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Proyecto Sig

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UTILIZACIÓN DE UN SIG PARA LA DETERMINACIÓN DEL IMPACTO

AMBIENTAL GENERADO POR ACTIVIDADES AGRÍCOLAS, GANADERAS E


INDUSTRIALES EN LA CIUDAD DE …

INTRODUCCIÓN

La necesidad de un reconocimiento integrado del territorio con fines aplicados tiene su origen
en la ley de la globalidad en geografía enunciada por Dokuchaev, y en la que se expresa la
interdependencia e interacción de los componentes del medio (Tricart, 1978; González
Bernáldez, 1981). Desde entonces han surgido diversas metodologías encaminadas a un
conocimiento integrado de los elementos que configuran el territorio y de las interacciones
que existen entre estos, facilitando así su diagnóstico y la determinación de su capacidad o
adecuación frente a distintos usos potenciales (Boden, 1980; González, et al., 1983; Mc
Cormack, y O’leary, 1993; Aramburu, et al., 1994).

McHarg en 1964, introduce el concepto de impacto, entendido como el cambio que se


produce en un factor ambiental al implantar una actividad concreta. El concepto de Impacto
Ambiental ha producido un giro significativo en el modo de encarar los procesos de
planificación, el diseño y ejecución de las actividades humanas, la evaluación de la viabilidad
de la actuación se basaba en criterios técnicos, económicos y sociales, y actualmente incluyen
los criterios ambientales. La noción de impacto ambiental manejado desde el ámbito
científico ha desarrollado metodologías para la identificación y la valoración de los impactos
ambientales hasta el nivel indicativo que precisa toda herramienta informativa para la toma
de decisiones. El método de McHarg para la valoración del impacto se basa en la utilización
de transparencias sobre las cuales dibujaban con tramas de distinta tonalidad, las limitaciones
de los principales rasgos del territorio para un uso dado. Estas, posteriormente, eran
superpuestas determinando así las zonas más oscuras como las más sensibles a dicha
actividad.

La matriz de Leopold es la técnica que más se ha usado para la valoración del impacto por
su utilidad para comparar los efectos de diversas alternativas de uso del espacio, particular-
mente en proyectos aplicados en áreas relativamente pequeñas y homogéneas (construcción
de embalses y explotación de canteras entre otros). Este método se basa en la elaboración de
una tabla de doble entrada: un lado corresponde a las actividades causantes del impacto, y el
otro a los factores ambientales que pueden verse afectados, a corto y largo plazo, por dichas
actividades. A cada casilla resultante le corresponden dos valores de impacto uno de
magnitud, grado o extensión del impacto, y otro de importancia o significación que tiene la
acción sobre el factor ambiental, para el territorio que se está analizando (Leopold, 1971).
Posteriormente surgen modificaciones a este método (Sorensen, 1971, Parker y Howward,
1977; Clark, 1978; Manning y Moncrief, 1979), todas encaminadas a solucionar algunos de
los inconvenientes que presenta la matriz de Leopold como la no aditividad de los impactos,
visión sectorial del medio natural y la no consideración del factor tiempo, entre otros.

En la actualidad, la utilización para la superposición automática de mapas y el trata- miento


de datos ha supuesto un avance notable en las metodologías para la determinación del
Impacto ambiental en cuanto a la posibilidad de manejar un gran volumen de información
(Krauskopf y Bunde, 1972; Sondheim, 1978; Tomlin, 1980, Rosemberg, 1981; Johnson,
1990; Grévilliot y Muller, 1996, Gómez Orea, 1999).

Estas metodologías constituyen una aportación al conjunto de análisis que se han de realizar
en estudios de impactos, si bien cada una por si sola presenta varios inconvenientes, de los
cuales el más importante es el error que se suele cometer al efectuar una suma de impactos
parciales para obtener el impacto total, así mismo, tratan de solucionar los problemas que se
presentan en las diferentes políticas de planeamiento de acuerdo con los objetivos e intereses
prioritarios (ecología, conservación, restauración, usos del suelo, agricultura, desarrollo
turístico y esparcimiento, entre otros).
OBJETIVOS

- General
Utilizar los sistemas de información geográfica para determinar los impactos
ambientales generados por actividades agrícolas, ganaderas e industriales en la ciudad
de …

- Específicos:
Aplicar los SIG en la evaluación de los impactos ambientales.
Identificar las zonas particularmente más sensibles ante el desarrollo de una actividad.

