiesto ambas cualidades. Fueron saborea-
del folklore dulzainero, de la chifla, del dos los tres tiempos, cada uno adecuado
pandero y del tamboril. Wágner tuvo al rótulo que fija el propósito del autor,
dedicada una sesión a la que aportaron y fué muy celebrada la intervención de
su concurso artistas de tanto renombre la arpista Luisa Pequeño, a quien están
como Carlota Dahmen-Chao y de tanta dedicadas estas «Impresiones», donde el
fe como el bajo Enrique Vaienzuela, con arpa ocupa un lugar preeminente, sobre
lo cual aquellos trozos operísticos que todo en el postrer número, con un bello
no se oyen en el teatro de la Opera, «solo» a modo de «cadenza». Turina re-
fueron más gustados aún, pues mitigaban cibió sonoros aplausos, de alta estima-
el hambre de quienes, con razón, ansian ción y no de compromiso, a los que nos-
que Madrid posea un teatro lírico—na- otros sumamos el nuestro.
cional o no, pues la etiqueta poco im- La Asociación de Cultura Musical ha
porta—, donde se les ofrezcan obras que ofrecido otros dos exquisitos regalos de
se van olvidando por los viejos y son arte puro, presentando al Cuarteto Le-
desconocidas de los jóvenes. Otra sesión ner, cuya exceisitud es tal que no se ex-
ha tenido la cooperación de la pianista trema lo hiperbólico al señalarlo como
Ana Dorffman interpretando el concier- el mejor del orbe. En esas dos sesiones,
to de piano y orquesta de Grieg, más la novedad se concentró en el segundo
alguna obra de propina. de los cuartetos compuestos por el mo-
Bajo los auspicios de la Asociación derno húngaro Zoltan Kodali, cuyos cua-
de Cultura Musical, la misma orquesta tro tiempos dan el predominio a un agri-
celebró otro concierto. Corelli, Gluck y dulce barroquismo de buena ley y legí-
Liszt ocupaban la parte primera; un lo- tima acuñación.
cuaz Rachmaninoff, que hablaba dema- Un nuevo trío (Trío Elordi) tocó en
siado para decir bien poco, llenó la se- el Ateneo de Madrid composiciones de
gunda con su sinfonía en «mi» menor ese tipo firmadas por Haydn, Mozart y
(op. 27), y la tercera estuvo reservada a Beethoven. Como guitarrista y danzari-
España. La «Iniciación» de la «Liturgia na, lució una vez más sus aptitudes
negra», de Pedro .Sanjuán, ha convenci- Asunción Granados, en el mismo Ate-
do en esta audición a muchos que la dis- neo, donde algunos días antes actuara el
cutían cuando se estrenó en Madrid. Las violonchelista Bernardino Gálvez Bellido.
danzas de «El sombrero de tres picos», De ambos nos hemos ocupado con elo-
de Falla, gustaron como siempre. Y gio varias veces, y sólo nos toca repetir
hubo una novedad digna de párrafo aquí las alabanzas.
aparte. En el Instituto Francés dio un con-
En efecto, se estrenaron tres impre- cierto el pianista de esta nacionalidad
siones para orquesta, que Joaquín Turina Gilíes Guilbert. En la Sociedad Filarmó-
agrupa bajo el epígrafe cotnún «El cas- nica actuó la liederista polaca Sofía Mas-
tillo de Almodóvar», y cuyos números salska. La asociación de Alumnos y
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cafort, Toldrá, Zamacois y Pujol. La se- Y ya lanzada a los cuatro vientos tan
ñorita Alice Chesselet, de la «Schola fausta nueva, pasemos a reseñar la audi-
Cantorum» de París, cantatriz de talento ción. Comenzó ésta con «Cango de Re-
y profesora de canto, acaba de dar en el naixenga» de nuestro paisano M. Paiau
Instituto Francés un ciclo de cuatro con- que, como siempre, fué muy aplaudida.
