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El Calco Lexico

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EL CALCO LÉXICO:

UNA FRUCTÍFERA VÍA DE ACCESO DE HELENISMOS AL ESPAÑOL

JOSÉ MARÍA LUCAS - ROSA PEDRERO

UNED. Madrid

1. ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES.


1.1. El campo de los helenismos en español ha sido trabajado con eficacia desde
dos posiciones y perspectivas. Del lado de los hispanistas, es de ley rendir homenaje una
vez más a la tarea lexicográfica de Joan Corominas, posteriormente complementada por
José Antonio Pascual: su Diccionario etimológico es la obra de referencia permanente1.
Por parte de los helenistas, el primer jalón importante lo debemos al siempre citado
trabajo de Fernández Galiano (1967: 51-77), que aportó la primera visión diacrónica del
proceso de asimilación de helenismos en el español. Bastantes años después han surgido
dos nuevos trabajos valiosos: Adrados (1999: 241-259) dedica un apartado de su
Historia de la lengua griega a describir "El griego en las lenguas europeas"; Bergua
(2004) hace un análisis fonológico y morfológico del paso de los términos griegos al
español, lo que supone el comienzo de un acercamiento ya mucho más pormenorizado
al fenómeno de los helenismos2. La labor de todos ellos nos ha llevado a que
progresivamente tengamos una visión cada vez más precisa del fondo real de
helenismos en la lengua española, tanto desde el punto de vista puramente lexical y
semántico como desde la perspectiva diacrónica de sus diversas vías de acceso.

1
Tampoco debemos pasar por alto la permanente atención a los helenismos del DRAE y del María
Moliner, así como de las grandes obras sobre la Historia de la Lengua Española. También nuestro
homenajeado dedicó algunas páginas a este campo del léxico español (Quilis, 1984).
2
No queremos olvidar aquí la tarea siempre meritoria de los varios Diccionarios de helenismos: desde el
benemérito y utilísimo Eseverri (1945) hasta los más recientes de González Castro (1994) o Quintana
Cabanas (1997)

1
1.2. De todas formas pensamos que hay mucho trabajo por hacer en este campo.
Si consultamos el Corominas, que es la obra de uso permanente, observamos cómo hay
un número importante de términos que él hace proceder simplemente del latín, cuando
se trata realmente de helenismos directos claros, y que la consulta de cualquier
Diccionario etimológico de la lengua latina lo deja en evidencia. El volumen de esta
bolsa olvidada no es pequeño, y no se limita a un vocabulario técnico sino que afecta a
términos de la lengua común. Algún ejemplo: de cuchara se dice "Del antiguo y
dialectal cuchar, femenino, y éste del lat. COCHLEAR, -ARIS", donde debería haber sido
añadido: "y éste tom. del griego koxli/a". De metal: "Tom. del lat. metallum... probte.
por conducto del cat. metall", lo que habría que completar con "... metallum, tomado a
su vez del gr. me/tallon, ...".
1.3. Pero nuestra pretensión en estas páginas no es perseguir ausencias del tipo
de las mencionadas, sino que vamos a referirnos a una parcela léxica del español que en
última instancia procede del griego, pero que sistemáticamente ha sido mucho más
descuida. Nos referimos a los casos de calco, donde el latín procedió a una traducción a
su lengua del préstamo que adoptaba del griego, lo que convirtió el posible helenismo
de préstamo directo en indirecto formalmente, pero la masa semántica se remonta al
griego.
En este campo hay varias posibilidades. En primer lugar, puede ser que la lengua
adaptadora, en este caso el latín, utilice un vocablo preexistente ya en ella, al que dota
del nuevo significado, en cuyo caso estamos ante el llamado "calco semántico". Pero
también puede suceder que se recurra a la creación de un neologismo, cuya exactitud
semántica con la lengua originaria puede variar. De otro lado, es un recurso léxico
especialmente adecuado para los vocabularios técnicos, por lo que en principio las
nuevas formaciones poseen un valor unívoco, aunque luego pueden pasar a adoptar un
uso más general. Ahora bien, no es menos cierto que en ocasiones se recurre al
procedimiento del calco por motivos de nacionalismo lingüístico, cuando se busca
romper la imagen de una dependencia excesiva de otra lengua. En cualquier caso,
siempre será necesaria una atención rigurosa a la cronología de los usos y de las
apariciones.
Hasta aquí hemos pergeñado algunas consideraciones generales sobre un campo
de trabajo descuidado, y que necesita un tratamiento sistemático –tal vez para empezar
por vocabularios técnicos: médico, gramatical, astronómico, etc-, si queremos llegar un
día a cuantificar realmente la incidencia de los helenismos en la formación del léxico

