Alfa y Omega
Alfa y Omega
Alfa y Omega
AUTOR:
DAVI P. SILVA
ÍNDICE
Prefacio 4
¿Quién es Jesús? 6
La misión de Jesús y el Espíritu Santo 16
¿Quién es el Espíritu Santo? 21
El ministerio del Espíritu santo 25
El concierto (Pacto) de la gracia 31
Jesús, el Profeta 38
Jesús, el Rey 47
Jesús el Amoroso Salvador 52
Jesús, nuestro Substituto en el Calvario 64
Jesús nuestro Sumo Sacerdote y Abogado 69
Jesús, Sacerdote según el orden de Melquisedec 73
Jesús, el Juez 80
“Si oyeres hoy su voz…” 87
Epílogo 91
Bibliografía 93
4
PREFACIO
1
¿QUIÉN ES JESÚS?
1. Maravilloso, Consejero
2. Dios Poderoso
3. Padre Eterno
4. Príncipe de Paz
1. Maravilloso, Consejero
Cristo, no solamente es un consejero, Él es el “Maravilloso Consejero”.
2. Dios Poderoso
Jesús también es el Dios Poderoso. La plena divinidad de Cris-
to es nuestra garantía de salvación. Si Cristo fuese apenas un ser crea-
do, no podría ser nuestro Salvador. Él, no es apenas un dios, y sí como
dice el profeta: Dios Fuerte, Poderoso.
Algunos grupos que niegan la deidad de Cristo afirman que
aunque este pasaje declara que Él es el Dios fuerte, Jesús no es el Dios
Todopoderoso. Sin embargo, si continuamos con la lectura del tex-
to de Isaías, notaremos que más adelante identifica quién es el Dios
fuerte. En Isaías 10:20, 21, se dice: “En aquel tiempo, los que hayan
quedado de Israel y de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el
que los hirió; sino que se apoyarán de verdad en el Eterno, el Santo
de Israel. El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios
fuerte.” ¿Quién era el Dios fuerte para el profeta Isaías? Fue Jehová.
Por lo tanto, el Mesías esperado no sería otro ser que el Dios de Israel.
En Juan 1: 1-3, se dice de él que “En el principio ya existía el
Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Desde el prin-
cipio estaba con Dios. Todas las cosas fueron hechas por él. Y nada
de cuanto existe fue hecho sin él.” En el versículo 14, Juan identifica
a Cristo como el Verbo, diciendo: “ Y el Verbo se hizo carne, y habitó
entre nosotros.”
Pablo explica también la plena divinidad de Jesús en varias
¿QUIÉN ES JESÚS? 9
2. Cristo “fue designado Hijo de Dios con poder, [...] por la re-
surrección de los muertos.” Esta parte del pasaje enfatiza su divini-
dad.
3. Padre Eterno
El profeta Isaías también nombra a Cristo como “Padre Eter-
no”. Los términos “Hijo de Dios” e “Hijo del Hombre” han sido usados
y abusados por muchos para probar que Cristo tenía un comienzo. De
hecho, el término “Hijo de Dios “significa que Cristo tiene la misma
naturaleza de Dios (Juan 5:18; comparar con Juan 10: 31-33). “Hijo
de hombre” significa que Cristo posee la misma naturaleza del hom-
bre.
¿Y cuál es el significado de “Padre eterno”? Significa que Jesús
tiene todos los atributos del Padre. Él es tan eterno como el Padre. Él,
no tiene comienzo ni fin. Acerca de la eternidad de Cristo, Elena G. de
White escribió:
“Cristo es el Hijo de Dios preexistente y existente por sí mismo. . . Al
hablar de esta preexistencia, Cristo hace retroceder la mente hacia
las edades sin fin. Nos asegura que nunca hubo un tiempo cuando él
no haya estado en estrecha relación con el Dios eterno. Aquel cuya
voz los judíos escuchaban en ese momento había estado junto a Dios
(Signs of the Times, 29 de agosto, 1900)”. El Evangelismo, pág. 446.
“Cristo les muestra que aunque ellos podían calcular que su
vida tenía menos de cincuenta años, sin embargo su vida divina no
podía ser calculada por cómputos humanos. La existencia de Cristo
antes de su encarnación no se mide con números (Signs of the Times,
3 de mayo, 1899).”Evangelismo, pág. 447.
“Por mucho que un pastor pueda amar a sus ovejas, Jesús
ama aún más a sus hijos e hijas. No es solamente nuestro pastor; es
nuestro “Padre eterno.” Y él dice: “Y conozco mis ovejas, y las mías
me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre.” ¡Qué
declaración! Es el Hijo unigénito, el que está en el seno del Padre, a
quien Dios ha declarado ser “el hombre compañero mío;’ y presenta
la comunión que hay entre él y el Padre como figura de la que existe
entre él y sus hijos en la tierra.” El Deseado de Todas las Gentes, pág.
