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Cuidando Al Cuidador

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Psicothema 2011. Vol. 23, nº 3, pp.

388-393 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG


www.psicothema.com Copyright © 2011 Psicothema

Autopercepción del estado de salud en familiares cuidadores


y su relación con el nivel de sobrecarga

Pedro Fernández de Larrinoa Palacios, Silvia Martínez Rodríguez, Nuria Ortiz Marqués,
María Carrasco Zabaleta, Josu Solabarrieta Eizaguirre e Ignacio Gómez Marroquín
Universidad de Deusto

El objetivo del estudio es conocer cómo percibe su estado de salud una muestra de cuidadores familiares
de la provincia de Vizcaya y comparar los resultados con datos referidos a población general española.
Además se pretende comprobar si existe relación entre la salud percibida y el nivel de sobrecarga.
La muestra consta de 1.257 cuidadores/as de personas dependientes. Se ha utilizado un protocolo
elaborado para recoger información sobre aspectos sociodemográficos, salud percibida relacionada
con la calidad de vida (SF-36) y sobrecarga (Zarit Burden Inventory). Los resultados muestran que
la percepción general de salud de las personas cuidadoras que han participado en el estudio es peor
que la de la población general española y que esta percepción es especialmente acusada en lo que se
refiere al componente de salud mental. Además, las correlaciones muestran que cuanto peor es la salud
percibida mayor es la sobrecarga. Estos resultados confirman los hallazgos obtenidos en otros estudios
y proporcionan claves para orientar las intervenciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de las
personas cuidadoras.

Family caregiver’s self-perceived health status and its relation to burden. The study aims to analyze
how health is self-perceived by a sample of caregivers of dependant relatives and how it compares
with general Spanish population scores. The study also focuses on the relations between self-perceived
health and burden. The sample comprised 1,257 caregivers living in Biscay who completed the protocol
including sociodemographic data, measures of health-related quality of life (SF-36) and burden (Zarit
Burden Inventory). Results show that the health perception of the caregivers taking part into the study
reached lower scores in comparison to general Spanish population and that this perception was lower in
mental than in physical health. Correlational data supports previous findings indicating that high levels
of burden are associated with a worse perception of mental and physical health and provide information
on how to guide interventions to improve family caregivers’ quality of life.

Nuestra sociedad está experimentando un progresivo envejeci- Estas personas son descritas habitualmente como segundas vícti-
miento. Como consecuencia del rápido incremento del colectivo mas de la enfermedad (Perlado, 1995), debido a que el problema
de personas mayores ha aumentado el número de ellas que se en- de la dependencia no solo afecta a quien la padece, sino también a
cuentran en situación de dependencia y que necesitan cuidados. Se quienes tienen que facilitar las ayudas necesarias para que pueda
estima que, del colectivo de personas mayores de 65 años depen- seguir viviendo dignamente.
dientes que recibe algún tipo de cuidado, en el 84,9% de los casos La sobrecarga se entiende como el grado en que la persona cuida-
el cuidado es informal (Rogero-García, 2009), lo que indica que la dora percibe que el cuidado ha influido sobre diferentes aspectos de su
familia constituye la fuente principal de apoyo en la atención a las salud, su vida social, personal y económica (Zarit, Reever y Bach-Pe-
personas dependientes. terson, 1980). Son numerosas las evidencias del impacto que genera el
El cuidador principal es aquella persona que dedica la mayor cuidado en la salud física y mental de la persona cuidadora (Pinquart
parte de su tiempo a atender las necesidades de la persona depen- y Sorensen, 2003). En un estudio realizado por IMSERSO (2005) se
diente (Dwyer, Lee y Jankowski, 1994). Por lo general, asume observó que el 27,5% de las personas cuidadoras consideraba que su
tareas del cuidado, con la responsabilidad que ello implica, es per- salud se había deteriorado desde que proporcionaban cuidados a su fa-
cibida por los restantes miembros de la familia como responsable miliar. Este trabajo del IMSERSO pone de relieve que la tarea de cui-
de la persona dependiente y no es remunerada económicamente. dar afecta en mayor medida a la salud psicológica, siendo un 18,1% de
los sujetos de la muestra los que manifestaban sentirse deprimidos.
Hay un estudio que también analiza la percepción del estado de
Fecha recepción: 9-9-10 • Fecha aceptación: 16-2-11 salud de la persona cuidadora y cómo ésta se encuentra en muchas
Correspondencia: Pedro Fernández de Larrinoa Palacios ocasiones relacionada con su nivel de sobrecarga (Gutiérrez-Mal-
Facultad de Psicología y Educación
Universidad de Deusto donado, Caqueo-Urízar y Kavanagh, 2005).
48007 Bilbao (Spain) Los objetivos de la presente investigación son conocer cómo
e-mail: pedro.larrinoa@deusto.es perciben su estado de salud las personas cuidadoras de nuestro es-
AUTOPERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD EN FAMILIARES CUIDADORES Y SU RELACIÓN CON EL NIVEL DE SOBRECARGA 389

