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COMO SOBREVIVEN LOS MARGINADOS: LARISSA LOMNITZ

Araceli Castro Candia

martes 29 de septiembre de 2009


Los marginados...

Primero les dejo una nota publicada en el 2007 por la Jornada... es sencillamente
impresionante que las estadísticas esten tan elevadas y les aseguro que en estos dos últimos
años la situación no ha cambiado mucho.

Con algún grado de marginación poco más del 90% de los mexicanos
2007-07-12

México, DF.,(La Jornada).- Poco más del 90 por ciento de la población mexicana vive con
algún grado de marginación que va desde muy alto (27 mil 365 localidades, equivalente a
3.2 por ciento de la población), hasta muy bajo en donde se ubican 60.7 millones de
personas, informó la Secretaría de Gobernación (SG).

Pese a los planes y programas, México persiste como una de las naciones con mayor grado
de desigualdad en el mundo, con énfasis en niveles altos de marginación en Guerrero,
Oaxaca y Chiapas y, en particular, en el 99 por ciento de las comunidades indígenas, en las
que, a su vez, 70 por ciento de su población presenta grado “muy alto” de marginación.

La marginación es un fenómeno – originado en el modelo de desarrollo— que se refiere al


nivel de educación, vivienda y disponibilidad de bienes, lo mismo porcentaje de población
analfabeta o viviendas sin energía eléctrica a porcentaje de viviendas con piso de tierra o
casas con algún nivel de hacinamiento o sin artículos como refrigerador.

Martínez, Fabiola. (Julio 12 2007). Con algún grado de marginación, 90% de los
Mexicanos. La Jornada [en línea]. México, Distrito Federal. Recuperado el 6 de Diciembre
de 2009, de <http://www.jornada.unam.mx/2007/07/12/index.php?
section=sociedad&article=041n2soc>
 

Cómo sobreviven los marginados, es un libro que me pareció muy interesante y muy relevante en
nuestros días, ya que este trata sobre la población excedente en nuestro país o mejor conocida
como “ Los Marginados”,o como el autor Quijano definiría: “ población sobrante de las economías
capitalistas dependientes” [1], los cuales en resumidas cuentas se podría decir que son grupos
humanos que viven en las orillas de la ciudad (barriadas), que viven en condiciones miserables ( no
cuentan con servicios públicos y sus herramientas de uso diario son mínimas), pues básicamente
sobreviven de los desechos de la ciudad; se les conoce como la población que sobra debido, a que
si desaparecieran del país, a la economía de la ciudad no le afectaría en lo más mínimo, pues este
tipo de personas en pocas palabras no consumen ni producen nada, todo esto se debe al
crecimiento industrial de nuestro país, es decir las industrias cada día están más preocupadas por
la competencia entre ellas , esto las lleva a sustituir la mano de obra por maquinaria más útil,
debido a que ésta tiene la capacidad de duplicar la producción en menor tiempo, y por lo tanto
estos trabajos considerados como no calificados , son desechados .
Aquí es donde se puede diferenciar de la pobreza, la cual se refiere a condiciones de escasez de
vivienda, educación, nutrición , etc.; los pobres si son considerados como parte de la población es
decir son considerados por el Gobierno, mientras que los marginados no están contemplados, no
tienen un hábitat fijo y solamente se apoderan de terrenos y de cloacas, tal como lo muestra el
libro.