447.
“Cuando miramos hacia la cruz del Calvario con el ojo de la
fe, y vemos nuestros pecados colocados sobre la víctima que allí pen-
de en debilidad e ignominia, cuando comprendemos el hecho de que
12 ¿QUIÉN ES JESÚS?
4. Príncipe de Paz
Si existe algo en que el hombre moderno necesita, es de paz.
Desde que se separó de Dios por causa del pecado, perdió la paz que
poseía en el Edén. Solamente aceptando la reconciliación provista
por el plano de la redención es que el hombre puede recuperar la paz
perdida.
Pablo declara que: “Porque Dios estaba en Cristo reconcilian-
do consigo al mundo, no atribuyendo a los hombres sus pecados. Y
nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” 2 Corintios
5:19.
Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros los gentiles
en la carne erais llamados incircuncisión por la que se llama circunci-
sión, hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo,
excluidos de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la prome-
sa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús,
vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por
la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de los dos pueblos
hizo uno, derribando el muro divisorio de enemistad. Abolió en su
carne la Ley de los mandatos y ordenanzas, para crear en sí mismo
de los dos un nuevo hombre, haciendo la paz. Y reconciliar con Dios
a ambos en un solo cuerpo mediante la cruz, matando en ella la ene-
mistad. Y vino, y anunció la paz a vosotros que estabais lejos y a los
que estaban cerca. Porque por medio de él, unos y otros tenemos ac-
ceso al Padre por un mismo Espíritu.” Efesios 2:11-18.
De hecho, esa es una maravillosa declaración. Pablo describe
la condición del hombre cuando estaba separado de Cristo – alienado
de la comunidad de Israel, ajeno al pacto de la promesa, sin esperan-
za y sin Dios. Sin embargo, a través del sacrificio de Cristo, fuimos
traídos más cerca de Dios. Cuando Jesús murió en la cruz del Calvario,
¿QUIÉN ES JESÚS? 13
pagó nuestra deuda para con la Ley de Dios. Pablo afirma que Cristo
es nuestra paz. Es imposible alcanzar la paz sin aceptarlo como nues-
tro Señor y Salvador personal.
“Así, habiendo sido justificados por la fe, estamos en paz con
Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.” Romanos 5:1
Desde que la enemistad entre el hombre y Dios originada por
el pecado, fue destruida por el sacrificio de Cristo en la cruz, la ene-
mistad se retira y la paz de Dios prevalece en nosotros cuando acep-
tamos la muerte de Cristo en nuestro lugar.
La Misión de Jesús
y el Espíritu Santo
3
¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU
SANTO?
4
EL MINISTERIO DEL
ESPÍRITU SANTO
señales, que Dios realizó por medio de él entre vosotros, como sa-
béis. “A éste, entregado por el determinado designio y previo cono-
cimiento de Dios, vosotros prendisteis y matasteis por mano de los
inicuos, y lo crucificasteis. A éste, Dios lo resucitó, rotos los dolores
de la muerte, por cuanto era imposible que fuera retenido por ella”.
(Hechos 2: 22-24).
¿Cuál fue el mensaje central predicado por los discípulos? La
vida perfecta de Cristo, su muerte vicaria en la cruz, su resurrección,
ascensión, intercesión y su segunda venida. Cristo vino para revelar y
exaltar el carácter del Padre (Juan 17: 4). El Espíritu Santo vino para
exaltar a Cristo y al Padre (Juan 16:14).
Pedro terminó su mensaje con un poderoso llamado: “ Pedro
contestó: “Arrepentíos, y sed bautizados cada uno de vosotros en el
Nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados. Y recibiréis
el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros, para
vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos el Señor,
nuestro Dios llame”. (Hechos 2:38, 39).
“Dios puede infundir nueva vida en cada alma que sincera-
mente desea servirle, y puede tocar los labios con un carbón encendi-
do tomado del altar y hacer que se vuelva elocuente con su alabanza
a Dios. Miles de voces serán impregnadas con poder para presen-
tar públicamente las admirables verdades de la palabra de Dios. Se
desatará la lengua del tartamudo, y los tímidos recibirán fuerza para
dar un valeroso testimonio de la verdad. Quiera el Señor ayudar a su
pueblo a limpiar el templo del alma de toda contaminación, y a man-
tener una relación tan íntima con él que puedan ser participantes de
la lluvia tardía cuando ésta se derrame (RH 20-7-1886).
