El Caleuche Wiki
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El Caleuche, (del mapudungun kalewtun, "transformar, trocar" y che, "gente": "gente
transformada"), tambi�n llamado Buque de Arte, Barcoiche, Buque Fantasma o Barco de
los Brujos, es un legendario barco fantasma de la mitolog�a de Chilo� en el sur de
Chile.
�ndice
1 Origen de la leyenda y versiones
1.1 Barco maldito de marinos y pescadores esclavos
1.2 Barco m�gico de transporte de los Brujos de Chilo�
1.3 Barco m�gico de contrabando
1.4 Ser m�gico consciente
2 El Caleuche en el arte y la cultura popular
3 V�ase tambi�n
4 Bibliograf�a & referencias
Origen de la leyenda y versiones
La leyenda del Caleuche se relaciona con muchos aspectos de la historia y de las
creencias del Archipi�lago de Chilo�.
El Caleuche puede desaparecer y adoptar las formas que desea para no ser visto y
los marinos pueden transformarse en lobos o cahueles (delfines). Otra cualidad es
la extraordinaria velocidad que alcanza. Para observarlo y no ser visto hay que
ponerse una champa en la boca, porque lo primero que ellos sienten es el aliento.
Tambi�n hay algunos �rboles tras de los cuales uno se puede ocultar para no ser
llevado por el Caleuche, entre ellos el maqui y el tique. La gente tiene el temor
de ser llevada por el Buque de Arte, as� que nunca est� de m�s tomar precauciones.
Muchos piensan que los marinos de este barco llevan una pierna pegada al espinazo,
igual que el invunche, sin embargo, otros los describen como personas muy bien
presentadas, con ropas especiales y al saludarlos uno aprieta una mano muy fr�a. En
general son correctos en su trato y con ayuda de sus colaboradores del mar recogen
a los n�ufragos. Algunos piensan que su puerto final es la Ciudad de los C�sares,
lugar maravilloso enclavado en alg�n punto de la Cordillera de Los Andes y donde
sus residentes viven eternamente. Al navegar hay que hacerlo con respeto
recomiendan los marinos chilotes, no se debe ni cantar, ni silbar, ni armar
desorden esto enoja a El Caleuche y quiz�s qu� resultado puede acarrear.
Entre las varias hip�tesis que se han propuesto en el origen de la leyenda, se
sugiere que puede ser una readaptaci�n de la leyenda europea del barco fantasma
conocido como �el holand�s errante. Tambi�n se ha sostenido que se bas� en hechos
reales, tales como la desaparici�n del barco holand�s �El Calanche� o en las
desapariciones misteriosas de expediciones espa�olas al Estrecho de Magallanes.
Otra posibilidad es que la leyenda tenga como fundamento la llegada al archipi�lago
de buques corsarios holandeses, entre ellos, el dirigido por Baltazar de Cordes,
una expedici�n que en 1600 captur� la isla por un breve periodo. Otra
interpretaci�n sostiene que originalmente fue solo una invenci�n para ocultar
operaciones de contrabando en el archipi�lago de Chilo�.
Hay quienes igualmente relacionan su origen con el fen�meno de los osnis (�objetos
sumergibles no identificados�).
Cuando una persona en Chilo� acumulaba r�pidamente fortuna, se rumoreaba entre sus
vecinos que era porque manten�a relaciones con tripulantes del Caleuche o con los
brujos. Estas historias se acrecentaron durante los d�as que siguieron al terremoto
de 1960 porque algunas de esas casas no fueron tocadas por los incendios que
arrasaron el puerto de Castro. En esa misma d�cada, la �poca del Puerto Libre, se
contaba que cerca de las casas de comerciantes pr�speros del archipi�lago de
Chilo�, en muchas noches se o�an ruidos de cadenas como si un barco estuviera
fondeando; se explicaba que era el Caleuche que estaba desembarcando furtivamente
en la playa cuantiosas mercader�as o tesoros, aunque muchos no cre�an esta
explicaci�n sobrenatural y prefer�an buscar la causa en contrabandistas terrenales.
Esta historia tuvo tal difusi�n, que incluso hasta hoy en d�a se sospecha cuando un
comerciante recientemente exitoso, ha recibido poco tiempo antes la noticia del
naufragio de una embarcaci�n que llevaba a bordo a uno de sus familiares. La raz�n
es que se dice que su familiar se halla a salvo y seguro a bordo del Caleuche y/o
que se ha hecho un trato con los brujos.
Se dice que tantas riquezas se deben a que las personas que est�n a bordo del
Caleuche, en los viajes que realizar�a este m�gico barco, ser�an llevadas a visitar
ciudades fant�sticas que se encuentran instaladas en el fondo del mar; y que adem�s
se les revelar�an las ubicaciones de los grandes tesoros ocultos en el mar; y que
su tripulaci�n conoce el camino hasta la Ciudad de los C�sares. De esta forma los
brujos les permitir�an gozar de una peque�a porci�n de estos tesoros, y si est�
vivo tambi�n regresar a su hogar; pero con la amenazante condici�n de que tienen
que hacer alg�n tipo de trato con ellos y que deben mantener esos secretos hasta la
muerte. Si no se respeta el trato, se expondr�an a ser severamente castigo
Se dice que al poco tiempo de su transformaci�n; tuvo por pareja a una loba marina.
El Caleuche era feliz con su pareja, con la cual nadaba transformado en un gran
lobo marino; pero un d�a esta fue muerta cruelmente por unos pescadores en la Isla
Tenglo, frente a Puerto Montt. Al enterarse de la muerte de su amada, el Caleuche
muy enojado habr�a jurado vengarse de todo ser humano vivo. Se dice que por este
motivo, habr�a mandado a Puerto Montt grandes males; tales como algunas erupciones
del volc�n Calbuco, unos incendios que consumieron propiedades e incluso el robo de
la mujer m�s bonita del puerto. Igualmente Este hecho habr�a sido la raz�n de su
juramento de atraer a todos los marineros y pescadores que encuentra, para hacerlos
esclavos de su tripulaci�n, y la raz�n de que adem�s habr�a aceptado ayudar a los
brujos de Chilo�, transport�ndolos; pero a pesar de todo esto igualmente debe
seguir cumpliendo el mandato sagrado del Millalobo.
Adem�s de atraer a los marineros para hacerlos esclavos, se dice que �l tiene la
capacidad m�gica de castigar a aquellos que lo miran y que no puede lograr atrapar;
usando su poder para deformar al infortunado que lo ve sin permiso, al girarle la
cara hacia la espalda y dej�ndole la boca torcida, o d�ndole una muerte o una
locura repentina. As�, se dice que la persona que quiera mirar al Caleuche y no
sufrir el m�gico castigo, debe procurar que el buque y sus tripulantes no se den
cuenta de su osad�a.