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Historia Del Arteterapia 3

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Tecnicatura Superior en

Arteterapia

Módulo 3

Historia del Arteterapia


Historia del uso de la expresividad o el arte en la psicoterapia
Las primeras búsquedas de la relación del arte y la psiquiatría se remontan
a los fines del siglo pasado. En 1876, Max Simon, médico psiquiatra,
publicó búsquedas sobre manifestaciones artísticas de enfermos mentales
e hizo una clasificación de las patologías siguiendo esas producciones
artísticas.
En 1888, Lombroso, abogado criminalista, hace análisis psicopatológicos
de los dibujos de los enfermos mentales para clarificar las enfermedades.
Entonces ambos tenían percibido la intensa producción de símbolos
sexuales de los diversos trabajos producidos por esas personas, Lombroso
no rechazó la idea y el interés para el campo de estudio, continuando a
creer en el valor diagnóstico de su aplicación.
Otros autores europeos, dentro de los cuales, Morselli en 1894, Julio
Dantas en 1900 y Fursac en 1906 habían hecho estudio al respecto de
producciones y trabajos artísticos en enfermos psiquiátricos. En el final del
siglo XIX hasta el inicio del siglo XX, Ferri discípulo de Lombroso, Charcot y
Richet también estudiarán y se interesarán por las expresiones artísticas
de los enfermos mentales.
En 1906, Mohr comparó trabajos producidos por enfermos mentales,
personas normales y grandes artistas. A partir de sus observaciones
percibió la manifestación de historias de vida y conflictos personales.
Levantó la posibilidad de que los diseños fueran usados como test, para
estudiar los diversos aspectos de la personalidad.
Diversos autores del test (Rorschach, Murria, Szondi) se inspiran en estas
ideas de Mohr. Así como más tarde el pensamiento de ese autor,
influenció y determinó la concepción de los test de inteligencia y motores
(Bidet-Simon, Goodenough, Bender).

En el inicio del siglo, Prinzhorn estudió y publicó el primer trabajo de


comparación de dibujos de enfermos mentales y las diversas escuelas
artísticas, impresionistas, expresionistas, surrealistas, dadaístas, dibujos
de primitivistas, etc. Estudió las manifestaciones patológicas y también la
psicopatología de las expresiones artísticas en los normales. Su primer
trabajo data de 1910 y el segundo, más completo es publicado en 1922.
En este principio de siglo, Freud, se dedica a escribir sobre artistas y sus
obras, analizándolos debajo de la luz de la teoría del psicoanálisis
naciente, tornando así posible el análisis profundo de las manifestaciones
inconscientes por vía de la lectura de esas obras artísticas. Observa que lo
inconsciente se manifiesta por medio de imágenes, siendo una
comunicación simbólica con función catártica. Y también que esas
imágenes escapaban de la censura de la mente con más facilidad que las
palabras, pudiendo transmitir más directamente sus significados. El
estudio sobre la Gradita de Jensen data de 1906. Escribe “una memoria de
la infancia”, texto de la vida de Leonardo Da Vinci en 1906. Y en 1913,
escribe un trabajo del Moisés de Miguel Ángel.
Para Freud, la creación artística es producto de una función psíquica,
denominada sublimación. El psicoanálisis establece conexiones entre
libido y el impulso creador, este sería resultante de deseos sexuales y
agresivos sublimados, para la canalización de parte de energía psíquica
primaria e instintiva para una representación simbólica del objeto primevo
de satisfacción. De esta forma, el arte pasa a tener un valor como
observación terapéutica, como posible uso diagnóstico. Pero, para Freud
el vehículo principal para la conexión entre la imagen y lo real, es sobre
todo la palabra. Por intermedio de ésta en contacto con el otro se da
sentido para el universo caótico que la imagen simboliza. La represión
arcaica manifiesta sería transmutada por la verbalización (descripción,
asociaciones del paciente e interpretación del analista); y o analizando
poco a poco va adquiriendo conocimiento de su funcionamiento Psíquico.

En la década del 20, Jung comienza a usar arte como parte del
tratamiento. Pasa a pedir a sus pacientes que hicieran dibujos,
representaciones de imágenes de sueños y de situaciones conflictivas, etc.
Esas son consideradas por él una simbolización del inconsciente individual
o, muchas veces del inconsciente colectivo, decurrente de la cultura
humana en las diversas civilizaciones. Él observa símbolos y estudia
diversas culturas y mitologías reuniendo aspectos comunes. Creando el
concepto de arquetipo, fuente de alimentación del psiquismo del hombre
primitivo al moderno.
Para Jung la creatividad, es una función psíquica, de ahí el arte no es
apenas fruto de la sublimación de instintos sexuales y agresivos. Es
función natural de la mente humana y tiene función estructurante del
pensamiento. Puede, por lo tanto, ser usada como componente de “cura”
más allá de creatividad poder tener esa función en sí misma. Este proceso
natural se realiza por intermedio de símbolos presentes en los sueños, en
las fantasías y en las más diversas expresiones artísticas. Dando
continuación a sus búsquedas, Jung comenzó a usar técnicas de dibujos
libres, para facilitar la interacción verbal con el paciente. Esta aplicación
técnica es decurrente de su creencia en la posibilidad de que el hombre
pueda organizar su caos interior valiéndose del arte: pintura, escultura,
etc. También vio las otras expresiones humanas en la cultura la religión,
mitos, creencias, ciencia, como una forma del hombre de organizar los
datos ofrecidos por el mundo a su sistema perceptual. Alrededor de los
años 20 y 30 muchos trabajos fueron hechos teniendo como base el
pensar freudiano y o junguiano.