La doctora Larissa A. de Lomnitz , basándose en la antropología social como rama principal para la
investigación de todos los aspectos mencionados en su libro , recalca que la sobrevivencia de los
marginados en cualquier país ( el libro toma como ejemplo a la Cerrada del Cóndor , barriada
ubicada en la colonia las Águilas) se debe gracias a que pertenecen a una organización social “ sui
generis” y se complementan con las diferentes redes de intercambio que pueden existir; las cuales
representan para los marginados una forma de intercambio reciproco de bienes y servicios ,
basándose en una herramienta fundamental conocida como : la confianza. Éstas, cuya base
principal es la familia, representan para ellos seguridad, igualdad, apoyo moral, etc.; ”es un
mecanismo de emergencia necesario, porque ni el intercambio de mercado ni la redistribución de
los recursos a nivel nacional garantizan su supervivencia”[2]. La autora también menciona como
un aspecto preocupante en nuestros días, la migración interna que hay en nuestro país, es decir
personas que viven en el campo y que por no tener una seguridad económica, ni una vida estable
recurren a su cambio de residencia en la ciudad (de lo rural a lo urbano), donde son acogidos por
familiares o amigos los cuales habitan en barriadas; aquí es donde podemos explicar como
empieza la sobrevivencia, gracias a las redes de intercambio, “cuatismo” o compadrazgo ( éstas
dos últimas son utilizadas como un mecanismo para acrecentar dichas redes, pues los familiares,
vecinos o amigos , proporcionan techo, comida y sustento, así como el compromiso de conseguir
un trabajo para sus parientes o amigos, y dicho trabajo se acomodará a sus posibilidades, es decir
un trabajo que no es codiciado por la fuerza laboral urbana, generalmente donde los jefes de
familia trabajan; todo esto mientras los migrantes se adaptan a la vida de la ciudad. Poco a poco la
familia va creciendo o los amigos llevan a sus familiares consigo lo que genera familias extensas,
mixtas, compuestas, etc.; Partiendo de este punto, las familias pequeñas (las cuales solo están
compuestas por una familia nuclear) son consideradas una vida de lujo. En este caso salen a relucir
las redes de parentesco las cuales están conformadas por parientes consanguíneos y por el más
alto grado de confianza, la cual representa una igualdad de carencias.
Por otra parte el libro también habla sobre los roles femeninos y masculinos dentro de una
barriada donde la parte que le toca a la mujer es cuidar a su familia y es representada como un
icono de sufrimiento. Por otra parte el hombre es el encargado de cuidar a su familia,
proporcionarle todo lo necesario para una vida “digna”. Tanto la mujer como el hombre en el caso
de la marginalidad trabajan aunque su ganancia sea menor al sueldo mínimo; aquí sale a relucir un
fenómeno común dentro de una barriada conocido como el machismo, el cual la autora recalca
que dicho fenómeno es provocado por las mujeres y lo representa con un claro ejemplo, el cual
consiste en una mujer llamada Fernanda la cual estaba casada con un esposo que vivía para ella y
por ella, pero la esposa nunca supo valorar los esfuerzos diarios de su marido y en vez de apoyarlo
lo despreciaba, así que la consecuencia de esto, fue que su marido la empezara a golpear y a
tomar con sus amigos, etc.
Por otro lado el libro me proporcionó una clara imagen de cómo sobreviven los marginados día a
día, y mediante la ayuda mutua tratan de cubrir sus necesidades básicas las cuales provienen de
personas a su mismo nivel social, es por eso que existe reciprocidad y ayuda por parte de todos, y
también retrata que cuando alguno de los miembros de dichas redes logra superarse u obtiene
algún ingreso extra las tiene que abandonar.
El libro me pareció demasiado realista, logró crear en mi una consciencia social y moral, con
respecto a estos habitantes que viven en condiciones de marginalidad, me parece que estas
personas deben de ser consideradas como todas las demás pues son seres humanos como
nosotros; el gobierno mexicano debería de crear programas razonables para poner en función a
estos habitantes que cuentan con capacidades extraordinarias, pero que debido a su status social
no han logrado desarrollarlas

Dentro de las sociedades urbanas latinoamericanas existen zonas donde la misma ubicación
geográfica se traduce en desventajas para sus pobladores. Por ejemplo: la distribución de agua en
el Distrito Federal, capital de México, no es equitativa ni proporcional a la densidad de habitantes.
En el centro y los fraccionamientos de lujo nunca falta, mientras que en Iztapalapa, una de las
delegaciones más densamente pobladas, el agua llega un día si y otro no. Lo mismo sucede al irse
alejando de lo que se conoce como el centro de la ciudad. Escasean los servicios públicos y
abundan enfermedades, pobreza y deterioro ambiental.

Vivir en el centro implica disponer de alumbrado público, servicio de limpia, drenaje,


medios de comunicación y transporte. Vivir en la periferia implica la carencia de una o más
de las comodidades anteriores y hasta el pago indebido de algunos servicios fundamentales
como educación, limpia, etc.

