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Submarino

Un submarino es un navío o buque capaz de navegar sobre la superficie del


agua o sumergido.1

Índice
Submarinos y sumergibles civiles
Submarinos militares
Inmersión y navegación
Cascos Submarino nuclear clase Los
Doble casco Ángeles, de la Marina de EE. UU.
Casco de presión
Propulsión
Tipos de submarinos militares
Submarinos de misiles balísticos
Tripulación
Mujeres a bordo
Sistema de soporte vital
Historia de los submarinos
Historia de los primeros submarinos y sumergibles
Los primeros submarinos militares
Submarinos en la guerra civil estadounidense
América Latina
Submarinos de propulsión mecánica (finales del siglo XIX)
De finales del siglo XIX a la Primera Guerra Mundial
Submarinos en la Primera Guerra Mundial
Avances entre las guerras mundiales
Submarinos en la Segunda Guerra Mundial
Alemania
Japón
Estados Unidos
Los schnorchel
Submarinos modernos
En el cine
Véase también
Notas
Enlaces externos

Submarinos y sumergibles civiles


Los submarinos civiles suelen ser mucho más pequeños que los militares, porque se debe aprovechar el espacio. Los turísticos
suelen funcionar en áreas de recreo tropicales o en otras zonas con aguas claras y buena visibilidad. En su mayoría tienen una
capacidad de entre 25 y 50 pasajeros, llegando a efectuar diez o más inmersiones diarias. Su diseño deriva del de los submarinos
para investigación, contando con grandes portillas para que los pasajeros disfruten de las vistas y situando sistemas mecánicos
importantes fuera del casco para ahorrar espacio interior, a pesar de lo cual este suele ser escaso. En su mayoría funcionan con
baterías eléctricas y son muy lentos.

Comúnmente, por «submarino» se entiende un buque que funciona en la superficie y bajo el agua por sí mismo. Los buques
subacuáticos con movilidad limitada, destinados a permanecer en el mismo lugar durante la mayor parte de su tiempo de uso,
como los usados para rescate, investigación o salvamento, suelen denominarse sumergibles. Los sumergibles suelen ser llevados
a su zona de operación por barcos comunes o grandes submarinos y tienen una autonomía muy pequeña. Muchos sumergibles
funcionan conectados por un «cordón umbilical» a un buque nodriza (submarino, buque de superficie o plataforma) que les
suministra aire y electricidad.

Las batisferas son sumergibles que carecen de sistema de propulsión y se usan para inmersiones muy profundas. Un predecesor
de la batisfera, la campana submarina, consistía en una cámara con el fondo abierto que se hacía bajar en el agua. Los batiscafos
son sumergibles autopropulsados para inmersiones muy profundas que dependen de un barco nodriza en la superficie como el
sumergible "Alvin" usado para la investigación del famoso hundimiento del Titanic.

Un desarrollo bastante reciente son los pequeños sumergibles operados por control remoto, usados para trabajos en aguas
demasiado profundas o peligrosas para los buceadores, por ejemplo, en reparaciones de cualquier tipo, resultando mejor que los
demás submarinos.

Submarinos militares
Hay muchos más submarinos militares que civiles en funcionamiento. Los submarinos son muy útiles desde el punto de vista
militar por ser difíciles de detectar y destruir cuando navegan a gran profundidad. Se presta mucha atención en el diseño de estos
submarinos para que al desplazarse lo hagan silenciosamente y eviten su detección: el sonido viaja en el agua mucho más
fácilmente que en el aire, por lo que el sonido de un submarino es su característica más fácilmente detectable. Algunos
submarinos ocultan su sonido tan bien que en realidad crean una zona silenciosa a su alrededor, que también puede detectarse.

Inmersión y navegación
Todos los barcos, así como los submarinos en superficie, están en situación de
flotación positiva, pesando menos que el volumen equivalente de agua
desplazada (de acuerdo con el principio de Arquímedes). Para sumergirse de un
modo puramente hidrostático, (sin ayuda mecánica), un buque debe ganar
flotación neutral (peso igual a empuje), bien incrementando su propio peso o
disminuyendo el desplazamiento de agua (volumen). Para controlar su peso, los
submarinos están equipados con depósitos de lastre, que se pueden llenar con
agua tomada del exterior o con aire a presión.
Vela del submarino nuclear francés
Casabianca; adviértanse los planos
Para sumergirse o emerger, los submarinos usan los depósitos de proa y popa,
de inmersión, los mástiles
llamados depósitos principales, que se abren y se llenan completamente de agua
camuflados, el periscopio, los
para sumergirse o se llenan de aire a presión para emerger. Durante la inmersión, mástiles de guerra electrónica y la
los depósitos principales suelen permanecer inundados, lo que simplifica su puerta.
diseño, por lo que en muchos submarinos estos depósitos son simplemente una
sección del espacio entre los cascos. Para un control manual más rápido y
preciso de la profundidad, los submarinos disponen de unos depósitos más pequeños para el control de profundidad, capaces de
soportar presiones más altas. La cantidad de agua en estos depósitos se puede controlar, tanto para responder a cambios en las
condiciones exteriores, como para cambiar la profundidad de inmersión. Dichos depósitos pueden situarse cerca del centro de
gravedad del submarino, o distribuirse por el buque para evitar que afecten a la escora.
En inmersión, la presión del agua sobre el casco del submarino puede alcanzar los 3 MPa (unos 300 metros de profundidad) en
los submarinos de acero y hasta los 10 MPa (1000 m) en los de titanio, como los Komsomolets, permaneciendo constante la
presión interior. Esta diferencia provoca la compresión del casco, lo que disminuye el desplazamiento. La densidad del agua
también se incrementa, pues la salinidad y la presión son mayores, pero esto no compensa la compresión del casco, así que la
flotabilidad disminuye con la profundidad. Un submarino sumergido está en equilibrio inestable, teniendo tendencia a caer hacia
el fondo o flotar hacia la superficie. Mantener una profundidad fija exige la operación continua de los tanques de control de
profundidad.

Para mantener la escora deseada, los submarinos usan tanques de escora especializados a proa y popa. Las bombas trasladan agua
entre ellos, cambiando la distribución del peso y creando así un momento que gira el buque hacia arriba o hacia abajo. Un sistema
parecido se usa a veces para mantener la estabilidad.

El efecto hidrostático de los tanques de lastre variable no es la única forma de controlar el submarino bajo el agua. La maniobra
hidrodinámica se logra mediante varias superficies, que pueden ser giradas para crear las correspondientes fuerzas
hidrodinámicas cuando el submarino se desplaza a la suficiente velocidad. Los planos de popa, situados cerca del propulsor y
orientados por lo general horizontalmente, sirven para el control de la inclinación longitudinal del submarino, y son de uso
común, a diferencia de otras superficies de control de las que pueden carecer algunos submarinos. Los planos de inclinación en la
torreta y los de popa en el cuerpo principal, ambos también horizontales, se sitúan más cerca del centro de gravedad y son
utilizados para controlar la profundidad con menos efecto sobre la inclinación.

Cuando un submarino realiza una emersión de emergencia, se usan simultáneamente todos los métodos de control de la
profundidad y la escora para propulsar al buque hacia arriba. Dicha emersión es muy rápida, por lo que el submarino puede
incluso saltar parcialmente fuera del agua.

Los submarinos modernos tienen un sistema de guía inercial para navegar bajo el agua, pero el error de deriva se acumula
inevitablemente con el tiempo. Para contrarrestarlo, se usa periódicamente el GPS para obtener una posición exacta. El periscopio
(un tubo retráctil con prismas que permite ver sobre la superficie sin emerger) sólo se usa ocasionalmente, debido a que su rango
de visibilidad es corto. Los submarinos modernos tienen «mástiles optrónicos» en lugar de periscopios de tubo ópticos que
penetran en el casco. Estos mástiles tienen que seguir subiéndose a la superficie, pero emplean sensores electrónicos para la luz
visible y la infrarroja, telémetro láser y dispositivos de vigilancia electromagnética.