tudio y comprobar qué factores relacionados con la salud física y tal (CSM). Para cada dimensión, los ítems se codifican, se agregan
mental percibida se relacionan con el nivel de sobrecarga. y se transforman en un rango de puntuaciones que va desde 0 (peor
estado de salud) hasta 100 (mejor estado de salud). Para facilitar su
Método interpretación se obtuvieron puntuaciones estandarizadas con los
valores de las normas poblacionales como se indica en el manual
Participantes y procedimiento de puntuación (Medical Outcomes Trust, 1996). En el presente es-
tudio el alfa de Cronbach fue superior a ,70 en todas las dimensio-
La muestra está formada por 1.257 cuidadores principales de nes (rango de ,76 a ,93). En el trabajo original (Alonso et al., 1998)
personas dependientes que residen en la provincia de Vizcaya y el alfa de Cronbach fue superior a ,79 en todas las dimensiones
que habían solicitado la prestación económica para cuidadores fa- (rango de ,79 a ,96).
miliares acogiéndose a la Ley de Promoción de la Autonomía Per- En relación a la escala de sobrecarga del cuidador se utilizó la
sonal y la Atención a las Personas en Situación de Dependencia; adaptación española (Martin et al., 1996) del Zarit Burden Inven-
personas por tanto —según dicta la Ley en cuanto a los posibles tory. Esta prueba cuantifica el grado de sobrecarga subjetiva que
beneficiarios de ayudas— que atienden a familiares con un nivel padecen las personas cuidadoras de las personas dependientes y
de dependencia severo o grave. Para contactar con ellas se contó se ha señalado que es la más utilizada para evaluar la carga del
con la ayuda del Departamento de Acción Social de la Diputación cuidador (Vitaliano, Youg y Russo, 1991; García-Calvete, Mateo-
Foral de Bizkaia. Durante el mes de enero y febrero de 2009 se Rodríguez y Maroto-Navarro, 2004). Se trata de una escala au-
envió por correo ordinario una carta incluyendo información sobre toadministrada que consta de 22 afirmaciones que describen cómo
la investigación, un protocolo en castellano y euskera y un sobre se sienten los/as cuidadores/as. Para cada una de ellas el cuidador
franqueado. De forma voluntaria, los cuidadores/as contestaban el tiene que indicar la frecuencia con la que se siente así, utilizando
cuestionario y lo enviaban al equipo de investigación, donde era una escala que consta de 5 opciones de respuesta: 0 (nunca), 4 (casi
recogido e incluido para el estudio. Se enviaron un total de 1.800 siempre). Las puntuaciones obtenidas en cada ítem se suman y la
cartas, de las cuales fueron respondidas 1.282 (71,2%), si bien 25 puntuación final representa el grado de sobrecarga del cuidador, la
fueron descartadas para trabajos posteriores por haber sido cum- puntuación total oscila entre 0 y 88 puntos. En el presente estudio
plimentados en euskera. Aunque cuatro sujetos no respondieron a el alfa de Cronbach fue de ,89. El alfa de Cronbach en la prueba
algunos de los datos sociodemográficos del protocolo se decidió original (Martin et al., 1996) fue de ,91.
mantenerlos en el estudio.
Con esta muestra, entre otros análisis, se han comparado los Análisis de datos
resultados obtenidos en las dimensiones de salud (SF-36) con un
estudio sobre población general (Alonso et al., 1998) y otro de Los análisis estadísticos se han llevado a cabo mediante el pa-
población de la Comunidad Autónoma Vasca (Anaitua y Quintana, quete estadístico SPSS (Statistical Package for Social Sciences)
1999) para comprobar el estado de salud percibida. versión 15.0 para Windows. Para todas las pruebas realizadas se
consideró un nivel de significación estadística de p<,05 (α= 5%).
Instrumentos Se han realizado análisis descriptivos de las variables sociode-
mográficas más importantes de las personas cuidadoras, así como
El protocolo incluía preguntas sobre aspectos sociodemográfi- de la escala SF-36. Se empleó la prueba t-Student para compa-
cos y sobre las características del cuidado que proporcionan a sus rar las puntuaciones de las dimensiones del SF-36 de las personas
familiares, así como si éste padece demencia o no. cuidadoras con respecto a la población general española y de la
Además, las personas cuidadoras tenían que responder a una Comunidad Autónoma Vasca.
serie de instrumentos de medida entre los que se encontraba el Además, se llevaron a cabo correlaciones entre la escala de
SF-36 Health Survey (McHorney, Ware, Lu y Sherbourne, 1994; Zarit y las ocho dimensiones de la escala SF-36. Por último, se
McHorney, Ware y Raczek, 1993) y el Zarit Burden Inventory en realizó un análisis de regresión lineal múltiple por pasos hacia de-
su adaptación española (Martin et al., 1996). Ambos instrumentos lante controlando la edad, introduciéndose los componentes físico
de medida fueron elegidos debido a las bondades que ofrecen, ya y mental de la escala SF-36 como variables predictoras o indepen-
que permiten realizar comparaciones con la población general es- dientes y la puntuación total de la escala de sobrecarga Zarit como
pañola y se encuentran adaptados al castellano. variable dependiente.
Por lo que se refiere al SF-36, se empleó la versión española Por último, se ha llevado a cabo un análisis (t-Student) para
adaptada por Alonso, Prieto y Antó (1995). Se trata de un cues- comparar el estado de salud percibida entre las personas cuidado-
tionario autoadministrado que contiene 36 ítems que valoran ocho ras que cuidan de personas con demencia y sin demencia.
dimensiones del estado de salud: limitaciones para realizar activi-
dades físicas debido a problemas de salud (FF; Función física); li- Resultados
mitaciones para realizar actividades cotidianas debido a problemas
de salud físicos (RF; Rol físico); dolores corporales (DC; Dolor En la tabla 1 se describen las características sociodemográficas
corporal); estado de salud general (SG; Salud general); vitalidad más importantes de la muestra.
(VT; vitalidad); limitación en la participación de actividades socia- En relación a la salud percibida, las puntuaciones medias de
les debido a problemas de salud (FS; Función social); limitaciones cada una de las dimensiones del Cuestionario de Salud SF-36 se
para realizar actividades cotidianas debido a problemas emociona- reflejan en la tabla 2. Como puede observarse, las mayores puntua-
les (RE; Rol emocional); y salud mental general (SM; salud men- ciones se obtienen en las dimensiones Función física (FF) y Rol
tal). También se pueden obtener dos componentes sumatorios: el físico (RF) y las menores puntuaciones pertenecen a las dimen-
componente de salud físico (CSF) y el componente de salud men- siones Vitalidad (VT), Salud general (SG), Dolor corporal (DC)
390 PEDRO FERNÁNDEZ DE LARRINOA PALACIOS, SILVIA MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, NURIA ORTIZ MARQUÉS, MARÍA CARRASCO ZABALETA, JOSU SOLABARRIETA EIZAGUIRRE E IGNACIO GÓMEZ MARROQUÍN

