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Desnutrición Infantil

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Desnutrición Infantil

El término desnutrición hace referencia a un estado patológico ocasionado por la falta de


ingestión o absorción de nutrientes. de acuerdo con la gravedad del cuadro, dicha
enfermedad puede ser dividida en primer, segundo y hasta tercer grado.
La nutrición, un derecho fundamental.
La Convención sobre los Derechos del Niño establece el derecho de todos los niños a un
nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. En su
Artículo 6, establece que los Estados garantizarán en la máxima medida posible la
supervivencia y el desarrollo del niño. Por otra parte, en el año 2000, 189 países
acordaron, en el marco de las Naciones Unidas, los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM). Se trata de 8 objetivos desglosados en metas concretas y medibles que deben
alcanzarse en 2015, con la finalidad de acabar con la pobreza y el hambre e impulsar el
desarrollo humano. A pesar de ello, la desnutrición sigue siendo una de las principales
amenazas para la supervivencia, la salud, el crecimiento y el desarrollo de las capacidades
de millones de niños, así como para el progreso de sus países. La base del desarrollo
humano implica tener cubiertas las necesidades básicas para sobrevivir, como se indica
en la pirámide de la Teoría de la Motivación, de Maslow.
Son muchos los factores que provocan que la desnutrición siga siendo una amenaza para
la supervivencia y el desarrollo de cientos de millones de personas: la falta de una
atención suficiente, el hecho de que con frecuencia resulte invisible, el alza en el precio
de los alimentos básicos, los conflictos que originan desplazamientos masivos de
población, la sequía, la ausencia de un enfoque de equidad y el círculo de la pobreza,
entre otros.
Las causas de la desnutrición infantil.
La desnutrición infantil es el resultado de la ingesta insuficiente de alimentos (en cantidad
y calidad), la falta de una atención adecuada y la aparición de enfermedades infecciosas.
Detrás de estas causas inmediatas, hay otras subyacentes como son la falta de acceso a
los alimentos, la falta de atención sanitaria, la utilización de sistemas de agua y
saneamiento insalubres, y las prácticas deficientes de cuidado y alimentación. En el
origen de todo ello están las causas básicas que incluyen factores sociales, económicos y
políticos como la pobreza, la desigualdad o una escasa educación de las madres.

Desnutrición: las causas

 La desnutrición es un problema de salud complejo que puede deberse a diversas


carencias simultáneas de proteínas, energía y micronutrientes (estos últimos así
llamados por tratarse de elementos nutritivos que el organismo humano requiere
en cantidades minúsculas). En los niños, la desnutrición ocurre como
consecuencia del mal estado de salud combinado con una ingesta alimentaria
inadecuada. También son causas subyacentes de la desnutrición la carencia de
alimentos suficientes, los servicios inadecuados de atención de la salud, la falta
de agua potable y saneamiento ambiental y la atención materno infantil ineficaz.
 En 35 de los países más pobres, entre un 30 y un 50% de la población puede
carecer completamente de acceso a los servicios de salud.
 Más de 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua potable y unos 2.900
millones no tienen acceso a un servicio adecuado de saneamiento ambiental. A
ello se debe la propagación de las enfermedades infecciosas, como la diarrea
infantil, que es, a su vez, una de las causas principales de la desnutrición. Cada
año, la deshidratación diarreica se cobra las vidas de unos 2,2 millones de niños
menores de 5 años en los países en desarrollo.
 La atención inadecuada de las mujeres y los niños es una de las causas subyacentes
de la desnutrición, cuyas perniciosas ramificaciones sólo han sido comprendidas
recientemente. Las prácticas higiénicas en el hogar y en las zonas aledañas al
mismo, así como en el procesamiento de los alimentos, reduce el peligro de las
enfermedades. La atención comprende también toda forma de relación entre los
padres y los hijos que ayude a éstos en su desarrollo físico y emocional. Varios
estudios han demostrado que los niños desnutridos a quienes se brinda estímulo
verbal y cognoscitivo tienen tasas de crecimiento mayores que las de los niños
que no reciben esa atención.
 La discriminación de las mujeres y las niñas es un elemento importante de la
desnutrición. Se ha establecido que las altas tasas de desnutrición infantil y bajo
peso al nacer que se registran en gran parte de Asia meridional guardan relación
con factores tales como el escaso nivel de acceso de las mujeres a la educación y
su limitada participación en la fuerza laboral asalariada, en comparación con las
mujeres de otras regiones.
 La lactancia materna es la base de la buena nutrición de los lactantes, y el
amamantamiento inadecuado puede poner en peligro la salud y la nutrición del
niño, especialmente en las regiones donde el saneamiento y las condiciones
sanitarias son deficientes.
 En algunos países industrializados son motivo de preocupación las consecuencias
que las crecientes disparidades en materia de ingresos, complicadas por la
disminución de los servicios sociales, tienen en los niveles nutricionales de los
niños.
Consecuencias de la desnutrición