Cascos
Los submarinos modernos suelen tener forma ahusada. Este diseño, usado ya en
los submarinos más primitivos, fue diseñado en forma de cuerpo de ballena y
reduce significativamente el arrastre hidrodinámico sobre el submarino bajo el
agua, pero empeora su comportamiento frente al oleaje e incrementa el arrastre
en superficie. Dado que las limitaciones de los sistemas de propulsión en los
primeros submarinos militares le obligaban a operar en superficie la mayoría del
tiempo, el diseño de sus cascos suponía una concesión. Debido a las bajas
velocidades subacuáticas de estos submarinos, normalmente muy por debajo de
10 kt (18 km/h), el mayor arrastre bajo el agua se consideraba aceptable. Solo al
final de la Segunda Guerra Mundial, cuando la tecnología permitió operaciones
submarinas más rápidas y prolongadas y la mayor vigilancia aérea enemiga
obligó a los submarinos a permanecer sumergidos, volvieron los diseños de los
El HMS Astute en su presentación.
cascos a tener forma ahusada, reduciendo el arrastre y el ruido. En los
Puede verse el casco con la forma
submarinos militares modernos, el casco exterior está recubierto por una gruesa
típica ahusada.
capa de goma especial o placas anecoicas para absorber el sonido y hacer más
silencioso el submarino.
Una torreta, llamada vela, que sobresale en la parte alta del submarino alberga los periscopios y los mástiles electrónicos, que
pueden incluir radio, radar, armas electrónicas y otros sistemas. En muchas clases primitivas de submarinos, la sala de mando se
ubicaba en esta torreta, conocida como «torre de control». Sin embargo, desde entonces la sala de mando se ha ubicado dentro del
casco del submarino. No debe confundirse dicha sala con el «puente», que es una pequeña plataforma abierta situada en lo alto de
la vela y usada para observaciones oculares mientras se opera en superficie. Puede haber también una plataforma cerrada
adicional bajo ésta con ventanas y limpiaparabrisas para el mal tiempo.

Doble casco
Todos los submarinos y sumergibles modernos pequeños, así como los más antiguos, tienen un único casco. Los submarinos
grandes suelen tener un casco adicional externo, o partes de este. Este casco externo, que en realidad constituye la forma del
submarino, se denomina casco exterior o casco ligero, pues no tiene que soportar ninguna diferencia de presión. Dentro del casco
exterior hay un casco más fuerte o casco de presión, que soporta la diferencia entre la presión del mar y la atmosférica normal del
interior.

A pesar de que la primera vez en aplicarse fue en el Ictíneo I, de Monturiol, fue ignorado durante mucho tiempo. Luego, en la
época de la Primera Guerra Mundial, se advirtió que la forma óptima para soportar la presión entraba en conflicto con la forma
óptima para navegar y minimizar la resistencia del agua, complicando las dificultades de fabricación aún más el problema. Este
fue resuelto bien adoptando una forma de compromiso, bien usando dos cascos con formas diferentes: uno interno para soportar
la presión y otro externo con la forma óptima para navegar. Hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los
submarinos tenían una cubierta parcial adicional en su parte superior, la proa y la popa, hecha de metal delgado, que se inundaba
durante la inmersión. Alemania fue más lejos con el tipo XXI, el predecesor de los submarinos modernos, encerrando
completamente el casco de presión dentro del ligero, optimizando, sin embargo, este para la navegación submarina como no lo
había hecho diseño anterior alguno.

Tras la Segunda Guerra Mundial, las estrategias se dividieron. La Unión Soviética cambió sus diseños, basándolos en los últimos
desarrollos alemanes. Todos los submarinos pesados soviéticos y rusos posteriores a la Segunda Guerra Mundial se construyeron
con una estructura de doble casco. Los submarinos estadounidenses y de la mayoría de los demás países occidentales conservaron
su estructura de casco simple. Seguían teniendo secciones de casco ligero en la proa y la popa, que albergaban tanques de lastre
principales y proporcionaban una forma hidrodinámicamente óptima, pero la sección principal del casco cilíndrico tenía una sola
capa de chapa.

Aunque ya no son necesarios por la diferencia de formas, el diseño de doble casco sigue teniendo cierto número de ventajas. Los
refuerzos anulares y longitudinales se ubican entre los dos cascos, y el ligero también puede ser usado para montar en él el
equipamiento que no necesite una presión constante para funcionar, mientras que adosarlo directamente al casco de presión
podría provocar una fatiga local peligrosa. Estas medidas ahorran mucho espacio dentro del casco de presión, que es mucho más
pesado y requiere mucho más tiempo de fabricación que el ligero. En caso de que el submarino resulte dañado, el casco de
presión puede absorber la mayoría de los daños, lo que no compromete la integridad del buque, siempre que el casco fuerte
permanezca intacto. El casco ligero también puede ser aislado acústicamente del casco de presión, reduciendo significativamente
el ruido del equipamiento interno, mejorando la capacidad de camuflaje o permitiendo el uso de una disposición interna y un
montaje del equipamiento más simples.

La mayor desventaja de la estructura de doble casco es la cantidad significativamente mayor de trabajo manual necesario para
construirla. La Unión Soviética había desarrollado la tecnología de soldadura antes y tenía una fuerza de trabajo cualificada y
barata disponible, pero el alto coste del trabajo manual en los Estados Unidos hacía preferible el menos caro diseño de casco
simple. Otra razón para la construcción de submarinos de doble casco por parte de la Unión Soviética era la operación bajo el
océano Ártico, donde los submarinos tenían que romper una capa de grueso hielo al emerger para disparar los misiles, lo que
siempre podía dañar el casco. Sin embargo, el diseño de doble casco está siendo actualmente considerado para futuros submarinos
también en los Estados Unidos, de forma que se incremente la capacidad de carga y camuflaje y la autonomía.2
Casco de presión
El casco de presión suele construirse con acero grueso de alta resistencia con una estructura compleja y alta reserva de resistencia,
y se divide con mamparos herméticos en varios compartimentos. Existen también ejemplos de submarinos con más de dos cascos,
como son los de la clase Typhoon, que cuentan con dos cascos de presión principales y otros tres más pequeños para la sala de
control, los torpedos y el mecanismo de dirección, situándose el sistema de lanzamiento de misiles entre los dos cascos
principales.

La profundidad de inmersión máxima no puede incrementarse fácilmente. Limitarse a incrementar el grosor del casco provoca un
aumento del peso y requiere la reducción del peso del equipo de a bordo, lo que termina llevando a un batiscafo. Esto puede
hacerse en los sumergibles civiles de investigación pero no en los submarinos militares, de forma que la profundidad de
inmersión máxima ha estado siempre limitada por la tecnología disponible.

Los cascos de los submarinos de la Primera Guerra Mundial fueron construidos con acero al carbono, y no podrían sumergirse
por debajo de 100 m. Durante la Segunda Guerra Mundial se introdujo el acero aleado de alta resistencia, permitiendo
profundidades de hasta 200 m. El acero aleado de alta resistencia sigue siendo el principal material de los submarinos actuales,
con un límite de profundidad de 250-400 m, que no puede excederse en los submarinos militares sin sacrificar otras
características. Para superar este límite se construyeron algunos submarinos con cascos de titanio. Este metal es casi tan fuerte
como el acero, más ligero y no magnético, lo que es importante para el camuflaje. Los soviéticos fueron partidarios de los
submarinos de titanio, para los que desarrollaron aleaciones de alta resistencia y construyeron una industria para producir titanio a
costes asequibles, llegando a tener varios tipos de submarinos de titanio. Las aleaciones de titanio permiten un gran incremento en
la profundidad de inmersión máxima, pero también es necesario rediseñar otros sistemas, por lo que la profundidad probada fue
limitada a 1000 m para el K-278 Komsomolets, el submarino militar con mayor profundidad de inmersión. Un submarino de
clase Alfa puede haber operado con éxito a 1300 m de profundidad,3 si bien la operación continua a tales profundidades
supondría una fatiga excesiva para muchos sistemas del submarino. Aparte de sus beneficios, los altos costes de la construcción
con titanio llevaron a un abandono de los submarinos fabricados con este metal al final de la Guerra Fría.

