Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Aprendo A Ser Libre y Responsable

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 15

Aprendo a ser libre y responsable

Libertad es Responsabilidad: El hombre es libre. Esta sencilla afirmación,


escrita sobre una hoja en blanco, puede suscitar un montón de reacciones.
Desde las preguntas radicales “¿será verdad? ¿soy libre? ¿los demás son
libres?” hasta esas preguntas más concretas “libre, ¿en qué, para qué, cómo,
cuándo, dónde?” La libertad ha sido uno de los temas más discutidos en la
historia del pensamiento, y, a la vez, una de las realidades más atacada y
denigrada.
Usamos la palabra libertad en muchas ocasiones:

- "Mis padres no me dan libertad".

- "Háblame con toda libertad".

- "Necesito más libertad".

- "Tienen demasiada libertad".

- "La independencia económica da la libertad".

- "El delincuente ha sido puesto en libertad"...


Solemos considerar la libertad como la posibilidad de actuar según la propia voluntad o las propias
apetencias. Normalmente se quiere decir con esto que nadie se opone a que actuemos del modo en que lo
hacemos. No solemos sentir como falta de libertad la imposibilidad de andar durante horas por el fondo del
mar o de pasear entre los ríos de lava de un volcán. Es más, se suele decir que somos libres para intentarlo y
sufrir las consecuencias.

En el sentido anterior, la libertad se define como algo negativo, es decir, como ausencia de algo. Es el sentido
que se deriva de frases como esta: "puedes irte, nadie te lo impide, eres libre". Pero la libertad, ¿es nada más
que eso? Muchos pensadores han sostenido lo contrario, y definen un segundo sentido de libertad, positivo,
que es el de libertad para hacer esto o aquello.

Algunas personas se oponen a esta distinción argumentando: "¿No es lo mismo que hemos dicho antes? Si
nada nos lo impide, podemos escoger libremente entre esto o aquello." Parece lo mismo a simple vista, pero,
en realidad no lo es. La libertad, en sentido positivo, es libertad de elección. Pero no somos libres de elegir
cuando no conocemos las posibles consecuencias de aquello que elegimos. Tampoco elegimos libremente
cuando nos dejamos llevar por el miedo, la moda, las costumbres o los caprichos en nuestras elecciones.

¿Qué es
libertad...............??????

Libertad es elegir lo que quiero ser lo


que puedo y saberlo vivir con ganas de
ir más allá Responsablemente.

¿Qué es
responsabilidad? la responsabilidad
es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas
ante alguien.
También responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los propios actos.
LA LIBERTAD RESPONSABLE
La cumbre de la libertad es la responsabilidad. La libertad responsable surge cuando descubro al otro como
sujeto de derechos, que tiene una dignidad inviolable que yo debo respetar.
La cumbre de la libertad es la responsabilidad. La libertad responsable surge cuando descubro al otro como sujeto de derechos,
que tiene una dignidad inviolable que yo debo respetar.

Uno vive en libertad cuando renuncia a sus propios intereses para actuar en el ámbito de personas que tienen derechos y que lo
llaman, lo necesitan a uno.

La libertad no se juega sino cuando están en conflicto mi tendencia espontánea egoísta y los derechos de los demás. De ahí que si
ante una situación determinada debo elegir qué acción realizar, toma parte la voluntad que tiene dominio sobre el intelecto, en
forma de una reflexión; pues soy responsable de la conciencia que tengo.

El hombre se transforma al elegir, porque es más él y menos los demás que le oprimen y la naturaleza que le domina. Sólo cuando
elige, es él mismo, el hombre, con autonomía frente al mundo para construir y elaborar su propio mundo.

"Es por ello que la libertad humana adquiere un carácter de conquista personal y se traduce en tarea permanente; como nos lo
señala Juan Pablo II cuando concibe la función del bien y le asigna por objeto el amor traducido en donación y servicio
desinteresado a los demás"

Construye atenta a todos los factores. Reflexiona e identifica las maneras que esa afecta su capacidad de juzgar y actuar por sí
misma. El fundamentalismo es aquel modo de pensar que adopta una visión exclusiva de la verdad que está en contra de la opinión,
modo de vida y cultura de los demás. Es bueno el reconocimiento de nuestras limitaciones pero no podemos caer en el
determinismo fatalista (idea de no escapar de una situación amenazante). El ser humano está dotado con la razón y es capaz de
reconocer las
fuerzas y combatir las ataduras incluso en situaciones extremas.
Responsabilidad:

Definición: Es la obligación y la capacidad de asumir las consecuencias de los propios actos


libres, de responder por ellos. ¿Responder ante quién? La respuesta clásica dice: ante los demás,
ante la sociedad y ante Dios, en la medida en la que nuestros actos les afecten. La responsabilidad
es inseparable de la libertad: si está en la capacidad de elegir, aquélla es la aptitud para dar cuenta
de esas elecciones.
Mi forma de ver la responsabilidad: Todo acto libre es imputable, es decir, atribuible a
alguien. Por tanto, el sujeto que lo realiza de responder de él. Los
actos pertenecen al sujeto porque sin su querer no se hubiese
producido. Es el agente quien escoge la finalidad de sus actos y, por
consiguiente, quien mejor puede dar información sobre los mismos.
Así, del mismo modo que la libertad es el poder de elegir, la
responsabilidad es la aptitud para dar cuenta de esas elecciones.
Libre y responsable son dos conceptos paralelos e inseparables, y
por eso se ha dicho que la Estatua de la libertad le falta, para
formar pareja ideal, la estatua de la responsabilidad.

La responsabilidad, capacidad para responder de los propios


actos, es propia del que escoge y realiza libremente sus actos.
Somos responsables de nuestros actos libres y, principalmente,
de los actos sobre los que experimentamos sea obligación interna llamada
comúnmente deber moral.

Tipos de acciones libres:

Hay dos tipos de actos libres: Las que pueden hacerse y las que deben hacerse. Se puede leer, cantar, pensar; y
no hay en ello ninguna obligación. En cambio, se debe pagar la bebida que se ha consumido, se debe ayudar a los
padres cuando lo necesiten, se debe decir la verdad. Aunque se puede no hacerlo, porque se experimenta una
obligación interna de carácter absoluto: hay cosas que se deben hacer o evitar aunque no se quiera, aunque no
gusten, aunque no resulten fáciles.

Problemas Modernos:

El principal problema en relación con la libertad nacional se ha desarrollado en el paralelo con las ansias de
soberanía e independencia de pequeños países y colonias. A ello deben añadirse los problemas de las minorías
raciales, siempre dispuestas a ganar autonomía interior en relación con el estado.
Respecto a la libertad individual en su estado actual, el problema ha consistido en la protección y extensión de los
derechos civiles, como son la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad religiosa, la de reunión,
cátedra, manifestación y otras, o lo que es lo mismo, en la búsqueda del punto en el que termina la libertad de una
persona y comienza la de los demás. Así, la libertad de información o de expresión no puede ejercitarse sin
límites, pues un ejercicio abusivo de las mismas puede vulnerar el derecho al honor o la intimidad a otra persona.
La responsabilidad tiene dos vertientes: podemos exigirla y podemos tenerla. Se
dice que el ser humano, en el momento de nacer, es el más ignorante de los animales; sin embargo, los animales
pueden realizar un gran número de conductas al poco tiempo de nacer. Las personas no nacemos ya hechas, sino
que nos vamos haciendo a lo largo de nuestra vida. Como dice Tomás de Aquino, «Donde hay inteligencia hay libre
albedrío», hay libertad.

Nuestra vida está abierta al conocimiento y tenemos que hacer de ella una tarea, eligiendo y adoptando actitudes;
de hecho los patrones de conducta varían de una época a otras y de una cultura a otras. En esta tarea, debemos
aprender qué opciones tenemos y cuál de ellas nos conviene más, conociendo qué nos interesa y qué no. Esta es
la gran aventura del conocimiento que nos permite “echar raíces”, es decir, introducirnos en nuestras
tradiciones, en nuestra cultura, así como aproximarnos a lo que otras personas de otros lugares y épocas han
creído y han hecho. Sobre esta base, podemos construir nuevas ideas que nos ayuden a resolver de modo
novedoso los problemas que en el camino van surgiendo. De ahí la relación indisoluble que se da entre
conocimiento y libertad.

Las raíces últimas de nuestra libertad están en la mente del ser humano: en su capacidad de razonar, de
orientarse y de preferir. Y sólo una decisión fundada, puede ser considerada verdaderamente una decisión.

