Jiménez Dioses Procesales
Jiménez Dioses Procesales
Jiménez Dioses Procesales
s
Dioses procesales
CONSEJO EDITORIAL
[Este soneto se escribió con ocasión de haber discurrido sobre la epiqueya con
don Fernando de Borja, y sobre los límites a que se extiende; «Dime, Padre
común, pues eres justo…; A un abogado interesado; Detesta el litigar;
Contra litigantes cavilosos]
[Un delito igual se reputa desigual si son diferentes los sujetos que lo cometen,
y aun los delitos, desiguales; Persuade a la Justicia que arroje el peso, pues usa
sólo de la espada; A un juez mercadería; Contra Pilatos, juez que pregunta a
los acusadores lo que ha de sentenciar; A la barba de los letrados]
[A la sentencia que contra Cristo dio Pilatos; y aconseja a los jueces que, antes
de firmar, fiscalicen sus propios motivos; Que dan encarecida satisfacción a
unos celos]
Fuentes consultadas......................................................................... 85
Alfonso Reyes
LA BALANZA DE ASTREA: POÉTICA Y
JURISPRUDENCIA EN EL MUNDO BARROCO
1
y cine, 1 promotor del movimiento del infrarrealismo jurídico, junto
con el pensamiento de otros autores2 afirma:
“la cultura jurídica no sólo puede desprenderse del texto legal,
sino por el contrario se encontraría en una serie de elementos o
componentes simbólicos que una comunidad utiliza para construir,
entender y aplicar su derecho”.3
Bien está todo eso –replicó don Quijote-; pero quédense los zapatos
y las sangrías por los azotes que sin culpa le habéis dado; que si él
11
Ibidem, p. 26.
12
El primer número de la Revista peruana de Derecho y Literatura (Lima, 2006) está
dedicada al cuatricentenario de la aparición de la novela cervantina.
6
rompió el cuero de los zapatos que vos pagastes, vos le habéis roto
el de su cuerpo; y si le sacó el barbero sangre estando enfermo, vos
en sanidad se la habéis sacado: ansí que, por esta parte, no os debe
nada.
7
cias sin considerar la fuente de procedencia, inclusive en las altas
esferas; combate los vicios de las instituciones eclesiásticas y expone
las costumbres degradadas de la nobleza. Porque “la crítica de lo
realmente existente conduce a la utopía, a lo que debe ser, en tanto
que los principios y valores utópicos permiten medir y descalificar lo
que es: la detestable edad de hierro”.15
15
Sánchez Vázquez, Adolfo, Ensayo sobre la política, moral y socialismo, UNAM-FCE,
México, 1999, p. 265.
16
Ibidem, p. 266.
17
“[…] la literatura aparece de forma directa o indirecta como un modelo para
mejorar la realidad, la cual no puede prescindir de un mundo utópico del mismo
modo que también la teoría del Estado requiere de utopías. El mismo Estado
constitucional era una utopía cuando fue esbozado por primera vez por J. Locke”.
Häberle, Peter y López Bofill, Héctor, Poesía y derecho constitucional: una
conversación, Centro de Estudios Constitucionales, Lima, 2015, p. 59.
8
Con esto, está afirmando Cervantes que el fracaso de don Quijote
en el empeño de realizar su utopía no significa el final de ella.
La utopía sigue siendo una tarea a realizar en manos de Sancho.
La racionalidad de los fines y de los valores no puede quedar
absorbida por la razón instrumental de la pura eficiencia. Lo que
debe ser no puede quedar absorbido por lo que es. La topia no
puede imponer su dominio hasta el punto de tragarse la utopía.18
9
espíritu, el papel de la tradición racionalista tuvo que convivir con
estas expresiones en distintos niveles de articulación. Raimon Airola
sintetiza el tránsito del pensamiento racionalista con otras tradiciones
epistémicas:
El pensamiento racionalista no se enfrentó al misticismo, antes al
contrario, puesto que se necesitaba mutuamente, solamente rivalizó
con el hermetismo. El sistema de conocimiento que culminó
con Descartes sustituyó la ciencia de las correspondencias de los
filósofos magos por las deducciones lógicas y cotejables, o dicho de
otro modo, por el pensamiento humano, la res cogitans suplantó al
pensamiento divino. La expresión de la sabiduría antigua e inspirada
pasó a considerarse dictada por el demonio, y los ataques contra la
filosofía oculta fueron aterradores.21
21
Ibidem, p. 229.