Todo lo anterior está relacionado con la concentración urbana de los servicios públicos, la
educación y la infraestructura tecnológica en general que señala Lomnitz. Es así que “en los
países más pobres del mundo la causa fundamental del subdesarrollo ha sido el
colonialismo” (OSORIO; 1975: 10) Esto significa que hay factores económicos en México
que no dependen de las ganas de superación de los marginados, sino dependen de
estructuras de explotación internacionales que impiden el desarrollo adecuado del país. Tal
como lo indica Osorio:
Todo país que ha sufrido el colonialismo está deformado en sus estructuras que se
constituyeron obedeciendo intereses extranjeros y no en razón de objetivos nacionales. La
comprobación de que las estructuras económicas establecidas por las potencias coloniales
respondían a los intereses de las mismas es que la colonia debería únicamente producir
aquello que la metrópoli no podía o no quería producir, y el comercio no debía ser mas
que con la metrópoli. (OSORIO; 1975, 15)

Lomnitz llama a la marginalidad de los países subdesarrollados “marginalidad de pobreza”,


distinguiéndola así de la marginalidad de los países desarrollados. También establece una
distinción entre “marginalidad” y “pobreza”, aunque reconoce que “los sectores pobres
tienden a encontrarse al margen de los procesos económicos y políticos oficiales”
(LOMNITZ; 1997: 17).

NEFICACIA INSTITUCIONAL Y CONFLICTO SOCIAL

La escasez de oportunidades de superación para los migrantes marginados ha provocado


que se transformen las relaciones familiares. Hoy día podemos considerar que la familia
“cumple un importante papel como espacio fundamental para el proceso de producción y
reproducción de la fuerza de trabajo” (BAZAN; 1985: 25).

Todo esto ha generado que los marginados se agrupen no sólo en unidades domésticas
nucleares, sino que convivan con una red extensa de familiares y parientes ficticios o
compadres, vecinos y cuates, que les permite hacer frente a las diferentes dificultades.
Margarita Estrada define a la unidad doméstica como “el grupo de gentes que viven bajo un
mismo techo y comparte bienes y servicios; pueden o no ser parientes” (ESTRADA; 1996:
25). Diversas estrategias son adoptadas para hacer frente a las situaciones críticas.

El aspecto político más trascendente, resulta en la organización de los marginados para incidir en
la vida política del país. Por ejemplo, la movilización en contra de la construcción del nuevo
aeropuerto en San Salvador Atenco, o los logros del Frente Popular Francisco Villa en torno a la
regularización de terrenos invadidos por “paracaidistas”. Todos estos problemas fueron originados
por la ineficacia institucional y el no tomar en cuenta a esta gente. La movilización ha logrado
diversas concesiones por parte de las autoridades, sin que eso se traduzca en un cambio real, ya
que “el cambio social es sólo una ilusión, puesto que el sistema social siempre retorna a un punto
de equilibrio después de un periodo de desajuste” (FABREGAS; 1976: 19).

CONCLUSIONES

Creemos que la relación entre la migración y la marginalidad urbana es clara, en los


aspectos económico y social, pues es difícil para alguien recién llegado a la ciudad el
insertarse en la fuerza productiva. Si no posee los contactos o la red social adecuada,
tardará en encontrar un buen empleo y la misma estructura social urbana lo irá relegando a
las orillas.

También consideramos importante el vínculo existente entre el trato diferencial en las


instituciones y los problemas o conflictos sociales que se han generado últimamente. Esta
ineficacia institucional debería mover a la reflexión y al análisis, aunque un ejemplo claro
del colonialismo es la escasez de “dirigentes preparados, que se debe a que los poderes
coloniales considerando la educación como amenaza, no promovieron la enseñanza de la
población” (OSORIO; 1975: 16).

Algo que pudimos entrever es que la composición de este lugar es mucho más compleja
que la observada por Lomnitz en cerrada del cóndor, puesto que ella estudió una barriada
donde la mayoría de jefes de familia era la primera generación de migrantes, mientras que
en Chocolines hay dos generaciones de migrantes, aunque también habitan ahí gente
originaria del mismo municipio o del DF.