La tarea de construir un casco de presión es muy compleja, pues debe poder soportar una fuerza de varios millones de toneladas.
Cuando el casco es perfectamente redondo en su sección transversal, la presión se distribuye uniformemente, lo que sólo provoca
la compresión del casco. Si la forma no es perfecta, el casco se curva, sufriendo varios puntos una presión altísima. Las
inevitables desviaciones menores son soportadas por los anillos de refuerzo, pero incluso una desviación de 25 mm respecto a la
forma circular provoca un decremento del 30 % de la carga hidrostática máxima y consecuentemente de la profundidad de
inmersión máxima.4 El casco debe por tanto ser construido con una precisión altísima. Todas las partes del mismo tienen que ser
soldadas sin defectos, y todas las uniones deben ser comprobadas varias veces usando diferentes métodos. Esto contribuye a los
elevadísimos costes de fabricación de los submarinos modernos (por ejemplo, un submarino de ataque de clase Virginia cuesta
unos 2600 millones de dólares).

Propulsión
El primer submarino impulsado mecánicamente fue el francés Plongeur (1863), que usaba aire comprimido, siendo la propulsión
anaeróbica empleada por primera vez en el español Ictíneo II (1864) sufragado por suscripción popular. El motor de este último
usaba un compuesto químico de magnesio, peróxido, zinc y clorato potásico que genera vapor con que mover la hélice y oxígeno
para los tripulantes. Este sistema no volvió a ser empleado hasta 1940, cuando la armada alemana probó la turbina Walter en el
submarino experimental V-80 y más tarde en el U-791.

Hasta la llegada de la propulsión nuclear marina, la mayoría de los submarinos del siglo XX usaron baterías eléctricas para la
navegación subacuática y motores de combustión interna para la de superficie y para recargar las baterías. Los primeros modelos
usaban gasolina pero pronto se sustituyó por parafina y luego gasóleo gracias a su menor inflamabilidad. La combinación diésel-
eléctrico se convertiría en el medio de propulsión estándar. Inicialmente el motor diésel o gasolina y el eléctrico, separados por
embragues, estaban en el mismo eje e impulsaban el propulsor. Esto permitía que
el primero usase al segundo como generador para recargar las baterías e impulsar
también al submarino si era necesario. Cuando el submarino se sumergía, se
desembragaba el motor diésel de forma que se usase el eléctrico para girar la
hélice. El motor eléctrico puede tener más de un inducido sobre el eje, estando
eléctricamente acoplados en serie para velocidades bajas y en paralelo para
velocidades altas.

En los años 1930, el anterior diseño fue modificado en algunos submarinos,


particularmente en los estadounidenses y británicos de clase U. El motor de
combustión interna ya no estaba unido al eje de propulsión, sino que impulsaba
un generador separado, que a su vez se usaba para navegar en superficie y
recargar las baterías. Esta propulsión diésel-eléctrica permitía mucha mayor
flexibilidad: por ejemplo, el submarino podía moverse despacio mientras los
motores funcionaban a toda potencia para recargar las baterías lo más
rápidamente posible, reduciendo así el tiempo en la superficie o el uso del
snorkel. También hacía posible aislar los ruidosos motores diésel del casco,
haciendo más silencioso el submarino. Sala de máquinas del submarino
HMAS Onslow (1969) (Royal
Se probaron otras fuentes de energía: turbinas de vapor alimentadas por petróleo Australian Navy).
impulsaron la clase K británica construida durante la Primera Guerra Mundial y
en los años siguientes, pero no tuvieron mucho éxito. Se eligieron las turbinas
para darles la velocidad en superficie necesaria para seguir a la flota de guerra británica. Los submarinos de tipo XXI alemanes
probaron la aplicación del peróxido de hidrógeno para conseguir una propulsión rápida e independiente del aire en el largo plazo,
pero finalmente fueron construidos con enormes baterías en su lugar.

La propulsión a vapor fue resucitada en los años 1950 con la llegada de la turbina de vapor alimentada por energía nuclear que
impulsaba un generador. Al eliminar la necesidad de oxígeno atmosférico estos submarinos podían permanecer sumergidos
indefinidamente siempre y cuando durasen las reservas de alimento (el aire para la tripulación se recicla y el agua dulce se
obtiene por destilación de la marina). Estos buques siempre tienen una pequeña batería y un motor-generador diésel para
situaciones de emergencia si los reactores nucleares deben ser detenidos.

La energía nuclear se usa actualmente en todos los submarinos grandes, pero debido a su alto coste y gran tamaño, los submarinos
más pequeños siguen usando propulsión diésel-eléctrica. La relación entre buques de tamaño grande y pequeño depende de las
necesidades estratégicas y, por ejemplo, la armada estadounidense cuenta sólo con submarinos nucleares,5 lo que suele explicarse
por la necesidad de operar transoceánicamente. Otras potencias militares cuentan con submarinos nucleares para fines
estratégicos y buques diésel-eléctricos para las necesidades de defensa. La mayoría de las flotas carecen de submarinos nucleares
debido a la poca disponibilidad de la tecnología nuclear y submarina. Los submarinos civiles suelen disponer sólo de baterías
eléctricas si se diseñan para funcionar conectados a un barco nodriza.

Al final de la Segunda Guerra Mundial los británicos y los rusos experimentaron con motores de peróxido de hidrógeno y
queroseno (parafina) que podían ser usado tanto en superficie como bajo el agua. Los resultados de esta técnica no fueron lo
suficientemente alentadores como para adoptarlas en esa época, y aunque los rusos produjeron una clase de submarinos con este
tipo de motor, llamados Quebec por la OTAN, nunca se consideraron exitosos. Actualmente varias armadas, notablemente la
sueca, usan buques con propulsión anaeróbica que sustituyen el oxígeno líquido por peróxido de hidrógeno. Un reciente avance
en este tipo de propulsión son las células de combustible de hidrógeno, aplicadas por primera vez en los submarinos alemanes de
tipo 212, equipados con nueve células de 34 kW.
Hacia finales del siglo XX algunos submarinos, por ejemplo la clase Vanguard británica, comenzaron a usar la propulsión por
chorro de agua en lugar de hélices. Aunque son más pesados, más caros y menos eficientes, también son mucho más silenciosos,
lo que proporciona una ventaja táctica importante.

Un posible sistema de propulsión para submarinos es la propulsión magnetohidrodinámica o «propulsión oruga», que carece de
partes móviles. Fue popularizada por la versión cinematográfica de La caza del Octubre Rojo, escrita por Tom Clancy, que la
presentaba como un sistema virtualmente silencioso. (En la novela se usaba un tipo de propulsor convencional.) Aunque se han
construido algunos barcos de superficie experimentales con este sistema de propulsión, las velocidades logradas no han sido tan
altas como se esperaba. Además, el ruido creado por las burbujas y el elevado consumo energético que requeriría del reactor del
submarino hacen que su uso sea improbable para fines militares.

Tipos de submarinos militares


Los submarinos militares suelen dividirse en submarinos de ataque, diseñados para actuar contra barcos enemigos, otros
submarinos incluidos, y submarinos estratégicos equipados con misiles balísticos, diseñados para lanzar ataques contra objetivos
terrestres desde una posición oculta. La división en estos tipos alude a su papel más que a su construcción, siendo ambos
parecidos (sobre todo si los primeros se destinan a atacar flotas lejanas) en tamaño, armamento y otras características.

Los submarinos de ataque pueden ser divididos en dos tipos generales: nucleares o diésel-eléctricos. Los primeros son más
rápidos y grandes, y tienen más potencia de fuego y mayor autonomía que los segundos. Dependiendo de la misión típica a la que
se destinen, los submarinos diésel-eléctricos son a veces más adecuados para misiones en aguas poco profundas o costeras. Para
acortar la distancia entre estos dos diseños muy diferentes, varias armadas han empezado el desarrollo de buques de propulsión
anaeróbica, que pueden usarse como los diésel-eléctricos pero con un tiempo de inmersión mayor.