10
y reglamentaciones; por otro, se producen las imágenes que de ello
trascienden al cuerpo social, esta vez en la forma de múltiples juegos
de metáforas y mecanismos variados de simbolización.22
11
pervive hasta nuestros días: el laberinto de la justicia. “La ley, en
cuanto locus donde se construye el ordenamiento social, transita por
el espacio de las representaciones discursivas bajo la figura de un
enorme «laberinto»”.25 Este lugar donde los senderos se bifurcan,
traslapan o clausuran, emerge en parte por la hegemonía de la política
en los procesos y los intentos de abstracción normativa para lograr
la famosa “generalidad” de la teoría jurídica moderna. También el
laberinto se levanta por la burocratización que acompaña las acciones
legales y que triangulan los trayectos que finalmente se resolverán
en la Metrópolis. Aquí se encuentra el antecedente de la dolorosa
tramitología posmoderna.
28
Rodríguez de la Flor, Fernando, op. cit., p. 172.
29
Ibidem, p. 183.
30
Ibidem, p. 189.
13
del deber ser o la falta de concordancia entre el derecho natural y
el derecho positivo, engendra formulaciones monstruosas de la ley.
Esos espectros, horribles interpretaciones contra natura, estancan la
línea genealógica del derecho y no se pueden deducir instituciones
a partir de ellos. Por consiguiente, los agentes que se prensan entre
estos dos mundos se miran con lentes anamórficas.
14
algo en la ilusión misma, comunicar una presencia espiritual a los
fragmentos reunidos de una materialidad caída, decadescente”.31
31
Ibidem, p. 17.
32
Uno de los autores que reflexionaron en primer momento sobre la diferencia
del barroco del siglo XX respecto al primer barroco fue el escritor cubano Severo
Sarduy quien más allá de las analogías comunes que identificaban al barroco con
la acumulación, el despilfarro o la complejidad, apunta en su lugar, un retombée
neobarroca. No es expansión, “sino un neobarroco en estallido en el que los signos
giran y se escapan hacia los límites del soporte sin que ninguna fórmula permita
trazar sus líneas o seguir los mecanismos de su producción. Hacia los límites del
pensamiento, imagen de un universo que estalla hasta quedar extenuado, hasta las
cenizas, Y que, quizás, vuelve a cerrarse sobre sí mismo”. Sarduy, Severo, Nueva
inestabilidad, Vuelta, México, 1987, p. 53.
33
Chiampi, Irlemar, Barroco y modernidad, FCE, México, 2000, p. 29.
15
cia, Medusario, arranca con “Liminar: José Lezama Lima”.34 Pero,
¿cómo opera el neobarroco en comparación con el barroco del
siglo XVII? “Juego y reflexión, el neobarroco invierte, en su práctica
discursiva del debilitamiento de la historicidad y el descentramiento
del sujeto, el paradigma de la visión pesimista de la historia oficial
que el barroco teatralizó en la tiranía y el martirio del soberano”.35
Entonces, mientras que autores como Lope o Calderón centran su
teatro en las relaciones simbólicas del poder en el segmento social,36
para el poeta neobarroco lo importante es ilustrar la segmentación
del poder en las técnicas biopolíticas. La inversión de las relaciones
entre el Estado y los sujetos genera un reacomodo de las piezas en
el tablero, donde ya resulta impreciso estudiar esos enlaces desde
la axiomática de conceptos como soberanía, territorio y población
(elementos tradicionales de la teoría general del Estado). Asimismo,
Irlemar Chiampi sostiene la presencia de un síndrome barroquizante
en el entorno intelectual posmoderno:
Los dilemas y contradicciones que la introducción del barroco […]
aporta al debate actual sobre las alternativas de la cultura occidental
van mucho más allá de toda divergencia sobre si es o no es moderno
el propio barroco. Cuando aludimos al “síndrome”, pretendemos
que la metáfora se preste a indagar sobre las múltiples causas que
