1 Corintios Cap. 2

Iglesia evangélica de la Fe
Escuela Bíblica con Propósito

Clase de Panorama Bíblico 1 de Corintios 2 -3:9
v. 1,2 Pablo continúa hablando de la diferencia de la sabiduría humana y el evangelio
v. 3 Pablo predica con debilidad personal y corporal (2 Cor 10:10; 12:7, 9; Gál 4:13). Y
temblor (Fil 2:12). No miedo personal, sino una ansiedad temblorosa por efectuar un deber;
y de hacerlo a conciencia y bien para agradar a su señor. El temor que nos hace depender de
Dios por que sabemos que nuestra capacidad humana no es suficiente. Como su manera de
predicar no fue con excelencia de presentación para impresionar y convencer a la gente,
tampoco lo fue su presentación personal, para impresionar con arrogancia y orgullo, como
lo haría cualquier filósofo, al contrario, los corintios que obedecieron a Cristo no lo
hicieron en base a la persona fotogénica de Pablo. 2Co_10:10. Como hombre humilde
Pablo pensaba en lo insuficiente que era en sí mismo (2Co_3:5), Pocos saben el temor y el
temblor de los ministros fieles por el profundo sentido de su propia debilidad. Ellos saben
cuán insuficientes son, y temen por sí mismos.
4. Demostración del Espíritu y de poder se refiere no solamente al hecho de que la

predicación de Pablo estuvo acompañada de prodigios y milagros (2Co_12:12), sino
también al poder transformador del Espíritu sobre las vidas de los corintios en el momento
de su conversión. Lejos de experimentar una conversión intelectual debida a la sabiduría
humana, ellos recibieron el mismo Espíritu, que hizo patente su presencia por medio de
diferentes dones espirituales, incluyendo el hablar en lenguas. Pablo les informa que esta fe
no se origina ni se fundamenta en la sabiduría humana. Si la fe tuviera un origen humano,
fracasaría y desaparecería completamente. La fe descansa más bien sobre el poder de Dios.
V.5
v. 6 -8 Pablo afirma que la sabiduría que desea compartir con los corintios también
requiere cierta madurez de parte de ellos, Es decir, hacía falta crecimiento espiritual en el
conocimiento y entendimiento de las cosas rebeladas por Dios para poder captar el sentido
de la revelación divina. "sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta" era su
ofrecimiento de salvación a todos. Originalmente desconocido para la humanidad, La
palabra misterio , en el NT, no significa algo difícil de comprender, sino denota una verdad
escondida en la mente de Dios, hasta que él decide revelarla.
v. 9 todas las bendiciones que reciben los creyentes como resultado de la salvación. El
misterio que estuvo oculto, el plan de salvación, que trae como bendiciones la regeneración,
la justificación, el perdón, la vida eterna, el cielo, la paz, el gozo, las riquezas de su gracia,
el sacerdocio, cielo nuevo, tierra nueva, reinar con Cristo, etc. Todo lo que nos revela la
sabiduría divina que Dios.
10 - 13 pero este conocimiento fue revelado por el Espíritu Santo, no es sabiduría humana.
El Espíritu Santo es nuestro maestro. El Espíritu responde al espíritu, no a la mente. El E. S.
interpreta las cosas espirituales a la gente espiritual, necesitamos entenderlo espiritualmente
14-16 Los que no son cristianos no pueden entender a Dios, y no pueden captar el concepto
de que el Espíritu de Dios vive en los creyentes. existe una gran diferencia entre el hombre
natural, que no conoce a Dios ni tiene su espíritu, en contraste con el hombre Espiritual, el
natural no tiene la capacidad de comprender cosas espirituales, pues estas son enseñadas
por el Espíritu Santo a los que tienen una mente espiritual, la mente de Cristo. El Espíritu
Santo capacita sobrenaturalmente al creyente para comprender las cosas profundas de Dios,
no así el hombre natural que no tiene su espíritu, por lo cual no puede entender y para ellos,
las cosas que Dios ha preparado son locura.
El contexto habla de misterios y cosas profundas para lo cual se requiere un grado de
crecimiento espiritual para poder comprenderla y la ayuda del espíritu Santo. Los cristianos
son capacitados por la Palabra y el Espíritu para conocer los pensamientos de su Señor. Los
creyentes maduros, tienen la mente de Cristo; es decir, ellos tienen al Espíritu de Cristo
para entender las cosas del Espíritu. Y piensan como Dios piensa y a la manera de Dios.
3.1-3 Pablo llama a los corintios niños en la vida cristiana, porque aún no eran
espiritualmente saludables y maduros. La prueba era que se peleaban como niños,
permitiendo que las divisiones los distrajeran. Los cristianos inmaduros son "carnales",
controlados por sus propios deseos; quiere decir dominados por la carne. Para Pablo la
carne es la naturaleza humana separada de Dios, esa parte de la persona, tanto mental
como física, que nos impulsa al pecado. Así es que el fallo que Pablo les encuentra es que
dejan que su naturaleza carnal domine todas sus actitudes y acciones. Nuestra conducta
revela nuestra espiritualidad o carnalidad, ellos tenían, contiendas y divisiones, lo cual es
una obra de la carne. Gálatas 5:16-25 Pablo no se refiere a conocimiento, se refiere a la
madurez que se observa por la conducta. El cristiano carnal es aquel que ha creído, pero
todavía está dominado por los deseos y pensamientos pecaminosos que controlan su vida,
decisiones y acciones. Sin embargo los creyentes maduros y espirituales, están a tono con
los deseos de Dios, hacen su voluntad y viven para agradarle, pues han sometido su carne
al deseo del Espiritu.
3 4-9 Pablo plantó la semilla del mensaje del evangelio en los corazones de las personas.
Fue pionero en la misión, trajo el mensaje de salvación. El papel de Apolos fue regar:
ayudar a los creyentes a crecer más fuertes en la fe. Pablo fundó la iglesia en Corinto y
Apolos la construyó sobre dicho fundamento. Pero ninguno es nada, solo son
colaboradores de Dios, pero la obra de crecimiento y la gloria es de Dios.
la idea de la igualdad entre los obreros cristianos. Si bien antes Pablo había dicho (v. 7) que
ni él ni Apolos eran “nada”, ahora confirma que los dos son iguales en su labor en pro del
evangelio. Este concepto debe hablar poderosamente a los obreros
cristianos para que sepan que no existe ninguna jerarquía entre los siervos. Todos en
calidad de diaconoi (siervos) tienen igual valor ante Dios. Lo que vale no es el puesto que
uno ocupe sino la labor efectuada.
No debe haber competencia, ni orgullo, cada ministro es colaborador y compañero, cada

uno hace su labor según sus dones y nadie es superior, sino siervos del mismo Dios y a
cada uno según su labor Dios le dará su recompensa. Nuestros líderes, ciertamente, deben
ser respetados, pero nunca debemos colocarlos en pedestales que creen barreras entre las
personas o levantarlos como sustitutos de Cristo.

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