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5.3 - 5.4 Oxigenoterapia y Nebulizadores

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5.3 / 5.

4 - Oxigenoterapia y Tipos de Nebulizadores

Introducción

El oxígeno en el cuerpo humano tiene un rol fundamental al permitir a la generación de


energía a nivel celular. Así, el oxígeno tiene un rol vital en lo que respecta al desarrollo de
la vida para la mayoría de los seres vivos, incluyendo en este caso al ser humano. Las
células requieren de energía para su mantenimiento y desarrollo, energía que obtienen de
la combinación de distintas sustancias químicas con el oxígeno que se respira. No
obstante, la energía que se obtiene de estos procesos solo puede mantenerse por poco
tiempo a nivel celular, es decir, es utilizada casi inmediatamente. Esta circunstancia hace
que deba entrar continuamente oxígeno a las células y por lo tanto deba entrar
continuamente oxígeno al cuerpo humano. Así, la respiración a partir de los pulmones
garantiza que esta renovación continua del gas se lleve a cabo de forma sistemática; en
caso de que la misma se viese obstaculizada por alguna circunstancia, el resultado más
probable sería la muerte.

Una vez que el oxígeno entra a los pulmones, éste entra en contacto con la sangre y
comienza su recorrido mediante la misma para llegar a cada célula del organismo. Existen
vasos sanguíneos específicamente dedicados a transportar sangre rica en oxígeno y otros
vasos sanguíneos que se especializan en transportar sangre pobre en este elemento.
Cualquier anomalía en la respiración debe ser tratada a la brevedad posible para evitar
complicaciones. Para ello tenemos opciones tales como la oxigenoterapia o por medio de
la administración de fármacos vía nebulización.

Objetivos

• Aumentar aporte de oxígeno a los tejidos, utilizando al máximo la capacidad de


transporte de la sangre arterial.

• Aumentar la presión del oxígeno alveolar, que trae consigo una disminución del trabajo
respiratorio y del miocardio.

• Lograr la broncodilatación, facilitando la ventilación-perfusión del paciente.


• Administrar broncodilatadores o mucolíticos.
• Fluidificar secreciones con suero fisiológico. 

Competencias

• Prevenir los riesgos asociados con problemas de la oxigenación

• Asegurar que el paciente reciba un suministro adecuado de oxígeno

• Ayudar a conservar la permeabilidad de las vías respiratorias.

• Ayudar a aumentar la eficacia respiratoria

• Disminuir las demandas corporales de O2 en los pacientes

Desarrollo

Se emplea el término oxigenoterapia refiriéndose a la utilización terapéutica del oxígeno,


fundamentalmente en patología respiratoria (enfermedad pulmonar obstructiva crónica
EPOC-, asma, enfisema, etc.) y también como tratamiento coadyuvante en otros procesos
patológicos (shock, anemia, insuficiencia cardiaca, procesos neurodegenerativos, etc.),
pero no se debe olvidar su uso no médico, por ejemplo en actividades deportivas de altura
o subacuáticas.

El principal objetivo es corregir la hipoxemia), es decir, aumentar la presión parcial del O2


(PaO2) a más de 55 mmHg, mediante el aporte de una concentración suplementaria en la
fracción inspirada, y de esta forma saturar suficientemente la hemoglobina.

Es preciso recordar que el oxígeno es un fármaco y, como tal, debe ser considerado en su
indicación, dosificación y aplicación, sea cual sea el dispositivo, sus efectos secundarios y
sus cuidados.

La oxigenoterapia siempre está indicada cuando exista una deficiencia en el aporte de


oxígeno tisular. Ésta puede ser diagnosticada de forma objetiva, mediante
determinaciones analíticas como la gasometría arterial (GA) con PaO2 < 60 mmHg y la
pulsioximetría (SatO2) con lectura < 90% o bien gracias a los signos y síntomas clásicos
(disnea, cianosis, taquipnea, disminución del murmullo vesicular, etc.). El criterio más
usado para clasificar los sistemas de oxigenoterapia es el flujo de la mezcla gaseosa que
llega al individuo: bajo y alto flujo.