pueden explicar la sintomatología de un malestar en la cultura
moderna con su desempeño racional, que provoca desde el rechazo
de las totalidades y totalizaciones hasta la obsesión epistemológica
por los fragmentos y fracturas.37
16
subsiste un ethos barroco como un paradigma singularizado. No es
la crisis de una modernidad capitalista, la radicalidad de un sistema
político o la idea de los “pliegues” en Deleuze, lo que posibilita
la alternativa ética de lo barroco, sino que ésta se da con la fuerza
manifestada dentro de un plano cultural, al aprovechar las colisiones
de la incongruencia sistemática y manifestar la urgencia por habitar
una modernidad alternativa. Esta ética toma partido respecto de los
asuntos vitales y es, ante todo, una práctica que decide y se posiciona
fuera del dualismo:
Inherente al ethos barroco es así una toma de decisión por el tercero
excluido, por un salto capaz de rebasar el empate de la contradic-
ción, así como la ambivalencia que resulta de él; una elección que
implica sin duda, juzgada desde la actitud “realista”, un “escapismo”,
una “huida fuera de la realidad”. Elegir la “tercera posibilidad”, la
que no tiene cabida en el mundo establecido, trae consigo un “vivir
otro mundo dentro de ese mundo”, es decir, visto a la inversa, un
“poner el mundo, tal como existe de hecho, entre paréntesis”. Se
trata, sin embargo, de un “paréntesis” que es toda una puesta en
escena; de una “desrealización” de la contradicción y la ambivalencia
que, sin pretender resolverlas, intenta de todas maneras neutralizar-
las, adjudicándoles para ello el status de lo alegórico.38
38
Echeverría, Bolivar, La modernidad de lo barroco, Era, México, 2000, p. 176.
39
Cfr. Dworkin, Ronald, Law´s Empire, Harvard University Press, Massachusetts,
1986; y Guastini, Riccardo, Estudios sobre la interpretación jurídica, trad. de Marina
Gascón y Miguel Carbonell, 9ª ed., Porrúa-UNAM, México, 2011.
17
después. Desde entonces él va simplemente. Sin marcar su camino.
Fuera de las normas. Fuera de la ley”.40 Pese a esta fuga, el mundo
regresará a sus dimensiones primigenias. El derecho se restituirá y
superará las trabas que no permiten el florecimiento de la ley en sus
direcciones naturales. El epílogo de la obra es demasiado vertical:
Epílogo
40
Sala-Molins, Lluís, Sodoma, al alba de la filosofía del derecho, trad. de Teresa
Martínez Terán, Fontamara, México, 1989, pp. 210-211.
41
Sala-Molins, Lluís, op. cit., p. 236.
18
abogados y jueces) y las peculiaridades de la aplicación de ley en
sociedad (sentencias, diligencias e indagatorias legales). Nuevamente
con el arte poética se notan los desfases entre el derecho positivo
y el derecho natural señalados previamente, sobre todo, a partir
de una sociedad tan compleja como la española del siglo XVII. La
propuesta de esta antología no debate en torno al canon de autores
centrales de la tradición barroca. Sin embargo, aunque son autores
sumamente estudiados por la teoría literaria y la filología, su novedad
está en el aspecto material y la secuencia en que se despliegan. Así,
los poetas agrupados pueden configurarse desde la óptica de un arte
hermético.42
20
NOTA SOBRE LA EDICIÓN
21
LUIS DE GÓNGORA (1561-1627)
23
CONTRA LOS ABOGADOS
44
El poeta alude a las velas que se consumen en el estudio y contestación de una
demanda. A propósito del valor de la cera en la escritura, son famosos los versos de
un romance corto que dicen: “Las palabras cera;/ Las obras acero”.
45
Puede referirse al bonete de punta inclinada hacia atrás. También la caperuza se usa
en la cetrería para cubrir los ojos del ave rapaz y facilitar su traslado. La expresión
“echar caperuzas”, de acuerdo con la RAE, se usaba “para reprender la ambición
insaciable o la ingratitud de algunas personas”.
