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Paul, Javier. El Orígen de La Psicología Contemporánea (Unidad 1) PDF
Paul, Javier. El Orígen de La Psicología Contemporánea (Unidad 1) PDF
Paul, Javier. El Orígen de La Psicología Contemporánea (Unidad 1) PDF
UNIDAD 1
1. La Historia de la Psicología
De lo que estoy dando cuenta con esto es de un error de “nomenclatura” o, mejor dicho,
de la arbitrariedad de la “nomenclatura”. La “nomenclatura” tiene que ver con el sentido del
nombre que le damos a alguna cosa o materia, en este caso, se trata del nombre que le damos
a un determinado espacio de conocimientos. En Corrientes de la Psicología Contemporánea
todos los docentes entendemos que tenemos que empezar con la Psicología griega y después
recién llegar a la Psicología Contemporánea, con lo que a veces sucede que todo lo que tiene
que ver con lo antiguo de la Psicología, con lo no contemporáneo, con lo que se encuentra
antes del nacimiento de la Psicología como ciencia moderna, se lo termine dando a las
apuradas, como un dato más y sin detenerse a pensar demasiado porque el “tiempo” nos apura
y hay que llegar a la Psicología Contemporánea. En este sentido creo que tenemos un temor
de quedarnos en el “tiempo”, curricularmente hablando.
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
corriente de pensamiento, en una escuela, en una teoría, etc., y desarrollarla en los contenidos
que la identifican y la diferencian de otras.
Y es aquí donde aparece el término “paradigmas” que en la Psicología, así como en todo
el campo de las Ciencias Sociales y Humanas, viene a dar cuenta de la incompatibilidad
semántica entre las diferentes teorías. Pero la idea de “paradigma” ha sufrido un mal uso y por
ello un vaciamiento de su semántica originaria, quedando reducido su sentido al de teoría,
enfoque o corriente de pensamiento. Cuando Thomas Kuhn introduce el término “paradigma”,
lo hace por encima de esta cuestión de diferencias semánticas y metodológicas entre teorías,
para señalar la dimensión “social” de las teorías –la comunidad científica– y la constitución
“histórica” de la normalidad científica. La semántica del concepto de “paradi gma” hace
referencia al ejercicio de poder que una determinada comunidad de científicos ejerce sobre el
resto de la comunidad (en términos de exclusión y de expulsión) a partir de constituirse en
mayoría, tal y como lo sugiere la moderna idea de “consenso”. El “consenso” respecto de una
determinada teoría y metodología científicas constituye el movimiento de imposición
arbitraria y dogmática de la comunidad que le otorga validez al desplazar propuestas teóricas
y metodológicas alternativas.
Y este mal uso del término “paradigma” convierte a la Psicología contemporánea y a sus
corrientes de pensamiento psicológico en una especie de “góndola epistemológica” en la que
se genera la ilusión de que uno puede tomar lo que quiera y a su antojo sin que en ese e char
mano se jueguen algunas consecuencias de importancia, como por ejemplo, consecuencias
éticas. Ya que este mal uso del término “paradigma” nos ha introducido en el “Supermarket”
de las Ciencias Humanas, pensemos en que la lógica de mercado convierte todo en “objeto de
consumo” y reduce al sujeto a esa condición alienada de “consumidor” ciego, irreflexivo,
impulsivo. En la lógica de mercado, la ética no existe porque no existe el sujeto en tanto tal,
en tanto “otro”. Y no existe el sujeto porque se trata de hacer que desee y piense como
imprescindible el objeto que se necesita vender. Cuando la necesidad de vender y la idea de
“objeto de consumo” se transfieren al territorio “psi”, la psicología, la psicoterapia, los
psicofármacos entran en este juego de “Marketing” frente a la imaginación y el deseo del
sujeto. 1
1
El “Marqueting” se maneja con la idea de “posicionamiento” de los productos en el mercado. El
objeto mejor posicionado en el mercado es aquel que en la mente del consumidor aparece
espontáneamente primero como objeto imaginado y, por ende, como objeto deseado.
2
CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
Las Corrientes de la Psicología Contemporánea que este año vamos a desarrollar son
aquellas que hoy se encuentran vigentes en la “góndola” de la Psicología actual, salvo la
Psicología de la Gestalt, corriente con la que empezaremos a desarrollar este espacio y
respecto de la cual me gustaría trabajar la importancia psicológica del Estructuralismo
Alemán, siempre destinado al “exilio epistemológico” por la imposición dogmática del
Conductismo Americano. Otra “expulsión epistemológica”, mucho más significativa, es la
que se ha hecho respecto de la Psicología Soviética o Psicología Rusa que no la vamos a
encontrar ni mencionada ni desarrollada en los manuales de Historia de la Psicología, así
como tampoco contemplada en los planes de estudio de las Carreras de Psicología. La
Psicología Soviética se encuentra apenas tratada dentro de lo que se conoce como Teorías del
Aprendizaje y reducida erróneamente a una teoría “cognitiva” 2 referida a Lev Seminov
Vigotsky. Vigotsky es excluido del campo de las Corrientes de la Psicología Contemporánea
porque plantea una teoría psicológica 3 explícitamente fundada en los ideales del Comunismo
que, como es obvio concluir, se lleva a las patadas con el Positivismo y el Capitalismo
Occidental.
2
Allí donde el campo de las Teorías del Aprendizaje se encuentra dominado todavía por el Constructivismo y la
Psicogénesis de Jean Piaget, cuyo psicologismo o subjetivismo epistemológico es a todas luces insostenible.
3
Teoría psicológica de una calidad epistemológica, antropológica y ética inigualable y que supera ampliamente
la colección de reduccionismos que en la Psicología de Occidente se tienen por teorías psicológicas de
avanzada.