También han sido desarrollados diversos submarinos militares especializados. En la Segunda Guerra Mundial, los japoneses
usaron submarinos como sus clase I-400 a modo de plataforma para lanzar aviones de ataque marítimo. Los alemanes
construyeron sus submarinos tipo XIV para servir como buques de aprovisionamiento para otros submarinos. Los submarinos
enanos se han usado para sabotaje y espionaje, especialmente por las armadas japonesa y británica (por ejemplo, cinco de ellos
fueron usados por Japón en el ataque a Pearl Harbor). Durante los primeros años de la Guerra Fría, se desarrollaron submarinos
de vigilancia de radar como el Triton a distancias mucho más largas que los demás buques.

Submarinos de misiles balísticos


Los submarinos de misiles balísticos, a los que se alude frecuentemente con las
siglas SSBN («SS» de Silent Service, «B» de Ballistic missile y «N» de
Nuclear), portan misiles balísticos lanzables desde submarino (SLBM,
Submarine Launched Ballistic Missile) con cabezas nucleares para atacar
objetivos estratégicos como ciudades o silos de misiles en cualquier lugar del
mundo. Actualmente todos ellos son propulsados por energía nuclear, para
dotarlos de la mayor autonomía y capacidad de camuflaje posibles. (Los
primeros SSBM soviéticos fueron diésel.) Desempeñaron un importante papel en
Submarino de clase Ohio Michigan.
la estrategia de disuasión mutua de la Guerra Fría, pues tanto Estados Unidos
como la Unión Soviética tenían la capacidad creíble de llevar a cabo un
contraataque contra la otra nación en caso de un ataque. Esto suponía una parte importante de la estregia de destrucción mutua
asegurada.

Tripulación
Un submarino nuclear típico tiene una tripulación de unas 120 personas, los buques no nucleares tienen menos de la mitad. Las
condiciones dentro de un submarino pueden ser difíciles debido a que los miembros de la tripulación tienen que trabajar aislados
durante largos periodos de tiempo, sin contacto con sus familias. Los submarinos suelen mantener el silencio de radio para evitar
ser detectados. Operar un submarino es peligroso, incluso en tiempos de paz, y muchos buques se han hundido por accidentes.

Mujeres a bordo
En 1995 la Armada Real Noruega se convirtió en la primera del mundo en designar a una mujer capitán de un submarino.6 En
1998, la Armada Real Australiana se convirtió en la segunda en permitir que las mujeres sirvieran en submarinos de combate.
Canadá y España le siguieron.7 Las razones dadas comúnmente para excluir a las mujeres son la falta de privacidad y los
«camastros calientes», una práctica común en los submarinos, donde tres marineros comparten dos camastros por turnos para
ahorrar espacio. La armada estadounidense, que permite a las mujeres servir en casi cualquier otro buque de su flota, sólo permite
su presencia en submarinos militares bajo contadas excepciones, argumentando que las condiciones de semi segregación que
aplica al personal femenino en los buques supondría un coste de unos 300 000 dólares por camastro.8

La Argentina se convirtió en el primer país de América del Sur en incorporar a una mujer submarinista. Se trata de la teniente de
Navio Eliana Krawczyk, quien ingresó a la Escuela Naval Militar en el año 2004, recibiéndose como Oficial en el año 2009 y
como submarinista en el año 2012. La teniente Krawczyk fue destacada como Jefa de Comunicaciones del Submarino Tipo
209/1200 ARA Salta (S-31) hasta el año 2016, fecha desde la cual se destacó como jefa de Armas del Submarino Clase TR-1700
ARA San Juan (S-42) hasta el momento de la desaparición del navío el 15 de noviembre de 2017, a 430 km de la costa del Golfo
de San Jorge. El Jueves 30 de noviembre de 2017, la Armada Argentina dio a conocer que se dio por finalizada la misión
búsqueda y rescate para proceder a la misión de recuperación de material, convirtiéndose así, en la primera oficial mártir a bordo
de un submarino.

Sistema de soporte vital


Con la llamada propulsión nuclear, los submarinos pueden permanecer sumergidos durante meses seguidos, a diferencia de los
submarinos diésel, que tienen que emerger periódicamente o emplear el snorkel para poder recargar las baterías. La mayor parte
de los submarinos militares modernos pueden generar oxígeno para la tripulación mediante electrólisis del agua. El equipo de
control de atmósfera incluye un filtro de CO2, que usa un catalizador para eliminar este gas del aire y mezclarlo con los
desperdicios bombeados afuera. También se emplea un dispositivo que utiliza un catalizador para convertir el monóxido de
carbono en CO2 (eliminado por el anterior filtro) y mezcla el hidrógeno producido por las baterías eléctricas del buque con
oxígeno del aire para producir agua. Un sistema de monitorización de atmósfera analiza el aire de diferentes zonas del buque para
controlar los niveles de nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, refrigerantes R12 y R114, dióxido de carbono, monóxido de carbono y
otros componentes. Los gases venenosos se eliminan y se vuelve a añadir oxígeno procedente de un depósito situado en un tanque
de lastre principal. Algunos submarinos más pesados tienen dos estaciones de purga de oxígeno (a proa y popa). El nivel de
oxígeno del aire se mantiene a veces en un porcentaje más bajo que la concentración atmosférica normal para reducir el peligro
de incendio.

El agua dulce se produce bien por evaporación o por ósmosis inversa. Se usa para las duchas, los fregaderos, cocinar y limpiar. El
agua marina se usa para los inodoros, almacenándose el «agua negra» resultante en un tanque sanitario hasta que se expulsa
afuera usando aire a presión o se bombea al exterior usando una bomba sanitaria especial. El método para limpiar los sanitarios
de a bordo es difícil de operar, y el submarino alemán de tipo VIIC U-1206 se hundió con bajas por un error con los inodoros. El
agua de las duchas y los fregaderos se almacena separada en tanques de «agua gris», que se bombean afuera usando una bomba
de drenaje.

En los grandes submarinos modernos la basura suele eliminarse usando un tubo llamado Unidad de Eliminación de Basura (Trash
Disposal Unit o TDU), donde se compacta dentro de un bidón de acero galvanizado. Cuando este bidón se llena, se deja caer al
fondo del océano con ayuda de lastres de hierro.
Historia de los submarinos

Historia de los primeros submarinos y sumergibles


Un lejano ancestro del submarino es probablemente la barca cosaca del siglo
XVII llamada Chaika («gaviota»), que fue usada bajo el agua para misiones de
reconocimiento e infiltración. La Chaika podía ser cerrada y sumergida
fácilmente de forma que la tripulación podía respirar bajo ella como en una Países usuarios de submarinos. En
campana submarina moderna e impulsarla caminando por el fondo del río. azul los actuales, en celeste los
antiguos usuarios.
También se usaban lastres especiales y tubos para tomar aire del exterior.

Se tiene constancia de que el primer intento de navegación submarina tuvo lugar


en España en el siglo XVI. Según un informe en Opusculum Taisnieri, publicado en 1562: «dos griegos entraron y salieron varias
veces del fondo del Tajo ante la presencia del emperador Carlos V, sin mojarse y sin extinguirse el fuego que llevaban en sus
manos».

Este hecho supuestamente tuvo lugar en el río Tajo, cerca de la ciudad española de Toledo; según parece, los submarinistas
utilizaron una especie de campana protectora.9

El primer sumergible de cuya ejecución se tiene información fidedigna fue construido en 1620 por Cornelius Jacobszoon Drebbel,
un holandés al servicio de Jaime I de Inglaterra. Estaba propulsado por medio de remos, si bien su naturaleza exacta es objeto de
cierta controversia: algunos afirman que era simplemente una campana remolcada por una barca. Dos tipos mejorados fueron
probados en el Támesis entre 1620 y 1624. Sin embargo, recientes investigaciones han puesto de manifiesto que ya Jerónimo de
Ayanz y Beaumont, el olvidado ingeniero español que registró la primera patente sobre una máquina de vapor, ya había
construido un submarino en 1600.

Aunque los primeros vehículos sumergibles eran meras herramientas para exploraciones subacuáticas, a los inventores no les
costó mucho advertir su potencial militar. Las ventajas estratégicas de los submarinos fueron expuestas por el obispo John
Wilkins de Chester ya en 1648.