25
CONTRA EL INTERÉS
27
FÉLIX LOPE DE VEGA (1562-1635)
29
A LA MOLESTIA DE LOS PLEITOS
49
Arcaísmo de anatomía, que puede entenderse simplemente como esqueleto. De
acuerdo con Juan Manuel Rozas y Jesús Cañas Murillo, “Lope no utiliza nunca el
término jurídico noto, podría haber un cruce (y un chiste), dado el tema del soneto,
con él: bastardo, ilegítimo. Y más yendo en rima. El sentido, pues, sería: hacen de la
esperanza esqueleto o hija bastarda”.
50
Famosos jurisconsultos estudiados en las Facultades de Derecho en la época de
Lope. Baldo degli Ubaldi (1327-1400) fue discípulo y con posterioridad rival de
Bártulo. Fue profesor en Bolonia, Perugia, Florencia, Padua, etc. En el Cisma
de Occidente, Urbano IV lo contrató como consejero legal contra el “antipapa”
Clemente VII. Dino da Mugello, jurista del s. XIII, fue un importante comentarista
del Digesto, citado también en la Dorotea. Jasón, según Rozas y Cañas, “es menciona-
do en este lugar por ser paciente y astuto”.
31
ENTREMÉS DEL LETRADO
Personas
perote
bartolo
un letrado, vejete
doña escolástica
un alguacil
músicos
33
al mismo Baldo, Bártulo52 y a Dino.
perote: Sepa vuese merced que fue mi padre
de Calahorra.53
letrado: Bien
perote: Y que mi madre
fue natural del reino de Toledo:
casárose en Olmedo, que en Olmedo
hay excelentes rábanos, y había
sabido que un preñado le daría
antojo dellos, y casarse quiso
a donde los hallasen al proviso.
Sucedió que preñaba de mi hermano,
no los hallaron luego tan de mano,
y entretanto de mí se hizo preñada;
no nacimos de aquella ventregada.
letrado: Sí; mas de ese preñado, ¿qué redunda?
perote: Que el mayorazgo en rábanos se funda.
letrado: ¿En rábanos? Extraño mayorazgo.
perote: ¿Pues no fundó el de Adán una manzana?
letrado: Adelante.
perote: Diole una cuartana
a mi padre.
letrado: Parece que fue sueño.
perote: Ya dije cómo fue Calahorreño.
letrado: Sí; mas de la cuartana, ¿qué resulta?
perote: ¿Lo más claro del pleito dificulta?
letrado: ¿Rábanos y cuartanas en un pleito?
Pero sepamos bien lo que pretende.
perote: Oiga vuesa merced, que de eso pende.
letrado: ¿Pues quién entonces malparió?
perote: Mi madre,
52
Bártulo o Bártolo de Sassoferrato (1313-1357) fue un jurista primordial para la
concepción renacentista del derecho privado común que, junto con el derecho
canónico, forman el utrumque ius. Fue además consejero del emperador Carlos IV.
53
Ciudad en Rioja. Fue una importante ciudad romana por su producción agrícola
y viñedos. La Calagurris Nassica Iulia fue una ceca que se mantuvo hasta la Edad
Media. De esta ciudad es oriundo el orador Marco Fabio Quintiliano.
34
de verle con cuartanas a mi padre.
Yo entonces no era clérigo.
letrado: ¿Y agora?
perote: Tampoco.
letrado: ¿Pues qué quiere?
perote: Saber quiero
si me puedo ordenar, porque teniendo
un padre natural de Calahorra,
mi madre de la Sagra de Toledo,
y un hermano tüerto, ser podría
que alguno me pusiese impedimento
para poder hacer el casamiento.
letrado: ¿Qué casamiento? Mire lo que dice,
que vive Dios que el diablo no lo entiende.
perote: Oiga vuesa merced, que de eso pende.
letrado: ¿Qué ha de pender? Que ensarta en lo que dice
mil disparates, que una ley nos dice
que multa imperfecta unum perfectum
constituere non possunt.
perote: Ahora sí que lo ha entendido.
letrado: ¿Cómo?
perote: Dice vuesa merced que muchas nietas
posando juntas nacen imperfectas.
letrado: Por vida de mi hija doña Brígida,
y de doña Escolástica su madre,
que ha no pensar que estaba sin juicio,
que le hiciera matar, tanto me ofende.
perote: Oiga vuesa merced, que de eso pende.
letrado: Penda de un palo yo, si le escuchare.
(Aparte)
perote: Mucho tarda el agarro del dinare.