2
español. Pero en nuestro trabajo, dada la comprensible limitación impuesta por los
editores de este Homenaje, vamos a limitarnos a hacer algunas consideraciones
parciales sobre el funcionamiento de este procedimiento del 'calco', visto desde la óptica
de la lengua española, y aplicado en su mayor parte al vocabulario gramatical.

2. HELENISMO INDIRECTO.
Es el caso más sencillo: un término griego ha sido traducido al latín, de donde
pasa directamente al español. Ahora bien, dentro de este apartado podemos
encontrarnos con diversas situaciones desde el punto de vista léxico. De un lado, puede
ser que el nuevo concepto gramatical se sirva de un término preexistente, y ello tanto en
griego como en latín, o bien que se cree un neologismo. De otro, ya en campo del
español, el helenismo puede tener el valor unívoco técnico de su origen, o bien dar lugar
a usos generales, como podía suceder también en griego o latín. Veamos algún ejemplo.

adverbio
1. En griego e0pi/rrhma es un compuesto formado de la preposición e0pi// y el
sustantivo r9h=ma ‘palabra, dicho’ en su acepción más general, aunque más tarde r9h=ma se
especializó en la designación del predicado3 por oposición al nombre y, ya en época
alejandrina, especializó su uso como término gramatical para designar el verbo.
Significaba 'lo que se dice después', y en nuestras primeras documentaciones lo
encontramos aplicado a una parte de la Comedia. Finalmente, para Dionisio Tracio4 es
"la parte indeclinable de la oración que modifica al verbo o lo completa" .
2. En latín Quintiliano5 crea un neologismo para reproducir el concepto
gramatical griego: adverbium (< ad + uerbum), un calco del término griego.
3. Ya en español tenemos adverbio, en correspondencia directa con la forma
latina.

neutro (género)
1. El griego ou0de/teroj significa 'ninguno de los dos, ni uno ni otro', y tiene usos
variados. Se trata de un adjetivo indefinido compuesto de la conjunción ou0de/ 'y no, ni' y
del indefinido e3teroj 'el otro, uno de los dos'. El sufijo -tero servía originariamente

3
Platón, Sofista 266a
4
Dionisio Tracio Gramática 19.
5
Quintiliano Instituciones oratorias.I 4.2. Cf. Prisciano III 60,2; Donato IV 362, 15.

3
para marcar el contraste en dos términos de una oposición, y luego se especializó como
sufijo de comparativo. Es equivalente al latín –ter, que aparece en palabras como dexter
‘derecho’ (cf. diestro) o sinister ‘izquierdo’ (cf. siniestro).
Fue Aristóteles el primero que usó la palabra aplicada al género gramatical, y
más tarde fue recogida por Dionisio Tracio en su Manual6. Para los gramáticos griegos
el neutro era la negación de los otros dos géneros, es decir, ‘lo que no es ni masculino ni
femenino’.
2. El latín neuter procede de ne–uter ‘ni uno ni otro’, ‘ninguno de los dos’, que
calca exactamente la forma y el sentido de ou0de/teroj. Presenta el mismo sufijo que el
griego. Como término gramatical en latín aparece por vez primera en Varrón7.
3. En español disponemos del término neutro, tomado del latín, en su acepción
de 'género gramatical'. Pero también se ha creado una familia léxica en la que
encontramos usos generales, como neutral, neutralizar, y un neologismo neutrón
aplicado a la partícula que no tiene carga eléctrica, opuesta así a protón (carga positiva)
y a electrón (carga negativa).

