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Tratado de Criminalistica Tomo I PDF
Tratado de Criminalistica Tomo I PDF
Tratado de Criminalistica Tomo I PDF
CRIMINALISTICA
TOMO 1
DOCU MENTOS
SU ESTUDIO
ANALÍTICO-PERICIAL
CAPITULO 1
PAPELES
1. Definición. 2. Breve reseña histórica. 3. Materias primas empleadas en la
fabricación del papel. 4. Trapos: a) Trapos de hilo o lino. b) Trapos de cáñamo,
cuerdas y cabos gruesos. c) Trapos de algodón. 5. Sustancias sustitutivas de
los trapos. 6. Material celulósico de la República Argentina. Maderas. Celulosa.
Hemicelulosas. Almidón. Lignina. 7. La industria de la madera. Composición
química. Estructura física. Tipos de madera: de fibra larga; de fibra corta. 8.
Principales especies de uso papelero. Maderas de fibra larga. Maderas de fibra
corta. Bagazo de la caña de azúcar. 9. Residuos agrícolas. Otras fuentes
celulósicas. 10. El proceso de fabricación de “pastas”. Pasta mecánica. Pasta
al sulfato. Pasta a la soda. Pasta al sulfito. Pasta semiquímica. 11. Blanqueo de
pastas celulósicas. 12. Fabricación del papel. Papel para diarios. “Papel
Prensa”. 13. Clases de papeles.
Definición
Algunos diccionarios ofrecen definiciones prácticas sin formular referencias
sobre su composición o integración. Una de ellas expresa: “Hoja delgada que
se obtiene macerando en agua trapos u otras materias fibrosas, moliendo la
pasta y extendiéndola en moldes para que se seque y endurezca y que se
emplea para muchos usos.”
Otra definición técnica consigna que: “Con el nombre de papel se designa un
producto artificial que se obtiene en hojas o pliegos de diferentes tamaños y
espesores, según el objeto a que se destina, desmenuzando una sustancia
apropiada en finas fibras y éstas trasformándose en una papilla impalpable
mediante el agua que se separa por reposo; finalmente, empleando presiones
más o menos intensas, abandona toda el agua y se trasforma en una masa
fina, sólida, homogénea y de espesor uniforme. Si el espesor de estas láminas
es tan pequeño que permite plegarias sobre sí mismas con gran facilidad, el
producto obtenido se designa con el nombre de papel, en tanto que las láminas
gruesas se distinguen con el nombre de cartón.”
Como contribución más apropiada a su definición menciónase que “El papel es
un producto foliolar de fibras, principalmente vegetales, entrelazadas unas con
otras.” Por su parte, Abad, R.N. define el papel como “una aglomeración de
fibras de celulosa dispuestas en forma de hoja lisa y plana.”
Es importante, en una definición de este tipo, mencionar su característica o
aspecto físico, tal cual se ofrece al usuario, y material que lo compone o
integra, agregándose con fines ilustrativos consideraciones prácticas
accesorias. En tal sentido estimamos definir el papel como "un producto
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artificial que se presenta en láminas flexibles, de tenacidad variable según su
uso, constituido por fibras celulósicas o lignocelulósicas, o mezcla de ambas,
que se mantienen entrecruzadas o aglutinadas entre sí y cuya superficie puede
dejarse absorbente (papel para diarios, servilletas, papel higiénico, facial,
etc.);o hacerse apta para impresiones (papeles de diversos tipos, para escribir,
etc.), o prepararse para otros usos (papel para embalar, papel corrugado, para
envoltorios diversos, etc.).
Como complemento agrégase que la aglutinación de las fibras se logra gracias
a la incorporación de un aglutinante (operación de “encolado”), adicionándose
diversos compuestos inertes (“carga”) con el fin de obtener una superficie
homogénea, suave, de acuerdo con su aplicación o uso.
Las buenas cualidades de un papel dependen de las diferentes propiedades de
apreciación física y comercial que lo distinguen, mencionándose entre las
principales, la tenacidad, dureza, duración, satinado o finura y color. Para
evaluar la calidad o bondad de un papel es necesario conocer el objeto a que
se lo destina.
20
diversos tipos que, en su momento, alcanzaron gran popularidad, como la
Charta Claudia, de especial blancura; la Charta faunia, muy blanco y satinado;
la Charta salulatrix, empleada para cartas; la Charta macrocolla, integrada por
hojas de gran longitud, y la Charta nigra, sobre la que se escribía con diversos
colores.
En tanto que en algunos países hacía su aparición el papel fabricado a partir
del algodón hacia mediados del siglo VIII, el papiro se continuó fabricando en
Italia hasta el siglo XII.
Hacia el año 200 a.C. se fabricaba en China papel a base de bambú y trapos
de seda deshilachados que se trasformaban en pulpa por agregado de agua.
Ulteriores manipulaciones permitían obtener el producto definitivo. Se
menciona que de China el papel fue llevado por los árabes al continente
europeo, donde a partir del siglo XII comienza a fabricarse con trapos de lino.
Hasta entonces se había usado el pergamino, cuya invención algunos
atribuyen a Eumenes, rey de Pérgamo, ciudad de Lydia (Asia Menor).
El pergamino se obtenía sometiendo la piel de muchos animales jóvenes
(ovejas, cabras, corderos, cerdo, asno y otros) a un tratamiento especial
(estiramiento, depilación, secado, etc.), con lo cual se trasformaban en láminas
semitransparentes y resistentes.
De antiguo era ya conocido el empleo de la piel de determinados animales para
fijar caracteres escritos. En la clásica obra de Muspratt se menciona que los
israelitas la utilizaban desde los tiempos de David y en época anterior lo hacían
los jonios, según Herodoto. Del testimonio de este historiador se deduce que la
invención del pergamino no fue debida a Eumenes, al cual debe atribuirse, a lo
sumo, y según se expresa, una mejora o modificación en el proceso de
preparación.
Los acontecimientos más importantes de la Edad Media fueron registrados en
pergamino, lo mismo que los códices y escritos monacales, muchos de ellos
adornados con miniaturas policromadas de extraordinario valor.
En la actualidad su uso aparece restringido en grado sumo puesto que el papel
proporciona un material económico y de similar duración, especialmente los de
calidad superior.
Se señala que ciertos grupos naturales de las Indias Occidentales emplean
todavía hojas de ciertos árboles como medio para fijar la escritura.
Las primeras referencias sobre un material que presentaba, al menos, una gran
semejanza con el papel actual, proviene de la Bukaria. Según Karabacek
(Viena, 1887),(el primer papel obtenido con fibras vegetales fue fabricado en
Samarcanda por prisioneros de guerra chinos, en el año 751 de la Era
Cristiana, siendo exportado a los países mediterráneos. Los árabes, en
conocimiento del secreto de fabricación, extendieron su uso a Damasco y a la
Meca, convirtiendo a la primera de estas ciudades en el centro de la nueva
industria, identificándose el papel fabricado en ella con la denominación de
Charta cuttunea o bombycina, y también Charta damascena. Se agrega que el
introductor de esta industria en Damasco fue un árabe llamado Amru, en el año
710 a.C.
Se ha señalado en forma frecuente, que en la fabricación del primer papel en
Oriente, se usó algodón, pero tal hecho es negado por Wiessner y
21
Briquat, quienes expresan que el papel más antiguo que se conoce fue
fabricado con trapos exentos de fibras vegetales. -
Los árabes conocieron la operación de “encolado” del papel empleando el
engrudo de almidón y el mismo almidón de trigo como material de “carga”.
Se ignora la época y medio de trasporte con el que el papel fue introducido en
Europa. Al parecer, (los árabes extendieron esta industria hacia Occidente en
su expansión territorial, apareciendo en Italia y España a comienzos del siglo
IX.).
En la Biblioteca del Escorial se conserva un manuscrito asentado sobre papel
fabricado con algodón, que data del siglo X.
Según algunos historiadores (los cruzados aprendieron en Oriente la
fabricación del papel introduciendo este arte en Europa. Es probable que en la
expansión de esta industria intervinieran ambas rutas,
Diversas referencias certifican que en el siglo IX existían en España molinos
destinados a la preparación de la pasta de papel con trapos de algodón. El
empleo de esta materia prima permitió comprobar que los trapos de lino
proporcionaban un papel de mejor calidad que los otros. Con todo, se ignora
época precisa en que se fabricó papel a partir de trapos de lino, pero en
diversas bibliotecas europeas se conservan manuscritos extendidos en papel
de lino cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Se afirma también que la
mayor parte de los manuscritos árabes y de los pueblos orientales aparecen
insertos sobre papel de lino.
Datos recopilados y diversas crónicas señalan que, en Alemania, el primer
molino o fábrica de papel se estableció en el año 1290, en la ciudad de
Ravensburg; en 1312, en Kauffbeuren; en 1319, en Nuremberg; en 1320, en
Augsburg; en 1324, otra unidad en Ravensburg; en 1356, en Leesdofr, cerca
de Baden (Austria), a las cuales siguieron muchas otras.
En Italia, la primera fábrica se estableció en el años 1320 en Eubriano
(Ancona), y en 1330, en Padua. En territorio español se anota el año 1340 en
Galicia. En Francia, se asentaron los primeros establecimientos en 1360, en
Troyes, Essone y Angulema, y en 1400, en Amberd, Périgord y Thiers. En el
año 1540 se instala una fábrica en Friedrichburg (Dinamarca), y en Suecia, en
el año 1550, bajo el reinado de Gustavo 1.
La fabricación de papel se impone en Inglaterra en fecha relativamente tarde.
Al respecto se menciona que, en el año 1496, Wynkin de Worde imprimió un
libro cuyo papel fue fabricado en un molino de Stevenage (Hertfordshire) y se
agrega que en el libro de cuentas de Enrique VIl aparece, con fecha 25 de
mayo de 1498, un recibo de 16 chelines y 8 peniques, que fueran pagados a un
fabricante de papel.
En el año 1558, bajo la protección de la reina Isabel, un joyero de origen
alemán, John Spielman, estableció un molino de papel en Dartfort (Kent).
Tiempo después, yen reconocimiento por los servicios prestados, fue
distinguido con el título de caballero, concediéndosele además el privilegio de
ser el único que podía adquirir trapos en todo el condado de Kent por un
período de 10 años.
Años más tarde varios hugonotes, que a causa de la revocación del Edicto de
Nantes buscaron refugio en Inglaterra, dieron un gran impulso a
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la fabricación del papel, de tal manera que a partir del año 1721 se producían
anualmente en Inglaterra 300.000 resmas de papel.
El proceso tecnológico de fabricación del papel no experimentó modificaciones
de importancia desde su introducción en Europa hasta fines del siglo XVI. La
separación de las fibras de los trapos húmedos era realizada en forma
rudimentaria (golpes de maza) y, para facilitar esta operación, se efectuaba
previamente una especie de fermentación que denominaban “fermentación
pútrida”, o bien se hervían en calderas abiertas con agua alcalinizada con cal.
Las fibras así liberadas eran tamizadas a través de coladores y luego se
exprimían en sacos o fundas para eliminar gran parte del agua. La desecación
final se obtenía por simple exposición al aire seco extendiendo el material en
fina capa. Se destaca que, a fin de facilitar la adherencia ulterior de la tinta al
escribir, se sumergían las hojas de papel en soluciones gomosas y después de
secado se satinaban a mano con una placa de marfil)
Diversas mejoras que se sucedieron en épocas posteriores permitieron instalar,
a mediados del siglo V, los denominados molinos o pilas holandesas
(“hollander”) para separación de las fibras de la materia prima.
Con la paulatina incorporación de máquinas adecuadas a partir del año 1800,
la fabricación mecánica fue reemplazando el trabajo manual dando así
nacimiento a una vasta industria que de continuo, y a pesar del desarrollo
alcanzado, aporta innovaciones técnicas que permiten obtener un producto de
renovada superación.
En el año 1806, lllig propone el “encolado” sobre la base de jabones resinosos
que incorpora a la pasta, en sustitución de las colas animales.)
Otro adelanto importante a señalar es el “blanqueo” de la pasta, pues mientras
que antes sólo resultaba posible obtener papel blanco a partir de materias
primas blancas, el “blanqueo” de la pasta mediante cloro permite utilizar
diversos materiales cualquiera sea su color original.
Con el progresivo aumento de consumo de papel pronto se hizo notar la falta
de materias primas y, ante ello, se recurrió a fuentes naturales de celulosa
susceptibles de ser trasformadas en papel. Estas sustancias sucedáneas son,
en primer lugar, la madera desfibrada (KeIler, 1845) y la denominada “pasta
química de madera” o “celulosa” (Mellier, paja, 1854; Rouledge, esparto, 1860);
madera, Houghton, 1857; Tilgman, 1863; Eckman, 1874; Nitscherlich y Ritte
Kellner, 1880).
Invenciones y progresos tecnológicos ulteriores permitieron el
perfeccionamiento de maquinarias en mérito a un mejor conocimiento de los
procedimientos mecánicos y químicos que integran el proceso de fabricación,
lográndose un notable mejoramiento de la calidad del papel con paralelo
incremento de la producción y disminución de costos.
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La estructura celular de determinadas especies vegetales presentan las
cualidades exigidas para su empleo en la fabricación del papel, ya que poseen
en grado necesario la tenacidad, flexibilidad y finura requeridas, una vez
eliminadas las sustancias incrustantes y otras íntimamente adosadas.
El reino animal ofrece también materiales fibrosos, aunque de naturaleza
proteica (no celulósica), tales como seda, lana, pelos, etc., que, sin embargo,
no satisfacen las exigencias anotadas, si bien se menciona que la lana y la
semilana se reservaron para fabricar clases especiales de papel.
Es interesante señalar que el reino mineral ofrece una sustancia fibrosa que se
presta, en cierta medida, para la fabricación de papeles; nos referimos
designación reservada a las finas fibrillas de un silicato natural (silicato doble
de calcio y magnesio), y que también se menciona como amianto. El asbesto
tiene la propiedad de comportarse como material termo resistente, y si bien
carece de aplicación en la fabricación del papel, se confeccionan con sus finas
fibrillas, hojas y cartones para uso industrial.
Dentro de las posibilidades de aprovechamiento que ofrecen las materias
primas empleadas en la fabricación del papel, algunas pueden obtenerse
directamente para tal objeto, mientras que otras son utilizadas previamente
para determinados fines: telas, tejidos varios, redes de hilo, etc., que se
destinan a las fábricas de papel cuando resultan inservibles para su uso.
Los tejidos y telas aparecen como materiales de reconocido valor práctico ya
que las fibras, como consecuencia de su uso, lavados, etc., resultan aptas para
su ulterior procesamiento en la fabricación de papel.
Todo resto de tejido y los trapos propiamente dichos se identifican con la
denominación genérica de trapos.
Los papeles usados, en especial los de recorte de papelería, pueden utilizarse
como materia prima adicional por tratamiento adecuado. Estos recortes se
prefieren a los impresos puesto que éstos resisten el tratamiento de blanqueo,
ya que muchas tintas de imprenta contienen, como pigmento base, negro de
humo (carbón finamente disperso), muy resistente a los agentes químicos que
se utilizan en la fabricación del papel.
Trapos
Hasta mediados del siglo XIX los trapos constituyeron casi la única materia
prima para la fabricación del papel. Se sostiene que, si bien en la actualidad se
fabrica papel sin el empleo de trapos, constituyen una materia prima muy
importante e insustituible en la obtención de papel de primera calidad (papel
biblia para impresiones finas).
En la fabricación de papel de escribir e imprimir presentaron importancia
práctica los trapos de lino, cáñamo y algodón, mientras que los tejidos de seda
y lana se reservaron para fabricar papel de embalar.
Las fibras que componen los trapos de hilo o lino son las células
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del líber (parte del tronco de los árboles dicotiledóneos que se halla entre la
corteza y la madera) de este vegetal. Son células de forma regular, de sección
cilíndrica, de extremos cónicos o romos, rara vez de forma aplanada o en
punta. El espacio interno de la célula es casi siempre muy reducido y aparece
como una línea oscura. (Fig. 1)
La longitud de la célula aislada es muy variable y se halla comprendida entre 2
a 4 cm. y un diámetro de 0.015 a 0.017 mm. Especificase que las medidas
anotadas corresponden a las unidades enteras, originales, ya que el material
que se utilizaba para la fabricación de papel contenía células incompletas.
Como característica especial, se menciona la exfoliación de las capas de
condensación al retorcer las fibras de lino. De los extremos de la misma y
también lateralmente, penden pequeñísimas fibras que forman, a lo largo de la
fibra misma, pequeños abultamientos que se suceden en forma irregular.
25
Es importante destacar que este aspecto es tan característico en las fibras
empleadas en la confección de tejidos que permite, aun analizando los papeles
con ellas fabricados, reconocer con certeza el origen de la materia prima
utilizada. Agrégase que esta característica no se presenta en otras fibras
vegetales como el esparto, paja, etc., que presentan gran semejanza con las
fibras de lino.
b) Trapos de cáñamo, cuerdas y cabos gruesos
Las fibras de cáñamo que integran el líber, presentan una longitud de uno a
varios centímetros, siendo su sección cilíndrica, si bien no tan regular como las
fibras de lino. Los extremos de las fibras son generalmente romos y, en
ocasiones, pueden observarse algunos de forma elíptica.
Las células no modificadas por tratamiento alguno no presentan la superficie
rayada, mientras que las procesadas muestran líneas paralelas a lo largo de
las mismas. Estas células no ofrecen características especiales; la membrana
celular es, en ocasiones, de gran espesor, y la cavidad cubre, de ordinario, un
tercio del espesor de la unidad; su diámetro varía entre 0.015 a 0.028 mm. (Fig.
2)
26
Tanto las fibras de cáñamo como las de lino se caracterizan por su suavidad y
flexibilidad, propiedades que, unidas a su gran resistencia, las hace muy aptas
para fabricar papel.
c) Trapos de algodón
El algodón es el material natural que más se acerca a la celulosa pura.
Constituye la fibra que recubre las semillas del algodonero (Gossypium). Las
fibras están constituidas por células largas, lisas, no ramificadas, por lo general
retorcidas sobre su eje, longitud variable entre límites extensos según la
especie, mientras su diámetro se halla comprendido entre 0.012 a 0.042 mm.
La pared celular es relativamente delgada, en ocasiones realzada a manera de
orIa; el lumen es ancho, tres o cuatro veces más que las paredes. El lumen
aparece generalmente vacío, a veces presenta granulaciones del primitivo
protoplasma desecado. La fibra de algodón se halla revestida, en estado bruto,
por una delgadísima cutícula, revelable al examen microscópico directo. (Fig. 3)
27
Sustancias sustitutivas de los trapos
28
MATERIAL CELULOSICO DE LA REPUBLICA ARGENTINA
Celulosa
29
La acción drástica de los ácidos sobre la celulosa produce, en último término,
glucosa (C6H1206), y ésta, en la forma cíclica de piranosa, constituye la unidad
química a partir de la cual se integra la molécula de celulosa.
Mientras que el tratamiento drástico con los ácidos produce en última instancia
glucosa, la hidrólisis mesurada conduce a la obtención de derivados que
contienen variadas unidades de glucosa; tales son las dextrinas.
En condiciones especiales pueden originarse grandes cantidades de celobiosa
o celosa, y por eso se supone que la celulosa es un producto de polimerización
de este disacárido, que constituiría la unidad química base.
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La celobiosa (4-beta-D-glucopiranosil-D-glucosa) es atacada por los ácidos con
formación de dos moléculas de glucosa.
Este disacárido es reductor y no es afectado por la maltasa (sistema enzimático
presente en la levadura de cerveza), pero sí por la emulsina (sistema
enzimático presente en muchos vegetales); la celobiosa es, por lo tanto, un 13-
glucósido.
La existencia de numerosos grupos hidroxi (-OH) en la molécula de la celulosa
hace probable que los ácidos uránicos de las gomas, pectina y lignina se hallen
esterificando la celulosa de las paredes celulares.
La celulosa es insoluble en agua y en todos los solventes orgánicos, pero es
soluble en un reactivo especial denominado de Schweizer (solución de óxido
de cobre en amoníaco, de color azul intenso). La disolución de óxido de cobre
en etilendiamina también disuelve la celulosa e igual efecto muestra una
solución de cloruro de zinc. La celulosa es, asimismo, soluble en soluciones del
30-50% de hidróxidos de amonio cuaternarios y es digerida por varias bacterias
y mohos, algunos protozoarios e invertebrados; el jugo hepatopancreático del
caracol hidroliza la celulosa con formación de celobiosa.
Los hidróxidos alcalinos diluidos no la afectan pero las disoluciones al 13%
hinchan las fibras que se acortan longitudinalmente; se obtiene así lo que se
denomina celulosa hidratada o hidrocelulosa, sin que tal denominación
configure la formación de un hidrato.
La información sobre el tema señala que existen diversas celulosas y aunque
todas las moléculas de celulosa se hallan formadas por iguales unidades, el
grado de polimerización, que representa el valor medio del número de unidades
de glucosa de la molécula, varía en las distintas celulosas;
El principal producto obtenido de la celulosa por el ensayo de metilación de
Haworth o ensayo del grupo terminal, es la 2,3,6-trimetil-glucosa, acepándose
un máximo apropiado de 0.5% de tetrametilglucosa; por lo tanto debe admitirse
que la celulosa está formada por una disposición lineal de unidades de D-
glucopiranosa unidas por enlaces beta (1 — 4) glucosídicos.
En definitiva, la celulosa es, químicamente, un material compuesto por glúcidos
de peso molecular elevado, y se la considera integrada por moléculas que
encierran unidades tridimensionales (celdillas).
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Hemicelulosas
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Almidón
Lignina
LA INDUSTRIA DE LA MADERA
34
Composición química
Estructura física
Tipos de madera
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b) De fibra corta: longitud entre 0.8 a 2 mm, denominada, a veces, “maderas
duras”. Este tipo de fibra se encuentra en las gimnospermas: son los árboles de
hojas anchas (Latifoliadas) que caen en otoño-invierno y constituyen la mayor
parte de las especies más abundantes en el hemisferio sur (sauce, eucalipto,
álamo, etc.).
Agrégase que las maderas de fibras largas producen las pastas y papeles
más resistentes; las maderas de fibras cortas otorgan al papel mejores
características superficiales.
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Delta del Río Paraná; Nothofagus betuloides (Guindo); Nothofagus dombeyi
(Caigüe) y Nothofagus pumilio (Lenga), de Neuquén a Chubut.
Dentro de las variedades de eucaliptus que se desarrollan en las provincias de
Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Misiones y Córdoba, se destacan:
Eucaliptus rostrata, Eucaliptus viminales, Eucaliptus globulus “Eucaliptus”,
Eucaliptus tereticornis, Eucaliptus ovata y Eucaliptus saligna.
Las maderas Latifoliadas se utilizan para obtener, de preferencia, “pastas
semiquímicas”. Abad, R.N., destaca que la zona del Delta de Río Paraná es
una fuente abundante de maderas de fibra corta, agregando que la margen
derecha del Río Paraná, desde Campana a Rosario, constituye una franja
óptima para la instalación de fábricas de celulosa.
En el resto del mundo se usan también distintas variedades de eucaliptus,
álamos, abedul, haya, etc.
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de papel exige forestaciones especiales cuyo desarrollo necesita, por lo menos,
un período de cinco años para su aprovechamiento.
La caña, en su procesamiento industrial, tras producir azúcar, alcohol y otros
derivados, ofrece sin costos adicionales, la materia prima para este tipo de
papel.
Es oportuno destacar que el Ingenio Ledesma (Jujuy) cuenta con una planta
integrada para producir “pasta química blanqueada”, que trasforma en papel,
para escritura de buena calidad.
RESIDUOS AGRICOLAS
Linter de algodón
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fábrica REYSOL instalada en Zárate produce a-celulosa química blanqueada
(proceso soda).
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peles que no exigen gran resistencia mecánica (papeles tisú para servilletas,
toallas, higiénicos, etc.) o de calidad inferior. Esta “pasta mecánica” es dura y
relativamente poco apta para formar “la hoja” y, el papel fabricado con ella,
resulta quebradizo. Por tal razón, no se emplea nunca sola sino como material
adicional, incorporándola en variadas proporciones a pastas más purificadas.
Los papeles confeccionados con pastas mecánicas adquieren con el tiempo un
color amarillento típico (caso de los papeles de diarios viejos o expuestos al
sol).
La fibra mecánicamente separada y sometida a tratamiento químico para
eliminar las sustancias no celulósicas (incrustantes y otras), produce una pasta
química que contiene fibras blandas, esponjosas y puede trasformarse en
papel sin agregado de material adicional algún (excepto el “encolado” y la
“carga”). La ausencia de materias incrustantes elimina la posibilidad de
alteración objetiva en el aspecto del papel por simple acción del tiempo
(“envejecimiento”). Esta pata, procesada por vía química, conduce a la
obtención de un producto puro (celulosa o pasta química). Adviértase que la
“pasta mecánica” se destina para la fabricación de papeles ordinarios o
cartones en los cuales el aspecto es cuestión secundaria, mientras que la
“pasta química” se emplea, de preferencia, para fabricar papeles de buena
calidad. Según el tipo de papel a obtener, se utilizan mezclas en variable
proporción de ambas pastas)
Además de las pastas clásicas (“mecánica” y “química”), últimamente han
tomado auge las pastas semiquímicas y las Quím.-mecánicas. Las pastas
“semi-Química’ son, en principio, tratadas como las químicas, pero con
reducida cantidad de reactivos, lo que abarata el proceso, y luego se someten;
en parte, a tratamiento mecánico. Se obtiene así un producto menos puro, pero
muy apto para cierto tipo de papeles.
Las pastas “Quimi-mecánicas” o “mecano-químicas”, constituyen una variante
de la semi-química, en las que domina el proceso mecánico,
El ingeniero Felipe Mussi ha confeccionado un cuadro general de las pastas
celulósicas más comunes en el que se especifica: proceso utilizado,
tratamiento, rendimiento y usos.
40
1.
Pasta mecánica
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b) Molido
El molido se realiza con agua para neutralizar el calor de fricción y separar las
fibras por flotación. Los molinos clásicos son de tres o varias cámaras y en
ellos la madera se presiona con agua contra la muela; en el molino vertical la
presión se
42
verifica por el propio peso de los troncos. En los últimos tiempos se emplea, en
los Estados Unidos, el molino de anillo o molino “Roberts” con mando a
engranaje (Fig. 4).
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c) Cribado
El material molido pasa a un tamiz separador de astillas colocado sobre un foso
y, a continuación, la pasta es cribada para separar el material grueso que es
derivado a un refinador.
d) Depurado
El material del refinador pasa a los depuradores donde se mezcla con el molido
fino proveniente del cribado.
e) Espesado
f) Desecado
44
45
1. Preparación de la madera.
2. “Chipeado” (corte en astillas).
3. Cocción (con lejía y vapor).
4. Lavado (esta operación puede incluir recuperación del líquido de cocción).
5. Refinado.
6. Desecado.
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10. Prensapasta. El material es desecado y se obtiene la pasta cruda o sin
blanquear. Esta operación se realiza con filtros al vacío o bien en mesa tipo
“Fourdrinier”, y secado con aire.
11. Blanqueado. Si se desea obtener pasta blanqueada se somete el material a
un proceso de blanqueo después de la operación del depurado.
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Como información complementaria debe agregarse que el tratamiento químico
de la madera tiene por objeto solubilizar la lignina y dejar intacta la fibra
celulósica. Se expresa que en el proceso Kraft la lignina es grandemente
despolimerizada o degradada por hidrólisis alcalina y por oxidación, y resulta
soluble en agua únicamente bajo condiciones manifiestamente alcalinas.
Los lignosulfonatos son solubles en agua o dispersables dentro de un amplio
ámbito de pH y aparecen relativamente estables en medio neutro o ligeramente
ácido. A la denominación clásica del proceso Kraft (“pasta al sulfato”) se
agregan las de “lignina alcalina” y “tiolignina”, esta última debido a la presencia
de derivados azufrados.
Consignase que el tratamiento alcalino de la madera degrada también a las
hemicelulosas para originar derivados del ácido sacarínico.
El característico olor de los compuestos volátiles azufrados que se originan
durante el proceso Kraft permitió la identificación del metilmercaptan (H.S.CH3)
y del sulfuro dimetílico (S. (CH3)2). Con todo, se expresa que la cantidad
formada durante el proceso es pequeña, del orden del 0.1 % del peso de la
lignina.
Adviértese .que la pasta cruda presenta un color oscuro característico (Kraft)
que, sometida al blanqueo, se incorpora a otras pastas con el fin de otorgarles
resistencia. Las pastas blanqueadas y semiblanqueadas sustituyen a las
pastas al sulfito puesto que en la actualidad se han perfeccionado los métodos
del blanqueo.
48
también en carbonato por acción del dióxido de carbono producido durante la
combustión. A su vez, la materia carbonosa (reductora) trasforma el sulfato en
sulfuro, de acuerdo con la ecuación que sigue:
49
50
III. Pasta a la soda
51
Con las respectivas sales magnésicas ocurre similar mecanismo.
El licor resultante que contiene bisulfito de calcio y exceso de dióxido de azufre
(condición necesaria para formar bisulfito), se almacena en tanques hasta su
empleo en el proceso de cocción.
En cuanto a las condiciones de cocción existen dos procedimientos: “hervida
rápida” (entre 7 a 9 horas a 145°/160°C), y “hervida lenta” (30 horas a 125°
hasta 135°C). Durante el tratamiento de cocción, se produce una sulfonación
de la lignina con hidrólisis parcial y despolimerización, obteniéndose una
mezcla de “lignosulfonatos” solubles en agua, así como diversos azúcares que
provienen de la degradación de las hemicelulosas.
Menciónase que la materia resinosa de ciertas especies de coníferas no es
afectada por este tratamiento, por lo cual son retenidas en las respectivas
pulpas.
Las pastas al sulfito son de alta pureza y de buen rendimiento celulósico por lo
cual se emplean para obtener a -celulosa que se destina para fabricar seda
artificial (rayón). Asimismo se declara que estas pastas permiten obtener
papeles de alta calidad para escritura y para billetes de bancos. Agrégase por
último, que se ha comprobado que las hemicelulosas mejoran la calidad del
papel, contrariamente a la creencia de que era necesaria su eliminación. Como
se ha expresado, el procedimiento al bisulfito ataca manifiestamente a estos
compuestos originando diversos azúcares.
V. Pasta semiquímica
52
La reacción debe controlarse puesto que un exceso de dióxido de azufre
conduce a la formación de:
2. A la soda cáustica
53
El “blanqueo” se logra por oxidación; el oxidante (agente blanqueante) actúa
sobre componentes oxidables de la pasta o pulpa, en especial colorantes, y los
destruye por ese mecanismo (es lo que ocurre en el aspecto doméstico cuando
se “blanquea” la ropa sucia con “agua lavandina” del comercio en diluciones
apropiadas: la suciedad desaparece por oxidación, mientras la fibra del tejido
no se afecta). Consignase que, aparte del cuidado que demanda este
tratamiento, el método de blanqueo a utilizar es variable y depende de varios
factores:
1. Fuente del material celulósico.
2. Clase o tipo de pasta a elaborar.
3. Reactivo utilizado en la cocción.
4. Intensidad del proceso de cocción.
5. Destino ulterior de la pasta.
En general, los reactivos o agentes flanqueantes (oxidantes) son: el hipoclorito
de calcio; el cloro y el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada).
Si bien pueden utilizarse otros agentes, se señala que a partir del año 1941 se
usa, en algunos establecimientos, peróxido de sodio (Na202), compuesto
calificado como oxidante enérgico. En Inglaterra, se usó ese mismo año para
blanquear fibras de yute, y se recomienda especialmente para el blanqueo de
pastas mecánicas.
En cuanto al mecanismo interpretativo que regula la intervención de los
agentes blanqueantes antes mencionados, se formulan las siguientes
ecuaciones:
1. Hipoclorito de calcio. Un método conveniente para suministrar cloro para
blanqueo es en forma de “polvos de gas” o, según la expresión corriente,
cloruro de cal. Este compuesto, también conocido como “polvo blanqueador”,
fue descubierto por Charles Tennant (1768-1838) en forma de polvo
relativamente seco, absorbiendo gas cloro en hidróxido de calcio a 500 C.
Obtienes así un producto de composición definida (CaOCl2), susceptible de
liberar oxígeno activo.
54
El “cloruro de cal” obtenido por este tratamiento contenía de 36-37 % de cloro
aprovechable y como se entregaba en tambores apropiados se podía usar
directamente agregándole agua, por lo cual se disponía de un método práctico
y económico.
Estas ecuaciones son de carácter teórico. En la práctica no toda la cal se
trasforma, y existen razones para admitir que el polvo blanqueador de reciente
preparación y concentrado tiene la fórmula 2 Ca.0C12.Ca(OH)2.
Se destaca que el polvo blanqueador pierde su título, por lo cual debe
almacenarse en envases cerrados y en lugar fresco y seco.
2. Cloro. El gas cloro puede licuarse sin grandes dificultades y si se halla seco
no tienen acción alguna sobre el hierro (en medio húmedo lo corroe), por lo
cual puede guardarse y trasportarse en cilindros o tubos de hierro o acero.
Esta comprobación permitió el transporte de cloro en lugar de polvo
blanqueador y actualmente constituye una práctica común, de tal manera que
el uso del polvo blanqueador ha decaído manifiestamente.
Licor de hipoclorito para blanqueo. Este agente de blanqueo se usa en fábricas
que utilizan cloro licuado o que disponen de una planta electrolítica y que
operan en procesos de blanqueo en varios pasos.
El cloro se recibe sobre lechada de cal o pasa por una torre que contiene
piedra caliza (carbonato de calcio), operándose en este último caso la reacción
que sigue:
3. Peróxidos
55
Por proporcionar una concentración de iones hidronio puede considerarse al
peróxido de hidrógeno como un ácido.
El peróxido de sodio (Na202) en contacto con agua libera uno de sus átomos
de oxígeno a la vez que se forma hidróxido alcalino (soda cáustica).
Técnica de blanqueo
56
más económicos se emplea peróxido de hidrógeno aunque se obtiene una
blancura menor; este procedimiento se observa, de preferencia, para pastas
mecánicas.
En la figura 8 se representa, esquemáticamente, el método de blanqueo
“Kamyr” con lavado por dilución y que comprende cinco etapas.
Fabricación de papel
1. Desmenuzado.
2. Batido y refine.
57
58
Se resalta que el rodillo tiene una función más importante que la de promover
el desplazamiento de la pulpa en la pila, puesto que dispone de cuchillas de
bronce colocadas en ángulo recto con respecto a su superficie y agrupadas de
tres en tres a distancias iguales alrededor del rodillo. Sobre el piso de la pila y
por debajo del punto inferior del rodillo se hallan dos juegos más de hojas
estacionarias (“platina”), cada uno de los cuales dispone de 12 cuchillas
aproximadamente. Las cuchillas de la platina son paralelas entre sí aunque no
con las cuchillas del rodillo; por su disposición simulan el efecto de tijeras.
Finalmente, el ajuste del espacio entre las cuchillas fijas y las del rodillo permite
regular la disgregación de las fibras.
En la pila holandesa se incorporan agentes colorantes, “cargas” y se f efectúa
también, el “encolado”.
Modernamente y por las capacidades requeridas se usan los llamados
refinadores que, aparte de su forma cónica, contienen barras fijas y un núcleo
de revolución con cuchillas. Últimamente se incorporaron refinadores a discos
que tienen la ventaja de no afectar mayormente la fibra. Estos implementos
sustituyen con ventaja a la clásica pila holandesa, hasta entonces muy
preferidas para la obtención de papeles trasparentes para dibujo técnico.
Como complemento del proceso de batido y refine, las fábricas de papel
disponen de una serie de piletas, de preferencia azulejadas y provistas de
agitadores, en las que se depositan las pastas después del refine,
incorporándose, además los colorantes, colas y cargas. Asimismo, permiten
efectuar las mezclas de distintas pastas en los casos de fabricarse determinado
tipo de papel.
La operación de encolado tiene por finalidad otorgar resistencia aI papel para
penetración de los líquidos, excepción de los papeles absorbentes, con lo cual
se logra prevenir el “corrimiento” de la tinta al escribir; dar solidez a la hoja y
endurecerla y aumentar la retención de fibras, cargas y ciertos materiales
agregados.
