Bertold Brecht
Bertold Brecht
Bertold Brecht
Bertolt Brecht
(1898 – 1956)
2
Llegué a las ciudades en tiempos conflictivos cuando
reinaba el hambre,
me mezclé entre los hombres en época turbulenta
y me rebelé con ellos.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3.
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en que nosotros nos hemos hundido,
acordaos también,
cuando habléis de nuestras flaquezas,
de los tiempos sombríos
de los que os habéis librado.
Cambiábamos más frecuentemente de país
que de zapatos,
a través de las guerras de clases, desesperados,
porque reinaba la injusticia y nadie se indignaba.
2.-
El bosque acoge a los excluidos. El hermoso cielo
brilla sobre los desesperados. Las barracas veraniegas
acogen gente sin techo. La gente se baña en el agua tibia.
No comen. La gente
que andaba por la calle continúa
su incesante búsqueda de trabajo.
No es el fin de la miseria. No hay mejoría.
Nada va bien. No ha llegado la hora.
El mundo no sigue su plan.
Es sólo una gota de agua en el océano.
3.-
¿Os contentaréis con el luminoso cielo?
¿No pensáis salir de las tibias aguas?
¿Os quedaréis en el bosque?
¿Estáis siendo engañados? ¿Sois consolados?
El mundo, con sus exigencias, os espera.
Necesita vuestro descontento, vuestras sugerencias.
El mundo os mira con un resto de esperanza.
Ha llegado la hora de no aguantarse más
como esas gotas de agua en el océano.
Canción de la fundación del
Banco Nacional de Depósitos
Sí, fundar un banco
a todos debe parecerles bien.
Si no se puede heredar fortuna,
es preciso sacarla de algún lugar.
Para ello, los depósitos bancarios son mejores
que la navaja o el revólver.
1
¿De qué sirve la bondad
si los buenos son liquidados inmediatamente,
o son liquidados aquellos para los que se ejercía la
bondad?
2
En vez de ser algo buenos, esforzaos
en construir un estado de cosas que haga posible la
bondad.
O mejor aún: que la torne superflua.
El analfabeto político
es tan asno que se enorgullece
y saca pecho diciendo
que odia la política.
No sabe el imbécil que
de su ignorancia política
nace la prostitución,
el niño abandonado, el atracador
y el peor de todos los bandidos:
el político delincuente,
canalla, corrupto
y lacayo de las empresas nacionales
y multinacionales.
El paro
2
Igual que el artista,
el gobierno también tiene poderes extraordinarios.
Sin que le digan nada,
lo sabe todo. Lo que hace
no lo ha aprendido. Nada hay que haya aprendido.
Su formación tiene defectos, sin embargo
es capaz, mágicamente,
de interferir en todo, decidirlo todo,
incluso lo que no comprende.
3
Un artista puede, como todos sabemos,
ser tonto y sin embargo
ser un gran artista. También en esto
el gobierno se parece al artista. Dicen de Rembrandt
que no habría pintado de otra manera,
aunque hubiera nacido
sin manos.
Lo mismo puede decirse del gobierno:
que no podría gobernar de otro modo
aunque hubiera nacido sin cabeza.
4
Sorprendente es en el artista
la virtud de la invención.
Cuando oímos al gobierno
explicando la situación, decimos:
¡Cómo inventa!
5
El artista casi manifiesta desprecio por la economía.
Es notorio cómo los gobernantes la desprecian.
Naturalmente
ellos tienen algunos ricos patronos.
Y como cualquier artista,
viven del dinero que les pagan.
Ellos tienen códigos y decretos
Ellos tienen códigos y decretos,
tienen prisiones y fortalezas
(¡sin contar sus reformatorios!),
tienen carceleros y jueces
que hacen lo que les mandan por treinta dineros.
Sin embargo,
ese mismo artículo no dice nada
cuando alguno se defiende porque le quitan el pan.