En cuanto a las consecuencias de desnutrición, durante la infancia y la edad preescolar se


asocian con retardo en el crecimiento y el desarrollo psicomotor, mayor riesgo de
morbilidad con efectos adversos a largo plazo, incluyendo disminución en la capacidad
de trabajo físico y en el desempeño intelectual en la edad escolar, la adolescencia y la
edad adulta, lo que repercute en la capacidad del individuo para generar ingresos.1 Y en
ocasiones, incrementa la propensión a enfermedades como obesidad, diabetes,
hipertensión, dislipidemias e incapacidades.2
Igualmente, la desnutrición durante los primeros años de vida, a través de sus efectos
adversos en el crecimiento durante la infancia de las mujeres, tiene efectos negativos en
el peso al nacer de la siguiente generación.3

El desarrollo del cerebro también puede verse afectado directa o indirectamente


como consecuencia de desnutrición infantil. La mayor susceptibilidad del sistema
nervioso para ser afectado por desnutrición abarca desde la mitad de la gestación hasta
los dos primeros años de vida, periodo en el cual, el cerebro alcanza un crecimiento
estimado en 1/7 parte durante el periodo prenatal y 6/7 partes durante el periodo posnatal.4

La desnutrición aguda puede ocasionar daño cerebral permanente en este lapso y con ello
producir retardo del crecimiento antropométrico, cognitivo, emocional y en las funciones
intelectuales por reducción del número y función de las células gliales, retardo en el
crecimiento de dendritas, alteración en la sinaptogénesis y defectos en la mielinización.5

Afortunadamente, la desnutrición infantil es prevenible y se pueden evitar diversas


complicaciones sí es identifica a tiempo.

Anemia
La anemia por deficiencia de hierro, junto con la desnutrición crónica, son los problemas
nutricionales de mayor prevalencia en el país.
La deficiencia de hierro inhibe la habilidad de regular la temperatura cuando hace frío y
altera la producción hormonal y el metabolismo, afectando a los neurotransmisores y las
hormonas tiroideas asociadas con las funciones musculares y neurológicas, reguladoras
de la temperatura.

La anemia afecta principalmente a mujeres embarazadas y a los niños menores de 2 años,


en estos últimos, los daños ocasionados por anemia son irreversibles, aún después de
tratamiento. Los niños que presentan anemia en los primeros años de vida sufrirán retardo
en el desarrollo psicomotor, y cuando lleguen a la edad escolar su habilidad vocal y su
coordinación motora habrá disminuido significativamente.

Tipos de desnutrición infantil.