Se menciona que la historia del encolado es, probablemente, tan antigua como
la de la fabricación del papel, ya que existen evidencias de que desde tiempos
remotos era común tratar el papel con gomas naturales, colas o mucílagos de
plantas para volverlo más fuerte y más resistentes al agua o a la tinta.
Era usual sumergir el papel acabado en el encolante (proceso similar al actual
“encolado superficial”) y no fue sino hasta cerca del año 1800, cuando apareció
el encolado en pila, en su sentido moderno.
El encolado interno de los métodos actuales “recubre” íntimamente las fibras
individuales con un material que es insoluble y “repelente” al agua.
La sustancia utilizada en su etapa inicial y que aún tiene aplicación para este
fin es la colofonia. y el inventor del proceso fue M. lllig, quien lo mantuvo en
secreto durante 30 años, monopolizando su uso.
La soda (hidróxido de sodio) forma sales solubles con los ácidos de la colofonia
(jabones de resma) y, como tal o en emulsión finamente dispersa, se incorpora
a la fibra. El principal componente ácido de la resma colofonia es el ácido
abiético, un derivado hidrogenado, del fenantreno.
59
La precipitación de la cola se realiza mediante agregado de alumbre (1) y, de
esta manera, el precipitado se adhiere y es retenido sobre las fibras. Además el
alumbre actúa como “mordiente” (sustancia que se une por una parte a la fibra
y, por otra, al colorante que queda así fijado; sirve de puente de enlace entre la
fibra y el colorante).
Por último debe consignarse que durante el paso de la hoja de papel sobre los
cilindros secadores de la máquina el material resinoso que está en contacto
con la fibra funde por efecto de la temperatura; al enfriarse “resolidifica”, y las
fibras quedan en cierto modo “cementadas” junto con la masa resinosa
resistente al agua, con lo cual el papel adquiere las cualidades que fueran
especificadas (prevenir el “corrimiento” de la tinta, dar solidez a la hoja y
endurecerla, aumentar la retención de fibras, cargas y colorantes incorporados
a la “pasta en pila”).
Cuando se realiza un encolado adicional sobre el papel seco después de pasar
por la batería de secadores, se utilizan adhesivos como cola animal o fécula de
almidón.
En las piletas también se incorporan las “cargas” (“rellenos”), constituidas por
polvos minerales. Las partículas finas de la carga se alojan o disponen en los
intersticios entre las fibras y, de este modo, permiten subsanar irregularidades
de la superficie de la hoja; el ulterior “calandreado” para ciertos tipos de
papeles comprime las fibras y la carga en una masa compacta de superficie
lisa y pulida.
La opacidad mejora con la carga en relación con la magnitud de su índice de
refracción, y se consigna que el color se mejora por el uso de cargas que son
más blancas que las pulpas celulósicas utilizadas. El dióxido de titanio presenta
un color blanco, especialmente puro, si bien su uso tiene limitaciones por su
alto costo. No obstante, conviene mencionar que los “blanqueadores ópticos”
logran un efecto de color similar en forma eficaz y económica, aunque menos
permanente, sin afectar la resistencia.
Agrégase que el pigmento utilizado como carga debe ser insoluble y
químicamente inerte; su incorporación no debe exceder de cierto límites ya que
de lo contrario se afectan ciertas cualidades (resistencia, pérdida de capacidad
para fijar la tinta, etc.).
3. Depuración
Una vez que la pasta ha sido refinada y tratada, se halla preparada para
ingresar en la “continua” para fabricar papel, pero previamente se la somete a
un tratamiento de depurado y limpieza mediante cribas giratorias o planas con
movimiento vibratorio. En la actualidad se emplean depuradores centrífugos
(canastos cribados de acero inoxidable) con movimiento rotativo. La pasta así
depurada pasa por el “arenero” (separación de
(1) Los alumbres son sales dobles que contienen el sulfato de un metal
monovalente y el de otro trivalente. Su fórmula es Me2SO4.Me23iSO4)3 24
H20 en la cual Me representa un metal monovalente (sodio, potasio, rubidio,
cesio o amoniol, y Me3 un metal trivalente (hierro, aluminio, cromo, etc.). Los
alumbres son isomorfos, es decir, forman cristales pertenecientes al mismo
sistema y de igual forma.
60
partículas) o bien por los denominados “centricliners” donde las partículas se
separan por centrifugación.
4. Formación de la hola
5. Prensado
6. Secado
Una vez prensada, la hoja de papel es trasladada por los fieltros a una serie de
cilindros calentados al vapor que integran, en conjunto, las denominadas
baterías de secadores (constituidas por 6, 10, 20 o más unidades), cuyo
número depende del tamaño de la mesa formadora y de la velocidad de la
máquina. Por lo general estos cilindros secadores tienen un diámetro de 1 a 1 .
50 metros. Después del secado el papel acusa un tenor de humedad de
alrededor del 10% (papel seco normal). Adicionalmente se dispone de cilindros
de menor diámetro, dotados de calefacción inter
61
na a vapor, destinados a secar los fieltros que trasladan la hoja húmeda
(cilindros secafieltros). Como variante existe una máquina “tipo yanky” con un
solo cilindro secador de un diámetro de 3 a 5 metros o más, que también actúa
como monolúcido.
7. Satinado monolúcido
8. Bobinado
9. Rebobinado
62
Papel para diarios. “Papel Prensa”
63
relativa medida, con el fin de separar las fibras (desfibrado); en esta operación
se separa la arena remanente y los haces fibrosos que superaron el
tratamiento de disgregación mecánica. El producto resultante es la pasta, que
se envía a un tanque de almacenamiento que sirve de reserva.
En el caso de Papel Prensa se agrega, como “encolante”, una solución de
sulfato de aluminio (S04)3.A12 en la proporción final de 1 %, y agentes de
retención (0.05%). El agente de retención se agrega para mantener
incorporados a la pasta los trozos pequeños de fibra (que pasan por malla 200)
y que otorgan al papel opacidad y capacidad de absorción para la tinta.
Menciónase que, para el papel de bagazo, se agrega caolín y talco.
Paralelamente al proceso descripto se disgrega, en otra línea de fábrica, la
pasta química de fibra larga que se compra y viene en forma de hojas; esta
pasta se acumula en otro silo.
Ambas pastas son luego dosificadas de acuerdo con las proporciones
indicadas, diluidas en agua, según los requerimientos de la máquina, e ingresa
a ésta, volcándose sobre la malla metálica que avanza en forma continua y
formándose así la hoja húmeda.
6. Eliminación de agua. La eliminación del agua se realiza por simple drenaje a
través de la malla metálica durante el trayecto en la “mesa de fabricación” y,
por aspiración, mediante bombas aspirantes instaladas en la parte terminal de
la mesa. El remanente de agua se elimina por compresión de la hoja entre
rodillos y finalmente se seca pasándola a través de 44 cilindros
calefaccionados. La hoja seca emerge a una velocidad de casi 50 km/hora para
su bobinado, obteniéndose una bobina de 7,80 metros de ancho y de
aproximadamente 2 metros de diámetro, con un peso comprendido entre 15 y
20 toneladas.
En operaciones ulteriores se realiza el corte, rebobinado, clasificación,
embalaje, depósito y expedición.
En la fabricación de Papel Prensa reviste especial importancia la resistencia,
blancura y calidad. Una exigencia técnica a satisfacer es la de obtener un
“manto” homogéneo (formación de la hoja húmeda), parejo, con los distintos
empastes.
Es de hacer notar que el proceso de fabricación cuenta con un sistema de
automatización que dispone de computadoras para el registro y contralor de
variables (gramaje del papel, humedad, espesor).
La planta de Papel Prensa instalada en San Pedro (Provincia de Buenos Aires)
funciona en forma permanente.
Clases de papeles
En el cuadro que sigue se indican las características y usos de los papeles más
comunes que se conocen en el comercio local (R.N. Abad).
64
65
Corresponde consignar, finalmente, que publicaciones periodísticas de nuestra
ciudad capital señalaron que la planta industrial de papel instalada en Puerto
Mineral (Provincia de Misiones) logró establecer un nuevo récord de producción
diaria al registrar, en el transcurso del mes de febrero de 1980, una producción
de 172.203 kilogramos, cifra de extraordinaria significación si se tiene en
cuenta que, según se declara, se trata de la especialidad Kraft “Livert” de 220
gramos/m2. Señalase que se ha logrado la máxima producción en máquina
para el mencionado gramaje, destacándose que la planta se halla en
condiciones de alcanzar una producción de 180 toneladas/día en “liners” más
livianos.
66
CAPITULO II
PAPEL
ENSAYOS Y CALIDADES
Determinaciones físicas.
a) Gramaje.
b) Resistencia a la explosión.
c) Resistencia a la tracción.
d) Espesor.
e) Otras determinaciones de carácter físico.
f) Observación microscópica.
g) Método de examen.
Determinaciones químicas.
a) Identificación de la lignina.
b) Encolado.
c) Componentes minerales:
Analítica. — Disgregación alcalina. — Identificación:
1. Silicato.
2. Sulfato.
3. Aluminio.
4. Calcio.
5. Bario.
6. Magnesio.
7. Titanio.
67
Interpretación de los resultados
Los papeles deben someterse a una serie de pruebas o ensayos con el fin de
especificar sus características y controlar su calidad. Los diversos tratados
consignan una serie de pruebas, que se realizan en laboratorios anexos,
tendientes a obtener referencias sobre determinadas cualidades del papel por
medio de un procedimiento especificado.
En tal sentido, organismos reconocidos como la Asociación Británica de
Fabricaciones de Papel y Cartón (Technical Section of the British Papel and
Board Maker’s Assoaciation, Inc.) o BPBMA, la Asociación Técnica de la
Industria de la Pulpa y Papel de los Estados Undidos (Technical Association of
the Pulp and Paper lndustry, TAPPI), y los correspondientes organismos de
Otros países, han estudiado las diversas metodologías propuestas a fin de
efectuar una selección adecuada proponiendo aquellas susceptibles de
expresar, en forma fidedigna, las propiedades que identifican a un determinado
papel.
Grant, J. expresa que la mayoría de los métodos propuestos para determinar
las propiedades físicas de los papeles, si bien resultan prácticos, no muestran
la exactitud requerida, aunque por tratarse de técnicas tipificadas permite que
todos los investigadores puedan expresar sus resultados “en el mismo
lenguaje”.
La BPBMA organiza, a través de subcomisiones, pruebas que se designan con
las letras PT (métodos de prueba en papel), 5 (Estadística) y PE, (Evaluación
de Pulpa), que se ajustan a las normas de la Organización Internacional para la
Estandardización (International Organization for Sta ndardization).
Las pruebas que se llevan a cabo con los papeles son casi tan numerosas y
variadas como lo son los usos del papel
Muestreo. Se señalan las dificultades para obtener una muestra representativa
de una cantidad grande de papel. En los textos especializados se indican
detalladas normas a cumplimentar de acuerdo con la forma del papel (hojas o
resmas, rodillos).
Determinaciones de tipo físico.
Algunas de las determinaciones que se indican resultan de ineludible
realización para establecer las características del papel.
68
a) Gramaje
b) Resistencia a la “explosión”
69
(Mullen Tester) de común aplicación en América, si bien existen otros modelos.
Esta determinación se ajusta a las normas TAPPI (T 403 m-53). Como líquido
hidráulico se recomienda glicerol o etilenglicol con un inhibidor de la corrosión.
En todos los papeles que se destinan para fabricar bolsas y cajas de cartón
corrugado, esta característica es de capital importancia para valorar su calidad.
d) Espesor
pH: en papeles para impresión de libros y que exigen cierta inalterabilidad, este
valor no debe ser inferior a 5 (ligeramente ácido).
Especifícanse, además, otras determinaciones físicas como opacidad,
resistencia al rasgado, elongación, color, permeabilidad, rigidez, suavidad,
brillo, penetración y absorción, etc.
70
marcas de agua, complementada mediante magnificación adecuada debe
efectuarse con iluminación natural, luz artificial (luz fluorescente) y luz
ultravioleta (ultravioleta “corta”: 254 nm y ultravioleta “larga: 360 nm).
Adviértese que es posible comprobar diferencias significativas en la
observación del papel en el ámbito del ultravioleta y con luz reflejada, aun
tratándose de muestras tipificadas provenientes de papeles confeccionados en
distintas épocas.
g) Método de examen
Determinaciones químicas
a) Identificación de la lignina.
71
jo intenso a rojo violeta en relación con el porcentaje de pasta mecánica. Si se
practica el ensayo en forma confrontativa con papeles de contenido conocido
de pasta mecánica de madera es posible obtener cierta referencia con respecto
a su tenor en la muestra.
El ensayo con el floroglucinol es muy sensible y, por lo tanto, cantidades
mínimas de fibras leñosas contenidas en algunos papeles considerados
exentos de pasta mecánica pueden inducir a error. En cambio, el ensayo
precedente con sulfato de anilina muestra una sensibilidad menor.
Debe considerarse además la posibilidad de tratar con papeles que contengan
colorantes susceptibles de producir color rojo aun en ausencia de pasta
mecánica, por lo cual se recomienda efectuar un ensayo con ácido clorhídrico
solo; de aparecer color rojo queda descartada esta reacción.
Estos dos ensayos son suficientes para revelar pasta mecánica de madera en
forma directa. El ulterior estudio de la composición fibrosa permitirá obtener
una información más acabada respecto de los integrantes de la muestra en
estudio.
Interpretación
La función aldehídica (aldehida cinámica) originada de las moléculas de lignina
aparece como responsable de casi todos los ensayos cromáticos (también
produce color rojo con la dimetil-p-fenilendiamina).
Observaciones.
Estos reactivos presentan estabilidad limitada, en especial el floroglucinol, por
lo cual es aconsejable preparar la cantidad necesaria de acuerdo con el
número de ensayos a realizar.
b) Encolado
72
azul o azul violeta oscuro, perceptible a simple vista, siendo posible muchas
veces, identificar el origen del producto (papa, maíz, arroz, etc.) por las
características de los gránulos.
Reactivos.
1) Disolver una laminilla de yodo en aproximadamente 25 ml de alcohol etílico
de 95°.
2) En 25 ml de agua destilada conteniendo disuelto 0,25 g de yoduro de
potasio, disolver una laminilla de yodo;
3) Saturar un pequeño volumen de agua destilada con varias laminillas de
yodo. Se obtiene lo que se conoce comúnmente como “agua de yodo”.
En todos los casos el reactivo debe presentar color amarillo castaño débil. Es
importante utilizar una solución yodada diluida (alcohólica o acuosa), ya que las
soluciones de cierta concentración producen color castaño oscuro que impide
el reconocimiento de los gránulos de almidón.
Determinación de caseína.
Se recomienda un ensayo basado en el tratamiento de la muestra con solución
de hidróxido de sodio al 1 % (formación de caseinato, soluble en agua); la
ulterior acidificación con c.s. de ácido acético provoca la precipitación de la
caseína. El precipitado, separado por filtración, se seca en estufa y se
incorpora a una mezcla precalentada al baño de María constituida por diez
gotas de ácido sulfúrico y veinte gotas de ácido acético: aparece color violeta
rojizo (ensayo de Adamkiewicz; otros autores lo designan como prueba de
Liebermann-Storch).
Se menciona que la identificación de la caseína es imputable a su contenido en
tirosina, ausente en otros adhesivos usados en papeles recubiertos (Grant).
74
en estos casos, disponer de muestras de confrontación de igual tipo para su
correcta interpretación. Por la naturaleza de la prueba recomiéndase el empleo
de métodos especiales como la espectrofotometría infrarroja antes enunciada,
existiendo además organismos técnicos que disponen de valioso instrumental
para la resolución de problemas de esta naturaleza.
e) Componentes minerales
Macroanálisis
75
Sulfato de calcio ……………………………… 20 %.
Sulfato de bario……………………………… 0.5 %.
Dióxido de titanio……………………………… 0.5 %.
Analítica.
76
Similar interpretación corresponde a la descomposición acuosa- clorhídrica del
carbonato de magnesio.
No esté de más señalar que el carbonato de calcio (la creta de uso
farmacéutico) ha incrementado su uso como material de carga en los últimos
años.
Si la carga no se disuelve (o se disuelve parcialmente con o sin efervescencia
en casos de utilizarse mezclas de pigmentos), pueden existir componentes
minerales químicamente inertes cuya solubilidad, para su ulterior identificación
analítica, deberá abordarse por otros medios. Así, si las cenizas están
constituidas por:
a) Caolín (silicato de aluminio: (Si04)2H2.Al2.2 H20) (la arcilla es caolín
impuro), o
b) Talco (silicato de magnesio: (Si03)4H2.Mg3), o
c) Sulfato de bario (SO4Ba). Naturalmente existe como baritina o espato
pesado. Se prepara por doble descomposición entre el cloruro de bario (Cl2Ba)
y el sulfato de sodio (SO4Na2).
Disgregación alcalina.
77
a) Caso del caolín
78
Por lo tanto el tratamiento fundente transforma los componentes minerales
inertes en compuestos fácilmente solubles en agua o en soluciones ácidas.
Tratar el producto resultante de la disgregación con agua destilada fría,
favoreciendo la disolución por agitación cuidadosa con una varilla de vidrio, con
lo cual se obtiene:
(1) Se menciona que el metatitanato de sodio, a pesar de ser una sal sádica, es insoluble en
agua fría, pero fácilmente soluble en ácidos. Si el producto de la disgregación alcalina se trata
con agua destilada caliente, el metatitanato de sodio, de existir, se descompone con separación
de ácido metatitánico, insoluble en agua y difícilmente soluble en ácidos diluidos. (Treadwell).
79
Disolución del carbonato de bario
Por lo tanto los carbonatos de magnesio, bario y calcio, insolubles en agua, son
fácilmente descompuestos por los ácidos diluidos con formación de los
respectivos cloruros solubles, aptos para su inmediata identificación.
ldentificación de los componentes solubles provenientes de la disgregación
alcalina
Sales sódicas o mezcla de sales de sodio y de potasio en caso de utilizarse la
mezcla fundente ordinaria.
a) Silicato
80
3. Ensayo con solución de molibdato de amonio y cloruro estannoso. Se indica
como un ensayo extremadamente sensible para los silicatos solubles.
Un pequeño volumen de la solución que contiene silicato se trata con 10 ml
(cm3) de solución de molibdato de amonio al 10% (Mo04 (NH4)2); se agrega
lentamente y con cuidado ácido clorhídrico al 20% hasta reacción débilmente
ácida (controlar con papel Universal); se incorpora a continuación unos mililitros
de solución de cloruro estannoso al 25% (Cl2Sn) en ácido clorhídrico
concentrado o, en su defecto, solución de estannito de sodio (Sn(OH)3 —)
(preparada, agregando un exceso de solución de hidróxido de sodio a una
solución de cloruro estannoso), con lo que se obtiene color azul intenso.
Esta reacción es producida también por los fosfatos que pueden encontrarse
en pequeña cantidad en ciertos papeles, por lo cual se indica un ensayo
diferencial de fosfatos en microescala.
Técnica
Reactivos.
Observaciones
81
diatomeas (“kieselguhr”) se usan para mejorar la aptitud impresora del papel,
así como su porosidad y para dispersar la resma (“pich”). Comúnmente se
identifican al efectuar el estudio microscópico de la fibra. La sílice activada, una
solución coloidal producida a partir del silicato de sodio o “vidrio soluble”, se
usa para mejorar la formación de la hoja y la retención de cargas, así como
también como coagulante de sólidos en suspensión en aguas de recirculación
o en efluentes. Estas pequeñas cantidades pueden revelarse mediante el
ensayo en microescala antes detallado, por lo cual deben extremarse
precauciones en casos positivos. Es conveniente disponer de muestras de
origen indubitable para las respectivas confrontaciones.
b) Sulfato
Interpretación simplificada
82
Acción del sulfato contenido en la muestra (sustrae el bario)
c) Aluminio
2. Reactivo “aluminón”.
El “aluminón” es la sal amónica del ácido aurintricarboxílico. El hidróxido de
aluminio adsorbe fuertemente este colorante originando un complejo de
adsorción o “laca”, de color rojo brillante.
Puede emplearse el precipitado obtenido en el paso anterior, que se disuelve
por tratamiento con ácido clorhídrico al 10 % en volumen (bastan
5 mi); se añade 5 ml de solución acuosa de acetato de amonio al 20-25 % e
igual volumen de reactivo (“aluminón” en solución acuosa al 0,1 %); agita, se
deja en reposo durante 5 minutos y se incorpora un exceso de
83
solución amoniacal de carbonato de amonio: se obtiene un precipitado o color
rojo brillante que persiste en la solución alcalina.
3. Reactivo “alizarina” (1 ,2-dihidi-oxiantraquinona)
Se impregna una franja de papel de filtro uso analítico con solución alcohólica
saturada de alizarina (color amarillo) y se deja secar. Se deposita sobre un
sector del papel una gota de la solución en estudio (hidróxido de aluminio
disuelto en ácido clorhídrico diluido) y se expone a los vapores de amoníaco
hasta la aparición del color violeta (color imputable al reactivo en medio
amoniacal); se seca en estufa a 1000 C: el color violeta se desvanece y se
percibe una mácula de color rojo en presencia de aluminio.
El producto formado no responde a una composición química definida sino que
es variable y es el resultado del juego de fuerzas físicas y químicas (adsorción
química).
d) Calcio
Se halla en solución corno cloruro (Cl2Ca).
1. En tubo de ensayo colocar 1 ml de la solución problema y alcalinizarla
ligeramente con amoníaco; agregar, gota a gota, solución de oxalato de amonio
al 10 %: de inmediato aparece un precipitado blanco para soluciones de
mediana concentración, mientras que las soluciones diluidas precipitan en
forma lenta.
84
de solución de carbonato de amonio (1) con lo cual aparece un precipitado
blanco de carbonato de calcio, que se intensifica por calentamiento al baño
maría a 60° C.
(1) El carbonato de amonio está constituido por una mezcla de bicarbonato y carbonato de
amonio que no precipita con los metales alcalino-térreos. Para trasformados en carbonato
normal se agre9a amoniaco y se calienta a 60°.
85
cristalino. Para cantidades muy reducidas suele aparecer una opalescencia
perceptible si el vidrio se coloca sobre papel o superficie de color negro.
4. Ensayo con glioxal-bis (2-hidroxianilo)
Este reactivo origina, con iones metálicos, sales complejas internas coloreadas
(“quelatos”). El calcio produce un compuesto estable en medio carbonatado, de
color rojo, extraíble por cloroformo.
Técnica. En un microtubo colocar dos-tres gotas de la solución en ensayo
(neutra o ácida); agregar ocho-doce gotas de reactivo (glioxal-bis (2-
hidroxianilo) en solución alcohólica al 1 %) y dos-tres gotas de solución acuosa
de hidróxido de sodio al 10 % e igual número de gotas de solución acuosa de
carbonato sódico; mezclar e incorporar seis-diez gotas de cloroformo puro y
varias gotas de agua destilada; agitar bien y dejar separar las fases: la capa
inferior clorofórmica adquiere color rojo en presencia de sales de calcio.
Se menciona que este ensayo es ampliamente selectivo para el calcio y
permite identificar:
— 20 microgramos de calcio en presencia de 2.000 microgramos de estroncio.
— 25 microgramos de calcio en presencia de 2.000 microgramos de bario.
30 microgramos de calcio en presencia de 1 .000 microgramos de magnesio.
20 microgramos de calcio en presencia de 500 microgramos de plomo.
10 microgramos de calcio en presencia de 500 microgramos de hierro.
0,5 microgramos de calcio en presencia de 500 microgramos de aluminio.
(Feigi).
e) Bario
1. Ensayo con ácido sulfúrico diluido (5 %) o con sulfatos solubles
En tubo de ensayo colocar 0,5 ml de la solución problema (acidez clorhídrica) y
calentar a ebullición: incorporar dos-cuatro gotas de solución acuosa de ácido
sulfúrico al 5 % en vol.: aparece de inmediato un precipitado blanco, pesado,
finamente dividido (es el pigmento blanco que, en ocasiones, se usa como
“carga “).
86
al 5 %: aparece precipitado amarillo (cromato de bario), insoluble en agua y
ácido acético y fácilmente soluble en los ácidos minerales.
Magnesón 1 (p-nitrobenceno-azo-resorcinol)
Magnesón II (p-nitrobenceno-azo-naftol).
87
Estos azo-colorantes presentan color rojo a rojo violeta en solución alcalina y
cuando adsorben hidróxido de magnesio originan lacas de color azul intenso.
Técnica. En placa de porcelana colocar una gota de la solución en ensayo y
una-dos gotas de solución alcalina de Magnesón 1 o de Magnesón II:
aparece de inmediato un precipitado azul de intensidad variable según el
contenido de magnesio. Para pequeñas cantidades se verifica un cambio de
color del rojo violeta al azul; en estos casos es aconsejable efectuar un ensayo
en blanco usando agua destilada en lugar de la solución en ensayo.
Nota: Es importante asegurarse que el fenómeno de adsorción se opera en
medio alcalino. Si, eventualmente, la solución fuese demasiado ácida el
colorante acusa color amarillo (se comporta como indicador de pH); en estos
casos deberá incorporarse unas gotas de solución de hidróxido de sodio al 30
%.
Reactivo:
Se prepara disolviendo 0,00 1 g de Magnesón 1 6 Magnesón II en 100 ml de
hidróxido de sodio al 8 %.
g) Titanio
La fusión alcalina trasforma el dióxido de titanio en metatitanato alcalino,
insoluble en agua fría pero soluble en los ácidos. Si el tratamiento acuoso-
clorhídrico del residuo proveniente de la fusión no provocara su total disolución,
incorporar gota a gota ácido clorhídrico puro hasta lograr una solución límpida.
88
1. En tubo de ensayo colocar 0,5 ml de la solución problema y agregar igual
volumen de agua oxigenada común (3 % o 10 volúmenes): aparece color
amarillo de intensidad variable en presencia de titanio.
Nota: Deberá agregarse suficiente cantidad de ácido para impedir el efecto
hidroítico. En ocasiones, puede obtenerse color rojo naranja.
2. Colocar en tubo de ensayo 1-2 ml de la solución en estudio y acidificar en
forma neta por agregado de ácido clorhídrico; incorporar dos granallas de zinc,
con lo cual se observará una activa liberación de gas hidrógeno, a la vez que la
solución adquiere color violeta por formación de compuestos de valencia
inferior (sales titanosas).
89
Interpretación de los resultados
Método espectrográfico
Mediante el empleo de instrumentos adecuados (Jarrell Ash Wadsworth
Grating Spectrograph 1,5 m Universal Excitation Source of the Type FES 4
GTT 5), controlados electrónicamente, es posible obtener espectrogramas
susceptibles de evaluación por métodos y tablas que se ofrecen en la
respectiva literatura.
La técnica indica utilizar 2,5 miligramos de cenizas que se mezcla íntimamente,
en un mortero de ágata, con carbón purísimo, uso espectrográfico, finamente
dividido. La mezcla se coloca en el hueco de uno de los electrodos de carbón y
se somete al arco eléctrico, con lo cual se logra la volatilización total de los
componentes metálicos de las cenizas, que emiten su característico espectro.
Esta técnica ha permitido, posteriormente, analizar el papel tal cual utilizando
muestras de 4. x 4 mm2 que se mezclan con grafito en polvo, uso
espectrográfico para su ulterior compresión (obtención de pastillas).
Agrégase que las modernas técnicas por espectrofotometría de absor
90
ción atómica permiten evaluar, específicamente, los integrantes metálicos de
las cenizas en el orden del microgramo y aún menos.
Desintegración de la muestra
Martin, E. consigna que la mejor manera de eliminar los integrantes no fibrosos
del papel es tratar la muestra con solución acuosa de hidróxido de sodio al 1 %
(Herzberg). A tal efecto recomienda disponer de muestras constituidas por
pequeños trozos de 1 cm2 de superficie, que se impregnan con unas gotas de
agua destilada y luego se disgregan entre los dedos pulgar e índice
(“amasado”). La masa así disgregada se coloca en un tubo de ensayo
conteniendo 1/3 de su capacidad de solución de hidróxido de sodio al 1 %; se
calienta directamente sobre mechero hasta ebullición y se enfría bajo corriente
de agua; agitar enérgicamente durante unos momentos y volcar sobre un tamiz
metálico de malla fina; lavar con abundante agua corriente y dejar escurrir.
91
Consignase que los papeles de colores no necesitan tratamiento especial
alguno puesto que la solución alcalina caliente destruye o modifica los
colorantes en grado tal que no afecta los resultados de las observaciones; en
cambio, los pigmentos muy oscuros y resistentes que impiden la correcta
visualización de las fibras, deben eliminarse por tratamientos adecuados.
La preparación microscópica
Una muy pequeña fracción del material disgregado y lavado se coloca sobre
una placa de porcelana porosa y se deja secar, trasladándose luego al centro
de un portaobjetos escrupulosamente limpio y seco. Es recomendable disponer
de varias preparaciones con el fin de someterlas a los distintos reactivos
cromogénicos (que producen variados colores, según el tipo de fibra).
Depositar, sobre el material así seleccionado, dos-tres gotas de reactivo,
extendiéndolo con ayuda de una aguja de las utilizadas para preparaciones
botánicas (puede emplearse una aguja común cuyo extremo superior se inserta
en un fino mango de madera); colocar un cubreobjeto y presionar ligeramente
sobre el mismo con ayuda de una fina varilla de metal o de vidrio, para eliminar
todo exceso de reactivo que se extiende fuera de la superficie del cubreobjeto y
se absorbe con papel de filtro (si fuera necesario conservar la preparación,
“sellarla” con bálsamo del Canadá según técnica).
Con este procedimiento las fibras pueden diferenciarse nítidamente tanto por
su estructura como por el color que adquieren con el respectivo reactivo.
Manifiesta el mencionado autor que la identificación exacta de la estructura
fibrosa requiere cierto conocimiento de la morfología del material utilizado en la
fabricación del papel. Al respecto existen publicaciones sobre la materia (Vidal,
L. L’Analyse Microscopique des Papiers. 1939; Carpenter, C.H. and Leney, L.
Papermaking Fibers. State University of New York. New York. 1952).
Alternativa
92
corporar al resto suficiente volumen de agua de manera de obtener de 250-300
fibras en el portaobjeto; llenar parcialmente un tubo de ensayo con la
suspensión así obtenida.
Reactivos
Reactivo de Herzberg.
Reactivo de Sutermeister.
Solución “B”
94
acuosa de cloruro de aluminio (densidad = 1,15), 10 ml de solución acuosa de
cloruro de calcio (densidad = 1,36) y .10 ml de solución acuosa de cloruro de
zinc (densidad = 1,80). A esta mezcla incorporar 12,5 ml de una solución
preparada disolviendo 0,90 g de yoduro de potasio y 0,65 g de yodo en 50 ml
de agua destilada. Las soluciones antes anotadas deben acusar la densidad
que se especifica a 28°C.
a) rojo oscuro con las fibras celulósicas puras, natural (algodón, lino, cáñamo,
etc.).
b) gris violáceo con las partes refinadas blanqueadas de sisal, bambú, paja
adjworthia, etc.
c) azul vivo con las pastas refinadas blanqueadas de árboles de hojas caducas
(álamo, abedul, eucaliptus, etc.).
d) amarillo oro con las lignocelulosas brutas, tales como las pastas mecánicas,
las pastas crudas de yute, el formio y similares, paja triturada, etc.
c) del amarillo pálido al violeta oscuro con tintes vivos, con las pastas crudas de
manila, sisal y similares; con tintes opacos y parduzcos, con las pasta cruda a
la soda; con tintes pálidos y
95
trasparentes con la pasta al bisulfito cruda, y quedan incoloras o ligeramente
violáceas las pastas refinadas blancas de maderas resinosas.
El reactivo de Lofton-Merrit produce color azul a verde con la pasta al sulfato
sin blanquear; púrpura, con pasta al sulfito sin blanquear.
Se consigna que este reactivo debe ajustarse previamente, mediante agregado
de los respectivos colorantes, frente a mezclas de composición conocida.
Se indica, además, la técnica que sigue: al extendido de fibras se incorpora una
gota de reactivo de preparación reciente y ajustado, y se deja en contacto
durante 2 minutos; se absorbe el exceso con un trozo de papel de filtro y se
trata con una-dos gotas de ácido clorhídrico al 0.1%, dejando en contacto
durante 30 segundos retirando todo exceso con ayuda de un papel de filtro;
lavar con dos-tres gotas de agua destilada y absorber el excedente de la
manera indicada.
El colorante “C” de Graff, origina los siguientes colores: amarillo- naranja, con
pasta mecánica; amarillo a púrpura pálido, según el grado de cocción y
blanqueo, con coníferas al sulfito; verde a púrpura pálido, según intensidad de
tratamiento (cocción y blanqueo), con coníferas al sulfato; amarillo pálido a
púrpura pálido, cori, maderas latifoliadas al sulfito y rojo naranja con paja.
Colorantes para algodón rayón. Si bien el examen microscópico permite
establecer diferencias, el ensayo que se indica permite su reconocimiento. La
preparación se lava con solución acuosa de carbonato de sodio al 2%; se
“blanquea” con hipoclorito y somete a la acción del reactivo de Herzberg: el
rayón a la viscosa o al cupramonio produce color azul; rayón al acetato:
amarillo; algodón: rojo.
Pulpa de madera sin blanquear, al sulfito. Grant, J. señala un colorante que, al
parecer, muestra especificidad de conducta para este tipo de pulpa. Consiste
en una disolución de 15 miligramos de p-p’-azo dimetilanilina en 100 ml de
ácido acético glacial, con ulterior agregado, por agitación continua, de igual
volumen de agua destilada.
Esta disolución acuosoacética del mencionado colorante produce color rojo con
pulpa de madera sin blanquear, al sulfito.
El reactivo debe protegerse de la luz.
96
cia azul brillante); además, el empleo de ciertas drogas fluorescentes en ese
ámbito permite complementar diferencias. Así, la inmersión sucesiva del
preparado en una solución acuosa de sulfato de o-hidroquinolina (oxima) al
0,5%, agua destilada y, por último, solución de hidróxido de sodio al 5 %, se
produce fluorescencia violeta con las fibras de lino y amarilla con las fibras de
algodón.
Se menciona que presenta mayor aplicación la Rodamina 6GD al 0,02%, que
muestra fluorescencia roja con las fibras al sulfito sin blanquear y al sulfato
blanqueadas y sin blanquear; verde amarillento con las fibras al sulfito
blanqueadas, y fluorescencia de color “café” con la paja y yute.
Se anota por último que una mezcla de Rodamina B extra al 0,05% y verde
dianilo brillante-G de igual título, origina fluorescencia azul con muchas pulpas
a la soda y roja con pulpas al sulfato.
Composición fibrosa.
Microscopia electrónica.
97
Bibliografía
CAPITULOS 1 y II
98
CAPITULO III
TINTAS - LAPICES
ELEMENTOS ESCRITORES
CLASIFICACION
99
do hoy para la confección de cheques bancarios, siempre el perito en
documentos recibirá el material a analizar sobre ese soporte de fibras
celulósicas llamado papel, que el hombre utiliza desde tiempos milenarios para
realizar la escritura.
Agotado el estudio del papel soporte, debemos ocuparnos ahora del otro gran
componente del documento, de aquel que constituye realmente la escritura: el
(pigmento que conforma los rasgos convencionales
—letras, números, signos— que el hombre aplica sobre el papel mediante
artificios tan simples como un lápiz o una pluma de gavilanes y otros tan
complejos como las modernas máquinas de escribir o las monumentales
linotipos, pasando por estilográficas, bolígrafos, lapiceras de fibra, etc.)
En forma muy general, estos “pigmentos escriturales” pueden dividirse en dos
grandes grupos: las tintas y los lápices.
Las tintas son líquidos coloreados, que al ser depositados sobre el papel dejan
por evaporación del solvente y/o por reacciones químicas de sus componentes,
residuos de color, intensidad y perennidad tales, que las hacen aptas para la
ejecución de escrituras.
Los lápices son artificios adecuados para mantener un eje o mina, que s el
verdadero elemento escritor, sólido, coloreado y de dureza adecuada,
terminado en punta, que al pasar sobre el papel sufre un desgaste que origina
la deposición del pigmento sobre éste, en forma de rayas y puntos.