Tabla 1
y Salud mental (SM). Además, las personas cuidadoras presentan
Características sociodemográficas de las personas cuidadoras principales una menor puntuación en el componente de salud mental (CSM),
por lo que perciben peor su estado de salud mental que su estado
Cuidadores de salud físico. En esa misma tabla queda reflejado que las perso-
Características
n Porcentaje (%) nas cuidadoras de este estudio presentan una peor percepción de
su estado de salud en comparación con la población de referencia
Género española y de la Comunidad Autónoma Vasca, encontrándose di-
Mujer 1000 79,8
ferencias estadísticamente significativas en todas las dimensiones
Hombre 0253 20,2
de salud (p≤,001).
Estado civil En la tabla 3 se observan correlaciones negativas estadística-
Soltero/a 0208 16,6 mente significativas (p≤,001) en todas las dimensiones de salud
Casado/a 0916 73,2
(SF-36) y la sobrecarga (Zarit). Estos resultados indican que cuan-
Viudo/a 0063 05,0
Separado/a-Divorciado/a 0060 04,8 to mayor es la puntuación en las dimensiones de salud —reflejando
Otros 0005 00,4 un mejor estado de salud percibido—, menores son las puntuacio-
nes y la sobrecarga percibida.
Nivel de estudios
La tabla 4 muestra el análisis de regresión lineal múltiple que se
Menos de primarios 0205 16,4
Primarios 0624 50,0 ha realizado, en donde los componentes físico y mental del Cues-
Bachiller superior 0278 22,3 tionario SF-36 se han introducido como variables predictoras de la
Estudios superiores 0141 11,3 puntuación total del Zarit, escala de sobrecarga del cuidador. Tanto
el componente físico como el componente mental de la escala SF-
Desde cuándo proporciona cuidados la PC
Hace días 0009 00,7 36 han sido variables predictoras de la sobrecarga del cuidador.
Hace semanas 0002 00,2 La edad de las personas cuidadoras ha sido controlada, de manera
Hace meses 0023 01,8 que esta variable no está ejerciendo influencia en los resultados.
Hace años 1217 93,3 En esta misma tabla se observa que la escala de sobrecarga está
Frecuencia del cuidado
inversamente relacionada con el componente físico (β= -,34, p=
Permanentemente, gran parte del día 1072 85,9 ,000) y mental (β= -,60 p= ,000), es decir, cuanto más elevada es la
Algunas horas al día 0142 11,4 puntuación de sobrecarga en el Zarit, menor es la puntuación de los
Algunas horas cada semana 0027 02,2 componentes físico y mental de salud. Estas variables explican el
Algunos días de cada mes 0007 00,6
34% de la varianza de la carga percibida (R2 corregida= 0,34).
M= 59,17 (SD= Por último, en la tabla 5 se observa que no existen diferencias
Edad
13,14) estadísticamente significativas (p≤,05) en ninguna de las 8 dimen-
siones del SF-36 en relación a las personas cuidadoras que lo ha-
M: media; SD: desviación estándar
cen de pacientes con y sin demencia.