ferencias sobre la historia de la música Oímos a continuación diversas obras de
francesa antigua. Donostia, García-Blanco, Victoria, Man-
TRISTAN zanares, Otaño, Palestrina, Millet y Cha-
varri. Se estrenaron dos obras de autores
VALENCIA.-Orfed Valencia. Esta valencianos: Jo tinc un burrO, canción
entidad coral que con tanto acierto como popular de }. Rodrigo, impregnada de
abnegación dirige el maestro .Sansaloni, fino humorismo y armonizada muy há-
inició su labor artística en el presente bilmente; gustó mucho, por lo que tuvo
curso presentándose «nte nuestro públi- que ser repetida y llamado al estrado su
co, el 30 del pasado enero, en el salón autor. Miguel Asensi nos dio a conocer
de actos del Conservatorio. L'ascengió al Micalet Con ese «savoir
faire» que caracteriza a su autor, nos
Desde los albores de esta ya notabi-
describe la emoción que se experimenta
lísima agrupación, hemos estado atentos
al contemplar el paisaje valenciano desde
a su vertiginosa marcha ascensional, y
la atalaya de nuestra torre catedralicia;
aunque durante su período de gestación
todo ello, obtenido de la siguiente forma:
se ha exhibido varias vece.", no hemos
sobre unas quintas superpuestas que ha-
considerado oportuno lanzar ninguna
cen las voces de hombre, imitando cam-
afirmación concreta, y mucho menos, el
panas, se deslizan las primeras frases
frasco de los elogios en pro de esta en-
cantadas por las tiples; hay después un
tidad.
trozo en imitación, para llevar la compo-
Ahora ya podemos hacerlo sin nin- sición a un tono lejano, donde sobre un
gún temor; fué tan rotundo el éxito que pedal viene el segundo juego de campa-
obtuvo el «Orfeó Valencia», en aquella nas, hecho por todas las voces; otro tro-
memorable sesión, que el público que zo imitativo, y mediante una modulación
llenaba el salón, hasta el extremo de ha- por sexta napolitana, llega al tono pri-
ber muchísima gente de pie, dióle el mero, donde reaparece la frase inicial,
consabido espaldarazo, y nuestra simpá- terminando con un intervalo de sexta a
tica entidad entró con todos los honores boca cerrada, completado con un acorde
a engrosar el número de los orfeones por las voces de hombre, como si fuese
hispanos de primerísima categoría. la última vibración de las campanas.
Indudablemente, Valencia ocupa un También tuvo que repetirse esta compo-
lugar destacado en el mundo musical; sición y subir al estrado el maestro
posee eminentes concertistas que pasean Asensi en compañía del autor de la le-
el orbe triunfalmente; una notabilísima tra, el laureado y valencianísimo poeta
Banda Municipal y una Orquesta Sinfó- José María Bayarri.
nica de gran valor artístico; cuenta con un
nutrido grupo de jóvenes compositores Merecieron también los honores del
que son ya una realidad; ninguna región bis, la «Jota Castellana» de García-Blan-
española puede disputarle la supremacía co y la vibrante canción «Les Folies» de
en cuanto al número y calidad de sus Chavarri. En total, una velada de exalta-
bandas rurales; pero... no tenía un orfe- ción valenciana en la que triunfaron ple-
ón. Por esto, ante la estupenda labor de namente nuestros compositores y Or-
la masa coral que nos ocupa, una ola de feón.
entusiasmo invadió el salón de actos del Y para terminar; como tenemos en-
Conservatorio, reflejándose en intensa tendido que nuestro «Orfeó Valencia»
emoción que hacía exclamar entusiasma- tiene proyectada una excursión artística,
dos: ¡¡¡Já tenim orfeó/H para que donde quiera que vaya se
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apresten a recibirle con los honores que un concierto en el que tomó parte el
merece y para que se enteren incluso pianista Jacquinot, interpretando el Con-
más allá de nuestras fronteras, gritemos cierto en «la»menor de Grieg, y obtuvo
con toda la fuerza de nuestros pulmones: un señalado éxito en la interpretación de
€ Valencia... |||ya tiene orfeónlil» Uriana de Albéniz-Arbós.