Las definiciones adoptadas, como se ve, son sumamente amplias, pues en el
caso de las tintas incluyen productos que van desde líquidos muy fluidos, como
las tintas a la anilina, hasta otros casi pastosos como las de impresión; unos
que se aplican mediante artificios clásicos como el lapicero ya casi
desaparecido, con pluma de gavilanes, hasta otros que se cargan en los
depósitos, de los surgidos en las últimas décadas, como bolígrafos y lapiceros
a fibra; unos que se usaban en la clásica imprenta, hasta Otros que se usan en
las artes gráficas modernas. En el caso de los lápices la definición transcripta
incluye los lápices grafíticos, los copiativos y los “crayons”, estos desde los
constituidos sencillamente por la pasta pigmentada hasta los verdaderos
lápices de colores.
En esa definición quedarían incluidas también las tintas utilizadas en escrituras
secretas, las que si bien no responden exactamente a ella por ser incoloras, se
emplean para confeccionar escrituras invisibles, las que se materializan en el
momento oportuno mediante adecuados tratamientos físicos o químicos.
En base a lo dicho, hemos construido un cuadro sinóptico que incluye todos
estos elementos escritores, clasificándolos de acuerdo con u forma de
aplicación y composición.
En base a dicho cuadro, que se transcribe a continuación, realizaremos
posteriormente el estudio sistemático de los diversos elementos en él incluidos.
100
TINTA CHINA
Las tintas carbonosas son las más antiguas. Consisten en carbón finamente
dividido, en solución coloidal. Se conocían bajo diversos nombres (tinta china,
tinta india), 3.000 años antes de Cristo. Su aparición en problemas forenses es
rara, ya que su uso se reserva para dibujo y escritu
101
ras especiales títulos, diplomas, etc.). Se elaboran con negro de humo obtenido
mediante la combustión incompleta de sustancias orgánicas, el cual se
suspende en agua mediante el agregado de cola o goma. Estas últimas
sustancias se reemplazan en las tintas actuales por soluciones de goma laca
en bórax o amoníaco. El color de las escrituras obtenidas con estas tintas varía
del pardo oscuro al azul negro, lo que depende de la calidad del negro de humo
que contienen. Las más solicitadas son las de color negro puro; por eso,
muchas variedades presentan el agregado de azul de Prusia, pigmento azul
constituido por ferrocianuro férrico
[Fe(CN)6]KFe— que disimula, al complementarIo ópticamente, el
“amarillamiento” de los negros de humo de baja calidad.
Algunas variedades contienen también un agente humectante y un
conservador.
Al escribir con tinta china, el agua de la misma penetra entre las fibras
celulósicas, o se evapora, quedando en la superficie el rasgo constituido por
una capa de carbón amorfo, adherida al papel por un “film” de cola. Siendo el
carbón extremadamente estable, estos escritos no son afectados por la luz, el
aire, la humedad, ni los agentes microbianos, de ahí que su color se conserve
intacto mientras no se altere el papel soporte. Esta gran resistencia química del
carbón es también la causa de que durante el análisis estas escrituras no sean
atacadas por los reactivos químicos ácidos, alcalinos ni de oxirreducción.
En cambio, las escrituras de tinta china pueden ser lavadas con cierta facilidad,
ya que como se dijo, el pigmento no penetra entre las fibras celulósicas del
papel, sobre todo en materiales con buen satinado.
Estos detalles deben ser tenidos en cuenta por el perito, que podría confundir
el lavado o remoción mecánica de la tinta debida al agua de los reactivos, con
una reacción química de decoloración.
TINTAS FERROGALOTANICAS
102
(SO4Fe), ácidos tánico y gálico (1), colorante auxiliar, conservadores, coloides
protectores, ácidos inorgánicos.
El colorante auxiliar tiene por fin hacer visible la escritura desde el acto mismo
de la escrituración, por cuanto el tanato ferroso, que constituye ahora la tinta,
es sólo levemente coloreado.
El primer colorante auxiliar, incorporado a la tinta por Stephens en 1836, fue el
índigo, que imparte a la escritura un color inicial azul que luego va virando al
negro violáceo debido a un complejo proceso que enseguida estudiaremos.
Antiguamente estas tintas carecían de colorantes. En la actualidad dicho
colorante ha sido reemplazado por el azul soluble.
Los conservadores utilizados, cuya función es evitar la proliferación de hongos
y bacterias, son el fenol y el ácido bórico.
Los coloides protectores empleados en la formulación de estas tintas son los
mismos que se usaban antiguamente: goma arábiga o cola; su función es
impedir la precipitación del tanato férrico, manteniéndolo en suspensión.
El ácido inorgánico, generalmente clorhídrico o sulfúrico, se incorpora con la
misma finalidad que la goma, pero el mecanismo de acción es diferente: estos
ácidos disminuyen la ionización del ácido tánico, con lo cual
103
la concentración del ion tanato no es suficiente para precipitar como tanato
férrico: (1)
104
“azul-negras” con que también se las conoce. La evolución química que
experimentan las tintas ferrogalotánicas en la escritura, ha sido explicada por
Mitchell en base a las siguientes reacciones:
Una vez que se deposita la tinta sobre el papel, el oxígeno del aire oxida al ion
ferroso a férrico (ecuación 1). Este ion férrico se combina con el ion tanato
producido según la ecuación 2, obteniéndose así el precipitado de tanato
férrico, de acuerdo con la ecuación 3.
El tiempo requerido para que estas reacciones se produzcan, a partir del
momento de la escrituración, depende de muchos factores: condiciones en que
se conserva el escrito (exposición al aire, calor, humedad, luz), naturaleza del
papel soporte (encolado, acidez, etc.), uso de papel secante, etc. Por tales
razones no se les puede asignar a estas reacciones un tiempo definido, pero
en líneas generales se puede decir que el color negro de la tinta puede
visualizarse en época de verano en unos siete a diez días, y, en la estación
invernal, luego de varios meses. Para el desarrollo del color negro en toda su
intensidad se requieren varios años. Volveremos a ocuparnos de este tema al
estudiar la determinación de la antigüedad de los documentos, con la cual
evidentemente las reacciones citadas tienen particular relación.
TINTA AL CAMPECHE
105
sulfato de cobre y campeche. Se conocieron luego fórmulas con dicromato de
potasio y campeche, con el agregado de ácido clorhídrico (para evitar
precipitaciones), y fenol como conservador. .
El color de la escritura realizada con estas tintas depende de la sal inorgánica
presente: con las de aromo se logra el negro más intenso.
Las tintas al campeche ya no se usan.
El estudio de su principio activo —la hematoxilina— brinda un ejemplo clásico
de producción de un compuesto colorante, en base a la teoría de Witt y a los
fenómenos de resonancia, que se estudiarán al tratar, en este mismo capítulo,
las tintas a la anilina.
La hematoxilina (incolora) al ser expuesta al aire se oxida a hemateína (negra).
Observando la fórmula de la hemateína vemos que quedan satisfechos los
requerimientos de aquella teoría: la estructura quinoide es el cromóforo; los
grupos hidroxilos los auxocromos; por último, el compuesto es capaz de una
oxidación-reducción inter e intramolecular.
TINTAS A LA NIGROSINA
106
Actualmente tienen poca incidencia. Son lavadas con agua con suma facilidad
por simple redisolución del colorante; los escritos deben guardarse
celosamente al abrigo de la humedad. Tiene, sobre las tintas a la anilina, la
ventaja de no empalidecer con el tiempo. No está bien aclarada la composición
del pigmento, que se usa también en pomadas para calzado, tintas de
imprenta, cuero y papel. La indulina, que es un pigmento muy semejante,
contiene un anillo nitrogenado:
TINTAS A LA ANILINA
107
En 1866 el químico ruso Otto Witt estableció que para que una sustancia pueda
ser considerada colorante, debe contener en su molécula dos tipos de
agrupaciones atómicas:
a) Grupos cromóforos: (del griego: llevo color). Son grupos atómicos con
dobles ligaduras, que incorporados a una sustancia incolora la tornan
coloreada. Los grupos cromóforos más importantes son:
108
bi Grupos auxocromos: (del griego: aumento de color). El cromógeno, aunque
coloreado, no es aún colorante. Para ello debe incorporarse a su molécula uno
o más grupos auxocromos, es decir:
Los grupos auxocromos pueden ser ácidos o básicos. Los más comunes son:
109
Este colorante se denomina también “amarillo manteca”.
Los colorantes se dividen, según los grupos auxocromos que presentan, en
ácidos y básicos. Son por lo tanto, colorantes ácidos los que contienen
auxocromos ácidos, como ocurre con el ácido pícrico o trinitrofenol.
Son colorantes básicos los que contienen auxocromos básicos; por ejemplo el
amarillo de manteca.
110
Tintas a la anilina resistentes al agua
Para dar a las tintas a la anilina una mayor resistencia al lavado, se las prepara
en forma similar a la tinta china, vale decir, al estado de suspensión, no de
solución como las que veníamos estudiando.
Para ello el pigmento se suspende en una solución de goma laca, hecha
soluble mediante el agregado de bórax, amoníaco o bicarbonato de amonio.
En algunos casos el pigmento en suspensión va acompañado por otro/s ácidos
o básicos, en solución.
TINTAS ALCALINAS
111
Parker Azul Real Lavable 3,1
Parker Azul Negro Permanente 3,3
Parker Azul Permanente 3,0
Parker Negro Permanente 3,3
Parker-Quink Azul Negro Permanente 1,7
Eureka Azul Negra 2,7
Eureka Negra 2,3
Pelikan Azul Lavable 2,0
Pelikan Azul Negra 2,1
Pelikan Negra 9,2 (x)
Pelikan Roja 5,6
Pelikan Azul 1 ,9
Pelikan Verde 7,5
(x) Se observa que existe una sola tinta, dentro de las analizadas, que presenta
reacción francamente alcalina. Se analizó la misma por espectrofotometría de
absorción atómica, comprobándose que contiene 4 miligramos de cobre por
litro.
112
Esta constante, Kw, se denomina producto jónico del agua. Su valor,
determinado por distintos métodos, es de 1 x 10 -14, a 25°C. Este valor
aumenta con la temperatura así como con la concentración jónica (efecto
salino). En agua muy pura la concentración de los iones que la integran (H3O y
HO—) será de
Por lo tanto, una solución neutra se puede definir como una solución en la que
CH3O+ y CHO- son iguales, o en la que CH3O+ = 10—7. Si al agua pura se le
añade un poco de ácido diluido, se aumentará, la concentración de ion H3O.
Supongamos que la concentración del ion H3O es de 10—5; entonces, como
CH3O+ x CHO- = 10—14, CHO- es igual a
10—9. Según esto una solución es ácida cuando contiene una concentración
de ion H3O mayor que 10—7, o una concentración de ion HO— menor que 10
—7. A la inversa, una solución alcalina puede definirse como la que tiene una
concentración de ion H3O menor que 10—y, o una concentración de ion HO—
mayor que 10—7.
Este método de expresar la acidez o alcalinidad de una solución por la
concentración de su ion H3O es, algunas veces, poco conveniente. Por esta
razón Sórensen propuso un sistema sencillo en el que se toma como unidad el
logaritmo del recíproco de la concentración de ion H3O. Esta unidad fue
designada por Clark como “pH”. Por lo tanto, el pH puede definirse como el
logaritmo negativo de la concentración de ion hidronio (H3O), es decir:
113
De acuerdo con estos valores, se tiene que:
TINTAS DE BOLIGRAFOS
114
so adecuado, que diera un bolígrafo buen sustituto del lápiz grafítico.
Al principio predominaban los soportes oleosos (oleína, aceite castor, aceite
mineral), adicionados de éter de petróleo o benceno, pero se originaba una
escritura borrosa, por difusión de estos que, incluso, en papeles de baja calidad
afectaban el dorso del escrito.
Los soportes a base de alcoholes contienen polietilén glicol, butilén glicol,
octilénglicol. Los glicoles empezaron a usarse en 1951.
Las resinas sintéticas que se usan como soportes o solventes de estas tintas
son, principalmente, el cloruro y el acetato de polivinilo.
Con respecto a los colorantes que constituyen las tintas para bolígrafos, debe
mencionarse en primer lugar el alto porcentaje en que intervienen en éstas: 10
a 15 %, contra 2 % en las tintas fluidas. Veremos, al estudiar el análisis de
tintas por métodos cromatográficos, que este mayor porcentaje de colorante
facilita enormemente la aplicación de dichos métodos que, en cambio, en las
escrituras realizadas con tintas fluidas no arroja, muchas veces, resultados
totalmente satisfactorios.
Como materias colorantes se utilizan generalmente mezclas, sobre todo en los
lapiceros de buena calidad. Los hay verdes (ftalocianinas), azules (azul victoria,
azul alcalino), rojos (eosina, rodamina) y violetas (violeta cristal, violeta de
metilo).
Los colorantes de ftalocianina son muy estables y brillantes. Se comenzó a
utilizarlos en 1954; su único inconveniente es su escaso poder tintóreo, por lo
cual se los refuerza en las tintas de bolígrafos con otros colorantes. Estas
mezclas hacen que, cuando se intenta el lavado de la escritura, sólo se
consigue su cambio de color por eliminación de uno de los componentes.
Respecto del grafito como pigmento de estas tintas, en un intento de hallar un
sustituto de los lápices grafíticos, si bien hay ensayos y patentes anteriores, su
uso en forma satisfactoria data de 1954.
LAPICEROS DE FIBRA
115
Estos lápices pueden ser considerados como desarrollo del lápiz marcador que
se usó muchos años en el Japón como sustituto del pincel tradicional que se
utilizaba para escribir los caracteres idiográficos. También conocido en
Occidente en círculos artísticos, experimenté constantes modificaciones para
hacerlo aplicable a un mayor número de expresiones de tal tipo, pero también
para adaptarlo a la escritura corriente.
Eso se logró cuando la Japanese Stationery Company produjo el “Pentel”, que
ejecuta una línea adecuada para la escritura cursiva. De inmediato se
desarrollaron en todo el mundo elementos escritores semejantes. Lo más
interesante es la ingeniosa forma del ápice del lapicero, que produce un flujo
continuo del líquido escritor.
El “Pentel” original es un cilindro de unos 3 cm de largo, constituido por fibras
plásticas muy delgadas, unidas longitudinalmente con un adhesivo, y colocadas
dentro de un tubo metálico. El extremo inferior, terminado en punta, constituye
el extremo escritor; el otro, se halla dentro del depósito de tinta. La punta es
rígida, pero porosa, es decir, que actúa bien como “pluma”, pero permite el flujo
suficiente de tinta para lograr una escritura satisfactoria.
Posteriormente surgieron otras dos clases de lapiceros japoneses, a fibra. Uno
de ellos es de bambú, fluyendo la tinta a través de los túbulos naturales y
surgiendo por la punta, afilada adecuadamente, y en ciertos casos forrada con
plástico (“acrilic point”). El otro, constituye los “felt pens”, de fieltro.
Las tintas son de base acuosa. Algunas de las originales eran soluciones en
solventes orgánicos, pero no resultaban aptas para escrituras por su elevada
fluidez, que las hace difundir hasta el reverso de la hoja. Generalmente las
tintas son negras, pero las hay también azules, rojas y de la mayor parte de los
colores convencionales. Hay, incluso, una de origen japonés, negro grisácea,
que imita la escritura grafítica. Las tintas negras se logran por mezclas
adecuadas de azul, rojo y amarillo.
Los lapiceros de fibra pueden ser descartables o recargables. Entre los
primeros está el “Pentel” original. Los recargables utilizan un cartucho de
plástico similar al de ciertos lapiceros estilográficos; su vida es limitada (3 a 6
recargas), dado que la punta escritora se va haciendo muy flexible con el uso,
no lográndose al fin una escritura satisfactoria.
Desde el punto de vista de su resistencia a los agentes erradicadores estas
tintas son similares a las de estilográfica “lavables”, es decir, pueden ser
borradas fácilmente mediante ese recurso. El sitio de borrado puede detectarse
mediante los métodos convencionales, pero su restauración o simple lectura es
problemática: pocas o ninguna de estas tintas contiene componentes metálicos
que permitan el revenido de la escritura.
Los rasgos de la escritura obtenida con estos elementos escritores son más
anchos y sólidos que los de bolígrafo y estilográfica. Si el flujo de la tinta es
pobre, pueden aparecer rayados longitudinalmente. Si dicho flujo es irregular,
puede producirse un rasgo moteado, similar al de las tintas carbonosas. En la
observación microscópica no se observa el cúmulo de tinta del borde del rasgo,
como en los escritos con pluma convencional y tinta fluida, pero muchas veces
se detecta una fina línea paralela al rasgo,
116
generalmente sobre el lado inferior de éste. Tal línea se origina en uno o más
componentes de la punta, que se han separado.
El presionado necesario para una correcta escrituración con estos lapiceros es
tan suave, que no producen el surco característico de los bolígrafos.
117
La tinta secreta más sencilla se obtiene con una solución acuosa de nitrato de
cobalto: su uso sobre el papel queda con un color rosa muy suave, que se
disimula perfectamente eligiendo un papel adecuado. Al calentar ligeramente el
papel, la escritura se revela en un color azul; ello se debe a que l sal de cobalto
hidratada (rosa) pierde al calentarla el agua de cristalización, dando la sal
anhidra (azul). Exponiendo el papel a la humedad la sal se rehidrata, y la
escritura desaparece.
Algunas tintas secretas pueden revelarse, por el contrario, humedeciendo el
papel: la escritura se hace visible por su mayor translucidez a la observación
por transparencia. Es el caso de las tintas a base de soluciones de aceite de
castor o lino en alcohol, o de nitrato de bismuto en ácido nítrico.
118
Grupo 4: Tintas constituidas por soluciones orgánicas o líquidos biológicos, que
actúan como agentes oxidantes o mordientes. Las escrituras realizadas con
saliva, orina, leche, suero, etc., actúan como mordientes, pudiendo ser
reveladas con una solución acuosa diluida de un colorante. En el caso de la
escritura con saliva, ya lo hemos dicho, puede revelarse con una solución
acuosa diluida de una tinta ferrotánica, pues la saliva contiene una enzima
oxidante, que transforma el tanato ferroso en tanato férrico (negro).
119
b) Tintas cromáticas diferenciales: Se trata de dos tintas diferentes:
una de ellas es una mezcla de tinta común con la tinta secreta; la otra,
simplemente, tinta común. De esta forma, la coloración de ambas es similar. Se
escriben las constancias no secretas con la tinta común, y, las secretas con la
otra, utilizando para cada una un elemento escritor, pero ambos iguales entre sí
a los efectos de producir iguales grafías. Se obtiene así un texto visible y
homogéneo. El revelado de la escritura secreta se practica decolorando todo el
escrito, y luego aplicando el revelador específico, que hace visible solamente la
parte escrita con la tinta secreta.
120
c) Tintas para soportes tratados: Esta técnica utiliza dos soluciones. Con una
de ellas se trata el papel soporte, sumergiéndolo y luego secándolo, y, con la
otra, se escribe el texto. Al combinarse ambas soluciones sobre el papel se
origina la tinta secreta, la que luego es revelada con reactivo específico.
Detección y revelado de escrituras secretas
Tal diversidad de tintas secretas indica que no existe un método absoluto o un
reactivo único que solucione el problema de detectar si un papel contiene una
escritura secreta, y menos aún que la revele en forma de permitir su lectura.
Enunciaremos un método sistemático cuyo orden se basa en el criterio de no
alterar el documento, teniendo siempre en cuenta la idea que el mismo debe
ser remitido a su destinatario sin que éste perciba que el documento ha pasado
por las manos del investigador. Si tal limitación no existe, podrá alterarse el
orden de la marcha sistemática, y recurrir directamente a aquellos métodos
directos y expeditivos que mencionaremos más adelante, aunque, como
veremos, ellos provocan serias alteraciones del documento, de carácter
irreversible.
1. Examen con luz directa: El documento se estudia por transparencia y por
reflexión, con luz del sol, o de una buena lámpara de filamento, o arco voltaico.
Al principio se trabaja con gran intensidad lumínica, que se va reduciendo
gradualmente hasta llegar al mínimo. En estas condiciones se hace una buena
observación con iluminación rasante, ya que la superficie mate resultante de la
remoción del satinado del papel por la acción solvente de la tinta usada, resalta
sobre la superficie brillosa circundante.
121
hiposulfito de sodio al 3 %, planchando luego el documento para anular el
arrugamiento producido por el líquido. No existe un reactivo gaseoso
satisfactorio para anular al yodo; el mejor sería el anhídrido sulfuroso, pero se
corre el riesgo de que decolore el papel, o las escrituras visibles, por lo cual
debe usarse con suma cautela.
6. Examen con detector “Geiger”: La escritura secreta podría haberse escrito
con una tinta que contuviera material radioactivo. Para detectarla se usa un
Geiger o similar. Puede ser que no sea el mensaje escrito con la tinta
radiactiva, sino que ésta se haya usado para marcar letras sobre el texto
visible, que al unirse constituyan el texto secreto. En tal caso deben
investigarse las letras una a una con el Geiger.
7. Acción del calor: El efecto del calor se aplica mediante una plancha
doméstica (debe utilizarse la posición “rayón”), pero es más conveniente para
realizar el ensayo en forma sistemática, cubrir el documento con un cartón
grueso que tenga una pequeña ventana, e ir aplicando el calor con una
lámpara de filamento, por zonas. Mediante el calor se revelan, ya lo hemos
dicho, no sólo las escrituras realizadas con tintas improvisadas con líquidos
biológicos, sino también otras a base de ácidos, sales y sustancias orgánicas
diversas.
8. Acción de polvos coloreados: Deben usarse los polvos que produzcan buen
contraste con el papel. Los que se utilizan en dactiloscopía son aptos para este
fin. Pueden aplicarse por espolvoreo o a pincel, y se retiran sacudiendo el
papel, nunca con goma de borrar; si quedan restos rebeldes pueden eliminarse
con una bolita de plastilina ablandada entre los dedos.
El polvo se fija sobre los signos de la escritura debido a que el efecto solvente
de la tinta secreta, que es siempre un líquido, ha alterado el satinado, dejando
al descubierto la capa interna del papel, que es más rugosa; esta rugosidad es
la que provoca la retención mecánica del polvo, y explica porqué éste debe
provenir de una rigurosa molienda.
En realidad, cualquier escritura secreta revelable por polvos, también lo será
por los vapores de yodo, por lo que no se justifica el uso de ellos, ya que el
yodo, además de su facilidad de aplicación es, como hemos visto, de sencilla
eliminación, lo que es importante si el documento debe seguir circulando.
9. Uso de soluciones coloreadas: En lugar de polvo puede usarse una solución
coloreada, obtenida por dilución de una tinta común o preparando una solución
acuosa muy diluida de cualquier colorante. La solución se aplica con un hisopo
de algodón o puede sumergirse el documento directamente en ella. El
fundamento del método es similar al de los polvos:
el agente revelador se absorbe selectivamente en los lugares en que el
encolado del papel ha sido alterado por la tinta simpática. Luego de aplicada la
solución reveladora, el documento se lava con agua corriente. Claro está que si
la escritura visible está confeccionada con una tinta soluble en agua, el método
es inaplicable; en tal caso puede aplicarse una solución alcohólica en lugar de
acuosa, del colorante. En cualquiera de los casos el revelado es permanente,
vale decir, irreversible, por lo que se optará por usarlo o no según convenga a
la investigación posterior.
122
10. Revelado con agua: Ciertas tintas simpáticas están constituidas por
soluciones de ácidos inorgánicos, como clorhídrico y nítrico, u orgánicos como
acético y oxálico, en agua. Otras, por soluciones de aceite de castor u otros
aceites, en solventes orgánicos.
Las escrituras confeccionadas con estas tintas pueden leerse fácilmente
mediante humedecimiento del documento con agua y observación por
transparencia, pues las partes escritas se tornarían así más translúcidas.
Evidentemente este método no puede aplicarse si la escritura visible está
confeccionada con una tinta soluble en agua, pues se correría totalmente.
11. Reveladores químicos: La detección de escrituras secretas por medios
químicos es difícil, debido a la diversidad enorme de reactivos factibles de ser
usados con este fin, lo que torna difícil hallar el agente revelador adecuado a
cada caso. Existen sin embargo algunos que cubren una gama bastante amplia
de posibilidades. Por ejemplo:
a) Si el papel se expone a los vapores de sulfuro de amonio en la cámara de
gases se revelarán las escrituras de tintas que contengan sales de metales
pesados, los que forman sulfuros coloreados.
b) La solución de yodo-yoduro presenta, malgrado sus inconvenientes
derivados de la grave alteración del documento, muchas posibilidades de éxito,
por lo cual no debe ser omitida si tales alteraciones no inciden en la buena
marcha de la investigación. Rhodes sugiere la siguiente fórmula para el
reactivo, que no difiere de la que veremos luego para la detección de borrados
de escritura:
123
f) Si la tinta secreta contiene cloruros, se revela con nitrato de plata. Para ello
se aplica solución acuosa de esta sal al 5 % con lo cual los cloruros solubles se
transforman en cloruro de plata insoluble. Luego el papel se seca y expone a la
luz solar o a una luz artificial muy intensa (arco voltaico), o a la luz U.V. El
cloruro de plata se descompone, dejando la plata libre, con lo que aparece la
escritura en color negro.
TINTAS DE SELLOS
Las tintas que impregnan las clásicas almohadillas de sellos (los españoles las
llaman “tampón”), contienen colorantes básicos de anilina. El
124
solvente está formado por sustancias que tienden a evitar que la tinta se seque
en la almohadilla: glicerina, glicol, poliglicol, acetina (es un éster de la glicerina
con el ácido acético), alcohol bencílico y agua.
Cuando se desea lograr una tinta de secado rápido se le agregan solventes
volátiles, tales como acetona, butanona y etanol.
Como vehículo se utiliza dextrina, goma arábiga, cola o tanino. Este último
confiere al sello, luego de secado, mayor resistencia al agua.
Lo dicho vale para las tintas que se destinan a sellos de goma. Cuando el sello
a utilizar es metálico, la composición varía, interviniendo la oleína, aceite de
lino, colofonia, anilinas y negro de humo. A veces llevan también aceites
secantes y lacas.
Una buena tinta de sello no debe secarse sobre la almohadilla ni sobre el
implemento sellador (llamado también “sello”). Por eso se le adicionan los
glicoles antes mencionados. En cambio, una vez asentado el sello sobre el
papel debe secar rápidamente por evaporación y penetración, a los efectos de
evitar la difusión del pigmento, la que impide la lectura de las constancias del
sello. La impresión sobre el documento debe ser nítida, de color intenso y
permanente.
1. Tintas tipográficas
La invención del sistema tipográfico por Gutenberg data del año 1440. Los tipos
primitivos eran de madera, luego de metales de bajo punto de fusión
(aleaciones de antimonio, estaño y plomo), hasta que en la actualidad se
utilizan tipos de caucho, bakelita, etc.
La composición de estas tintas varía según el tipo y la calidad del papel
utilizado como soporte. Las tintas para imprimir papeles de diario generalmente
están constituidas por negro de humo suspendido en un vehículo de aceite
mineral liviano. A veces se les agregan colorantes azules o violetas para
neutralizar el engrisamiento o “arratonado” del negro de humo puro.
Cuando se usan otros papeles, las tintas llevan aceites secantes y resinas
sintéticas.
La litografía fue ideada por Senefelder en 1796, al observar que entintando con
tinta grasa ciertas piedras calizas, al pretender lavar a éstas con agua, la tinta
no se removía. Aprovechando tal propiedad entintó un grabado confeccionado
sobre una piedra, lo mojó con agua e impresionó un papel, obteniendo una
impresión más nítida y clara que las que se lograban hasta entonces con el
sistema tipográfico.
125
Comenzó entonces a utilizarse, para este tipo de impresión, la máquina
tipográfica común, pero sustituyendo el tipo por la piedra. Luego se fue
perfeccionando la piedra litográfica mediante tratamiento con ácidos,
lográndose buenas superficies calizas y actualmente se usan planchas
metálicas de cinc o aluminio y otras de cobre y cromo, etc. (aleaciones). El uso
de uno u otro tipo de plancha está supeditado a la cantidad de impresos a
realizar, usándose las planchas monometálicas para tiradas cortas y las
polimetálicas para las largas.
Las tintas para litografía están compuestas por negro de humo y colorantes,
sebo, cera, goma laca y jabón fundido. Tanto ellas como las de tipografía se
preparan mediante un largo proceso de amasado del pigmento con parte del
vehículo; luego esta mezcla gruesa pasa a los molinos para lograr la perfecta
pulverización y humectación del pigmento. Recién cuando se ha logrado el
estado óptimo respecto de ambas condiciones, se le agrega el vehículo
necesario para llevar la tinta a su condición de viscosidad adecuada, y se la
envasa.
Para este sistema se utilizan tintas líquidas, compuestas por negro de humo y
pigmentos de diversos colores, en un soporte constituido por hidrocarburos
(xilol, toluol, benzol) y resinas.
Estas tintas, mucho más fluidas que las que se utilizan en los dos sistemas
anteriores, penetran en el soporte y se fijan en él al evaporarse el solvente.
Para ello, la superficie de las cartulinas, cartones y papeles en general que van
a servir de soportes, sufren un proceso de “encapado”, para uniformar su
superficie y lograr la transferencia tot1 de la tinta en el proceso. El encapado es
una suspensión de pigmentos en una solución acuosa proteica, que contiene
arcilla, dióxido de titanio y carbonato de calcio.
126
TINTAS PARA SERIGRAFIA
127
Un nuevo sistema incorporado al mercado en el año 1977, se basa en la
impresión de las imágenes por transferencia de toner líquido (1). En esto
consiste fundamentalmente la diferencia de este sistema con los otros métodos
como el xerográfico que utilizan toner seco. Tal hecho permite obtener un
sistema más compacto y liviano, ya que el toner líquido junto a un agente
dispersante evita el uso de sistemas de calor, aspiración y la fijación de polvo
en el cilindro de selenio.
El original sensibiliza por medio de una intensa luz al cilindro de selenio, el que
al pasar por la suspensión de toner y dispersante, percibe una imagen latente.
Luego un rodillo limpia y deja uniforme la superficie del cilindro que
posteriormente imprime por atracción de corriente con el papel. (Fig. 10).
Además este sistema posee un selector que analiza cada original antes de
copiarlo, realizando los ajustes necesarios para que la copia sea clara y nítida.
El toner líquido se encuentra envasado en forma hermética en cartuchos.
(1). Tonner: producto que provoca la electrodeposición del hierro, el cual arrastra las partículas
de negro de humo. Como ejemplo de composición se menciona:
Óxidos de hierro ……………………………………………………………………….57 %
Negro de humo ………………………………………………………………………..20 %
Cera de polietileno…………………………………………………………………… 3.0 %
Copolímero de etil-vinil acetato……………………………………………………… 20 %
128
TINTAS COPIATIVAS
TINTAS HECTOGRAFICAS
PAPEL CARBONICO
TINTAS FUGITIVAS
TINTAS MAGNETICAS
130
grabación de sonidos en un alambre de acero de diámetro determinado.
Posteriormente, en 1927 y 1931, se obtuvieron en Estados Unidos indudables
mejorías, hasta que en 1935 una empresa alemana fabricó un magnetófono.
Durante la segunda guerra mundial, en Alemania se fabricó un prototipo del
hoy popular grabador a cinta, el que requería velocidades exageradamente
altas para obtener buenas reproducciones.
En Estados Unidos las tintas magnéticas para uso bancario deben cumplir
ciertas especificaciones, dadas por The American Bankers Association,
consistentes en determinados requerimientos magnéticos para el pigmento, e
inducción residual para la tinta, según el uso a que están destinadas.
En su fórmula intervienen óxido de hierro, pigmentos y vehículos
oleorresinosos de baja acidez.
LÁPI CES
La mina de los lápices modernos está constituida por una mezcla cuyos
principales componentes son el grafito y la arcilla, que se moldea aún húmeda
por extrusión, se seca y cuece. Se aprovechan así, para lograr constituir un
elemento escritor satisfactorio, dos propiedades fundamentales del grafito: su
intenso color negro y su baja dureza.
Pasando esa mina con suficiente presión sobre el papel, la superficie satinada
de éste es suficientemente dura para que la mina se disgregue, y sus
fragmentos, adheridos sobre las fibras celulósicas, constituyan los rasgos de la
escritura. Las partículas de grafito se adhieren a las fibras perpendicularmente
a la dirección del rasgo.
En inglés se llaman a estos lápices “lead pencil” (lápiz plomo), aunque el plomo
dejó de utilizarse con tal fin hacia fines del siglo XVIII. Su uso se justificaba al
reunir ese metal las dos propiedades mencionadas para el grafito: color y
consistencia adecuados; si se pasa sobre un papel una varilla de plomo, con
suficiente presión, dejará un rasgo constituido por finísimas partículas del
metal, adheridas a las fibras celulósicas.
Existen lápices especiales, en los cuales a la mezcla de grafito y arcilla se
agregan otros componentes, tales como el negro de humo (lápices para
dibujo), y ciertos colorantes (lápices indelebles).
El estudio de documentos confeccionados mediante escritura a lápiz es poco
frecuente y, como veremos, no suministra al experto las posibilidades analíticas
que brindan las escrituras realizadas con tinta. No obstante, los lápices
contienen componentes menores, que pueden ser identificados químicamente,
y permiten distinguir las escrituras realizadas con ellos, con suficiente precisión.
Este tipo de escrituras no está sujeto a los cambios físicos y químicos que
experimentan los realizados con tinta: permanecen prácticamente inalteradas,
no siendo posible establecer la antigüedad por métodos químicos. No
palidecen con el tiempo si son conservadas correctamente; en cambio, si son
sometidas a la fricción hoja con hoja, se van tornando ilegibles por la abrasión
que tal fricción produce.
131
Composición de lápices graníticos
Se observa que existe entre los diversos lápices una amplia variación
cuantitativa, pero que la composición cualitativa es similar cualquiera sea el
origen del producto.
Se confirma también la dificultad que halla el perito cuando trata de diferenciar,
en base al análisis químico de la escritura, la intervención de más de un lápiz
en la misma: la presencia de los mismos componentes le impide aplicar
técnicas diferenciales de tipo simplemente cualitativo, debiendo recurrir, como
lo indica J. Locard, a técnicas cuantitativas, o al menos a ensayos dotados de
cierta aproximación en tal sentido.
Aparte de ello, a veces la presencia en ciertos lápices de componentes
menores (cloruros, sulfatos, titanio), facilita la labor y permite hallar las
diferencias o similitudes que el perito recaba.
Lápices indelebles
Llamados también “imborrables”, “copiativos” o “lápiz tinta”, producen rasgos en
los cuales el grafito y la arcilla de los lápices convencionales se hallan
mezclados con fragmentos de un colorante orgánico. Ello hace
132
que el rasgo sea más resistente al borrado por abrasión: de ahí el nombre de
lápiz indeleble o imborrable. Si la escritura se prensa contra un papel húmedo,
parte del pigmento orgánico es transferido a éste, obteniéndose así una copia;
ello justifica el nombre de lápiz copiativo.
El colorante contenido por la mina de estos lápices es generalmente el violeta
de metilo.
Bolígrafos carbonosos
Llamados por los norteamericanos “liquid lead pencil ink”, se diferencian de los
bolígrafos comunes en que su tinta contiene, en lugar de los colorantes
orgánicos mencionados oportunamente, carbón finamente dividido, suspendido
en un medio similar al de aquéllos.
La escritura obtenida con estos bolígrafos presenta caracteres similares a la
lograda con lápices grafíticos. Como ésta, es borrada fácilmente a goma.
El examen confrontativo de dos rasgos de similar intensidad, uno de ellos
realizado con lápiz grafítico y el otro con bolígrafo carbonoso, muestra que el
rasgo del segundo contiene una proporción notablemente menor de pigmento
negro que el del lápiz; es notable que tan escaso material logre un efecto tan
eficaz. En el rasgo del bolígrafo se observan dos partes: por un lado manchas
aisladas entre las fibras celulósicas, y por otro un fondo continuo de color gris.
Este segundo detalle es diferencial con respecto al rasgo de lápiz grafítico, y
está producido por partículas minúsculas de carbón, mucho más pequeñas y
numerosas que las que se observan en forma discontinua, tanto en la escritura
a lápiz como a bolígrafo carbonoso.