Se estima que cerca de uno de cada cuatro niños menores de 5 años tiene un peso inferior
al normal para su edad. El bajo peso se puede relacionar tanto con desnutrición crónica
como con aguda.
Se calcula que 7,6 millones de niños menores de 5 años mueren cada año. Una tercera
parte de estas muertes está relacionada con la desnutrición.4 El índice de desnutrición se
determina mediante la observación directa, que permite identificar niños demasiado
delgados o con las piernas hinchadas; y midiendo la talla, el peso, el perímetro del brazo
y conociendo la edad del niño, que se comparan con unos estándares de referencia.
La desnutrición se manifiesta en el niño de diversas formas:
● Es más pequeño de lo que le corresponde para su edad.
● Pesa poco para su altura.
● Pesa menos de lo que le corresponde para su edad.
Cada una de estas manifestaciones está relacionada con un tipo específico de carencias.
La altura refleja carencias nutricionales durante un tiempo prolongado, mientras que el
peso es un indicador de carencias agudas. De ahí las distintas categorías de desnutrición.
Desnutrición crónica.
Un niño que sufre desnutrición crónica presenta un retraso en su crecimiento. Se mide
comparando la talla del niño con el estándar recomendado para su edad. Indica una
carencia de los nutrientes necesarios durante un tiempo prolongado, por lo que aumenta
el riesgo de que contraiga enfermedades y afecta al desarrollo físico e intelectual del niño.
La desnutrición crónica, siendo un problema de mayor magnitud en cuanto al número de
niños afectados, es a veces invisible y recibe menor atención. El retraso en el crecimiento
puede comenzar antes de nacer, cuando el niño aún está en el útero de su madre.
Si no se actúa durante el embarazo y antes de que el niño cumpla los 2 años, las
consecuencias son irreversibles y se harán sentir durante el resto su vida.
Desnutrición aguda moderada.
Un niño con desnutrición aguda moderada pesa menos de lo que le corresponde con
relación a su altura. Se mide también por el perímetro del brazo, que está por debajo del
estándar de referencia.
Requiere un tratamiento inmediato para prevenir que empeore.
Desnutrición aguda grave o severa.
Es la forma de desnutrición más grave. El niño tiene un peso muy por debajo del estándar
de referencia para su altura. Se mide también por el perímetro del brazo. Altera todos los
procesos vitales del niño y conlleva un alto riesgo de mortalidad. El riesgo de muerte para
un niño con desnutrición aguda grave es 9 veces superior que para un niño en condiciones
normales.
Requiere atención médica urgente.
Carencia de vitaminas y minerales.
La desnutrición debida a la falta de vitaminas y minerales (micronutrientes) se puede
manifestar de múltiples maneras. La fatiga, la reducción de la capacidad de aprendizaje o
de inmunidad son sólo algunas de ellas.
Vitaminas y minerales esenciales.
Una nutrición adecuada tiene que incluir las vitaminas y minerales esenciales que necesita
el organismo. Sus carencias están muy extendidas y son causa de distintas enfermedades.
Mostramos a continuación algunos ejemplos de intervenciones en las que se suministran
vitaminas y minerales esenciales a las poblaciones afectadas por su carencia.
Vitamina A.
Un niño que carece de esta vitamina es más propenso a las infecciones, que serán más
graves y aumentarán el riesgo de mortalidad. Su falta aumenta el riesgo de ceguera.
También produce daños en la piel, la boca, el estómago y el sistema respiratorio. La
administración de vitamina A reduce el riesgo de mortalidad por sarampión. Se estima
que, en poblaciones con deficiencia de esta vitamina, su administración puede reducir la
mortalidad infantil por sarampión en un 50%, y la mortalidad por diarrea en un 40%.
El riesgo de mortalidad infantil puede reducirse en un 23%. Las intervenciones en las que
se basan estas cifras incluyeron el enriquecimiento de alimentos y la administración de
suplementos orales.
Hierro y ácido fólico.
La deficiencia de hierro afecta a cerca del 25% de la población mundial. La falta de hierro
puede causar anemia y reduce la capacidad mental y física. Durante el embarazo se asocia
al nacimiento de bebés con bajo peso, partos prematuros, mortalidad materna y
mortalidad fetal. La deficiencia de hierro durante la infancia reduce la capacidad de
aprendizaje y el desarrollo motor, así como el crecimiento; también daña el sistema de
defensa contra las infecciones. En los adultos disminuye la capacidad de trabajo.
La mayor parte de las personas que sufre carencia de hierro son mujeres y niños en edad