En 1860, el inventor español Cosme García patentó el primer submarino en


España y realizó con éxito las pruebas oficiales en el puerto de Alicante. El
ingenio podía albergar a dos personas y permaneció bajo el agua 45 minutos.
Según el acta oficial de la Comandancia de Marina de Alicante las pruebas se
realizaron a satisfacción de los presentes. El 16 de noviembre de 1860 obtuvo,
también, la patente en París con el nombre de Bateau Plongeur.10 11

Construido por Narciso Monturiol y botado en el puerto de Barcelona el 2 de


octubre de 1864, el Ictíneo II contaba con motor anaeróbico y resolvía el
Planos de la patente del Garcibuzo,
problema de la renovación del oxígeno en un contenedor hermético. El Peral,
diseñado por Cosme García.
construido por Isaac Peral y botado el 8 de septiembre de 1888 en el astillero de
Arsenal de la Carraca, San Fernando, Cádiz, tenía casco de acero con forma de
huso y tres tanques de trimado, que achicaban por medio de bombas. La cota máxima de inmersión era de 30 m y se controlaba
por medio de dos hélices de eje horizontal accionadas eléctricamente. También contaba con un tubo lanza torpedos a proa.12

Los primeros vehículos considerados submarinos y que superaban la propulsión manual o pedal fueron: con combustión interna
"vapor" el Ictíneo II (1864), eléctrica el Peral (1888) y nuclear el USS Nautilus (1955).
El primer submarino propulsado por energía nuclear, el USS Nautilus, botado en 1955, marcó la transición de las naves lentas
submarinas a los buques capaces de mantener una velocidad de 20-25 nudos (37-46 km/h) sumergidos durante semanas.
Proyectado gracias a los trabajos del físico Philip Abelson y diseñado por John Burnham, fue construido por la General Dynamics
Electric Boat en sus astilleros de Groton (Connecticut). El Nautilus disponía de un reactor naval S2W, un reactor de agua a
presión construido por la Westinghouse Electric Corporation.

Los primeros submarinos militares


El primer sumergible militar fue el Turtle (‘tortuga’), un dispositivo aovado de
tracción humana diseñado por el estadounidense David Bushnell, con capacidad
para una sola persona. Fue el primer submarino verificado capaz de operación
subacuática y movimiento independiente, el primero en usar hélices para
propulsarse. Durante la guerra de la Independencia estadounidense, el Turtle
(operado por el sargento Ezra Lee, del ejército continental) intentó hundir un
barco de guerra británico, el HMS Eagle (buque insignia de los bloqueadores) en
la bahía de Nueva York el 7 de septiembre de 1776, pero fracasó ya que el buque
contaba con una placa de cobre. A la mañana siguiente, marineros y tripulantes El Nautilus (1800).
del HMS Eagle vieron una extraña embarcación que se alejaba y se lanzaron en
su persecución; tan pronto como se dio cuenta, Lee soltó el torpedo hundiendo el
pequeño bote que lo perseguía.

En 1800, Francia construyó un sumergible de tracción humana diseñado por Robert Fulton, el Nautilus. Los franceses terminaron
cancelando el experimento en 1804, al igual que los británicos cuando más tarde consideraron el diseño del submarino de Fulton.

Durante la guerra de 1812, Silas Halsey murió en 1814 mientras usaba un submarino en un ataque fallido contra un barco de
guerra británico fondeado en la bahía de Nueva Londres.

En 1851 Wilhelm Bauer, un cabo de artillería bávaro, botó un submarino diseñado por él y llamado Brandtaucher (‘buzo
incendiario’) en la bahía de Kiel. Este submarino fue construido por August Howaldt y era propulsado por un molino. Se hundió
pero los tres tripulantes lograron escapar. El submarino fue rescatado en 1887 y se exhibe en el museo de Dresde.

Cosme García Sáez, diseñó, patentó en París el 16 de noviembre de 1859 y construyó en Barcelona el Garcibuzo, que trasladó
posteriormente a Alicante donde fue probado el 4 de agosto de 1860 manejado por el inventor y su hijo, permanecieron
sumergidos en el puerto durante 45 minutos. Tras no encontrar financiación en España, y rechazar el ofrecimiento de Napoleón
III, el sumergible fue hundido por el hijo del inventor en Alicante, tras informarlo la autoridad portuaria de que molestaba el
tráfico marino.

Submarinos en la guerra civil estadounidense


Durante la guerra civil estadounidense, la Unión fue el primer bando en usar un submarino. El USS Alligator (‘caimán’), de
diseño francés, fue el primer submarino de la armada estadounidense y el primero en contar con aire comprimido (para la
tripulación) y un sistema de filtrado de aire. El Alligator fue el primer submarino que incluyó una escotilla de buceo que permitía
a un buzo colocar minas detonadas eléctricamente en los barcos enemigos. Inicialmente propulsado mediante remos movidos por
la tripulación, fue remodelado tras 6 meses para propulsarse con una hélice movida por una manivela. Con una tripulación de 20
personas, 14,3 m de eslora y unos 1,2 m de manga, era más grande que los submarinos confederados. Desapareció en una
tormenta junto al cabo Hatteras el 1 de abril de 1863 sin tripulación cuando era remolcado hasta su primer despliegue en combate
en Charleston.
Los Estados Confederados de América construyeron varios submarinos de tracción humana, incluyendo el H. L. Hunley
(bautizado en honor de uno de sus promotores, Horace Lawson Hunley). El primer submarino confederado fue el Pioneer
(‘pionero’), de 9 m de eslora, que hundió una goleta enemiga mediante una mina adosada durante las pruebas en el lago
Pontchartrain, pero no fue usado en combate. Fue hundido después de que Nueva Orleans fuese tomada y vendido para desguace
en 1868.

Hunley estaba destinado a atacar los barcos del Norte, que estaban bloqueando los puertos del Sur. El submarino tenía un largo
poste con una carga explosiva en la proa, llamado «torpedo pértiga». El submarino tenía que acercarse al buque enemigo, ponerle
el explosivo, alejarse y entonces detonarlo. Era extremadamente peligroso de operar y no tenía más suministro de aire que el
contenido en el compartimento principal. Se hundió en dos ocasiones: la primera vez murió la mitad de la tripulación y la
segunda vez se ahogaron los ocho tripulantes, incluyendo al propio Hunley. El 18 de febrero de 1864 el Hunley hundió al
USS Housatonic en la bahía de Charleston, siendo la primera vez que un submarino lograba hundir otro barco, si bien fue
hundido en el mismo combate poco después de comunicar su éxito. Otro submarino confederado fue hundido en su viaje
inaugural en el lago de Pontchartrain; fue hallado en tierra en los años 1870 y actualmente se exhibe en el Museo Estatal de
Luisiana. Los submarinos no tuvieron un gran impacto en el desenlace de la guerra, pero anunciaron su futura importancia en la
guerra naval, aumentando el interés por ellos.

América Latina
El primer submarino fue el Hipopótamo construido por José Rodríguez Labandera en Ecuador, quien junto a José Quevedo cruzó
el río Guayas el 18 de septiembre de 1838. Rodríguez Labandera realizó arreglos al Hipopótamo y cruzó el mismo río Guayas en
dos ocasiones más. Sin embargo, por falta de interés del gobierno u otra institución, la nave quedó varada en las orillas del
Guayas, donde el tiempo se encargó de destruirla.

Luego, el Flach, diseñado y construido por el ingeniero chileno-alemán Karl Flach, en 1865, comisionado por el gobierno de
Chile, durante la guerra que este país junto a Perú, libró contra España entre 1864 y 1866. El invento de Flach era simple.
Totalmente hecho de hierro, el submarino tenía una eslora de 12,5 m, una manga de 2,5 m y un peso cercano a las 100 t.
Alcanzaba una velocidad de 2 a 3 nudos, impulsado a propulsión humana, con un sistema de cigüeñales y pedales que movían sus
dos hélices, y se hundía con un ingenioso sistema de arrastre de pesos de un lado a otro de la nave. Su armamento consistía en dos
cañones de retrocarga, ubicado uno en la proa. Contaba además con un ingenioso sistema de renovación de aire, por lo que su
autonomía sumergido podía llegar a las 8 horas aproximadamente. Tenía una escotilla, pero no tenía periscopio, por lo que, cada
tanto, el buque debía salir a la superficie para saber si iba en la dirección correcta. Su tripulación constaba de 11 hombres. Tras
numerosas pruebas, la nave se hundió en la bahía de Valparaíso, con toda su tripulación, el 3 de mayo de 1866.