Lápices de colores
TIZA
133
Las escrituras y dibujos realizados sobre papeles con estas tizas, se borran o
borronean fácilmente, por lo cual los artistas suelen proteger sus obras con un
barniz adecuado, preparado con goma laca disuelta en alcohol, o, mejor aún,
con acetato de polivinilo en igual solvente.
134
CAPITULO IV
135
detalles de tonalidades, matices, etc. difícilmente documentables ya sea gráfica
o fotográficamente.
En todos los casos el documento debe ser fotografiado como primera medida
en escala 1:1, para fijar las condiciones en que fue recibido por el perito; luego
en mayor escala, con el fin de registrar imperfecciones, accidentes, defectos,
marcas o detalles de interés para la peritación, y finalmente deben
documentarse con magnificación adecuada las observaciones propias de la
escritura (entrecruzamientos, dobleces, yuxtaposiciones, tachados, borrados,
etc.). Estas fotografías serán de gran utilidad para que el recurrente comprenda
las observaciones del perito, el que mediante convenientes señalizaciones e
iluminaciones coloreadas ilustrará el informe de su peritación.
En la mayor parte de los casos de análisis de documentos, es fundamental el
examen de la tinta. No se trata de establecer la composición exacta de la tinta
de un tintero, problema de resolución relativamente sencilla y accesible atento
a la cantidad de muestra disponible, que permite encarar con amplitud las
técnicas habituales de la química analítica cualicuantitativa. El problema
consiste habitualmente en determinar si la tinta de cierta parte del escrito o de
una alteración del texto, es igual a la del resto del mismo, o a la de otro escrito,
o a la hallada en poder del presunto autor del fraude. Por tal razón, rara vez en
el análisis de un documento se requiere la determinación de la composición
exacta de la tinta, sino que es suficiente el examen comparativo entre la tinta
que constituye la parte cuestionada y el resto de la escritura. Otras veces es
necesario saber la composición general de la tinta, con vistas a establecer el
camino a seguir para investigar la antigüedad del escrito.
En principio, el hecho mencionado simplifica el problema, dado que el
inconveniente fundamental de este problema es la exigua cantidad del material
disponible. Para escribir una línea de un centímetro de longitud se requieren de
80 a 100 microgramos de tinta, la que al secarse dejará de 0,3 a 0,6
microgramos de residuo (colorantes, sales, etc.) para su análisis. Si se trata de
bolígrafo el panorama no es mejor, pues las tintas de estos elementos
escritores escriben una línea de un centímetro con un microgramo de material.
En uno y otro caso, para reunir unos 10 microgramos necesitaríamos varias
letras, y no siempre el perito está autorizado a alterar tanto el documento, pues
debe hacerse notar que el análisis químico implica la destrucción o al menos
una alteración de las grafías afectadas.
Además, las constancias incriminadas, en la mayoría de los casos, consisten
tan sólo en escasos trazos: un dígito añadido a una cifra, pequeñas
correcciones que modifican una fecha, o un texto, etc.
Por todo ello debe insistirse en la necesidad absoluta de agotar el análisis
físico, siempre conservativo, antes de abordar las técnicas químicas, que son,
en mayor o menor grado, de tipo destructivo.
Dado que ese examen físico se basa en el uso de instrumental óptico, es
conveniente precisar algunas nociones sobre radiaciones en general, y la luz
en particular, por lo que nos permitimos un breve “interludio óptico”, que
abarcará las páginas inmediatas.
136
Nociones de la física de la luz y los colores
137
cia: todo punto que vibre con suficiente frecuencia es un punto luminoso,
propagándose a su alrededor este movimiento en forma de esfera. Tal
propagación se haría en un hipotético “éter cósmico”, sustancia imponderable
pero elástica, que ocupa todos los espacios interplanetarios e intermoleculares.
Maxwell (1831-1879) creó la teoría electromagnética de la luz, que admite
también que la luz se propaga como onda, pero no la onda mecánica de
Huyghens, sino una onda electromagnética; esto es, la superposición de un
campo eléctrico y otro magnético.
Se comprueba que, a cada color del espectro, corresponde una determinada
frecuencia (número de oscilaciones del punto o partícula por segundo), que es
independiente del medio, y por lo tanto una constante. Siendo T (período) el
tiempo que dura una oscilación completa de la partícula, y X (longitud de onda)
el espacio que recorre la perturbación del medio en un período, tendremos,
recordando la fórmula de la velocidad en el movimiento uniforme:
Como dijimos, a cada color del espectro corresponde una frecuencia constante.
Las frecuencias aumentan desde el rojo hasta el violeta. Las longitudes de
onda, por el contrario, disminuyen desde el rojo hasta el violeta, y varían, para
cada color, según el medio de propagación de la luz.
138
Las dos bandas, de 254 y 365 nm, que se usan en la mayoría de las lámparas
para producir radiaciones ultravioletas, corresponden en realidad a dos
emisiones espectrales características del mercurio, dado que las lámparas
comunes contienen ese metal.
139
Dicroísmo
Por el fenómeno llamado dicroísmo los cuerpos no absorben las mismas
radiaciones por reflexión y por transparencia, de modo que según se los
observe con luz reflejada o transmitida presentarán colores distintos. Tal es el
caso de ciertas tintas, cuya coloración es notablemente diferente según se las
observe en una u otra forma.
Existen filtros coloreados, llamados “dicroicos”, que transmiten dos grupos de
radiaciones de diferente longitud de onda; por ejemplo, un grupo de radiaciones
en el azul y otro en el rojo.
Luminiscencia: fluorescencia y fosforescencia
Por un fenómeno llamado luminiscencia, ciertos cuerpos, iluminados con una
luz de determinada longitud de onda, emiten radiaciones luminosas de longitud
de onda superior a la de la luz que reciben. Si dicha emisión perdura luego de
la extinción de la fuente luminosa que la provoca, el fenómeno recibe el nombre
de fosforescencia. En cambio, si la emisión cesa cuando se apaga la fuente
luminosa, recibe el nombre de fluorescencia. Como se dijo, en la mayoría de
los casos de luminiscencia, la luz emitida es de mayor longitud de onda que la
excitante. (Regla de Stokes).
Para comprender el fenómeno de luminiscencia debe recurrirse a la teoría
cuántica, introducida por Planck en 1918. Ya antes, Einstein (1905), había
explicado la emisión de electrones por la acción de la luz sobre los metales,
efecto descubierto por Hertz en 1887 y conocido como “efecto fotoeléctrico”, en
el cual la velocidad con que salen los electrones depende únicamente de la
frecuencia de la luz incidente.
Niels Bohr con el objeto de explicar el espectro de emisión del hidrógeno
estableció su modelo atómico en base a los siguientes postulados:
1. Cualquiera que sea la órbita descripta por un electrón, éste no emite energía
radiante: a cada órbita le corresponde una energía determinada, la que se
acepta hoy como nivel de energía del electrón o del átomo.
2. Únicamente son posibles aquellas órbitas para las cuales el momento
angular del electrón (producto de su momento de inercia, 1, por la velocidad
angular (w) es un múltiplo entero de , fórmula en la cual h es la denominada
constante de Planck. Al suponerse al electrón puntual, de masa m, a la
distancia r del núcleo, se tiene que: 1 = m r2.
y como la velocidad lineal y del electrón es
140
en la que n es un número entero que determina la órbita electrónica,
denominado número cuántico.
Para n = 1 se tiene la órbita menor correspondiente a la energía mínima, o sea
la órbita más estable. Cuando un electrón absorbe energía debido a una causa
exterior (luz, choque con otro electrón, etc.), salta a otra órbita mayor, de donde
cae a la órbita más estable, ya sea directamente o a través de saltos
escalonados en órbitas intermedias.
La denominada constante de Planck tiene un valor de 6,624.10-27 erg. seg.
3. La energía liberada al caer el electrón de una órbita superior, activada, a otra
más cercana al núcleo, de menor o nula activación, se emite en forma de una
onda electromagnética elemental, un fotón, cuya frecuencia está dada por la
relación Ek — E = h . y, en la cual Ek es la energía del electrón en la órbita de
partida, y E es la misma en la órbita de llegada (k y j son los números
cuánticos). De tal manera que si un electrón cae directamente desde cualquier
órbita a la primera (j = 1) se obtienen las ondas de mayor frecuencia, situadas
en el ultravioleta; si cae en la segunda órbita (j = 2) se obtienen ondas en el
visible, si cae en la tercera órbita (j = 3) se obtienen ondas en el infrarrojo, y si
cae en la cuarta o quinta órbita (j = 4 6 5), se obtienen ondas en el infrarrojo
lejano. -
La fluorescencia más conocida y la más utilizada en el campo del análisis
documentológico es la que producen las radiaciones ultravioletas que, como
sabemos, son invisibles, y que al excitar ciertos cuerpos producen la emisión
de radiaciones visibles.
Existen otras fluorescencias en el campo visible, como el caso de ciertos
cuerpos que, iluminados con una luz monocromática, por ejemplo azul, emiten
radiaciones de mayor longitud de onda, por ejemplo, rojas.
Se conoce, incluso, una luminiscencia infrarroja, propia de ciertos cuerpos que,
iluminados con luz visible, filtrada para despojarla de radiaciones infrarrojas,
emiten una radiación de longitud de onda superior a los 725 nm, es decir, en el
campo del infrarrojo (calóricos).
Examen directo
141
cación de tintas y a toda adulteración basada en modificaciones de la escritura,
debe iniciarse por la observación a simple vista, mediante iluminación a la “luz
del día”, y luego con luz artificial. “Luz del día” significa luz del sol, que es
espectralmente más rica y equilibrada que cualquier luz artificial. La luz del sol
presenta, no obstante, variaciones horarias, estacionales y meteorológicas,
además de las derivadas de la orientación de la abertura (puerta, ventana, etc.)
por donde penetra al laboratorio, y de la ubicación geográfica de éste. Para
evitar estas variables, algunos estudiosos prefieren utilizar una “luz del día
artificial”, obtenida mediante un conjunto de lámparas que reproducen la mejor
luz del día, la del cielo del norte, que es una luz de 7.500 grados Kelvin.
La luz debe incidir sobre el documento en direcciones diversas, existiendo tres
posiciones fundamentales:
1 La luz incide normalmente (en forma perpendicular) sobre el escrito,
reflejándose al máximo. Es la luz reflejada, que revela el color aparente de la
tinta y la estructura del trazo;
2La luz incide paralelamente a la superficie del papel y, por lo tanto, a la
escritura. Es la luz rasante, llamada también luz difusa, que resalta el brillo de
la tinta y la profundidad de los surcos producidos por la punta del elemento
escritor, y
3La luz incide normalmente, pero a través del papel. Es la luz transmitida,
observación por transparencia, que muestra el color propio de la tinta, y su
penetración y adherencia al papel.
En todos los casos debe tenerse en cuenta el color propio del papel soporte del
documento analizado, que puede afectar, según su intensidad, el resultado de
las observaciones. Aun las diferencias tonales del papel blanco pueden
interferir en tal sentido.
La observación a simple vista debe complementarse con otra realizada con una
lupa simple de poco aumento, pero de gran diámetro, que nos permita realizar
el estudio de todo el documento o gran parte de él, a visión binocular. Esta
observación debe realizarse con la misma iluminación que la anterior, y caben
para ella todos los detalles ya anotados. Debe tenerse en cuenta que a medida
que se emplee material óptico de mayor poder, se irá reduciendo el campo, por
lo cual será cada vez menos factible la observación simultánea y comparativa
de las partes del escrito, que permite detectar detalles morfológicos y
tintoreales de singular importancia.
Observación microscópica
142
de iluminación que permita obtener todos los tipos de iluminación citados.
Cuando los trazos de tinta están situados sobre documentos distintos y es
necesaria su comparación mediante observación simultánea, pueden doblarse
adecuadamente para lograr su yuxtaposición en el campo del microscopio.
Claro que ello no es siempre posible, por ejemplo en el caso de folios de un
libro, debiendo en tales casos procederse a la observación alternada y repetida
de los rasgos a comparar, memorizando las características diferenciales y
comunes, tarea que exige un observador atento y minucioso.
El microscopio de comparación, munido de un ocular y dos objetivos, permite la
observación simultánea y puede resultar de utilidad, siempre que ambas
muestras estén sujetas a condiciones ópticas exactamente iguales (trayecto
óptico, iluminación, etc.). Dicho instrumento es de suma utilidad en la
comparación de detalles morfológicos de los rasgos: depósitos de tinta, surcos,
estrías, etc., accidentes que permiten individualizar a un bolígrafo cuando ellos
se repiten en una escritura en rasgos provenientes de igual mecánica
escritural. Por ejemplo, la existencia de estrías paralelas en los rasgos
ascendentes o depósitos de tinta en zonas de inflexión, etc.
Existe actualmente un aditamento de las modernas lupas estereoscópicas que
las transforma en aparatos de discusión. Consta de dos oculares y un solo
objetivo, lo que permite la observación del mismo documento por dos personas
en forma simultánea, lo que hace factible el aporte de los detalles captados por
cada uno, para arribar a la conclusión en forma más rápida y categórica.
Filtros
143
Conviene utilizar juegos de filtros que contengan estos por duplicado, para la
observación microscópica; en tal caso se coloca uno de ellos en el sistema de
iluminación y otro igual delante del objetivo, con lo que se evita toda luz
parásita proveniente de reflexiones diversas, y también todo fenómeno de
fluorescencia que pudiera producirse en el campo visible. Es preferible trabajar
en cuarto oscuro.
Los filtros a utilizar deben cubrir todo el espectro visible, caracterizados cada
uno- de ellos por una curva de absorción-transmisión de paso estrecho.
Combinando dos o más filtros se puede estrechar más aún la banda de
transmisión.
Ultravioleta
El objeto se ilumina mediante una fuente luminosa rica en radiaciones
ultravioletas y provista de un filtro que sólo permite el paso de una banda de
ultravioleta, la que luego de incidir sobre el objeto (reflexión, difusión,
transmisión) llega al objetivo provisto de un filtro igual. Dado que el ojo humano
no percibe las radiaciones en esta longitud de onda, sea ultravioleta corto (254
nm) o largo (354 nm), es necesario recurrir a la fotografía. La cámara
fotográfica usada a tal efecto debe estar munida de lentes de cuarzo, dada la
opacidad del cristal a las radiaciones de longitud de onda menores de 280 nm.
En el caso de hacer uso de ultravioleta largo se pueden utilizar prácticamente
todas las emulsiones orto y pancromáticas.
Existen “convertidores de imagen ultravioleta”, que permiten la observación
directa en esta etapa del ensayo; mediante un ingenioso dispositivo
transforman la imagen ultravioleta en visible, con lo que se evita el uso de la
fotografía, con las ventajas lógicas de tiempo y economía.
Infrarrojo
Se trata de una técnica clásica, llamada a menudo “fotografía en infrarrojo”. Se
hace llegar al objeto un haz de radiaciones infrarrojas, obtenidas con una
lámpara de filamento. Cualquier lámpara emite, además de las radiaciones
visibles, cierta cantidad de rayos infrarrojos: se coloca un filtro que sólo deje
pasar las radiaciones de longitud de onda superiores a 725 nm. También se
puede operar con una lámpara a vapor de sodio como fuente emisora de
infrarrojo, lo que ofrece la ventaja de constituir un haz monocromático.
Dado que el ojo humano no es sensible tampoco a estas radiaciones, se hace
necesario también en este caso, registrar las imágenes fotográficamente o
recurrir al “convertidor de imágenes infrarrojo”. Si se usa fotografía debe
utilizarse emulsión fotográfica sensible al infrarrojo.
El método permite la diferenciación de tintas, mediante ensayos con diferentes
filtros. Por ejemplo, dos tintas que reaccionan exactamente igual en color, brillo,
intensidad, etc., con un filtro de 750 nm (infrarrojo cercano), pueden
diferenciarse con otro de 850 nm.
144
Luminiscencia
Ya hemos hablado de este tipo de fenómenos, en particular de l fluorescencia,
de uso tan generalizado en la criminalística en general y 4n documentología en
particular. La luminiscencia infrarroja produce excelentes resultados en muchos
casos de comparación de tintas; por el contrario, hay pocas tintas que
presenten fluorescencia bajo la acción de la luz ultravioleta.
El principio básico siempre es el mismo: el objeto se ilumina mediante una
radiación de cierta longitud de onda, y se observa la fluorescencia producida,
por medio de fotografía o de convertidores de imágenes si ésta produce
fluorescencia en zonas no visibles o, directamente, silo son en el visible. Debe
recordarse al respecto la regla de Stokes, que establece que la radiación
emitida es, en general, de longitud de onda mayor que la radiación excitante.
En capítulos posteriores podrá comprobarse la amplia aplicación que presenta
este método de análisis en todos los aspectos que configuran el examen
documentológico (papeles, tintas, lacres, adhesivos, etc.), no resultando
excepcional que este simple recurso analítico permita revelar, en ocasiones,
sutiles detalles que facilitarán la dilucidación del problema planteado.
145
Los ensayos deben realizarse, en lo posible, en sectores no fundamentales del
documento y en forma tan prolija que la alteración del mismo sea mínima. El
perito debe anotar en su cuaderno el lugar en que hizo la aplicación del
reactivo, y los resultados del mismo. Si fuera imprescindible alterar una parte
fundamental del escrito, deberá solicitarse previamente la autorización
pertinente.
Es conveniente explicar por escrito a la autoridad que ordena la peritación el
posible daño que sufrirá el documento, sobre todo si será alterada la parte
cuestionada, y no comenzar la tarea pericial hasta lograr la autorización formal
al respecto.
Existen numerosas tablas de ensayos “a la gota”, más o menos complicadas, y
que requieren numerosos reactivos. Consignamos a continuación la de O’Hara
y Osterburg, y luego veremos cómo puede simplificarse, a la luz de la
experiencia sobre las tintas hoy en boga. Se observa en el cuadro adjunto que
los mencionados autores utilizan cinco grupos de reactivos: ácidos, básicos,
oxidantes, reductores y varios.
En el momento actual las tintas en uso son prácticamente las siguientes:
ferrogalotánicas con colorante auxiliar, a la anilina y alcalinas entre las fluidas,
y bolígrafos, por lo cual será suficiente el uso de los reactivos tipo, marcados
con (x) en el cuadro. Ellos permiten, en cualquier caso de cotejos de rasgos,
establecer la diferencia o igualdad entre éstos, al mismo tiempo que
suministran una información suficiente sobre la composición de las tintas que
los constituyen.
En los casos de tintas de anilina y bolígrafos, estudiaremos luego las técnicas
cromatográficas, que constituyen la solución ideal para la resolución de los
problemas periciales que las involucran. Convendría agregar a la lista
simplificada de reactivos, Otros dos: solución concentrada de hipoclorito de
sodio y un solvente del tipo del cloroformo o piridina. En el caso poco frecuente
en que la observación microscópica no alcance a diferenciar si la escritura
examinada está compuesta por tinta fluida o bolígrafo, ellos establecerán la
diferencia: el hipoclorito no ataca el rasgo del bolígrafo, sí al de tinta fluida; el
solvente disolverá el rasgo del bolígrafo, respetando el de tinta fluida.
146
147
148
En mérito a estas consideraciones, muchos autores, talvez con criterio
simplista, pero indudablemente práctico, dividen a las tintas en dos grandes
grupos: las “tintas evolutivas” (ferrogalotánicas) y las “tintas no evolutivas” en
las que se incluyen todas las restantes. Otros autores las denominan “tintas
químicas” y “tintas físicas”, respectivamente.
Adquiere especial interés didáctico y pericial efectuar el estudio de las
reacciones que se verifican entre la tinta del rasgo seleccionado y cada uno de
los reactivos tipo que se especifican en las tablas analíticas antes consignadas.
a) Acción de los ácidos minerales
Acido tipo: ácido clorhídrico diluido (solución acuosa al 5 % en volumen).
Efecto sobre el “tanato férrico” (de color negro)
Resultado
Si la tinta es suficientemente antigua o evolucionada como para que el
colorante auxiliar haya desaparecido por oxidación o, si eventualmente, no
contenía colorante adicional alguno, el trazo adquiere débil color amarillo por la
disolución de la sal de hierro (cloruro férrico). Pero como en la generalidad de
los casos se agrega un colorante azul, el tratamiento ácido provoca la
disolución del tanato férrico (negro) difundiéndose en la gota de reactivo el
pigmento de la tinta (de azul-negro de intensidad variable según el grado de
evolución, a azul puro).
b) Formación de iones complejos
Los ácidos orgánicos (oxálico, tartárico, cítrico) forman sales complejas y
solubles con las combinaciones del hierro. En la ecuación que sigue se expresa
el efecto complejante del ácido oxálico sobre el tanato férrico:
149
Si el ácido orgánico no tiene efecto sobre el colorante auxiliar (el colorante no
modifica su color por acción del ácido), el trazo se aclara y pasa al azul neto
(originariamente era azul negro por el tanato de hierro adosado). Si la tinta no
posee colorante adicional (muy evolucionada) o no se ha agregado (tintas
negras a base de tanato férrico), el trazo se aclara porque el complejo de hierro
negro se disuelve en el ácido orgánico para formar un derivado incoloro. En
definitiva, los ácidos minerales “acidifican” (son ácidos “fuertes”) y disuelven
todo complejo del hierro pudiendo modificar o no el colorante auxiliar; los
ácidos orgánicos son, en general, ácidos “débiles” y disuelven los complejos
del hierro por formar derivados estables, solubles e incoloros,
independientemente de su cualidad ácida.
Los hidróxidos de sodio o de potasio actúan sobre los rasgos de tinta del tipo
ferrotánica originando un precipitado o color rojo a rojo castaño por formación
de hidróxido de hierro.
150
Las soluciones “blanqueadoras” o “borratintas” son más efectivas, para destruir
la tinta, en medio ácido.
Ensayos complementarios.
Investigación del hierro férrico en los trazos de escritura.
Metodología
(El tiocianato de potasio forma diversos complejos con el hierro férrico, de color
rojo, hasta llegar al Fe(SCN)6Fe).
En lugar del tiocianato o separadamente, puede emplearse el hexaciano ferrato
de potasio (ferrocianuro) al 5%, siguiendo similar técnica, con lo cual se
obtendrá un trazo de color azul, comúnmente denominado “azul de Prusia”.
151
Investigación de otros metales en los rasgos de escritura.
Calcinación previa
Fundamento
Técnica.
152
Interpretación simplificada.
Fundamento.
Técnica.
153
na, se trata el rasgo con una o dos gotas de hipobromito de sodio, y después
de un minuto, se incorpora con cuidado una gota de ácido sulfúrico
concentrado y una o dos gotas de ácido sulfosalicílico al 20%. A continuación
se agrega una gota de solución alcohólica saturada de difenilcarbazida:
aparece color violeta en presencia de cromo.
Reactivos.
Interpretación.
Alternativa.
Investigación de vanadio
Fundamento
Una solución de vanadio conteniendo ácido sulfúrico produce color rojo castaño
a rojo sangre por tratamiento con agua oxigenada, debido a la formación de
una sal peroxivanádica. Se indica que es menester evitar un exceso de agua
oxigenada y de ácido sulfúrico.
Técnica
154
Observaciones
Colorantes de la ftalocianina
155
El primer colorante derivado de la ftalocianina de aplicación comercial fue el
Monastral Fast Blue BS. El color depende del metal (cobre, magnesio, plomo,
cinc, etc.), y, por tratamiento con cloro o bromo, intensifica el color verde. Las
ftalocianinas se hacen solubles en agua por sulfonación y estas sales solubles
se utilizan directamente como colorantes. Las ftalocianinas cúpricas, solubles
en agua y de mayor aplicación, son los colorantes denominados Alcian. Uno de
los métodos más recientes consiste en preparar la ftalocianina cúprica sobre la
misma fibra. Aplicada sobre el tejido de algodón en forma de pasta junto a una
sal de cobre, es sometido a suave calentamiento formándose la respectiva sal
cúprica, sobre la misma fibra. Estos precursores se venden bajo la
denominación registrada de ftalógenos.
156
157
Aplicación de la cromatografía al análisis de documentos
Introducción a la cromatografía
158
provenientes de los soportes, solventes, impurezas, detectables mediante
aquellos métodos auxiliares.
El procedimiento primitivo se fue perfeccionando, y se descubrieron nuevas
técnicas basadas en principios físicos diferentes. En 1941 los ingleses Martin y
Synge perfeccionaron el método conocido como “Cromatografía de partición”,
aplicándolo a la separación de mezclas orgánicas en el campo biológico,
motivo por el que recibieron el Premio Nobel.
El extraordinario desarrollo de esta novedad en la metodología analítica indujo
a valiosas contribuciones y modificaciones en los adsorbentes o soportes
cromatográficos, y hoy son numerosos los materiales conocidos para tal fin,
entre los que podemos citar el almidón, la alúmina, el amianto, el polvo de
celulosa y hasta el vidrio, pero sobre todo el gel de sílice o “sílica gel”, de
universal aceptación y difusión.
El método consiste, en síntesis, en la separación por partición de los solutos en
dos fases líquidas en equilibrio: una es el solvente adsorbido en el soporte
sólido (fase estacionaria), y la otra, la que pasa a través de ese soporte (fase
móvil). Como cada sustancia tiene un coeficiente de partición distinto11),
dichos solutos terminan por separarse.
En 1944, Gordon y el mismo Martín, describieron la “Cromatografía en papel”,
que permitió resolver numerosos problemas en la investigación bioquímica. Es
un método de partición que utiliza como soporte de la fase fija una hoja de
papel de filtro de calidad especial. El producto a analizar se deposita en forma
de solución en una zona próxima a uno de los bordes de la hoja de papel, y se
evapora el solvente por suave calentamiento. La fase móvil se desplaza en el
papel por capilaridad, desarrollando manchas a distintos niveles, que
corresponden a cada uno de los componentes de la mezcla inicial. Para ello la
hoja de papel se dispone verticalmente con uno de sus extremos sumergido en
un recipiente que contiene el líquido resolutivo, pudiendo ser el desplazamiento
ascendente o descendente; también se usa la cromatografía con desarrollo
circular en plano horizontal. Una vez que el líquido ha alcanzado una altura
adecuada, se retira el papel y se seca: si se trata de sustancias coloreadas, la
visualización de las manchas es directa; en cambio, si se trata de sustancias no
coloreadas, para visualizarlas se deberá recurrir a uno de los artificios antes
mencionados (revelado).
El análisis de las tintas puede realizarse también por “electroforesis”, método
basado en la aplicación de un campo eléctrico en el seno de un sistema
disperso, el cual origina la orientación de partículas de acuerdo con su carga,
en forma que éstas migran hacia los electrodos de carga opuesta (ánodo o
cátodo). Si la solución a analizar contiene un solo soluto, las partículas, todas
iguales, migrarán a igual velocidad, pero si existen varios componentes, cada
uno migrará con una velocidad diferente. Esta velocidad depende de la
sustancia (viscosidad), del medio (pH), de la intensidad de la corriente aplicada
y del tiempo.
(1) Coeficiente de partición es el cociente entre la concentración del soluto en la fase móvil y la
concentración del mismo en la fase estacionaria.
159
El dispositivo que se utiliza para este tipo de cromatografía está constituido por
una cuba de plástico, que contiene un electrodo en cada extremo; un puente
soporte donde se coloca la tira de papel o de acetato de celulosa; la solución
buffer, y una fuente de poder estabilizada, capaz de suministrar 0-400 voltios y
0-50 mA. (Fiq. 13).
160
Para preparar la cromatoplaca se usan dispositivos especiales, llamados
“extensores”, con los que se logran capas de espesor regular y adecuado (0,25
mm por ej.). Con algo de práctica se pueden preparar en forma manual,
mezclando la “sílica gel G”, tal cual se adquiere en el comercio, con el doble de
su peso en agua y esparciéndolas convenientemente sobre las placas soporte.
Se deja fraguar 10 minutos y se activa en estufa a 110°C durante 30 minutos.
Los detalles de siembra, resolución y revelado son similares a los mencionados
para cromatografía en papel, con la ventaja que para esta ultima puede
utilizarse cualquier líquido, aunque sea cáustico o corrosivo, por ejemplo ácidos
concentrados, lo que no es factible en el caso de la cromatografía en el papel.
161
Métodos cromatográficos para el estudio de las tintas fluidas.
1. Cromatografía en papel
162
2. Cromatografía por electroforesis.
163
Menciónanse, asimismo, procedimientos resolutivos por cromatografía
bidimensional en capa delgada y por electroforesis, utilizando para la primera
un vehículo constituido por n-propanol-fenol-agua destilada en la relación
28:7:15.
______________
Si a este sistema se añade una pequeña cantidad de ácido, la mayoría de los iones hidronio
164
Agrégase que en el comercio existen placas ya preparadas, de espesor
declarado, listas para su activación y aun activadas, cuyo soporte se asienta
sobre láminas metálicas (“Aluminium foil”).
Las muestras de tinta contenida en los rasgos seleccionados se extraen, como
lo indican Kempny y Blanco, con un sacabocados “ad-hoc” de 0,5 mm de
diámetro, y se depositan sobre una línea imaginaria (línea base o de siembra)
situada a 1-1 ,5 cm de distancia de uno de los bordes de menor extensión de la
placa. La deposición de la muestra así extraída se logra presionando con
suavidad, de manera que penetre en la capa porosa en la cual es retenida.
Esta operación se realiza con el propio mandril del sacabocados (Fig. 16).
Como alternativa puede agotarse la muestra, depositada en el lugar o punto de
siembra, mediante una microgota de piridina purísima. Una vez depositadas
todas las muestras seleccionadas, la placa se coloca en el interior de la cuba
que contiene el líquido resolutivo.
___________
del ácido añadido se unen con la abundante reserva de iones acetato para formar ácido acético
ligeramente ionizado. De esta manera aumenta muy poco la concentración de iones hidronio, y
el pH permanece prácticamente constante. Si, a la inversa, se añade una pequeña cantidad de
base a la disolución, los iones hidroxilo se unen con los pocos iones hidronio presentes, pero
entonces se ioniza más ácido acético para mantener la concentración de iones hidronio
aproximadamente como al principio. Los valores límites usuales del pH en disoluciones
amortiguadoras de ácido acético son 3.7 y 5.7.
Otras sales amortiguadoras empleadas para mantener el pH aproximadamente constante son
mezclas de fosfato trisódico (PO4Na3) y fosfato disódico (P04.HNa2) para un intervalo de pH
entre 8,4 y 12,0, y mezclas de fosfato disódico y fosfato monosódico (PO4H2Na) para un pH de
6,2 a 8,2.
165
Las dimensiones de la cuba guardarán proporción con las de las placas, para
lograr saturación con los vapores del líquido resolutivo en tiempo breve. La
resolución se realiza, por lo tanto, en una cámara cerrada, saturada. En
ocasiones, puede efectuarse la resolución sin saturación previa, pero es
importante efectuar siempre los ensayos en las mismas condiciones para
obtener resultados reproducibles.
Señálase que la cantidad de líquido resolutivo a colocar en el interior de la cuba
deberá ser tal que su altura llegue a la mitad, aproximadamente, de la distancia
comprendida entre el borde inferior de la placa y la línea de siembra (Fig. 17).
Solventes
La literatura especializada consigna numerosos vehículos, líquidos resolutivos
o “solventes” destinados al estudio de las tintas. Menciónanse entre ellos:
1) lsopropanol-agua destilada-n-butanol (25:25:50);
2) n-propanol-fenol-agua destilada (28:7:15);
3) Piridina purísima;
4) Acetato de etilo-alcohol etílico absoluto-agua destilada (70:35:30);
5) n-butariol-etanol absoluto-agua destilada (5Q.1O:15);
6) Piridina-agua destilada (relación 10 ml:40 gotas);
166
7) n-butanol-ácido acético-agua destilada (50:10:40).
8) n-butanol-ácido acético (40:10).
Recomendables: el “solvente” N° 5 y el N° 8. El N° 5 es el preconizado por
Nakamura y Shimoda.
167
se ha efectuado el estudio de 15 muestras de tintas fluidas obtenidas del
comercio, consignándose los correspondientes valores Rf de los integrantes
cromáticos separados con la metodología resolutiva ya detallada.
Líquido resolutivo. n-butanol-ácido acético-agua destilada (40:10:10).
168
Observación al UV (Ultravioleta). Algunos integrantes cromáticos de las tintas
fluidas acusan fluorescencia típica en ese ámbito.
Los números (1) y (6) (Tinta Pelikan) corresponden a la clasificación interna del
fabricante.
(Ver fig. 19)
169
170
Análisis químico de las tintas de bolígrafo
171
Debe señalarse que para aceptar la confección de textos realizados con igual
tinta, todos los ensayos que se indican para estos casos deben ofrecer
resultados exactamente iguales.
Las tintas de bolígrafo difieren totalmente de las fluidas por su composición y
propiedades. Se secan prontamente; son resistentes al agua, a tal punto que
puede escribirse bajo el agua; no se alteran por oxidación o polimerización;
muestran manifiesta adherencia al papel y están constituidas por colorantes de
alta capacidad tintórea.
La composición de estas tintas se ha perfeccionado de continuo. Las primitivas
disponían de una base oleosa, consistente en oleína, adicionada o no, de
aceite castor y colorantes de escasa cualidad tintórea, siendo además poco
resistentes a la luz. Para el observador poco experimentado las escrituras de
esa época pueden confundirse con las de tinta a “la anilina” de baja calidad,
pero bastará un simple ensayo físico con un disolvente común (éter de
petróleo) para demostrar su naturaleza (las tintas de bolígrafos son solubles en
muchos disolventes orgánicos, mientras que las denominadas tintas fluidas, de
vehículo acuoso, no responden de igual manera).
Las tintas actuales contienen polietilenglicoles como vehículo de los colorantes
y la naturaleza polar (1) de esos vehículos permite el empleo de pigmentos de
uso corriente, en formulaciones de tintas de bolígrafos, obteniendo los
resultados que se consignan en el cuadro adjunto, en el cual se han agregado
también ciertos resultados de ensayos físicos (cromatografía y observación al
U.V. e l.R.).
Los ensayos descriptos precedentemente no son viables la mayor parte de las
veces, debido a la exigüidad de material disponible en la parte de la escritura
dubitada. Por otra parte, como ya se ha dicho, si bien la individualización de los
colorantes sería ideal, ella no es habitualmente necesaria, dado que la
exigencia pericial es satisfecha estableciendo igualdad o desigualdad entre las
partes cuestionada y legítima.
Se transcriben a continuación los resultados de los ensayos obtenidos “a la
gota” con reactivos comunes y solventes, sobre rasgos de tintas de bolígrafos
argentinos azules, negras y rojas.
____________
172
que igualan la carga positiva del núcleo. Estos electrones se ubican en capas concéntricas
alrededor del núcleo y cada capa puede alojar un número definido de electrones como máximo,
pudiéndose encontrar capas con menos electrones que dicho número pero nunca con más. Los
electrones ubicados en la capa más externa, esto es, los más alejados del núcleo, son los que
forman parte de las uniones entre átomos.
Uniones químicas: Se sabe que los átomos con capas electrónicas llenas son extremadamente
inertes (caso del helio, neón, etc.), debido a que dicha configuración asegura un estado
estable. Los átomos que tienen su capa externa incompleta tenderán a completarla mediante
una adecuada interacción con otros átomos, lo que dará lugar a la formación de uniones
químicas, que pueden ser:
a) Uniones jónicas (electrovalencias): Es un tipo de unión química en la que un átomo cede su
electrón a otro átomo. De este modo, partiendo de dos átomos eléctricamente neutros (cargas
neutralizadas) se ha obtenido un compuesto formado por dos partículas cargadas
eléctricamente que reciben el nombre de iones. Ejemplo esquematizado de la formación del
cloruro de sodio (CIF’Ja) a partir del cloro (CI) y del sodio (Na):
Un caso particular de este enlace químico es la llamada covalencia dativa en la que uno de los
átomos aporta un par de electrones, que es compartido por ambos átomos. Ejemplo:
molécula de monóxido de carbono:
173
Polaridad de las uniones covalentes: En una molécula diatómica, que tiene átomos iguales,
como el hidrógeno IR2) y el cloro Id2), cada átomo atrae a los electrones que forman la unión,
con idéntica fuerza. En el caso de unión de átomos diferentes, debe esperarse que los
electrones ligantes sean mantenidos más fuertemente por uno de los átomos. Ello hace que los
electrones de unión se encuentren más cerca de uno de los núcleos que del otro. Como los
electrones son partículas con carga eléctrica negativa, uno de los extremos de la molécula
tendrá un exceso de carga de ese signo, mientras que el extremo opuesto lo tendrá de carga
positiva. Tal tipo de molécula constituye un dipolo. El producto de la carga eléctrica por la
distancia entre los centros de carga se denomina momento dipolar.