Las terapias expresivas y las artes en la actualidad


Las terapias expresivas y las artes terapias trascenderán los estudios
psiquiátricos y encuentran, hoy, aplicación cómo método terapéutico en
consultorios y e instituciones y organizaciones diversas. Trabajan con
pacientes individualmente y en grupo, así como en la atención de pares y
familia. Es utilizada con niños, adolescentes y adultos, en terapias
focalizadas, breves y de larga duración. También son utilizados sus
recursos en orientación profesional, vocacional, ocupacional,
reclutamiento, selección y entrenamiento, también como encuentran
amplio uso en prevención y educación.
Margaret Naumburg fue la primera en sistematizar el arte, en 1941.
Reconoce y coloca en práctica la propia observación de Freud, en “nuevas
lecciones introductorias del psicoanálisis”: según la historia de los
pacientes sería mas fácil, muchas veces, dibujar un sueño que contarlo.
Las imágenes vendrían antes que las palabras, por ser más directas y
enteras, completas. La autora comienza a desenvolver su trabajo y su
teoría a partir de sus concepciones educacionales y asociaciones libres en
trabajos realizados espontáneamente por sus pacientes. En principio el
contenido objetivado por el trabajo expresivo serviría como un espejo el
cual refleje informaciones y puede establecer un diálogo entre consciente
e inconsciente. Su trabajo es denominado arte terapia de orientación
dinámica.
En 1953, Hanna Yaka Kiatkowska en Mariland comienza a trabajar con
grupos y familias en arteterapia. En 1958, Edith Kramer, también pionera
del arte terapia, pasó a observar el comportamiento más allá del producto
final, no llevando tanto a consideración el trabajo de arte sin la necesidad
de verbalización. La función del arte terapeuta se transforma: de la
interpretación del producto para la comprensión del medio, del lenguaje
plástico. A partir de la aceptación del producto realizado y de la
comprensión de este proceso por parte del terapeuta, el paciente puede
tener una experiencia altamente significativa con la adquisición del
conocimiento de su funcionamiento psicológico. Así, Kramer introduce un
importante requisito para formación y calificación del arte terapeuta, el
cual precisaría también ser profesor de arte y artista.
Edith Kramer, viene de un “Background” bastante diferente de Margaret
Naumburg, nació en Viena, cerca de 25 años después de la última,
aproximadamente en 1915. Desciende de una familia ligada a diferentes
artes, siendo que algunos parientes y amigos también forman parte de
círculo de Freud. Desde pequeña, estuvo familiarizada con psicoanálisis y
sus ideas. Pintaba y dedicaba 4 meses por año de su vida profesional a la
pintura. Encontró en su propio arte la explicación de la contribución
especial del arte terapia para la psicoterapia. Su propio análisis fue hecho
en términos freudianos ortodoxos, recibiendo enorme influencia de la
psicología del ego, pero nunca se afilió a ninguna escuela que repudiase
las enseñanzas básicas de Freud.
Cuando Edith Kramer comenzó a trabajar en 1950, en la escuela de
Wilwych, situada en Nueva York, este campo era muy poco explorado, con
excepción del trabajo pionero de Margaret Naumburg. En los siete años
siguientes, Kramer desenvuelve sus métodos y considera ese tiempo,
junto a la escuela, fundamental para el perfeccionamiento de sus ideas
básicas en relación al intento de concebir el arte como instrumento
terapéutico. Trabajaba con niños emocionalmente perturbados,
conjugaba formas de trabajos verbales y visuales, consiguiendo una
comunicación muy creativa con niños provenientes de diferentes razas,
etnias, culturas y niveles sociales.