Tabla 2
Dimensiones y componentes sumatorios del SF-36 de las personas cuidadoras; diferencias con respecto a la población general española1 y la población de la Comunidad
Autónoma Vasca2

Valor p*

Población general (B) Población CAV (C)


Personas cuidadoras (A) A vs B A vs C
n= 9151 n= 3949

M±SD M±SD M±SD

FF (n= 1249) 75,3 ± 24,8 84,7 ± 24 87,2 ± 20,3 ,000*** ,000***


RF (n= 1232) 70,7 ± 41,5 83,2 ± 36,2 87,3 ± 30,1 ,000*** ,000***
DC (n= 1245) 56,05 ± 26,6 79,0 ± 27,9 79,6 ± 24,9 ,000*** ,000***
SG (n= 1226) 53,1 ± 21,04 68,3 ± 22,3 67,3 ± 19,6 ,000*** ,000***
VT (n= 1253) 48,9 ± 21,3 66,9 ± 22,1 65,2 ± 19,2 ,000*** ,000***
FS (n= 1253) 67,8 ± 28,4 90,1 ± 20 89,8 ± 18,6 ,000*** ,000***
RE (n= 1232) 60,6 ± 45,8 88,6 ± 30,1 92,2 ± 23,8 ,000*** ,000***
SM (n= 1244) 57,5 ± 20,7 73,3 ± 20,1 71,7 ± 17,7 ,000*** ,000***