174
175
176
177
178
Ensayos cromatográficos de tintas de bolígrafos
Bolígrafos azules
Solvente a)
Solvente b)
179
180
Bolígrafo “Floating Bali”
181
Sin posibilidades inmediatas de obtener información idónea y contando al
respecto con escasos implementos escriturales de la misma marca y color
(azul), se efectuaron ensayos “a la gota” y mediante resolución cromatográfica
en capa delgada, registrándose lo’ resultados que, a continuación, se detalla:
a) Ensayos químicos
b) Ensayos cromatográficos
182
1. Ensayos químicos a la gota
Tintas “Draipen” al agua
Tintas “303”
183
184
2. Ensayos cromatográficos.
185
Tintas “Draipen” indelebles
Tintas “303”
Tintas “303”
186
Tintas “Sylvapen”
187
Tintas “Silvapen”
Ver figs. 29-30-31. En todos los casos se han consignado, para cada tinta, dos
“cromatogramas”. Ellos corresponden a los dos solventes de elección ya mencionados: el de
Nakamura-Shimada, y butanol acético (40:10) respectivamente.
188
Tintas de sellos
189
190
Ensayos cromatográficos
Para realizar esta parte del estudio de las tintas de sello o tampón se utilizó la
técnica descripta en el capítulo correspondiente, para capa delgada (TLC),
ensayándose diversos tipos de solventes citados en la escasa bibliografía
existente al respecto, tales como:
Fenol-Metanol-Agua (15-10-85)
Cloroformo-Metanol-Fenol-Acetona (50-15-10-20)
Metanol-Agua (partes iguales)
Fenol-Agua (35-90)
Butanol-Acético-Agua (40-10-50)
Los resultados obtenidos con ellos no superan, por su poder resolutivo, a los
que hemos mencionado en los ensayos cromatográficos de las tintas ya
estudiadas. En efecto, tanto el solvente de Nakamura-Shimoda N butanol-
etanol-agua (50-10-15), como la mezcla n-butanol-ácido acético (40-10),
producen separaciones claras y rápidas, que los hacen recomendables también
en este caso y que superan a las obtenidas con los sistemas antes citados.
A continuación se describen los resultados obtenidos con ambas mezclas, al
ensayar las tintas para sellos de goma y de metal ya descriptas.
Ensayos cromatográficos
Tintas para sellos de goma
191
Solvente: Nakamura y Shimoda
192
Solvente: Nakamura y Shimoda
Tintas fugitivas
209
A los efectos de establecer el comportamiento o respuesta de la tinta ante
posibles tratamientos a que podrían someterse los documentos, se realizan
ensayos prácticos depositando, sobre sectores seleccionados, una o dos gotas
de los solventes que se señalan, observando de inmediato todo cambio
producido a la luz directa y en el ámbito del ultravioleta (luz de Wood). La
absorción del exceso de reactivo con papel de filtro de buena calidad permite
detener el efecto del solvente y comprobar toda transferencia de color del
documento al papel.
Solventes Orgánicos
1. Acetato de etilo.
2. Acetona.
3. Acido acético glacial.
4. Alcohol butílico.
5. Alcohol etílico.
6. Alcohol metílico.
7. Alcohol propílico.
8. Benceno.
9. Cellosolve.
10. Cloroformo.
11. Dioxano.
12. Eter etílico.
13. Eter de petróleo.
14. Etilenglicol.
15. Hexano (normal).
16. Metil-etil-cetona.
17. Piridina.
18. Sulfuro de carbono.
19. Tolueno
20. Xileno
1. Agua destilada.
2. Acido clorhídrico al 5 % en volumen.
3. Acido sulfúrico al 5% en volumen.
4. Acido nítrico al 5% en volumen.
5. Acido oxálico al 1%.
6. Acido tartárico al 5%.
7. Acido cítrico al 5%.
8. Hidróxido de sodio al 2%.
9. Cloruro estannoso (C12Sn) al 10% en ácido clorhídrico al 1% en volumen.
10. Hipoclorito de sodio (CIONa) al 10%.
11. Hipoclorito de calcio en solución saturada.
12. Cloruro de calcio al 5%.
13. Agua de bromo a saturación.
210
14. Acido fénico (fenol) al 1 %.
15. Ferrocianuro de potasio al 5% en ácido clorhídrico al 1 % en volumen.
16. Tiocianato de potasio al 5% en ácido clorhídrico bI 1 % en volumen.
17. Tiosulfato de sodio (hiposulfito) al 5% en amoníaco al 5% en volumen.
211
consignada, sobre la que se ha insistido, impide abordar con éxito el
requerimiento que se reclama.
Al margen del tema en tratamiento, cabe formular una consideración de
carácter general sobre lo que podríamos denominar ‘la química policial” o
“química forense”. En el mayor número de casos el perito debe satisfacer el
análisis con una cantidad mínima de muestra, de la cual, ateniéndonos a las
disposiciones legales vigentes, deberá reservar una alícuota equivalente para
una eventual recusación o contraprueba. Aun el lector poco familiarizado en
materia analítica comprenderá fácilmente que resulta mucho más fácil revelar o
identificar una sustancia alcaloídica si el analista dispone de una cantidad
necesaria de muestra, que si lo que se le remite es un cristal hallado en el
bolsillo de un detenido, material que, por sus proyecciones legales, impone una
confirmación o contraprueba en instancia superior. Con este ejemplo práctico
se trata de demostrar las limitaciones que se ofrecen en el estudio de los
rasgos confeccionados con lápiz grafítico.
El eminente maestro E. Locard en sus estudios sobre el tema ideó un método
comparativo que, realizado en forma escrupulosa y detallada, permite obtener
resultados de tipo cuantitativo. El método se basa en la aplicación de los
reactivos que hemos mencionado para el estudio cualitativo, pero efectuando
un doble ensayo para cada uno de los integrantes de los rasgos, utilizando los
reactivos en concentración notablemente distinta (uno de ellos 100 ó 200 veces
más concentrado que el otro). Con este recurso es posible obtener una
respuesta analítica efectiva o, cuanto menos, suficientemente informativa.
Como ejemplo de esta metodología propuesta por el insigne investigador
francés, es de señalar que, mientras el hierro contenido en el lápiz grafítico
reacciona netamente con la solución de tiocianato de potasio al 5% en ácido
clorhídrico al 1%, no muestra respuesta alguna con una dilución al 0,05% de
dicho reactivo.
A continuación se transcribe un ejemplo de diferenciación, mediante este
método, de dos lápices clásicos, citado por el propio Locard:
212
Locard aconseja trabajar con las concentraciones indicadas en el cuadro. El
método no permite, naturalmente, identificar un lápiz, pero evidentemente
suministra una información mucho más concreta que el cualitativo.
La escasa incidencia de las escrituras a lápiz en documentos, hace que pocas
veces el perito sea llamado a examinar casos policiales o judiciales en que el
objeto de la peritación sea el análisis de un documento escrito con tales
elementos. No obstante, se citan en la literatura especializada algunos métodos
cromatográficos para análisis de los componentes menores de las minas, de
los cuales citaremos el de J. Tholl, que permite detectar los metales presentes
en las mismas:
1. El rasgo se trata con una gota de ácido nítrico al 10% y otra de tetracloruro
de carbono.
2. Se “siembra” ese líquido en cromatoplacas de celulosa. El tetracloruro tiene
por objetivo disolver las ceras de la mina y permitir el acceso del ácido nítrico,
que disuelve los metales.
3. Se “siembran” también muestras tomadas en igual forma de zonas no
maculadas del papel para descartar toda solución positiva ajena al contenido
metálico del grafito.
4. Se extrae otra muestra con igual solvente, agregado de una gota de ácido
clorhídrico, para asegurarse la extracción de metales poco solubles en nítrico.
5. Se realiza la resolución cromatográfica en un solvente constituido por n-
butanol-ácido acético glacial-agua destilada en la relación
60:20:20.
6. Como reveladores utilizar una solución alcohólica de Rodamina 8 al
0,5% (un colorante derivado del xanteno, que se emplea mucho como reactivo
y que acusa marcada fluorescencia al ultravioleta), y otra, en similar vehículo,
de ácido kójico al 0,1 % (el ácido kójico es el 5-hidroxi-2 (hidroximetil)-1 ,4-
pirona). Efectuado el tratamiento por aspersión con los reactivos cromogénicos
mencionados, se observan las placas a la luz natural y a la luz ultravioleta a
distintas longitudes de onda; de tratarse de muestras iguales deben observarse
idénticas respuestas (número, color, fluorescencia y ubicación de las máculas).
Si, complementariamente, se deseara identificar los elementos metálicos puede
recurrirse a la resolución cromatográfica en capa delgada, de acuerdo con la
metodología usual, utilizando testigos en forma de sales solubles. Es de
advertir que, de aplicar esta técnica resolutiva para la identificación de los
integrantes metálicos, deben utilizarse reactivos purísimos (USO
cromatográfico) exentos de todo resto de metales.
213
tes de una misma escritura, para determinar si provienen de un mismo lápiz
copiativo. Consiste en realizar un ensayo “al toque” con una pequeña gota de
agua destilada, que se deposita sobre trazos seleccionados de la composición
manuscrita observando la velocidad de difusión del colorante en forma
confrontativa. Al respecto es de señalar que la velocidad de difusión varía
manifiestamente (entre varios segundos a minutos) por factores que
condicionan la solubilidad del colorante en agua (naturaleza de la carga,
tamaño de las partículas que integran la mezcla, solubilidad relativa del
integrante cromático, aglutinación o “compactación” de la masa que constituye
la mina, etc.).
Asimismo, pueden efectuarse ensayos similares de solubilidad empleando
alcohol o éter etílico, puesto que se trata de determinar la respuesta de los
trazos en forma confrontativa.
Por su parte Mitchell sugiere que, en los casos en que se autorice el corte de
un sector del documento, es posible obtener referencias de valor respecto de la
carga mineral que integra la mina del lápiz (análisis de las cenizas en su
composición mineral).
214
Se efectuaron sobre rasgos trazados con todas las muestras citadas los
ensayos “a la gota” con los cinco reactivos clásicos, obteniéndose los
resultados que se consignan en el cuadro siguiente. En él, los lápices están
designados por el mismo número utilizado en el listado anterior. En el cuadro
se han transcripto, también, los resultados obtenidos sobra ensayos en paralelo
realizados con violeta de metilo, por ser éste el colorante que cita la literatura
como componente común de los lápices que estamos estudiando.
Para los ensayos cromatográficos se extrajeron muestras de acuerdo con la
técnica descripta en el capítulo sobre análisis de tintas, y se ensayó la eficacia
de los distintos líquidos resolutivos citados por la literatura sobre tintas. Se
obtuvo resultado favorable mediante la utilización del solvente de Nakamura-
Shimoda (Butanol-Etanol-Agua: 50-10-15) y también con la mezcla Butanol-
Acido acético (40-10).
215
216
Escrituras mecanográficas
217
placas de sílica gel G, como se explicó oportunamente. Los líquidos de
corrimiento adecuados, son: el de Nakamura y Shimoda (Butanol-Etanol Agua:
50-10-1 5) y la piridina uso cromatográfico.
Se describen a continuación los resultados obtenidos con ambos solventes, en
ensayos realizados sobre escrituras logradas con seis cintas obtenidas en el
comercio
218
Ensayos químicos efectuados sobre los cromatogramas obtenidos en el
método resolutivo precedente
Las cromatoplacas fueron expuestas a los vapores de ácido clorhídrico puro y,
en un paso inmediato, a los de amoníaco concentrado, registrándose los
siguientes resultados:
Muestras Nos. 1, 2, 3 y 4: Con los vapores de ácido clorhídrico las máculas de
color azul (Rf 0,40 y 0,50) viran al verde y luego al amarillo.
El tratamiento con vapores de amoníaco regenera el color azul primitivo.
Muestra N° 5: No se altera por exposición a los vapores de clorhídrico,
decolorándose por exposición a
los vapores de amoníaco.
Muestra N° 6: No se modifica por exposición a los vapores ácidos ni por
tratamiento alcalino.
219
APEN DICE
220
mento para que no penetre en el surco del calco, que debe quedar claro sobre
fondo oscuro.
Ehrlich preconiza la aplicación de los vapores de yodo, que, como veremos al
tratar el tema de escrituras adulteradas por borrado, se fija en forma diferencial
sobre el papel, con mayor concentración en las zonas donde las fibras
celulósicas están más comprimidas, como es el caso de los surcos del calco.
Este fenómeno, de etiología no bien aclarada, permite a veces la reproducción
del escrito; requiere que el color del soporte del calco sea blanco o, al menos,
de tono adecuado para obtener el contraste necesario que facilite la
reconstrucción de la escritura.
Gerth Mender y Grag proponen un método que da buenos resultados, a
expensas de un manifiesto deterioro del material, que, como veremos, queda
notablemente engrasado. Estos autores aplican sobre el calco una pasta
compuesta por negro de humo (es apto el usado en dactiloscopía) y una grasa
que actúa como soporte. Se pasa la pasta con el dedo, en forma que penetre
eficazmente en los surcos del calco; luego se elimina el exceso de pasta, que
obra sobre la parte lisa que circunda dichos surcos. Para ello se pega una cinta
autoadhesiva sobre la escritura que se trata de revelar, ajustándola en forma
que no queden burbujas de aire entre ella y el soporte. Luego se retira la cinta
autoadhesiva, que arrastra consigo la pasta situada en la parte lisa del papel y
no la de los surcos. Como resultado final se obtiene la escritura negra sobre un
fondo gris. Es conveniente cubrir la escritura así “revelada” con una nueva cinta
autoadhesiva, a los efectos de la devolución del documento a la instrucción.
Como dato complementario puede decirse que las cintas retiradas pueden
servir al perito para documentar su informe, pues ellas presentarán la escritura
en blanco sobre fondo negro. Bastará adherirlas a un papel blanco y serán más
representativas para el informe pericial que la mejor fotografía.
Este método es apto no sólo para revelar calcos en papel, sino también sobre
plásticos del tipo utilizado para forrar libros, manteles de mesa, etc.
Citaremos finalmente un método primitivo y práctico, que cuidadosamente
realizado, conduce a óptimos resultados, siendo la alteración del material muy
inferior a la producida por la técnica descripta. Consiste en la aplicación de una
fina capa de polvo carbonoso o grafito muy finamente dividido sobre el calco,
que debe tener como soporte un papel blanco o al menos de un color claro y
uniforme.
El material se aplica mediante una muñeca de fieltro fino, o sencillamente con
la yema del dedo, ejerciendo sobre la superficie una prolongada pero suave
fricción. De esta forma se tizna todo el entorno de los surcos, con el resultado
final de la “escritura” en blanco sobre un fondo negro o gris.
Dado que este método y todos los citados con igual motivo afectan en mayor o
menor escala el documento, deberán adoptarse, antes de resolver su
aplicación, las dos’ providencias varias veces invocadas en circunstancias
similares: 1 0) autorización formal del magistrado o funcionario responsable de
la investigación que promueve la pericia, que debe ser claramente advertido de
la alteración que sufrirá el documento y 2°) documentación fotográfica integral
del mismo.
221
Actualmente se utiliza para tal fin un dispositivo denominado “ESDA”, de
procedencia inglesa, producido por Foster y Freeman, que mediante un
ingenioso sistema produce un depósito de color negro (“toner”)(1), sobre los
surcos previamente logrados sobre una superficie plástica. Para lograr este
objetivo se adhiere fijamente, mediante adecuado vacío, una película plástica
de muy delgado espesor sobre el documento, en forma que ella se adapte
perfectamente sobre los surcos que constituyen la escritura cuyo revelado se
persigue. Luego se pasa sobre la superficie de esa película plástica, en ambos
sentidos, un dispositivo electrónico (“corona”), a unos 2 cm de distancia, con lo
que se logra cargar electrostáticamente la misma. Finalmente se procede al
verdadero “revelado” de la escritura mediante la aplicación del “toner”,
dispuesto sobre la superficie de pequeñísimas esferillas, que al rodar en
cascada sobre el film adecuadamente inclinado, producen el efecto buscado; o
bien se aplica el “toner” en forma de fina niebla, en una cabina que al efecto
tiene el aparato que se describe.
Se obtiene así, al separar la lámina de plástico del documento “sub examen”,
una imagen estable de la escritura, en su tamaño original, la que puede ser
fotografiada o incorporada al informe pericial, previo agregado de una película
transparente autoadhesiva protectora.
El método descripto presenta la enorme ventaja de no afectar en absoluto el
documento peritado, pudiendo aplicárselo rutinariamente previo a cualquier otro
ensayo.
222
223
El trapecio de bromuro de potasio debe medir 2,5 a 3,0 mm de base mayor; 0,5
a 1,0 mm de base menor, y 9,0 mm de altura; su espesor debe ser homogéneo,
y similar al de la capa de sílica gel.
El conjunto de la mancha cromatográfica y el trapecio constituyen la “doble
placa”. (Véase figura pág. 223).
Luego, utilizando una pipeta Pasteur, se agrega un solvente adecuado (alcohol
etílico, piridina, etc.) gota a gota, en forma discontinua y evitando mojar más
allá del contorno de la “doble placa”, siempre desde la base de la mancha,
hasta lograr desplazar la mancha hasta la base menor del trapecio, como se
observa en la citada figura.
Luego la “doble placa” se seca bajo lámpara de infrarrojo. Conviene repetir la
difusión varias veces, secando luego de cada una de ellas, hasta lograr
concentrar el colorante en una superficie pequeña.
Luego del último secado se corta la columna de bromuro de potasio a 5 mm de
la base mayor, y se prepara la micropastilla para procesarla por
espectrofotometría en el infrarrojo.
224
CAPITULO V
225
co se deduce respecto de la antigüedad del escrito; sobres, adhesivos, etc.
Sabiendo la fecha en que cada uno de ellos apareció o desapareció del
mercado e identificado el mismo en el documento “sub examen”, el perito
tendrá en su poder elementos de juicio que le permitirán establecer si la parte
dubitada es factible o, por el contrario, sufre de un anacronismo que permite
tacharla, “a priori”, de falsa.
Veremos luego que las tintas de bolígrafo presentan dificultades insalvables
para la determinación de la fecha de los escritos. De ello se deduce ra
importancia que tendrá para el perito conocer fehacientemente la composición
de las tintas de este tipo de elementos escritores, producidas por las diversas
fábricas en el correr de los años. Así por ejemplo, si analiza un documento que
presume ser del año 1960, y se determina por cromatografía en capa delgada
que la tinta de bolígrafo que lo constituye está compuesta por tres colorantes,
uno verde, otro azul y otro violeta, que se comportan en igual forma
(fluorescencia, Rf, etc.), que los que integran la tinta que Sheaffer comenzó a
fabricar en 1966, es muy probable que la fecha del documento sea falsa.
En el examen de documentos antiguos debe tenerse en cuenta que las tintas
ferrogalotánicas aparecieron en tiempos lejanos. Hay quienes dicén que se
usaban ya en el siglo VIII. Lo más probable es que aparecieran hacia el XIII. El
agregado de colorante auxiliar, en cambio, data del siglo pasado (1836).
Las tintas de campeche datan de 1847, aunque antes (1700), el extracto de
este árbol centroamericano se había usado para reforzar el color de las tintas
ferrotánicas.
Las tintas negras a base de nigrosina surgen en 1867, y las tintas de colores a
base de colorantes orgánicos sintéticos, llamados genéricamente “anilinas”, en
1871.
Las tintas alcalinas de secado rápido aparecieron en 1927.
La presencia de componentes fluorescentes en las tintas indica que se trata de
escritos posteriores a 1956. En nuestro medio aún no se han popularizado,
pero existen fábricas (Sheaffer, Quinck) que han agregado a algunos de sus
productos componentes de este tipo, resistentes a los erradicadores clásicos.
El objeto de este agregado es, obviamente, suministrar a los escritos una
mayor seguridad contra las maniobras de borrado: al erradicar parte de la
escritura mediante un “borratintas”, la misma subsiste, invisible a la
observación directa, pero detectable por su fluorescencia a la luz ultravioleta.
Para la investigación de estos compuestos se extrae una pequeña muestra de
la escritura y otra del papel no afectado; tratadas ambas muestras con sendas
gotas de hipoclorito y observadas a la luz ultravioleta, se comprobará la
existencia de un compuesto fluorescente, residual de la tinta.
Desde el punto de vista de la antigüedad del documento, el análisis del papel,
en lo que hace a su fibra, no aportará en general datos significativos, pero sí,
en cambio, los componentes no celulósicos agregados para mejorar ciertos
aspectos de la calidad del papel e, incluso, la detección de impurezas
accidentales. Como se ha estudiado en el capftulo correspondiente, el papel
común está constituido por un entrecruzamiento de fibras
226
celulósicas, una carga generalmente mineral, y un agente aglutinante (caseína,
resma, almidón). Pero con el fin de mejorar la calidad, las fábricas han ido
introduciendo otros materiales, cuya identificación, en conocimiento de su fecha
de aparición, puede llevar a útiles conclusiones al analista que está tratando de
establecer la antigüedad del documento. Por ejemplo, el bióxido de titanio, la
sílice y la alúmina reemplazaron en las últimas décadas a la arcilla, carbonato
de calcio, tierra de diatomeas, talco y sulfatos de calcio o de bario, usados
como carga.
La presencia en el papel de compuestos sintéticos, que reemplazan
actualmente a la caseína, gelatina, almidón y resma en el encolado, permite
también limitar la antigüedad del documento.
Otro tanto ocurre con los llamados “blancos ópticos”, agregados al papel en su
fabricación para darle un aspecto más brilloso. El inconveniente reside en que
no existen datos concretos sobre la forma de identificar estos productos, ni
sobre la fecha exacta de su aparición en la elaboración de papel. No obstante,
la misma debe considerarse producto de las últimas décadas.
También se conoce que se han agregado recientemente al papel, para darle un
mejor acabado, y para disminuir la difusión de la tinta cuando se escribe,
ciertos compuestos siliconados.
Una escritura producida por un lapicero de fibra no puede ser anterior a 1964.
Si bien es cierto que tales elementos se conocían antes y se utilizaban como
marcadores, es en esa fecha en que se perfeccionan y comienzan a usarse
como elementos escritores.
Otro aspecto interesante respecto de este tipo de conocimientos que permite, si
no establecer la antigüedad de una escritura, al menos limitarla en el tiempo, es
la presencia y calidad de colorantes de la tinta. Se menciona que el primer
colorante utilizado como pigmento auxiliar en las tntas ferrotánicas fue el
índigo, agregado por Stephens en 1836. Se trata de un colorante natural
conocido desde remota antigüedad, al punto que las vestiduras de las momias
egipcias están teñidas con él. Se obtenía de la “hierba pastel” o “glasto”, que
crece en Occidente, y de plantas de “Indigofea”, de los países tropicales. Fue
sintetizado por Baeyer en 1880.
C.E. Waters expresa que las escrituras más antiguas que contienen colorantes
azules sintéticos datan de 1881, coincidiendo con Mitchell, que afirma que la
manufactura de las tintas llamadas “azul negras” empezó en 1880. De
cualquier forma, si se halla un colorante azul sintético en una escritura anterior
a 1880, ésta debe sospecharse de falsa.
Llevando el problema a su caso límite, digamos que una escritura que contiene
en su tinta un colorante sintético y presenta fecha anterior a 1856, es
seguramente falsa. Tomamos ese límite considerando que el primer colorante
sintético es el logrado por William H. Perkin en ese año, oxidando el sulfato de
anilina con dicromato: la púrpura de anilina o maua,..4 color púrpura y
resistente a la luz.
pues, establecer la antigüedad real llamada también edad / absoluta de un
escrito, es un problema que difícilmente pueda resolverse
por métodos exclusivamente analíticos. En cambio, como hemos visto, es
factible aunque difícil, encarar la solución del problema mediante un conjunto
de observaciones, analfticas unas y de conocimiento previo
227
otras. Las primeras nos suministrarán los conocimientos necesarios (tipo de
tinta, de lapicero, de papel, etc.); las segundas, en base a antecedentes, datos
históricos, coleccines de referencia, etc., nos permitirán, ubicando a aquéllas
en el tiempo, limitar con mayor o menos precisión la fecha de ejecución del
escrito.
Frecuentemente, la requisitoria pericial no es tan exigente. El perito es llamado
a establecer no la antigüedad absoluta del escrito sino a dete,winar sidos
partes del rnismjLQyjQflpn de un sqacIo esritiil o, por el contrario i existe entre
ellos cierta diferencia de antiguedad Se requiere pues establecér la antigüedad
relativa. Tal es el caso frecuente de un documento (cheque, pagaré, por
ejemplo) librado incompleto y completado fraudulentamente a posteriori
mediante agregado de cantidades, fechas, etc.; lo que se suele denominar
“abuso de firma en blanco”. O también el caso de un documento constituido por
varias hojas (contrato, testamento, boleto de compraventa), una de las cuales
ha sido removida y reemplazada por otra que-altera lo pactado inicialmente; o
el caso de un libro comercial, o de actas, cuyos asientos deben proceder de
distintas épocas, separadas entre sí por lapsos variables (días, semanas,
meses, años), y que, en cambio, han sido elaborados fraudulentamente en un
breve tiempo, a veces en un solo acto.
En tales casos se impone el estudio confrontativo de las dos o más partes
cuyelgualdad de antigüedad se cuestiona, y para ello debe buscarse alguna
propiedad evolutiva, vale decir, cierta varíe o se modifique a partir de la
realización del escrito, en función del tiempo:
Estableciendo entonces, en base a los ensayos físicos o químicos necesarios
para ello, la medida en que las partes cuestionadas del documento han
evolucionado respecto de dicha propiedad, se obtendrá la respuesta a la
pregunta ¿Cuál de las partes es más antigua y cuál más reciente?, aunque no
podamos establecer fehacientemente “cuando fue escrita cada una de ellas”.
228
algún método o técnica que se subestima porque su aplicación fue muchas
veces inútil o inconducente, es la que nos ofrece la solución buscada. Debe
recordarse también que si el analista debe seguir un camino lógico y coherente,
el delincuente o el falsario obedecen en su accionar a una técnica empírica o
improvisada y pueden cometer errores de los que debe sacar partido el
experto.
Obviamentei se trata de establecer la “edad relativa” de dos documentos o de
varias partes de un mismo documento, y para ello debiera efectuarse su
estudio confrontativo, los escritos a ensayar, como condición “sine qua non”,
deberán estar escritos con igual tinta/Ello es así porque los métodos a aplicar
se basan en la observación simultánea y comparativa del efecto de un reactivo
químico sobre las partes cuestionadas. Incluso es muy cónveniente que, en el
caso que se estudian varios documentos, ellos estén escritos sobre igual papel
soporte, pues es sabida la influencia del material sobre la tinta en su evolución.
Por ejemplo, si el papel contiene una carga capaz de neutralizar la açidez de la
tinta (hidróxido de aluminio, carbonato de calcio), ésta sufrirá un proceso de
oxidación mucho más rápido.
Çgrresporie pues, en todos los casos, la realización de un exhaustivo análisis
cualitativo de las tintas, utilizando las técnicas que se detallan en el capitúío
correspondiente, el queno&p&rmitir çlec sisu composición es tan
aproximadamente coincidente como para autorizarnos a aplicar Jos métodos
comparativos que luego detallaremos, porque no es suficiente determinar que
todas las partes cuestionadas están escritas con tinta férrica, sino que debe
establecerse que coinciden en su tenor de hierro, tipo y proporción de
colorante, etc.
A veces dos tintas de composición netamente diferente producen escritos
iguales en color, brillo, intensidad, etc. Viceversa, un mismo lapicero, a lo largo
de un escrito, puede producir por razones fortuitas fracciones que parecen
producidas por tintas diferentes; por ejemplo, una estilográfica con flujo
irregular, o una pluma de gavilanes con la que el autor del escrito renueva la
tinta (“moja” la pluma) por inmersión en el tintero recién cuando el implemento
está totalmente agotado. También producen ese efecto la presencia de
sedimentos en la tinta, los que afloran irregularmente, o el uso, hoy raro, de
papel secante que, al ser aplicado periódicamente durante el acto escritural,
afecta más a la parte del texto realizada en el último instante que a la ya
parcialmente seca, escrita inmediatamente después de la aplicación anterior
del secante.
Se ha observado, incluso, que escritos experimentales realizados con tinta de
similar composición y hasta de igual marca, evolucionan en forma distinta, pese
a que todas las condiciones sean exactamente iguales, en particular la
exposición a los agentes actínicos. Ello debe ser atribuido a una falta de
coincidencia en la relación de los componentes mayoritarios de la tinta. Se ha
comprobado, por ejemplo, que la falta de una correcta relación entre la sal
ferrosa, el ácido gálico y el ácido tánico de una tinta ferrogalotánica hace qu las
escrituras que ella produce se tornen prematuamente amarillentas,
representando una antigüedad mucho mayor que la real (con una buena tinta
ello recién ocurre cuando la escritura es tan antigua que los componentes
orgánicos se descomponen, predominando
229
por su lógica estabilidad los inorgánicos).
Ya que se han citado los agentes actínicos, conviene insistir en que está
demostrado que dos documentos experimentales absolutamente iguales en
papel, tinta, etc., conservados uno de ellos en caja de hierro o dentro de un
libro, y el otro en contacto con la luz, aire y humedad, mostrarán en poco
tiempo una notable diferencia en el grado de evolución de la tinta que los
constituye; si ésta es de tipo ferrogalotánico, los ensayos físicos y químicos
destinados a determinar su grado de evolución, arrojarán notables diferencias
en sus resultados.
En general, el perito desconoce todos los detalles relativos a la génesis del
documento, por lo que debe actuar con suma cautela en el planteo, ejecución
de los ensayos e ¡nterpretación de los mismos en toda peritación sobre
antigüedad de tintas, atento a la importancia que aquélla reviste en los
fenómenos evolutivos. Como reg1eneraI diremos que sólo cuando los
resultados obtenidos sean notablementé distintos, y los documentos sometidos
a pericia totalmente similares en cuanto a papel, tinta, etc., estará el perito
autorizado a emitir una conclusión categórica sobre diferencia de antigüedad
entre ellos.
Encambio,ji,abiendo obtenido en las mismas condiciones resultados iguales en
el examen de uno y otro documento, no deberá emitir un juicio categórico sobre
igualdad de antigüedad entre ellos, y mucho menos expresar que provienen del
mismo acto escritural, limitándose a señalar que la similitud de comportamiento
de las tintas permite suponer que los documentos son contemporáneos.
Harrison es al respecto muy exigente, al punto de afirmar: “La situación actual
con respecto a la antigüedad de un documento, sea de tinta, bolígrafo o lápiz
es que, a despecho de las demandas que se han hecho de tiempo en tiempo,
no se conoce un procedimiento que pueda inspirar confianza de dar la edad
absoluta de una escritura, a no ser que la naturaleza de latinta permita
establecer su límite de uso. Lo más que se puede haceresr una indicación
amplia sobre si la escritura es muy reciente o no, deducida, si es posible, de las
técnicas de difusión o los ensayçs de
O’Hara y Osterburg van más allá, al afirmar que el problema sobre antigüedad
de escrituras no tiene solución categórica en la mayor parte de los casos.
Las opiniones de estos maestros de la documentología pericial deben instar al
experto a agotar la investigación antes de emitir un juicio apresurado y, en
última instancia, a reconocer la imposibilidad de llegar a una conclusión
suficientemente fundada, y así manifestarlo en su informe pericial.
Analizaremos a continuación, en forma separada, el comportamiento de las
tintas en uso actualmente, respecto al problema de establecer la antigüedad de
las escrituras que ellas generan. Estudiaremos los métodos citados en la
literatura especializada, comentando en cada caso nuestra experiencia sobre la
mayor o menor eficacia de los mismos.
230
Antigüedad de los escritos según el elemento empleado
a) Con gffgj.fos
231
dir el grado de evol ci’ del proceso, a pesar de los intentos efectuados en tal
sentido.
Si la escritura es muy reciente, puede ser transferida mediante cinta “scotch”,
papel gelatinizado o similar, y es evidente que esa propiedad va disminuyendo
a medida que se seca la tinta del escrito. Ello podría servir para medir la
antigüedad relativa de dos partes de un escrito o, por lo menos, para establecer
cuál de ellas es la más antigua. En efecto, si se alega que todo un documento
escrito a bolígrafo lo fue en el mismo acto, pero la transferencia de rasgos
ensayada como hemos dicho arroja una marcada diferencia entre dos partes
cuestionadas, es evidente que existe diferencia de antigüedad entre ellas. La
principal crítica que debe hacerse a este método y a todos los métodos de
transferencia, es el profundo deterioro del documento que ellos implican.
Suponiendo que el recurrente autorice su ejecución, lo cual deberá solicitarse
expresamente, ello deberá hacerse teniendo en cuenta que los rasgos cuyo
poder de transferencia se comparan deben ser de similar intensidad cromática.
Sin llegar a un método tan drástico, la técnica copiativa puede también en
algunos casos, aportar datos tendientes a establecer el “grado de evolución” de
una escritura a bolígrafd, y en el caso límite antes propuesto, vale decir, en un
documento que consta de una sola plana en el que se sospechan dos actos
escriturales, podría arrojar diferencias significativas entre ellas. No es apto, en
cambio, para establecer la edad absoluta. Téngase en cuenta que una buena
tinta de bolígrafo seca en algunas horas, con lo que su poder copiativo queda
anulado; en cambio, algunas calidades inferiores pueden ser copiadas después
de varias semanas de realizada la escritura.
A. H. Witte, que es escéptico respecto al método, manifiesta sin embargo que
en una oportunidad pudo lograr éxito gracias al mismo, pero en circunstancias
muy excepcionales: distintas partes de un documento escrito a bolígrafo
pudieron ser copiadas día a día, observándosé que el poder copiativo era cada
vez menor, hasta anularse en una semana. Como el documento ostentaba
fecha de seis meses atrás, pudo catalogado de falso.
En una contribución sobre el tema, David Black expresa que resulta de utilidad,
a los fines periciales, establecer si distintas partes e un documento (cifras,
fecha, firma, 6a?idades literales, etc.) han sido cónfEdonaos con el mismo
elemento escritural, muy en especial cuando el frspectivo estudio anlíticoha
revelado una total identidad de las Jtintas. Por lo tanto, las tintas pueden
resultar iguales en su contiposición cromática pero pueden provenir de distintos
bolígrafos.
En las observaciones practicadas cnJriatrumentaI óptico adecuado a variada
magnificación, ha sido posible rever, en muchos
232
casos, laencnja&traZDs, de pequeñas estrías e.olt..bLanco que• aparecen
distintas de las estriaciones longitudinales que treien presentarse en gran
número de escrituras confeccionadas con bolígrafos. Estas últimas estriaciones
son provocadas por defecto de impregnación de la esfera o bolilla en su
movimiento de rotación en la “caja” o hueco del lapicero (housing of the pen),
mientras que las primeras son producida, al parecer, por alguna
coridjcijyjecániçaqueioliviçiyaJLzan a Içs boIígr.afos (Fig. 38)
233
bolilla tiene sus propias características y únicamente alrededor de un octavo de
ella se registra sobre el papel a través de la bolilla o esfera, en cada trazo de
tinta. De esta manera es posible disponer de diferentes modelos producidos
por el mismo lapicero, que hacen posible la identificación del implemento por
las estriaciones de los trazos. Un simple trazo puede contener más de una
estría. El mayor problema es hallar estrías de confrontación.
Como se ha señalado precedentemente es importante distinguir estas
estriaciones de las estrías longitudinales mayores, en blanco, características de
las bolillas que trabajan defectuosamente y que no siempre ofrecen
posibilidades de ser identificadas individualmente.
Es aconsejable efectuar un estudio simultáneo de los sectores o trazos
dubitados mediante un microscopio comparador o, en su defecto, por cotejo
fotográfico a magnificación adecuada (como se efectúa en el examen
comparativo en balística y con marcas de herramientas en casos de
efracciones).