Los intentos por tener un arma submarina en el Perú, datan desde la guerra contra España 1863-1866. El ingeniero Federico
Blume diseña el primer submarino para la Marina de Guerra del Perú, el Toro Submarino, para batir a la poderosa escuadra
española que había tomado las Islas Chincha. La idea era crear un arma que permitiera atacar a la flota española con el mínimo de
riesgo. Pero la guerra con España terminó y el Toro Submarino no se llegó a construir.

Años más tarde, Chile declararía la guerra al Perú y Blume comenzaría a desarrollar su submarino en junio de 1879. Este
submarino tenía 48 pies de eslora y era operado manualmente por ocho hombres de una tripulación total de once que se
encargaban de los ventiladores y el control de los lastres.

El 14 de octubre, Blume comienza sus pruebas de mar en Paita, al norte del Perú. Durante tres semanas de intensas pruebas, el
submarino arrojó las siguientes asombrosas cifras: podía sumergirse 12 pies a una velocidad máxima de 3 nudos. Para poder
convencer al presidente Piérola, se organizó una demostración del submarino en el Callao, prueba en que estuvo sumergido por
30 min. sin ningún inconveniente y con un total de 30 pasajeros. El resultado era obvio, se aprobó el uso de esta arma contra la
escuadra Chilena.
Se preparó al Toro para atacar al Cochrane o al Blanco Encalada; dos blindados chilenos que estaban anclados cerca de la isla San
Lorenzo. Se le colocó una máquina de vapor a popa, se le retiró una de las torretas y los tubos de snorkel, se le quitó el tanque
lastre por una quilla hueca y se le colocó un tanque de aire comprimido de 1000 lb. Al Toro se le trincarían cuatro torpedos Lay
con 10 Lb de dinamita cada uno y los aplicaría a una sola nave, colocaría estos torpedos debajo del blindado dejándolos activados
con un controlador de tiempo.

Cuando el Toro estuvo listo para zarpar, las fuerzas chilenas fueron advertidas por sus espías: «Los peruanos preparan un ataque
con un arma secreta muy poderosa». Este aviso hizo que la escuadra de Chile se moviera de sus fondeaderos hacia el sur,
teniendo como consecuencia que la misión se abortase.

Submarinos de propulsión mecánica (finales del siglo XIX)


El primer submarino cuyo sistema de propulsión no era la tracción humana fue
el francés Plongeur, botado en 1863, que usaba aire comprimido a 12,4 bar
(180 PSI).13

El primer submarino con motor de combustión fue el Ictíneo II, propulsado por
vapor y peróxido, construido en Barcelona en 1864 por Narciso Monturiol y
Plongeur, el primer submarino cuyo
botado el 2 de octubre de 1864 en la Barceloneta. Medía 17 m de largo y
sistema de propulsión no era la
desplazaba 65 t. Inicialmente la propulsión era una hélice que giraba mediante tracción humana.
manubrios accionados por 16 hombres, pero en vista del escaso rendimiento dos
años más tarde se añadió un motor a vapor de 6 CV, realizando el 22 de octubre
de 1867 la primera salida a vapor.13 La nave estaba diseñada para albergar una
tripulación de dos personas, sumergirse 30 m y permanecer bajo el agua dos
horas. En la superficie usaba un motor a vapor, pero bajo el agua dicho motor
habría consumido rápidamente el oxígeno del submarino, por lo que Monturiol
recurrió a la química para inventar un motor que consumía una mezcla de clorato
potásico, zinc y peróxido de manganeso. La elegancia de este método era que la
reacción que movía la hélice liberaba oxígeno, que tras ser tratado se usaba en el
casco para la tripulación y también alimentaba un motor de vapor auxiliar que
ayudaba a propulsar la nave bajo el agua. A pesar de las exitosas demostraciones Réplica del submarino de madera de
en el puerto de Barcelona, Monturiol no logró interesar a la armada española o Monturiol Ictíneo II en el Puerto Viejo
de cualquier otro país. de Barcelona.

En 1870, el escritor francés Julio Verne publicó el clásico de ciencia ficción


Veinte mil leguas de viaje submarino, que narraba las aventuras de un inventor inconformista en el Nautilus, un submarino más
avanzado que todos los existentes en la época. La historia inspiró a los inventores para construir submarinos más avanzados.

El primer submarino construido en serie, sin embargo, era de tracción humana. Fue el submarino del inventor polaco Stefan
Drzewiecki: 50 unidades fueron construidas en 1881 para el gobierno ruso. El mismo inventor construyó en 1884 un submarino
impulsado por energía eléctrica.

Las discusiones entre el reverendo inglés George Garrett y el experto industrial y comercial sueco Thorsten Nordenfelt llevaron a
una serie de submarinos impulsados a vapor. El primero fue el Nordenfelt I (1885), un buque de 56 toneladas y 19,5 m de largo
parecido al malogrado Resurgam de Garrett (1879), con un alcance de 240 km y armado con un único torpedo. Como el
Resurgam, funcionaba a vapor en la superficie y apagaba el motor para sumergirse. Grecia, temerosa del regreso de los otomanos,
lo compró. Nordenfelt construyó entonces el Nordenfelt II, un submarino de 30 m de largo con dos tubos de torpedos, que vendió
a la preocupada armada alemana. Los esfuerzos de Nordenfelt culminaron en 1887 con el Nordenfelt IV, con motores y torpedos
gemelos. Fue vendido a los rusos, pero resultó ser inestable, encalló y fue desguazado.
El primer submarino militar completamente útil fue el submarino de Peral de
propulsión eléctrica construido por el ingeniero, marino y profesor español de
física matemática en la Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada, Isaac
Peral y Caballero para la Armada Española, prototipo que iba a ser usado en la
guerra hispano-estadounidense. Se botó el 8 de septiembre de 1888. Tenía un El submarino Peral, armado con
tubo lanzatorpedos, con dos torpedos de recarga además del que iba ya montado torpedos en 1888. Su casco puede
en el tubo, nuevos sistemas de aire, un casco ahusado, propulsor y controles verse actualmente en Cartagena
(España).
externos con forma de cruz, anticipando diseños muy posteriores. Su velocidad
subacuática era de 10 nudos, pero adolecía de un corto alcance debido a la
alimentación por baterías de sus sistemas. Las baterías eran una modificación de Peral de un sistema zinc-dicromato potásico. En
junio de 1890, el submarino de Peral lanzó el primer torpedo de la historia disparado con éxito, desde un submarino sumergido en
el mar. La armada española terminó cancelando el proyecto. Muchos más submarinos fueron construidos en esta época por varios
inventores, pero no llegarían a ser armas eficaces hasta bien entrado el siglo XX.

De finales del siglo XIX a la Primera Guerra Mundial


El cambio de siglo supuso una época crucial en el desarrollo de los submarinos, haciendo su debut un número importante de
tecnologías, y siendo construidos y adoptados ampliamente por varios países. La propulsión diésel-eléctrica pasaría a ser el
sistema de energía dominante y artilugios tales como el periscopio serían normalizados. Se efectuaron un gran número de
experimentos sobre tácticas y armas efectivas para los submarinos, lo que culminaría con el gran impacto que supusieron en la
próxima Primera Guerra Mundial.

En 1895, el inventor irlandés John Philip Holland diseñó un submarino que, por primera vez, equipaba un motor de combustión
interna en superficie y un motor eléctrico alimentado por baterías bajo el agua. En 1902, Holland recibió la Patente USPTO nº
708553 (http://patft.uspto.gov/netacgi/nph-Parser?patentnumber=708553). Algunos de sus buques fueron comprados por los
Estados Unidos, el Reino Unido, la Armada Imperial Rusa y Japón.