MARCO TEÓRICO

1. Conceptos y funciones básicas de los Sistemas de Información Geográfica (SIGs).


El término SIG, que en la actualidad está ampliamente difundido tanto en la geografía
como en otras ciencias, en especial en aquellas vinculadas con la planificación territorial
y la resolución de problemas socioeconómicos y ambientales, es de compleja definición
habida cuenta de sus capacidades técnicas y analíticas y su carácter multipropósito. En
realidad existen tantas definiciones como especialistas que utilizan el SIG. Tales
definiciones se han efectuado desde distintos puntos de vistas, funcional y estructural o
basadas en sus aplicaciones y objetivos. Detallar lo que aporta y cómo entienden los
distintos autores los Sistemas de Información Geográfica es tarea aquí fuera de lugar. No
obstante, a modo de introducción, la propuesta por el National Center for Geographic
Information and Analysis (NCGIA) de los Estados Unidos resulta útil y operativa: "Un
SIG es un sistema de información compuesto por hardware, software y procedimientos
para capturar, manejar, manipular, analizar, modelizar y representar datos
georreferenciados, con el objetivo de resolver problemas de gestión y planificación". Por
otra parte, cualquier ciencia relacionada con el espacio, en especial la geografía, analiza
el territorio a través de distintas capas temáticas (el suelo y sus usos, los términos
municipales, la red hidrográfica, el sistema de asentamientos, las infraestructuras viarias
--carreteras, ferrocarriles...-- la distribución de equipos y servicios...). Esto es, detectando
y usando, aislada o conjuntamente, distintos estratos de información de la misma zona
(Fig. I). De esta forma, el investigador puede analizar cada una de estas capas temáticas
dependiendo de los objetivos de su estudio. En este sentido, la gran ventaja de los SIGs
es que pueden relacionar las distintas capas entre sí, lo que concede a estos sistemas unas
espectaculares capacidades de análisis, pudiendo responder a peticiones complejas y, por
ello, producir mapas derivados que pueden representar situaciones reales o escenarios
hipotéticos o simulados de gran utilidad. (Cebrian, 1988)