En definitiva, adquiere valor identificativo el número de estriaciones en blanco,
su ancho, su ubicación relativa con respecto a otras existentes en el trazo o
rasgo, y el ancho de los sectores pig-J mentados existentes entre las estrías.
234
escrito superior a la común, para disponer de la cantidad de tinta necesaria
para la realización de dichas técnicas. El ejemplo que se cita al principio del
presente capítulo es suficientemente ilustrativo respecto de la posibilidad de
arribar a la información requerida. Conocido exactamente el colorante de la
tinta, se realiza la consulta
gfiobre su origen, aparición en el mercado, etc. Existen en la literatura
especializada en colorantes orgánicos, obras que se actualizan
permanentemente, y que contienen la mayor información al respecto. Una de
ellas es “Colour lndex”, editado por The Society of Dyes and Colourists, de
Inglaterra, y The American Association of Textile Chemists and Colourists, de
Estados Unidos de América del Norte, con la cooperación de las fábricas de
colorantes y pigmentos de todo el mundo. Esta obra contiene todos los datos
referentes a clasificación de pigmentos y colorantes, de acuerdo con sus
aplicaciones, composición química, patentes, propiedades, etc.
• Respecto de las posibilidades analíticas para la determinación de la
• antigüedad de escritQs con tinta “a la anilina” mediante técnicas “in situ”, es
de seialar que ajguos cpJurantes se utilizan en forma de sales, en especial
como clorhidrato. Se trata de colorantes básicos como el verde malaquita,
verde brillante, azul Victoria, rodamina B, azul de metileno, violeta de metilo,
etc. Otras tintas “de anilina”, por razones de fabricación, contienen variable
proporción de ácido clorhídrico o, eventualmente, ácido sulfúrico. En uno u otro
caso L!.p!icabIe, según Heess, el método de investigaÇión de la
- edád absoluta” del escrito mediante la técnica de difusión de los
iQjiJ,iroy sulfato, que se abordará en detalle en el respectivo capítulo
(determinación de la antigüedad de las tintas ferrotánicas). Consígnase que el
procedimiento analítico antes especificado no aparece como un recurso ideal
para establecer el grado de evolución de las tintas “de anilina”, pero constituye
una posibilidad que, en ocasiones, podría aportar referencias de valor pericial.
Witte lo aplica sistemáticamente y menciona el caso de un recibo antidatado
con una tinta de color verde, en el que pudo determinar, mediante el método de
difusión del ion cloruro, la edad absoluta con muy buena aproximación.
235
sión del sopQrte grso trasferido al papel por efecto del impacto del
tipdela.máquina, ya que el pigmento carbonoso, de reconocida inercia química,
no ofrece alternativa alguna. En casos de papeles de cierto espesor y
encolado, la difusión a que se alude puede alcanzar la superficie opuesta.
Espolvoreando el reverso del documento con reaçtivos pulverulentos que se
recomiendan de ordinario para hacer perceptibles expresiones o textos
borrados, es de oLservar su adherencjajobre los caracteres impresos, pero
sLeLrnatatrial ha difundida sufjçientemee, formará una gruesa banda algo
afejada de la expresión escrita. Por supuesto que las posibilidades de éxito
dependen, fundamentalmente, del tipo de papel y de la clase de tinta de
máquina, mencionándose que puede resultar crucial pará determinar distintos
tiempos de escritura.
Si al practicarse el ensayo con reactivos pulverulentos se observara franca
adherencia y la fecha del documento señalara por su parte una relativa
antigüedad, puede admitirse que una y otra circflstancia se contradicen. En
casos corno el que se menciona resulta aconsejable conservar durante cierto
tiempo el documento dubitado y repetir el ensayo. Si durante ese lapso se
comprueba una neta difusión es seguro que la fecha del documento es falsa y
el origen del mismo es posterior a lo que ella señala.
236
de tiempo atrás por su uso como marcadores, su aparición como implementos
escriturales data del año 1964, por lo cual cualquier texto sujeto a estudio
pericial no puede ostentar fecha anterior a la antes consignada.
237
cambio, correctamente aplicadas e interpretadas, esuItarn de suma utilidad
para establecer si una escritura es de reciente data, medianamente antigua o
realmente evolucionada. Resultan, asimismo, de aceptable utilidad en los
frecuentes casos en que se recaba dictamen sobre la antigüedad de dos partes
de un mismo escrito (edad
relativa). —
Debe tenerse en cuenta que estos ensayos sólo pueden ser, utilizados
comparativamente una vez establecido en forma fehaciente que los
documentos a cotejar respecto de su antigüedad, han sido producidos por tinta
de igual o muy semejante composición cualicuantitativa. Agrégase que los
ensayos confrontativos deben ejecutarse óbre rasgos de similar intensidad
crQrnática, puesto que tal exigencia presupone una concentración equivalente
de la tinta contenida en los mismos, condición necesaria para otorgar valor
pericial a la prueba.
238
del negro,,. Para realizar estas observacinoes Osborn recomienda el empleo de
un microscopio monocular provisto de dos objetivos, con lo• cual resulta posible
efectuar comprobaciones simultáneas verificando toda diferencia de color entre
los rasgos seleccionados.
Esta observación ofreció la posiblidad práctica de registrar los colores,
medirlos, no en intensidad sino realmente en tonalidad, en lo que sería, de
acuerdo con la teoría ondulatoria de la luz, su frecuencia. Realizando estas
observacione.s en distintos tienpos puede seguirse el desarrollo del proceso
evolutivo de la tinta que, si es manifiesto o netamente objetivo,
irdicárjunaap&de transformación inicial activa, mientras que si es poco
perceptible señalaría la fase ya desarrollada del mecanismo oxidativo de la
tinta. Admítese, por lo tanto, quei se establece una total diferencia de respuesta
no existirán dudas respecto de la no contemporaneidad de las partes
cuestionadas) Si bien el proceso evolutivo de la tinta se halla condicionado a
variados factores (pH de la tinta y del papel, mayor o menor exposición a los
rayos actínicos, “carga” del papel, etc.), participan de ellos en igual magnitud
las partes dubitadas.
Los instrumentos utilizados para la medición o apreciación numérica del color
son modificaciones más o menos sustanciales del clásico tintómetro de
Lovibond, utilizado para la confrontación de soluciones coloreadas. En el
modelo que menciona Harrison los tubos de los objetivos aparecen ranurados
en forma de permitir la colocación de filtros de colores.(j’ara establecer el color
de la tinta de un rasgo seleccionado, se coloca el documento frente a uno de
los objetivos mientras que, en el restante, se adapta un “blanco” constituido por
una pastilla de carbonato de magnesio. Luego se van adaptando en la ranura
del “blanco” los filtros que se estimen convenientes hasta obtener igual
impresión cromática en ambos campos del ocular. La observación es sencilla
puesto que en la lente ocular se observan .,nultáneamente el rasgo de tinta en
examen y el “blanco”, de acuerdo con las características que identifican a estos
instrumentos ópticos.
El método, practicado como lo sugiere Witte, con “experiencia y prudencia”,
permite obtener resultados realmente útiles en los casos como los que se
mencionan:
a) Una escritura, que presume una antigüedad ç años, se examina en dos
oportunidades separadas por semanas o meses, comprobándose notable
diferencia (por ejemplo: azul brillante a púrpura, o púrpura a negro, o negro
débil a negro intenso); la tinta evoluciona y, por lo tanto, no puede acusar una
antigüedad de años. LO
b) Un documçnto antiguo, fechado recientemente para su presentación, cobro,
etc., acusará o mostrará una distinta respuesta en la medición secuencial, ya
que mientras el color de la parte antigua (texto) permanecerá inalterable, sin
revelar modificación alguna, la tinta correspondiente a la parte agregada (fecha,
en nuestro caso) evolucionará manifiestamente.
239
combinación con los ácidos gálico y tánico, experimenta una serie de
modificaciones químicas que implican una especie de “resinificación”. Tal
circunstancia determina que el colorante azul adicional, que en las escrituras
de reciente data se difunde fácil y rápidamente aun por simple tratamiento
acuoso, no responda ante la acción de reactivos enérgicos de carácter ácido y
alcalino. Se admite una trasformación paulatina con el tiempo que se pretende
definir como un proceso de “resinificación”, pero es probable que coexistan
fenómenos de adsorción o de superficie.entre los componentes cromáticos de
la tinta y con el papel mismo que impidan una efectiva difusión de los
pigmentos por acción de los disolventes. Por otra parte es sabido que, al
absorberse o neutralizarse el ácido de la tinta, el tanato y el galato férrico
precipitan en el mismo seno del papel, adhiriéndose a la fibra celulósica y
haciéndose insolubles.
Mitchell utiliza la cualidad antes mencionada (insolubilidad progresiva) para
ensayar la antigüedad de la escritura, utilizando la solución de ácido oxálico al
5 % en agua destilada. Este ácido orgánico tiene la propiedad de disolver
compuestos insolubles del hierro por formar complejos poco disociables.CSi el
rasgo seleccionado contiene ambos pigmentos (el azul auxiliar y el negro del
tanato y galato férrico) se observará una mayor o menor difusión del
componente azul, ya que el negro será disuelto por el ácido, formando un
complejo’ ¿Toro)l autor antes citado mide cronométricamente el tiempo de
difusión del colorante en la gota de reactivoAécnica que responde a la
denominación original de “time of reaction”. Debe insistirse en la absoluta
necesidad de satisfacer determinadas exigencias en la ejecución de los
ensayos. En tal sentido, recuérdase que es importante que tanto la tinta a
analizar como l papel soporte, tam&io de la gota de reactivo y pipeta o capilar
presenten iguales características y magnitud.
Mitchell adjudicaba al método valor absoluto al afirmar que ejnmponente
crorriático de la tinta aparecía isoluble al tratamiento con áci
oxálico al % al cabo de cinco días/Esta observación no es válida e nuestros
días dada la gran variedad de tintas del comercio ylas marcada diferencias de
formulación que se registrar/Debe tenerse en cuenta, además, que han
trascurrido casi 50 aíios desde los estudios que efectuara el mencionado autor.
Asimismo cabe agregar, acorde con las consideraciones que expresa Witte
que, en escrituras recientes, el pigmento puede manifestarse reacio a una
respuesta inmediata, mientras que otras de mayor antigüedad lo hacen más
fácilmente. No obstante lo expuesto, insistimos en la eficacia del procedimiento
de Mitchell como recurso analítico confrontativo (edad relativa) siempre que
sean satisfechas las condiciones ya establecidas.
Algunos autores utilizan la capacidad copiativa del escrito prensando el
documento analizado contra una hoja de papel de seda humedecida (a manera
similar a la obtención de copias originales en libros copiadores), y observando
diferencias en la trasferencia de los pigmentos correspondientes a los sectores
o rasgos en estudio. No ha tenido mayor aceptación porque no muestra
significativas ventajas sobre la técnica que propone Mitchell y, además, agrega
el inconveniente de afectar el documento en variable extensión.
240
3. Métodos basados en la resistencia al tratamiento oxidativo. Acción de
un agente oxidante débil.
E. Spon ideó un procedimiento basado en la resistencia de la tinta de los
rasgos al tratamiento oxidativo con solución acuosa de hipoclorito de calcio de
densidad 1 .001 (el agua destilada presenta una densidad, a 200 C, de
0,99823, y su máxima densidad, a 4°C, es de 1,00000; por lo tanto la solución
oxidante antes mencionada es muy diluida y contiene escaso componente
activo; si fuera de densidad superior, contendría mayor cantidad de oxidante
que afectaría rápidamente el escrito).
El proceso de “resinificación” a que se ha hecho referencia, confiere a los
rasgos una resistencia creciente a la decoloración provocada por el hipoclorito
de calcio u otro oxidante similar en su efecto (agua oxigenada igualmente
diluída).El ensayo consiste en depositar sobre el rasgo seleccionado, una gota
de reactivo oxidante y determinar, con cron5metro, el tiempo que demanda la
desaparición o decoloración de la tinta)) Spon, en base a las observaciones
que practicara con escrituras confeccionadas con tintas ferrogalotánicas de la
época de la publicación de su trabajo (1924), eleboró una tabla en la que se
indica la antigüedad absoluta dJss documentos, de acuerdo con la respuesta
acusada en el ensayo/Esta tabla tiene actualmente sólo valor histórico, ya que,
como es natural, no se adapta a la variada composición de las tintas hoy en
uso en la que prevalencen pigmentos de cierta estabilidad y distinta estructura
que no se alteran en las condiciones del ensayo
TABLA DE E. SPON
Se menciona que este ensayo resulta de utilidad para establecer la) “edad
relativa” de dos documentos o de partes dubitadas de un mismo documento.
Los ensayos deben practicarse en forma simultánea al tiempo que se acciona
el cronómetro, observándose el proceso con una lup de escasa magnificación.
Observaciones
Es de suma importancia asegurarse que el oxidante, a esa dilución, se
mantiene activo, ensayándolo con trazos de antigüedad conocida, susceptibles
de modificarse por ese tratamiento. Debe tenerse en cuenta, cosa que no se
menciona, que la cantidad de oxidante en una gota de solución es
manifiestamente limitada o escasa y, por lo tanto, puede reducirse rápidamente
frente al material orgánico residual de la tinta y aun del mismo papel, sin
atectarse la tinta; en otras palabras, la reducida cantidad de
241
oxidante contenida en una gota de reactivo puede consumirse por el mismo
papel dada su naturaleza orgánica y no accionar sobre el pigmento de la tinta.
El oxidante no presenta cualidades discriminatorias y es reducido por todo tipo
de materia orgánica. Difícilmente puedan registrarse restos de oxidante
después de unos minutos de contacto entre el reactivo y la tinta y entre el
reactivo y el mismo papel. Téngase en cuenta que este ensayo, aun realizado
en forma confrontativa, admite que el oxidante actuará exclusivamente sobre el
pigmento de la tinta, sin considerar otros factores coexistentes que pueden
anular su actividad.
Este reactiv produce, en el vehículo antes especificado, un neto Qior rojo cón el
hierro-ferroso y no con el hierro-férrico y se presta asimismo,
242
jç
para la respectiva evaluación. Según Rhodes la oxidacih’del hiero-fe. rroso se
inicia ya al asentar la escritura y muestra su totaltrasformadón a los 28 días, si
bien se aclara que aun después de ese lapso ‘pueden revelar- se mínimas
cantidades de hierro-ferroso. Por su parte Witte asevera tue la trasformación
oxidativa se cumple en e) término de siete días, coincidiendo en la presencia
residual de hierro-ferroso. Es de consignar al respecto que las tintas del tipo
anotado pueden acusar variable contenido del elemento, ya que mientras una
tinta de estilográfica muestra un tenor de 0,06%, otras, típicamente férricas,
revelan un título diez veces superior (0,6%), con concentraciones intermedias
para otros tipos. Estas distintas concentraciones explicarían las diferencias
registradas por diversos observadores en lo que se refiere a la existencia de
hierro-ferroso residual después de trascurrido cierto tiempo de confeccionada la
escritura.
De cualquier manera cabe destacar quej procedimiento ofrece suma utilidad,
en especial cuando se trata de diferenciar escrituras recientes de otras ya
evolucionadas, haciendo posible poner al descubierto el reciente agregado e
una constancia a un documento confeccionado con anterioridac9
En la práctica el ensayo consiste en colocar, sobre el rasgo seleccionado, una
gota de solución acuosa de ácido clorhídrico al 10% en volumen, dejando
actuar durante un minuto. (Fig. 40). En ese lapso la solución ácida disuelve los
componentes minerales de la tinta, y aun los colorantes que no interfieren en el
ensayo, que son trasferidos por absorción a un papel de filtro de óptima calidad
analítica, exento de hierro (se recomienda ensayar la presencia de hierro en el
papel de filtro mediante el mismo recreativo bipiridilo). Sobre la gota trasferida
al papel se deposita otra del reactivo bipiridilo: aparece de inmediato color rojo
en presencia de hierro- ferroso. Cuando el o los colorantes de la tinta se
trasfieren al papel de filtro el color rojo del complejo bipiridilo-hierro aparece en
el entorno de la mancha azul del colorante, pudiéndose registrar colores
complementarios de acuerdo con las proporciones del complejo metálico (rojo)
y del colorante (azul). Anótase que las observaciones deben efectuarse en
forma inmediata, descartándose toda comprobación ulterior.
243
Rhodes, y también O’Hara y Osterburg4ugieren confeccionar testigos de
concentración conocida en hierro-ferroso, a partir de una solución de sulfato
ferroso cristalizado, purísimo (SO4Fe.7 H20) para realizar, en forma paralela al
ensayo, la evaluación del elemento/Consignase, con todo, que habitualmente
tal operación no resulta imprscindible, puesto que la atenta observación de los
ensayos, ejecutados en iguales condiciones, permitirán revelar respuestas
marcadamente disímiles en casos de distinta antigüedad.
En el texto de O’Hara y Osterburg se señala que el procedimiento analítico
antes indicado no tiene aplicación si el denominado índigo azul aparece como
colorante auxiliar, ya que se supone, impide la trasformación del hierro-ferroso
a hierro-férrico, posiblemente por formar un complejo es.table. Tal condición no
permite la formación de los compuestos orgánicos del hierro-férrico, de color
negro, por lo cual la escritura se conserva azul,con ciertas variantes
cromáticas, por lo que aparecería “eternamente joven” en el léxico práctico.
Actualmente y en mérito al asombroso desarrollo de la industria química, que
provee colorantes de muy variada estructura y de reconocida estabilidad, el
azul de índigo ha sido práctica y definitivamente desplazado en la integración
de fórmulas para tintas azsules.
244
en un jacto. La presunción o afirmación de que se han efectuado - ü1tres
agregados puede investigarse con muchas posibilidades de éxito por la técnica
de difusión de los iones cloruro y sulfato.
Para Harrison “ciertas ventajas de este método sobre los otros son aparentes.
La difusión que es un fenómeno físico, depende esencialemnte de
trasformaciones químicas y, secundariamente, de fenómenos agregados,
siendo independiente del estado de oxidación de la tinta. Desafortunadamente
la velocidad de difusión de esos iones depende de los cambios del grado de
humedad del papel, condición íntimamente conexa al tenor higrométrico del
aire (humedad relativa). Esto significa que el grado de difusión depende de “la
historia del documento”, y a menos que se disponga de información al
respecto, resulta imposible aceptar la “edad” de una escritura por el método de
difusión”. El mismo autor formula una crftica sobre la forma de ejecución del
método al expresar que “la mayor objeción a la aplicación del método a un
importante documento es que involucra la literal destrucción de la escritura en
las proximidades de la parte ensayada. Ojalá en el futuro se halle una solución
al desarrollo de la imagen de difusión (1) sin alterar el documento, pero hasta
que ello ocurra, cualquier estimación de la edad de la escritura por la extensión
de la difusión de los iones contenidos en la tinta, es seguro que no será digna
de confianza por las razones antes expuestas”.
En cambio Witte, A.H., experto de Holanda, en su interesante y atractivo
trabajo titulado “The Examination and Identification of lnks”, sostiene, en réplica
a quienes critican el drástico tratamiento a que es sometido el documento, que
“este inconveniente es superado por los importantes resultados que pueden
obtenerse a través del método, que es el único que ofrece la posibilidad de
lograr una información positiva y fidedigna”.
En nuestro medio, Gloria N. Bianco, realizó un amplio estudio del método de
Mezger, Rail y Heess, utilizando al efecto documentos de antigüedad
indubitable, registrando rsultados no concordantes con los de los autores del
método y llegando a la conclusión que el mismo no conduce a resultados
satisfactorios.
A nuestro juicio, que coincide con el de Bianco, ello debe ser atribuido a las
grandes variaciones de humedad de nuestro medio. Ya hemos transcripto la
importante influencia que atrbuye Harrison al factor humedad, y que es
corroborado por Witte en la siguiente casuística:
a) En 10 6 15 días de otoño, en que se registra poco efecto de calefacción en
las oficinas, y la humedad es relativamente elevada, la difusión se desarrolla
igual que en 3 meses de invierno, en que el ambiente está calefaccionado y la
humedad es baja.
b) Si se conserva el documento en un ambiente caldeado en invierno, la
difusión de cloruros no sufre apreciables cambios antes del primer año. Ello
indicaría que el método recién sería válido para documentos de más de un año
de antigüedad.
c) Este hecho es general respecto de la difusión de sulfatos: luego ella no
puede ser detectada antes de 1 ó 2 años. Luego evoluciona durante largo
tiempo: 15 o más años.
246
dubitada del documento, exento de escrito en el reverso o dorso. Es de
recordar que, previamente, debe registrarse fotográficamente todo sector
susceptible de experiementar modificaciones por el tratamiento a que será
sometido el documento, y este mismo en reproducción normal (1:1). La tirilla o
muestra seleccionada será repuesta en su lugar de origen mediante cinta
“scotch”, que se fija en el dorso del sector tratado. El limitado deterioro que se
infiere al documento desautoriza a quienes invalidan el método por la alteración
que provoca en el mismo. Al respecto la evaluación de los resultados obtenidos
se realiza, de preferencia, una vez repuesta la tirilla, con ayuda de una lupa
común de reducida magnificación. La superficie o área de difusión guarda
relación con la antigüedad del escrito.
Reactivo:
En Erlenmeyer de 50 ml colocar 5 ml de solución acuosa reciente de nitrito de
sodio al 10% y 10 ml de nitrato de plata al 1%; mezclar bien, con lo que
aparece un precipitado blanco de nitrito de plata.
247
neutra, negra, mediante un reactivo reductor. A tal efecto se mezcla 1 ml de
formol (formaldehido) al 35%, con 10 mIde hidróxido de sodio al 2%; en esta
mezcla se coloca la tirilla ya tratada, efectuándose esta operación en cuarto
oscuro. De inmedito se opera la reducción, de acuerdo con el mecanismo que
sigue (ecuación molecular):
248
Obtenida la imagen de sulfuro de plomo, de color negro, se lava la tirilla con
agua destilada, se seca con papel de filtro y se restituye al documento en la
forma ya señalada.
250
CAPITULO VI
tIPOS DE BORRADO
El borrado, ya sea legal o fraudulento, puede ser realizado por medio de uno o
más de los métodos que se citan a continuación:
1. Borrados físicos
a) Por abrasión de la superficie escrita.
b) Por lavado con disolventes adecuados.
c) Por combinación de los dos métodos anteriores.
2. Borrados químicos
Es el tratamiento químico de la escritura a eliminar, que transforma la tinta en
sustancias incoloras y/o solubles.
Consiste en destruir o eliminar la capa superficial del papel por medios físicos,
tales como la miga de pan, goma de borrar, o la acción más drástica de un
agente metálico bien afilado, tal como un cortaplumas, bisturí o similar. Las
gomas de borrar van desde la goma blanca, desmenuzable, que se usa en
dibujo para eliminar escrituras o diseíjos realizados con lápiz grafítico, hasta la
goma dura, áspera, usada para el borrado de escrituras mecanográficas,
pasando p& la de dureza intermedia utilizada para eliminar escrituras hechas
con tinta fluida (1).
(1) La gomas blandas están constituidas por caucho vulcanizado, agregado de yeso, azufre
talco, etc. El agregado de colorantes, generalmente rojos, azules o verdes, no tiene fines
técnicos, sino tan sólo comerciales. Las gomas para borrado de escritura a tinta o
mecanográfica son más duras y abrasivas, pues están destinadas a eliminar pigmentos
firmemente adheridos y hasta penetrados en el papel. Por ello contienen agregados abrasivos,
del tipo del cuarso, carborúndum, piedra pómez y arena, finamente molidos y tamizados.
252
El uso de un filo metálico, como el de un cortaplumas, está reservado a manos
muy hábiles, puesto que su dureza es tal que el operador poco avezado
produce en el paRel una abrasión difícilmente disimulable, aun para el
observador común.
Se usa también para tales ineel papel de lija muy fino, que permite eliminar
bien las escrituras de tipo graso (bolígrafos, carbónicos, “crayon”) ya que al
efectuar el borrado, el material disgregado se adhiere a la superficie rugosa del
papel de lija facilitando su remoción, lo que no ocurre con la mejor goma, que
extiende a ese material sobre el área contigua, manchándola.
A menudoel borrado mecánico se disimula mediante la fricción a presión de la
parte borrada con un objeto liso, duro y curvo, que puede ser incluso la uñadel
dedo índice. Tal acción mecánica, unida al calor que genera la fricción, alisa la
superficie dañada por el borrado, que consiste en la alteración del satinado y el
erizamiento de las fibras celulósicas. Tal acción produce una regeneración
bastante satisfactoria del brillo original, e incluso disminuye un tanto la difusión
de los rasgos de tinta que eventualmente deban escribirse sobre la zona
borrada, difusión que muchas veces es la primera evidencia de la existencia de
la maniobra.
b) Borrado con solventes (lavado)
Consiste en tratar el escrito a borrar, en forma lenta y progresiva, con un
solvente apropiado de la tinta, el cual debe aplicare adecuadamente para
impedir la difusión del pigmento disuelto, en el entorno de la zona borrada. lEl
solvente se aplica mediante un trozo de papel de filtro plegado en forma de
embudo, lo que facilita la remoción progresiva del pigmento que se trata de
eliminar.
Las tintas que son solubles en agua (tintas “lavables”) y las que lo son en
solventes orgánicos diversos, son las que permiten este tipo de maniobras. Por
tal razón, entre otras, los documentólogos se opusieron al paulatinó abandono
de las clásicas tintas ferrogalotánicas y a su reemplazo, por lo menos en
documentos oficiales y comerciales, por otras que presentan menor garantía en
este sentido. Las tintas férricas no permiten su borrado por simple lavado, y
aun en el caso que ello fuera posible, sus componentes minerales, sales de
hierro, resisten la acción de los solventes, y permanecen incólumes en el seno
del papel, prontas a revelar la verdad oculta.
Las tintas a la anilina se borran por suave fricción con un hisopo o papel de
filtro embebido en agua.
Respecto deas tintas de bolígrafos Jdebe reconocerse que los modernos
elementos escritores de este tipo, de buena calidad, presentan gran resistencra
a los solventes. Existen marcas que se promocionan como “documentales” y
debe reconocerse que algunas merecen tal deno,riinación por su resistencia a
acciones como las que estamos estudiando Presentan en la composición de su
tinta varios colorantes de diferentes propiedades, en forma tal que uno de ellos
puede ser disuelto por ciertos solventes, pero no los otros, lo que conduce a un
cambio de color de la escritura que se trató de borrar, con lo cual se denuncia
de inmediato la acción adulterante A ello se agrega un perfeccionamiento del
soporte o
253
vehículo pastoso de la tinta, que dificulta grandemente las maniobras de
borrado. Por el coñtrario, los bolígrafos de baja calidad producen escritos cuyo
lavado es factible con solventes tales como el éter de petróleo, ésteres o
hidrocarburos halogenados, etc.
Las denominadas copias xerox pueden eliminarse con tetrahidrofurano, aunque
la operación resulta difícil dado que el solvente mencionado sólo disuelve el
soporte de la tinta, liberando el colorante. No obstante, es posible que un
operador avezado logre ejecutar la doble operación, disolviendo el soporte y,
en un segundo acto, eliminar el colorante.
Si se trata de borrar una escritura mecanografiada mediante éter de petróleo o
hidrocarburos halogenados, las posibilidades varían según la calidad de la tinta
que impregna la cinta de máquina. Los soportes liposolubles y pigmentos
orgánicos, sin agregado de negro de humo, permiten una fácil erradicación,
mientras que los soportes glicerinados u otros exigen otros solventes, como el
acetato de etilo, y, aún así, la remoción total es dificultosa. Si la cinta contiene
negro de humo la erradicación total por medio de disolventes es imposible dada
la proverbial insolubilidad de este pigmento carbonoso.
Las copias al carbónico que, como es de conocimiento, se hallan constituidas
por colorantes suspendidos en soportes cerosos adecuados, se eliminan con
hidrocarburos halogenados (cloroformo, diclorometano, etc.).
254
elemento escritural); en cambio,(las tintas esencialmente fluidas (del tipo
ferrogalotánicas, “de anilina”, alcalinas de rápido secado, etc.), penetran más o
menos profundamente en la estructura celulósica del papel según
determinados factores (fluidez de la tinta y características del papel).)
En el caso de la tinta china y otras preparadas a base de negro de humo,
suspendido en soportes o vehículos adecuados, las fibras celulósicas del papel
actúan a la manera de filtro reteniendo en la superficie el pigmento negro,
mientras que el vehículo penetra en su seno o se evapora. Se trata, en suma,
de un depósito superficial fácilmente eliminable con los recursos físicos antes
expuestos.
La remoción o eliminación integral de un escrito confeccionado con una tinta de
tipo fluida, penetrante, no puede cumplimentarse por medios físicos puesto que
ello implica una profunda alteración del soporte) Los borrados mecánicos
pueden efectuarse con las denominadas “gomas de tinta”, que erradican las
fibras superficiales del papel en la medida que lo impone la intensidad de los
trazos. Con todo, es de señalar que(el método ideal para erradicar las
denominadas tintas fluidas se basa en el émpleo de “borratintas”, constituido
por una asociación de reactivos efectivos que, aplicados con mesura, elimina
todo escrito sin afectar mayormente al papel.’
Se h especificado que en la composición de las tintas fluidas los componentes
crojnáticos son, en su inmensa mayoría, sustancias de naturaleza orgánica. (El
principio en que se basa el borrado químico y que da origen a los “bbrratintas”
es la acción de un sistema oxidante suave o de cierta intensidad que trasforma
la sustancia coloreada en productos incoloros (“blanqueo”).)Si bien otros
oxidantes pueden desempeñar un efectivo papel, se descarta su uso porque de
no regularse ajustadamente su tftulo y su acción, pueden provocar un
manifiesto deterioro del documento, de irreparabls consecuencias.
Teóricamente,( cabe mencionar la aplicación de un principio opuesto a la
oxidación, es decir, provocar u obtener el borrado por un mecanismo de
reducción, que ofrece marcadas posibilidades en muchos casos, en especial en
las tintas “de anilina” (trasformación en leuco-derivados), pero se correría el
riesgo de una ulterior reoxidación por exposición al aire con regeneración
parcial o total del escrito primitivamente borrado, (Los erradicadores químicos
de uso com(in son, por lo tanto, soluciones
diluidas de compuestos oxidantes que como se expresara, (convierten a los
componentes cromáticos de las tintas en derivados incoloros, no re-
generables, puesto que han sido destruidos por el tratamiento oxidativo. A su
vez los componentes minerales de la tinta, trasformados en combinaciones
máximas por oxidación (sales de hierro, cobre, vanadio, cromo), deben
eliminarse rigurosamente por lavado con agua destilada (tratamiento con el
número necesario de gotas de agua destilada y absorción con papel de filtro).
Si eventualmente la eliminación de estos componentes minerales no es
completa pueden observarse, con el tiempo, reapariciones parciales.
Los erradicadores químicos más conocidos son el ácido hipocloroso, el
permanganato de potasio y preparados de ácido oxálico en solución acuosa e
hipoclorito de sodio.
255
Acido hipocloroso. El cloro (Cl2) reacciona con el agua, formando una mezcla
de ácidos clorhídrico e hipocloroso.
Por ser el ácido hipocloroso un ácido débil, origina una baja concentración de
iones hidronio. Reacciona con los hidróxidos alcalinos para formar hipocloritos,
que se usan en disolución como antisépticos y agentes blanqueantes. El ácido
hipocloroso es inestable y, por descomposición, origina oxígeno y ácido
clorhídrico, es decir:
1. Observación directa.
La observación por reflexión mostrará cambios en la reflectividad del papel,
revelables de preferencia, mediante iluminación rasante. Si el borrado ha sido
efectuado con una goma blanda y en forma superficial, esta observación puede
resultar negativa, sobre todo si se trata de un papel de acaado mate.
A su vezÇla observación por trasparencia permitirá ubicar, muchas veces, el
sectór tratado por diferencia en el paso de luz, como consecuencia de la
reducción del espesor del papel’ En este hecho se basan las llamadas “letras o
marcas de agua” que, a manera de sello, identifican a los papeles de buena
calidad.
Es importante, en esta observación física, no confundir los sectores claros que,
en ocasiones, suelen rdvelarse en papeles de escribir que presentan
aglomerados irregulares de fibras celulósicas, cuya disposición permit la
formación de zonas de mayor trasparencia a la luz.
La observación del dorso del documento muestra, a veces, la existencia de una
“mancha” que coincide con el sector afectado en el anverso. Es seguro que
dicha mácula se ha producido en un acto posterior al de la
257
erradicación al intentar reparar el satinado mediante tratamiento con un objeto
duro, liso y curvo, como lo es la propia uña del dedo. Si al efectuarse ese
tratamiento el papel está apoyado sobre una superficie algo sucia el intenso
presionado provoca la adherencia de esas impurezas al dorso del mismo Ese
efecto es similar al que habitualmente ocurre en el borrado de escrituras
mecanográficas cuando la operación se realiza con goma dura y directamente
sobre el cilindro de la máquina, sin retirar el escrito: la zona o sector queda
marcada en el dorso del papel por trasferencia del pigmento de la propia cinta
de la máquina o de papel carbónico, que se ha ido depositando sobre el cilindro
con el uso.
Se señala que en algunos casos se ha observado una maniobra más
sofisticada para disimular, luego del borrado, las alteraciones superficiales del
papel y para impedir la clásica difusión de la tinta fluida cuando se impone un
nuevo asentamiento. Consiste en reparar el área afectada con una solución de
gelatina, almidón o goma que, una vez seca, se satina con una plancha
caliente común. Si bien es posible, teóricamente, revelar el agregado por vía
analftica, es de hacer notar que la observación por trasparencia permitirá
revelar, ahora, un menor paso de luz en relación con el resto del papel (mayor
opacidad).
4. Método fotográfico
En general no es necesario recurrir a procedimientos fotográficos ya
258
que no aportan mayor información que la que pueden ofrecer los distintos
recursos analíticos que se señalan sobre el particular.
Técnicamente menciónase que la exposición e iluminación a utilizar en cada
caso guardan estrecha relación con la importancia que revela, en el examen
previo, la maniobra de borrado, agregándose que, en alteraciones leves, puede
interferir o influir la filigrana, como ocurre con cheques o pagarés.
El sector afectado por maniobras de borrado aparece, en las reproducciones,
perfectamente delimitado en todo su perímetro, mostrando variable contraste,
según la metodología aplicada (tipo de película, tiempo de exposición,
iluminación y otras variables).
259
Para tal propósito se han propuesto numerosas sustancias, pero n la práctica
se utiliza el grafito o el carbón de leiia finamente divididos.”) Si bien ambas
formas ofrecen resultados efectivos, su ulterior remocián es dificultosa, con lo
cual se afecta de manera notable el documento.
El grafito puede obtenerse fácilmente utilizando lápices para dibujo (de mina
blanda, N° 2 o similar), que se trasforma en polvo fino con un sacapuntas
común, aunqie en el comercio existe esta forma de carbono en estado
pulverulento.ÇEI exceso de polvo inerte se elimina mediante una corriente de
aire, aunque también pueden utilizarse otros recursos prácticos (agitación,
soplado, etc.), pero nunca debe apelarse a la goma de borrar. Las últimas
trazas pueden eliminarse pasando suavemente, en forma de ‘amasado”, un
trozo de material plástico no graso, tipo plastilina, previamente ablandado con
el calor de la mano; otros aconsejan usar una pequeña esfera de miga de pan.
Por su parte Harrison propone, en sustitución del grafito y del carbón, una
mezcla de talco y de un pr6ducto incoloro a la luz natural, pero fluorescente en
el ámbito del ultravioleta (1). A tal objeto disuelve el producto en cloroformo
(solución al 1 %) e incorpora talco de calidad cosmética en la proporción del 20
%, después de lo cual se agita para obtener una fina suspensión. Esta
suspensión se coloca en un recipiente, en especial de vidrio, de superficie
conveniente, y se extiende en forma adecuada para obtener una capa de
reducido espesor. Se abandona al aire a fin de favorecer la evaporación
espontánea del vehículo (cloroformo), con lo cual la sustancia reveladora se
distribuye homogéneamente en las partículas de talco (la mezcla mecánica de
ambos integrantes demanda mayor tiempo, pero puede resultar igualmente
efectiva). La “masa” resultante se pulveriza por tamización (operación de fácil
ejecución porque el talco se halla muy finamente dividido).