La Armada Imperial Japonesa comenzó su servicio de submarinos con cinco Holland tipo VII comprados a la Electric Boat
Company in 1904. Las cinco naves fueron entregadas en secciones, llegando a Japón el 14 de junio de 1904. Después de re-
armarlos, los cinco Hollands estuvieron listos para combatir en agosto de 1905,14 pero la guerra Ruso-Japonesa estaba cerca de
su fin por esa fecha, y ningún submarino japonés vería acción en esa guerra.

Encargado en junio de 1900, el submarino a vapor y eléctrico Narval, diseñado


por el francés Maxime Laubeuf y por el ingeniero español Raymondo Lorenzo
d'Equevilley Montjustin, reintrodujo el clásico diseño de doble casco, con un
casco de presión dentro del casco exterior ligero. Este buque de 200 t tenía una
autonomía de unas 100 millas en superficie y unas 10 millas bajo el agua. El
submarino francés de 1904 Aigrette (‘martinete’) mejoró el concepto al usar un
motor diésel para la navegación en superficie. Se construyó un gran número de
El submarino francés de 1900 Narval
estos submarinos, con 74 terminados antes de 1914.

Submarinos en la Primera Guerra Mundial


Durante la Primera Guerra Mundial los estrategas militares dieron verdadera importancia a las batallas navales. Primero trataron
con modelos que usaban energía diésel y eléctrica pero requerían ser recargados con frecuencia y solo alcanzaban una velocidad
máxima de 10 nudos (18 km/h).
La primera vez que los submarinos militares tuvieron un impacto significativo
en batalla fue en la Primera Guerra Mundial. Cuerpos como los U-Boot
alemanes actuaron en combate en la batalla del Atlántico y fueron responsables
del hundimiento del RMS Lusitania, lo que recibe buena parte del crédito de la
decisión de Estados Unidos de entrar en la guerra.
Submarino alemán U9 (1910). Bajo
La capacidad de los U-Boot para servir como máquinas de guerra útiles residía
el mando de Otto Weddigen, hundió
en nuevas tácticas, en su número y en tecnologías submarinas tales como el tres cruceros británicos en pocos
sistema de energía diésel-eléctrico que había sido desarrollado en años minutos en septiembre de 1914.
anteriores. Más como barcos sumergibles que como submarinos modernos, los
U-Boot operaban primordialmente en superficie usando motores convencionales,
usando sus baterías para sumergirse ocasionalmente y realizar ataques. Su casco tenía una sección aproximadamente triangular,
con una quilla distintiva, para controlar el oleaje, y una proa distintiva. En 1916, el serbio Konjovic, al servicio de Austria-
Hungría, entró en la historia como el primer piloto que destruyó un submarino desde el aire, concretamente un submarino francés
en el Adriático. Cuando vio que había supervivientes tras el bombardeo, amerizó su hidroavión y los salvó. Por esta acción
heroica, el gobierno francés le condecoró el 14 de febrero de 1968 con un reconocimiento especial por el heroísmo, humanidad y
compasión en las batallas marítimas. Todavía hoy hay un retrato de Konjovic salvando a los marineros en la sede oficial de la
armada francesa.

Avances entre las guerras mundiales


Varios diseños de submarinos nuevos fueron desarrollados en los años entre las guerras mundiales. Entre los más notorios estaban
los submarinos portaaviones, equipados con un hangar impermeable y una catapulta de vapor, que podía lanzar y recoger uno o
más pequeños hidroaviones. El submarino y su avión podían así actuar como una unidad de reconocimiento por delante de la
flota, un papel esencial en una época en la que el radar aún no existía. El primer ejemplo fue el HMS M2 británico, seguido del
francés Surcouf y numerosos buques de la Armada Imperial Japonesa. El Surcouf de 1929 también fue diseñado como un
«crucero subacuático», destinado a buscar y entrar en combate en superficie.

Submarinos en la Segunda Guerra Mundial

Alemania
Alemania tuvo la mayor flota de submarinos durante la Segunda Guerra Mundial. Debido a que el Tratado de Versalles limitaba
las fuerzas navales de superficie, la reconstrucción de las fuerzas navales alemanas no había hecho más que empezar seriamente
un año antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Sin esperanzas de derrotar a la inmensamente superior Marina Real
británica en el combate en superficie, el alto mando alemán detuvo de inmediato la construcción de grandes barcos de superficie
con excepción del casi terminado Bismarck y dos cruceros, y dedicó sus recursos a los submarinos, que podían terminarse mucho
más rápidamente. Aunque ampliar las instalaciones de producción y empezar la fabricación masiva costó la mayor parte de 1940,
al final de la guerra se habían construido más de 1000 submarinos.

Los submarinos alemanes tuvieron un efecto devastador en la batalla del Atlántico, intentando (pero finalmente fracasando) cortar
las rutas de suministro británicas al hundir más barcos de los que los ingleses podían reemplazar. Estas rutas eran vitales para la
alimentación y la industria británicas, así como para el armamento estadounidense. Aunque los U-Boot habían sido mejorados en
los años anteriores, las mayores mejoras fueron las de las comunicaciones, cifradas gracias al uso de la famosa máquina de
cifrado rotativo Enigma. Esto permitió las tácticas de ataques masivos o wolfpacks (en alemán Rudeltaktik), pero también la caída
definitiva de los U-Boot.
Tras hacerse a la mar, los U-Boot operaban de forma prácticamente independiente para localizar convoyes en las zonas que les
había asignado el alto mando. Si encontraban uno, el submarino no atacaba inmediatamente, sino que lo seguía de cerca para
permitir que otros submarinos de la zona encontrasen al convoy. Luego se agrupaban en una fuerza mayor y atacaban
simultáneamente al convoy, preferiblemente de noche y en superficie.

En la primera mitad de la guerra, los submarinos alemanes lograron éxitos espectaculares con estas tácticas, pero muy pocos
tuvieron algún efecto decisivo. En la segunda mitad, Alemania tenía submarinos suficientes, pero esto era contrarrestado por los
Aliados por el número igualmente mayor de buques de escolta, aviones y avances técnicos como el radar y el sónar. Huff-Duff
(sistema de radio detección de alta frecuencia, en inglés high frecuency direction finding, o abreviado Huff-Duff, sistema de alerta
temprana consistente en la localización del submarino mediante radiogoniómetros cuando este emerge para radiar) y ULTRA
permitieron a los Aliados guiar a los convoyes entre los wolfpacks cuando los detectaban por sus transmisiones de radio.

Winston Churchill escribió que la amenaza de los U-Boot fue lo único que le llegó a provocar dudas sobre la victoria final de los
Aliados (en referencia al tipo XXI).15

Japón
Japón tuvo la flota más diversa de submarinos de la Segunda Guerra Mundial,
incluyendo torpedos humanos suicidas (Kaiten), submarinos enanos (Kō-hyōteki,
Kairyū), submarinos de tamaño medio, submarinos especializados en el
aprovisionamiento (la mayoría para uso del ejército), flotas de submarinos de
larga distancia (muchos de los cuales llevaban un avión), submarinos con las
mayores velocidades subacuáticas de la guerra (clase I-201) y submarinos que
Submarino de clase I-400 de la
podían transportar múltiples bombarderos (el mayor de la guerra, el I-400). Estos Armada Imperial Japonesa, la mayor
submarinos también estaban equipados con los torpedos más avanzados de la de la Segunda Guerra Mundial.
guerra, los Tipo 95, propulsados por oxígeno.

En general, y a pesar de sus virtudes técnicas, los submarinos japoneses fueron relativamente ineficaces. Se usaron a menudo en
ataques contra barcos de guerra, que eran rápidos y maniobrables y tenían mejores defensas que los barcos mercantes. En 1942,
los submarinos japoneses hundieron dos portaaviones además de otros buques de guerra, pero no fueron capaces de repetir estos
éxitos más adelante. A finales de ese año, los submarinos pasaron a usarse en el transporte de suministros a las guarniciones
isleñas.