4
Extravío que supera ampliamente las posibilidades de nuestra autonomía institucional para responder a una
pregunta demasiado obvia: “Si tanto es así ¿por qué no se le cambia el nombre?”
Lic. Javier Iván Paul
3
CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
“Las raíces de la civilización occidental se remontan a los mundos antiguos de Grecia y Roma.
Específicamente en dos de los más importantes campos del conocimiento –la filosofía y las ciencias
naturales– se originaron en la obra de los pensadores griegos y romanos. Dado que la Psicología surgió
como una disciplina independiente de la Filosofía y adoptó gradualmente los métodos de las ciencias,
conviene examinar los antiguos fundamentos de las dos disciplinas de las que desciende.” (Hothersall, p.
1).
¿Qué significa Psicología? Como ustedes ya saben, la etimología del término “psicología”
nos remite a un compuesto de dos términos de origen griego: ψυχή (psijé) que significa
“alma” y λόγος (lógos) que significa “palabra” y que nosotros solemos traducir como
“estudio”. Así, desde un punto de vista etimológico, la Psicología es el estudio del “alma” y
remite al objeto de la Psicología tal y como ha sido concebido al interior del discurso de la
Filosofía antigua y medieval. Si yo les pregunto cuál es el objeto de la Psicología, ustedes me
van a responder que es la “conducta” y no el “alma”. Y quiero que nos detengamos a
reflexionar en esa distancia epistemológica que existe entre el “alma” y la “conducta” como
objeto de estudio de la Psicología, porque entre el “alma” de la Psicología Clásica y la
“conducta” de la Psicología Contemporánea se desarrolla todo el sentido de la historia de la
Psicología. Así como también, en esa tensión entre el “alma” y la “conducta” vamos a
encontrar el sentido del futuro de la Psicología como ciencia.
4
CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
Psicología, en los ámbitos académicos como los nuestros, se define de esta manera. Estamos
dentro de lo que se conoce como Psicología Académica, es la Psicología que se enseña en las
Universidades y en los Institutos de Formación Docente. Pero también, es la Psicología que se
escribe en los libros de texto que intentan hacer algún tipo de Introducción a la Psicología en
general. En la práctica, la Psicología así en general no existe, es un constructo acadé mico. Les
voy a citar uno de estos textos introductorios para que veamos a qué me estoy refiriendo:
“Podemos hacer una primera aproximación a lo que entendemos por Psicología: Es la ciencia de la
conducta del hombre y de los animales inferiores a él. Ya hemos hablado de la ciencia, ahora nos
abocaremos a precisar lo que entendemos por “conducta”. Como ya hemos visto, este término
constituyó la bandera del Conductismo a principio de siglo, pero no debe asustarnos dado que dicho
término si bien lo heredamos de esta escuela, ha sido reformulado, encontrando una notable ampliación
de su significado. Por lo tanto nos compete preguntarnos sobre qué es la conducta. A ello respondemos
de manera provisoria: La conducta es el autodesplazamiento de un organismo desde una localización
espacial hacia otra.” (Beláustegui, 1999, p. 66).
Tal vez no sea el término conducta lo que en realidad “asuste”, sino más bien la manera
inquietante con que algunos autores comienzan a definirlo. De hecho que este autor después
desarrolla muchas otras cuestiones ligadas a la conducta entendida de una manera más
compleja y centrada en el comportamiento específicamente humano. 5 Pero lo que más me
interesa de este texto es el reconocimiento explícito de que el concepto de “conducta” es una
herencia del Conductismo. Y a mi entender, lo que la Psicología Académica ha heredado del
Conductismo del siglo XIX es algo más que un inocente término o concepto. Lo que hoy
entendemos por objeto de estudio de la Psicología nos remite directamente al Conductismo
del Siglo XIX, con todo lo que ello significa en términos epistemológicos y metodológicos.
Porque más allá de que se intente ampliar fenomenológicamente el alcance del término
“conducta”, esa misma ampliación reproduce una y otra vez la convicción epistemológica de
su origen y se agota en la imposibilidad de establecer una ruptura epistemológica con el
esquema conductista originario. 6
5
Cuestiones que, por otra parte, ustedes han estudiado en Fundamentos de Psicología y Cultura de la mano de
un interesante texto de José Bleger llamado “Psicología de la Conducta” y que ha tenido una gran influencia en
la Psicología Académica Argentina.
6
No debemos subestimar esta cuestión ya que es la misma que deben enfrentar las nuevas generaciones de
psicólogos conductistas a partir de que se dan cuenta de que ya no se puede sostener más el “antimentalismo”
que le dio origen. La actual Psicología Cognitiva es, por decirlo de una manera sarcástica, “un conductismo con
mente” y tal aberración no es más que el resultado de la imposibilidad epistemológica de abandonar una
creencia fundamental: el positivismo lógico. Abandonar el “antimentalismo” psicológico sin abandonar el
“positivismo” epistemológico, que es el que en definitiva le dio origen, es dejar la tarea a medio hacer.
Lic. Javier Iván Paul
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
medio, en un intento por comprender el estado actual de la Psicología tal y como nosotros la
hemos recibido. Pues, entonces, hagámonos esa pregunta: ¿Qué sucedió en el medio?