Bajo flujo

Estos sistemas se caracterizan por la inhalación por parte del paciente de aire enriquecido
con O2 al mismo tiempo que de aire ambiental. Debido a que suministran O2 puro a un
flujo menor que el flujo inspiratorio del paciente. Está indicado en usuarios con capacidad
respiratoria con patrón estable, frecuencia respiratoria y volumen corriente en rangos
normales. La FiO2 resultante es variable, tanto alta como baja, y depende del flujo de
oxígeno y del patrón ventilatorio.

Por consiguiente, el criterio para la utilización de terapia de bajo flujo es principalmente


que el usuario se muestre consciente y colaborador. Los sistemas de bajo flujo más
utilizados son:

• Cánulas o gafas nasales: Es la interfase de administración de oxígeno más sencilla,


más utilizada y mejor aceptada por el paciente. Se encuentra elaborada en unos
tubos plásticos ligeros y flexibles, consiste en una extensión de dos puntas de entre
0.5-1 cm que se adaptan a las fosas nasales y que se mantienen sobre los
pabellones auriculares, Permite hablar, comer, dormir y expectorar sin interrumpir el
aporte de oxígeno. Cabe resaltar que eienen un bajo costo económico además de no
contener látex. Está indicado para pacientes con necesidades de oxígeno a bajas
concentraciones. Con enfermedad aguda o crónica con hipoxemia y dificultad
respiratoria leve.

• Mascarilla simple: Posee orificios laterales que permiten la salida del volumen de aire
espirado a través de válvulas unidireccionales que dificultan la entrada de aire
ambiente durante la inspiración, abarca la nariz, boca y mentón de paciente. Se
ajusta a través de la cinta trasera y pasador metálico delantero. Es sencilla y ligera y
no contiene látex. Se indica para pacientes con enfermedad pulmonar aguda o
crónica con hipoxemia o dificultad respiratoria leve a moderada. También durante el
transporte de urgencia leve.

• Mascarilla con reservorio: Es un dispositivo sencillo, se trata de una mascarilla


simple de material plástico transparente. Posee orificios laterales que permiten la
salida del volumen de aire espirado a través de válvulas unidireccionales que
dificultan la entrada de aire ambiente durante la inspiración, abarca la nariz, boca y
mentón de paciente. Se ajusta a través de la cinta elástica trasera y pasador
metálico en zona nasal. Se le ha incorporado un mecanismo de reservorio de al
menos 1 litro de capacidad, entre la fuente de oxígeno y la máscara. Separado de
esta última, mediante una válvula unidireccional que evita la entrada del aire
exhalado a la bolsa reservorio. El reservorio debe estar inflado de oxígeno en todo
momento, para lo que será necesario un flujo mínimo. Así como, inflarlo con
anterioridad a la colocación en el paciente.

Alto flujo

Los sistemas de alto flujo, se caracterizan por el aporte constante de la concentración de


oxígeno, independiente del patrón ventilatorio del paciente. Además, aportan el
requerimiento inspiratorio total del paciente, por lo que no necesita de la inspiración
conjunta de aire enriquecido con O2 y aire ambiente, a diferencia de los dispositivos de
bajo flujo. Los sistemas de alto flujo más utilizados son:

• Mascarilla Ventimask: Se trata del sistema más representativo de los dispositivos de


alto flujo pues cubre la total demanda respiratoria del paciente, por lo que suministra
una cantidad de FiO2 exacta independiente al patrón ventilatorio del paciente. Su
efecto se basa en el Principio de Bernoulli, por el cual cuando el flujo de oxígeno
pasa por un orificio estrecho aumenta su velocidad arrastrando a través de presión
negativa, aire ambiente que se mezcla con el O2. Logra de esta forma, una
concentración de FiO2 estable. Por lo tanto, la FiO2 administrada dependerá de las
variables del flujo y apertura de la válvula. Contiene unos orificios laterales, que
posibilitan la salida del aire exhalado al exterior. La mascarilla es de plástico sencillo,
con un almohadillado que facilita la adaptación anatómica y mayor comodidad para
el usuario, abarcando la nariz, boca y mentón de paciente.

