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El Vínculo Pedagógico

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El vínculo pedagógico entre sujeto de aprendizaje y el educador.

Verónica Noemí Aranguez - Lanuevamirada


“Los vínculos entre educando y educador pueden influir en el aprendizaje positiva o
negativamente, en la escuela de los nuevos escenarios”.

La educación, según Cerletti (2008) es una estructura compleja de repetición que cumple
funciones tanto de objetivación como de subjetivación. En esta práctica compleja se
involucran sujetos sociales que participan de la situación educativa, en donde los
educadores ponen en acción dispositivos que les permiten incidir sobre los educandos
(otros) en un proceso de subjetivación. Parafraseando a Puiggrós, la práctica educativa se
constituye a partir de la mediación de unos sujetos con otros. Esta mediación adquiere
diferentes modalidades que tienen que ver con las características particulares de cada
sujeto y de las situaciones contextuales en las cuales se desenvuelven. A esta relación
mediada se la denomina “sujeto pedagógico”.

El sujeto pedagógico
El sujeto pedagógico distingue dos componentes en la relación educativa: un sujeto que
aprende y un sujeto que enseña.
En nuestro país, el sujeto pedagógico moderno, carga con la especificidad de los procesos
nacionales, al mismo tiempo que se encuentra cruzado por los inconvenientes
económicos, sociales y políticos, no obstante lo penetran las nuevas tecnologías, los
rituales ancestrales, la tiza y las normas de disciplina impuestas, estas últimas, desde la
modernidad.
Ante esta diversidad de situaciones que influye contextualmente al sujeto que aprende y
que enseña, la escuela tiende a homogenizar; sigue con la visión clásica cuya función era
unificar, integrar social y culturalmente. Pero lo que hoy se ven son individuos
heterogéneos y la institución educativa lo que hace es un todo unificado. Se puede ver
claramente a la hora de formar, en los recreos, la posición de los bancos en el aula, a
determinar grupos de acuerdo a su conducta, edad, y la forma cómo se agrupan; son
sujetos normalizados de acuerdo a lo visible. Lo invisible, su carga originaria, su cultura,
sus habilidades, sus saberes, aquellos que traen queda excluido, y a veces ciertas
acciones conllevan al sujeto que aprende, a fracasar.
La escuela es una multiplicidad, es lo que hay, y dentro de ella se dan múltiples relaciones
que son complejas y contradictorias. En una escuela vista como multiplicidad no se parte
de unos individuos (unidades) sino que se los integra. Se parte de las multiplicidades, de
las relaciones sociales, culturales, ideológicas, cognitivas, afectivas, etc., que no son
estables y se enfrentan a la cotidianeidad.

