Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Herejias Cristologicas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

CRISTOLOGIA

PRINCIPALES HEREJÍAS CRISTOLOGICAS

Presentado por:
MARCOS ENRIQUE JAIMES OREJARENA

A:
Pbro. VICTOR JULIO ARIAS

ARQUIDIOCESIS DE BUCARAMANGA
ESCUELA DE FORMACION DE LAICOS

Bucaramanga Septiembre 2019


HEREJÍAS CRISTOLOGICAS.
Las herejías cristológicas se han dado por no saber conjugar dos realidades: es al mismo
tiempo verdadero Dios y verdadero hombre.
Estas son las principales herejías o errores doctrinales sobre la persona de Jesús, Hijo
de Dios:
1. Docetismo:
Herejía difundida en el siglo I, por Marción, Valentín y Basílides (estos últimos, gnósticos)
que reduce la carne de Cristo a una apariencia: "Parece que come, parece que camina,
parece que está cansado...". Tanto san Juan en sus cartas (1 Jn 4, 2) como san Ignacio
de Antioquía luchan contra este error. Jesús es verdadero hombre que come, bebe, se
cansa, camina, llora, se admira. Jesús caminó por las calzadas polvorientas de Israel.
Jesús miró con sus propios ojos a niños inocentes, a hombres enfermos, a fariseos
complicados. Jesús amó con corazón también humano.
2. Ebionismo:
Herejía difundida en el siglo II en ambientes judeocristianos que niega que Cristo haya
sido engendrado por el Padre y reconoce en Cristo al hombre investido por el E.S. en el
Bautismo. Esta herejía fue condenada por san Ireneo de Lyon diciendo que Cristo es
verdadero hombre y verdadero Dios. Verdadero Dios porque sólo Dios puede dar
eficazmente la salvación y restablecer la unión con los hombres. Verdadero hombre
porque corresponde al hombre reparar su falta. Por ser Dios reparó la ofensa infinita que
el hombre perpetró contra Dios. Por ser Hombre el hombre quedó redimido y su cuenta
saldada.
3. Adopcionismo:
Herejía difundida en el siglo II por Teodoro el viejo y Pablo de Samosata que dice que
Cristo es un simple hombre, adoptado por Dios como portador de una gracia divina
excepcional. Niega, por tanto, la Trinidad y la divinidad de Cristo y la encarnación del
Verbo. Volvemos a lo mismo: Jesús es verdadero Dios y verdadero Hombre. Se necesita
fe para creer esto, pues Cristo, no lo olvidemos, es un misterio. Sólo los humildes y
sencillos se abren totalmente a este misterio.
4. Gnosis cristiana:
Herejía difundida en el siglo II por Marción, Valentín, Epifanio y Simón el mago, según la
cual Jesús no es Dios sino un "eón" en medio de los demás que ha venido para dar el
conocimiento al hombre engañado por sus sentidos. Cristo desciende sobre Jesús en el
momento del bautismo. Es una herejía, pues crea en Jesús un dualismo de personas y
desvirtúa su misión divina y redentora. Fue combatida esta herejía por san Hipólito y san
Ireneo. En Jesús hay una sola persona, la divina, con dos naturalezas, la humana y la
divina. De nuevo, el misterio, ante el cual nuestras rodillas deben doblegarse. Si tuviera
dos personas, tendría también dos personalidades; habría dos centros de comando. La
salud psíquica y psicológica correría riesgo. Esta única persona divina de Cristo hace
uso de las dos naturalezas, sin mezcla y confusión, como de dos manos. Las dos
naturalezas son instrumentos que la Persona divina de Jesús utiliza para realizar su
misión salvadora.
5. Arrianismo:
Herejía difundida en el siglo III por Arrio, que niega la divinidad de Cristo. Cristo, dice, es
hijo adoptivo de Dios, no consusbstancial al Padre. Y el E.S. es la primera criatura del
Hijo, por tanto, inferior a Él. Esta herejía fue condenada en el concilio de Nicea (325):
"Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre". San Jerónimo pronunció una frase
célebre: "El mundo se despertó un día y gimió de verse arriano". Muchísimos sacerdotes
y fieles habían sido martirizados, los obispos católicos arrojados al destierro y sustituidos
por arrianos. Todo esto por culpa del emperador Constancio II, arriano, que se había
adueñado de todo el Imperio. Fue quien dijo: "Se acabaron los niceanos (es decir, los
católicos hemos triunfado los cristianos (es decir, los arrianos); si solamente pudiéramos