Evidentemente es insuficiente con un vistazo superficial para identificar toda la complicada


red de estructuras que se conjuntan para impedir el desarrollo de los sectores más
necesitados. Sin embargo podemos entrever que las instituciones como las conocemos,
requieren de una transformación radical en su estructura y en su eficacia. También
pretendemos profundizar en las historias de vida de los habitantes de la zona para poder
comprender cabalmente los procesos migratorios y de adaptación a la ciudad.

BIBLIOGRAFIA.
Bazán, Lucia, et al; La situación de los obreros del calzado en León Guanajuato, México,
CIESAS, 1985.
Estrada, Margarita; Después del despido: Desocupación y familia obrera; México, CIESAS;
1996.
Fábregas, Andres (comp.); Antropología política; México, ed. Prisma, 1976.
Kaplan, David; Introducción crítica a la teoría antropológica; México, ed. Nueva Imagen;
1979.
Lomnitz, Larissa; Cómo sobreviven los marginados; México, Siglo XXI; 1997.
Lomnitz, Larissa; Redes sociales y estructura urbana en América Latina; en Motivos de la
antropología americanista; México, FCE; 2000.
Osorio, Marconi; México y el mundo marginado; México, FCE; 1975.

Publicado por Marco Antonio Valdovinos Arenas

DEPENDENCIA Y MARGINALIDAD

Si tratamos de ubicar el problema en un contexto más amplio, podrían retomarse algunas ideas de
Alain Touraine sobre la dependencia y la marginalidad. Se da por entendido que las sociedades
dependientes no pueden ser vistas únicamente con su relación con el exterior, ya que “ tienen una
independencia política y cultural, real, asociada a una subordinación económica, lo cual obliga a
interrogarse sobre su estructura social misma”.

Es por la estructura particular que guardan este tipo de sociedades por lo que no debe hablarse de
un “capitalismo dependiente” si no de “acumulación capitalista” en una sociedad dependiente.
Entre las características encontradas por Touraine en estas sociedades destaca principalmente que
tienden muy a menudo, a poseer un “sistema político hipertrofiado y un Estado atrofiado”, es
decir, que cuanto más evolucionan más se encuentran dominados por el capitalismo extranjero y
el Estado nacional, “siendo las clases nacionales actores cada vez más subalternos”

Asimismo se encuentra una clara debilidad de la burguesía nacional, una mano de obra integrada
solamente de manera marginal al proceso productivo y una sumisión directa de una gran parte del
sindicalismo obrero a agentes políticos nacionalistas o populistas.

La debilidad de la sociedad nacional implica forzosamente una débil integración de las posiciones
de las clases; existe muchas veces una fuerte oposición entre el funcionamiento del sistema
económico centrado en el exterior y el de la sociedad propiamente nacional o regional, por lo cual
las acciones desarrolladas por la base son parciales o locales sin llegar verdaderamente a una
acción de clase integrada y formada en el nivel nacional.

En una sociedad desarticulada, dice Touraine, la formación de un agente de Estado que sobrepasa
y derriba el papel redistribuidor y finalmente conservador del sistema político más o menos
populista es la condición primera de la integración a la sociedad nacional, a partir de esta
integración, los problemas, los valores y los conflictos societarios y en consecuencia las luchas de
clase pueden triunfar sobre la complejidad y la desarticulación de las acciones aisladas y también
sobre la autonomía ideológica frente a la práctica. Cabe señalar que la “ integración de manera
marginal” de la mano de obra a que se refiere Touraine está referida al subempleo y a la
desarticulación social de estos grupos dentro de las sociedades dependientes y define:

Los marginados no son un grupo si no el producto de un mecanismo social de subempleo que


sobrepasa – y por mucho- lo que puede llamarse desempleo en el sector del empleo asalariado
permanente... Los marginados subempleados que con frecuencia viven en condiciones miserables
en vecindades y ciudades perdidas, son absorbidos por la sociedad a la vez que también son
rechazados por ella, apartados y deyectados.

La marginalidad de pobreza no representa pues, un fenómeno transitorio de corta duración. “Las


barriadas (y ciudades perdidas) no son campamentos de espera que permiten al migrante
(marginado) ‘adaptarse’ a la ciudad mientras la economía va generando nuevas fuentes de
trabajo”. Es obvio que la residencia en ciudades perdidas no basta para definir la marginalidad, ni
la dependencia económica en sí, ni siquiera la modernización y concentración de la industria en las
grandes ciudades, o el subempleo asociado a la falta de calificación de la mano de obra. Esta debe
ser vista más bien como un (atributo de las sociedades dependientes) considerando la evolución
de los sectores capitalistas, la naturaleza de las inversiones y la función del Estado mismo, “más
orientado hacia el reforzamiento de las clases medias que hacia la integración de los menos
favorecidos... La marginalidad es el signo del desgarramiento de toda sociedad”.