El educador
Pensar en el sujeto que aprende en la institución educativa, nos lleva a ver, y reveer quién
enseña, cuál es su función, cuál es la importancia de vínculo entre el que aprende
(alumno) y el que enseña (maestro); entre ellos hay algo que enseñar y aprender
(conocimientos, valores, etc.), creando la situación educativa. Las relaciones que se
establecen entre estos componentes dependen de ellos y de la situación socio-histórica y
cultural en la que la situación educativa tiene lugar.
En toda situación educativa las multiplicidades que se dan son tres: educador, educando y
saberes. Cada uno porta su identidad, sus múltiples relaciones sociales, barriales,
familiares, círculo de amigos; es un cúmulo de combinaciones posibles y segmentaciones.
Al ingresar a la escuela primero se distingue a un individuo, luego un integrante del grado
como parte de un grupo y luego se lo incluye como alumno; es lo que está presente en la
situación educativa. Y dentro de ella está quien enseña, el docente, que tiene como
función garantizar el cumplimiento de la legalidad educativa (Cerletti: 2008). Es decirque
su tarea de enseñar , debe alentar a la capacidad de luchar por la libertad, a la creatividad,
escuchar, respetar, y dar siempre la posibilidad al otro, tener una mirada diferente hacia el
otro, guiarlo, estimularlo, y mantener sobretodo el diálogo.
Educar para Freire (1962), es crear la capacidad de una actitud crítica permanente, actitud
que le permita al hombre captar la opresión en que se halla sumido; educar no es
transmitir conocimientos hechos o estáticos, es crear una situación pedagógica en la
conciencia del mundo que le rodea, a reflexionar sobre él, a descubrir sus posibilidades y
reestructurarlo, actuar y modificarlo. El hombre es creador de la cultura por sus relaciones
y sus respuestas y es hacedor de la historia. Sustenta una pedagogía donde el sujeto
aprenda a través de situaciones que vive y su relación con el contexto. Para él la
educación dialógica posibilita el paso a la conciencia crítica. Su propuesta se basa en la
praxis y el diálogo entre los seres humanos. A través del lenguaje los hombres accionan,
reflexionan e interactúan. Sin diálogo no hay comunicación. Su pedagogía se sustenta en
un paradigma comunicativo y el medio, es el lenguaje y no el habla, esta es la diferencia
con lo que propone el postmodernismo. El diálogo es siempre creador de la realidad
transformada, y los sujetos se liberan transformándola. El diálogo es el puente
fundamental para lograr el aprendizaje y el vínculo entre educador y educando se
fortalece.
Considerando las metodologías tradicionales y el sistema actual, se dice que las escuelas
se hallan sometidas al poder de la tradición y de la costumbre no crítica, que presentan las
materias y los fines del pasado.
Es importante que el maestro incorpore las experiencias para que el niño desarrolle de
manera activa su aprendizaje, y aprenda haciendo. Para ello, las experiencias deben ser
guiadas por el método científico. Es decir, una educación que apunte a desarrollar un
alumno activo, creativo e independiente; y que sea crítico de la realidad. Una buena
educación se aplica en el sujeto cuando éste se educa en la experiencia y en la acción (C.
Cullen).
Desde esta perspectiva, el rol del maestro seria facilitar un proceso de aprendizaje, que
surge de los intereses de los educandos y del interés que provienen de la cotidianeidad.
En contraposición al positivismo, ahora se le da importancia al proceso de pensamiento y
aprendizaje más que a los resultados.
Políticamente el maestro y el alumno no se encuentran en posición jerárquica, ni mediada
únicamente por el conocimiento científico, es decir, se horizontaliza la práctica pedagógica.
Es una relación educador- educando donde se da la educación dialógica como acción
comunicativa y esto da lugar a democratizar las relaciones humanas. En esta relación
mediada, el alumno es quien debe realizar el proceso de búsqueda, y el maestro es quien
favorece esos procesos, le brinda todas las experiencias posibles, es quien lo acerca a la
realidad; y el alumno será quien organice, construya su yo individual y social dentro del
contexto donde se desarrolla, y esa es la misión de la escuela, el de proveerles las
herramientas para tal fin.
La Escuela Nueva, tiende a una educación problematizadora, parte del reconocimiento del
otro; el educador y el educando se educan mutuamente mediante el diálogo; se quiebran
los argumentos de autoridad; se apunta a la independencia, orienta a la acción, y a la
reflexión.
Muchos colegas aún utilizan el modelo tradicional; ellos son los que saben, los alumnos no
saben, no se interesan. Por lo tanto consideran que no son factibles de ser educados.
Naturalizan situaciones de su práctica educativa y los desempeños de sus alumnos. Y sus
argumentos, no válidos para mí, son de acuerdo al contexto donde esté inserta la
institución y los niños que allí concurren, de esta forma surgen frases como: “el niño no
puede aprender porque es carente”, “sólo vienen a comer”, “el día de mañana van a
cartonear”, “yo hago lo que puedo” , y en mi opinión, lo único que hacen con este discurso
educativo, si lo quieren llamar así, es renunciar a la posibilidad de educación, porque
anulan al sujeto de la educación cuando lo sustituyen por el niño carente.

¿Qué es la posibilidad?
Es abrir una oportunidad concibiendo al otro como capaz de habitar esa posibilidad, ser un
sujeto de posibilidad. Trabajar como educadores desde una intervención político-
pedagógica que reinstale la noción de igualdad en los debates y prácticas educativas.
Inaugurar la posibilidad de una lógica de la articulación de diferencias sobre la base de un
proyecto de inclusión. Aceptar la diversidad, que se hace presente, existe cuando se
respeta al otro con todo su bagaje, cultural, religioso, originario, etc.
Todas nuestras acciones están atravesadas por las representaciones que fuimos
incorporando a lo largo de nuestra vida en interacción con el mundo social. Esto va
incorporado en nuestra vida cotidiana, laboral, social, etc. Una de las representaciones es
la idea de igualdad (valor) que a veces se complementa con otra idea o se tensiona: la
noción de diversidad que se vivencian en las políticas públicas, educativas, en las
relaciones interpersonales y pedagógicas. La historia nos muestra que la noción de
“Igualdad” siempre estuvo presente y que no ha habido solo una, sino tantas igualdades
como voces que la pronunciaron.
Las prácticas de enseñanza recrean el reencuentro del educador con otro (educando), con
quien entabla una relación particular, cargada de expectativas, creencias y dan sustento a
todo lo que ocurre en ese vínculo.
Para que exista un real aprendizaje es importante el vínculo pedagógico y humano entre
educador y educando. Un maestro que no enseña es factor de exclusión social, es
responsable directo de negar a sus alumnos lo más importante que la escuela está en
condiciones de ofrecerles que es conocimiento (Siede: 45). Todos los seres humanos
somos educables, como dice Ranciére, nadie tiene derecho de poner un techo a las
posibilidades de otros de soñar, de aprender, etc.