Naturaleza, Características y significado de la libertad humana


Libertad de conciencia:

• La libertad conciencia de toda persona tiene derecho formar su propia conciencia. • El


derecho a la libertad de conciencia está constituido, a su vez, por el derecho a la objeción
de conciencia.
¿Qué es libertad de expresión?
La libertad de expresión forma parte de los derechos humanos de las personas y está protegida por
la Declaración Universal de 1948 y las leyes de todos los Estados democráticos.
Esta libertad supone que todos los seres humanos tienen derecho de expresarse sin ser hostigados
debido a lo que opinan. Representa la posibilidad de realizar investigaciones, de acceder a la
información y de transmitirla sin barreras.
La expresión nunca debe ser objeto de censura previa: en cambio, puede regularse a partir de
la responsabilidad ulterior. Esto supone que, con la libertad de expresión, no se puede impedir que una
persona se exprese, pero sí se la puede penar por sus mensajes. Por ejemplo: un periodista planea
denunciar en un programa de TV la corrupción de un funcionario. Este último intenta detener la
emisión del espectáculo pero el primero, amparado por su derecho a decir lo que piensa, logra
difundir los contenidos. Sin embargo, la Justicia demuestra que la información es falsa y el periodista
debe, finalmente, enfrentar cargos por calumnias e injurias.
El derecho a la libertad de expresión, por lo tanto, no es absoluto. La legislación suele prohibir que una
persona incite a la violencia o al delito, que haga una apología de la discriminación y el odio o que
estimule una guerra. En un país con libertad de expresión no se puede promover el rechazo racial o
incentivar los asesinatos.
La libertad de expresión está vinculada a la libertad de prensa, que es la garantía de transmitir
información a través de los medios de comunicación social sin que el Estado pueda ejercer un control
antes de la emisión.
Libertad y conocimiento
Pues bien, después de haber establecido que el conocimiento es el camino hacia nuestra
libertad, que hace necesario el obrar, el esfuerzo de su auto conservación, de su perfección,
pasaremos a ver qué es ese esfuerzo, en qué consiste y cómo nos
proporciona esa libertad.
1. Libertad limitada, pero real

Y lo primero que pienso necesario asentar, a este respecto, es que cualquiera


de nosotros, de nuestros amigos, alumnos o alumnas, de nuestros clientes o
pacientes, de nuestros hijos o hijas es, en efecto, libre. Debe tener conciencia
de ello, y asumir las posibilidades y los límites de esa propiedad. Hacerse
responsable de su propia vida… porque está capacitado para hacerlo.
Pues, en rigor, posee libertad. Finita, limitada, múltiplemente restringida y variamente amenazada, si se
quiere. Pero libertad, al fin y al cabo. Existen al menos algunas acciones que están en manos del hombre y de
la mujer. Y, como intentaré mostrar, el número y la calidad de esas acciones pueden constantemente
incrementarse, mediante el desarrollo de hábitos operativos buenos, de lo que tradicionalmente se ha
conocido como virtudes.

Agustín de Hipona lo afirmó rotundamente al escribir que «ninguna cosa está tan en nuestro poder como la
voluntad misma». Pero no hace falta acudir a su patrocinio. Estamos ante un hecho de experiencia, incluso de
una experiencia elemental y básica: aunque acotada, tenemos libertad, dominio relativo sobre buena parte de
nuestros propios actos —podemos, en definitiva y última instancia, realizarlos o no realizarlos— y, a través de
ellos, sobre nuestro ser.

Solo cuando perdemos de vista sus límites, cuando pretendemos una libertad infinita, no creada, afloran
multitud de aporías, que tienden a hacernos creer que el hombre no goza de esa libertad. Con otras palabras:
únicamente la pretensión de una libertad absoluta, sobrehumana, nos conduce a sentir que no somos libres.
2. . El máximo don

A las dos propiedades anteriores hay que añadir algo de capital interés: y es que la libertad, en el hombre, es
una ganancia. Y que lo es, en fin de cuentas, porque gracias a ella el hombre puede autoconstruirse,
prolongarse, completarse y terminarse, obteniendo por sí mismo un fin sublime.