preescolar. La proporción más elevada de niños en edad preescolar con anemia se
encuentra en África (68%). En un estudio realizado en Indonesia, se constata que la
productividad laboral se incrementó en un 30% después de la administración de hierro a
trabajadores con deficiencia de este mineral.5 En cuanto al ácido fólico, es fundamental
durante el embarazo, previene la anemia y las malformaciones congénitas, y fortalece el
sistema inmunológico.
Yodo.
El yodo es fundamental para el buen funcionamiento del metabolismo. La deficiencia de
yodo en una mujer embarazada puede tener efectos adversos sobre el desarrollo
neurológico del feto, causando una disminución de sus funciones cognitivas. La
deficiencia de yodo, la principal causa mundial de daño cerebral que se puede prevenir,
provoca daños en el sistema nervioso. Puede alterar la habilidad de caminar de los niños,
así como la audición y el desarrollo de capacidades intelectuales. Los niños que crecen
con carencia de yodo tienen un coeficiente intelectual al menos 10 puntos inferior al de
otros niños. En las regiones donde son frecuentes estos casos, el impacto sobre la
economía es significativo. La deficiencia de yodo produce también un elevado número
de muertes.
Un círculo vicioso.
La desnutrición actúa como un círculo vicioso: las mujeres desnutridas tienen bebés con
un peso inferior al adecuado, lo que aumenta las posibilidades de desnutrición en las
siguientes generaciones. En los países en desarrollo, nacen cada año unos 19 millones de
niños con bajo peso (menos de 2.500 gramos).
La desnutrición, al afectar a la capacidad intelectual y cognitiva del niño, disminuye su
rendimiento escolar y el aprendizaje de habilidades para la vida. Limita, por tanto, la
capacidad del niño de convertirse en un adulto que pueda contribuir, a través de su
evolución humana y profesional, al progreso de su comunidad y de su país. Cuando la
desnutrición se perpetúa de generación en generación, se convierte en un serio obstáculo
para el desarrollo y su sostenibilidad.
Se estima que los niños que están viviendo la crisis del Cuerno de África y que sufren
desnutrición crónica, pueden llegar a perder 2 ó 3 años de curso escolar y tener un 23%
menos de ingresos en la vida adulta, lo cual se reflejaría en una reducción del 3% en el
PIB a escala nacional.
Actuaciones para prevenir la desnutrición infantil.
En la actualidad está identificado el periodo fundamental para prevenir la desnutrición
del niño: el embarazo y los dos primeros años de vida. Es el periodo que se conoce como
los 1.000 días críticos para la vida. En esta etapa es cuando se produce el desarrollo básico
del niño, por lo que la falta de una alimentación y atención adecuadas produce daños
físicos y cognitivos irreversibles que afectarán a la salud y al desarrollo intelectual del
niño para el resto de su vida.
En estos 1.000 días hay cuatro etapas que requieren actuaciones diferentes:
● Embarazo
● Nacimiento
● De 0 a 6 meses
● De 6 a 24 meses
Durante estas etapas, las intervenciones de UNICEF se agrupan en cuatro grandes
categorías:
● Acciones de prevención
● Cambios en el entorno socio-cultural
● Tratamiento de la desnutrición
● Otros tratamientos y actuaciones
Prevención
● Aporte de vitaminas y minerales esenciales: hierro, ácido fólico, vitamina A, zinc y
yodo.
● Fomento de la lactancia temprana (en la primera hora).
● Fomento de la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de edad.
● Fomento de una alimentación complementaria adecuada a partir de los 6 meses y
continuación de la lactancia.
● Peso de los recién nacidos.
● Medición de peso y altura, y detección de casos de desnutrición aguda.
● Promoción del consumo de sal yodada.
La lactancia materna temprana y exclusiva en los primeros meses de vida
proporciona todos los nutrientes necesarios para los niños, estimula su sistema
inmunológico y les protege de enfermedades mortales.
Cambios en el entorno socio-cultural.
● Formación y acciones para prevenir los embarazos precoces.
● Acciones para proteger los derechos de las mujeres y niñas.
● Fomento del uso de alimentos locales, hábitos de alimentación saludables y
sensibilización a la comunidad sobre la necesidad de hacer controles de crecimiento.
● Promoción de hábitos de higiene, como el lavado de manos, para reducir el riesgo de
diarrea y otras enfermedades.
● Creación de instalaciones adecuadas de agua y saneamiento, y formación para su
mantenimiento.
● Acciones para lograr una atención sanitaria adecuada y formación de personal sanitario