3. HELENISMO DOBLE (DIRECTO / INDIRECTO) CON SINONIMIA.


Otra posibilidad en español es la coexistencia de dos helenismos sinónimos, sólo
que uno y otro han recorrido un camino léxico distinto: en un caso, se trata de un
término tomado directamente del griego, es decir, un helenismo en sentido estricto
(directo); en otro, nos encontramos con un hecho de calco (helenismo indirecto). Pero
uno y otro son sinónimos. A su vez, dentro de este apartado puede suceder que el
helenismo directo sea antiguo y el indirecto moderno, o lo contrario.

antología / florilegio
1. El compuesto griego a0nqologi/a (<a!nqoj 'flor' + le/gw en su acepción de
'recoger') tenía realmente el significado etimológico de 'acción de recoger flores'. El uso
figurado ('colección de piezas escogidas de literatura, música, etc.') aparece sólo en el
término a0nqolo/gion, cuya primera documentación para nosotros aparece en la Suda, la
famosa enciclopedia bizantina del siglo X d. C., donde aparece utilizado con el sentido
de ‘colección de epigramas’.

6
Dionisio Tracio, Gramática 12
7
Varrón, La lengua latina 10.5

4
2. Curiosamente en el latín clásico sólo existió florilegus y también con el
sentido material señalado en el término griego: Ovidio8 nos habla de las abejas
florilegae, donde asistimos a un nuevo ejemplo de calco sobre el griego a)nqolo&gov,
término y contexto que ya nos certifican Aristóteles y Meleagro9. Y habrá que esperar al
latín renacentista de Erasmo10 para ver aparecer al fin el término florilegium, donde
asistimos a un calco formal y semántico del a0nqolo/gion arriba mencionado.
3. En español es claro que disponemos de los sinónimos antología y florilegio,
que recubren un doblete de helenismos (directo/indirecto).

subordinación / hipotaxis
1. Nuestro concepto estricto de subordinación gramatical no es antiguo. En
griego existe el término u(po&taciv (< u9po/ + ta/cij) con el sentido genérico de
'sumisión', aunque era una palabra muy del gusto de los autores sobre tácticas militares
para describir la 'posición de tropas ligeras en retaguardia detrás de la falange'. El
primer uso gramatical aparece en Dionisio Tracio11, que usó el adjetivo u0potaktiko/j
para denominar al modo subjuntivo. En Apolonio Díscolo servía para designar la
relación de dependencia entre dos elementos, generalmente el pronombre relativo y el
artículo; pero ya en su Sintaxis utiliza el verbo u9pota/ssw con el sentido de 'estar bajo
la dependencia de'.
2. El latín subordinatio es una palabra tardía y sin valor gramatical12. Significaba
‘delegación’. Para expresar el concepto gramatical que los griegos llamaron u9pota/cij,
los romanos usaron postpositio o subiunctio, es decir, ‘postposición’ o ‘construcción
con subjuntivo’.
3. En el español de hoy disponemos de los sinónimos subordinación e hipotaxis.
El primero deriva de una forma latina subordinatio, acuñada en época renacentista
calcando la palabra griega u9pota/cij, y es muy posible que la palabra haya sido
introducida a través del francés13. A su vez, en la terminología gramatical moderna se
ha recuperado la palabra hipotaxis para referirse a la subordinación explícita de una
proposición en referencia a otra, en contraposición a otro doblete del mismo tipo de
helenismos parataxis / coordinación.

8
Ovidio, Metamorfosis 15, 366.
9
Aristóteles, Historia de los animales 628b32 y Antología Palatina 12, 95 (Meleagro).
10
Vid. R. Hoven, Lexique de la prose latine de la Renaissance, Leiden-Nueva York-Colonia 1994, s.v.
11
Dionisio Tracio, Gramática 13.
12
Vid. Casiodoro Varia 5.39, aunque algunos editores prefieren leer sub ordinatione.

5
agudo / oxítono
1. En griego o)cu/j era un adjetivo que aportaba la cualidad de 'puntiagudo,
afilado'. Los gramáticos echaron mano de ella para aludir a un tipo de acento, por
cuanto que suponía una elevación musical de la entonación de la vocal correspondiente
dentro de una palabra.
2. Los latinos tradujeron el concepto gramatical acudiendo igualmente a un
término de la lengua común que reproducía la misma imagen: acutus, de la familia del
verbo acuo 'afilar, sacar punta'.
3. En español disponemos del préstamo latino agudo, cuya historia a partir del
griego hemos descrito. Sin embargo, tenemos también el neologismo sinónimo oxítono,
un helenismo directo a partir del griego o)cu&tonov.