“En 1910, apenas 30 años después de que Wilhelm Wundt fundara el primer laboratorio de
investigación psicológica en 1879, Hermann Ebbinghaus comentó que la Psicología tenía «un largo
pasado pero apenas una breve historia» (Ebbinghaus, 1910, p. 9). En comparación con las ciencias
establecidas (astronomía, anatomía, física, química y fisiología), la Psicología ciertamente tiene una
«breve historia», pero a ésta la compensaba, como señala Ebbinghaus, un «largo pasado»; muchas de las
interrogantes e inquietudes de la Psicología se remontan a las civilizaciones antiguas de Egipto, Grecia y
Roma.” (Hothersall, D., 2005, Introducción).
Sea que se tome como referencia el año 1876 o 1879, el nacimiento de la Psicología como
ciencia experimental o ciencia natural objetiva se indica a partir de la creación de un
laboratorio que, en lo esencial, consiste en un espacio físico necesario para instalar y usar el
instrumental y los aparatos de medición para realizar los experimentos cuya finalidad es la
investigación científica. No existe una preocupación por el objeto de estudio en sí mismo,
sino por el modo o el procedimiento experimental en el que se realiza su estudio. Sea lo que la
Psicología estudie lo debe hacer en términos experimentales como lo hacen todas las otras
ciencias en esta época. Por “Psicología Fisiológica”, Wundt entiende una Psicología en la que
se utilizan “técnicas experimentales análogas a las empleadas en la fisiología” (Hodersall,
2005, p. 114) que es una de las tantas ciencias naturales ya establecidas.
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
“El estudio analítico de la mente humana, adulta, normal, generalizada, que se lleva a cabo mediante la
introspección.” (Marx, M. H. y Hillix, W. A., 1983, p. 105).
9
Existe en Wundt la doble convicción de que la Psicología debe utilizar el método experimental como
cualquier otra ciencia natural y que el método experimental debe ser adaptado al objeto de la
Psicología, que es la “mente”. Y allí es donde se le ocurre esto de la “auto-observación” que define lo
esencial de la Introspección. Hay que entender a Wundt porque es alemán y sólo a un psicólogo
alemán podría ocurrírsele ponerse a “observar” las ideas de la mente o pretender hacer de las ideas
algo “observable”. Una idea puede ser pensada pero no observada y, mucho menos, medida en
términos cuantitativos. Pero la genialidad de Wundt tiene que ver con este torcimiento que hace del
método experimental –tan naturalmente orientado hacia los objetos del mudo exterior– al intentar
reorientarlo hacia el interior de la “mente” misma. Por ello, el método de la Introspección de Wundt
implica ya una intuición del carácter diferencial del objeto de la Psicología respecto del objeto de las
Ciencias Naturales.
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
simples y luego da una explicación del todo a partir de la suma de las partes. Este “estudio
analítico” de la mente va a ser cuestionado fuertemente por la Psicología de la Gestalt al
interior del Estructuralismo Alemán a partir de la idea de que “el todo es algo más que la
suma de sus partes”.
Por otra parte, este estudio analítico de la mente humana debe cumplir con algunos rasgos
particulares:
10
Según Titchener, los animales no hablan “porque no tienen nada que decir (…) si los animales pensaran, sin
duda podrían utilizar sus órganos vocales para hablar; y, dado que no hablan, ni siquiera pueden pensar”
(Titchener, 1916, p. 267). Citado en Hodersall, D., 2005, p. 143.
11
Recordemos las palabras de Filloux: “La característica esencial del hombre resulta ser, entonces, su
individualidad (…) Si el conocimiento psicológico no tuviese por intención fundamental llegar al conocimiento
del individuo, dejaría de ser conocimiento psicológico.” (Filloux, J-C., 1996, p. 8)
12
Solo para aclarar y adelantar algunas cuestiones terminológicas podemos advertir aquí que “patología” es un
término cuya raíz griega es πάθη (páte) y πάθημα (pátema), sustantivos que significan “padecimiento”,
“sufrimiento” o “pasión”. El sentido de la raíz griega de “patología” como padecimiento es justamente este
lugar de “pasividad” en que queda el sujeto que “sufre” o “padece” algo sin poder hacer nada frente a ese
sufrimiento.
Lic. Javier Iván Paul
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- Adulta: se excluye a los niños o mentes infantiles y podríamos decir que por las
mismas razones que se excluyen las mentes perturbadas: las dificultades o la
imposibilidad de aplicar el método de la introspección. Si bien se piensa la mente
como una “estructura”, el Estructuralismo no dice nada respecto de si la estructura
tiene una “génesis” o no. 13
En lo personal, creo que todos estos aspectos ligados a lo que el Estructuralismo entiende
por Psicología y por su objeto de estudio no adquieren verdadero sentido sino por su
enfrentamiento y contraste con el Conductismo. Es respecto del surgimiento del Conductismo
en la Psicología Americana –radicalmente determinada por el positivismo– por parte de John
Burrus Watson, que voy a señalar un segundo nacimiento de la Psicología como ciencia
natural o experimental. Creo que es necesario reconocer en Watson una verdadera reflexión
epistemológica respecto del objeto de la Psicología, aún cuando esa reflexión esté
determinada por un convencimiento –mucho más radical que en Wundt– de que la Psicología
debía utilizar el método experimental para constituirse en ciencia e independizarse de la
Filosofía. Con la definición de la “conducta” como objeto de estudio de la Psicología por
parte del padre del Conductismo, John B. Watson, la Psicología va a quedar inscripta
definitivamente dentro del campo de las Ciencias Naturales.
13
La relación entre “estructura” y “génesis” es un tema que va a analizar Jean Piaget constituyendo una
corriente Neo-estructuralista de la Psicología esta vez en Francia.