CSF (n= 1178) 46,04 ± 10.1


CSM (n= 1178) 39,7 ± 13,8

* Prueba t Student para una muestra


1
Alonso et al. (1998); 2 Anaitua & Quintana (1999)
M: media; SD: desviación típica; FF: Función física; RF: Rol físico; DC: Dolor corporal; SG: Salud general; VT: Vitalidad; FS: Función social; RE: Rol emocional ; SM: Salud mental; CSF:
Componente sumatorio físico; CSM: Componente sumatorio mental
*** p≤.001
AUTOPERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD EN FAMILIARES CUIDADORES Y SU RELACIÓN CON EL NIVEL DE SOBRECARGA 391

Tabla 3
sable del cuidado. De hecho, el estudio realizado por el IMSERSO
Correlaciones de Pearson entre las dimensiones del SF-36 y la puntuación (2005) recoge cómo un 21% de las personas cuidadoras considera
de sobrecarga total del Zarit que es preferible que el cuidado lo realice una mujer, y un 26%
prefiere que sea una hija la que cuide de ellos si lo necesitasen
FF RF CD SG VT FS RE SM
frente al 5% que opta por hijos o hijas indistintamente.
Zarit - ,22*** - ,32*** - ,36*** - ,48*** - ,52*** - ,51*** - ,44*** - ,57*** Por lo que se refiere al estado de salud de las personas recep-
toras de cuidados, éstas no padecen una enfermedad en común,
FF: Función física; RF: Rol físico; DC: Dolor corporal; SG: Salud general; VT: Vitalidad;
debido al criterio elegido para formar la muestra, según el cual
FS: Función social; RE: Rol emocional ; SM: Salud mental; CSF: Componente sumatorio
físico; CSM: Componente sumatorio mental han sido incluidas personas perceptoras de la prestación econó-
*** p≤,001 mica para cuidadores en el entorno familiar a través de la Ley de
Promoción de la Autonomía personal y la Atención a las Personas
en situación de dependencia, independientemente de la patología
Tabla 4 de la persona dependiente. Hay estudios sobre personas cuidadoras
Análisis de regresión múltiple por pasos hacia delante. Factores relacionados que se centran en patologías concretas, pero otros estudios, como
con la sobrecarga del cuidador medida a través del ZBI
éste, no lo hacen (Miura et al., 2005). En nuestro caso la mayoría
Escala de sobrecarga ZBI de las personas cuidadas padecen alguna lesión del sistema nervio-
so central y/o con déficits neurocognitivos. Sin duda alguna, cuidar
Variable Beta t p-valor de un familiar con demencia tiene un gran impacto en la salud de la
SF-36 Componente mental -,60 0-8,91 ,00*** persona cuidadora, de ahí la importancia de estudiar la situación de
estas personas (Zarit et al., 1986), sin embargo, en nuestro estudio
SF-36 Componente físico -,34 -21,72 ,00***
no hemos podido concluir que los cuidadores/as de personas con
Coeficiente de correlación múltiple (R)= 0,59; coeficiente de determinación (R2)= 0,34 demencia presenten una peor percepción de su salud que los que
no cuidan de personas con esta patología. Tal vez la dificultad para
confirmar esta relación se deba a la imprecisión de la recogida del
Tabla 5 dato, ya que la información sobre el diagnóstico de demencia en la
Diferencias en las 8 dimensiones del SF-36 en las personas cuidadoras que persona receptora de cuidado era proporcionada por los propios fa-
cuidan de personas con y sin demencia
miliares cuidadores participantes en el estudio, con el consiguiente
Presencia de demencia Ausencia de demencia Valor-p riesgo de error.
Con respecto a la salud percibida por las personas cuidadoras,
M±SD M±SD
se observa una valoración más negativa de todas las dimensiones