4. HELENISMO DOBLE (DIRECTO/INDIRECTO) CON ACEPCIÓN SEMÁNTICA DISTINTA.


Puede ocurrir, por otro lado, que en los dobletes de helenismos aludidos no se
mantenga la sinonimia, sino que uno de ellos haya adquirido un valor semántico
específico. En estos casos el helenismo indirecto conserva el valor general y el directo
se especializa.

adjetivo / epíteto
1. El griego e0pi/qeton es la substantivación de un adjetivo compuesto (e0pi/ con el
sentido de ‘además de’ + qeto/j ‘puesto, colocado', adjetivo verbal de ti/qhmi ‘poner,
colocar’) con el valor general de 'puesto al lado, añadido'. La especulación gramatical se
servirá de este vocablo para el naciente concepto del adjetivo, en cuanto era 'algo
añadido' al nombre. Así, Dionisio Tracio14 lo consideraba una de las ei!dh 'especies' del
nombre y lo definía como "lo que se pone junto a los nombres propios y comunes y que
significa alabanza o censura". De otro lado, ya en esta definición de Dionisio Tracio
encontramos en germen lo que luego será nuestro concepto moderno de 'epíteto'.
2. En latín se crea el neologismo epitheton, un helenismo directo con uso
restringido a la terminología gramatical, y tenemos constancia de su existencia al menos

13
Cfr. Theodore de Bèze, Correspondance, F. Aubert (et alii), Ginebra, 1960 y ss.
14
Dionisio Tracio, Gramática

6
ya desde el siglo I d. C., por ejemplo en Quintiliano15. Ahora bien, Prisciano, en el s. VI
d. C., crea para este concepto gramatical el término adiectivum, construyéndolo a partir
del verbo compuesto adiicio (< ad + iacio), formación léxica ésta en la que volvemos a
encontrarnos un calco del vocablo griego comentado16.
3. Es español disponemos del término adjetivo, cuya etimología correcta tal vez
debería ser: "Del latín adiectivum, tomado del griego e0pi/qeton por calco semántico".
Como ‘adjetivo’ se mantiene en español en terminología gramatical, y también tiene el
significado de ‘accidental’, ‘secundario’, ‘no esencial’, sentido claramente derivado del
uso gramatical, al revés de lo que sucedía en griego o latín. Pero, de otro lado,
disponemos también del vocablo epíteto, un helenismo directo, que sirve para designar
un tipo determinado de adjetivos en una línea ya intuida por los viejos gramáticos
griegos.

acento / prosodia
1. La palabra prosw|di/a es un compuesto de la preposición pro/j 'junto a' y
w|)dh/ 'canto', y su probable significado originario era el de ‘canción con
acompañamiento instrumental’. Posteriormente irá restringiendo su ámbito semántico a
las variaciones de tono de la voz, a la pronunciación de una sílaba con una determinada
elevación tonal, etc.; es decir, a esa realidad fonética que nosotros llamamos 'acento'.
Todo ello estaba en consonancia con la musicalidad del acento griego, cuya presencia
en una sílaba dada acarreaba la elevación tonal-musical respecto al resto de la palabra.
2. El latín acuñó el helenismo directo prosodia, con el mismo valor fonético que
el griego, y sabemos que ya Varrón, en el s. I a, C., lo usaba. Pero en un momento dado
se va a crear un helenismo indirecto con idéntico valor: accentus (< ad + cantum), sin
reparar en que al menos ya en ese momento el acento latino no era musical.
3. En español acento hereda el valor básico comentado, mientras que prosodia
ha ido adquiriendo diversos usos gramaticales más especializados.

relativo / anafórico

15
Quintiliano, Instituciones oratorias 8,2,10.
16
Un calco más fiel a la formación léxica griega es el término appositum (< ad + pono), que encontramos
utilizado en Quintiliano, Instituciones oratorias 8, 6, 40, como correcta versión del vocablo griego. Ahora
bien, no se va generalizar su uso gramatical ni en latín ni en las lenguas derivadas, como vemos en
español apósito. De todas formas servirá de punto de partida para otro término de valor gramatical
próximo: apositio, de donde saldrá nuestro español aposición.

