Fases Del Proceso Educativo
Fases Del Proceso Educativo
Fases Del Proceso Educativo
Una de las tareas del educador es la integración del programa, a las bases filosóficas y
socioculturales de la educación y a la plataforma política del país, a través del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Para lograr esta integración y por razones éticas y económicas, la labor docente debe
planearse, a fin de que, como exponen Robert M. Gagné y Leslie J. Briggs, cada uno de los
participantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje se aproxime a las metas de empleo
óptimo de sus capacidades, disfrutando de su vida e integrándose a su medio físico y social.
El planeamiento didáctico consiste en barruntar los diversos aspectos que se van a considerar
en la situación educativa, y seleccionar anticipadamente los recursos didácticos que se
utilizarán para el logro de los objetivos. Representa, dice Imídeo G. Nérici, el trabajo
reflexivo del educador previo a su acción y a la de sus alumnos, con el objeto de hacer más
eficiente la enseñanza.
CONDUCCIÓN
La conducción del proceso de enseñanza-aprendizaje es todo un arte y consiste en la
orientación que el educador da a las actividades y recursos, que realizan y emplean los
alumnos.
EVALUACION
Evaluar es una de las funciones básicas del quehacer docente. Manuel Fermín declara que
este proceso es sistemático, continuo e integral, y está destinado a determinar hasta qué punto
se lograron los objetivos.
Para obtener información adecuada y lograr una evaluación eficiente, indica Manuel Fermín,
el educador debe utilizar tres procedimientos:
-Tareas a cargo de los alumnos;
- Observaciones; y,
. Pruebas diversas.
RELACIONES INTERPERSONALES
En el quehacer docente el educador y los alumnos son Componentes principales y, por lo
tanto, las relaciones mutuas que se dan entre ambas partes constituyen un campo de
interacciones sociales constantes, un elemento de primordial importancia para determinar el
aprendizaje. Antes que los conocimientos que suministra la asignatura, manifiesta O. A.
Oeser, el interés por la materia está sostenido por las interacciones educador-alumnos porque
ellas constituyen una conversación de ida y vuelta, en la que tanto el educador como los
alumnos intervienen para organizar, hablar, pensar y aprender.
Las interacciones educador-alumnos pueden promoverse o acortarse de acuerdo con ciertos
factores principales. Para Charles T. Christine y Dorothy V. Christine estos factores son:
dimensión del grupo, observaciones y conducta no verbal del educador y conducta de los
alumnos.
En otro sentido, si además el educador logra que los alumnos se acerquen a los conocimientos
que le proporciona su asignatura con un sentimiento de libertad, dice O. A. Oeser, aprenderán
mejor y se verán más flexibles. Pero si los alumnos únicamente aceptan formulaciones sobre
la base de la autoridad y las integran con el resto de sus conocimientos, sin reflexionar sobres
los puntos en cuestión, tienden a aprenderlas de memoria y olvidarlas con la misma facilidad
que las aceptaron. El aprendizaje también será mediocre si los temas no son interesantes para
los estudiantes.