Estados Unidos
Los Estados Unidos usaron sus submarinos para atacar barcos mercantes (asalto comercial o guerre de course), destruyendo más
barcos japoneses que todas las demás armas juntas.

Donde Japón tenía los mejores torpedos de la guerra, la marina estadounidense tenía quizá el peor, el torpedo a vapor Mark 14,
con una espoleta de detonación magnética Mk 6 y una espoleta de contacto Mk 5, ninguno de los cuales era fiable. El mecanismo
de control de profundidad del Mark 14 fue corregido en agosto de 1942, pero las pruebas de campo de los explosivos no fueron
realizadas hasta mediados de 1943, cuando los ensayos en Hawái y Australia confirmaron los fallos. En un intento de corregir los
problemas se puso en servicio un torpedo eléctrico sin estela, lo que provocó las pérdidas del USS Tang y el USS Tullibee como
resultado de impactos de sus propios torpedos y graves daños en el USS Wahoo, debidos a un impacto circular en su proa antes de
sufrir un bombardeo aéreo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, 314 submarinos prestaron servicio en la armada estadounidense, de los que 111 estaban en
servicio el 7 de diciembre de 1941 y 203, de las clases Gato, Balao y Tench, lo hicieron durante la guerra, en la que se perdieron
52 de ellos y 3506 vidas. Los submarinos estadounidenses hundieron 1392 barcos enemigos con un tonelaje total de 5,3 millones
de toneladas, incluyendo ocho portaaviones y unos 200 barcos de guerra.
Los schnorchel
Los submarinos diésel necesitaban aire para hacer funcionar sus motores, por lo que equipaban enormes baterías eléctricas para la
operación subacuática. Esto limitaba su velocidad y autonomía cuando estaban sumergidos. Los schnorchel (una invención
holandesa anterior a la guerra) fueron usados por los submarinos alemanes para navegar justo por debajo de la superficie,
intentando evitar la detección visual y del radar. La armada alemana experimentó con motores de peróxido de hidrógeno (agua
oxigenada) para permitir el uso del diésel bajo el agua, pero las dificultades técnicas eran enormes. Los Aliados experimentaron
varios sistemas de detección, incluyendo sensores químicos para «oler» los gases de combustión de los submarinos.

Submarinos modernos
En los años 1950, la energía nuclear reemplazó parcialmente a la propulsión
diésel-eléctrica. Este sistema se desarrolló para extraer también oxígeno del
agua del mar. Estas dos innovaciones dieron a los submarinos la habilidad de
permanecer sumergidos durante semanas o meses, y permitieron viajes
previamente imposibles, como la travesía del Polo Norte bajo la capa de hielo
ártico por el USS Nautilus en 1958. La mayoría de los submarinos militares
construidos desde esa época en los Estados Unidos y la Unión Soviética han
sido propulsados por reactores nucleares. Los factores que limitan la
USS Maine, submarino con misiles
permanencia subacuática de estos buques son los suministros alimenticios y balísticos nucleares, emergiendo en el
los problemas psicológicos de una tripulación confinada en un espacio tan océano Atlántico a 93 kilómetros al sur
limitado. de Puerto Rico.

Aunque la mayor autonomía y rendimiento de los reactores nucleares implica


que estos submarinos son mejores para misiones de larga distancia o de protección de una fuerza de portaaviones, los submarinos
diésel-eléctricos han seguido siendo producidos por países con y sin capacidad nuclear, pues pueden ser más difíciles de detectar,
salvo cuando necesitan usar su motor diésel para recargar las baterías. Los avances tecnológicos en insonorización, aislamiento y
cancelación del ruido han erosionado sustancialmente esta ventaja. Mucho más limitados en cuanto a velocidad y capacidad
armamentística, los submarinos convencionales son también más baratos de construir. La introducción de buques con propulsión
anaeróbica ha provocado un resurgimiento de este tipo de submarinos.

Durante la Guerra Fría, los Estados Unidos y la Unión Soviética mantuvieron grandes flotas de submarinos que jugaban al gato y
el ratón. Esta tradición permanece en la actualidad a una escala mucho menor. La Unión Soviética sufrió la pérdida de al menos 4
submarinos durante este periodo: el K-129 se hundió en 1968 (la CIA intentó recuperarlo del fondo de océano con el buque
Glomar Explorer diseñado por Howard Hughes), el K-8 en 1970, el K-219 en 1986 (episodio narrado en la película Hostile
Waters) y el Komsomolets (el único submarino de clase Mike) en 1989 (que ostentaba un récord de profundidad entre los
submarinos militares: 1000 m). Muchos otros submarinos soviéticos, como el K-19 (el primer submarino soviético nuclear y que
navegó bajo el Polo Norte) sufrieron graves daños por incendios o fugas radiactivas. Los Estados Unidos perdieron al menos tres
submarinos en esta época: el de propulsión diésel USS Cochino (por un fallo técnico en el mar de Bahrents el 25 de agosto de
1949); y los nucleares USS Thresher (también por un fallo técnico) y USS Scorpion (por causa desconocida). En agosto de 2000
ocurrió el desastre del submarino ruso K-141 Kursk.

El hundimiento del PNS Ghazi en la guerra indo-pakistaní de 1971 fue la primera baja de un submarino en la región del
Subcontinente Indio. El Reino Unido usó submarinos nucleares contra Argentina en 1982 durante la guerra de las Malvinas. El
submarino atómico HMS Conqueror fue el primer submarino nuclear en entrar en combate, hundiendo al buque de guerra
argentino ARA General Belgrano en zona neutral mientras se negociaba un acuerdo de paz promovido por la ONU.

Un narco submarino es un submarino comúnmente construido por narcotraficantes para transportar cocaína a los Estados Unidos.
Debido a que los narco submarinos son de fibra de vidrio y que se desplazan prácticamente al ras de la superficie del mar, es muy
difícil detectarlos por medio visual, radar o por sonar. Algunos narco submarinos cuentan con una delgada capa de plomo en la
cubierta para evitar la detección por medio de luz infrarroja. En la mayoría de los casos, la mejor oportunidad de detección es de
día y por medio visual desde una aeronave.

En los últimos años se han desarrollado submarinos robóticos que al prescindir del factor humano permiten descender a grandes
profundidades con menos costes, existen de dos tipos generales, los operados remotamente o ROV (del inglés Remote Operated
Vehicle), y los Autónomos, guiados por algún tipo de software.

En el cine
Se ha desarrollado un género especial de películas sobre submarinos, que han resultado ser elementos populares debido al peligro,
el drama y la claustrofobia asociados a ellos, así como el suspense del juego del gato y el ratón que es la guerra submarina.
Algunas de las primeras películas fueron Operación Pacífico y Run Silent, Run Deep, basada ésta en una novela clásica. Películas
más modernas son La caza del Octubre Rojo, Das Boot, U-571, Marea roja y The Enemy Below. K-19: The Widowmaker trata
sobre el primero de los muchos desastres que sufrió el submarino soviético. Abajo el periscopio es una comedia con Kelsey
Grammer que tiene lugar en un submarino diésel.

Véase también
Submarino enano
Submarino portaaviones
ROV
Carga de profundidad
U-Boot
Submarino nuclear
Narco submarino
Batiscafo
Batiscafo Trieste
Narciso Monturiol
Isaac Peral

Notas
7. NATO Review - Women in uniform (http://www.nato.i
1. Real Academia Española. «submarino.» (http://lema. nt/docu/review/2001/0102-09.htm) (inglés).
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española. Consultado 16 de septiembre del 2013. 8. Armed Forces Careers - New Debate on Submarine
Duty for Women (http://armedforcescareers.com/artic
2. National Defence Magazine (https://web.archive.org/ les/article18.html)
web/20060210061328/http://www.nationaldefensema
gazine.org/issues/2000/May/Virginia-Class.htm) Archivado (https://web.archive.org/web/20070927
(inglés) 064245/http://armedforcescareers.com/articles/art
3. Federation of American Scientists (http://www.fas.or icle18.html) el 27 de septiembre de 2007 en la
g/man/dod-101/sys/ship/deep.htm) (inglés). Wayback Machine. (inglés).
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