2. Origen y desarrollo.
Aunque existen autores que marcan el origen de los SIGs con la aparición de las técnicas
cartográficas, se puede afirmar que el inicio de los SIGs se produjo con el cambio del
formato analógico (cartografía convencional) al digital. Por tanto, la evolución de los
Sistemas de Información Geográfica está en estrecha relación con el propio desarrollo de
la informática (en especial, los aspectos del software y del hardware).
De esta forma, la aplicación de los ordenadores al análisis de la información espacial en
la década de los 60 contribuyó de forma revolucionaria al tradicional método de análisis
de datos espaciales. Se comenzó a manejar un mayor número de información, con una
velocidad de acceso a tales datos impensable unos años antes; además, la reducción de
costes para el tratamiento cartográfico, así como para su actualización, disminuyó
considerablemente.
Es en 1964 cuando hizo su aparición los SIGs. Roger Tomlinson, que tuvo un papel
determinante, pretendía el análisis de la información del Canadá Land Inventory, para un
posterior desarrollo en los planes de gestión de diversas zonas de Canadá. Para ello
estableció un banco de datos territorial, el denominado Canadian Geographic Information
System (CGIS). Su aplicación consistió en desarrollar, a partir de una serie de mapas
temáticos, un modelo de procesamiento integrado (estructuración de la información
territorial, superposición cartográfica, captación de datos, vectorización de imágenes
escaneadas...). Este proyecto fue financiado por el Departamento de Agricultura de
Canadá, siendo la empresa IBM la que aportó del hardware necesario. (Bosque Sendra,
1992)
A finales de esta década destaca la labor realizada por el LCG (Harvard Computer
Graphics Laboratory), fundada por el arquitecto H. Fisher que deseaba utilizar
ordenadores para la elaboración de gráficos y el manejo de información espacial para el
planeamiento territorial. De este modo se creó una serie de programas de cartografía
como el SYMAP, CALFORM, GRID... que contribuyeron de manera decisiva al avance
y al uso de los ordenadores en el análisis espacial. Pero sus resultados en esa época fueron
poco aceptados, ya que al utilizar impresoras matriciales de baja resolución, sus
conclusiones se vieron truncadas, creándose un estado de opinión poco favorable a la
aplicación de estas nuevas técnicas (Ruiz, 1995). En una segunda etapa, este laboratorio
se planteó incorporar una novedad importante que consistió en dar topología1 a los
objetos cartográficos. Posteriormente, se crea el primer programa vectorial de SIG:
ODYSSEY. Con él se incluye la digitalización semiautomática, la gestión de bases de
datos y la elaboración interactiva de los mapas. Además, en este mismo laboratorio, se
trabajó en la elaboración de diferentes programas cartográficos, basados en datos raster,
entre los que destaca MAP, que sirvió de base para otros como IDRISI.
Después de todas las aportaciones del LCG, destaca la empresa comercial ESRI, que a
partir de los trabajos realizados por el laboratorio de Harvard, desarrolló todos estos
planteamientos, creando uno de los programas de SIG de mayor difusión mundial, el
ARC/INFO, basado fundamentalmente en ODISSEY, si bien con bastantes mejoras y
avances (Bosque Sendra, 1992)
Los años sesenta y setenta, por consiguiente, se caracterizaron por la construcción de
SIGs ligados a necesidades muy particulares, destacando de manera especial, los usos del
suelo. Además, casi siempre bajo las pretensiones de organismos públicos como los
departamentos de agricultura, ayuntamientos, etc. Pero las capacidades de los programas
eran escasas. En este momento, años setenta, y a través de un inventario realizado por la
UGI (Unión Geográfica Internacional), aparecieron 600 programas diferentes y 80 SIGs
a disposición del público . A pesar de esta eclosión en programas de análisis espacial, el
mayor progreso se consiguió a través del denominado método raster. De esta forma, se
desarrollaron dos métodos diferentes y a la vez complementarios, el vectorial y el raster.
En los últimos años, los SIGs han evolucionado espectacularmente, destacando las
aportaciones del NCGIA (Centro Nacional para la Investigación Geográfica y Análisis)
de EEUU, creado en 1988 para desarrollar los fundamentos teóricos y conceptuales de
futuros SIGs y no para desarrollar software SIG. Sus líneas de investigación
fundamentales se adscriben a:
- Análisis y estadística espacial
- Relaciones espaciales y estructuras de la base de datos
- Inteligencia artificial y sistemas expertos
- Visualización de datos espaciales
- Cuestiones institucionales, sociales y económicas de los SIGs

3. La representación digital: los formatos raster y vectorial.

Al igual que ocurre en los planteamientos básicos y técnicos que llevan la realidad a una
representación cartográfica convencional, la introducción de datos en un SIG plantea dos
cuestiones fundamentales a resolver:

a) Cómo ha de concebirse el mundo real.

b) Cómo sintetizar los componentes de los datos geográficos.

Como se vio anteriormente, la visión que un SIG tiene del mundo real está dividida en
estratos, capas o coberturas. Según esta esquematización, el espacio está constituido por
elementos cuya localización precisa es posible gracias a su referenciación mediante un
sistema de coordenadas. Además, los elementos espaciales pueden tener atributos
temáticos. De este modo se trabaja con dos tipos de datos: los espaciales y los temáticos.
Los datos espaciales pueden, a su vez, desglosarse en otras dos componentes: geométrica
(x,y) y topológica.

Según sea la forma de organizar y contener estos componentes (los elementos espaciales
y sus atributos temáticos) se puede hablar de dos modelos de SIGs, con ventajas e
inconvenientes que determinarán el uso de uno u otro, dependiendo de la naturaleza de
las investigaciones (métodos, escalas, objeto, objetivos...). Son los modelos "raster" y
"vectorial".