Con palabras de Savona rola, glosadas a su modo por multitud de tratadistas, «la verdadera libertad es más
preciosa que el oro y que la plata»: es el privilegio por excelencia de la persona creada, en cuanto que gracias
a su condición libre puede empinarse hasta su destino de plenitud en Dios.

Una ganancia, un beneficio… De esta manera lo entendían los mejores de entre nuestros clásicos. Y, así,
Cervantes, en El Quijote, dejó escrito:

No hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida.
3. Implica todo nuestro ser

En cuarto lugar, y como complemento de lo visto, es oportuno considerar que la libertad, entendida en su
sentido más propio y hondo, nos pone completamente en juego. Lo que también puede afirmarse sosteniendo
que su punto primordial de referencia es la totalidad de nuestra persona o, de manera correspondiente,
nuestra relación constitutiva con Dios.
Aunque no es posible siquiera comentarlas, conviene aquí dejar constancia de las hermosas y profundas
palabras con que Carlos Cardona resume esta idea:

Puesto el ser, creada la persona, la libertad se presenta en él como «inicio» absoluto, como originalidad
radical, como creatividad participada. En consecuencia, el hombre se hace, se pone a sí mismo como hombre,
cuando en uso de su libertad ama a Dios sobre todas las
cosas, cuando ama a Dios como Dios, cuando ama el
Amor libre que le hace ser como amor, cuando
libremente ama a Aquel que libremente le hace libre,
capaz de amar, cuando intencionalmente se identifica
con su fin porque quiere, y es así lo que está hecho para
ser
4. ¡Poder elegir!

Las cursivas permiten inferir el error que subyace al


planteamiento que estoy comentando. Quienes
enrumban la conquista de la propia libertad por la vía de
las reclamaciones y protestas dirigidas hacia otros, la
sitúan sin darse cuenta en los dominios del hacer (de las operaciones externas), cuando realmente reside más
hondo, en la esfera de la propia voluntad.

En una voluntad que puede querer o elegir sin estar determinada por nada ni nadie, excepto por sí misma: y
entonces es libre; o que no resulta capaz de tal elección, y entonces no lo es.
2.1. Ignorancia: si una persona no sabe en qué consiste realmente lo que pretende hacer, cuáles
son las posibilidades reales de obrar en unas circunstancias concretas, qué consecuencias se seguirán si
actúa de un modo o de otro… de ninguna manera puede decirse que elige (ni, por consiguiente, que obra)
libremente.

Apelando a un caso cada día menos conocido en la civilización occidental, cuando Noé se emborrachó porque
no sabía que el mosto fermentado producía esos efectos, no obró con libertad. Como tampoco lo hace quien
estima que solo puede entretenerse si dispone de suficiente dinero para comprar las diversiones (ya se trate
de «fiestas» organizadas con más o menos complejidad de medios, ya de sofisticados aparatos, ya de viajes a
lugares apartados que apenas si logra visitar), en lugar de desarrollar como es debido su inventiva y su
imaginación, solo o en compañía de sus amigos. O, por poner un ejemplo no infrecuente, tampoco obra con
genuina libertad la mujer que utiliza el DIU porque nadie le ha explicado que sus mecanismos son abortivos.
2.2. Falta de dominio sobre sí mismo. ¡Cuántas veces pretendemos convencernos o
convencer a los otros de que hacemos algo porque queremos (porque nos da la gana, solemos decir), cuando
en realidad querríamos tener la fuerza suficiente para no hacerlo, pero carecemos de ese vigor!

Aquí, los ejemplos son casi infinitos y se sitúan en las esferas más diversas: desde el que fuma porque le da la
gana (pero en realidad no se siente capaz de dejar el tabaco), pasando por quien desprecia el estudio porque
de hecho no tiene fuerzas ni capacidad para estar más de 2 minutos delante de un libro, hasta quien se
pavonea por llevar una vida sexual desenfrenada y lo que ocurre es que es esclavo de esos instintos… que, en
el fondo, le gustaría dominar con objeto de amar de veras a la persona de quien realmente se encuentra
enamorado.

3. Elegir bien el bien

Tengo toda la impresión de estar en el momento más delicado de mi exposición. La expresión «hacer lo que me
dé la gana» es probablemente la más utilizada para reivindicar las acciones libres y resulta tremendamente
costoso convencer a alguien de que «ahí» (al menos, en el sentido que suele darse a esa frase) no se alcanza
todavía la esencia del acto libre.