Cuando entregamos nuestra vida a Jesucristo, recibimos el
don del Espíritu Santo. ¿No es una noticia maravillosa?
EL PACTO DE GRACIA
El antiguo pacto
1. Fue realizada con Israel en el Sinaí, poco después de salir de Egipto.
2. Fue quebrantada por el pueblo de Israel unos días después de su
compromiso público, donde se inclinaron ante el becerro de oro.
3. En esa ocasión, la ley de los Diez Mandamientos fue escrita en ta-
blas de piedra.
4. Fue ratificado por la sangre de los animales.
El nuevo pacto
1. Fue realizada con Adán después del pecado y fue repetida a Abra-
ham y a otros patriarcas.
2. Bajo el nuevo pacto, la ley de Dios es escrita en el corazón del cre-
yente
3. Contiene la promesa del perdón basado en los méritos de Cristo.
4. Fue ratificado por la sangre de Cristo en el Calvario.
Consideremos las dos alianzas con cuidado:
a. El antiguo pacto
Poco después de haber sacado a su pueblo de Egipto, Dios los
llevó al Sinaí. Debido a la larga esclavitud y al contacto cercano con
EL PACTO DE GRACIA 35
b. El nuevo pacto
El nuevo pacto, hecho con Adán después de su pecado, se ba-
saba únicamente en la gracia y la misericordia de Dios. El hombre,
consciente de su incapacidad para obedecer a la ley de Dios por sus
propias fuerzas, era llevado a confiar en los méritos de Cristo.
Aceptando a Cristo como su única esperanza de perdón y vida
eterna, bajo la condición de obediencia, el hombre tiene la ley de Dios
escrita en su corazón por el Espíritu Santo.
¿Cuál fue entonces el propósito del nuevo pacto en el Sinaí,
considerando que el pacto de la gracia ya había sido revelado a Adán,
Abraham, Moisés y a otros?
¿Por qué el pacto del Sinaí es llamada de antiguo pacto, aun-
que haya sido establecido después del pacto de la gracia?
“El pacto de la gracia se estableció primeramente con el hom-
bre en el Edén, cuando después de la caída se dio la promesa divina
de que la simiente de la mujer heriría a la serpiente en la cabeza. Este
pacto puso al alcance de todos los hombres el perdón y la ayuda de
la gracia de Dios para obedecer en lo futuro mediante la fe en Cristo.
También les prometía la vida eterna si eran fieles a la ley de Dios. Así
recibieron los patriarcas la esperanza de la salvación.
Este mismo pacto le fue renovado a Abrahán en la promesa:
“En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra.” (Gén.
22: 18.) Esta promesa dirigía los pensamientos hacia Cristo. Así la
entendió Abrahán. (Véase Gál. 3: 8, 16), y confió en Cristo para obte-
ner el perdón de sus pecados. Fue esta fe la que se le contó como
justicia. El pacto con Abrahán también mantuvo la autoridad de la ley
36 EL PACTO DE GRACIA
6
JESÚS, EL PROFETA
1. Orar
Es parte de la misión del Profeta orar de forma intercesora
por el pueblo.
JESÚS, EL PROFETA 41
3. El sufrimiento
Debido al hecho de que raramente la palabra Dios pocas veces
encuentra un entorno favorable entre el pueblo a quien se dirige el
mensaje, hace parte de la misión del Profeta sufrir en el cumplimien-
to de su deber. Observemos algunos ejemplos de lo que sucedió con
profetas fieles:
a) Isaías fue serrado vivo por orden del rey Manasés, a quien advirtió
a causa de los graves pecados monarca. Compruebe en Seventh Day
Adventist Bible Commentary (Elena G. de White Comments), vol. 7A,
p. 1159.
d) Juan el Bautista fue decapitado por denunciar los pecados del co-
rrupto rey Herodes (Mateo 14: 1-12).
4. Animar
Es parte de la misión del Profeta animar al pueblo a andar
en los caminos del Señor. “Pero el que profetiza, habla a los hombres
para edificar, exhortar y consolar.” (1 Corintios 14: 3).
5. Prever el futuro
El profeta, inspirado por el Espíritu de Dios revela el futuro
con precisión (Amós 3: 7). Mateo 24, citado al final de este capítu-
lo, constituye en una de las profecías más abarcantes expuestas por
nuestro Señor Jesús. Es interesante comparar la profecía con la histo-
ria para confirmar la autenticidad de las predicciones divinas.
