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Culto y Liturgia - Amos Lopez

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CENTRO INTER-ECLESIAL DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS Y SOCIALES

(CIEETS)
FACULTAD EVANGÉLICA DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS Y SOCIALES
(FEET)
CARRERA DE TEOLOGÍA

ASIGNATURA: Culto y Liturgia


Elaborado por: Marvin Castañeda
Profesor: Ellis Hoffman

Amós López, nos explica que desde los inicios de la iglesia, las prácticas de
acción pastoral se han mantenido con cierta continuidad hasta nuestros días. En
el culto por medio de acciones simbólicas expresa su FE y su visión de la vida y
el mundo, anuncia la presencia y la acción de Dios y apunta los desafíos
específicos que dicha realidad levanta para su misión.
La iglesia no tiene una misión que le viene de sí misma, sino que colabora con
la misión de Dios en el mundo. Dios convoca a la iglesia para servir en el mundo,
según Amos López, el primer servidor del ser humano es DIOS. Según Klemens
Richter la liturgia es el servicio de Dios a los hombres.
En las primeras comunidades cristianas encontramos que la adoración y el
servicio a los necesitados se fundían en una sola práctica. Para Jesus todo acto
de servicio al prójimo era un acto de adoración a DIOS. La relación adoración-
diaconía, constituye el núcleo testimonial de la iglesia naciente.
Para el autor la iglesia en nuestros días no cumple con esas características de
la iglesia naciente, esa comprensión de sentir el acto litúrgico como acto diaconal
y a la vez comprender y sentir las acciones de servicio como formas de celebrar
la vida , la fe y la esperanza son desafíos para las iglesias en nuestro tiempo.
El Apostol Pablo nos recuerda que el culto verdadero es la entrega de la propia
vida. Jesus, también afirmaba que la entrega por el otro y la otra es el mejor culto
que podemos rendir al Dios de la vida. Jesus es aquel que celebra la vida y la
ofrece, anunciando que ha venido a servir y no a ser servido, es el mensaje y el
desafío cada vez que recordamos su muerte y resurrección.
La iglesia no puede dejar de proclamar que su razón de ser es servir, que su
culto es siempre una mesa servida y abierta para todos aquellos que tienen
hambre y sed de pan y justicia.
La liturgia debe ser un espacio para acompañarnos mutuamente inspirados en
el amor de DIOS, una oportunidad privilegiada para compartir nuestros
problemas y angustias, para escucharnos y comprendernos, para enfrentar
juntos los desafíos de la vida presente, para afirmar que somos una familia y
tenemos la común vocación de apoyarnos y servirnos en la búsqueda de
soluciones y caminos de esperanza. Muchas veces las promesas que DIOS nos
ha hecho deben de materializarse por medio de nuestra mediación humana en
la práctica de una koinonia comprometida y eficaz.
El culto siempre tiene que ser una apuesta por la vida.
Otra parte que el autor le da énfasis es en el replanteo de los propósitos,
contenidos y agentes de nuestra educación cristiana en las iglesias para ver si
favorecemos un proceso educativo liberador y centrado en la vida de las
personas y no en la memorización de textos o el simple conocimiento de los
contenidos bíblicos. Es aquí donde el autor explica que el modelo educativo de
Jesus es el mas adecuado para ayudarnos en nuestro propósito. Es urgente la
educación de nuestras iglesias en todos los niveles para que la iglesia sea
renovada de acuerdo a su naturaleza y misión.
Para concluir, Amós López nos explica que el misterio de la donación de Dios,
de su opción por nosotros y nosotras, tiene un fuerte nexo de unidad teológica
con la entrega de Cristo y nos envía como iglesia a compartir el pan con los
necesitados. Amós López nos hace reflexionar sobre que tipo de culto
promueven nuestras iglesias, porque esto refleja nuestra teología, nuestra forma
de vernos como iglesia, nuestra forma de entender y desarrollar la misión de
Dios en el mundo. La Liturgia debe de exhortar a la iglesia al servicio, al
compromiso, a la práctica de la solidaridad y el amor. El autor nos insta a volver
la mirada a las comunidades primitivas. La liturgia debe integrar la FE y la vida.
La propia reflexión teológica y pastoral sobre nuestra realidad litúrgica en el
ámbito de las iglesias e instituciones de formación. La actualidad litúrgica pasa
mas por la práctica litúrgica que por la reflexión sistemática de esa práctica.
Debemos ser fieles a la afirmación de la teología patrística de que la liturgia es
la “teología primera”, incentivando a nuestro movimiento eclesial y ecuménico a
reflexionar sobre nuestra practica litúrgica y la forma en que ella responde a las
necesidades actuales de las iglesias.

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