Teología Del Camino
Teología Del Camino
Teología Del Camino
D
emos inicio a este tema, profundizando un poco sobre la palabra Camino, o
su término en griego – Odos (odoj). Al consultar, algunos diccionarios bíblicos,
nos podemos encontrar con varias etimologías, que nos permiten no solo
vislumbrar el significado de la palabra misma, sino, aquellos complementos que el término
como tal hace, con otras partículas.
Por ejemplo:
Método: Palabra del griego, que significa, el camino a seguir. Proveniente de Meta (meta):
más allá, después. Y de la palabra odos (odoj) camino. Es decir, camino seguro para llegar
más allá.
Éxodo: (exodoj) formada por Ex = fuera (ex) y odos (odoj) = camino, o sea, un “viaje hacia
fuera”. Esta palabra de manera figurada, hace referencia a la emigración de un pueblo, y
si la revisamos desde su significación bíblica, se refiere, a la emigración del Pueblo de
Dios, hacia la tierra prometida, bajo la guía de Moisés.
Pero, si revisáramos la palabra, sin las partículas que puede llegar a complementar,
conservaría a menudo, el sentido literal de un camino, carretera o sendero físico, tal y
como lo conocemos actualmente, y que existe o ha sido construido para seguirlo o
recorrerlo.
Con un poco más de frecuencia, dentro de algunos relatos, se refiere a la vida del hombre,
o su comportamiento religioso y moral, que puede ser bueno o malo dependiendo de los
casos; así mismo encontramos en textos del Antiguo Testamento, la expresión "los caminos
del Señor" para indicar el camino como una acción de Dios y sus planes sobre el hombre,
que a menudo son misteriosos y desconcertantes.
Es así como, el camino hacia la excelencia, hacia lo que es agradable a Dios, incluso el
mismo Jesús, se convierte en camino, obviamente para el caso de los textos del Nuevo
Testamento. El Evangelio de Lucas, incluirá una sección de relevancia, que inicia desde el
capítulo 9 versículo 57, sobre el camino, incluyendo a los discípulos en este recorrido que
hará Jesús.
Para Lucas, este es un tema primordial en su teología, por eso también lo incluye en el
libro de Hechos de los Apóstoles, donde el énfasis de este camino, estará en torno a la
vida de la comunidad cristiana, como parte fundamental de su cotidianidad.
S
egún Lucas, el Dios de los cristianos es el Creador, del que habla la Escritura, y el
Redentor de Israel. Desde toda la eternidad lleva a cabo su designio de salvación, al
que su pueblo se opone una y otra vez. La obra de Jesús es el intento último y
definitivo del Dios misericordioso por hacerse con Israel y llegar a los paganos. Todo lo
que realizó el Mesías Jesús como Hijo, Señor, Salvador, Maestro y médico, se realizó a la
vez para el pueblo de Dios y para todas las naciones.
Como en tiempos del evangelista las sinagogas se habían cerrado al evangelio de los
cristianos, la misión pone en adelante sus esperanzas de éxito en el mundo pagano (cf.
Hch 28, 28). El mensaje cristiano es universal y, para Lucas está exento de todo
particularismo (Hch 10, 34 – 35)
1
Información adaptada de Bovon, F. El Evangelio Según San Lucas. Editorial Sígueme.
Aunque los cristianos provienen de todos los pueblos no se someten a la letra de la ley,
particularmente en sus prescripciones rituales, no reniegan sin embargo de la herencia de
Israel. Al contrario, pretenden ser los intérpretes legítimos de la Escritura. Porque la
Escritura, inspirada por el Espíritu Santo, se comprende hoy según la voluntad del Señor
Jesús y la ayuda del mismo Espíritu Santo. Está por tanto en armonía con el mensaje
cristiano. Pablo respira el mismo aire que Isaías. Por eso, el gozo y el triunfo son las
dominantes de la interpretación cristológica de la Escritura (Hch 15, 14 – 15; 28, 25)
Sin ser el solitario genial que habría inventado la historia de la salvación para sustituir a
la impaciente espera apocalíptica, Lucas intenta – como la mayor parte de sus
contemporáneos cristianos – explicar el problema del retraso de la parusía sin esperar en
adelante la parusía, con paciencia y lucidez. Tiene que desaparecer cualquier otra forma
de esperanza limitada a un solo pueblo. El acento principal se pone, no ya en la salvación
venidera, sino en la salvación ya realizada, en la venida, la pasión, la resurrección, y la
ascensión de Jesús, que alimentan nuestro presente. Para algunos autores, Lucas no
distingue tres periodos en la historia de la salvación, como suele creerse (el tiempo de la
promesa, el tiempo de Jesús como centro del tiempo y el tiempo de la Iglesia), sino
solamente dos: el tiempo de la promesa y el tiempo del cumplimiento, que se divide a su
vez en dos: el tiempo de Jesús y el tiempo de los testigos; y éste igualmente en dos: el
tiempo de los testigos oculares, y de la generación presente 1,4. En cada paso de un
tiempo al otros, Dios envía algunas personan que aseguran la continuidad, lo cual es
particularmente explícito en la persona de Juan Bautista.
4. Cuarta etapa del Camino: Lc 18, 31 – 19, 44: Están subiendo a Jerusalén,
mencionada dos veces, durante esta etapa los apóstoles, no entienden muy bien
los acontecimientos que se están dando durante esta etapa.
El camino, por tanto, no es sólo la mención de una serie de lugares geográficos, o una
palabra sin mayor relevancia, para tener en cuenta en medio del relato lucano. Es un
momento pleno para el desarrollo del recorrido de Jesús.
Un camino, que se construye con la compañía de otros que han aceptado su llamado, aquel
llamado de seguimiento, que solo puede ser escuchado desde el corazón. Es un camino
incluyente, donde toda la humanidad tiene cabida, aquellos que habían sido excluidos de
la sociedad, aquellos pequeños que no eran incluidos, son los destinatarios del mensaje
de Salvación expresado por Jesús a través de su camino, aquí aparecen los rostros de las
mujeres, las viudas, los leprosos, los niños, los enfermos.
Es un Jesús que mira, que reconoce el dolor, que identifica, pero lo más importante, que
se aproxima, que no pasa de largo, toca, siente, vive y transforma, es la misericordia
misma que el camino se hace vida en su persona y en cada uno de los que tiene contacto
con él.
Un camino que como el que recorrió Jesús, estará lleno de altibajos, de etapas difíciles,
de personas que encontraremos necesitadas de ese mensaje de salvación. Un camino que
no solo se refiere a los demás, sino en el encuentro con Jesús, con aquel que está presto
a socorrernos en nuestra vida. Y es así como nosotros mismos también seremos camino
para otros.
Vamos desde esos paisajes hermosos y placidos en Galilea, cruzando por desiertos y
tempestades, llegando a la hermosa ciudad de Jerusalén, allí donde Jesús vence la
muerte, allí donde está la vida, donde está el significado real. La plenitud, el encuentro
con el Padre, y donde descubriremos el verdadero y único rostro de Jesús, el Hijo, el
amado, aquel que cumplió la voluntad del Padre, que fue agradable a los ojos de Dios.
Nos ha construido un itinerario de vida, que ahora solo debemos recorrer de la mano de
Jesús, de su misericordia, de su justicia infinita. Un camino, donde somos justos y
misericordiosos como lo es Él, donde somos testimonios vivos de su amor, testimonios
donde no solo esta nuestra palabra sino cada una de las acciones que podemos
transparentar en nuestra vida, y en la vida de quienes a nuestro lado están, construyendo
camino de vida.