agarrar y ahorcar a ese bandido obispo de Alejandría". Se refería a un gran defensor de
la fe católica, Cirilo de Alejandría.
6. Apolinarismo:
Herejía difundida en el siglo IV por Apolinar, que niega el alma humana de Cristo,
creyendo que esa alma humana sería como la nuestra, pecaminosa. Así creía salvar la
divinidad de Cristo. La Iglesia en el sínodo de Alejandría (362) afirmó el alma de Cristo
diciendo: "El Verbo se encarnó para salvar alma y cuerpo; por ello tuvo que tomar un
cuerpo". Y el sínodo de Roma del 377 condenó la herejía de Apolinar. El alma humana
de Cristo no es pecaminosa, porque no tuvo pecado original, y, por los mismos, tampoco
las consecuencias de ese pecado original, con el que nacemos todos los mortales. Sólo
el pecado es quien deja la marca pecaminosa en el alma. Jesús no tuvo pecado, por
tanto, la conclusión es bien clara.
7. Nestorianismo:
Herejía difundida en el siglo V por Nestorio, obispo de Constantinopla, que sostenía dos
personas en Cristo: una divina y otra humana. El concilio de Calcedonia del 451 dice que
en Cristo hay dos naturalezas separadas, unidas en una sola persona, la del Verbo. ¿Qué
pensaríamos de un hombre que tenga dos personas o dos personalidades incorporadas
en su ser? ¿Quién mandaría de las dos? ¡Qué lucha dentro de ese mismo ser!
8. Monofisismo:
Herejía difundida en el siglo V por Eutiques, archimandrita de Constantinopla, que
sostenía una sola naturaleza en Cristo, la divina. Dio respuesta el concilio de Calcedonia
del 451: en Cristo hay dos naturalezas: una, divina, y otra, humana. Si fuera verdadera
esta herejía, ¿cómo se explicarían tantas actitudes de Cristo en el Evangelio: Jesús se
cansaba, comía y bebía, caminaba, tenía unas manos, lloraba, se llenaba de santa
cólera? Si no hubiera tenido naturaleza humana, no hubiera podido realizar estas
actividades que son humanas.
9. Monotelismo:
Herejía difundida en el siglo VII por Sergio, patriarca de Constantinopla, que sostenía
una sola voluntad en Cristo, la divina. La Iglesia dio respuesta en el III concilio de
Constantinopla (680-681): "En Cristo hay dos voluntades sin división, sin cambio, sin
separación ni confusión". Las dos voluntades no se oponen en Cristo, porque la voluntad
humana sigue sin resistir ni oponerse, sometiéndose libre y amorosamente a la voluntad
divina omnipotente.
10. La herejía de este siglo XX:
Hoy día pulula por ahí una herejía muy grave. Por querer acercar tanto a Cristo a los
hombres y por pedir que solucione nuestros problemas económicos y materiales, se ha
despojado de Cristo toda su dimensión divina y espiritual. Para esta herejía, Jesús no
vino para salvarnos del pecado, no murió en la cruz para redimirnos y abrirnos las puertas
del cielo; sino que vino como guerrillero, inconformista y violento que quiere poner orden
y justicia, echando mano de la violencia y la guerra, y destruyendo a todos los ricos y
capitalistas, para así dar de comer a los pobres. ¿En qué Evangelio se dice esto? Sólo
habiendo bebido en fuentes marxistas se ha podido llegar a estas aberraciones. El Papa
Juan Pablo II nos ha dado luz sobre este gran peligro en su documento sobre las luces
y sombras de la teología de la liberación.
Este error distorsiona la misión de Cristo, pues Cristo vino a liberarnos del pecado que
se esconde en el corazón de cada hombre. Eliminado el pecado, podrán cambiarse más
fácilmente las estructuras de pecado. Quienes defienden esta posición dicen a Cristo:
"Lo urgente hoy es el estómago, la cultura, la distribución de la propiedad. Cuando
hayamos concluido todo eso -y sólo lo lograremos a través de la revolución- puedes tú
venir al mundo para hablarnos de tu Padre Celestial. De momento, de tu Reino lo que
nos interesa es lo que nos ayuda a un planteamiento revolucionario. Y no te extrañe si
nosotros te "utilizamos", si adaptamos tu predicación a nuestras ideologías: lo mismo
viene haciéndose desde hace dos mil años".

Tomado de https://es.catholic.net/op/articulos/17602/cat/693/herejias-sobre-jesus.html#modal

También podría gustarte