Las razones filosóficas que han provocado esta situación son conocidas y se remontan a la concepción de los
últimos siglos que identifican la libertad con la indiferencia, con ese «tanto da» al que ya me he referido. En
las personas singulares, al margen del origen de ese convencimiento, lo que
encontramos es algo asimismo conocido: la aspiración a una libertad absoluta. Y, en
efecto, si cualquiera de nosotros fuera perfecto, podría sin duda querer y
hacer lo que «le viniera en gana» y eso, que sería siempre bueno,
constituiría la mejor expresión del carácter pleno de nuestra
libertad.

Pero somos limitados… y nuestra relativa impotencia complica un


tanto el asunto.
• Libertad y experiencia moral
•El concepto de libertad, que la teología moral ha ido elaborando en
el transcurso de los siglos, se presenta como la profundización del sentido
que de la libertad nos ofrece la revelación en un diálogo ininterrumpido con la tradición del pensamiento
occidental. El problema de la libertad, en efecto es uno de los problemas centrales de la reflexión filosófica de
Europa. La libertad se considera componente esencial del ser del hombre, ya que da significado a la existencia
y específica y caracteriza el obrar humano; obrar que, por ser libre, se hace moral.
• Libertad y persona
•Es difícil aceptar la libertad pues tenemos muchos y grandes condicionamientos, obstáculos, impedimentos.
Además, como la libertad no es objetivable, no la podemos demostrar.
•El hombre no sólo es sino que también se hace; es fruto de sí mismo, de su libertad, de sus opciones libres.
Es hombre en búsqueda de verdad. Pero además, jerarquiza y realiza los valores según su proyecto personal
de vida.
•Es por ello que la sociedad y la comunidad deben dar al niño que nace, las condiciones para que encuentre lo
necesario para realizarse como persona en vistas a una integral realización.
•Para la Antropología, el hombre además de individuo es persona, es sujeto, es uno, es único. El hombre se
manifiesta, se revela como persona en su relación con los otros. Es un Yo en relación con un Tú. Existe en el
mundo con los demás para realizarse personal y comunitariamente.
•Su perfeccionamiento como persona se realiza en relación con el otro. El hombre es un ser responsable de
otro. Esto supone responder a la llamada del otro, de otra persona que exige tu atención, respeto y poder vivir
en plenitud. Todo esto implica responsabilidad.

La libertad se construye
-El ser humano se hace libre, nace con esa capacidad de ser y obrar libremente
-construyendo y conquistándola con esfuerzo a todos los factores que la coaptan.
-Hay personas que no saben ejercer su libertad y la cohíben. Una persona libre está.
 Libertad en comunidad
La libertad personal implica una responsabilidad con la comunidad para poder ejercer una
realidad y verdadera libertad para construir un mundo mejor.

Psicológicos: Miedo al comprometerse al cambio, la indecisión, la opinión, el fanatismo, el egoísmo


excesivo falta de educación ya que el saber amplia nuestros horizontes y nos hace razonar a pensar
en libertad individual.

Económicos No poseer o no saber manejar los suficientes recursos económicos para llevar
adelante nuestro plan de vida

Políticos Dictaduras, Regímenes autoritarios, la corrupción, la falta de comunicación, todos estos


atentan contra los derechos del ciudadano
Sociales: Discriminaciones, intolerancias ideológicas influencias desigualdad de oportunidades la libre
competencia donde la pe grande se come al pez chico todos esto es están en constante lucha y
denuncia

Existen cinco obstáculos contra la libertad:

1. La Ignorancia. Consiste en la ausencia de conocimientos, es un obstáculo ya que para


elegir algo, es preciso conocerlo. El mejor consejo para obtener la libertad es abrir horizontes,
ilustrar acerca de nuevas posibilidades. Muchos fracasos en las carreras profesionales se deben a
una elección incorrecta de ella por ignorar otras especialidades que estarían más de acuerdo con las
cualidades del sujeto.

2. El Miedo. Consiste en la perturbación emocional producida por la amenaza de un


peligro inminente y es un obstáculo ya que en casos extremos (pavor), puede producir
una ofuscación completa de las facultades superiores, y todo lo que se ejecuta en esos
momentos pierde el carácter de acto humano, pues el sujeto no puede responder de ello.