6. Dirigir y guiar
Hace parte de la obra del profeta liderar y guiar al pueblo de
acuerdo con el plan divino. La Palabra de Dios afirma que, por medio
de un profeta, Dios liberó a su pueblo de Egipto, y por medio de un
profeta el pueblo fue guiado durante todo el viaje rumbo a la tierra
prometida. En ese sentido, Jesús continuó la obra de Moisés (Deute-
ronomio 18:15, 17-19)
Jesús fue fiel intérprete de las palabras de los profetas (Mateo 24:15).
En Naim
“Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, sacaban fuera a un di-
funto, hijo único de su madre, que era viuda. Y había con ella mucha
gente de la ciudad. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le
dijo: “No llores”. Y se acercó, y tocó el féretro; y los que lo llevaban se
detuvieron. Entonces Jesús dijo al muerto: “Joven, a ti te digo: ¡Leván-
tate!” Entonces el que había muerto se incorporó. y habló. Y Jesús lo dio
a su madre. Y el temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios,
diciendo: “Un gran profeta se ha levantado entre nosotros. Dios
ha visitado a su pueblo”. Lucas 7: 12-16.
La mujer samaritana
En la entrevista a la mujer samaritana con Cristo junto al pozo
de Sicar, ella lo llama de profeta. Siéndole relatados hechos de su vida
pasada y presente por alguien que nunca había visto, lo que la tomó
46 JESÚS, EL PROFETA
En el Templo de Jerusalén
“En el último día grande de la fiesta, Jesús se puso de pie, y
proclamó: “¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba! Como dice la Es-
critura, el que cree en mí, ríos de agua viva brotarán de su corazón.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él.
Pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había
sido glorificado aún. Al oír sus palabras, dijeron: “¡Realmente éste es
el Profeta!”. Juan 7: 37-40.
En su camino al Calvario
En la mañana de ese viernes terrible de la crucifixión, Cristo
fue falsamente acusado por las autoridades judías que obligaron a Pi-
lato a condenarlo a muerte. En su camino al Calvario, “Lo seguía una
gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y se lamenta-
ban. Y vuelto a ellas, Jesús les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por
mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos. Porque vendrán días en
que dirán: ‘Dichosas las estériles, las entrañas que no concibieron, y
los pechos que no criaron’. Entonces empezarán a decir a los montes:
‘Caed sobre nosotros’, y a los collados: ‘Cubridnos’”. Lucas 23: 27-30.
“Con asombro, los ángeles contemplaron el amor infinito de
JESÚS, EL PROFETA 47
—el que lee, entienda—, entonces los que estén en Judea, huyan a
los montes. El que esté en la azotea, no descienda a tomar algo de su
casa. Y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. ¡Ay de
las que estén encinta, y de las que críen en esos días! Orad que vues-
tra huida no sea en invierno ni en sábado. Porque habrá entonces una
gran tribulación, como nunca hubo desde el principio del mundo, ni
habrá después. Y si esos días no fuesen acortados, nadie se salvaría.
Pero por causa de los elegidos, aquellos días serán acortados”. Enton-
ces, si alguien os dijera: ‘Aquí está el Cristo, o allí’, no creáis. Porque
se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales
y prodigios, para engañar, si fuera posible, aun a los elegidos. Mirad,
os lo he dicho de antemano. Así, si os dicen: ‘Aquí está en el desierto’,
no salgáis; ‘aquí en las cámaras’, no creáis. Porque como el relámpago
que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será la ve-
nida del Hijo del Hombre. Donde esté el cadáver, allí se juntarán los
buitres. En seguida, después de la tribulación de aquellos días, el sol
se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del
cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces apare-
cerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y todas las naciones de
la tierra se lamentarán; y verán al Hijo del Hombre que viene sobre
las nubes del cielo, con gran poder y grande majestad. Y enviará a sus
ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus elegidos de los
cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. De la higuera
aprended esta lección: Cuando su rama se enternece, y brotan sus
hojas, sabéis que el verano se acerca. Así también, cuando veáis todas
estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas”. Mateo 24:3-33.
“El mundo, lleno de orgías, de placeres impíos, está dormi-
do en la seguridad carnal. Los hombres están postergando la venida
del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jac-
tan diciendo: “Todas las cosas permanecen así como desde el princi-
pio.” “Será el día de mañana como éste, o mucho más excelente.”* Nos
hundiremos aun más en el amor a los deleites. Pero Cristo dice: “He
aquí, yo vengo como ladrón.”* En el mismo tiempo en que el mundo
pregunta con desprecio: “¿Dónde está la promesa de su advenimien-
to?” * se están cumpliendo las señales. Mientras claman: “Paz y se-
guridad,” se acerca la destrucción repentina. Cuando el escarnecedor,
el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; cuando la rutina
del trabajo en las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo sin
JESÚS, EL PROFETA 49
JESÚS, EL REY
Reino de la Gracia
En Hebreos 4:16, se nos invita a acercarnos “con segura con-
fianza al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro”. En Apocalipsis 3:21, está escrito que los
vencedores estarán sentados con Cristo en su trono, así como Cristo
venció y se estableció con el Padre en su trono.