Lic. Javier Iván Paul
10
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del nacimiento de la Psicología hay que tener en cuenta que se haya literalmente referido a la
utilización de un espacio físico como laboratorio para estudiar la mente humana. Por otra
parte, la publicación del Manifiesto conductista (1913) de John B. Watson, marca el segundo
acto del nacimiento de la Psicología como Ciencia Experimental al señalar que es la
“conducta” el verdadero objeto de estudio de la Psicología, rechazando la mente y
constituyéndose así bajo su rasgo más particular: el antimentalismo.
“[La Psicología] tuvo un comienzo en falso con Wundt (…) porque no enterró su pasado. Trató de
aferrarse a la tradición con una mano, mientras empujaba hacia la ciencia con la otra. Antes de que la
Astronomía pudiera progresar, hubo que enterrar a la Astrología; la Neurología debió enterrar a la
Frenología, y la Química a la Alquimia. Pero las ciencias sociales, la Psicología, la Sociología, las
Ciencias Políticas y la Economía, no han enterrado aún a sus «brujos» (Watson, J. B., 1929, p. 3).”
Citado en Marx, M. y Hillix, W., 1983, p. 163.
Debemos suponer en Watson –a partir del contenido de sus escritos– una mayor
conciencia respecto del valor de sus definiciones en relación a darle a la Psicología un
verdadero estatuto científico al interior del campo de las Ciencias Naturales. Es decir, a
Wundt seguramente ni se le pasó por la mente que sus experimentos independientes en el
laboratorio de Leipzig iban a ser tomados como punto de nacimiento de la Psicología como
ciencia moderna. Y es justamente porque en la modernidad un hecho histórico –como puede
ser la creación del laboratorio experimental– no tiene el mismo valor que la publicación de un
texto científico como lo es el Manifiesto conductista de Watson.
“La Psicología, tal como la ve el conductista, es una rama puramente objetiva y experimental de la
ciencia natural. Su meta teórica es la predicción y el control de la conducta. La introspección no
constituye una parte esencial de sus métodos, y el valor científico de sus datos no depende de que se
presten a una interpretación fácil en función de la conciencia. En sus esfuerzos por obtener un esquema
unitario de la respuesta animal, el conductista no reconoce ninguna línea divisoria entre el hombre y el
bruto [animal]. La conducta del hombre, con todo su refinamiento y complejidad, no es más que una
parte del esquema total de investigación del conductista (…) Parece haber llegado el momento de que la
Psicología descarte toda referencia a la conciencia; de que no necesita ya engañarse al creer que su
objeto de observación son los estados mentales. (Watson, J. B., 1913b, p. 158).” Citado en Marx, M. y
Hillix, W., 1983, p. 162.
11
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14
El concepto de “texto fundante” para una historia de las ciencias lo estoy tomando de Berón, Eliseo (1993) La
semiosis social: Fragmentos de una teoría de la discursividad. España: Gedisa, pp. 27-35. En el planteo del
nacimiento de la Psicología como ciencia a partir de un “doble nacimiento” sigo en lo esencial la teoría
discursiva de Eliseo Verón respecto del surgimiento de una determinada práctica de producción de
conocimientos. Su teoría de las fundaciones como proceso sin fundador distingue los “comienzos” de las
“fundaciones” a partir de la idea de “texto fundante”.
Lic. Javier Iván Paul
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planteadas en relación a todos los ámbitos en los que la Psicología se aplica. Una Psicología
sin “alma”, cuando se aplica, cuando se encuentra con las personas concretas, tiene
consecuencias muy serias y ahí ya pasamos al terreno de la Ética.
15
Para un desarrollo más extenso de estas dos formas de conductismo, sus reacciones al interior de la
Psicología Americana y sus consecuencias en la Psicología en general consultar Marx, M. H. y Hillix, 1983, pp.
179-187.
16
Ver en p. 11
17
Ver en p. 8
Lic. Javier Iván Paul
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En la medida en que los fenómenos psicológicos han quedado en muchos aspectos reducidos a cuestiones
funcionales de la mente así como a expresiones comportamentales, se va a instalar una gran dificultad para
explicar las relaciones mente-cuerpo. Esta cuestión no ha mejorado en la actualidad sino que se ha agravado y
las tendencias biologizantes en la Psicología, que son uno de los modos de negación de lo mental o una de sus
consecuencias, son cada vez más fuertes y predominantes. Las Neurociencias y la Psicofarmacología son un
claro ejemplo de este pseudo-avance de la ciencia que se realiza a costa de la negación de lo específicamente
humano. Pero si reducimos la cuestión a lo estrictamente epistemológico vemos que afecta al lugar que se le
va a dar a la Psicología en el campo de las ciencias ya que no queda claro su estatuto de Ciencia Humana. Por
ello, nos podemos encontrar con autores que cuando tienen que ubicar a la Psicología dentro del cuadro de
clasificación de las ciencias lo hacen literalmente “a caballo” entre las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales
(Cfr. Beláustegui, 1999, pp. 53-54). Lo que, por otra parte, es de una brutalidad epistemológica considerable ya
que quien lo hace de ese modo no entiende muy bien el sentido de la nomenclatura de la clasificación de las
ciencias como tampoco el de cualquier tipo de intento clasificatorio.
Lic. Javier Iván Paul
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“Adoptamos, como punto de partida, las definiciones que da Lagache sobre conducta, como «el
conjunto de respuestas significativas por las cuales un ser vi vo en situación integra las tensiones que
amenazan la unidad y el equilibrio del organismo»; o como «el conjunto de operaciones (fisiológicas,
motrices, verbales, mentales) por las cuales un organismo en situación reduce las tensiones que lo
motivan y realiza sus posibilidades». En el ser humano este conjunto de operaciones tiene una estructura
muy compleja que iremos distinguiendo en el curso de nuestra exposición.” (Bleger, 1994, p. 26).