7
1. En griego a0naforiko/j es un compuesto de la preposición a0na/, que entre
otros usos podía indicar la repetición, y de un derivado del verbo fe/rw 'llevar'. Su
significado tiene diversas acepciones en función del valor que se asigne a la preposición
a0na/, pero como tecnicismo gramatical significaba ‘que hace referencia a algo anterior’
y aparece por vez primera en Dionisio Tracio17, quien lo define como "el que expresa la
identidad".
2. La palabra relativus es un neologismo en latín, derivado del verbo refero
(participio relatus) 'volver a llevar', que es un compuesto del prefijo re-, que indica
repetición, y del verbo fero 'llevar'. Aparece por vez primera como tecnicismo
gramatical en Prisciano. Estamos, pues, ante un ejemplo perfecto de calco por su forma,
su uso y su significado. De otro lado, también existe anaphoricus, sólo que en el latín
clásico es término astronómico o médico–préstamo también del griego en estos otros
contextos-, y habrá que esperar a una época tardía para que adopte el uso gramatical
heredado del griego.
3. Es español el término relativo tiene un uso gramatical, aplicado a pronombres,
oraciones, etc.; y usos generales , derivado de éste, 'que hace referencia a', o 'que no es
aabsoluto'. Por el contrario, el helenismo directo anafórico se ha introducido con un
sentido más especializado: en lingüística, para referirse a palabras que asumen el
significado de una parte del discurso ya emitida; en retórica, con valor de 'repetitivo'.

5. HELENISMO DOBLE EN CAMPOS SEMÁNTICOS DISTINTOS.


Otro comportamiento léxico contemplado es que a partir de un mismo término
griego surjan igualmente dos helenismos -uno indirecto a través del latín, o sea, un
nuevo caso de calco semántico; y otro directo-, sólo que ahora están adscritos a campos
semánticos distintos. A su vez, el helenismo directo puede ser un neologismo moderno
o bien un término llegado a través ya del latín. Veamos alguno ejemplo de uno y otro
tipo.

caso / ptosis:
1. El sustantivo ptw=siv 'caída', derivado del verbo pi/ptw 'caer', era un
sustantivo de la lengua común, del que la naciente gramática griega se sirvió para
referirse, en un principio, a las diversas modificaciones de que podía ser objeto una

17
Dionisio.Tracio, Gramática 12

8
palabra (el género, la derivación adjetival, los casos, etc.), como bien podemos verlo en
repetidos pasajes aristotélicos18. Ahora bien, a partir de un momento se especializará
para el concepto gramatical de caso.
2. La Gramática latina procederá a una simple traducción, sin entrar en mayores
consideraciones interpretativas: casus igualmente 'caída', término tomado de la lengua
común y en relación también con el verbo cado 'caer', adquirirá la acepción semántica
de 'caso gramatical'. Un nuevo ejemplo, pues, de calco semántico.
3. En español, sin embargo, nos encontramos con dos helenismos. Uno,
indirecto: caso, préstamo del griego a través del latín en su acepción gramatical. Otro,
directo: ptosis 'caída o prolapso de un órgano o parte de él' (DRAE), que en esta ocasión
es un auténtico neologismo no recogido en latín.

oblicuo / plagio
1. El espectro semántico del adjetivo pla&giov es bastante amplio, pero su valor
general es la idea de 'desviación'. Tucídides19 lo utiliza para aludir a la disposición
('atravesada, de costado') de los barcos, con la que los siracusanos pretender cerrar la
entrada al puerto. Platón20 , en su conocido debate sobre la dudosa utilidad de la poesía
como imitación, plantea la pregunta de si una cama es diferente en sí misma ya sea que
la miremos de costado (pla&giov) o de frente. En sentido figurado Píndaro21 y
Eurípides22 utilizan este término, aplicado al concepto de frh&n 'mente, inteligencia', en
el sentido de torcida, aviesa. Cuando surge la especulación gramatical, se trasforma en
tecnicismo para, por ejemplo, los casos, que se dividen así en dos bloques iniciales: el
nominativo, que es o0rqh ptw=siv el 'caso recto', frente a los demás (acusativo, genitivo,
dativo y vocativo) que son pla&giai 'desviados, oblicuos, no rectos' 23.