FF 76,18±24,11 74,66±25,33 ,31 de salud del SF-36 en comparación con la población general, sien-
do estos resultados consistentes con otros estudios centrados en
RF 72,33±40,50 69,21±42,27 ,22
cuidadores de personas dependientes con diferentes patologías (Li,
DC 54,86±25,64 56,26±26,96 ,38 Lee, Lin y Amidon, 2004; Patti et al., 2007; Pinquart y Sörensen,
SG 53,24±20,66 52,67±21,28 ,66 2003; Seguí, Ortiz-Tallo y de Diego, 2008; Ünalan et al., 2001).
VT 48,36±21,35 48,79±21,37 ,74 Estos resultados sugieren un evidente impacto de la labor de cui-
dado en la calidad de vida de la persona cuidadora, por lo que los
FS 66,50±28,40 68,16±28,64 ,33
servicios comunitarios no deberían de orientarse únicamente a las
RE 60,81±46,14 60,21±45,89 ,83 personas receptoras cuidadas, sino que también deberían centrarse
SM 57,20±20,28 57,62±21,03 ,74 en las personas cuidadoras.
Aunque este peor estado de salud se percibe en todas las di-
FF: Función física; RF: Rol físico; DC: Dolor corporal; SG: Salud general; VT: Vitalidad;
FS: Función social; RE: Rol emocional ; SM: Salud mental
mensiones del SF-36, se observa una valoración más negativa en
las dimensiones de vitalidad, dolor corporal, salud general y salud
mental, coincidiendo con los resultados aportados por otros estu-
Discusión y conclusiones dios (Blanes, Carmagnani y Ferreira, 2007; Patti et al., 2007). Ade-
más, observamos una peor percepción de la salud mental en com-
Muchos estudios indican que, en la mayoría de las ocasiones, paración con la salud física. De hecho, son escasos los estudios
la cuidadora principal es una mujer, habitualmente la esposa o la que encuentran un mayor impacto en el componente físico que en
hija de la persona receptora del cuidado; que lleva proporcionando el componente mental (Blanes et al., 2007) y la gran mayoría de
atención a su familiar desde hace meses o años y generalmente la literatura apoya los resultados encontrados en nuestro estudio
vive con la persona cuidada (Andrén y Elmstahl, 2008; Blanes, (García-Calvente, Mateo-Rodríguez y Maroto-Navarro, 2004; Li,
Carmangnani y Ferreira, 2007; Miura, Arai y Yamasaki, 2005; Lee, Lin y Amidon, 2004; Rebollo et al., 2005), concluyendo que
Martínez-Martin et al., 2007; Rivera-Navarro et al., 2009; Unalan los cuidadores tienden a tener más afectada la salud mental que la
et al., 2001; Zarit, Todd y Zarit, 1986). En nuestro estudio, encon- salud física (Belasco y Sesso, 2002).
tramos un perfil similar: una mujer, casada, con estudios primarios Los resultados también muestran que todas las dimensiones del
y con una edad media de alrededor de 60 años que cuida perma- SF-36 correlacionan de forma negativa y significativa con la es-
nentemente a lo largo del día de su familiar y lleva años realizando cala de sobrecarga de Zarit, al igual que sucede en otros estudios
dicha labor. Este perfil coincide en gran parte con el presentado por (Martínez-Martin et al., 2007; Miura et al., 2005; Rivera-Navarro
IMSERSO (2005) a nivel nacional y confirma la tradición o cos- et al., 2009). En un trabajo reciente realizado por Andren y Elms-
tumbre social que tiende a considerar a la mujer como la respon- tahl (2008) también correlacionaron ambas variables utilizando
392 PEDRO FERNÁNDEZ DE LARRINOA PALACIOS, SILVIA MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, NURIA ORTIZ MARQUÉS, MARÍA CARRASCO ZABALETA, JOSU SOLABARRIETA EIZAGUIRRE E IGNACIO GÓMEZ MARROQUÍN