“La expresión “reino de Dios,” tal cual la emplea la Biblia, sig-
nifica tanto el reino de la gracia como el de la gloria. El reino de la gra-
cia es presentado por San Pablo en la Epístola a los Hebreos. Después
de haber hablado de Cristo como del intercesor que puede “compa-
decerse de nuestras flaquezas,” el apóstol dice: “Lleguémonos pues
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y ha-
llar gracia.” (Hebreos 4: 16.) El trono de la gracia representa el reino
de la gracia; pues la existencia de un trono envuelve la existencia de
un reino. En muchas de sus parábolas, Cristo emplea la expresión, “el
reino de los cielos,” para designar la obra de la gracia divina en los
corazones de los hombres.
Asimismo el trono de la gloria representa el reino de la gloria
y es a este reino al que se refería el Salvador en las palabras: “Cuando
el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con
él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y serán reunidas
delante de él todas las gentes.” (S. Mateo 25: 31, 32.) Este reino está
aún por venir. No quedará establecido sino en el segundo adveni-
miento de Cristo.
El reino de la gracia fue instituido inmediatamente después
de la caída del hombre, cuando se ideó un plan para la redención de la
raza culpable. Este reino existía entonces en el designio de Dios y por
su promesa; y mediante la fe los hombres podían hacerse sus súbdi-
tos. Sin embargo, no fue establecido en realidad hasta la muerte de
Cristo. Aun después de haber iniciado su misión terrenal, el Salvador,
cansado de la obstinación e ingratitud de los hombres, habría podido
52 JESÚS, EL REY
El Reino de la Gloria
En Apocalipsis tenemos una majestuosa descripción de la ve-
nida de Cristo a esta tierra como un Rey victorioso.
“Entonces vi el cielo abierto y un caballo blanco, y su jinete se
llama Fiel y Verdadero, que juzga y pelea con justicia. Sus ojos eran
como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas. Tenía
un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Vestía una
ropa empapada en sangre, y su Nombre es: “El Verbo de Dios”. Los
ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, lo se-
guían en caballos blancos. De su boca salía una espada aguda, para
herir con ella a las naciones. El las regirá con vara de hierro, y pisará
el lagar del vino del furor de la ira del Dios Todopoderoso. En su ves-
tido y en su muslo tiene escrito este Nombre: “Rey de reyes y Señor
de señores”. Apocalipsis 19: 11-16.
“Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un ta-
maño como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve
al Salvador y que a la distancia parece rodeada de obscuridad. El pue-
blo de Dios sabe que es la señal del Hijo del hombre. En silencio so-
JESÚS, EL REY 53
cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las
peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que
está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero: porque el gran día
de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme? (Apocalipsis 6: 15-
17.)” El Conflicto de los Siglos, págs. 698-700.
Hoy tenemos que darnos por entero a Cristo y aceptarlo como
nuestro Rey. Por su gracia necesitamos obedecer a la ley de su reino
de la gracia. A través de la gracia de Cristo, estaremos preparados
para ser súbditos de su reino de gloria. Sólo aquellos que por la fe y
la sumisión total a Cristo vencieren al diablo, al pecado, la carne y el
mundo estarán aptos para vivir con el Rey Jesús en su reino glorioso.
Juan el Revelador dice que en la venida de Cristo, habrá dos
clases distintas de personas: los salvos y los perdidos. Los enemigos
de la verdad declararán la guerra en contra de Cristo en la persona
de sus santos, pero serán totalmente derrotados. “Pelearán contra
el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores
Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles”.
Apocalipsis 17:14.
Estimado lector: ¿en qué grupo deseas estar? ¡Esta decisión
debe ser tomada hoy!
55
“Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido”. Ma-
teo 18:11.
especiales.
Lecciones de un milagro
“Cuando Jesús desembarcó, vio esa gran multitud, y tuvo com-
pasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así empezó a
enseñarles muchas cosas. Y cuando se hizo tarde, sus discípulos se
acercaron a él, y le dijeron: “El lugar es despoblado y la hora muy
avanzada. Envíalos para que vayan a los cortijos y aldeas de alrede-
dor, a comprar algo de comer. Pero él respondió: “Dadles vosotros de
comer”. Ellos dijeron: “¿Quieres que vayamos a comprar doscientos
denarios de pan, para darles de comer?” Y él les preguntó: “¿Cuántos
panes tenéis? Id a ver”. Después de averiguar, le dijeron: “Cinco, y dos
pescados” Les mandó que hiciesen recostar a todos en grupos sobre
la hierba verde. Y se recostaron en grupos de cien y de cincuenta. En
seguida, Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al
cielo, los bendijo, y partió los panes. Entonces fue dando a sus discí-
pulos para que los pusiesen ante la gente. También repartió los dos
pescados entre todos. Y todos comieron hasta saciarse Y alzaron doce
cestas llenas de pedazos de pan y pescado. Y los que comieron fueron
cinco mil hombres”. Marcos 6: 34-44.