Los nuevos escenarios


En la actualidad notamos que los alumnos se aburren durante las clases, se tornaron
algunos pasivos, no responden a las preguntas que le hace el docente, les cuesta
relacionarse con los pares, y mucho más con los docentes. El aprendizaje se volvió
monótono, obsoleto, fuera de contexto actual, desinteresado. A los docentes consultados
sobre esta problemática y la vinculación con sus alumnos, la mayoría comenta que no
logran captar su atención, que no se motivan con nada, se distraen con facilidad, no
respetan, viven agrediendo a sus compañeros y tampoco logran dialogar con ellos sobre
sus necesidades, sus dificultades, su situación de vida. Y los docentes también toman una
posición pasiva, tienden a bajar los brazos, a dar como normal la situación que se palpita
en las aulas, naturalizan y lo refuerzan considerando que si no quieren aprender es un
problema de los chicos, hay poca tolerancia, se enojan, están mirando el reloj
constantemente y viven renegando de la falta de interés por parte de los niños. Pero ellos
tampoco demuestran interés por enseñar.
¿Por qué no reflexionar sobre nuestras prácticas? ¿Ya no es hora de hacer los cambios
pertinentes?
La Escuela Nueva es una escuela activa que surge como reacción contra la escuela
tradicional; y esta corriente postula una educación con un nuevo perfil. Una educación para
la esperanza, porque bien sabemos que nadie educa para la esperanza, seguimos
educando para la competencia, para la calificación, para el mejor alumno, y marginando al
que le cuesta, al niño vulnerable. Entonces: ¿Sólo importa los conocimientos formales?
La relación maestro- alumno es muy importante, y se transita una relación de poder-
sumisión que se da en la escuela tradicional y conviene pasar a un vínculo marcado por la
relación de afecto y camarería, eso enlaza puentes de comunicación y aprendizaje. Un
buen vínculo entre educador y educando es el pilar de toda situación educativa y lo que
lleva al mejor aprendizaje. El maestro es el auxiliar del libre y espontáneo desarrollo del
niño.
La autodisciplina es un elemento que incorpora en esta nueva relación, el maestro cede el
poder a sus alumnos para colocarlos en posición funcional de autogobierno que los lleve a
comprender la necesidad de elaborar y observar reglas.

La función del educador


La función primordial del docente es descubrir las necesidades e intereses de sus alumnos
y los objetos que son capaces de satisfacerlos. Hacer penetrar la escuela plenamente en
la vida; la naturaleza, la vida del mundo, los hombres, los acontecimientos serán los
nuevos contenidos. Quienes forjaron esta mirada fueron: Montessori, Pestalozzi,
Rousseau, Dewey, Piaget entre otros.
Intentamos educar alumnos libres en una sociedad que exige obediencia y apego a la
tradición. “Aquí está la paradoja de la escuela”. En la escuela intentamos cambiar las
canciones al izar y arriar la bandera, y cuesta que los docentes acepten, los chicos quieren
cantar o al menos escuchar y aprender nuevas canciones.
También implementamos nuevas formas de relacionarnos con grupos diferentes,
sacándolos de las aulas, y rotando los maestros, brindando talleres, algunos pautados por
el docente y otros a elección de los educandos. Pero no todos los docentes se prendieron
en este cambio. Todavía consideran a su grupo como suyo y no lo sueltan, siguen con la
metodología tradicional, bancos ubicados en filas, alumnos quietos y copistas de
actividades. Eso sí sus aulas son muy silenciosas, en cambio en las nuestras hay alumnos
por doquier, agrupados, sentados rodeando las mesas, o en rondas en el piso, leyendo,
creando, opinando, riendo e intercambiando lo que van aprendiendo.
Otros, implementamos cambiar las mesas en las aulas, poniendo mesas grandes tal cual
si fuese una casa, donde entran entre cuatro y seis chicos; pueden trabajar en equipo con
actividades diferenciadas, opinar, debatir, incluir lo que crean conveniente en el trabajo que
están llevando a cabo. El docente guía, se centra en las posibilidades humanas de
creatividad y libertad; buscamos como objetivo el descubrimiento, la interacción y la
transformación social para llevarlos al proceso de concientización (pedagogía libertadora-
Freire).