El concepto de “marginalidad” merece ser replanteado y visto a través de los procesos de


interacción económica y social, dado que al parecer existe una fuerte barrera entre los
participantes del sistema de producción industrial y los “marginados” ocupados en “labores
manuales sin calificación: vigilancia, servicio doméstico, obra contratada al día, reciclaje de
deshechos domésticos e industriales y otros” . No se planteará aquí una polémica sobre la
existencia y cualificación de la marginalidad como concepto estructural ni de la pobreza como
concepto cuantitativo, ni de sus relaciones y diferencias, o sus definiciones.

Sí bien Lomnitz en su estudio aclara que “subsisten importantes sectores que la economía no ha
sido capaz de integrar funcionalmente a su esquema de producción y que estos sectores tienden a
encontrarse al margen de los procesos económicos y políticos oficiales” parece que no se refiere
de ninguna forma a la población inmersa en los procesos de recolección y reaprovechamiento de
la basura, pese a que señala en párrafos anteriores “reciclaje de los desechos domésticos e
industriales” como una ocupación de marginados sin calificación en su mano de obra.

Dependiendo de la definición o ubicación que quiera darse a la “calificación de la mano de obra” ,


ésta puede aplicarse a diferentes niveles y de distintas maneras: por ejemplo, en la recolección de
basura existen tractoristas, traileros, choferes de camiones de volteo, pesadores, tomadores de
tiempo y por supuesto barrenderos y voluntarios. De todos ellos, el último nivel quizá sea el que
menor necesidad de calificación requiera, sin embargo, necesita certificado de primaria y otros
requisitos para desempeñar su labor. Lo mismo sucede en los tiraderos de basura donde hay
choferes de maquinaria pesada, capataces, pesadores, cabos y pepenadores, aunque en estos
últimos hay algunos especializados en obtener vidrio o papel o trapo, según la demanda del
mercado y, dados los peligros que representa la basura (incendios frecuentes, mordeduras de
ratas, acumulación de ácidos corrosivos, explosiones, cortaduras, etc,) requiere de cierta
“especialización” según el material que se quiera obtener, el tipo de basura con que se este
trabajando y aún la época del año en que se desarrolle el trabajo.

No debe olvidarse que este tipo de trabajo, duro, sucio, indeseado, presenta muchas veces en los
países desarrollados serias dificultades para encontrar candidatos que ocupen dichas plazas, dada
la poca oferta de mano de obra que existe para esas labores. No así en el caso de México ni de
América Latina en donde el trabajo de selección y reutilización de desechos es una característica
normal de todas las ciudades. Finalmente si hubiera de darse una definición económica de los
pepenadores, ésta podría ser referida a lo que Carlos Marx define como ejército industrial de
reserva intermitente o sedimentado cuando señala que son:

...obreros en activo pero con una base de trabajo muy irregular. Esta categoría brinda al capital un
receptáculo inagotable de fuerza de trabajo disponible. Su nivel de vida desciende por debajo del
nivel normal medio de la clase obrera y esto es precisamente lo que la convierte en instrumento
dócil de explotación del capital. Sus características son: máxima jornada de trabajo y salario
mínimo...

Y por otra parte un poco más social, el concepto de Touraine al hablar de la asociación entre
marginalismo y subempleo que reconoce que estos sectores sí son absorbidos por la sociedad, a la
vez que también son rechazados por ella, principalmente por las miserables condiciones de vida
que presentan casi siempre dichos grupos.

Esta absorción que hace la sociedad de los pepenadores estará siempre en función de la
estructura social de este grupo, estructura real que guarda en sí una compleja estratificación
lidereada siempre por una persona, un cacique, que sirve como punto de unión entre la base y la
superestructura, jugando un papel doble: autoritario y totalitario hacia la base; fiel dócil y
comprometido hacia el Estado y la superestructura burocrática.

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