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Despojaos Del Viejo Hombre

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Despojaos del viejo hombre: ¿qué significa esto?

Los viejos pecados tienen largas sombras......„Incluso las sombras


tienen sombras“....¡Qué sombras somos, y qué sombras
perseguimos!“
„En la vejez la sabiduria es para nosotros un cómodo refugio; y si no la
plantamos de jóvenes, no nos dará sombra cuando seamos viejos.“
„Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser
viejo.“
„El pecado de la soberbia se encuentra solamente en querer herir a
otras personas innecesariamente. Todos los demás pecados son
disparatados inventos.“
„El pecado más grande, después del pecado, es la publicación del
pecado.“
„¿Quién es usted para condenar el pecado de otro? El que condena el
pecado se convierte en parte de él, lo abraza.“
„Yo no busco la redención de las consecuencias de mi pecado. Yo
quiero ser redimido del pecado en sí, o mejor dicho, incluso del
pensamiento mismo del pecado. Hasta que alcance ese fin, me sentiré
satisfecho de sentirme angustiado.“
„Hay una relación muy estrecha entre el pecado y la enfermedad.
¿Cuántos saben que su enfermedad es un resultado directo del
pecado? Yo espero que nadie que esté viviendo en pecado venga
para que le ore. Pero si obedeces a Dios y te arrepientes de tu pecado
y lo dejas de hacer, Dios llegará a ti, y ni tu enfermedad ni tu pecado
se quedarán. “La oración salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y
si hubiere cometido pecados le serán perdonados.“
¿Cuándo el apóstol Pablo escribió acerca de que nuestro “viejo
hombre” fue crucificado, a que se refería? Y ¿qué impacto tienen esas
palabras para un cristiano en la actualidad?
El apóstol Pablo escribió que “que nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin
de que no sirvamos más al pecado” (Romanos 6:6). Él también habló
acerca de “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Colosenses
3:5). ¿Qué significaba eso? ¿Estaba en un estado depresivo
simplemente por todas las constantes amenazas de muerte que
enfrentaba? ¿Era masoquista? ¿O estaba tratando de enseñar
lecciones espirituales importantes para todos los cristianos?
El resultado final del pecado
Si vamos a analizar este tema, deberíamos considerar algo más que
Pablo escribió: “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos
6:23). ¡Pablo sabía que la paga o lo que ganábamos cuando
pecábamos (que significa trasgresión de la ley —1 Juan 3:4) es la
muerte! Pero Pablo se arrepintió y sus pecados del pasado le fueron
perdonados. Sin embargo, aunque Pablo fue perdonado y convertido,
él seguía luchando contra el pecado.
Podemos pensar que después de nuestro arrepentimiento inicial y
conversión, no habrá necesidad de arrepentirse porque ya habremos
sido justificados del pecado por la sangre de Jesucristo.
Pero veamos lo que el apóstol Juan escribió acerca de un verdadero
cristiano: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le
hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros” (1 Juan
1:8-10).
Afortunadamente, cuando pecamos después del bautismo, podemos ir
ante Dios en arrepentimiento y confesar nuestro pecado. También
debemos continuar el proceso de arrepentimiento, (Lea más acerca de
este proceso que se debe estar desarrollando en “El arrepentimiento
de obras muertas” y “¿Qué es conversión?”.) Entonces siempre
debemos estar en una actitud de arrepentimiento.
En esta oración que Jesucristo utilizó como ejemplo, incluyó la
necesidad de pedirle a Dios que nos perdone (Mateo 6:12).
A la luz de este entendimiento, Pablo utilizó una frase que ningún otro
escritor del Nuevo testamento usó para describir la necesidad de tener
una actitud de arrepentimiento y de estar vigilantes en contra del
pecado.
Pablo se estaba despojando al viejo hombre
En el libro de Efesios, Pablo también abordó el tema del “viejo
hombre”. “Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad
le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad
que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos
del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”
(Efesios 4:20-24).
La palabra despojaos en este versículo, significa esencialmente
“alejar” o “renunciar a”. Pablo estaba enseñando a los miembros a
alejar su viejo hombre —la forma natural egoísta y pecadora en que
pensamos y actuamos en este mundo de maldad. Nuestro viejo
hombre es engañoso (Jeremías 17:9), incluso nos puede convencer
de que no necesitamos cambiar o que el camino de Dios es muy duro.
Se opone naturalmente a Dios y sus leyes (Romanos 8:7). Nuestro
viejo hombre produce lo que Pablo llama en Gálatas 5:19-21: “las
obras de la carne”, incluye adulterio, iras, celos, envidias y
borracheras.
En Efesios 4:25-32 Pablo explica cómo podemos despojarnos del
viejo hombre y nos dice que debemos ir en dirección contraria de la
que hemos llevado hasta el momento. Ésta es una descripción de lo
que es el verdadero arrepentimiento.
Veamos otra carta de las de Pablo para ver dónde habla de esta
“muerte”. Él escribió en Colosenses 3:2-3: “Poned la mira en las
cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra
vida está escondida con Cristo en Dios”.
Cuando nos bautizamos, esto representa la muerte espiritual del “viejo
hombre” (ver Romanos 6:3-4). Pero esa “muerte” es un proceso a lo
largo de toda la vida para cada uno de nosotros. (Para más acerca de
este tema, lea “¿Qué representan los símbolos del bautismo?”.)
Pablo continúa esta idea en Colosenses 3:4-5: “Cuando Cristo,
vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría”.
Haced morir lo terrenal en vosotros
Lo que Pablo quiere decir es que una vez estamos “muertos al
pecado” tenemos que continuar en un proceso de “hacer morir” las
cosas que pueden volver debido a nuestra naturaleza carnal. Otras
traducciones dicen “den muerte a los miembros que están sobre la
Tierra”. ¿Qué quería decir Pablo cuando hizo esta afirmación?
Mortificar La mortificación de la carne es un acto por el cual un
individuo o grupo busca mortificar, o poner a la muerte, su naturaleza
pecaminosa, como parte del proceso de santificación. En el
cristianismo, las formas comunes de mortificación que se practican
hasta el día incluyen el ayuno, la abstinencia y el arrodillado piadoso.
Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir;
pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Colosenses 3:5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro
cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las
pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
Mateo 5:29-30 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y
écha{lo} de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros,
y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha
te es ocasión de pecar, córtala y écha{la} de ti; porque te es mejor que
se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al
infierno.
Gálatas 5:24 Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la