Sale bartolo
bartolo: Arroga.
perote:¿Está ya hecho?
bartolo: Ya está hecho.
35
perote: Pues adiós, mi señor, que voy contento
de haber visto su raro entendimiento,
antes que pida rábanos mi madre,
y vuelvan las cuartanas a mi padre.
(Vanse.)
letrado: ¡Jesús, y qué mohino que me deja!
Válgate Dios por hombre tan cansado:
si estos son pleitos, no soy más Letrado.
36
Dentro un aLgUaCIL.
54
Parece que falta texto (nota original de Héctor Azar).
55
Válgame el rey dicen las ediciones, pero parece errata evidente (nota original de
Héctor Azar).
37
PERoTE: Hubo una noble beata,
aunque dos dicen que fueron,
y si la verdad se trata,
se ha de decir lo que hicieron,
quien bien ata, bien desata.
Sucedió, pues, que tenían
estas beatas un gallo,
que en la cama le metían,
y era aquel malo que callo,
por los buenos que me oían.
letrado: Esto es cosa de risa, y detenernos.
Mil ducados me llevan.
alguacil: Calle un poco.
letrado: ¿Cómo que calle, si me vuelvo loco?
alguacil: Camine por aquí.
(Vanse.)
bartolo: ¡Qué linda industria!
¿Cómo saldremos del lugar, Perote?
perote: Trayendo nuestras marcas, y fingiendo
que una danza ensayamos por el día
del Corpus Christi, así nos libraremos.
bartolo: ¡Qué linda industria! Vamos y bailemos.
38
LETRaDo: Es rubio, y junto deste aloque
puede ser uno perro de San Roque.
aLgUaCIL: ¿Y que le dijo tantas berlandinas?
LETRaDo: Díjome tantas, que aun aquí me ofende,
oiga vuesa merced, que de eso pende.
alguacil: Hombre no ha de pasar de aquesta puerta,
sin que le reconozca: mozo, alerta.
39
BARTOLOMÉ LEONARDO DE ARGENSOLA
(1562-1631)
41
ESTE SONETO SE ESCRIBIÓ CON OCASIÓN DE
HABER DISCURRIDO SOBRE LA EPIQUEYA CON DON
FERNANDO DE BORJA, Y SOBRE LOS LÍMITES A QUE SE
EXTIENDE
43
Esto decía yo, cuando, riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas? »
A UN ABOGADO INTERESADO
DETESTA EL LITIGAR
56
Trifón (c. 232-250). Joven mártir y santo que sufrió las persecuciones de Decio.
Fue torturado y decapitado después de convertir al prefecto Licio. Se le reconoció
como sanador de los animales.
57
Pato de gran tamaño. En la península ibérica se conocen el ánade rabudo, ánade
real y ánade friso.
44
siendo la voz que tierra y cielos cría,
temiste de la voz de un juez inico.
¡Cuál saca la bellísima inocencia
(aun cuando el juez le da la mano amiga)
de las uñas causídicas58 el gesto!
¡Oh siglo siervo, de servil paciencia!
¿Cuál bruto, cuál frenético litiga,
si puede hacer que lo condenen presto?
47
UN DELITO IGUAL SE REPUTA DESIGUAL SI SON DIFEREN-
TES LOS SUJETOS QUE LO COMETEN, Y AUN LOS DELITOS,
DESIGUALES
60
Al parecer se usan las dos acepciones de precio como pretium: “precio que paga
Lido y premio que recibe Menandro”.
61
En la mitología griega, Astrea era hija de Zeus y Temis. Esta titánide personificaba
junto a su madre la idea de justicia. Deidad virgen que llevaba los rayos de Zeus en
sus brazos y, en este caso, balanzas en las manos.
49
feroz te ve la gente, no ajustada:
¿quieres que el tribunal batalla sea?
A UN JUEZ MERCADERÍA
62
Se refiere a la historia clásica del vellocino de oro. Los argonautas buscan este
carnero, hijo de Poseidón y Teófane, para que Jasón pueda ocupar el trono de
Yolcos. La lana del animal era de oro. Frixo sacrifica al animal y cuelga el vellón en
un árbol, consagrándolo a Ares. Finalmente, Jasón logra encontrarlo. El carnero se
identifica con la constelación de Aries.
