La Metodologia en Ciencia Politica-Alker
La Metodologia en Ciencia Politica-Alker
La Metodologia en Ciencia Politica-Alker
docenas de posibilidades relevantes en la literatura inferencial y y relaciones internacionales están: Mili, 1843; Diesing, 1971; Dallmayr y
figurativa. Sin embargo, carecemos del lujo de su seguridad oncoló- McCarth>vl979;Elsier, 1989;Walton, 1990;Hollis, 1994; y Schiffrin, 1994.
4 Véase Alker (1974, 1984, 1993 y, especialmente, 1996) para una ela-
gica; tenemos que estar preparados, en estos tiempos, para consi- boración de ios ternas neonristotélicos. Estas obras constituyen importantes
derar los temas fenomeno.lógicos-.cuidadosamente, de forma cons- fuentes cíe?muchos de los argumentos de este capítulo. A .excepción de que
tructiva, informadamente y con una mentalidad abierta. sea obligado, no las citaré más de aquí en adelante.
1143 1144
lógica positivista y hermenéutica (críticamente interpretativa)
nuestro discurso y nuestra actuación políticas, me parecía, en
- de la investigación política, y de su uso de los escritos de Yon
aquel momento, que representaba una colaboración muy inno-
Wright y de Habermas sobre explicación y comprensión, me
vadora entre un psicólogo social y político y un lingüista com-
centré en los ejemplos en los que el poder y la influencia, los
putacional. Esta línea de trabajo ha sido posteriormente oOgui-
sistemas constituidos a partir de esas, relaciones, o las justifi-
da y reformulada por un buen número de autores que utiliza:!
caciones para la acción colectiva constituían una preocupación
las herramientas de la inteligencia artificial (véanse las con-
política central. Visto retrospectivamente, yo favorecía las nue-
tribuciones y las bibliografías que aparecen en Walton, 1990:
vas o viejas estrategias figurativas o especificacionales orien-
Hudson, 1991; Tabee, 1992; Duffy y Tucker, 1995). Stephen
—-tad as - co mu n ic a t ivamen te Acornó. 1 as .que u npjbusc ajía a. P a Etk
--Slade-(1994),_mLdiscjpulg.j.le^y^eJ^on_y Schank, ha aplicado
de una perspectiva «reflexivista» aristotélica o habermasiana
sus representaciones o especificaciones formales dePaízóTíIP'
(Kratochwil, 1989). Mi intento por resucitar el «análisis de
miento psicológico político a las decisiones de las votaciones
razón» de la temprana investigación de mercado europea, lle-
vada a cabo entre otros por el sociólogo político Paul Lazars- del Congreso con resultados impresionantes.
La conciencia crítica de John Jackson sobre las limitación-:-:;
fclcL anticipaba algo del trabajo más metodológicamente inno-
de los enfoques individualistas de la construcción do mudólo:;
vador sobre el razonamiento, la elección y la acción política
que asumen el equilibrio en el estudio del cambio polílico-insti-
(Siüderman, Brody y Tetlock, 1991), aunque la obra de éstos
tucional-ha señalado también hacia las innovaciones de l;is espe-
se podría haber beneficiado de unas especificaciones figurati-
cificaciones de tipo neoaristotélico. Su capítulo (Jackson, suprn,
vas más ambiciosas del tipo de las exploradas por Hudson
cap. 32) presta una considerable atención a sus espeeifieaeiono;;
(1991) y Sb.de (1994).
• no convencionales de fenómenos políticos en términos fascinantes
y posiblemente no equilibradores de dependencia de senda (¡7<i?!i-
dependent); y no ignora tampoco los temas, a veces difíciles, de
d) La promesa de representaciones f&nnales alternativas
la estimación estadística que trae consigo este enfoque.
El capítulo de Jackson es especialmente impresionante por el
De igual modo, la sugerencia más importante, implícita en
contenido sustantivo de sus brevísimas referencias a la composi-
la cita de Bartels y Brady que hemos recogido más arriba," es
ción cambiante de los partidos Demócrata y Republicano. Siguien-
la necesidad que expresa de unas especificaciones invesdgablcs
do las nuevas posibilidades de especificación sugeridas por ios
empíricamente nuevas y mejores de las relaciones políticas. Un
cibernéticos rusos, los economistas americanos, ios teóricos cíe
conjunto de especificaciones de procedimiento orientado comu-
sistemas y las primeras obras sobre la dinámica de los sistemas
nicativamente es evidente, entre otros, en el uso que Crecine
de partidos, Jacks.on ha dado un significativo paso afielante hacia
(1969) y Alker y Greenberg (1977) hacen de las ideas del pro-
ceso de resolución de problemas de los gobiernos. ¡Como éstas la reescritura de la historia de las metodologías políticas que son
venían sugeridas por el trabajo de Herbert Simón y sus cole- relevantes para los temas de la complejidad organizada.