Bleger escribe esto en 1973, cuando dice “en la actualidad” tenemos que entender que se
trata de la actualidad de 1973. En ese momento, el término común a todas las Ciencias
Sociales era el de “conducta”. Pero, tal como vimos el año pasado en Problemas
Epistemológicos de la Psicología, las Ciencias Sociales debían adecuarse al modelo científico
de las Ciencias Naturales sobre todo en cuestiones ligadas al método científico. Pero esta
exigencia no se reduce solamente a las cuestiones metodológicas, sino que también se
extiende al uso de la terminología científica. Y, en la actualidad –en nuestra actualidad–, ya
no podemos sostener esta idea de la “neutralidad” de los términos usados en nuestro lenguaje
y poder dar cuenta de sus orígenes nos permite entender cuáles son los esquemas de
pensamiento que utilizamos para pensar las Ciencias Humanas y, en particular, la Psicología:
“El término conducta o comportamiento ha sido incorporado a la Psicología desde otros campos del
conocimiento; fue ya anteriormente empleado en la Química –y lo sigue siendo aún– para referir o dar
cuenta de la actividad de una sustancia, un cuerpo, un átomo, etcétera. Posteriormente, Huxley lo
introduce en Biología para referirse también a las manifestaciones de la sustancia viva: célula, núcleo,
etcétera; y Jennkins, en psicología animal. En todos estos campos, el término se refiere al conjunto de
fenómenos que son observables o que son factibles de ser detectados, lo cual implica la consigna
metodológica de atenerse a los hechos tal cual ellos se dan, con exclusión de toda inferencia animista o
vitalista. Esta posición antimetafísica y antimentalista tiende en todas las ciencias a un mayor rigor
científico, describiendo y explicando todos los fenómenos en función de los fenómenos mismos, sin
Lic. Javier Iván Paul
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
tener necesidad de recurrir a potencias o fuerzas ajenas y distintas a los sucesos naturales. En el estudio
del ser humano también se aplicó el término a todas las reacciones o manifestaciones exteriores,
tratando así de que la investigación psicológica se convierta también sistemáticamente en una tarea
objetiva, y –por lo tanto– la Psicología en una ciencia de la naturaleza.” (Bleger, 1994, p. 23).
¿Qué es lo que el término “conducta” no puede decir? Lo que dicho tér mino no puede
decir es lo específicamente humano. Y partir de un concepto que no puede ubicar de entrada
la cuestión antropológica, constitutiva de las Ciencias Sociales y Humanas, impide su
inscripción en un campo propio diferente al de las Ciencias Naturales. ¿En qué consiste lo
específicamente humano? Se trata de una pregunta filosófica y ustedes saben muy bien que la
Psicología se constituye en ciencia a partir de la independización de la Filosofía.19 Esta
independización constituye a la Psicología como ciencia natural pero hay algo que con ello se
pierde. Se pierde la pregunta antropológica por lo específicamente humano. Trataremos aquí
de recuperar algo de este orden, recuperaremos la pregunta antropológica. Tengamos en
cuenta, por otra parte que, independientemente de los intereses y problemas antropológicos de
la Psicología, la Antropología Filosófica tiene sus propios extravíos que tienen que ver con el
hecho de que clásicamente se ha definido a lo humano a partir de la racionalidad.
En 1944 Cassirer publica un librito en el que rectifica la definición clásica del hombre
como animal racional y propone definirlo como animal simbólico:
“Es obvio que este mundo [el humano] no constituye una excepción de esas leyes biológicas que
gobiernan la vida de todos los demás organismos. Sin embargo, en el mundo humano encontramos una
característica nueva que parece constituir la marca distintiva de la vida del hombre. Su círculo funcional
no solo se ha ampliado cuantitativamente sino que ha sufrido también un cambio cualitativo. El hombre,
como si dijéramos, ha descubierto un nuevo método para adaptarse a su ambiente. Entre el sistema
19
A partir de nuestra idea central de darle doble origen al surgimiento de la Psicología contemporánea,
debemos sostener que esta independización de la Filosofía se realiza también en ese doble movimiento que va
de la creación del primer laboratorio experimental en 1879 al manifiesto conductista de 1913. De todos modos,
la idea de independización de la Filosofía es una ilusión más que una realidad ya que el “Positivismo” que
constituye a la Psicología contemporánea es una corriente filosófica que en el campo de las Ciencias Sociales
fue introducido por Auguste Comte, que es un filósofo.
Lic. Javier Iván Paul
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receptor y efector, que se encuentran en todas las especies animales, hallamos en él como eslabón
intermedio algo que podemos señalar como «sistema simbólico». Esta nueva adquisición transforma la
totalidad de la vida humana. Comparado con los demás animales el hombre no sólo vive en una realidad
más amplia sino, por decirlo así, en una nueva dimensión de la realidad. Existe una diferencia innegable
entre las reacciones orgánicas y las respuestas humanas. En el caso primero, una respuesta directa e
inmediata sigue al estímulo externo, en el segundo la respuesta es demorada, es interrumpida y retardada
por un proceso lento y complicado de pensamiento. A primera vista semejante demora podría parecer
una ventaja bastante equívoca; algunos filósofos han puesto sobre aviso al hombre acerca de este
pretendido progreso. El hombre que medita, dice Rousseau, «es un animal depravado»: sobrepasar los
límites de la vida orgánica no representa una mejora de la naturaleza humana sino su deterioro. Sin
embargo, ya no hay salida de esta reversión del orden natural. El hombre no puede escapar de su propio
logro, no le queda más remedio que adoptar las condiciones de su propia vida; ya no vive solamente en
un puro universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión
constituyen parte de este universo, forman los diversos hilos que tejen la red simbólica, la urdimbre
complicada de la experiencia humana. Todo progreso en pensamiento y experiencia afina y refuerza esta
red. El hombre no puede enfrentarse ya con la realidad de un modo inmediato; no puede verla, como si
dijéramos, cara a cara. La realidad física parece retroceder en la misma proporción que avanza su
actividad simbólica. En lugar de tratar con las cosas mismas, en cierto sentido, conversa constantemente
consigo mismo. Se ha envuelto en formas lingüísticas, en imágenes artísticas, en símbolos míticos o en
ritos religiosos, en tal forma que no puede ver o conocer nada sino a través de la interposición de este
medio artificial. Su situación es la misma en la esfera teórica que en la práctica. Tampoco en ésta vive
en un mundo de crudos hechos o a tenor de sus necesidades y deseos inmediatos. Vive, más bien, en
medio de emociones, esperanzas y temores, ilusiones y desilusiones imaginarias, en medio de sus
fantasías y de sus sueños. «Lo que perturba y alarma al hombre –dice Epícteto–, no son las cosas sino
sus opiniones y figuraciones sobre las cosas».” (Cassirer, 1982, pp. 46-48).