3.1. Modelo RASTER


El modelo raster representa la realidad a través de superficies determinadas que
quedan dispuestas en forma de matriz, en la que cada elemento está representado por
un "pixel"1 . La representación cartográfica queda dividida en celdas a manera de
las teselas de un mosaico, que agrupadas o en unidades, representan los objetos de
la realidad. La representación queda simplificada en formas geométricas,
predominando los cuadrados y los rectángulos.
La resolución geométrica depende del tamaño de dichas celdas, que representan
superficies de 10 y 100 m2 , y de 1 y 10 km2 , siendo más extendido el uso de celdas
de 100 m2 .
La identificación conforme a este sistema de coordenadas tiene su correspondencia
en los sistemas vectoriales que veremos posteriormente.
El sistema raster lo que realmente hace es digitalizar el mundo real transformando
los elementos a representar en píxeles. De este modo, cada celda tiene un valor que
la identifica y/o agrupa entre las demás, lo que resulta especialmente útil para
representar fenómenos que se manifiestan en el territorio, como por ejemplo:
-Variables físicas, como son la topografía (valor según altura o pendiente) y
precipitaciones.
-Regiones, que estarían constituidas por píxeles agrupados con el mismo valor.
-Usos de suelo o cualquier tipo de información determinada por áreas, que tendrían
valores asignados según una clasificación adoptada previamente.
-Distancias entre objetos, ya que existe un sistema de coordenadas con una
dimensión determinada para cada uno de los píxeles.
-Emisiones y reflexiones de energía, que son captadas por los sensores de los
satélites, cuya información es digitalizada en función del valor de las emisiones.
Las celdas sólo pueden tener un valor, por lo que los objetos representados tienen
que estar dispuestos en diferentes archivos según la variable que se esté tratando. Es
decir, se debe separar el espacio en diferentes capas según los aspectos de la realidad
que se vayan a representar. Esta es una de las limitaciones del modelo raster, ya que
son necesarias muchas más capas o coberturas que en un modelo vectorial.
Así, por ejemplo, si se tiene que representar un bosque, se le dará homogéneamente
un valor a todo el polígono que ocupa, pero si se debe representar el valor de
emisiones de infrarrojos, se tiene que pasar a una nueva cobertura en la que
representar este fenómeno.
En la codificación de los datos raster se deben de tener en cuenta dos factores:
a) el de localización, que viene determinado por el lugar que ocupa dentro de la
matriz, y
b) el del valor, que viene representado por un número. Número que debe tener un
significado establecido, esto es, el bosque vendría representado por un sector de
números enteros iguales y agrupados dentro de la matriz, que desde ese momento se
identifica como tal fenómeno que representa. Si se manipulan diferentes coberturas
de la misma zona, se debe tener en cuenta que los elementos representados en éstas
están localizados por las mismas filas y las mismas columnas, quedando la diferencia
sólo para los valores representados.
En el almacenamiento de los archivos raster no necesitan ser incluidas las
coordenadas, sólo los valores. De todas formas la cantidad de celdas que son
necesarias para obtener una resolución significativa es elevada. Una operación real
suele tener en torno a las 200 coberturas por área, y si cada una tiene en torno a las
5.000 celdas, se traduce en un millón de píxeles ). Como referencia, una imagen
raster del satélite Landsat contiene en torno a los 35 millones de píxeles. Por supuesto
el volumen de datos depende del tamaño de los píxeles, es decir, si se reduce la
cantidad de territorio representado por una celda, aumentando la resolución de la
imagen, estaremos a su vez aumentando el número de píxeles y, por lo tanto la
extensión del archivo. Por lo general, el problema del exceso de volumen de los
archivos se intenta solventar renunciando a mejores resoluciones cuando se trata de
representar grandes extensiones con valores homogéneos, o lo que es lo mismo, se
aumentan las celdas a representar por cada pixel.
Como ha podido leerse, una gran ventaja del modelo raster es la fácil instrumentación
de la recogida de los datos a tratar y su posterior conversión a información
digitalizada. Ello lo hace sumamente útil en estudios de fenómenos con una
manifestación perceptible, ya sea por sensores especiales o por la propia percepción
sensorial humana. Los modelos raster resultan útiles para el tratamiento de imágenes
satélites y escanedas y para el dibujo automático por plotter e impresoras.
Es especialmente útil en estudios de impacto ambiental, ya que es posible traducir la
realidad a formato digital con "un antes" y "un después", sobre todo en aquellos
fenómenos sólo perceptibles mediante sensores. La operatividad que le proporciona
su fácil instrumentalización de cara a la recogida de datos hace también que el
margen entre el antes y el después pueda reducirse y precisarse con gran exactitud.
En Andalucía, dentro del proyecto SINAMBA, la desaparecida Agencia del
Medioambiente desarrolló, con personal propio, un software especial de tratamiento
de imágenes satélite, "AMATEL" que se ajusta a las necesidades específicas del
Sistema de Información Medioambiental (Lopez, Posaca, & Moreno, 1998)