El documento, colocado sobre una base adecuada (bandeja, caja, etc.), se
trata con suficiente cantidad de polvo hasta cubrirlo en su totalidad, y luego se
sacude tomándolo por uno de sus bordes; la ulterior observación a la luz
ultravioleta (254 nm ¶‘ 360 nm), permitirá ubicar el sector sometido a borrado,
ya que el polvo fluorescente se adhiere en forma efectiva.
(1) Harrison usa el “Lumogen U.V. White” por originar una fluorescencia blanco-azulada, que se
diferencia de los denominados “blancos ópticos” que se utilizan en la fabricación del papel. En
la práctica puede emplearse cualquier sustancia fluorescente que responda a las condiciones
especificadas.
260
(A tal efecto se utiliza una lámina de plata, de superficie muy limpia, exenta de
óxidos y de grasa’ (tratamiento con limpia metales, desengrasantps y ácido
nítrico diluido y abundante lavado final con agua destilada). La lámina así
preparada se coloca sobre el sector sometido a borrado y se mantiene en
íntimo contacto colocando sobre ella una plancha caliente. Este tratamiento
térmico debe prolopgarse durante una hora ya que se trata de una reacción
‘por vía seca”, cuyo término es posible observar, en el sector tratado, una
mácula de color castaño, de sulfuro de plata (SAg2), de intensidad variable
(1) El ‘azul de ultramar” es un pigmento mineral, azul, obtenido por calcinación de una mezcla
de arcilla, carbonato de sodio, carbón y azufre, en ausencia de aire. Su estructura química no
está bien establecida, pero es similar a la del lapislázuli-el zafiro de la Biblia. Se usa para
neutralizar el tono amarillento del azúcar, algodón, lino, papel, etc.
261
Si eventualmente el papel soporte presentara color, es muy probable que al
efectuarse el tratamiento con erradicadores químicos, se afecte su aspecto en
variable grado según el mecanismo resultante (tipo de erradicador y
composición del colorante del papel) Esta alteración, muchas veces no prevista
por el ejecutante de la maniobra, denuncia el sector tratado, que muestra un
aspecto totalmente distinto al resto del documento. A su vez, si la tinta
erradicada era del tipo clásico, ferrogalotánica, y no se han extremado los
recursos complementarios del borrado para eliminar totalmente las sales
férricas, con el tiempo aparecerá una mancha amarillenta, especialmente si el
documento se expone a la luz.
3. Ensayo fotográfico
Si la operación de borrado no ha sido cuidadosamente conducida y no se ha
eliminado todo restp de reactivo erradicador mediante ulteriores lavados con
agua destilada, (es factible revelar todo remanente mediante un sencillo ensayo
con material fotográfico. A tal efecto se yuxtapone, en cuarto oscuro, la parte
sensible de una placa fotográfica con la superficie
262
del papel presuntivamente borrada, dejando el conjunto en esas condiciones
durante dos o tres días (cuarto oscuro y ambiente cálido). En ese lapso los
restos del erradicador incidirán sobre la emulsión sensible de la película dando
lugar a una zona diferenciada que se hce nítidamente perceptible al revelar la
placa (impresión por contacto).
263
que origina color azul con el almidón (el ion yoduro, reductor, es reactivo de
oxidantes y el almidón es un reactivo del yodo).
Otra fórmula que también se señala se halla compuesta por dos soluciones que
se mezclan en volúmenes iguales, y en la cantidad necesaria, en el momento
de su uso.
Solución A:
Cloruro de magnesio hexahidratado……………………………………. 50 gramos
Agua destilada……………………………………………………………. 25 mililitros
Solución B:
Yoduro de potasio………………………………………………………… .10 gramos
Yodo………………………………………………………………………….. 4 gramos
Agua destilada……………………………………………………………. 10 mililitros
264
se destacan por contraste, del color más atenuado del resto de la superficie del
papel. La incorporación de yoduro de potasio en estos preparados tiene por
finalidad formar un complejo con el yodo (ion perioduro: 131, soluble en agua,
ya que el yodo es poco soluble en ese vehículo.
Una vez ubicados los sectores sometidos a tratamiento de borrado se indica
efectuar sucesivos lavados con agua destilada (papel de filtro impregnado con
agua destilada) y finalmente se reduce todo resto mediante solución acuosa
saturada de tiosulfato de sodio (S2O3Na2).
265
El precipitado es netamente visible sobre soportes coloreados, mientras que si
se trata de papeles de color blanco deberán utilizarse recursos ópticos
adecuados para revelarlo.
b) Permanganato. El ion permanganato, de uso común como sal potásica, es
de color violeta, pero al actuar por sus propiedades oxidantes se reduce a
óxidos superiores de manganeso y a sal manganosa (esta última incolora).
Generalmente, cuando se usa este oxidante, se reduce a óxidos superiores
(dióxido de manganeso, insoluble, de color castaño), por lo cual se añaden
reductores activos como el sulfito o bisulfito de sodio. Debe admitirse que la
reducción es completa y que, por lo tanto, el manganeso se halla en su
valencia mínima.
El reconocimiento de manganeso-manganoso (bivalente) se realiza por
trasformación en bióxido, precipitado de color castaño. Esta transformación se
verifica por tratamiento oxidante en medio amoniacal.
Reactivo. Constituido por volúmenes iguales de agua oxigenada a 20
volúmenes y amoníaco concentrado. Una gota de este reactivo oxidante se
coloca en el sector dubitado: en presencia de restos de manganeso aparecerá
un color castaño imputable al bióxido de manganeso (Mn02).
Interpretación. Admitamos que, a consecuencia del tratamiento efectuado, el
manganeso se halle en forma de sulfato de manganeso (SO4Mn), bivalente. El
agua oxigenada en medio acuoso amoniacal (hidróxido de amonio: HO.NH4),
trasformará esa sal en bióxido de manganeso, tetravalente.
266
queño, tipo hemólisis, y se evapora a sequedad, ya que el ensayo cromático
que se indica exige eliminar todo resto de agua. El residuo sólido se trata con
un pequeño cristal de difenilamina y se calienta sobre llama directa hasta fusión
total (utilizar un micromechero); dejar enfriar e incorporar dos a tres gotas de
alcohol etílico: en presencia de ácido oxálico se obtiene una solución de color
azul neto (formación de azul de anilina). Este colorante azul se origina por
condensación de la difenitamina con el ácido fórmico originado por tratamiento
térmico del ácido oxálico, es decir:
267
tenerse resultado positivo, apelar, con las reservas del caso, a las técnicas que
pueden producir modificaciones, alteraciones o deterioros definitivos. En tales
casos se deberá, ineludiblemente, recabar la correspondiente anuencia de la
autoridad respectiva, especificando las razones que impon n recurrir a
procedimientos tan drásticos.
De los tres tipos de tinta de mayor aplicación actual, férricas, “de anilina” y
bolígrafos, las primerqs son las que ofrecen reales posibilidades de
restauración de los escritos.) En efecto, una escritura confeccionada con tinta
ferrogalotánica que ha sido borrada con recursos abrasivos o por tratamiento
químico, suele dejar restos de los componentes férricos, revelables por medios
físicos (fluorescencia al ultravioleta; respuesta en el ámbito del infrarrojo
mediante convertidor) o químicos (trasformación del hierro residual en
compuestos o derivados cromáticos).
Escasas posibilidades se ofrecen, en cambio, en la restauración de escritos
que han sido estampados con tinta de anilina o de bolígrafo” ya que los
métodos indicados para la primera son inconstantes y se basan en
circunstancias accidentales o aleatorias (componentes menores, aniones
salificantes de los colorantes básicos, o ácidos destinados a conferir un pH
adecuado, etc.), mientras que la segunda aparece escasamente apta para
acusar una respuesta del tipo que se persigue. La anulación de escritos
confeccionados con bolígrafos se ejecuta, casi siempre, por medios físicos:
abrasivos o lavado con solventes, ya que las tintas modernas de este tipo son
resistentes a los borratintas de uso corriente; en cambio, las tintas de bolígrafos
antiguas, de inferior calidad, palidecían rápidamente por exposición a la luz y
podían borrarse con líquidos como el hipoclorito. Las tintas actuales, de buena
calidad, son resistentes tanto a los agentes químicos como a los solventes; no
obstante este enunciado, admítese cierto efecto disolvente a pesar de la
perfección adquirida y del esfuerzo tcnico que se realiza para lograr la perfecta
“tinta documental”.
EI tratamiento con vapores de yodo en cámara adecuada (“Fuming Chamber”)
o mediante soluciones reveladoras a base de yodo permite, en ciertos casos, la
regeneración parcial o total de un escrito confeccionado con tinta de bolígrafo y
erradicado por medios mecánicos o con solventes
268
cuadas (microscopio o lupa estereoscópica; luz angular, etc.). Consígnase,
además, que (el estudio del reverso del documento adquiere suma importancia
ya que la imagen de la escritura, constituida por el surco en el anverso,
aparece en el reverso en forma de sobrerelieve, cuyo contraste con el resto de
la superficie puede exaltarse mediante adecuada iluminación rasante.
i eventualmente el documento ha tomado contacto con superficies sucias o
engrasadas al confeccionarse el escrito, es muy probable que se acentúen los
contrastes, con lo cual puede facilitarse el ulterior descifrado. imilar fenómeno
ocurre con los escritos mecanografiados cuando, tanto el rodillo de la máquina
como el papel carbónico utilizado, acusan restos de tinta que se adhiere o
trasfiere al dorso del documento durante e) “tipeado”.
El estudio del reverso del documento puede facilitarse mediante aplicación de
vapores de yodo o de polvos fluorescentes) cuya técnica ha sido descripta.
Los rasgos de una escritura confeccionada con lápiz común producen, como es
sabido, un depósito superficial de grafito, sin afectar las fibras celulósicas
inferiores. El borrado por medios mecánicos, bien ejecutado, elimina todo resto
de escritura y la posibilidad de una restauración o descifrado queda limitada al
surco o deformación producida por el elemento escritor (lápiz); si en cambio, el
borrado es imperfecto (impericia, calidad del papel, etc.), los rasgos
remanentes de grafito pueden permitir el descifrado parcial o total del texto
eliminado. Es importante en estos casos realizar una observación física
cuidadosa, sin excesiva magnificación (a mayor magnificación corresponde una
reducción del campo óptico y de la visión de conjunto), teniendo en cuenta que
esta tarea es eminentemente e,xperimental y deductiva.
(En relación con el borrado de escrituras mecanográficas, realizadas hab
tualmente con elementos (“gomas”) especiales, cabe expresar que el desgaste
del papel no es suficiente para eliminar las marcas producidas por los tipos ya
que para ello sería necesario erradicar una cantidad de material celulósico tan
apreciable que implicaría el deterioro manifiesto del papel, con posibilidades de
perforaciones en los casos de tratarse de papeles de baja calidad.(El
cuidadoso estudio de estas marcas permite, en ocasiones, la restauracion de la
escritura erradicada) Por el contrario, en papeles de buena calidad el borrado
puede haberse ejecutado sin afectar visiblemente la estructura celulósíca y no
ofrecer posibilidades de ulterior descifrado. Recomiéndase(en estos casos
prestar especial atención a las marcas producidas por los signos de puntuación
(punto, coma, punto y coma, etc.), que suelen originar marcas más perceptibles
que la de los tipos comunes
(El estudio fotográfico del sector borrado constituye un recurso de anális s muy
útil en los casos en que la observación física no ofrezca resultados
satisfactorios, puesto que en ocasiones la fotografía ofrece un contraste óptico
que permite evidenciar detalles de estructura no revelables en forma directa.
Resulta inçlicado a tal objeto el empleo de filtros monocromáticos ade-
269
cuado4 seleccionados muchas veces en forma empírica,Çpara obtener en la
reproducción fotográfica un neto contraste. Si existieran constancias o
referencias del empleo de lápiz grafítico en el sector erradicado, se impone una
fotogrfía con película sensible al infrarrojo, en cuyo ámbito el grafito es opaco.
Puesto que estas escrituras son borradas con goma, existe la posibilidad que
los restos grafíticos puedan revelarse mediante el recurso fotográfico antes
señalado; sin embargo, según Harrison, rio es necesario utilizar las costosas
películas especiales para el infrarrojo, ya que, en general, resultan
satisfactorias las de uso común, recomendándose un perfecto enfoque y una
buena iluminación con luz de filamento.
Por su parte O’Hara y Osterburg aconsejan usar, en el estudio de escrituras
erradicadas, la luz polarizada. Existen lupas estereoscópicas a las que puede
adicionarse este tipo de iluminación. Los restos de grafito, no v3sibles con luz
ordinaria, aparecen en cambio, mediante este artificio.
La fotografía con luz ultravioleta puede también suministrar detalles de utilidad
si la tinta utilizada y sometida a Lorrado acusaba un componente fluorescente
mediante este recurso físico) Es de anotar que ciertas tintas de importación
contienen integrantes fluorescentes revelables al examen ultravioleta.
Como ilustración sobre el tema cabe mencionar un caso de falsificación de
recetas médicas en las que el falsario, drogadicto, eliminaba el nombre de la
especialidad farmacéutica primitivamente asentada, mediante una dilución de
hipoclorito y lo reemplazaba por el del estupefaciente requerido. La tinta fluida
utilizada por el profesional contenía un componente fluorescente al ultravioleta,
insensible a la acción oxidante del hipoclorito, de manera que al exponer las
recetas a la lámpara pudo revelarse nítidamente la escritura original, con una
fluorescencia azul celeste muy atractiva.
Si existieran referencias o se sospechara el empleo de lápiz copiativo en la
escritura borrada, se aconseja el uso de solventes adecuados. Puesto que
estos implementos escriturales contienen arcilla, grafito (como los lápices
comunes) y un colorante orgánico (generalmente violeta de metilo),
corresponde hacer extensivas las consideraciones de carácter general
formuladas en el respectivo apartado para los lápices a base de grafito. (Para
revelar la presencia de restos del pigmento orgánico se señala exponer el
documento en la “cámara de gases” (“Fuming Chamber”) durante una noche, a
la acción de los vapores de alcohol etílico o de acetato de amilo. Los vapores
del solvente, además de saturar la cámara, impregnarán el papel y las
partículas microscópicas residuales del tratamiento de borrado, haciendo
visible, en variable extensión, la escritura erradicada. Si este recurso no
ofreciera un resultado efectivo deberá colocarse el documento entre dos hojas
de papel de filtro apenas humedecidas y presionanas con cuidado (de manera
similar a la obtención de copias en los libros copiadores) e incluso proyectarlo
tenuemente por aspersión)
Consígnase que,(por tratarse de procedimientos drásticos susceptibles de
alterar el documento en variable grado, es aconsejable recurrir a esta técnica
como último recurso)
270
Métodos químicos utilizados para regenerar la escritura borrada
(‘Los métodos que se detallarán en este capftulo son esencialmente aptos para
la regeneración de escrituras confeccionadas con tintas fluidas que han sido
eliminadas por acción de borratintas) de preferencia aquellas preparaciones
comerciales constituidas por soruciones oxidantes. Como se ha señalado, la
desaparición de la escritura se opera por oxidación (el colorante orgánico se
destruye y, con ello, los trazos se decoloran), por lo cual las posibilidades de
restauración por vía química son remotas debiéndose apelar a técnicas
eminentemente físicas. Cabe considerar las tintas “de anilina”, nigrosina y
campeche. Estas dos últimas, aunque ya fuera de uso, pueden aparecer en
documentos antiguos sujetos a estudio pericial. Las tintas de campeche suelen
contener sales metálicas (compuestos de cromo o cobre), condición que
posibilita su restauración por vía química.
Menciónase que algunas tintas “de anilina” contienen iones salificantes (cloruro
y sulfato), con lo cual cabe la posibilidad de obtener las respectivas imágenes.
Actualmente las tintas de este tipo, de buena calidad, contienen compuestos
fluorescentes resistentes a la acción de los erradicadores químicos.
La tinta china y la tinta a la nigrosina no admiten respuesta una vez
erradicadas. Sólo cabe la aplicación de vapores de yodo, pues aun en el caso
que contengan iones salinos, su proporción tan exigua anula todo intento de
revelado por obtención de derivados coloreados.
Las tintas ferrogalotánicas son, en general, las que ofrecen mayores
posibilidades de regeneración una vez tratadas con borratintas de tipo químico.
Mientras que la fracción orgánica (ácidos gálico y tánico) adosada al hierro, y el
colorante azul adicional, son destruidos por mecanismos oxidativos, el metal
adquiere su estado máximo de oxidación (hierro III o hierro férrico). Si, como es
frecuente, no se efectúa el correspondiente lavado para eliminar todo resto de
hierro, aunque el metal se fija manifiestamente a las fibras celulósicas, existen
muchas posibilidades de descifrar la escritura erradicada.
La regeneración o descifrado de un escrito sometido a borrado químico se
obtiene mediante el empleo de ciertos reactivos que originan compuestos o
derivados que dan lugar a una réplica, en color, del texto primitivamente
estampado.
(Los reactivos que se indican pueden ser líquidos (soluciones) o gaseosos.
Estos últimos no alteran sensiblemente el documento y pueden ehminarse
fácilmente una vez efectuado el ensayo, mientras que las soluciones reactivos
pueden afectarlo en forma irreversibl En general se procura evitar el empleo de
soluciones reactivos por la razón apuntada y, de resultar imprescindible su
utilización, se adoptan especiales recaudos.
(Los reactivos gaseosos de mayor empleo son el ácida tiociánico (H.SCN); el
pohisulfuro de amonio (S(NH4)2); el yodo (12) y el amoníaco (N H3).
Los reactivos líquidos es.tán constituidos por soluciones de tiocianato alcalino
(potasio o amonio), sulfuro de amonio, hidróxido de amonio, ferro-
271
cianuro de potasio(hexaciano-ferrato potásico), ácido gálico y/o tánico,
perioduro (l31, etc.
272
2. Generador de gases
Un típico modelo se representa en la figura 42 y puede construirse con los
implementos comunes de laboratorio. El gas revelador se origina mediante una
reacción química de doble descomposición entre el reactivo contenido en la
ampolla A y el contenido en el interior del frasco Erlenmever F (puede
emplearse cualquier forma de reactivo que, por tratamiento adecuado, origine
un compuesto gaseoso). El gas así producido es proyectado del recipiente
accionando la pera de goma P, incidiendo en el sector seleccionado por
adecuado apoyo del embudo E. Este implemento permite, por lo tanto, obtener
un gas de una reacción química 4j proyectarlo de inmediato sobre la superficie
en estudio. La respuesta del componente residual del documento frente al
reactivo gaseoso es rápida, instantánea, como ocurre en el revelado de las
sales de hierro III (férricas) frente al ácido tiociánico. Este dispositivo tiene la
ventaja de ser pequeño, manuable y portátil.
273
El ácido tiociánico así liberado y proyectado por una corriente de aire reacciona
instantáneamente con el hierro III residual y origina complejos de color rojo,
nítidamente perceptibles. Si bien el ion tiocianato origina diversos complejos
con el hierro III, para simplificar aceptamos 1a estructura [Fe (SCN)61 Fe, para
el compuesto rojo.
3. Yodo. (‘2)
El yodo elemental es un sólido que se presenta en forma de escamas
cristalinas de color gris que, a temperatura ordinaria, se volatitiza lentamente.
El vapor de yodo tiene color violeta.
274
Basta colocar en la cápsula o cristalizador de la cámara unos cristales de yodo
y cubrir con el sector dubitatado del documento para que, con el tiempo (varias
horas a un día), y observando periódicamente el proceso, se revelen los trazos
erradicados. Como se ha expresado, la escritura erradicada podría pertenecer
a los más diversos elementos escritores, entre los que se incluyen el lápiz
grafito, bolígrafo y tinta china.
4. Amoníaco (NH3).
El amoníaco es un gas incoloro, de color penetrate, irritante. Es más liviano que
el aire y muy soluble en agua. A 00 y 760 mm, un volumen de agua disuelve
1298 volúmenes de amoníaco gaseoso. Como la solubilidad varía
inversamente a la temperatura, el gas se puede expulsar de su solución por
ebullición. La densidad de la solución acuosa de amoníaco disminuye a medida
que aumenta la concentración del gas. La solución acuosa de amoníaco es
básica debido a la pequeña concentración de iones — OH existentes, aun en
soluciones concentradas de amoníaco. El cambio que se rerifica cuando el gas
reacciona con el agua puede representarse de la forma que sigue:
275
En la generalidad de los casos el borrado se asienta en un sector de limitada
extensión, y antes de utilizar un reactivo líquido resulta conveniente establecer
la naturaleza de la tinta con trazos de la composición escrita no afectada. De
esa manera puede seleccionarse el reactivo más adecuado para los ensayos
de regeneración o descifrado.
Los reactivos se usan en concentraciones variadas (hasta el 20%),
aplicándolos “a la gota” mediante micropipetas.y observando el efecto
producido con una lupa de reducido aumento.
La aparición de trazos de interés pericial debe registrarse fotográficamente en
forma inmediata ya que la imagen revelada puede desaparecer en breve
término. El exceso de reactivo debe eliminarse con sucesivos lavados con agua
destilada, absorbiendo con papel de filtro.
276
5. Soluciones de ácido gálico y de ácido tánico
Ambos ácidos orgánicos, en solución acuosa, son utilizados para la
restauración de documentos antiguos que presentan color amarillo u ocre.
Integran las tintas denominadas ferrogalotánicas, ya que, al evolucionar la
escritura, originan las respectivas sales férricas, de color negro, que modifican
progresivamente, el color azul primitivo del colorante adicional. Al evolucionar
la escritura estos ácidos desaparecen por acción microbiana y fúngica, y el
hierro forma el respectivo óxido, de color semejante a las manchas de
herrumbre. Al aplicarse estas soluciones se regeneran las respectivas sales
férricas, de color negro.
6. Reactivos orgánicos
Todos los reactivos que se usan en microanálisis para revelar el ion férrico
pueden resultar de utilidad para regenerar una escritura erradicada que ha sido
estampada con tinta a base de hierro. Estos reactivos presentan una
sensibilidad extrema pero tienen el inconveniente de producir manchas que
alteran el documento.
Entre los reactivos de este tipo se mencionan:
a) 8-hidroxiquinolina. (Oxina)
En solución al 1 % en una mezcla de acetona y agua destilada acidificada con
ácido acético el hierro-férrico produce color verde.
b) 1 ,2-dihidroxibenceno-3 ,5-sulfonato de sodio
Se emplea en analítica al 0,1 % en solución acuosa carbonatada al 1 %. El
hierro férrico produce color rojo con este reactivo.
7. Imagen de cloruros y sulfatos -
Estos iones se hallan en diversas tintas en combinación orgánica o inorgánica,
o bien como componentes secundarios. Su revelado, mediante la técnica que
se señala en el respectivo capftulo para la determinación de la “edad” de los
escritos permite restablecer, en ciertos casos y también con ciertas
limitaciones, el texto primitivamente erradicado. Se trata de un recurso analítico
que altera el sector sometido a estudio.
8. Soluciones reveladoras de yodo
Estas soluciones a base de yodo, ya mencionadas, permiten muchas veces
descifrar escrituras borradas. Presentan el inconveniente de afectar el
documento y exigen, además, ulteriores tratamientos con el fin de decolorar el
reactivo una vez utilizado.
277
Estudio de testados (tachados) de documentos.
Generalidades
El testado o tachado consiste en anular, parcial o totalmente, un escrito, cifra o
impreso confeccionado con tinta o cualquier otro elemento escritural, mediante
la superposición de trazos o signos gráficos ejecutados con los mismos o
distintos implementos, de manera de impedir su lectura o identificación
(“obliteration” de los americanos).
En la redacción de escritos suelen cometerse errores ortográficos o de sintaxis
que, en la práctica, se superan mediante borrado o, más fácilmente aunque
menos elegante, por simple tachado (testado).
Consígnase que en idioma inglés figura el verbo “to obliterate”, que es sinónimo
de tachar o testar, y que a veces se traduce como obliterar, aunque ello no es
del todo correcto, ya que en idioma hispano esta voz se usa para significar
“abolir”, “borrar de la memoria” y “cerrar un conducto”, de aplicación médica
esta última acepción.
Es clásico tachar parte de una escritura mecanográfica por repetida aplicación
de la letra “x” o “X”, o de otras letras superpuestas que impiden la lectura del
texto primitivamente asentado. En general, se trata de actitudes comunes
exentas de propósitos dolosos 1, en ocasiones, tienen como finalidad ejecutar
una rectificación. En otros casos, por razones legales o reglamentarias
(regímenes de internación en cárceles y colegios) o de interés estratégico
(conflictos internacionales), se impone adoptar providencias para evitar su
descifrado o lectura, por lo cual se la testa con “tinta de cancelación”,
especialmente indicada para tales fines ya que es resistente a los agentes
físicos y químicos y, muy en especial, opaca a las radiacciones infrarrojas.
Los requerimientos periciales de este tipo imponen eliminar el testante, que
anula el texto original, para revelar su contenido.
Cabe agregar que, en ocasiones, el testado se disimula mediante una mancha
provocada y que impresiona como producida accidentalmente. De sospecharse
una acción o maniobra de este tipo deberán extremarse precauciones con el fin
de certificar su verdadero origen. En general se admite que las manchas
producidas en forma accidental muestran señales de tratamiento o intentos
destinados a su desaparición o reducción, mientras que las provocadas
deliberadamente se dejan secar y aun se refuerzan para incrementar su efecto
cubritivo.
278
El caso de las escrituras “censuradas” con tinta de cancelación es de difícil
solución ya que todo intento de eliminación o borrado afectará también al texto
anulado, cuya regeneración se persigue.
En estos casos se aplica la siguiente metodología:
a) Observación mediante iluminación adecuada. La iluminación debe ajustarse
de tal forma, de modo de obtener el máximo brillo superficial, observando con
una lupa de mediana magnificación. En ocasiones es posible visualizar algunas
letras por imperfecciones del testado y por efecto del sistema de iluminación
aplicado.
b) Suave lavado con una solución diluida de un detergente mediante una varilla
de vidrio en cuyo extremo se coloca un pequeño trozo de tubo de goma (en
química analítica se la llama “policeman”). Se logra a veces eliminar suficiente
cantidad del agente cubriente como para poder leer otras letras.
Mediante repetidas aplicaciones, en forma alternada, de uno y otro recurso, se
logra leer suficiente cantidad de letras de la escritura tachada que permiten, en
base al conocimiento del hecho investigado, reconstruirla total o parcialmente.
279
porte o base sobre la que se ha apoyado el papel durante el acto escritural.
Estos detalles son visibles, en oportunidades, en forma directa; otra veces, es
necesario realzarlos por adecuado agregado de ciertos materiales, tal como se
describe en el capítulo sobre “Borrado de Documentos” (vapores de yodo,
grafito, polvos fluorescentes, etc.)
3. Estudio fotográfico en el ámbito del infrarrojo
Si el pigmento testada difiere en color u opacidad a la radiación infrarroja
respecto de) material testador, deberán obtenerse fotografías con películas
sensibles a estas radiaciones, utilizando luz trasmitida. Deben variarse
empíricamente las condiciones hasta obtener una información gráfica objetiva.
4. Observación directa con radiación infrarroja
En la actualidad existen dispositivos que permiten el examen visual directo del
documento sometido a la radiación infrarroja. Mediante un ingenioso sistema la
radiación incidente y reflejada por el documento es trasformada en radiación
visible. El implemento, denominado “convertidor de imágenes”, o también
“fotoscopio infrarrojo”, es de gran utilidad en los laboratorios donde se realizan
frecuentes exámenes de este tipo.
5. Estudio en el ámbito del ultravioleta
Si los dos pigmentos (testado y testador) difieren en su comportamiento o
respuesta frente a esta clase de radiaciones, es posible obtener referencias de
positivo valor. Se recomienda utilizar radiaciones de “corta” (254 nm) y de
“larga” (360 nm) longitud de onda.
6. Otros revelados.
Agotados sin manifiesto éxito los recursos de carácter físico de revelado, o
disponiendo de escasa información de interés pericial, recién debe intentarse el
uso o aplicación de reactivos químicos. Se ha mencionado el tratamiento con
vapores de yodo que, en ciertos casos, permite revelar la escritura abovedada
que aparece en el reverso del papel y producida por el presionado del elemento
escritural o por la modalidad del ejecutante.
7. Uso de solventes.
Si en la escrituración original y en su tratamiento anulatorio se han utilizado
distintos elementos escritores, es posible el empleo de un solvente selectivo,
que permita extraer el pigmento testador sin afectar la escritura testada.
La aplicación debe efectuarse coñ sumo cuidado y en forma progresiva, ya que
se procura eliminar la capa pigmentada superior para lograr hacer visible, sin
afectarlos, los trazos o rasgos subyacentes.
En la generalidad de los casos se desconoce el solvente adecuado, por lo cual
deben efectuarse ensayos previos con testados preparados y similares al
cuestinado. La respuesta del sector testado puede obtenerse examinando el
resto de la escritura no anulada, con lo cual es posible seleccionar un solvente
que no afecta el texto tachado.
El solvente seleccionado se aplica mediante trozos de papel de filtro plegados
como embudo que, a la vez que permite la remoción del pigmento testador, lo
absorbe a medida que se separa.
O’Hara y Osterburg proponen la siguiente lista de solventes:
1. Agua destilada
2. Alcohol
280
3. Acetona
4. Eter de petróleo
5. Tetracloruro de carbono
6. Benceno, tolueno o xileno
7. Acetato de amilo
8. Butil carbitol (i)
9. Morfolina (u)
Complementariamente se sugiere, por haberse comprobado su excelente
acción disolvente, en particular sobre bolígrafos, el agregado de:
10. Tetrahidrofurano (iii)
11. Cellosolve (iiii)
Por tratarse de solventes poco comunes aclaramos la estructura química de
algunos de ellos.
281
tratamiento que se indica por continua observación (directa y con cierta
magnificación) al sólo efecto de no malograr todo intento de identificación.
9.
Existe la posibilidad de que, eliminado el pigmento testador, se considere
frustrada la operación de revelado por haberse afectado la escritura original,
tachada. No obstante esta posible alternativa, frecuente de preferencia cuando
se anula la escritura con el mismo elemento escritor, resta un último intento,
que se basa en la probable existencia, en la tinta original, de componentes
metálicos susceptibles de revelarse mediante el empleo de la metodología
detallada en el capftulo sobre análisis de tintas. Se trata, en suma, de un
“revenido” similar al utilizado en el caso de las tintas “simpáticas” o secretas,
cuya técnica operatoria ha sido descripta en los correspondientes capítulos.
Revelado de escrituras anuladas por superposición de diversos materiales
celulósicos.
Para el caso, poco frecuente, en que la anulación de un escrito se haya
realizado mediante adhesión de otro papel, cartón o material similar, O’Hara y
Osterburg sugieren un recurso práctico y sencillo para lograr el descifrado.
Consiste en pasar a pincel por el dorso del documento, benceno o tetracloruro
de carbono, con lo cual el conjunto aparecerá traslúcido, susceptible de ser
fotografiado con exposición de hasta un segundo. El tiempo de exposición no
puede extenderse más allá del señalado (un segundo) porque el solvente se
evapora en forma rápida, impidiendo la obtención de una fotografía clara,
nítida, en la cual pudieran leerse las constancias escritas cuya anulación fuera
concretada mediante el recurso antes especificado.
Bibliografía
Capítulos 3, 4, 5 y 6
283
CAPITULO VII
LACRES Y ADHESIVOS
INTRODUCCION
285
En todos los casos citados, el lacre constituye un elemento idóneo, por sus
características y precio, para asegurar la inviolabilidad de los frascos en que se
conservan las muestras.
2. Elanálisis de adhesivos se solicita al perito en casos generalmente
relacionados con problemas que involucran el despegado y repegado de
valores postales o fiscales. A veces, para fraguar un documento y hacerlo
aparecer como de determinada época, se despega una estampilla fiscal de un
escrito antiguo y se la adhiere al fraguado, disimulando la obliteración original
mediante un nuevo sellado o realizando el borrado de aquél mediante métodos
adecuados. Muchas veces el falsario no tiene en cuenta que el adhesivo que
usa para el repegado es anacrónico con el que corresponde a la época del
documento original.
Otras veces se realiza una violación de correspondencia abriendo con habilidad
un sobre por una de sus solapas, que se repega luego de verifi cado su
contenido, usando un adhesivo que puede ser distinto del originariamente
utilizado y que persiste en las restantes uniones del mismo sobre.
En ciertas oportunidades se consulta al perito sobre etiquetas de envases de
productos comerciales, si han estado temporariamente adheridas a envases de
plástico o vidrio y luego adosadas a los envases cuestionados. Es frecuente
también la investigación de un problema mucho más sencillo: establecer si las
aristas de una caja de un producto presumiblemente falsificado (jabón,
cosmético, medicamento, etc.) se hallan adheridas con el adhesivo que la
fábrica ofrece como indubitable.
En otras ocasines debe establecerse si la fotografía de un documento de
identidad, que ha sido adherida con el adhesivo que utiliza la autoridad que lo
emitiera, ha sido sustituido por otro de diferente calidad o si presenta una
mezcla de ambos, lo cual indicaría un proceder ilícito.
Como referencia ilustrativa es de mencionar que en una oportunidad fue
necesario realizar una peritación sobre parte de una importante partida de
relojes de dudoso origen por no ostentar, en su dorso, la correspondiente
etiqueta. El importador sostenía que las etiquetas se habían despegado,
posición que convalidara el estudio pericial, al comprobar la existencia de
restos de adhesivo similar al que acusara la mercadería no impugnada.
286
En el caso de colocarse en golletes de botellas que contienen muestras
sometidas a posibles contrapericias, una vez colocado el tapón de corcho que
las cierra herméticamente, se sumerge el cuello del envase en un recipiente
con lacre fundido, y luego de retirarlo se procede a aplicar el sello
correspondiente.
Antiguamente los lacres se utilizaban en documentos oficiales, en los que se
estampaba el sello que otorgaba certificación de autenticidad al escrito a cuyo
pie figuraba. En la actualidad, en la práctica postal han sido practicamente
desplazados por otro tipo de precintos, generalmente de plomo o latón. En
nuestro medio, ya lo hemos dicho, el lacre se sigue utilizando en el precintado
de documentos o pruebas judiciales, así como en el de muestras que quedan
como control o “contraprueba”, tanto en el ámbito administrativo, como en el
comercial, industrial y deportivo.
Resma de colofonia
Dado su carácter de componente mayoritario del lacre, nos extenderemos
particularmente sobre su composición y propiedades, que son las que
predominan en el producto. La resma de colofonia es un componente de la
exudación resinosa de muchas especies de pinos. Se obtiene por incisión del
árbol, o por extracción de tocones del mismo. La resma se encuentra también
en cantidades apreciables en un pcoducto residual de la industria de la celulosa
al sulfito, ya estudiada. (Ver Capítulo 1)
287
Para extraer la resma por el primer método se practica una incisión en el árbol,
colocando un recipiente para recoger el exudado. El producto así obtenido
contiene alrededor del 68 % de colofonia, 20 % de terpentina y 12 % de agua.
Luego de la destilación de estos dos ültimos queda como residuo la colofonia.
El proceso de obtención de la colofonia a partir de tocones de pino se
desarrolló a principios de siglo, cuando la gran explotación de los bosques de
pino virgen provocó su escasez. Los tocones utilizados generalmente
provenían de árboles cortados varios años antes, por lo que poseían mayor
porcentaje de colofonia. La extracción se hace con benceno o hidrocarburos
livianos (nafta), preferiblemente a baja presión. La madera ya agotada se trata
con vapor de agua para extraer el solvente residual. La resma extraída se
decolora por tratamiento con furfural, o por filtración a través de adsorbentes
(tierra de infusorios).
La mayoría de los componentes de la resma de colofonia han sido aislados, y
su estructura química aclarada. La composición varía ligeramente según el
origen de la resine y el método de obtención de la misma; en general contiene
90 % cíe ácidos resínicos, y el 10 % restante son resinas y terpenos.
A continuación se consignan los componentes de una colofonia tipo, su
proporción y las fórmulas de los ácidos orgánicos que la constituyen:
288
La química de la porción neutra no saponificable aún no está clara. Estos
constituyentes juegan probablemente un rol muy importante en las propiedades
físicas de la resma. Esta fracción está compuesta por un 60 % de ésteres
resinosos, de ácidos grasos con alcoholes de composición aún no aclarada,
hidrocarburos de alto peso molecular y ciertas ceras.