diciado. Él les dio una lección de economía. Todo lo que sobraba fue
recogido. Después de servir a la gente, Cristo y sus discípulos se sen-
taron y comieron el preciado alimento bendecido por el cielo. Jesús
tenía otro plan en mente. La comida que sobró se le dio a la gente
para que lo llevasen y distribuyesen entre sus familiares y vecinos. De
esta manera, la obra de Cristo pudo beneficiar a miles de personas. Él
bendijo los alimentos, lo dio a sus discípulos para que lo repartiesen
a la multitud. Ahora la multitud también tenía el deber de alimentar
a sus familias y vecinos. Una vez que recibimos la palabra de Dios,
tenemos que dárselo a otras personas y luego instruirlos para que
transmitan el mensaje a sus familias, a sus parientes, amigos y veci-
nos. Este es el plan de Dios.
amoroso Salvador!
“Hijo”. Cristo no acusa al pecador, a pesar de que conoce per-
fectamente nuestra condición real. Él llama al peor pecador arrepen-
tido y contrito de “hijo”.
“Ten ánimo”. En otras palabras, “Ten valor”, “No te rindas”.
“Tus pecados te son perdonados”.
“La carga de desesperación se desvaneció del alma del enfer-
mo; la paz del perdón penetró en su espíritu y resplandeció en su
rostro. Su dolor físico desapareció y todo su ser quedó transformado.
El paralítico impotente estaba sano, el culpable pecador, perdonado”.
El Deseado de Todas las Gentes, págs. 234.
Ahora el hombre estaba muy feliz. Ya no se preocupaba más
con su condición física. La certeza del perdón de Dios era todo lo que
necesitaba. Ahora podría vivir o morir.
Sin embargo, Cristo, no había terminado su obra en favor de
aquél hombre. Otra sorpresa agradable le esperaba. Entonces Jesús
dijo algo tan bueno como el perdón. “Pues para que sepáis que el
Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra de perdonar pecados —
dijo entonces al paralítico—: ‘¡Levántate toma tu camilla, y vete a tu
casa!’” Mateo 9: 6. Podemos imaginar lo feliz que estaba el hombre,
ya completamente restaurado física y espiritualmente. Regresó como
una persona nueva para casa. También podemos imaginar la felicidad
de su familia cuando lo recibió.
“¡Oh admirable amor de Cristo, que se inclina a sanar al culpa-
ble y afligido! ¡La divinidad se compadece de los males de la doliente
humanidad y los calma! ¡Oh maravilloso poder así manifestado en
favor de los hijos de los hombres! ¿Quién puede dudar del mensaje de
salvación? ¿Quién puede despreciar las misericordias de un Redentor
compasivo?” El Deseado de Todas las Gentes, pág. 235.
Jesús rescata a una mujer pecadora
El Maestro estaba enseñando en el templo. De repente, los es-
cribas y los fariseos le trajeron una mujer aterrorizada sorprendida
en flagrante adulterio, y exponiéndola a la vergüenza pública, dijeron
a Jesús:
“[le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mis-
mo acto del adulterio. [En la Ley, Moisés nos mandó apedrear a estas
mujeres. ¿Qué dices tú?” [Decían esto para tenderle un lazo, y poder
JESÚS EL AMOROSO SALVADOR 63
10
JESÚS, NUESTRO SUMO SACER-
DOTE Y ABOGADO
abatido. Pero él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nues-
tros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga
fuimos curados. Todos nos descarriamos como ovejas, cada cual se
desvió por su camino. Pero el Eterno cargó sobre él el pecado de to-
dos nosotros”. Isaías 53:4-6.
“Cristo fue tratado como nos merecemos, para que recibiéra-
mos el tratamiento al que tenía derecho. Fue condenado por nuestros
pecados, en los que no había participado, de que fuésemos justifi-
cados por su justicia, en el que no habíamos participado. Sufrió la
muerte que nos fue, para que recibiéramos la vida que Él pertenecía.
“Por su llaga fuimos nosotros curados.” (5)
luego todos han muerto. Y por todos murió, para que los que viven,
ya no vivan para sí, sino para aquel que murió, y resucitó por ellos.” 2
Corintios 5:14, 15.