3. La Cólera y Otras Pasiones. La cólera, también llamada ira, enojo o


coraje, al igual que otras emociones y pasiones producen una fuerte limitación en
nuestra capacidad de elegir libremente. Las emociones como el odio, la tristeza, la
alegría, los celos, la envidia y el enamoramiento, son respuestas orgánicas (de
adecuación o de inadecuación, de aceptación o de rechazo) por parte del sujeto cuando
percibe un objeto afín o discordante. La emoción llevada a los extremos recibe el nombre
de pasión. La palabra "sentimiento" expresa casi siempre lo mismo que la palabra
emoción, cuando se trata de un fenómeno persistente.

4. La Violencia. Es una fuerza externa, física o psíquica, ante la cual es difícil o


imposible resistirse. Ésta puede debilitar la libertad del sujeto hasta el grado de suprimir
toda responsabilidad en lo que se refiere a la conducta realizada en esos momentos.

5. Los Desajustes Psíquicos. Los desajustes psíquicos, entre los cuales


sobresale la neurosis, debilitan la libertad debido a que la persona se siente atada a
ciertos patrones de conducta, a mecanismos de defensa, a lo que le dicta el auto
concepto o el Súper Yo, a las emociones exageradas, como la ansiedad y la angustia, que
ya hemos mencionado.

la Cólera y
La Ignorancia El Miedo
Otras Pasiones.

Los Desajustes
La Violencia
Psíquicos
1. Aprendiendo a confiar versus aprendiendo a desconfiar (seguridad)

Este es el período desde la infancia hasta el segundo año de la vida. El niño que es querido, protegido,
alimentado y bien manejado, desarrolla la capacidad de tener fe en otros y
crece con un sentido de seguridad y de optimismo.

Descuidado y abandonado emocionalmente, éste se desarrolla como


persona insegura y desconfiada.

2. Aprendiendo a ser libre versus a ser titubeante (autonomía)

Entre los dieciocho meses y los 4 años de edad, el niño con buenos padres, emerge de esta etapa, libre
y sin temores de orden neurótico. Posee iniciativas y exhibe
independencia.

Los que fallan en esta etapa, son negativitas, cabeza duras y


tienden a las explosiones de ofuscación. Los últimos, son
niños que invitan el rechazo.

3. Aprendiendo iniciativa versus culpabilidad


(ambición)

Erikson cree que en esta etapa social, que se extiende hasta el


principio de la entrada a la escuela, el niño saludable aprende el uso
de la imaginación constructiva, el uso de la fantasía, la cooperación
con otros, a dirigir y a seguir.

Pero, si la negligencia o la incertidumbre lo paralizan, el niño se


torna miedoso, se asocia con seres marginales y se restringe en su
juego y en su intuición.

4. Adquiriendo identidad versus la difusión de la misma (fidelidad)

Desde los doce años hasta el comienzo de la adultez, el joven mantiene un diálogo interno para lograr
su autodefinición y para forjar una identidad sexual estable. La
fidelidad heterosexual se valida en esta etapa. Quien falla, a menudo
procura la sexualidad temprana, las experiencias homo eróticas y
manifiestan rebeldía y poco respecto por los códigos morales que gobiernan a sus padres.

Confusión

La adolescencia, representa una etapa muy crítica y delicada en el desarrollo humano, para que sea
dejada al azar o ignorada por los padres. Ya que en esta etapa los valores estéticos que regirán la
vida del individuo se cristalizarán para siempre.

El éxito, precursor de la autoestima es un factor social de mucha importancia para los adolescentes
de ambos sexos.

5. Aprendiendo intimidad versus aislamiento (amor)

En esta etapa el ser humano bien ajustado, cementa las bases para lograr formar relaciones estables
y permanentes y para llegar a una unión matrimonial firme y duradera.

6. Aprendiendo a ser generativo versus a ser auto-absorbido


(respeto)

Respeto que es necesario para el matrimonio y el trabajo. Respeto que garantiza el éxito
en todas las tareas emprendidas.
7. Integridad versus desesperanza (sabiduría)

Si las otras etapas se desarrollan exitosamente, el ser humano llega


a las fases finales de su vida para enfrentar su destino y la realidad
de la muerte, con la madurez debida. Sin congojas y sin miedos.

También podría gustarte