3.2. Modelo VECTORIAL


La representación espacial en un modelo vectorial se basa en la localización
de puntos individuales según determinadas coordenadas, viniendo definida
por funciones matemáticas, por lo que se pueden representar puntos, líneas
parábolas, polígonos,... En estos casos los datos incluidos en los SIGs deben
ser parámetros que se den en una ecuación, tales como radios de círculos,
distancias en general, etc.
Los puntos, las líneas y los polígonos son las unidades que contienen la
información, de manera más compleja que en el modelo raster. Al tratarse de
funciones tiene la ventaja de que su representación gráfica mantiene siempre
el mismo tamaño del trazo, ya que este no tiene magnitud. Es decir, si se
aumenta un cuadrante con un "zoom", las líneas se mantendrán del mismo
grosor, mientras que en el raster se trataba de teselas que aumentarían de
tamaño.
Los elementos están representados por una función matemática y a su vez
mantienen un vínculo con una base de datos. En esta última, cada uno de
los elementos tendrá asignado los parámetros identificativos para su función
dentro de un registro. Estos parámetros suelen estar contenidos en campos,
como por ejemplo "perímetro" en el caso de los polígonos, "longitud" en el
caso de las líneas y, por supuesto, las coordenadas de los puntos que lo
constituyen o configuran.
En este modelo la unidad básica de representación gráfica es el punto. Una
línea estará determinada por un punto de origen y otro final, cada uno con
sus respectivas coordenadas. A su vez un polígono estará determinado por
varias líneas. En el argot de los SIGs se denominan nodos, arcos y polígonos
propiamente dichos. Estos elementos representados por registros pueden
añadir a los campos contenidos otros atributos, tanto nominales como
numéricos, aunque en algunos SIGs vectoriales se mantienen los atributos
en diferentes bases de datos. Cada elemento llevará una etiqueta que lo
vincula a su correspondiente registro dentro de la base de datos y por lo tanto
le asigna los atributos que se hayan incluido. De esta forma se consigue
llevar hasta su máxima consecuencia la definición de un SIG como una
herramienta que aplica la operatividad de una base datos a la representación
cartográfica de sus registros, pero que además toda modificación en su
componente gráfica va a tener a su vez su efecto correspondiente en la base
de datos.
Así, por ejemplo, este modelo de SIG permite la edición de archivos DBF de
manera gráfica y matemáticamente asociada a su lugar geográfico, esto es
"georreferenciada" incluyendo todas las posibilidades de reordenación,
clasificación y condicionamientos que se pueden aplicar en la base de datos.
La mayor ventaja estriba en la posibilidad de asignar varios atributos a un
mismo elemento dentro de una misma cobertura, e incluso la posibilidad de
asociar varios temas dentro de cada una.
Dentro de los modelos vectoriales se distinguen los modelos "spaghetti" y los
modelos topológicos. Los modelos "spaghetti" son los más simples y se
limitan a identificar sus elementos según las coordenadas. Las fronteras
comunes entre polígonos están duplicadas, es decir están digitalizadas dos
veces, una por cada polígono que la comparte, siendo la única forma de
mantenerlos como unidades independientes. El resultado es una trama de
líneas que, en el caso de los polígonos adyacentes, da lugar a la
representación de líneas dobles entrecruzadas, mostrando similitud al
entramado de espaguetis, de ahí el nombre. Esta circunstancia aleja al
sistema de la precisión necesaria para representar la realidad.
La inclusión de topología como factor de identificación de los elementos evita
esos inconvenientes. El modelo topológico tiene en cuenta, además de su
localización por coordenadas, las relaciones con los elementos adyacentes.
Esta relación topológica se mantiene aunque se altere la forma y la extensión
de los elementos, lo que significa una gran ventaja a la hora de manipular los
datos.
Estos modelos presentan ventajas sobre los raster a la hora de analizar redes
y realizar análisis de contigüidad y conectividad. La superposición de
coberturas vectoriales tiene también más posibilidades de análisis, ya que se
mantienen las formas y los elementos de las coberturas, mientras que la
superposición de coberturas en los modelos raster se limita a la operación de
matrices que recrean nuevas coberturas. Sin embargo, como se apuntó
anteriormente, los modelos raster se acoplan mejor al tratamiento de
imágenes satélites.
No parece clara la imposición de un modelo sobre otro, ya que como se ha
venido indicando, las ventajas intrínsecas de cada uno lo hacen
indispensables y favorables para determinadas áreas de estudio y sus
correspondientes líneas metodológicas. De hecho los SIGs, tanto vectoriales
como raster, tienen herramientas de conversión para tratar las coberturas
con las diferentes posibilidades de cada uno de los modelos. En la
vectorización, las áreas que contienen las mismas celdas son convertidas a
polígonos con sus atributos. Del mismo modo, al rasterizar una imagen
vectorial, cada celda contenida en un polígono estará representada por un
mismo valor correspondiente a un atributo. Por supuesto, en esta conversión
se debe tener en cuenta las limitaciones que presentan ambos sistemas y
preparar previamente las coberturas. No se crea información al convertir,
más bien se puede perder si no se tiene en cuenta esas limitaciones. La
conversión, en esencia, sólo sirve para facilitar las labores de análisis de
datos. (Lopez, Posaca, & Moreno, 1998)
ÁMBITO TERRITORIAL