50
CONTRA PILATOS, JUEZ QUE PREGUNTA A LOS ACUSADO-
RES LO QUE HA DE SENTENCIAR
63
RAE: de buena fama y generalmente estimado.
64
Relativo al hirco, cabra montés o quizás al macho cabrío.
65
Que no tiene cortado el pelo. Aplicado por sinécdoque al hombre ignorante e
inculto.
51
Son por fuerza ignorantes los rapados:
cortará la navaja decisiones
y deshará el barbero los letrados.
Mas, pues nunca se hallan en capones
ni se admiten lampiños abogados,
las leyes son de casta de cojones.
52
JUAN RUIZ DE ALARCÓN (C.1580-1639)
53
EL DUEÑO DE LAS ESTRELLAS. JORNADA III (FRAGMENTO)
58
veré, Licurgo, otro día.
¿Cuándo, ardiente pena mía, (Aparte)
el rigor mitigarás?
59
PEDRO SOTO DE ROJAS (1584-1658)
61
CONFIÉSASE DIGNO DE TAL CASTIGO
A FÉNIX, QUEJAS
63
JUAN DEL VALLE Y CAVIEDES (1652-1697)
65
CAUSA QUE SE FULMINÓ EN EL PARNASO CONTRA EL
DOCTOR DON MELCHOR VÁSQUEZ POR HABERLE TIRADO
UN CARABINAZO A OTRO MÉDICO EN UN MULADAR
Querella
Leandro de Godoy, un
cirujano cura-tuerto,
parezco ante [Vuesarced]
como curo un ojo menos.
Y digo, Señor Juez
Medical, que me querello,
civil y criminalmente,
del médico jeringuero.
Porque viendo una noche
con otro médico incierto,
por venir en una mula
dos enjalmas de Galeno,
el doctor don Melchor Vásquez,
científico a tres mil pesos,
porque la Universidad
le dio grado de talego,
con cuatro o cinco de escolta
en un muladar, que en puesto
tan sucio como éste, mata
el que cura cursos puercos.
Aquí me tiró un balazo,
que no me acertó por yerro,
que es tan idiota el Melchor,
que en nada ha tenido acierto.
En tierra caí por causa
que fue cara a cara hecho,
que si por detrás me tira,
me da muerte sin remedio.
Atento a lo cual, y a que
67
es el dicho un desatento,
a Vuesamerced suplico
que admita información de ello.
Y daba en aquella parte
que basta a estar satisfecho
de mi justicia, que pido
haga como me prometo.
Leandro de Godoy
Proveimiento
67
En Perú y Chile, las calillas son las deudas.
69
un corcovado declara
con verdad, si es sacatrapo,
si no en forma de joroba,
en forma de jorobado,
porque las leyes torcidas
tienen testigos gibados;
el cual, después de haber hecho
con los dedos un calvario
de cruces, decir verdad
juró por tantos y cuantos.
Y preguntándole si
sabía algo de este caso,
con voz que suena a tinaja
habló el giba retumbando:
que conoce a uno y a otro,
que son grandísimos machos,
y por serlo no se admira
que se anden siempre matando.
Y que el Vásquez asimismo
tiró el tuerto en jeringazo,
que a bajar cuarenta varas
el punto, pega en el blanco.
Y que el no haber muerto al tuerto
fue porque tiró a matarlo,
que del Melchor los discursos
le salen siempre encontrados.
Y que lo tiene dicho
en la causa y declarado
es verdad en que se afirma
y se pone recostado.
Y en cuanto a la edad declara
que tendrá cinco o seis años,
y es verdad, que más no puede
caber en cuerpo tan bajo.
Liseras
70
En la Ciudad de los Reyes
dicho mes y día dicho,
porque también hay en verso
abreviatura de ripios.
Por testigo presentó
al buen don Lorenzo el indio,
tan natural doctor que
nació llorando aforismos;
el cual juró por el Dios
de médicos susodichos,
deidad de los cementerios,
y enguantado basilisco.
Y siéndole preguntado
si conocía a los dichos
contrayentes, dijo que
(mas diré como lo dijo):
qui conoce a otro y uno,
que son moy siñores míos,
il toirto y il siñor Vásquez,
hijo di la doña Elvira.