El tratamiento de los métodos cualitativos de l'a investigación
gas en administración pública y en la ciencia cognitiva, no hubo
macrppoiítica que llevan a cabo Ragin, Berg-Schlosser y De
ningún problema de inautenticidad disciplinar relacionado con'
ellas! De forma similar, el salto en los formalismos cíe depen- iMeur (suprx. cap. 33) tiene un similar sabor innovador y filosó-
ficamente sofisticado. El interés que muestran por las preocu-
dencia conceptual de Schank y Abelson para representar mejor
las formas .en las que las ideologías políticas sobre lo correcto y paciones políticas de casos o períodos específicos, así como por
la causación coyuntura!, se aparta de las generalidades indepen-
ca o especificacional que arrancan tanto de las versiones pre Daclo ; que los filósofos de la ciencia (social) y los científi-
como posweberianas de este tradicional debate. Por tanto, ias cos sociales han estado luchando con los problemas de la cau-
nociones neoaristotélicas sustanciales -del discurso intencio- salidad política, la funcionalidad y las intenciones colectivas
nal sobre lo correcto y lo incorrecto, de la agencia intencional durante mucho tiempo* es importante tener una buena idea de
y práctica en las colectividades, de la retroaümentación y el lo que consiguieron3. El conocimiento de los contextos en los
funcionamiento adaptativo y erróneamente adaptativo. y de la que los nebaristotélicos y los neogalileanos desarrollaron sus
complejidad organizada más en general- no se convierten en -innovaciones metodológicas nos ayuda a entender sus posibi-
problemas centrales de la metodología política en su muy gali- lidades y-sus límites en contextos de aplicación nuevos y dis-
leana versión. Aunque sea claramente preferible una síntesis tintos. Nos da más libertad para no repetir las prácticas pasa-
creativa de las preocupaciones de raíz tanto aristotélica como das cuando sean inadecuadas para problemas actuales o futuros.
"~g:alrleirnarpara-descomponer4os-elementos-metodológieos-de- -Y-no •es-n'ecesário-que-todos'searnos-neoaristotélicos-para-apre"—
••'• una ciencia política, parece no obstante más apropiado aquí ciar estás reflexiones4.
; poner un énfasis corrector en la contribución de la primera tra- Lo que intenté hacer en el Handbook of Political Science
dición. de 1975 parece ahora especialmente relevante. Consistía en
La seguridad fenomenologica.de Aristóteles, evidenciada sugerir.-fprmas novedosas de-volver a considerar los funda-
en la cita de la Ética a Nicómaco que aparece al principio, per- mentos fenomenológicos e interpretativos de la metodología
mite que sus estudiantes de metodología política sean com- política. Creía que la respuesta correcta a los éxitos de los
pradores cosmopolitas sin complejos de inferioridad. Puesto psicometristas y los económetras en sus propias disciplinas
que la política constituye, o puede constituir, el reino de las consistía en ser igual de problemáticamente sensible y meto-
más altas formas de autorrealización individual y colectiva de dológicamente creativo en la nuestra. Eran evidentes las nue-
los seres humanos, hay que buscar cuando sea apropiado las vas y excitantes oportunidades que había para hacerlo en cam-
contribuciones de las otras disciplinas a ese fin, pero no sobre pos corno la psicología y la sociología políticas, la lingüística
la base de una liquidación total o un saldo de garaje. computacional, la ciencia cognitiva y el análisis del discurso
Para decirlo con términos modernos: puesto que los produc- político..
tos del trabajb científico entraban en el dominio público tras su .
anuncio público o su publicación, la legitimación disciplinar y las
prioridades del descubrimiento no parecen haber sido tan pro- c) Volviendo -a conectar la metodología política con las
blemáticos; la buena legislación se tiene que construir a partir de fenomenologías políticas orientadas comunicativamente
los hallazgos de cualquiera y de todas las disciplinas. Como gran-
A partir del enfoque sintético, filosóficamente informado y
T des discípulos-nietos de Aristóteles, los politólogos, como nues-
tros predecesores en otras subdisciplinas metodológicas, tenemos fenomenológicarnente perceptivo de Donald Moon (1975) a la
derecho a usar todo lo que pueda ser útil para nuestras preocu-
paciones sustantivas y nuestros propósitos metodológicos entre 3 Eriire mis favoritos para enseñar a los estudiantes de ciencia política
docenas de posibilidades relevantes en la literatura inferencial y y relaciones internacionales están: Mili, 1843; Diesin», 1971; Dallmayr y
figurativa. Sin embargo, carecemos del lujo de su seguridad oncoló- McCarthy v 1979;EIster, 1989;WaIton, 1990;Hollis, 1994; y Schiffrin, 1994.
4 Véase Alker (1974, 1984, 1993 y, especialmente, 1996) para una ela-
gica; tenemos que estar preparados, en estos tiempos, para consi- boración de los temas neoaristotélicos. Estas obras constituyen importantes
derar los temas fenomeno.lógicos-.cuidadosamente, de forma cons- fuentes cíe''muchos de los argumentos de este capítulo. A excepción de que
taictiva, informadamente y con una mentalidad abierta. sea obligado, no las citaré más de-aquí en adelante.