“(Los discípulos) Sabían que tenían un Representante en el
cielo, un Abogado ante el trono de Dios.” Los Hechos de los Apóstoles,
pág. 29.
“El Señor (Cristo) habría de ofrecer un sacrificio inmaculado
al Padre para su gloria y honor... Los mundos que no habían caído,
los ángeles celestiales y la humanidad caída estaban contemplando
cada paso del Representante del Padre y, a la vez, Representante de la
humanidad perfecta. Y su carácter no tenía defecto alguno”. El Cristo
Triunfante, pág. 262.
“Y luego, a ese compañía de atentos oyentes predicó el apóstol
(Pedro) a Cristo, su vida, sus milagros, su entrega y crucifixión, su
resurrección y ascensión y su obra en el cielo como representante y
defensor del hombre”. Los Hechos de los Apóstoles, pág. 113.
¿Vemos por qué Cristo es el Sumo Sacerdote perfecto? Él, Re-
presenta perfectamente a Dios ante los hombres y también represen-
ta a la humanidad ante Dios. La función principal de un sacerdote era
la de intercesor. Él, Podría representar al hombre ante Dios y Dios
ante el hombre. “Acerca del sacerdote se dijo: “Porque le ha escogido
Jehová,. . . para ministrar al nombre de Jehová.” (Deut. 18: 5)”. Los
Hechos de los Apóstoles, pág. 271.
Ministrar “en el nombre del Señor” significaba que el sacerdo-
te debía representar a Dios ante el pueblo. “En la antigüedad el padre
era el jefe y el sacerdote de su propia familia, y ejercía autoridad so-
bre sus hijos, aun después de que éstos tenían sus propias familias.”
Patriarcas y Profetas, pág. 136
A partir de la experiencia en el Monte Sinaí hasta la muerte de
Cristo en la cruz del Calvario, los descendientes de Aarón, de la tribu
de Leví, fueron ungidos como sacerdotes entre el pueblo de Israel.
Jesús no podía ser un sacerdote según el orden de Aarón, por-
que provenía de la tribu de Judá. Él se convirtió en sacerdote según el
orden de Melquisedec. Vamos a profundizar este tema en el siguiente
capítulo.
76
11
1. Rey de Salem.
2. Sacerdote del Dios Altísimo.
decirlo así, el mismo Leví, que recibe los diezmos, pagó el diezmo por
medio de Abrahán. Porque Leví aún estaba en los lomos de su padre
cuando Melquisedec le salió al encuentro. Si la perfección se hubiera
podido alcanzar por el sacerdocio levítico -porque en base a él el pue-
blo recibió la Ley- ¿qué necesidad había aún de que se levantara otro
sacerdote según el orden de Melquisedec, y no de Aarón?” Hebreos 7:
1-11.
A partir de aquellas Escrituras Sagradas, aprendemos acerca
de Melquisedec que:
1. Era rey de Salem (Rey de la Paz).
2. Era rey de justicia.
3. Era sacerdote del Dios Altísimo.
4. Bendijo a Abraham.
5. Recibió diezmos de Abraham.
6. No tenía genealogía registrada.
7. Representaba a Cristo.
8. Era superior a Abraham.
12
JESÚS, EL JUEZ
Acerca de Jesús:
“Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sa-
cerdote entra en el lugar santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da
principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hom-
bre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos
aquellos que resulten tener derecho a ella”. El Conflicto de los Siglos,
pág. 534.
“Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cris-
to, para que cada uno reciba según lo que haya hecho cuando estuvo
en el cuerpo, sea bueno o malo”. 2 Corintios 5: 10.
El texto del libro del profeta Zacarías capítulo 3, ejemplifica
86 JESÚS, EL JUEZ
173.
En otra referencia bíblica, cuando los discípulos de Jesús, con
hambre, recogieron espigas de trigo y las comieron durante las horas
del sábado, una vez más los enemigos pensaron haber encontrado
otro motivo para acusar a Cristo y a sus seguidores de transgredir el
cuarto mandamiento. Otra vez más, Jesús justificó a sus discípulos y
condenó a los acusadores que habían memorizado la letra de la ley,
pero ignoraban completamente el espíritu de la misma. Jesús les dijo:
“El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado.
Así, el Hijo del Hombre es también Señor del sábado”. Marcos 2:27,
28.