y comunitario.
● Acciones para lograr una educación de calidad para todos que capacite para prevenir y
abordar las consecuencias de la desnutrición.
● Medidas para reducir las consecuencias negativas del cambio climático sobre la
disponibilidad de alimentos.
Promover prácticas de higiene como el lavado de manos es una de las formas más eficaces
y económicas de prevenir la diarrea y otras enfermedades infecciosas. Un estudio
realizado en Nepal demostró que cuando las mujeres que dan a luz y las personas que las
atienden se lavan las manos la tasa de supervivencia de los recién nacidos aumenta hasta
un 44%. Además, el lavado de manos puede reducir la incidencia de la diarrea entre
menores de 5 años hasta un 45%8, y de graves infecciones respiratorias hasta un 23%.
Tratamiento de la desnutrición aguda.
● Alimentos terapéuticos listos para usar
● Leche terapéutica
Tradicionalmente, la respuesta ante la desnutrición aguda grave consistía en ingresar a
los niños afectados en hospitales o centros de tratamiento especializado, donde se les
sometía a regímenes alimenticios de base láctea. A pesar de su eficacia, resultaba costoso
y el acceso de los niños a los centros era limitado. La alternativa más reciente son los
alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF, por sus siglas en inglés), que se pueden
tomar en el hogar. No requieren refrigeración, no hay que añadirles agua para su consumo
y gracias al aislamiento de su envoltorio se pueden utilizar, aunque las condiciones
higiénicas no sean óptimas. Su uso se ha extendido en los últimos cuatro años y se calcula
que tres de cada cuatro niños con desnutrición aguda grave se pueden recuperar en sus
hogares con este preparado. Los alimentos terapéuticos tienen un alto valor energético,
son de consistencia blanda o triturable y aptos para niños mayores de seis meses. La
tecnología para producirlos es relativamente simple y ya existen fábricas en algunos
países de África. Los niños menores de seis meses reciben leche terapéutica, que también
se utiliza de forma complementaria en niños mayores de esa edad.
Otros tratamientos y actuaciones relacionados con la desnutrición.
● Tratamiento de la ceguera nocturna.
● Tratamiento de la diarrea con sales de rehidratación oral y suplementos de zinc.
● Tratamiento para eliminar los parásitos.
● Acciones para reducir la incidencia y transmisión de VIH/SIDA. Tratamiento y
atención de necesidades nutricionales específicas.
● Acciones para reducir la incidencia de las enfermedades infecciosas, como la malaria.
● Intervenciones en situaciones de emergencia: distribución de alimentos, tratamiento de
la desnutrición aguda y asistencia sanitaria.
La malaria tiene un enorme impacto sobre el estado nutricional de los niños y de las
mujeres embarazadas. Una actuación eficaz para reducir su transmisión es el uso de
mosquiteras impregnadas con insecticida. Su utilización puede reducir la mortalidad
infantil en cerca del 20%.
Principales ejes de actuación.
● Visibilizar y priorizar la desnutrición crónica y sus causas.
● Reforzar el trabajo en prevención y sensibilización.
● Aumentar los recursos económicos destinados desde la cooperación internacional a la
prevención y lucha contra la desnutrición infantil.
● Desarrollar estrategias multisectoriales que abarquen todos los aspectos que inciden en
la desnutrición.
● Trabajar con un enfoque de equidad que permita alcanzar a las poblaciones más pobres
y vulnerables.
● Abordar las intervenciones esenciales durante los 1.000 días críticos para la vida (el
embarazo y los dos primeros años de vida del niño).
Otros aspectos clave.
Es necesario prestar atención a la seguridad alimentaria, mejorar la producción agraria y
poner en marcha programas de distribución de alimentos y mecanismos de protección
social. También es importante prevenir y tratar las enfermedades infecciosas, debido a su
estrecha relación con la desnutrición. Estas intervenciones incluyen, entre otras, la mejora
de la higiene y del lavado de manos, la inmunización, el saneamiento y el acceso al agua
potable. La educación de la mujer y su posición en la sociedad tienen una influencia muy
importante sobre la alimentación. Un estudio realizado en Pakistán reveló que la mayoría
de las madres de los recién nacidos con síntomas de desnutrición apenas habían recibido
educación. La introducción.
de alimentos complementarios para los lactantes a partir de los 6 meses de edad mejoró
cuando las madres recibieron formación.

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