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Tolerancia Inmunológica y Autoinmunidad
Tolerancia Inmunológica y Autoinmunidad
Tolerancia Inmunológica y Autoinmunidad
Resumen:
Autoinmunidad
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ABSTRACT
There has been a clear need to understand how, under normal conditions, the immune
system tolerates its own antigens and attacks some foreign antigens that it perceives as
potentially dangerous and how, in certain circumstances, the loss of tolerance triggers
autoimmune diseases. It has been over half a century since Billingham, Brent and
Medawar demonstrated, in an experimental model, the mechanisms involved in the
development of immunological tolerance. Since then transplant immunologists have
intensively investigated the mechanisms involved in maintaining tolerance, in the hope
of avoiding the complications of non-specific immunosuppression, as well as the
prevention of chronic rejection.
Attempts to induce tolerance in the individual are based on understanding the basic
mechanisms of tolerance, in which there has been significant progress. This growth in
knowledge has been in parallel with a better appreciation of the complexity of immune
tolerance. In particular, progress has been made in understanding the essential role of
tolerogenic dendritic cells (CDS) and the maintenance of tolerance by regulatory T
cells.
Autoimmunity
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Introducción:
Una de las características más notables del sistema inmunológico es la capacidad que
tienen sus células de diferenciar entre los antígenos propios o derivados del
procesamiento de moléculas propias, de aquellos que no sólo resultan extraños, sino que
también tienen la capacidad de producir daño. Ésta es una función crucial para mantener
la integridad anatómica y funcional del organismo, la condición patológica en la que
esto se pierde se llama autoinmunidad.
Los mecanismos para el reconocimiento que utiliza la rama del sistema inmune
innato se basan en la utilización de una serie de receptores que sólo son capaces de
reconocer moléculas extrañas provenientes de microorganismos patógenos. Estos
mecanismos de reconocimiento en general resultan suficientes para discernir entre lo
propio y lo extraño. El mayor desafío para diferenciar las moléculas propias de las
extrañas se le presentó al sistema inmunológico de la rama llamada adquirida o
específica. El segmento del receptor de antígenos presente sobre la superficie de las
células T y B (TCR y BCR), que reconoce específicamente al epítope antigénico se
genera por mecanismos que en forma aleatoria, cortan, ensamblan y recombinan genes a
través de la participación de enzimas específicas (familia RAG).
Este proceso genera una enorme diversidad de receptores con afinidades diferentes
capaces de reconocer todo tipo de antígenos, tanto propios como extraños, con alta
especificidad y reaccionan en consecuencia contra cualquiera de ellos de forma análoga.
Lo anterior plantea entonces la necesidad de poder distinguir aquellas células (T o B)
cuyos receptores de membrana (TCR o BCR) reconozcan antígenos propios para poder
eliminarlas, inactivarlas o inducirlas a cambiar de especificidad. Este proceso recibe el
nombre de tolerancia.
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La autotolerancia periférica es esencial para el correcto funcionamiento del sistema
inmune, pero también puede ser utilizada como un mecanismo de evasión mediante el
cual las células tumorales evitan el reconocimiento y la destrucción por el sistema
inmunológico. La interrupción de la autotolerancia por infecciones u otros mecanismos
(anomalía genética o factores ambientales) contribuye al desarrollo de enfermedades
autoinmunes; por lo tanto, es concebible pensar que el diseño de estrategias
terapéuticas, a través de mecanismos de prevención o reversión de la tolerancia
inmunológica, pueden ser utilizadas para mejorar la lucha contra este proceso, así como
ayudar en el control de tumores, neoplasias malignas avanzadas, o en la supresión de
autoinmunidad y respuestas inmunes no deseadas.
La presente revisión hace un recorrido de los trabajos sobre tolerancia inmune, desde los
trabajos de Born (1897) hasta los de Sakagushi (2002, 2004, 2008), Morelli (2007) y
Matsumoto (2011), en los que se involucran aspectos importantes que evidencian el
desarrollo de la tolerancia como son la dilucidación de los mecanismos de tolerancia
central y periférica, desarrollados por los linfocitos T y B en el timo y en la médula
ósea; así como el papel de las células T reguladoras y células dendríticas con actividad
tolerogénica.
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Desarrollo:
Diversos estudios han demostrado que la tolerancia puede inducirse tanto a células
extrañas como también a proteínas y otros antígenos. Existen dos tipos de tolerancia:
central y periférica; durante las cuales los linfocitos son educados corregidos y
eliminados en caso de que muestren autorreactividad a lo propio.
Tolerancia Central
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La tolerancia central ocurre en los órganos linfoides primarios y está dirigida a los
linfocitos autorreactivos inmaduros que aún no han regresado a la circulación, su
objetivo es asegurar que el repertorio de linfocitos b y t maduros sea incapaz de
responder y reaccionar de forma lesiva frente a antígenos propios expresados en los
órganos linfáticos generadores, este proceso se lleva a cabo durante las fases de
maduración de los linfocitos, en donde el encuentro con el antígeno con un linfocito
autorreactivo puede inducir a:
Muerte celular
Cambiar su especificidad, en el caso de los linfocitos B.
Evolucionar a linfocitos reguladores, en el caso de los linfocitos T.
Es llevado a cabo con el timo y va dirigido a los linfocitos t inmaduros (timocitos) que
reaccionan con gran avidez a los antígenos que le son presentados, este proceso recibe
el nombre de eliminación o selección negativa y, los dos hechos que determinan si un
antígeno propio particular inducir a la eliminación de los timocitos autorreactivos son:
Se cree que algunas células T con gran autorreactividad expresan receptores para la
IL-7 y toman la vía de conversión a células reguladoras, o sea, evitan la apoptosis Y
aunque su origen se realiza en el timo dicho células reguladoras actúan en los órganos
periféricos, formando parte de los mecanismos de supresión y tolerancia periférica.
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Las células epiteliales medulares químicas expresa antígenos de tejidos periféricos, bajo
el control de la proteína regulador autoinmunitario (AIRE, autoinmune regulator). Si no
existiera un aire funcional, estos antígenos podrían ser mostrados en el tipo y los
linfocitos T específicos frente al antígeno esquivarían su eliminación y entraría a la
circulación hasta atacar tejidos Diana donde los antígenos se expresen sin necesidad de
AIRE.
Eliminación
Anergia
Tolerancia periférica
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Tolerancia periférica en el linfocito T
Los mecanismos empleados para la tolerancia periférica del linfocito T son: anergia,
supresión por los linfocitos t reguladores y muerte celular.
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este caso puede seguir tres rutas: anergia, eliminación o señalización de los receptores
inhibidores.
Anergia.- en este caso lo mismo si tuve autorreactivos requieren cantidades elevadas del
factor de crecimiento BAFF/BLys para sobrevivir, con lo que no pueden competir
eficientemente con los linfocitos B vírgenes normal normales y eliminándose
rápidamente una vez que reconoce un antígeno propio.
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Conclusión:
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Bibliografía:
http://dx.doi.org/10.1038/nri1707
http://dx.doi.org/10.1038/ni0901-816
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