18
Suele ser un lugar común aceptar aquí la imagen de la "caída en el juego de dados", mejor del astrágalo,
basándose en Platón, República 604c; pero el amplio empleo aristotélico pone en tela de juicio tal
interpretación, de forma que tal vez se podría pensar, por ejemplo, en la ·"caída o inclinación del estilete
escriptorio" ( para un estado de la cuestión de los diversos intentos de explicación, cf. Lasso de la Vega,
1968, 313-6).
19
Tucídides 7, 59
20
Platón, República 598a.
21
Píndaro, Ístmica 3,5.
22
Eurípides, Ifigenia en Áulide 332.
23
Cf. Dionisio de Halicarnaso, Sobre la composición literaria 6,6. Es difícil, como suele ser habitual en
este terreno, pergeñar con seguridad una diacronía de este uso gramatical: Dionisio Tracio, aunque
establece ya la división general arriba mencionada, no utilizada nuestro término para caracterizar a todo el
bloque. En otras ocasiones es utilizado con otro valor gramatical, no aplicado a los casos sino al estilo
(Demetrio, Sobre el estilo, 104; 198), donde la oposición no es ahora con o)rqh& sino con eu)qu%v o con
safh&v respectivamente, lo que supone una interpretación metafórica distinta.

9
2. La Gramática Latina, a la hora de utilizar un término técnico para las mismas
realidades gramaticales que lo había hecho la Griega, se sirve del vocablo obliquus,
dando lugar a un nuevo caso de calco semántico24. No obstante, el latín crea un grupo de
helenismos directos (plagium, plagiarius, etc.) con el sentido general de 'apropiarse de
esclavos ajenos, o vender a un libre como si se tratase de un esclavo" 25.
3. En español volvemos a encontramos con los dos tipos de helenismo
comentados en este apartado. Uno, indirecto: oblicuo (caso) 'Cada uno de los de la
declinación, excepto el nominativo y el vocativo' (DRAE, s.u. caso). Otro, directo:
plagio, sólo que en este caso también a través del latín, a diferencia del ejemplo
anterior.
A título de ejemplo, y sin pretensión de exhaustividad, mencionamos otros casos
de este tipo de doble helenismo. Al primer grupo pertenecen: conjugación / sicigia;
artículo / artrosis; agudo / oxí-; preposición / prótesis, etc. Al segundo, cuando ya el
helenismo directo se había fraguado en latín, corresponden: acusativo / etiología; activa
/ energía, etc.

6. DOBLETE EN LAS TRES LENGUAS CON PROGRESIVA ESPECIALIZACIÓN.


Otra situación interesante es la existencia de dobletes lexicales con una función
semántica, como términos técnicos, muy próxima, pero que ya dentro del sistema va
experimentando cierta especialización cada uno en una dirección. Además, el fenómeno
se da en las tres lenguas (griego, latín y español), lo que habla una vez más a favor del
paralelismo entre ellas.

cópula / conjunción
1. Ya Platón, en la etapa inicial de la especulación gramatical griega, especula
sobre la formación de lo que luego entenderemos por 'oración gramatical', señalando
que esa realidad se alcanza cuando se unen nombres y verbos26. Para denominar este
concepto abstracto de 'unión, trabazón' se sirve del término sumplokh&, un compuesto
formado por la preposición su&n 'con', en función de preverbio, y la raíz plek- / plok

24
Varrón, La lengua latina 8,1; Quintiliano, Instituciones oratorias I 6, 22.
25
Este sentido, que es el suelen aceptar los diccionarios latinos, se explica bien a partir del uso figurado
ya comentado del término griego ('torcido, avieso'). No obstante, el Oxford Latin Dictionary da entrada a
dos términos distintos, uno de origen griego y otro no.
26
Platón, Sofista 262c