20
Cfr. Ibid, p. 48.
21
En Psicología Profunda, en la primera unidad, estamos abordando esta cuestión con la hipótesis de la
“representación patógena” y el complemento de “la hipótesis auxiliar”. Representación mental y monto de
afecto o cantidad constituyen los dos elementos necesarios para establecer la represión como movimiento
constitutivo y constituyente del inconsciente, por un lado, y del sujeto, por el otro. La “intencionalidad” del
sujeto es la característica definitoria de la conciencia –en Psicología es Piaget quien plantea la “intencionalidad”
como esencial a la “inteligencia”, tal y como ustedes lo estudiaron en Psicología del Desarrollo I–. Pero lo que
queda del lado del inconsciente, carece de toda referencia objetiva a un sujeto, es decir, carece de
intencionalidad.
Lic. Javier Iván Paul
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
simbólico algo “observable”. Cuando en definitiva, lo primero que tenemos que poder
comprender es que este Universo Simbólico se constituye en el horizonte de estudio de las
Ciencias Sociales y Humanas. Y en términos metodológicos, el desafío epistemológico
consiste en ubicar de manera precisa cuál es el camino para acceder a las estructuras
simbólicas que dan cuenta de lo humano. Es decir, cuál es el método para acceder a las
estructuras simbólicas.
Cuando yo les hice este planteo por primera vez, una de ustedes trajo a colación los
planteos de Filloux, esta cuestión de que la Psicología no es Psicología si no se interesa por el
individuo. Intuición brillante por parte de Filloux –quien escribe en 1959– porque sosteniendo
el rasgo antropológico de la “individualidad” como esencial y definitorio de lo humano,
plantea el problema de la incompatibilidad entre la finalidad de la Psicología, como estudio
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
“Por cierto, sólo existe –se dice– ciencia de lo general; no hay, en consecuencia, ciencia de lo particular.
Es jugar con las palabras y limitar arbitrariamente el campo de la investigación científica. En efecto, de
ningún modo resulta en principio contradictorio considerar que el individuo, en su condición de tal, es e l
objeto real de la investigación y admitir al mismo tiempo que, para explicarlo y comprenderlo, conviene
referirse a leyes que su comportamiento actualiza hic et nunc [aquí y ahora]; supuesto que el individuo
exprese siempre, en su conducta singular, relaciones de comportamiento que pueden ser generalizadas y
que, en estas condiciones, se deban conducir principalmente los esfuerzos hacia el descubrimiento de
leyes, no es menos cierto que la ciencia así adquirida solo encuentra su justificación definitiva c uando
sirve para aclarar las razones de ser de tal conducta en tal individuo.” (Filloux, 1994, p. 9).
“Las leyes generales de la conducta, vale decir, las relaciones uniformes y necesarias que se dan en
toda una clase de fenómenos, en este caso, los fenómenos psicológicos.” (Filloux, 1994, p. 7).
22
“Individuo” es lo in-diviso. Es toda sustancia diferenciable por su unidad o consistencia estructural y
diferenciada de cualquier otra sustancia. En este sentido, un individuo es un plato o una jirafa tanto como lo
puede ser un ser humano. La palabra “individuo” ubica lo humano individual solo en un sentido coloquial y en
un uso extracientífico del lenguaje.
Lic. Javier Iván Paul
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
Lo que aquí no se me debe pasar por alto es que “leyes generales” tiene que ver con esto
que se supone que se da en “toda clase de fenómenos” dentro de los cuales se incluyen o se
encuentran los “fenómenos psicológicos”. Digo, lo que no se nos puede pasar por alto es el
borramiento de lo específicamente humano, cuestión que no queda saldada en Psicología
diciendo que se centra en el “individuo”, más allá de que sea un primer paso hacia la
“singularidad” de lo humano, que es otra cosa. Se trata aquí de leyes naturales. Y esto
significa que epistemológicamente nos mantenemos en el plano de la “naturaleza”, en el
ámbito de las Ciencias Naturales. Cuando vimos a partir de Cassirer esta cuestión del
Universo Simbólico, allí nos encontramos en el plano de la “cultura” y en el ámbito de las
Ciencias Sociales y Humanas. Tal vez sería interesante poder ubicar algo del orden de la Ley
en esto que llamamos Universo Simbólico. Y es allí donde será Claude Lévi-Straus quien
señale que es la ley de la Prohibición del Incesto un rasgo común a todas las culturas y el
sostén y la garantía de la cultura misma. 23 Pero aquí estamos hablando de otro tipo de leyes
que no son las que explican “cualquier tipo de fenómenos”, así como tampoco se trata de
“leyes generales”, y mucho menos estamos hablando de las “leyes naturales” a las que tan
acostumbrados nos tiene la ciencia experimental.