Vínculo educativo: ¿Cómo influye el vínculo entre educador y educando en la


situación educativa?
Esta forma de acceder, de llegar al alumno, de estar en contacto a diario, dialogar,
escucharlos, saber que piensan, saben y buscan, hacen que la situación educativa y el
aprendizaje sea significativo. Y que nosotros, los docentes, enseñemos con pasión, con
amor, con sentido, con acciones verdaderas, reales. El vínculo es primordial e
influyente positivamente en el aprendizaje del alumno. Siguiendo lo expuesto arriba, y
considerando al alumno como un otro.
Es necesario crear en el sujeto de aprendizaje el deseo de aprender, de suponerle unos
intereses y capacidades que lo habilitan para ello (Tizio: 2001).
Tenemos que reflexionar sobre nuestras prácticas; los niños son lo más preciados, el
presente y el futuro; cada niño que ingresa a la escuela debe ser visto como posibilidad,
como potencia. Tener como punto de partida, las siguientes premisas: todo ser humano es
educable; discutir cómo y para qué educamos y educarnos, reconocer al otro como igual
es permitirle que encuentre lo que viene a buscar, que diga lo que quiere decir, que
construya todo lo que se anime a construir.
El vínculo pedagógico no debe ser autoritario, el verdadero maestro es quien asume el
papel de mediador entre la sociedad en general y la infantil, buscando que el niño se
desarrolle como sujeto activo, actor posible y responsable de los cambios.

Consideraciones finales
La escuela actual ha perdido el sentido, se han perdido los valores, el respeto por los
docentes y hasta algunos han olvidado a los alumnos como sujetos de posibilidad, siendo
de suma importancia sostener que el docente es un mediador en la transmisión del
conocimiento y debe acercarlos a pensar la realidad desde otro lugar, distinto al que trae y
no naturalizarlo.
La pedagogía debe tener presente el respeto a la dignidad, a la autonomía del educando;
saber escucharlo no significa, diría Freire, concordar con su lectura del mundo o
conformarse con ella y asumirla como propia. Es importante el conocimiento y formación
profesional del docente, enseñar no es transferir conocimiento, hay que lograr que el
educando como sujeto cognoscente comprenda y comunique lo aprendido. La autonomía
del educando se refiere, al proceso de construcción basado en el aprendizaje reflexivo, en
la toma de decisiones, en la responsabilidad y el esfuerzo.
El trabajar con una relación pedagógica democrática en una sociedad como la que vivimos
hoy es difícil, de hecho, aún no aprendimos a vivir democráticamente, pero eso no implica
resignarse. Por el contrario, hay que trabajar con mayor responsabilidad y siempre
apuntando a lograr lo mejor para uno mismo y para que el otro logre lo mejor de sí mismo.
Hay que democratizar la escuela, integrar, incluir a los nuevos y múltiples sujetos, la
diversidad, los otros, lo alternativo, todavía constituyen problemas no resueltos y aún
insuficientemente discutidos (Sgró).
El docente debe ser curioso. No hay práctica docente sin curiosidad, sin incompletud, sin
capacidad de intervenir en la realidad, sin capacidad de ser hacedores de la historia
siendo, a su vez, hechos por la historia (…), tiene que elaborar una pedagogía crítica y
luchar por ella dando instrumentos para que tanto sus alumnos como el mismo docente se
asuman como sujetos de la historia, y a la vez, la práctica tiene que estar basada en la
solidaridad.
La educación ha de concebirse como un movimiento, un acompañar, un acto nunca
acabado que consiste en hacer sitio al que llega y ofrecerle los medios para ocuparlo. “El
enseñante es siempre un pasador, un mediador a una cultura sin la cual el que llega
vagaría en una búsqueda desesperada de sus orígenes, de palabras con que pensar sus
emociones y cuidar sus heridas, de herramientas para entender el mundo y dar sentido a
los hechos con que topa, de conceptos para acceder a la comprensión de lo que ocurre a
sus semejantes”.
Tenemos que adecuar la pedagogía al momento cultural, al grupo de niños y docentes;
repensar nuestras prácticas y postular al cambio.
“Ser maestro es tener ganas de jugar, abrazar, de dar lo mejor a los chicos, estar en
contacto con la vida misma, es dar y recibir alegría; y si educamos con el ejemplo, que sea
este”.
La “alternatividad” es una educación orientada al aprendizaje en conjunto en y para la vida.
Eso quiero lograr con el apoyo de algunos colegas y la directora de la escuela.
“Si en educación no eres feliz, entonces no estás educando”.

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