10
'trenzar, entrelazar'. A partir de usos como éste nuestro término pasa a designar el
componente gramatical propiamente dicho que sirve para entrelazar realidades
lingüísticas (palabras, oraciones) con la vista puesta en conseguir un enunciado
(lo&gov)27.
De otro lado, cuando en época posterior se van perfilando con mayor rigor las
categorías lingüísticas y se modela con precisión el concepto gramatical de conjunción,
se acude nuevamente a un vocablo de la lengua común: su&ndesmov, compuesto de su&n
y el verbo de%w 'atar, unir'. Pero la especulación gramatical se va haciendo más precisa y
los gramáticos griegos van fijando una serie de tipos de conjunciones, según el matiz
semántico que introduzcan en el enunciado complejo que entrelazan, y así Dionisio
Tracio28, por ejemplo, precisa las variantes de 'copulativas, disyuntivas, condicionales,
explicativas, causales, dubitativas, ilativas y expletivas'. Pues bien, para denominar al
primer tipo -las conjunciones copulativas, que son las que simplemente unen elementos
sin matiz semántico alguno- se impone el uso del el adjetivo sumplektiko&v 29 'que une',
con lo que su uso adquiere cierto grado de especialización.
2. En latín nos encontramos una situación bastante próxima. En primer lugar,
está el término copula, un compuesto formado por la preposición cum 'con' (en
paralelo al griego su&n), la raíz del verbo apio 'atar, sujetar' (ple/kw) y el sufijo –ula.
Pertenece a la lengua común con el sentido general de 'ligadura', pero en un momento
dado es adoptado por la terminología gramatical en diversos usos contextuales30 -lo que
deja en evidencia su inicial valor generalizador-, entre los que destaca su significado de
'nexo'. En cualquier caso, es un nuevo y claro ejemplo de calco semántico a partir del
vocablo griego.
Al lado de copula el latín dispone también de otro término, más especializado
que aquél en su valor gramatical, para el mismo concepto de 'nexo, conjunción':
coniunctio (< cum + iungo + -tio), cuya formación presenta un claro paralelismo con el
griego su&ndesmov (< sun + de/w + -smov). Con todo lo cual estaríamos ante un nuevo
ejemplo de calco semántico por parte de los gramáticos latinos.
3. En español volvemos a encontrarnos con el doblete ya mencionado, ahora en
préstamo directo del latín, pero en no menos evidente situación de calco semántico a

27
Dionisio de Halicarnaso, Demóstenes 9.
28
Dionisio Tracio, Gramática 20.
29
Nuestra primera documentación es Platón, Político 282d, donde se aplica no a cuestiones gramaticales
sino a la técnica del tejer, lo que tal vez explicaría su formación nominal a partir del verbo sumple&kw.
30
El Oxford Latin Dictionary recoge cuatro posibilidades.

11
partir del griego: nuestras cópula y conjunción conservan, además, en no pequeña
medida los respectivos usos que hemos descrito en las dos lenguas anteriores.

7. HELENISMO INDIRECTO SIN FUNDAMENTO.


En el contexto de la terminología gramatical, sobre la que estamos
ejemplificando nuestras observaciones, a veces nos encontramos con un hecho a
primera vista sorprendente: se crea un calco semántico para aludir a una realidad
lingüística inexistente en las lenguas posteriores (latín, español, inglés, etc.), pero
característica de la griega. Dentro de este apartado hay, además, una doble posibilidad:
ausencia parcial, cuando es sólo el latín, como lengua trasmisora, el que carece de esa
realidad lingüística para la que se ha creado, no obstante, el calco; o bien, ausencia total,
cuando el fenómeno se da tanto en latín como en español. Veamos algún ejemplo de una
y otra variante.