Muere pues quien no come,
y quien no come lo suficiente
muere lentamente. Y durante todos esos años
en que va muriendo,
no le permiten defenderse.
El retrete
1
Continuamente, los ministros explican al pueblo
lo difícil que resulta gobernar. Sin estadistas
el trigo crecería hacia abajo, en vez de hacia arriba.
Ni un pedazo de carbón saldría de las minas
si el gobernante no fuese tan inteligente.
Sin el ministro de Propaganda
ninguna mujer podría quedar embarazada.
Sin un ministro de la Guerra
jamás habría guerras. Y ¿se atrevería a salir el sol
sin la autorización del Führer?
Es poco probable; pero si lo hiciera,
aparecería sin duda por un lugar equivocado.
2.-
También es difícil, según dicen,
dirigir una fábrica. Sin un empresario
las paredes se desmoronarían y las máquinas se
oxidarían.
Si en algún lugar se hiciera un arado
nunca llegaría al campo sin
las explicaciones del industrial a los campesinos: ¿Quién
podría, pues, informarlos sobre los arados? ¿Y què
sería de la propiedad rural sin terratenientes?
Sin duda alguna, se sembraría el centeno
donde ya había patatas.
3
Si gobernar fuera fácil
no serían necesarios espíritus tan esclarecidos
como el del Führer.
Si el obrero supieran utilizar su máquina
y el agricultor supiese distinguir un campo de un molde
para hacer macarrones
no habría necesidad de patrones ni terratenientes.
Pero como la gente es tan estúpida,
preciso es que haya algunos con gran inteligencia.
1
¿Será la opresión tan antigua como el musgo de los lagos?
No es posible eliminar el musgo de los lagos.
¿Será tal vez natural todo lo que vemos
y estaría enfermo quien intentase remover lo inmóvil?
Leemos los cantos de los egipcios;
los hombres que construyeron las pirámides
se quejaban de su carga y preguntaban
cuándo terminaría la opresión.
De esto hace cuatro mil años.
Tal vez la opresión es, como el musgo, algo inevitable.
2
Si un niño se pone delante de un coche,
tiráis de él hacia la acera.
Mas el hombre bueno a quien erigen monumentos
no es así.
Cualquiera aparta a una criatura que se encuentra
delante de un vehículo.
Pero son muchos hoy quienes se hallan bajo el coche,
y otros tantos que pasan sin hacer nada.
¿Será por la gran cantidad de gente que sufre?
¿Tal vez no hay que ayudarlos por ser muchos?
También los buenos pasan por delante y continúan
siendo tan buenos como eran
antes de pasar.
3
Cuanto mayor es el número de los que sufren,
tanto más naturales parecen sus sufrimientos.
¿Quién trata de impedir que se mojen los peces del mar?
Incluso los mismos oprimidos participan de esa dureza
y dejan que reine entre ellos la falta de bondad.
Es terrible que el hombre se resigne tan fácilmente
con la injusticia existente, no solo con los males ajenos
sino también con los suyos propios.
Todos los que reflexionan
sobre lo mal que están las cosas,
rechazan apelar a la compasión de los unos por los otros.
Pero la compasión de los oprimidos por los oprimidos
es indispensable.
Ella es la esperanza del mundo.
La excepción y la regla
Incluso el diluvio
no duró eternamente.
Llegó un momento en que
las negras aguas descendieron.
Mi hermano es un conquistador.
Nuestro pueblo carece de espacio vital
y la conquista de nuevos territorios
es un viejo sueño para nosotros.
Es la víspera de la batalla.
Ha llegado el momento
de preparar nuestros cuadros.
Es el momento de estudiar
el plan de batalla.
Es la víspera de acabar
con nuestros enemigos.
O todos o ninguno
En tu consultorio
nos arrancan los harapos
y tú aplicas el oído a nuestros cuerpos desnudos.
Una mirada a los harapos te informaría mejor
sobre la causa de nuestra enfermedad. La misma causa
desgasta nuestros cuerpos y nuestras ropas.