instrumentos de medida diferentes a nuestro trabajo para medir la sentido, es que todas las personas incluidas tienen una dependencia
sobrecarga y la salud percibida. Para medir la sobrecarga utilizaron severa y grave, de manera que los datos no se pueden generalizar al
la escala Caregiver Burden Scale (Elmstahl, Malmberg y Anners- total de personas cuidadoras.
tedt, 1996) y para medir la salud percibida utilizaron la escala Not- Una de las ventajas de la muestra utilizada es su tamaño, ya
tingham Health Profile (Hunt y Wiklund, 1987). A pesar de ello, que en la mayoría de los estudios el número de participantes es
la correlación también era significativa. Se puede concluir, por lo mucho menor que en este trabajo (Andrén y Elmstahl, 2008; Bla-
tanto, que un peor estado de salud percibido por la persona cuida- nes et al., 2007; Miller, Bishop, Herman y Stein, 2007; Patti et
dora se relaciona con una mayor sobrecarga percibida. al., 2007; Pozzilli et al., 2004; Rivera-Navarro et al., 2009; Seguí,
Además, el análisis de regresión lineal múltiple muestra que, Ortiz-Tallo y de Diego, 2008; Ünalan et al., 2001). Otra ventaja
tras controlar la edad de las personas cuidadoras, los componentes de nuestro estudio es el haber utilizado para medir la sobrecarga y
de salud físico y mental del SF-36 están relacionadas de forma la calidad de vida relacionada con la salud percibida instrumentos
significativa con la percepción de carga. Nuestros resultados co- que han sido adecuados y que, por tanto, permiten establecer com-
inciden con otros estudios en los cuales los análisis de regresión paraciones con la población normal como son el SF-36 (Alonso,
también mostraron que la salud percibida por las personas cui- Prieto y Antó, 1995) y la escala de sobrecarga Zarit (Martin et al.,
dadoras era un predictor importante de la sobrecarga (Andren y 1996).
Elmstahl, 2008; Gutierrez-Maldonado et al., 2005). Estos últimos Hay que decir que, a pesar de que los resultados desvelan una
autores también destacan otras variables predictoras de la sobre- mayor relación entre la sobrecarga y la salud mental —frente a la
carga como el apoyo social, tanto familiar como el de los amigos, salud física—, los resultados sobre esta última también son sig-
así como la situación económica, las cuales podrían ser estudia- nificativos y por ello se le debería prestar la suficiente atención.
das en futuras investigaciones. Los resultados de nuestro estudio Quedan todavía muchos aspectos relacionados con la salud, la
muestran, además, que la salud mental es un predictor más fuerte sobrecarga y otros aspectos de las personas cuidadoras sobre los
que la salud física. Algunos estudios encontraron una asociación que seguir investigando. Tal vez una de las más importantes fuera
más débil entre la salud física y la sobrecarga de las personas cui- obtener perfiles que permitan —más allá del perfil general de per-
dadoras (Martínez-Martin et al., 2007; Miura et al., 2005), otros sona cuidadora— individualizar las intervenciones y así aumentar
estudios concluyen que tanto la salud física como la mental son un su eficacia. En futuras investigaciones se tratará de analizar con
predictor muy importante de la sobrecarga (Ho, Chan, Lau y Woo, mayor precisión la relación entre la carga y la salud desde esta
2007; Vitaliano, Russo y Young, 1991). atención a la singularidad de cada persona cuidadora.
Una de las limitaciones de nuestro trabajo está relacionada con
la muestra. La situación que viven algunas personas cuidadoras Agradecimientos
(falta de tiempo, bajo nivel de formación, ausencia de apoyo en
las tareas de cuidado) puede haber dificultado su participación en Los autores agradecen su colaboración al Departamento de Ac-
el estudio contribuyendo a sesgarla. Otro aspecto, también en este ción Social de la Diputación Foral de Bizkaia.

Referencias

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