JOPECOR Carlos Munch ha dirigido un festival
Beethoven en el que fué ejecutado por
EXTRANJERO Paul Loyonnet el quinto Concierto de
piano y orquesta, y tuvo muy buena
PARÍS.—Orquesta del Conservato- acogida la interpretación de la sinfonía
río. Felipe Gaubert sigue prestando su cuarta. Un segundo concierto dirigido
atención artística a estos conciertos sin- por este mismo maestro, tuvo la inclu-
fónicos, en los que presenta programas sión de obras de Wágner, Monteverde,
muy interesantes. Sus actuaciones han Caplet, el estreno de una melodía de Ro
tenido por base obras de Mozart, Bach, berto Casadesus, y la interpretación pia
Beethoven, Mendeissohn y de él mismo. nística, a cargo de la Srta. Durand-Tex
Aliñe van Barentzen interpretó el Con- te, del Concierto en «mi» bemol de Liszt
cierto de piano y orquesta de Schumann. Orquesta Pasdeloup. La primera audi
Los violinistas Merckel y H. de Sam- ción de Tombeau de Jean Diipérier ha
pygny interpretaron los de Beethoven y sido favorablemente acogida. La Danse
Szynianowsky. d'Abisag de Fl. Schmitt, con otras obras
Orquesta Colonne- Un bello concier- del repertorio universal, tuvo una feliz
to dirigido por Paray tuvo la inclusión interpretación en el mismo concierto diri-
de algunas obras con intervención vocal y gido por Tomasi, y en el que tomó par-
los «Cinco Motetes» de Florent Schmitt te el Cuarteto Calvet. Ernesto Lévy diri-
que fueron magníficamente interpreta- gió magistralmente un concierto que es-
dos por el Cuarteto vocal «A Camera». tuvo todo él dedicado al «Magníficat» de
De novedades se han oído unas bellas Bach y a la «Misa solemne» de Liszt. Di-
melodías de Luis Auber, unos fragmen- rigidos por Ruhlmann se han dado
tos sinfónicos del Temple abandonné, de dos conciertos interesantes y se oye-
Max d'Ollone, que fueron gustados por ron por vez primera unas melodías de
su arte refinado y stínsibilidad exquisita, Loucheur, escritas sobre poemas de
y una obra poco afortunada de Ferruud Klingsor, Laforgue y Toulet, y una Fan-
titulada Au Pare Monceau. Solistas seño- taisíe concertante de P. Maillard, para
rita Pifceu, cantante, y Srs. Poulenc y piano y orquesta, que tuvo por intérpre-
Février, pianistas que ejecutaron el Con- te a la Srta. Clavius Marius. Piero Cop-
cierto para dos pianos y orquesta, del pola dirigió otros dos conciertos que die-
primero; violonchelista Fasquier, y vio- ron a conocer unas canciones de M. Ro-
linista Gilbert Brel que interpretó el senthal e incluyeron esa visión decorati-
Concierto de Reynaldo Hahn, dirigido va de O. Respighi titulada «Pinos de
por el propio autor. La.s últimas sesiones Roma» y una composición del propio
fueron dedicadas a la audición completa director, titulada Intima. Inghelbrecht ha
de «Tristán e Iseo» de Wágner. sido otro de los directores de esta or-
questa; pero sus programas no contu-
Orquesta Lamoureux. Alberto Wolff vieron novedades musicales que señalar.
ha dirigido conciertos en los que la ma-
yor novedad y atracción estuvo en los so- Los solistas que desfilaron fueron:
listas que tomaron parte. Fueron éstos: pianistas señoritas Papaioanou y Mayer,
violinistas Srta. Saiomons y Sr. Orlando señoras Van Barentzen y Janine Weill, y
Barera; pianistas Marcel Ciampi y seño- el Sr. Szpinalsky.
ritas Jacqueline Schweitzer y Angélica Orquesta Sinfónica. Fierre Monteux
Morales. ha dirigido varios conciertos y ha estre-
Pedro de Freitas Branco ha dirigido nado las siguientes obras: Songes de
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Ha sido anunciado el concurso nacio- arte vasco, a la vez que otras obras más,
nal de Música correspondiente al primer tanto españolas como extranjeras, figu-
trimestre del año actual. Los trabajos rando entre esos autores el catalán Mo-
para tomar parte en él consisten en una rera y los valencianos López Chavarri y
colección de canciones para una voz y Palau.
acompañamiento de piano.
Los trabajos podrán ser presentados El Patronato de la Universidad de
hasta el día 15 del actual mes de Marzo. Barcelona ha tenido el acierto de incluir
(Gaceta del día 15 de febrero). en su plan de estudios un curso de His-
toria de la Música con ilustraciones, que
El Ministerio de Instrucción Pública han sido confiadas al musicólogo Mn.
y Bellas Artes ha acordado queden res- Higinio Anglés, personalidad prestigiosa
tablecidos los artículos 25 y 26 del Re- de renombre indiscutible en esta clase
glamento de 25 de Agosto de 1917, y de trabajos.
toda forma de provisión de Cátedras en
ios Conservatorios, así como las Ordenes El maestro Arbós ha sido invitado a
de 19 de Febrero de 1920 y 18 de mayo dirigir dos festivales de música francesa
de 1931, quedando, en cuanto a esto, y española, en el teatro de los Campos
derogadas las de 29 de febrero y 16 de Elíseos, de París, los días lO y II de
noviembre de 1932 y la de 22 de agos- marzo.
to de 1933; reservándose el Ministerio la
facultad de nombramiento de interinos El violinista y compositor español
en la forma que determina la ya citada Juan Manen ha triunfado plenamente en
Orden de I6 de noviembre de 1932 has- Noruega. La crítica se muestra unánime
ta quedar normalizada la provisión de en considerar a Manen como un artista
Cátedras de dichos Centros. extraordinario.
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