• Cánulas nasales de alto flujo: La cánula nasal empleada es similar a la convencional,


siendo más corta para evitar la pérdida de temperatura y estando configurada para
reducir al mínimo la resistencia y la pérdida de calor. Proporciona cerca del 100% de
humedad relativa en la temperatura del cuerpo, el paciente puede tolerar flujos más
altos. Generan un vapor cercano a la temperatura corporal, son cómodos y
generalmente bien tolerados. Éstos generan el efecto CPAP, que provoca
disminución del trabajo respiratorio, además de eliminar el CO2 del espacio muerto
respiratorio, rellenándolo con gas y finalmente, posibilita la alimentación y
comunicación oral.

Por otra parte, la nebulización son las actividades encaminadas a proporcionar


medicación a un enfermo mediante inhalación por la boca. Su equipo se trata del conjunto
de dispositivos que transforman los líquidos (suero fisiológico, agua, fármacos, etc.) en
aerosoles para que puedan ser inhalados por el paciente. Y está indicado:

• En el tratamiento de procesos respiratorios, especialmente en las agudizaciones:

) EPOC.

) Asma.

) Bronquiolitis.

) Enfisema.

) Crup laríngeo.

) Broncoespasmos de diversa etiología.

• En el tratamiento de pacientes incapaces de tomar fármacos inhalados en forma de


cartuchos presurizados, tales como:

) Niños pequeños.

) Ancianos.

) Pacientes con limitación en la movilidad: enfermedades neurodegenerativas o


deficiencias en la psicomotricidad.

) Pacientes con limitación en la capacidad inspiratoria.

) Pacientes traqueostomizados.

• Situaciones en las que se precise una mayor humidificación de la vía respiratoria.

• Procesos en los que se necesite un aumento de la expectoración.

El material a utilizar será:

- Fuente de oxígeno central.

- Caudalímetro.

- Vaso humidificador.

- Mascarilla de nebulización con tubo alargador.

- Líquido a nebulizar.

- Jeringa.

- Medicación según prescripción médica.

Finalmente, su procedimiento es el siguiente:

• Reunir el material en la cabecera del paciente.

• Si es posible, poner al paciente sentado o en posición de Fowler (semisentado).

• Instalar la mascarilla de manera que sin apretar quede bien sujeta a la cara del
paciente. Ajustar el medio de fijación al puente de la nariz.

• Poner el medicamento en el vaso del nebulizador.

• Conectar el equipo al caudalímetro mediante el tubo de oxígeno.

• Abrir el caudalímetro hasta 10 l/m, comprobar que sale vapor; a continuación bajar a
6-8 l/m asegurarse de que el vapor sigue.

• Pedir al paciente que inspire con lentitud, profunda y uniformemente a través de la


boca y aguante la respiración durante dos o tres segundos; a continuación que espire
normalmente.


Bibliografía

Fernández Ayuso, R., & Fernández Ayuso, D. (2007). Manual de ayuda a la oxigenación (1st
ed.). Madrid: Difusión Avances de Enfermería.

Jarillo Quijada, A. (2008). Oxigenoterapia (1st ed.). Ciudad de México: Hospital Infantil de
México Federico Gómez. Recuperado a partir de http://himfg.com.mx/descargas/
documentos/planeacion/guiasclinicasHIM/oxigenotrepia.pdf

Luna Paredes, M., Asensio de la Cruz, O., Cortell Aznar, I., Martínez Carrasco, M., Barrio
Gómez de Agüero, M., Pérez Ruiz, E., & Pérez Frías, J. (2009). Fundamentos de la
oxigenoterapia en situaciones agudas y crónicas: indicaciones, métodos, controles y
seguimiento. Anales De Pediatría, 71(2), 161-174. doi:10.1016/j.anpedi.2009.05.012

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