artículo
1. El término griego a1rqron tiene un amplio campo semántico a partir de su
valor básico de 'juntura', perteneciente a la misma raíz del verbo a)rari/skw 'ensamblar'.
Desde un principio tuvo un uso preferente como tecnicismo en el campo de la medicina,
donde se generalizó en el sentido de 'articulación'. Posteriormente, y sin duda a través
de este uso médico, se utilizó igualmente en el incipiente vocabulario gramatical, donde,
a partir del valor general de 'elemento conector', acabó especializándose para aludir a lo
que llamamos en lingüística concretamente artículo.
2. En latín nos encontramos un claro caso de calco semántico en el término
articulus, un derivado de artus y el sufijo –culus, en el que asistimos igualmente a un
uso preferente como vocablo de la medicina y de la gramática. Pero en algún pasaje31
lo encontramos empleado para aludir a la realidad gramatical del 'artículo', a pesar de
que el latín carecía de esta categoría gramatical.
3. En español se va a consolidar el termino artículo para el uso originario en
griego, sólo que a través del latín, lengua que carecía de él.

circunflejo
1. Es bien sabido que el griego disponía de dos posibilidades de variación
musical en la palabra tónica, a lo que llamamos acentos: el agudo y el circunflejo (el

12
llamado 'acento grave' realmente era el no-acento), que daban lugar a la elevación de
una quinta sobre el tono básico. Desde época helenística uno y otro llevaron igualmente
una tilde específica: para el agudo, un trazo inclinado de abajo a arriba hacia la derecha
(´); para el circunflejo, una especie de ángulo ascendente-descendente (^), que
paleográficamente fue adquiriendo la forma de casi un semicírculo (◠).
El acento circunflejo griego afectaba a un núcleo vocálico siempre largo (vocal
larga o diptongo), y ello se debía a su realización fonética: la mencionada elevación
musical tenía lugar sólo sobre la primera de las dos moras de que constaba el elemento
vocálico, mientras que sobre la segunda se producía un descenso al nivel tonal neutro.
Para este tipo de acento el griego utilizaba el término perispw&menov 'sacado,
despojado, desviado', un participio del verbo compuesto perispa&w, en el que el
formante verbal (spa&w) tiene el valor general de tirar de, arrancar, sacar, y, por su
parte, el prefijo peri/ marca el entorno sobre el que se ejerce la acción verbal. En
consecuencia, una vocal perispwme/nh es aquélla 'que se ve despojada o sacada de la
altura musical con la que había empezado', y de aquí pasará a la acepción mecánica de
vocal acentuada con la variante tonal mencionada.
2. El latín, lengua que carecía de representación gráfica para el acento y que muy
probablemente tenía un acento de intensidad y no musical, creará sin embargo un
término para esa realidad lingüística descrita en griego, y lo hará nuevamente a través
del recurso al calco semántico. En primer lugar32 se servirá de flectus, participio del
verbo flecto 'curvar', de donde irá evolucionando a 'dar la vuelta, desviar' y, en nuestro
caso, 'variar en la modulación de la voz'. Pero, como verdadero tecnicismo gramatical,
terminará sirviéndose del participio compuesto circumflectus (< circum + flecto), donde
la adición del prefijo es un claro intento de llegar a un paralelismo mayor con el término
griego.
De todas formas, en esta ocasión notamos una cierta divergencia en la traducción
del griego al latín. El término latino tal vez más adecuado para el griego spa&w es el
verbo uello 'arrancar', que está en la base del compuesto conuello, conuulsus, conuultio,
familia léxica que, en contexto médico, tal vez haya que interpretar como un nuevo
helenismo indirecto de spasmo&v (< spa&w), aunque el latín tenía también un helenismo
directo en spasmus, doblete que conservamos en español convulsión y espasmo (nuestro
pasmo es a su vez un derivado del latín vulgar pasmus, con aféresis de la s- sobre la

31
P.e., Quintiliano, Instituciones oratorias 1.4.19

13
forma originaria griega y latina). Tal vez, a modo de sugerencia, podríamos pensar que
en la elección del término circumflecto para traducir el concepto de acento circunflejo
tuvo cierta importancia la representación gráfica del acento circunflejo en los papiros de
época romana, en los que encontramos la curva arriba mencionada, lo que se vería
apoyado por la adición hipercaracterizadora del prefijo circum- en paralelo al peri-
original en griego.
3. En español, por su parte, se formó el vocablo circunflejo, a pesar de que
tampoco aquí hay fundamento lingüístico para la realidad original griega, como ya
había sucedido en latín.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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32
P.e., Quintiliano Instituciones oratorias 1,5,23

14
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