Y qui sabe qui il dotor
porqui el toirto traiba on nicro
in so mola, con pirdón
di osti, assi como digo,
oltimamenti el folano
qui iba con Llanos so amigo
con sos nalgas en un mola,
en las ancas in on sillo;
con pirdón de ostí otra vez,
diji mola, señor mío,
pero il Llanos era il otro
qui cayó loigo al roido.
Y el fistoletazo qui il
totor Guasqui, so inimigo,
con so mano deso armado
vistido con so colito.
71
Y so iscopita cargada
con pólvora al sosodicho
Liandro toirto Godoy
li tiró. Isto qui digo,
es verdad se, mi siñor,
mira osti, tingo complidos
sitinta años caguales,
treinta y noivi más o minos.
Don Lorenzo
Mandamiento
Mulatos enterradores,
pues que sois ministros fieros
de médicos criminales,
pues que les prendéis los muertos;
la persona del doctor
don Melchor prenderéis luego,
si halláis por dónde agarrar
a tan grande camariento.
Y le pondréis en la cárcel
los bienes, que curandero
ha buscado con los males
que ha causado a todo el pueblo.
Apolo
Depósito
73
Auto
Un secretario de cata
cámara, digo por serlo,
le toca que de esta causa
le haga cargo al camarero.
Descargo
74
¿qué jeringas hay sin truenos?
Y es contra justicia que
por su causa haiga mil sueltos
de vientre en esta ciudad,
y que el pobre se halle preso.
Además, que no merece
castigo, sino un gran premio,
el que intenta o el que mata
a un doctor que hace lo mesmo.
Muy bueno es que andan matando
y que no haga caso de ello
la justicia, cuando no
matan físicos como ellos.
¿Y por qué intentó matarse
uno a otro del arte mesmo,
cuando es bien universal
haga tantos aspavientos?
Cuando si los dos se matan
fuera fortuna de enfermos,
y si todos, unos a otros
fuera miel sobre buñuelos.
Fuera de que le asistió
razón para darle al tuerto
muerte atroz el doctor Vásquez
por traer un lacayo negro.
Porque un pobre cirujano
se ha de servir a sí mesmo,
como hace el doctor Utrilla,
que es en todo tan atento.
Que de una pieza se trae
esclavo, lacayo y dueño,
[tan a un color que es lo mesmo
el vestido y el pellejo.]
Por todo lo cual y porque
se funda en medio derecho,
Godoy, porque la mitad
75
le viene a caber por medio.
A Vuesamerced suplican
Que dejen libre y absuelto
de la calumnia al doctor
sin que se hable más en esto.
Cuando animarse debían,
según ley de buen gobierno,
a que todos se matasen,
pues redunda en nuestro aumento.
Hubiera, si ellos faltaran,
más salud, menos entierros,
más muchachos, menos viudas,
menos peste y más dinero.
Pues será justicia que
pido costas de extipendios
que ha perdido el doctor Vásquez
de las visitas de enfermos.
Sentencia
76
Lo primero, a que no ande
a mula, ni traiga estribos
de oro, sino de oropel,
[que es] conforme a su capricho.
Y que no cure en un año
a mula, si no metido
él debajo de la bestia,
porque en matar tarde un siglo.
Item, que no cure más
achaques que de estreñidos,
que el que mata camarientos,
dejará los otros vivos.
Aquesto proveo y mando,
que así conviene al servicio
de Apolo que seguidillas
le da tanto proveído.
Apolo
Bachiller diminuto,
licenciado tanto-cuanto,
que a parvidad de doctor
te metes con todo un grado.
¿Para qué pagas propinas
como doctor gordo y alto,
si para vestirte de esto,
te sobra con retazo?
Cógele a tu grado alforzas
o lo traerás arrastrando,
que no entra en un doctorcillo
lo que entra en un doctorazo.
Tanto caso hará de ti,
doctor como licenciado,
77
que quien tiene carne poca,
nadie le estima en un cuarto.
Cuña barbada pareces,
cuando te miro sentado
en el banco con los otros,
que los estás apretando.
Eres de procuradores
tropezón de los estrados
y el ay y perdone usted,
pues siempre te están pisando.