“Cristo quería enseñar a sus discípulos y a sus enemigos que
el servicio de Dios está antes que cualquier otra cosa. El objeto de la
obra de Dios en este mundo es la redención del hombre; por lo tanto,
lo que es necesario hacer en sábado en cumplimiento de esta obra,
está de acuerdo con la ley del sábado. Jesús coronó luego su argu-
mento declarándose “Señor del sábado,” es decir un Ser por encima
de toda duda y de toda ley. Este Juez infinito absuelve a los discípulos
de culpa, apelando a los mismos estatutos que se les acusaba de estar
violando”. El Deseado de Todas las Gentes, pág. 252.
“Vuestra fe debe ser algo más de lo que ha sido, o seréis pesa-
dos en las balanzas y hallados faltos. En el último día, la decisión final
del Juez de toda la tierra girará alrededor de nuestro interés por los
necesitados, los oprimidos y los tentados, y nuestro trabajo práctico
en su favor. No podéis pasarlos siempre por alto, y hallar vosotros
mismos entrada en la ciudad de Dios como pecadores redimidos. “En
cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeñito - dice Cristo,- ni a mí lo
hicisteis.” (Mateo 25: 45.). Joyas de los Testimonios, Tomo 2, pág. 255.
El profeta Juan en Apocalipsis 19:11 dice: “Entonces vi el cielo
abierto y un caballo blanco, y su jinete se llama Fiel y Verdadero, que
juzga y pelea con justicia.” En Apocalipsis 3:14, el título de ‘Testigo
fiel y verdadero’, se aplica a Cristo.
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los
santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria. Y
serán reunidas ante él todas las naciones. Y separará los unos de los
otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá
a los de su derecha: ‘¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino
JESÚS, EL JUEZ 89
13
El mensaje de Hebreos 4
El apóstol compara nuestra experiencia con la de Israel en
el pasado, diciendo: “Siendo que la promesa de entrar en su reposo,
permanece aún, cuidad que ninguno de vosotros parezca rezagado.
Porque también a vosotros, como a ellos, se nos anunció el evangelio.
Pero la Palabra que oyeron no les aprovechó, porque no se unieron
por la fe a los que oyeron. Porque los que hemos creído entramos en
el reposo”. (Versículos 1-3). El, Deja claro que solamente podemos
“SI OYERES HOY SU VOZ…” 93
Epílogo
A l leer este libro, usted ha aprendido, a través de los diferentes
aspectos de la misión de Jesús, que la obra de Él en nuestro
favor fue y sigue siendo completo y perfecto. La misión de Cristo
está evidenciada de forma clara e inconfundible en la Biblia.
Es importante conocer a Jesús desde la perspectiva bíbli-
ca. La comprensión con respecto a su misión ha sido distorsiona-
da. El hombre post-moderno se siente libre para delinear a Cristo
de acuerdo con sus propios criterios, adaptándolos a sus propios
conceptos. El que debería moldear la vida del hombre es visto me-
ramente como un sabio, cuyas enseñanzas son utilizadas para jus-
tificar las más diversas visiones del mundo. Teólogos encuentran
en las enseñanzas de Jesús argumentos que justifican sus teorías.
Psicólogos usan sus palabras para legitimar el razonamiento que
ellos mismos crean. Políticos citan porciones de los Evangelios
para embellecer sus discursos y obtener popularidad. Ateos selec-
cionan lo que les conviene en las enseñanzas de Jesús para dar un
barniz “cristiano” a sus conceptos.
Al contrario de lo que acontecía en otras épocas, ser cristia-
no hoy está de moda. Las confesiones religiosas proliferan. Tem-
plos son inaugurados todos los días. Los medios de comunicación
a menudo informan la ‘conversión’ de artistas famosos. Cantantes
evangélicos llenan los estadios y ganan millones. Sus canciones
son tocadas en discotecas y casas nocturnas. Alguien podría sin-
ceramente argumentar que, es suficiente que el nombre de Cristo
sea mencionado en cualquier lugar o circunstancia. Sin embargo,
el argumento, no corresponde con la perspectiva bíblica sobre Je-
sús y su misión.
La perspectiva bíblica difiere completamente de la pers-
pectiva del mundo. En 1 Juan 2:15, la Biblia expone la incompati-
bilidad entre Dios y el mundo: “No améis al mundo, ni lo que hay
en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está
en él.” De hecho, no puede haber comunión entre Dios y el mundo,
ya que sus respectivos intereses, propósitos y prácticas son com-
pletamente diferentes. El Apóstol Santiago enfatiza enérgicamen-
te el contraste: “¡Adúlteros! ¿No sabéis que la amistad del mundo
es enemistad con Dios? El que quiere ser amigo del mundo, se
constituye en enemigo de Dios.” Santiago 4: 4.
La visión del mundo a respecto de Jesús difiere radicalmen-
te de la perspectiva bíblica. Mientras que los líderes lo presentan
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Marcos Pedrazas
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