Más allá de nuestra discrepancia con Filloux en este punto, habíamos dicho que la idea de
que la Psicología debía interesarse por la individualidad nos aproximaba a la “singularidad”
del fenómeno humano en su especificidad. Y es en relación a este orden singular de lo
humano que nos hacemos esta pregunta respecto del término común al campo de las Ciencias
Sociales y Humanas que deberíamos asumir en Psicología para poder inscribirnos de pleno
derecho en ese mismo campo. Es en la Psicología de la Personalidad donde vamos a
encontrar desarrollada fuertemente esta idea del estudio de la singularidad de lo humano junto
al objetivo de poder señalar algo común a todos los individuos como “estructura de la
personalidad”. El término “personalidad” deriva originariamente del griego προσόψιον
23
Estoy citando aquí una obra fundamental de Lévi-Straus: Antropología Estructural (Antropologie structurale)
publicada en Francia en 1974. “En esta obra, Claude Lévi-Strauss expone y lleva a la práctica el método
estructural a cuyo desarrollo va íntimamente unido su nombre. Al abordar los grandes problemas de la
Antropología Social –de las reglas de parentesco y del matrimonio a la prohibición del incesto y la exogámia,
pasando por los ritos y prácticas de la magia–, el texto analiza los problemas metodológicos que plantea el
estructuralismo, y define e ilustra la ambición del autor respecto a plantear un verdadero análisis científico de
los fenómenos humanos sin traicionarlos, es decir, sin hacerles perder nada de su riqueza ni de los sutiles
matices derivados de su diversidad. De ahí que, junto a aspectos de la realidad social –tan complejos que el
observador debe contentarse con describirlos–, haya otros que el análisis estructural logra alcanzar y cuya
regularidad pone de manifiesto. De este modo, la etnografía –ayudada por la historia, la lingüística, la
sociología, la psicología y el psicoanálisis– contribuye a introducir métodos rigurosos al amparo de los cuales
quizás un día las ciencias humanas logren la categoría de ciencias de pleno derecho.” (Comentario editorial de
contratapa en Lévi-Strauss, Claude (1987) Antropología estructural. España: Paidós).
Lic. Javier Iván Paul
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
(prosópsion) que significa “bien visible” y del latín per sonare que significa “sonar a través
de” o “resonar”. En ambos casos se refiere a las “máscaras” usadas por los actores en el teatro
griego y al efecto de “resonancia” que en su diferencia permitía la caracterización del
personaje. De este modo, “personalidad” haría referencia a la caracterización del personaje, a
la representación acabada de un personaje.
“Todos los autores concuerdan en afirmar que el significado primitivo de esta palabra era máscara. Esta
etimología es tal vez del agrado de los que prefieren definir la personalidad por el efecto exterior.”
(Allport, 1986, 44).
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CORRIENTES DE LA PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA II
“Personalidad es la organización dinámica en el interior del individuo de los sistemas psicofísicos que
determinan su conducta y sus pensamientos característicos [cuyas funciones son la adaptación y la
acción sobre el medio].” (Allport, 1986, pp. 47-49).
“La personalidad es la organización dinámica, dentro del individuo, de aquellos sistemas psicofísicos
que determinan sus ajustes únicos a su ambiente. (Allport, 1965, p. 63).
“Este concepto de adaptación, científico en el terreno de la Biología, pasa a ser una noción ideológica
cuando es trasladado a la Psicología y a la Sociología, donde el medio al cual se está o no adaptado ya
no es el medio natural de los organismos biológicos, sino el medio social de los seres humanos, y
adaptación pasa a significar integración, aceptación de las normas vigentes en una determinada
estructura social (…).” (Braunstein y otros, 2000, p.188)
“La personalidad es concebida pues, como una estructura jerárquica que integra distintos niveles de
complejidad. La noción de integración (al igual que la de adaptación en los enfoques conductistas) es
tomada en préstamo de la Biología en un uso analógico: así como en Biología las células se unen para
integrar tejidos y órganos, los distintos niveles de la estructura individual deben «integrarse» para
asegurar la unidad de la persona.” (Ídem, p. 303).
“Las ciencias sociales son llamadas también humanas, del espíritu, de la cultura o del hombre.
Comprenden la historia, la psicología, la antropología, la sociología, la economía, la lingüística, la
criminología y todas aquellas disciplinas científicas que delimitan su campo de estudio en torno al
hombre; no al hombre como ser biológico, sino como individuo poseedor de libertad, de lenguaje, de
cultura. (Díaz y Heler, 1987, p. 158).
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“Las características más peculiares del hombre y que lo diferencian de otros objetos científicos –
animales, partículas, plantas, entre otros– son su cultura, su lenguaje, su capacidad de pensamiento
racional, la posibilidad de tomar decisiones, las manifestaciones de su inconsciente, sus valores [la
historicidad del hombre].” (Díaz, 2007, p. 221).
Hay una cuestión ontológica que está muy clara en la epistemología cualitativa de
González Rey y es que no se trata de una mera discusión metodológica entre lo cualitativo y
25
Cfr. GONZÁLEZ REY, Fernando L. (2002). Sujeto y subjetividad: Una aproximación histórico cultural. 1º
edición. México: International Thomson Editores. En esta obra se dedica al rastreo histórico de la subjetividad
en la historia de la Psicología y la conceptualización de la subjetividad en diferentes corrientes del pensamiento
psicológico contemporáneo.