Contigo la campanilla
no suena, aunque estés gritando,
que abogado que es chiquito
no es posible que hable alto.
En un libro grande un día
dizque estabas estudiando
sentado en el margen por
alcanzar a repasarlo:
Y te dormiste por ser
de noche y hizo el acaso
que voló el aire una hoja,
la cual te dejó tapado.
Llegó tu pasante en esto,
alzó el libro sin reparo,
y si reparo, pensó
que eras de un pleito el legajo.
Puso en el estante el libro,
fuése, y llegó el tiempo, cuando
para cenar tu mujer
te buscaba con cuidado.
Solícita, y tu dormido
estabas, cuando los pasos
dirigió al estudio y, viendo
que no hallaba a su velado,
dijo: «¿Adónde está este hombre?»
Oístelo, despertando,
y respondistes: «Aquí
78
estoy, mujer, en librado».
Pensó, oyendo hablar el libro,
que oía de Alberto Magno68
la calavera que habló,
cuando un libro iban buscando.
Asustada y temerosa
echó a correr como un rayo
y, a la novedad del libro,
parlero se juntó el barrio.
Entraron y al cabo de
mil sustos y sobresaltos
que tuvieron con el libro,
abrirlo determinaron.
Y entre párrafos y textos
te vio el concurso empañado,
hecho pichón de las leyes,
si no jurista gazapo.
La risa que hubo contigo
la dejo para los labios
de quien leyere, si es que
la idea merece tanto.
Sólo digo para prueba
de esta verdad que he contado,
que en la manga de una niña,
te estuvistes ahogando.
Porque pensó la rapaza
que eras muñeco barbado,
y para jugar contigo
llevaba tu cuerpo enano,
que es más corto muchas veces
que de un miserable el gasto,
más que dicho de entendido,
y conciencia de escribano.
Los pleitos de los menores
68
San Alberto Magno (c.1193-1280). Doctor de la Iglesia, polímata del pensamiento
medieval. En la Universidad de París, tradujo y comentó textos de Aristóteles. Fue
obispo de Ratisbona.
79
defiende y podrás ganarlos,
pues, para menores pleitos,
es bueno un menor letrado.
En audiencia de pigmeos
fueras famoso abogado,
donde fueran relatores
machines y papagayos.
Poca justicia tendrá
quien tuviere tan menguado
defensor, porque no cabe
la mucha en cuerpo tan bajo.
Si médico hubieras sido,
vaya con todos los diablos,
pues fueras del mal el menos,
con récipes atenuados.
Quédate para chiquito,
que ya escribir me canso,
pues para tan corto asunto
hay mucho versificado.
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SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ (1651-1695)
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A LA SENTENCIA QUE CONTRA CRISTO DIO PILATOS; Y
ACONSEJA A LOS JUECES QUE, ANTES DE FIRMAR, FISCALI-
CEN SUS PROPIOS MOTIVOS
84
FUENTES CONSULTADAS
Alcalá-Zamora y Torres, Niceto, El derecho y sus colindancias en el teatro de
don Juan Ruiz de Alarcón, Imprenta Universitaria-Revista de la
Escuela Nacional de Jurisprudencia, México, 1949.
Góngora, Luis de, Obras completas, ed. Antonio Carreira, Fundación José
Antonio de Castro, ts. I-II, Madrid, 2000.
85
Häberle, Peter, El Estado constitucional, trad. de Héctor Fix-Fierro,
IIJ-UNAM, México, 2003.
Kahn, Paul, El análisis cultural del derecho: una reconstrucción de los estudios
jurídicos, Gedisa, Barcelona, 2001.
Magris, Claudio, Literatura y derecho. Ante la ley, Sexto piso, Madrid, 2008.
Rosales, Luis, Poesía española del Siglo de Oro, Biblioteca Básica Salvat,
Navarra, 1982.
86
Ruiz de Alarcón, Juan, Obras completas, edición de Agustín Millares Carlo,
FCE, vols. I-III, México, 1957.
Soto de Rojas, Pedro, Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para
pocos-Los fragmentos de Adonis, edición de Aurora Egido, Cátedra,
Madrid, 1981.
87
ÍNDICE DE PRIMEROS VERSOS
88
Leandro de Godoy, un ................................................................67
89