METODOLOGÍA
ANTECEDENTES
Trabajo de Identificación de los cambios y su influencia ambiental (Sector Pucallpa)
(Águila, 2010) – ISBN: Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú -
Impreso en el Perú

“Aplicación del Sistema de Información Geográfica (SIG) en el modelamiento del río


Ucayali”

Autor(es):
Néstor Montalvo Arquíñigo
Carlos Peñaherrera del Águila

Objetivos:

Objetivo General:

- Desarrollar un modelo SIG para delimitar las áreas de influencia de los


cambios del río, así como los bajiales y las tahuampas, con la finalidad de
ubicar los lugares críticos. Ello servirá para un mejor conocimiento de la
variación de las aguas y así planificar el uso, las ocupaciones y el
desarrollo sostenido y ambiental del área.

Objetivos Específicos:

- Elaborar los mapas digitales y la base de datos georreferenciada:


litoestratigráfica, unidades geomorfológicas, cobertura vegetal, centros
urbanos y centros poblados rurales.
- Representar e identificar los cambios del curso del río Ucayali en un mapa
digital y su base de datos georreferenciada, así como su impacto
ambiental.
- Determinar las áreas de peligros, su representación en el mapa digital y
la base de datos georreferenciada.
- Identificar las zonas de riesgo a las que están expuestas los centros
urbanos y las poblaciones rurales en un mapa digital y la base de datos
georreferenciada.
- Presentar las recomendaciones para una propuesta de ordenamiento
ambiental.
Conclusiones:

- Se zonificó el área de 108,377.75 hectáreas, y se obtuvo como resultado


1.
- el Mapa de Peligros. En él se identificaron cuatro áreas: Peligro Muy Alto,
20.39%; Peligro alto, 57.41%; Peligro Medio, 14.42% y Peligro Bajo,
7.78%. El río Ucayali se desplaza en sentido noroeste y noreste, en una
superficie 2.
- de pendiente inferior a 1° en el área deforestada, orillares recientes y de
depósito fluvial y aluvial Qh-al3. Viene socavando al depósito aluvial
Qhal2 y ocasionando daños en las periferias de la ciudad de Pucallpa.
- Al interceptar los cauces principales del río Ucayali, observamos los
tramos que no han variado, como son la zona del lago Pucalpillo y San
Juan. Esto debido a que se ubican en una posición más alta y porque allí
se encuentran unas formaciones geológicas antiguas, como lo son el
Ipururo y Ucayali, respectivamente.
- Se identificaron las zonas de riesgos que existen en el área mediante
lasuperposición de los mapas de peligro, de los cambios del cauce del río
y la localización de los centros urbanos y rurales. También comprobamos
la desaparición de los centros poblados a causa de las inundaciones y la
variación del curso del río. Entre esos poblados están San Isidro,
Pucalpillo, San Pedro, Independencia, Nuevo San Juan, Juan Velasco,
California, Ega, Nueva Luz, Nueva Betania, Santa Rosa de Masisea y los
barrios marginales de la zona urbana de Pucallpa como Barrio Iquitos,
Malecón Grau, Malvinas.

CONAMA 2014. Congreso Nacional del Medio Ambiente (Gomis, 2014) –


Universidad Católica San Antonio de Murcia

“Determinación mediante la aplicación de técnicas SIG, del impacto ambiental


generado por actividades antrópicas, en dos zonas contiguas del parque regional de
Carrascoy ‐ el valle (Murcia)”

Autor(es):

José Antonio Vera Gomis


Pedro Martínez Baños
Objetivos:

- Determinar mediante la aplicación de técnicas SIG de análisis


geomorfológico y teledetección, el impacto ambiental de la actividad
humana sobre dos parcelas contiguas ubicadas en el entorno del Parque
Regional de Carrascoy - El Valle (T.M. Murcia).

Conclusiones:

- Las curvas de frecuencia de los modelos digitales del terreno (MDT) han
permitido caracterizar la orografía de las zonas de estudio (1y 2), dejando
claro que la zona 2 es mucho más abrupta que la 1, y que en la zona 1 se
refleja la modificación antrópica del terreno como consecuencia de
determinados usos.

- El análisis visual del modelo sombreado de la superficie de ambas zonas, ha


puesto de manifiesto que en la zona 1 aparece un abancalamiento en la parte
norte, que supone una grave alteración geomorfológica permanente en el
tiempo. Al contrario que en la zona 2, donde apenas se aprecian
prácticamente alteraciones sobre el terreno natural.

- El análisis visual del mapa de pendientes nos permite afirmar que en la zona
1, la mayor parte de las superficies de baja pendiente, se corresponden con
áreas relacionadas con la actividad humana, tanto agrícola como urbanística.
Además, se observa que una gran parte de este territorio presenta patrones
geométricos claros, por lo que no se corresponden con zonas naturales cuyo
patrón formal es siempre mucho más aleatorio, como sucede en la mayor
parte de la zona 2.

- El análisis visual del mapa de curvaturas refleja la formación de patrones


lineales en las áreas urbanizadas y agrícolas de la zona 1, que no se
presentan en las áreas naturales de la zona 2, donde la estructura territorial
es mucho más natural, ya que la mayor parte ella está ocupada por una
sucesión de crestas y valles que se suceden de forma continua en toda la
superficie.

- El Análisis de la evolución de los índices de vegetación (NDVI’) para las 8


imágenes estudiadas, desde el año 1984 al 2010, muestra siempre valores
más altos en la zona 2 que en la zona 1. Ello es debido a que el menor
impacto ambiental antrópico ha conllevado una mayor presencia y desarrollo
de la vegetación, y del ecosistema terrestre en su conjunto.
- Igualmente queda demostrado que el hecho de abandonar zonas de cultivo
hace que su calidad de vegetación disminuya y que su capacidad de
recuperación sea muy baja, hecho acentuado por las condiciones climáticas
y de pendientes de la zona. En las áreas naturales la vegetación se ha
desarrollado sujeta a las condiciones meteorológicas de cada ciclo vegetativo
y puesto que no ha sufrido deterioros debidos a alteraciones humanas,
plagas o incendios su evolución en la zona 2 ha sido claramente positiva.

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