Para ella, el terapeuta especializado en métodos de terapia, debe poseer


las actitudes propias del artista, del profesor y del psicoterapeuta. Sigue
los presupuestos de la teoría psicoanalítica y acredita que el énfasis en el
trabajo está en la relación transferencial. Como Freud, ve el trabajo
artístico como producto de la sublimación y procura rehacer estos
caminos de aprendizaje y psico desenvolvimiento con niños que fueran
privados, en edades tempranas, de las experiencias que conducirían a la
sublimación. Siguiendo su comprensión de la teoría freudiana, Kramer
llama sublimación a cualquier proceso en el cual el impulso anti-social
primitivo es transformado en un acto socialmente productivo, de modo
que el place producido por el resultado de ese acto social sustituye, al
menos en parte, el placer que la gratificación del impulso original tendría
proporcionado.
La sublimación de esos de esos instintos a través de procesos creativos en
el arte es el fundamento del trabajo de Edith Kramer que defiende el uso
de la misma como instrumento terapéutico y preconiza la formación del
terapeuta de manera de capacitarlo a tener aptitudes de artista, profesor
y psicoterapeuta.
“El artista es una persona que aprendió a resolver mediante la creación
artística los conflictos establecidos por la oposición entre las demandas de
los impulsos y las demandas del superego”
A pesar de pensar de forma psicoanalítica, Kramer enfatiza mucho más el
hacer, el crear arte, la expresividad que el estudio y discusión del producto
listo, no valiéndose de la interpretación ni de lo expuesto verbalmente por
el paciente. Ni del trabajo realizado. Para ella, la comprensión del lenguaje
artístico se torna el objeto del “diálogo terapéutico”. Expandió el uso de la
noción de “insight” para el arte terapia. El terapeuta tiene como objetivo
el desenvolvimiento de los diversos aspectos de la personalidad
promoviendo y dando atención al proceso de hacer arte, sin la
obligatoriedad de la verbalización con el fin de explicar todos los aspectos
pertenecientes al producto realizado. Comparando esta visión y objetivo
de arteterapia con un trabajo de educación por el arte, se tiene que, en
este último, se ve lo aprendido de hacer arte. Este énfasis en el proceso y
no en el producto llevó más tarde a las críticas en su trabajo, el cual sería
considerado apenas como educación por el arte y no un trabajo de
arteterapia como fue defendido por Margaret Naumburg. Para ésta, sin
embargo, el producto del hacer artístico era objeto del “diálogo
terapéutico”, no necesita ser interpretado en lo verbal, dentro de
parámetros psicoanalíticos más ortodoxos. Entretanto, da importancia a la
comprensión y la interpretación del producto terminado.
Sobre esta cuestión, Edith Kramer mantiene su posición, usa un
referencial teórico psicoanalítico sin practicar la interpretación y defiende
su trabajo como terapéutico (arte terapia) resaltando que toda relación
interpersonal positiva se establece sobre una modificación de actitud, y
esto es realizado por su trabajo. Afirma que la lectura psicoanalítica en
cuestión puede y debe ser entendida por el terapeuta y trabajada en
términos actitudinales, o sea, promoviendo el desenvolvimiento de los
trabajos expresivos sin hacerse interpretaciones verbales de los mismos.
Pasó cada vez más a creer en la cualidad curativa del proceso creativo, y
por lo tanto las artes a través de los tiempos, han contribuido para que el
hombre pueda equilibrar el eterno conflicto entre las necesidades
instintivas individuales y los requerimientos de la sociedad, por cuanto los
conflictos del ego y la identificación no pueden ser permanentemente
reconciliados. Parece que las dos autoras nunca podrán llegar a un
consenso de lo que sería el arte terapia y cual era y cual era el trabajo de
una y otra.

Algunos seguidores del pensamiento general de Kramer no concuerdan


con su visión del arte como terapia y su aplicación como una terapia
complementaria que puede ser mantenida como forma de tratamiento
autónomo. En 1972, Francoise Dolto hace un trabajo integrado de
psicoanálisis y pediatría con niños. Escucha, mira, observa gestos, mímica,
lapsos, etc. Para esta autora, por los dibujos, se entra en el ámago de la
afectividad. En cuanto al niño, usa imágenes y palabras para expresarse, el
terapeuta también se vale de un lenguaje simbólico para hablar al
inconsciente. Este trabajo también es considerado importante para el
desarrollo y maduración motora, así como del razonamiento, más allá del
crecimiento afectivo.
En 1973, Jaine Rhyne aplica principios de la teoría de la Gestalt terapia al
trabajo con arte. “The Gestalt Arte Experience” describe sus experiencias y
desenvolvimientos de sus pacientes por intermedio de la aplicación de sus
técnicas de hacer arte. Enfatiza la atención en la vivencia del presente, la
atención total al momento, el darse cuenta del hacer consciente y el
reaprender a confiar en los datos de la experiencia personal.
Esta autora cree en la posibilidad de que el arte ayuda a recuperar estas
características, cuando son deficientes, así como a desarrollarlos. Dentro
de los principios de la Gestalt terapia propone experimentos de contacto
con sus conflictos. Al expresarlos, tiene la posibilidad de reorganizar las
propias percepciones, viendo un mejor equilibrio e la personalidad.

En 1974, Natalie Rogers, hija de Carl Rogers, dirigiendo grupos de


encuentro con el padre, desarrolla un trabajo denominado de “Conexión
creativa”. Aplica los principios de la teoría “centrada en la persona” a su
trabajo de terapia expresiva, proponiendo la utilización de varias artes:
pintura, modelado, expresión corporal, teatro, danza, música, poesía,
mímica. Las observaciones del terapeuta siguen las normas de conducta
de abordaje rogeriana. De esta forma, no practica la interpretación como
es la comprendida psicoanalíticamente, pero procura facilitar la
verbalización y la comprensión del propio paciente.

Extraído de Liomar Quinto de Andrade.


Curso básico de Antroposofía
Apuntes arteterapia Gestáltica y Juniana
Educación por el arte

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