carne con sus pasiones y deseos.
Gálatas 6:14 Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz
de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado
para mí y yo para el mundo.
1 Pedro 2:11 Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos, que
os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma.
Romanos 6:6-7 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado con {El}, para que nuestro cuerpo de pecado fuera
destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el
que ha muerto, ha sido libertado del pecado.
Efesios 4:22-23 que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os
despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos
engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente,
Gálatas 2:20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que
vive, sino que Cristo vive en mí; y la {vida} que ahora vivo en la carne,
la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
“Mortifiquen por tanto sus miembros —ya que ustedes están
muertos al pecado y al mundo, y habrán de aparecer con Cristo en las
glorias de su Reino, somete toda propensión carnal y maligna de tu
naturaleza. La palabra ‘mortificar’ significa hacer morir (nota de
Romanos 8:13 (porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si
por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis) y Gálatas
5:24 (Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. )) y el significado acá era que ellos debían
someter totalmente la Inclinación maligna, para que así no quedara
ningún remanente de vida; eso quiere decir que no estaban viviendo
de ninguna manera para complacerlos. Aquí la palabra ‘miembros’ se
refiere a los diferentes miembros del cuerpo humano —como el
asiento de los malos deseos y pasiones”.
Lo que Pablo decía era que una vez estábamos “muertos al pecado”
debíamos continuar “haciendo morir” las cosas que podían volver
debido a nuestra naturaleza carnal. Filipenses 3:12-15, 12 No que lo
haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si
logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una
cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio
del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. 15 Así que, todos
los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís,
esto también os lo revelará Dios.
¡Es una batalla de todos los días!
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo
hombre con sus hechos” (Colosenses 3:9). La Versión Estándar
Internacional dice: “Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han
quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios”. Quitarse el
ropaje de la vieja naturaleza o “mortificar las obras del cuerpo” toma
tiempo. Dios nos revela paulatinamente acerca de nosotros mismos,
mientras lo buscamos y le pedimos su guía y ayuda.
Pablo moría a diario porque constantemente estaba vigilando y
poniendo afuera el pecado y los “miembros” pecaminosos de su
naturaleza carnal.
Lo veamos Romanos 6:11-12: “Así también vosotros consideraos
muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor
nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo
que lo obedezcáis en sus concupiscencias”.
Vemos que aun décadas después de la conversión de Pablo, él seguía
peleando esa batalla para sobreponerse al pecado y la carnalidad 1
Timoteo 6:12. Él se daba cuenta que aunque él hubiera muerto al
pecado y hubiera entregado su vida a Dios como cristiano y como
siervo de Jesucristo, todavía tenía “miembros” de su naturaleza carnal
que debía hacer morir Gálatas 5:17 Porque el deseo de la carne es
contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se
oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis..
En Romanos 7:14-20 “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas
yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo;
pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo
que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera
que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el
querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien
que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no
quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí”.
¡Pablo admitió que todavía tenía que luchar contra el pecado!
Nosotros también tenemos que luchar contra el pecado.
¡Las buenas noticias!
¡Las buenas noticias son que mientras nos despojamos del viejo
hombre y hacemos morir sus obras pecaminosas, podemos
reemplazarlo con algo más! Colosenses 3:9-10 “No mintáis los unos
a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno”.
Una vez quitamos las obras, pensamientos y acciones del viejo
hombre, debemos “revestirnos” con el nuevo hombre. Pablo explica
que nosotros somos “renovados en conocimiento”. ¡Logramos esto por
medio del estudio y utilizando la Palabra de Dios para parecernos
cada vez más a Él! (Lea nuestro artículo acerca del valor del estudio
de la Biblia.)
Veamos estas alentadoras palabras en Romanos 6:5-11: “Porque si
fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así
también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que
nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si
morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo
que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la
muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al
pecado murió una vez por todas (1 Pedro 3:18); más en cuanto vive,
para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado,
pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Entonces, tal como el apóstol Pablo hizo, peleamos la batalla para
vencer el pecado y hacer morir el viejo hombre (1 Timoteo 6:12 Pelea
la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante
de muchos testigos.)
—todos los días. Las buenas noticias son que debemos revestirnos
del nuevo hombre (Efesios 4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad.). Estamos vivos
delante de Dios cuando empezamos a reemplazar el “viejo hombre”
con un nuevo estilo de vida. Ese estilo de vida solo puede venir por
medio del Espíritu Santo de Dios y Jesucristo viviendo en nosotros
(Efesios 4:24-32, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios
en la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la
mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos
miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se
ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que
hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es
bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea
buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes
sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. y Gálatas
2:20-21, 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe
del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No
desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces
por demás murió Cristo.).
Lea más acerca de cómo Dios nos puede ayudar en el proceso de
conversión en estos artículos relacionados:

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