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¿Qué Es Educación Popular?: Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), Vol. XV, Núm. 3, Pp. 127-137
¿Qué Es Educación Popular?: Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), Vol. XV, Núm. 3, Pp. 127-137
¿Qué Es Educación Popular?: Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), Vol. XV, Núm. 3, Pp. 127-137
Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), vol. XV, núm. 3, pp. 127-137
1 Paiva: la educación popular definida por los destinatarios “engloba toda la educación
que se destina a las populares: la que se vincula al movimiento popular en forma directa y
también la que es organizada por el Estado” (p. 80).
2 Beisiegel cuestiona el adjetivo “popular” por impreciso e indefinido, porque “sugiere
... todo esfuerzo que se sitúa en la línea de la concientización —entendida como contri
bución al surgimiento de una conciencia explícita de clase— y en la línea de liberación
—entendida como búsqueda de un proyecto social alternativo...6
4 Frei Beto: “Son los educandos que se educan”, “Sujetos de su propia formación” (pp.
para la transformación de las estructuras opresoras” (p.68). Esta última definición puede
incluso considerarse muy comprensiva si por “identificar” se entiende “volver idéntico”. Sin
embargo, pensamos que Freire utiliza esta palabra en el sentido de tener los mismos objeti
vos, tomar el carácter de ese proceso.
7 Paiva define la educación popular como “la que se realiza a través de diferentes formas
de lucha: lucha por la tierra, por los terrenos urbanos para vivienda, lucha sindical”, y agrega:
“además de la que busca el aprendizaje de contenidos específicos diversos” (p. 80).
8 Se parte de suponer que existe una identidad absoluta entre clase dominante, capital,
Estado y funcionarios del Estado; además de que esa identidad es perfecta y permanente
(Paiva, p. 81).
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9 De ahí que el mismo Freire acabe afirmando que el hecho de existir muchas dificultades
no implica la “inutilidad” de los esfuerzos serios desarrollados “en la intimidad del sistema”.
10 “La transformación radical de un sistema educacional implica la transformación radical
para todos, cuyos contenidos se derivan de un proyedo (propio, de los grupos dominantes)
de perfeccionamiento de la sociedad”. Esas clases encuentran que la educación es necesa
ria para implementar su proyecto y, en consecuencia, debe llevarse a todos, incluso a los que
no tengan conciencia de esa necesidad (Beisiegel, p 87).
13 Aprovechando los márgenes que va generando la búsqueda de consenso por parte
de las clases dominantes, las clases dominadas deben procurar “imponerse como dirigentes
antes incluso de conquistar el poder gubernamental, y esta es una de las condiciones para
la conquista del poder” (Manfredi, citando a Gramsci, p. 49).
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los hábitos de consumo o califican a la mano de obra. Es este origen lo que les con
fiere “legitimidad” y, al mismo tiempo, posibilita que sean ocupados por diferentes
grupos, adquiriendo una dinámica propia que los aparte de las directrices oficiales.
Sin embargo, esta separación tiene sus límites: las clases dominantes procuran
siempre reintegrarlos, incorporarlos al control del Estado.
En este proceso, las organizaciones sindicales y populares son importantes para
reivindicar y ejercer cierto control sobre formas y contenidos de las actividades edu
cacionales financiadas por el Estado.14 Tanto las organizaciones de trabajadores
como las de las clases más oprimidas y las de educadores, deben ser instrumentos
para defender la universalización de la enseñanza, la expansión de la escolaridad
gratuita y obligatoria, y el cumplimiento de los derechos democráticos.15
14 EI Estado debe financiar estos programas con los recursos que capta a través de los im
puestos, “parte considerable de la riqueza social producida por los trabajadores” (Paiva, p. 84).
15 El Movimiento de Trabajadores en Educación considera que la educación pública
formal puede y debe considerarse como una modalidad a ser reconquistada por el pueblo,
reivindicando el cumplimiento de los derechos, mayores financiamientos y espacios para
la participación de los educadores y de los usuarios en la redefinición de los métodos y
contenidos. Wanderley encuentra que existe un espacio para esta lucha que busca que las
clases populares se apropien de la escuela y puedan “ejercer democráticamente su derecho
a participar y a decidir sobre la educación que reciben” (p. 65).
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f) la práctica “ingenua” que cree que todo lo que el pueblo dice es la verdad
y que esa “ciencia” popular invalida la cultura de la historia. Este equívoco
conduce también a la autonegación, intentando “hacer de cuenta” que el
agente externo no está ahí, que se mezcla con el pueblo y desaparece.
16 Acabo de tener una experiencia clara de esta ambigüedad conversando sobre el papel
18 En este sentido, el Moviminto de Trabajadores en educación afirma: “la acción educativa
La discusión sobre los educadores que deben asumir Ias acciones de educación
popular conduce a posturas extremas como la que se expone en esta tesis. La
“infalibilidad” del pueblo, la necesidad de mantener Ia pureza de la cultura popular
sin contaminarla, el dogmatismo del origen de clase, imposibilitan la comprensión
de los intereses de los otros grupos sociales; y otros presupuestos de este tipo
llevan a concluir que las clases populares debieran autoeducarse, sin ninguna
interferencia externa.
Respecto a la “infalibilidad” del pueblo es necesario recordar que los elementos
anteriores de la cultura popular, resultado de sus experiencias de lucha, se pre-
sentan en general confundidos y mezclados con una “cultura de masas”, ideología
justificativa y encubridora, producida y difundida por los grupos de poder.
Esta situación define con claridad el papel del educador (que educa a los otros
19 Manfredi se refiere a la educación popular como un proceso que permite a las clases
dominadas, elaborar y divulgar una concepción del mundo orgánicamente vinculada a sus
intereses (p. 40).
20 A nuestro juicio, cuando Wanderley considera la educación como instrumento eficiente
confundir esa organización con acciones educativas, si bien esas acciones hayan contribui
do a originarlas. El Movimiento de Trabajadores en Educación toma una posición correcta al
respecto cuando habla de una “serie de proyectos educativos que acompaña la organización
política de las clases subalternas en sus intentos de autonomía” (p. 146).
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• Se debe dar una relación dialógica, en el cual el educador cree las condi
ciones para que los educadores populares perciban las mediaciones socio-
analíticas para comprender la realidad.
• Debe permitirse la “re-educación” del educador por los educandos.23
22 La educación de las clases populares sólo puede darse por las propias organizacio
nes populares, particular a sus luchas específicas y promovida por sus propios intelectuales
orgánicos (Manfredi, p. 56).
23 Para “re-educarse” el educador debe oír, preguntar, dejarse conducir, procurar orientar
Afirmar que los intelectuales de clase media puedan intentar “de forma
crítica constituirse en verdaderos intelectuales orgánicos de las clases
populares”,24 así como que esas clases realizarán su educación como
ayuda “en ocasiones” de algunos intelectuales orgánicos, implica la incom
prensión del concepto de “intelectuales orgánicos”. El verdadero intelectual
orgánico no es el universitario —”intelectual” como categoría social de la
burguesía— sino un miembro de la propia clase —por situación o posi
ción— y será siempre el responsable de la educación de su clase, ya que
ésta es su función específica. El papel del “universitario” es transferir ins
trumentos “científicos” y apoyar la acción de esos “intelectuales orgánicos”
a partir de una opción política clara.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
MANFREDI, Silvia M., “A educação popular no Brasil: uma releitura a partir de Anto
nio Gramsci”, en Brandão, Carlos R. (org.)’ A questão política da educação
popular, 2a. ed., São Paulo, Brasiliense, 1980, pp. 40-61.
24 Wanderley, p. 65.
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