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El Nuevo Orden Mundial de La Información y Comunicación
El Nuevo Orden Mundial de La Información y Comunicación
El Nuevo Orden Mundial de La Información y Comunicación
La iniciativa fue lanzada en el inicio de los años 1970 por el Movimiento de Países No
Alineados y recibió apoyo de la Unesco. En 1980, una comisión de esta organización
estudió los problemas de la Comunicación en el mundo y produjo un documento — el
Informe MacBride — en el cual propuso cambios para redistribuir y balancear los flujos
de información entre países ricos y subdesarollados. Sin embargo, la fuerte oposición
por parte de las organizaciones privadas de medios, a partir de entonces, acabó
relegando el proyecto al olvido. En las décadas siguientes, la Unesco prácticamente ha
sustituido la NOMIC en su agenda política por otros temas, como la democratización de
la comunicación, la sociedad de la información y la inclusión digital.
Informe MacBride
La batalla se perdió. La UNESCO abandonó este debate y dio por buena la idea de que
los flujos transfronterizos de información eran una necesidad que venía impuesta por el
mercado internacional y por la propia realidad mundial. En definitiva, se admitió que
podía aceptarse una especie de «darwinismo» en el campo de la comunicación. Vencían
aquellos que habían logrado constituir grupos emisores dominantes: ellos habían
conquistado el derecho a emitir y, por tanto, había que aceptar esa realidad corno ley de
vida. El NOMIC desapareció de las reflexiones; y nadie volvió a hablar durante la
década de los ochenta del problema del desequilibrio Norte-Sur.