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Clemente Velez, AH

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FACULTAD DE MEDICINA UAEM CLEMENTE VELEZ JOSE LUIS

GASTROENTEROLOGÍA 18 DE NOVIEMBRE DEL 2019

ABCESOS HEPATICOS
El absceso hepático es un proceso focal supurativo, poco habitual, de mortalidad moderada (2-
12 %). Los agentes patógenos responsables pertenecen principalmente a dos grupos, bacterias
y parásitos (Entamoeba histolytica), y dan lugar a dos tipos de abscesos hepáticos: piógenos y
amebianos, respectivamente.

La incidencia del absceso hepático piógeno (AHP) es de 2,3 casos por 105 habitantes/año. Los
AHP ocurren sobre todo en diabéticos, pacientes con trasplante de hígado o tumores malignos,
o en situaciones de inmunodepresión. La frecuencia de los abscesos hepáticos amebianos
(AHA) es de 0,1 casos por 105 habitantes/año.

Las manifestaciones clínicas dependen de su mecanismo patogénico. La sintomatología clásica


de los AHP consiste en fiebre con escalofríos y dolor en hipocondrio derecho con o sin
hepatomegalia, de aparición subaguda, presente en el 40 % de los pacientes. El dolor
abdominal alto se observa solo en la mitad de los enfermos. La ictericia se asocia a la
existencia de patología biliar concomitante. El AHA se caracteriza por dolor abdominal (70-100
% de los casos), fiebre (70-100 %) y diarrea con o sin sangre (30-50 %). A veces, el absceso
amebiano cursa sólo con fiebre

En los pacientes con AHP, los datos de laboratorio (leucocitosis, fosfatasa alcalina y bilirrubina
elevadas) son anodinos y propios de una infección bacteriana sistémica. Los enfermos con AHA
requieren pruebas serológicas (anticuerpos frente a E. histolytica) y otras, basadas en la
reacción en cadena de la polimerasa, que detectan el ADN amebiano. El diagnóstico de los
abscesos hepáticos se establece mediante pruebas de imagen (ECO, TAC, RM) que permiten
visualizar la morfología y topografía de las lesiones, realizar punción-aspiración para el estudio
microbiológico y, también, drenaje percutáneo como alternativa a la cirugía.
El tratamiento de elección de los AHP (cobertura antibiótica de instauración temprana
asociada a drenaje percutáneo) proporciona la curación de la mayoría de los pacientes, con
una tasa de complicaciones del 4 al 11 %. La terapia antibiótica se hará de acuerdo con el foco
infeccioso inicial (conocido o supuesto) y los gérmenes habituales responsables. La colocación
de un catéter para drenar el absceso se hace por vía percutánea, guiada por radiología. El
drenaje quirúrgico (cirugía abierta) se lleva a cabo si fracasa el percutáneo, existen
contraindicaciones (trastornos de coagulación, ascitis, abscesos múltiples de tamaño pequeño
y riesgo de dañar una estructura vital), enfermedades asociadas subsidiarias de cirugía o en los
abscesos que muestran ruptura o hemorragia. El abordaje por vía laparoscópica es una
alternativa a la cirugía convencional. El tratamiento de los AHA consiste en la administración
de amebicidas lo antes posible. El drenaje percutáneo guiado se practica únicamente en los de
gran tamaño (> 8 cm), en los localizados en el lóbulo izquierdo y cuando no hay respuesta al
tratamiento médico o existe fallo hepático concomitante. El drenaje quirúrgico se realiza si
fracasa el percutáneo o surgen complicaciones.

Referencias.
http://scielo.isciii.es/pdf/diges/v106n5/paciente.pdf

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