26
Es la única obra que yo encontrado que trabaje la investigación cualitativa en la Psicología. Ustedes pueden
encontrar –de hecho lo están estudiando en los Talleres de Investigación Educativa– una gran variedad de
autores y de obras que trabajan la investigación cualitativa en Educación, en Sociología y en Antropología
Social, hay una vasta producción bibliográfica en ese sentido y en una fuerte lucha con los todavía fuertes
resabios de las tendencias cuantitativistas o positivistas. Pero en Psicología, la literatura antipositivist a,
interpretativista, hermenéutica y cualitativa es escasa por no decir casi inexistente.
Lic. Javier Iván Paul
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“La noción de individuo proviene de la Biología, que concibe a la especie como el patrón general a
partir del cual salen ejemplares particulares: los individuos. El hombre se ubica como un individuo
dentro de la especie humana (…)
“El de-venir de individuo humano a sujeto supone como condición necesaria pero no suficiente, la
dotación de un cerebro especializado y la aparición de un sistema nervioso que le permita ampliar
los dominios de interacción entre el organismo y el medio; ello a partir de la diversificación de
configuraciones sensomotoras, lo que hace posible la aparición del lenguaje y la autoconsciencia.
No obstante, la especialización cerebral no responde a un plan madurativo intrínseco, sino que
requiere del concurso de la cultura. Con lo cual el proceso mismo de complejización biológica
requiere de la interacción con otros seres humanos y la participación/inclusión en un sistema de
significados y significaciones culturales.
“(…) Plantear la temática de la constitución del sujeto supone partir de la premisa que no nacemos
sujetos sino que nos hacemos sujetos. Esta transformación es realizada a través del proceso de
socialización, que se hace efectivo a través del ejercicio de la función materna, la intromisión de la
función paterna y del campo social; todos ellos representantes de un orden social, cultural y simbólico
particular, situado y contextualizado en ciertas coordenadas históricas. Por socialización se entiende el
proceso a través del cual la sociedad imprime sus matrices sobre la estructura del individuo humano;
matrices que suponen el atravesamiento de lo meramente natural por estructuras construidas a partir de
lo simbólico.”
Existe una relación dialéctica entre los pares individuo humano/naturaleza, sujeto/sociedad, de cuya
interacción depende la posibilidad de devenir sujeto. El individuo humano, como organismo vivo,
circula en el interjuego fundante entre la necesidad y la satisfacción de esa necesidad. La necesidad es
un elemento de orden biológico que emerge del intercambio de materia del individuo con su medio. La
necesidad es innata del ser vivo. Tanto la necesidad como la satisfacción se dan en el interior del
individuo; pero la fuente de gratificación de esa necesidad es exterior al ser vivo, lo que promueve la
relación del individuo con el mundo exterior. Así, en los momentos iniciales de la vida, el bebé
experimenta necesidades bio-fisiológicas para cuya satisfacción depende de un otro y de un contexto
que le provea los recursos para alcanzar la gratificación.
“Acceder a la posición de sujeto supone superar la condición de ser vivo, ser en estado de naturaleza
pura; ser de pura necesidad y, a la vez, de suma indefensión para poder satisfacer sus necesidades por sí
mismo. Para poder realizar ese pasaje de ser de la naturaleza a sujeto psíquico y social, se requiere de la
asistencia de un otro que se sitúe como portavoz de un lenguaje que no le es propio, sino que es propio
de una estructura social y cultural más amplia de la que forma parte. Este lenguaje es transmitido a
través de los códigos particulares de la lengua construida a partir de la pertenencia a un grupo social al
que el sujeto se adscribe mediante el habla.
“(…) Ingresar a un mundo constituido por palabras, símbolos y actos portadores de significados implica
acceder al universo de la nominación; el lenguaje al nominar al cachorro humano lo sitúa en una red
particular de significaciones y, de ese modo, le asigna/otorga un signo portador de sentido que revela su
lugar en la trama vincular (…)
“El cachorro humano, al decir de Piera Aulagnier (1988), nace y se constituye dentro de un universo
habitado por otros, semejantes y próximos, sin cuya asistencia no sobreviviría. (Ídem, pp. 42-43).
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Insisto nuevamente en que se trata de la Psicología que enseñamos en los ámbitos académicos de las
instituciones destinadas a la formación de profesionales y, en nuestro caso, a la formación de profesionales de
la educación allí donde vamos pensando y planteando conjuntamente las consecuencias de esta Psicología en
la práctica pedagógica. Mi insistencia en resaltar la ética de la Psicología es justamente porque la Psicología que
enseñamos y aprendemos es la que después incide directamente en las prácticas escolares cuyos destinatarios
son sujetos muy particulares, niños, niñas y adolescentes a quienes, como adultos que somos, debemos toda
nuestra responsabilidad y ética profesional. Al mismo tiempo, mi insistencia en la Psicología Académica y en
sus determinantes metateóricos o epistemológicos es una forma de abordar esa naturalizada dicotomía entre
la teoría y la práctica que afecta la profesionalidad de la docencia en la actualidad. Y la necesidad de establecer
fundamentos conceptuales de la praxis pedagógica es, además de la única posibilidad de llevar adelante una
verdadera práctica, una responsabilidad ética profesional.
Lic. Javier Iván Paul
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Bibliografía
ALPORT, Gordon W. (1986). La personalidad: Su configuración y desarrollo. 8º edición.
Barcelona: Herder.
BELÁUSTEGUI, Gustavo D. (1999). Temáticas introductorias a la Psicología. 1º edición.
Buenos Aires: Ediciones de la Universidad Católica Argentina.
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