A comienzos de siglo estas resinas fueron muy utilizadas en formulaciones de
barnices, tintas de imprenta, jabones, cerillas, aislamientos eléctricos,
adhesivos, etc. Actualmente soñ químicamente modificadas para obtener más
estabilidad y calidad, de modo que sus usos al estado natural son restringidos,
siendo uno de ellos el que estamos estudiando.
Ensayos periciales
Esta parte del análisis es previa a toda determinación de tipo químico, por
cuanto piesenta caracteres conservativos. Por otra parte, requiere la integridad
absoluta del sello de lacre cuestionado, ya que se basa en el estudio de los
caracteres morfológicos, cuya alteración en el lacre dubitado respecto del
indubitable puede ser terminante respecto a la conclusión del peritaje.
Consiste en la ejecución de una prolija observación con lupa binocular y luz
incidente a diversos ángulos: natural, ultravioleta e infrarroja, de forma de
detectar cualquier alteración en el cuerpo del sello (diferencias de algunas
zonas superficiales en cuanto a color, aspecto, porosidad, brillo, tonalidad,
etc.), y en la imagen dejada por el cuño utilizado en la operación de lacrado. En
este último caso, con magnificación adecuada pueden revelarse pequeñas
imperfecciones propias del cuño, que pueden servir de referencia.
Generalmente se cuenta con un lacre indubitable, con el que se debe realizar el
ensayo comparativo. En el caso de paquetes o sobres, que siempre presentan
varios lacres, es común que uno de ellos, por razones lógicas, sea indubitable.
En el caso de muestras duplicadas, una ha quedado en custodia como
indubitable, de modo que no ofrece dudas sobre su autenticidad.
Es de destacar la importancia y trascendencia que puede llegar a tener esta
observación, complementada con un correcto estudio fotomicrográfico. En
muchas ocasiones, como ya se dijo, los detalles que se
289
aprecian son fundamentales, aclaran totalmente el problema pericial, y eximen
de la ejecución de otras determinacinoes analfticas. -
En el caso de líquidos contenidos en botellas lacradas, se ha detectado
muchas veces la ejecución de una ingeniosa maniobra tendiente a sustituir la
muestra dubitada por otra. Consiste ella en extraer el líquido con una jeringa
cuya aguja atraviesa el lacre y el tapón de corcho, para lo cual se la caliente en
el momento de la ejecución de la maniobra, en forma que funda la capa de
lacre que debe atravesar. La observación microscópica revela el orificio
producido por la aguja, o la zona alterada del lacre, si es que se intentó
repararla por fusión o agregado de material luego de realizada la operación
dolosa.
Los exámenes que siguen són, en mayor o menor escala, de tipo destructivo.
Para ejecutarlos se procede a tomar una porción del lacre, extrayéndola
mediante bisturí u hoja para afeitar; se la muele finamente en un pequeño
mortero y se guarda en pesa-filtros.
290
b) Determinación del porcentaje de cenizas (carga)
El residuo que queda de la extracción anterior se coloca en mufla y se calienta
hasta 500°C, manteniendo a esa temperatura hasta cenizas blancas o grise3,
que se enfrían en desecador y pesan en ba-lanza analítica.
e) El estudio de la resma
Se efectúa sobre la solución alcohólica, previa concentración, por
espectrografía ultravioleta. Con ese mismo concentrado se prepara un film de
evaporación sobre ventana de bromuro de potasio o cloruro de sodio, con el fin
de realizar un estudio por espectrografía infrarroja.
291
Resultados del análisis de un caso real, de dos muestras de lacre (indubitable y
dubítada) obtenidas de los golletes de sendas botellas que contenían vino.
Conclusión:
Las diferencias observadas en el análisis espectrográfico, en particular en el
contenido en bario y magnesio, unidades al distinto valor del porcentaje de
insoluble en alcohol y punto de fusión, autorizan a afirmar que los lacres
analizados son distintos.
292
Generalmente no se hallan diferencias significativas, pues, como ya se dijo,
casi todo el lacre utilizado en nuestro país contiene el mismo tipo de resma. No
obstante, no debe descartarse la ejecución de este estudio, dada la posibilidad
del uso de alguna otra resina, y también la de que, algún agregado, pueda
modificar los espectros obtenidos, lo que proporcionaría elementos de juicio
para diferenciar las muestras analizadas.
ADHESIVOS
Concepto. Definición
293
Si el adhesivo es sólido suelen utilizarse solventes volátiles, que luego se
evaporarán o bien fundirse por acción del calor o, incluso, de la presión; en
ambos casos volverá a su estado original al desaparecer el efecto.
Clasificación de adhesivos
En base a la naturaleza del proceso, tendiente a convertir al adhesivo en un
sólido, podríamos dividir a estas sustancias en dos grandes grupos:
1 O) Adhesivos que requieren cambios físicoquímicos tales como
polimerización, oxidación, vulcanización, gelificación, hidratación, etc. Es lo que
se denomina técnicamente el “curado”, esto es, el cambio de las propiedades
físicas y químicas del producto por reacción química, la cual es por lo general
acompañada por la acción del calor y/o catalizadores, y del tiempo, con o sin
presión.
2°) Adhesivos que requieren la evaporación de solventes volátiles. Es lo que se
denomina “secado”, que es, pasaje al estado sólido por pérdida de algún
componente, sea por evaporación o absorción.
En base al origen los adhesivos se clasifican en dos grandes grupos:
1°) Adhesivos naturales
a) Vegetales: almidón, dextrina, proteínas de soya.
b) Animales: están compuestos por proteínas: huesos, cueros, tendones,
sangre, albúmina, caseína.
c) Otros: asfaltos, lacas, gomas naturales, silicato de sodio. 2°) Adhesivos
artificiales (sintéticos)
a) Resinas termoplásticas: celulosas, ésteres y éteres de polioles, ésteres
acrílicos, poliamidas, poliestireno, elastómeros, alcohol polivinílico y derivados.
b) Resinas termoestables: úrea, melamina, fenol, resorcinol, epoxi, resinas de
poliésteres no saturados.
294
bilidad, y el disperso solidifica sobre las superficies a unir. Estos adhesivos
presentan alta resistencia a la humedad, a los ácidos, a los álcalis, a los aceites
vegetales y minerales, y a muchos solventes comunes. Además no están
sujetos al ataque microbiano, tampoco al de insectos, ni a roedores.
También se usó goma no vulcanizada, aplicada sobre el papel en forma de
látex, especialmente como adhesivo de sobres. Estos se cierran por simple
presionado de las partes a unir, las cuales luego no pueden ser separadas por
vapor de agua, como ocurre con los adhesivos a base de goma o cola. Si se
despegan directamente, luego no se vuelven a pegar. Si se despegan por la
acción de solventes, la goma disuelta o ablandada se esparce sobre el papel,
todo lo cual es importante para la seguridad del cierre.
Sustancias adhesivas se han usado desde la antigüedad, pues desde tiempos
remotos el hombre ha debido ingeniarse para unir materiales diversos en lá
confección de herramientas, armas y utensilios. Los estudios arqueológicos
han demostrado la utilización de arcilla como pegamento, lo que justifica la
fragilidad de las uniones así logradas. También se ha comprobado el uso de
ciertas savias pegajosas para sellar recipientes con alimentos que se
colocaban en las tumbas. Estas mismas savias se usaron para pegar los ojos
de estatuas halladas en algunos templos babilónicos.
La civilización egipcia utilizó ceras gomosas y resinas vegetales para saturar
las vendas de lino con que envolvían a las momias, para proteger tanto los
cadáveres como los vendajes del deterioro producido por los años.
Los romanos utilizaban alquitrán de madera de pino y cerca de abejas, para
calafatear embarcaciones, y también clara de huevo para adherir láminas de
oro a la madera y otros materiales.
Existen documentos del siglo IX que describen el procedimiento de fabricación
de colas a partir de pescado y cornamentas de ciervo, que se utilizaban en el
pegamento de maderas.
Durante la colonización de América se utilizaban formulacines con estiércol
animal para calafatear habitaciones.
La eclosión científica y tecnológica de este siglo, el desarrollo de nuevos
materiales y la necesidad de unir los mismos entre sí, provocaron un gran
desarrollo de la industria de los adhesivos, que constituye hoy una actividad de
gran importancia técnica y comercial. Las experiencias espaciales, por
Qjemplo, exigieron el desarrollo de productos que resistan condiciones
extremas de presión y temperatura. La química orgánica ha prestado a esta
industria un gran número de medios para llegar a tales fines. Día a día
aparecen nuevos productos para nuevas aplicaciones y se mejoran las
existentes en cuanto a duración, resistencia, terminación, tenacidad, etc. Todo
este gran desarrollo hizo que en la actualidad estos productos sean aceptados
por la industria por su practicidad para la unión y ensamble de materiales.
Tienen así amplia aplicación en la industria aeronáutica, automotriz, papelera,
maderera, calzado, decoración, etc.
Adhesivos naturales
Como ya hemos visto, los adhesivos naturales han sido utilizados
295
desde la antigüedad. Son capaces de constituir una buena unión en
condiciones de baja humedad, pero habitualmente fallan cuando tal exigencia
no se cumple.
a) Adhesivos vegetales
Incluyen las pastas, adhesivos a base de almidones y dextrinas, y las gomas.
Los adhesivos a base de almidón son los más utilizados en la industria
papelera, y se destacan los provenientes de la papa, el maíz y la tapioca,
mientras que los de trigo y arroz tienen un uso más restringido.
Por digestión en medio ácido a 115-120°C, el almidón se transforma en
dextrina. Las ventajas de la dextrina sobre el almidón en el uso para fabricación
de adhesivos residen en su fácil solubilidad, alto tenor de sólidos y baja
viscosidad de las soluciones acuosas. Su inconveniente principal es que no
tienen practicamente resistencia al agua. El agregado de productos resinosos
puede mejorar estas características, aún cuando se pierda parcialmente una de
sus ventajas, cual es la propiedad de poder ser rehumedecida. En resumen,
dado el bajo costo, estos adhesivos tienen una amplia aplicación.
Probablemente las dextrinas del almidón de maíz son las más satisfactorias y
las más utilizadas.
Los adhesivos a base de gomas naturales incluyen la goma tragacanto y la
goma arábiga. También se usan adhesivos de base resinosa (colofonia),
consistentes en resma mezclada con plastificante, y otros a base de caucho,
utilizados en papel cazamoscas y papel autoadhesivo (sensibles a la presión).
El caucho, como todos los elastómeros, es ampliamente usado en la
fabricación de adhesivos. Los adhesivos líquidos a base de caucho se fabrican
con una gran variedad de solventes o dispersiones acuosas, en los que se
halla mezclado con resinas modificadoras, cargas y agentes vulcanizantes que
modifican algunas de sus propiedades, tales como la resistencia al calor, fuerza
de unión, pegajosidad y viscosidad.
b) Adhesivos animales
Son los más antiguamente conocidos por el hombre. Las colas animales se
hacen a partir de huesos o de cueros de animales, siendo las diferencias
químicas entre una y otra, insignificantes. La de huesos es más económica.
La cola de huesos se obtiene a partir de los huesos crudos, por ebullición en
agua. El producto proteico obtenido se concentra, seca, muele, y el polvo es
tamizado, para separarlo por granulometría. La mayor aplicación de esta cola
es en la industria papelera, en la fabricación de papeles engomados. Ello
deriva de que puede absorber suficiente agua como para dar una fluidez
adecuada para su aplicación; luego rápidamente el papel absorbe agua hasta
formar un gel que da como resultado una unión firme. Estas colas son solubles
en agua, insolubles en solventes orgánicos, aceites vegetales y minerales.
296
Las colas de cuero se obtienen en forma similar a las anteriores. Se utilizan en
la industria de los papeles decorativos; la fuerza de su adherencia las hace
útiles también para la manufactura de papeles abrasivos, y para encolados
textiles.
Las colas son útiles especialmente para lograr uniones firmes en ciertos
materiales, especialmente celulósicos (papeles, cartones, maderas).
La introducción de otros adhesivos proteicos animales (caseína y sangre) y
vegetales (soya), provocó una marcada mejora en las colas animales respecto
de su resistencia al agua. Sin embargo, ellas también están sujetas al ataque
de hongos, no siendo total su resistencia a la humedad. El uso de la caseína es
popular en la industria del embalaje, y también como adhesivo para etiquetas
que deben ser resistentes a la humedad (Ej.: los rótulos de las botellas de
cerveza), así como para el pegado de los paquetes de cigarrillos.
La caseína es un derivado de la leche; se la obtienen por precipitación a partir
de ella mediante agregado de ácido clorhídrico o sulfúrico; el precipitado
obtenido se filtra, seca y muele. La caseína es insoluble en agua; para
disolverla se usan soluciones alcalinas (formación de caseinatos).
c) Adhesivos inorgánicos
Estos adhesivos son de origen mineral. Los más conocidos son a base de
oxicloruros (de sodio, potasio o magnesio), pastas cerámicas de varios tipos, y,
sobre todo, los de silicato de sodio.
Tienen amplia aplicación en la industria del cartón corrugado, pues la facilidad
de absorber agua por parte del material a adherir, hace que el adhesivo “cure”
rápidamente, facilitando una fabricación más veloz. El oxicloruro de magnesio
es la base de adhesivos utilizados en la industria cerámica y del vidrio, en las
que se requiere alta resistencia térmica y química.
297
tos a base de dextrina, gomas naturales (tragacanto, arábiga, colofonia), y
también en ciertos casos los de almidón o cola.
Es importante la consistencia que ha de tener el adhesivo para su aplicación:
ésta debe ser la de un jarabe. Si el producto está muy fluido, al ser aplicado se
absorbe excesivamente por la etiqueta, ablandándola, en forma que al pegarla
al envase quedaría arrugada y despareja; si por el contrario el adhesivo es muy
espeso, su secado será demasiado rápido, no consiguiendo impregnar
adecuadamente la etiqueta.
Los adhesivos para fijar etiquetas sobre envases de vidrio son similares a los
anteriores. Suele utilizarse también, con buen resultado, el silicato de sodio en
solución acuosa concentrada. Debe aplicarse sobre el vidrio, no sobre la
etiqueta.
Los adhesivos para sobres, estampillas y artículos similares deben tener la
propiedad de secar rápidamente, y volver a adquirir esa propiedad al ser
humedecidos; para ello se preparan productos a base de goma arábiga y
también de resinas. Por razones de precio suele reemplazarse la goma arábiga
por dextrinas. Algunas formulaciones llevan también sacarosa o glucosa y
ácido bórico como conservador.
En la fabricación de bolsas de papel se emplean adhesivos a base de cola
(generalmente de huesos) o gelatina.
En encuadernación se usan adhesivos cuyo principal elemento es la cola
común para el encolado del lomo. Para el dorado del título llevan clara de
huevo, glicoles y glucosa.
En general, en la industria cartonera se usan adhesivos a base de cola de
carpinteros, a veces adicionados de goma laca, dextrinas o almidón.
Los empapeladores, para fijar los papeles decorativos a las paredes suelen
utilizar engrudos comunes, aunque se les agregan otras sustancias, tales como
colas y trementina, para aumentar su poder adhesivo.
Adhesivos sintéticos
El advenimiento de los adhesivos sintéticos permitió un extraordinario
desarrollo tecnológico al provocar la unión de materiales tan tenazmente que
muchas veces el pegamento es la parte más fuerte de la estructura. Sin
embargo, ninguno de los adhesivos sintéticos conocidos reune todas las
propiedades deseables como para ser considerado el adhesivo universal. La
propiedad más importante de estos productos es su versatilidad.
Como ya hemos dicho, se utilizan tanto resinas sintéticas termoplásticas como
termoestables. Las más comunes son las fenólicas, urea, melamina, resorcinol,
poliéster no saturadas, polímeros en emulsión, proteínas sintéticas y mezclas
de elastómeros y resinas.
Se llaman lacas a los adhesivos constituidos por resinas disueltas en solventes
orgánicos. Las más comunes son las de nitrato de celulosa, mezclado con
otras resinas plastificantes y solventes.
Las denominadas tipo emulsión incluyen acrilatos y polivinil acetatos, así como
suspensiones de elastómeros sintéticos.
Las termoestables incluyen las fenólicas, urea, melamina, resorcinol y resinas
poliéster no saturadas. Como su nombre lo indica, y a diferencia de las
termoplásticas, son térmicamente resistentes. Producen adhesi-
298
vos impermeables; las uniones realizadas con éstos son resistentes al agua,
siendo inatacables por los hongos, por lo que tienen amplia aplicación en la
industria naval y aeronáutica.
Una de las aplicaciones más importantes de los adhesivos, es la industria
maderera, en la que se usan desde resinas naturales hasta sintéticas. Para
trabajos generales y manufactura de decoraciones se utilizaban antes
adhesivos proteicos (colas animales, caseína y albúmina). El resultado de
éstas es aceptable, excepto en condiciones de gran humedad, en las cuales los
adhesivos sintéticos las superan ampliamente. Los adhesivos de resma
fenólica se utilizan extensamente en la producción de aglomerados, laminados
de madera o papel.
El cemento de nitrato de celulosa se comercializa en tubos colapsables, para
reparar y soldar superficies cerámicas, madera, papel, cueros, telas y metales.
El acetato de celulosa tiene un uso más restringido, pero se lo utiliza para
madera, papel y cuero.
Los adhesivos a base de resinas ureicas han desplazado a las colas y caseína,
no sólo por su mejor calidad, sino por requerir menos agua en su formulación;
además, son incoloras, en tanto que las proteínas naturales sufren con el
tiempo un indeseable oscurecimiento.
Las resinas de melamina-formol se emplean como adhesivos en la industria
maderera. Sus características de resistencia al agua y endurecimiento permiten
obtener soldaduras que pueden resistir, incluso, el efecto del agua a ebullición.
Sus propiedades las harían útiles para pegamentos exteriores, pero su alto
costo las limita a aplicaciones especiales.
Los adhesivos resorcinol-formol, adecuadamente curados a temperatura
ambiente, son tan durables como los basados en resinas fenólicas. La mejor
característica es su carácter neutro, que impide el daño de las fibras
celulósicas. Como el resorcinol es caro, se han desarrollado adhesivos de
mezclas de fenol-resorcinol, que conservan la mayoría de las ventajas de los
anteriores.
Las resinas a base de poliésteres no saturados son líquidos o pastas que
contienen poco o nada solventes; luego de curadas producen una soldadura
infusible, insoluble y de gran tenacidad. El “curado” puede hacerse en un
amplio margen de presiones, incluso en el vacío. Su costo es comparable a las
poliamídicas y de base resorcinol. Estos adhesivos no forman una buena unión
con superficies hidrofílicas (madera, papel, algodón); se utilizan para laminados
de tipo polímero y para metales.
Las resinas epoxi, de desarrollo más reciente, son termoplásticas, y pueden
formar copolímeros con poliamidas, anhidridos y otros agentes polifuncionales.
Tienen propiedades adhesivos en vidrio y cerámica, caracterizándose por su
baja contracción y alta resistencia mecánica.
Muchas resinas conocidas como excelentes adhesivos tienen la desventaja de
ser poco solubles, lo que obliga a su uso en forma de dispersiones o
emulsiones. La industria ha desarrollado en alto grado la técnica de producir
estas dispersiones o emulsiones con un contenido ínfimo o nulo de solventes
orgánicos. Estas formulaciones permiten la aplicación de mezclas de alto
contenido en sólidos, comparables a las de los antiguos adhesivos solubles en
agua. Así, por ejemplo, se han obtenido excelentes adhesivos con emulsiones
cJe látex. Estos productos se usan en el lamina-
299
do de hojas de papel de aluminio, para adherir rótulos sobre superficies
metálicas, en el sellado madera-metal, y para otras superficies dificilment
adheribles. Son neutros o débilmente alcalinos, prácticamente inodoros e
incoloros; dan muy buen rendimiento, excepto a temperaturas muy bajas
(congelamiento). Son flexibles; generalmente son endurecidos por la acción del
vapor de agua.
Los adhesivos utilizados para la unión entre metales son los polivinil acetales y
ésteres, poliésteres, neopreno, elastómeros de acrilonítrilo, goma vulcanizada
y, particularmente, los compuestos epoxi. El problema fundamental para una
buena unión entre metales por adhesión es la presencia de cargas eléctricas
que presentan las superficies metálicas. Otro problema es la diferencia de
expansión que existe entre los metales y los compuestos orgánicos, que obliga
a que los adhesivos usados sean elásticos. Por ejemplo, las resinas fenólicas
son, en sí, malos adhesivos para metales, pero por agregado de un elastómero
se obtienen productos excelentes para tal fin.
Un gran campo de aplicación de los adhesivos es la industria de los cristales de
seguridad. El primero que se usó para tal fin, ya desde principios de siglo, fue
el nitrato de celulosa con bálsamo de Canadá. Pese a su tendencia a
amarillear, sensibilidad al calor y facilidad para separarse del vidrio, se usó
durante mucho tiempo como la principal intercapa resistente a impactos, para
vidrios de seguridad. Hacia 1930 fue reemplazado por el acetato de celulosa;
también se usaron ciertos ésteres orgánicos del ácido silícico, y ésteres
poliacrílicos. En 1936 se comenzó a utilizar el polivinil-butiral, especialmente
sintetizado con esa finalidad, que rápidamente reemplazó a todos los anteriores
por sus cualidades de transparencia, resistencia al calor y al impacto y alta
tenacidad.
Otra aplicación de los adhesivos es la de su uso en cintas que se aplican a
presión, sin requerimiento de calor, agua, solventes, etc. Su desarrollo
comienza hacia 1920; antes de esa época ya se usaba la cinta aisladora y la
tela adhesiva. Estos adhesivos deben cumplir con la condición, además de su
propiedad específica de unir perfectamente los materiales, de tener una
cohesión adecuada tal que permita el uso de la cinta en forma de rollo, sin
dejar residuo apreciable en la faz dorsal al ser éste, desplegado para su uso.
Se emplean en la industria automovilística para proteger partes ya pintadas,
para aplicar colateralmente otras pinturas; también en cubrimientos, sellados,
protección, identificación, etc. La mayoría de estos adhesivos está compuesta
por un elastómero y un plastificante, adicionados ahora de resinas y aceites.
Los plastificantes les dan la untuosidad adecuada, y el elastómero, y también la
resma, la fuerza de adhesión. Se aplican a cintas de tela, papel, celofán, etc.
300
te concepto, ya que tales sustancias son en principio moléculás complejas
constituidas por la unión de otras más sencillas llamadas aminoácidos. Se
consignan a continuación las fórmulas de los dos aminoácidos más• simples:
301
do, y contiene tres oxhidrilos o grupos alcohólicos. Si los hidrógenos de esos
oxhidrilos son reemplazados por grupos nitro, se obtiene el nitrato de celulosa.
El nitrato de celulosa se usa para unir una gran variedad de materiales tales
como metales, vidrios, cerámica, cueros y maderas. Para usos generales se
incorpora en solventes apropiados (alcohol-éter o ésteres), y resulta flexible e
impermeable. Para aumentar su flexibilidad suele agregársele alcanfor
(plastificante).
c) Resinas epoxi
Las resinas epoxi son polímeros de la epiclorhidrina y del bisfenol.
302
Por su parte Chambers menciona la estructura general que sigue:
A: + B :C- A:B + :C
303
Estas resinas poseen elevada adhesividad por la presencia de grupos polares
(hidroxi y amino grupos; etoxilene); en cambio, los materiales menos polares
tales como siliconas, polietileno, vinilos plastificados, etc., no consituyen
uniones eficaces con estas resinas.
d) Adhesivos a base de poliuretano
La condensación de poliésteres o poliéteres de bajo peso molecular origina
elastómeros de cadenas lineares de peso molecular relativamente elevado,
comúnmente denominados uretanos.
Polimerizando el óxido de etileno con el glicerol se obtiene un poliéter triol
ramificado:
305
Gomas tales como la natural y la silicona no pueden ser incluidas en
composiciones butílicas, pues reaccionarían, dada su falta de saturación, con
los agentes “curantes” agregados a éstas. Las gomas siliconas tiene baja
polaridad respecto de las demás gomas sintéticas, por lo que no conforman
copolímeros adhesivos efectivos. Pese a ello, a veces se las utiliza dada su
resistencia a la intemperie y al calor.
La estructura básica de este tipo de goma es:
306
Estas gomas son más compatibles con la resma que los neoprenos; se pueden
obtener excelentes adhesivos por combinación con resinas de fenol-
formaldehido, alkídicas, resorcinol-formaldehido, cloruro de vinilo o epoxi. Se
utilizan para unir gomas curadas o no entre sí, o a vinilos, neoprenos y otros
elastómeros. Junto con resinas fenólicas se utilizan para unir abrasivos a
metales, madera con cuero, papel, nitrocelulosa, nylon y fibras en general. La
estructura química del copolímetro podría ser la siguiente:
Los más utilizados de este tipo de adhesivos son los fenólicosepoxi, fenólicos-
elastómeros, fenólicos-vinílicos, fenólicosfenol
307
poliamida. Lós más estables a la intemperie son los fenólicosvinílicos y fenol-
epoxi. Las combinaciones con elastómeros son utilizadas donde requiere
flexibilidad.
1) Adhesivos polietilénicos
Es posible lograr una buena unión de superficies de polietileno por tratamiento
con una solución sulfúrica-bicromatada. Tal tratamiento modifica la superficie
en cuanto a su polaridad, la que aumenta por oxidación de las unidades
exteriores de la estructura molecular. Otro método es el que expone el
polietileno a un tratamiento térmico por breves periodos, con lo cual se obtiene
la oxidación de la superficie de polietileno, facilitando una adecuada adhesión.
j) Adhesivos a base de siliconas
Las resinas siliconadas, “curadas” hasta obtener una dura película, pueden
utilizarse como adhesivos cuya principal ventaja es su estabilidad dentro de un
amplio ámbito de temperatura. Sin embargo es de anotar que las fuerzas
cohesivas no permiten una unión mecánica muy fuerte.
Estos adhesivos son muy utilizados para polímeros sensibles a la presión,
pudiendo adherir a los de tipo teflón aun bajo agua. La mayor ventaja es que
permanecen adheridos a muy bajas temperaturas. Con una apropiada
preparación de la superficie a unir, son utilizadós para metales, plásticos,
vidrios y cerámica.
La estructura simplificada de un polímero de silicona es la que sigue:
308
k) Adhesivos vinílicos.
Los polímeros vinílicos son estructuras macromoleculares formadas por
polimerización adicional de monómeros que contienen un doble enlace.
La fórmula general para un monómero vinílico es:
309
Estudio técnico pericial de adhesivos
Enumerados los tipos de adhesivos más comunes, y poniendo especial
atención en la gran diversidad química de los mismos, se tratará ahora de
fijarlas técnicas periciales aptas para establecer su identidad, no en la cantidad
masiva de un frasco, caso que es poco frecuente en el análisis de documentos,
sino en la restringida muestra contenida en una estampilla, o en un sobre, o en
la envoltura de una encomienda. La enorme variabilidad química a que se hizo
referencia impide la realización de una técnica única, de tipo marcha analítica.
Limitaráse pues, a indicar una serie de reacciones individuales para los
adhesivos más comunes, y nos detendremos finalmente en la espectrografía
en infrarrojo, técnica de elección para la individualización de los adhesivos
sintéticos.
En generaj, en estampillas, sobres y embalajes, los adhesivos casi siempre
utilizados son los naturales, tanto animales como vegetales, especialmente
estos últimos. En la práctica pericial muchas veces no es necesario, por
fortuna, llegar a la individualización precisa del adhesivo, Satisfaciéndose la
requisitoria legal con solo establecer si el adhesivo dubitado presenta
características iguales o distintas a otro indubitable. Tal es el caso cuando se
sospecha que una estampilla, fiscal o postal, ha sido despegada de su soporte
original y colocada fraudulentamente en otro, o en los casos en que se
sospecha violación de correspondiencia, debiéndose establecer si un sobre ha
sido abierto y luego vuelto a cerrar; o cuando se investiga si una encomienda
ha sido abierta con fines de robo, etc. En esos casos la ejecución de los
ensayos físicos y químicos que se describierán son suficientes, muchas veces,
al realizarlos en forma simultánea y confrontativa sobre el material investigado
y el indubitable, para llegar a la solución del problema planteado.
Existen dos ensayos que deben ser efectuados en todos los casos antes de
entrar al examen químico, ya que son de fundamental importancia y no
implican, como éste, gasto o destrucción del material “sub examen”, material
que, como ya se dijo, en la mayor parte de los casos es sumamente exiguo;
tales ensayos son la observación a la luz ultravioleta filtrada y la determinación
del pH. Deben realizarse en ese orden, ya que la determinación del pH implica
la aplicación de una gota de agua que puede alterar el comportamiento original
del adhesivo a la luz ultravioleta (U.V.).
310
d) cola vinílica para madera.
e) cola vinílica permanente.
f) dextrina.
g) goma cristalina.
h) mucílago.
i) pasta común, del tipo utilizado habitualmente en las oficinas.
j) engrudo de harina de trigo.
k) otros tipos de engrudo (almidón de arroz, de maíz, etc.)
La observación a la luz U.V. de la zona donde se halla el adhesivo cuestionado,
permitirá detectar distinto comportamiento si ha habido una maniobra de
despegado y repegado, consistente en irregular distribución, acumulación
excesiva de material, marcas del pincel, etc. A su vez, por comparación con
partes no dubitadas, si las hay, o con la cartilla antes descripta, se podrá
establecer el agregado de adhesivos extraños y el posible tipo de los mismos.
311
b) Albúmina: arroja resultado positivo y coincidente con la cola en los dos
ensayos anteriores (ambas tienen composición proteica). Una pequeña porción
disuelta en ácido acético forma un tenue precipitado por agregado de solución
de ferrocianuro de potasio.
c) Adhesivos líquidos qe origen animal: En general, presentan reacción ácida,
imputable a la iicorporación de compuestos ácidos o sales ácidas. Los ácidos
pueden identificarse mediante los siguientes ensayos:
Acido nítrico. El clásico ensayo con la difenilamina-sulfúrica origina un intenso
color azul.
Acido acético: La identificación por sus cualidades organolépticas,
complementada con otros ensayos de valor analítico permiten revelar este
ácido orgánico, de aplicación generalizada.
El tratamiento con ácido sulfúrico diluido y consecutivo calentamiento regulado,
permite la volatilización del ácido acético, que se reconoce por su olor.
(recuerda al vinagre).
Si una fracción de la muestra se trata con un ligero exceso de carbonato de
sodio sólido o en solución saturada, según el carácter de la muestra, y luego se
evapora a sequedad a calor suave, se obtiene un residuo que, mezclado con
trióxido de arsénico (As203) y calentado a llama directa, origina un compuesto,
óxido de cacodilo, de olor en extremo desagradable.
Otras reacciones que se indican, desde el punto de vista analítico puro, suelen
resultar inconstantes por la naturaleza o carácter del liquido o material en
estudio, razón por la cual es conveniente realizar ensayos comparativos con
muestras testigos.
Acido oxálico. Para su indentificación se emplean, en general, reacciones de
precipitación con sales solubles de bario o de calcio, formándose los
respectivos oxalatos insolubles, en medios amoniacal y ácido (acidez
orgánica). Consignase que el oxalato de bario es soluble en ácido acético
hirviente. Además de estas reacciones de precipitación (el precipitado puede
separarse del líquido muestra por centrifugación y someterlo a técnicas
identificativas de valor analítico), se consigna un ensayo basado en la
trasformación en “azul de anilina”, muy sensible.
Una fracción de la muestra líquida se evapora a sequedad en baño de maría
hirviente utilizando una pequeña cápsula de porcelana o crisol. Se agregan
unos cristales de difenilamina y se mezcla bien con ayuda de una varilla de
vidrio. La mezclá obtenida se lleva a fusión mediante calentamiento directo e
intenso y luego se deja enfriar; se agregan dos o tres gotas de alcohol y
aparece color azul, si la muestra contiene ácido oxálico.
Es de señalar que los textos de analítica cualitativa consignan técnicas para
reconocer el ácido oxálico en presencia de otros compuestos precipitables por
las sales de calcio y de bario.
Acido bórico: El ensayo basado en la formación del éster metjl-bórico consiste
en un tratamiento o disolución con unos mililitros de alcohol metílico (sobre
residuo seco de la muestra) y sucesivo agregado de dos o tres gotas de ácido
sulfúrico. La solución
312
metílica ácida, colocada en una cápsula de porcelana, se traslada a un cuarto
oscuro y se inflama: en los bordes de la llama aparece un color verde
esmeralda hermoso en presencia de ácido bórico.
Sales de zinc. Entre las variadas reacciones que se indican para la
identificación del zinc, señalamos la que utiliza la oxina u 8-hidroxiquinolina. Se
recomienda colocar una pequeña fracción de la muestra en cápsula o crisol de
porcelana e incinerarla hasta obtener cenizas blancas o grises. Si existe zinc
en cierta concentración se observará que las cenizas, durante el calentamiento,
adquieren color amarillo que, por enfriamiento, adquieren color blanco. Las
cenizas se disuelven en pequeño volumen de ácido clorhídrico al 2% en
volumen y se filtra; en el líquido filtrado se identifica el metal agregando un
ligero exceso de amoníaco y luego unos mililitros de solución alcohólica de
oxina al 1 %: aparece un precipitado amarillo cristalino que, además, presenta
fluorescencia amarillo verdosa al ultravioleta.
d) Caseína: Los adhesivos obtenidos con esta proteína láctea presentan
reacción alcalina. Tratada en caliente con el reactivo de Millon, () produce color
rosado o rojo. En frío suele formarse un precipitado blanco que persiste por
calentamiento o bien se disuelve, pero el líquido adquiere color rosado a rojo.
La tirosina o ácido x—amino—í3— para hidroxifenil propiónico es el compuesto
responsable del ensayo de Millon por contener el grupo fenólico.
2. Adhesivos vegetales
a) Pastas de almidón. Preparadas en general con almidones de trigo, maíz o
arroz. En el análisis del encolado del papel se ha expresado que la solución de
yodo produce color azul con el almidón, que desaparece por calentamiento y
reaparece por enfriamiento, pero para establecer el tipo de almidón se señala
el estudio microscópico correspondiente, utilizando al efecto muestras testigos
o láminas de referencia. Los almidones se diferencian por la forma y tamaño de
los granos, forma y posición del hilio y existencia o no de estratificación. Los
adhesivos sólidos a base de almidón son neutros al tornasol; los líquidos son,
generalmente, ácidos.
b) Adhesivos de dextrina. Los de buena calidad son blancos y de reacción
ácida. La mayoría de ellos da la reacción del almidón frente al yodo. Reducen
la solución de Fehling. (2) Los de calidades inferiores presentan color pardo,
pero produden iguales resultados en dichas reacciones.
c) Colas líquidas o sólidas a base de productos amiláceós: Previa acidificación
de la muestra, si ello es necesario, se agregan unas gotas de reactivo yodo
yodurado (3), observándose el color producido:
azul violáceo: almidón
rojo-azulado: amilodextrina
313
rojo: eritrodextrina
invariable: acrodextrina
di Goma arábiga: Generalmente tiene reacción ácida al tornasol, por el ácido
fórmico usado comc conservador. Las cenizas de la goma arábiga son
alcalinas, por la presencia de carbonatos, que producen desprendimiento de
anhidrido carbónico por adición de ácido clorhídrico.
e) Adhesivo líquido a base de goma Senegal o goma arábiga: Disolver en agua
(aproximadamente 5%). Agregar cinco gotas de solución de hidróxido de
potasio al 5%: se forma una solución amarillenta. Agregar cinco gotas de
solución de sulfato de cobre al 5%. Se deja en reposo: en caso positivo se
forma un precipitado floculoso de color azul, que se diferencia del producido
por el cqbre en medio alcalino.
3. Adhesivos sintéticos
Sin perjuicio de que más adelante se haga referencia en forma extensa al
método específico de identificación de este tipo de productos
(espectrofotometría en infrarrojo), se consigna que existen algunas reacciones
de identificación en base a técnicas cromáticas y de precipitación. No obstante
cabe aclarar que se trata de ensayos genéricos y poco sensibles, por lo que, en
general, pueden sortearse y recurrir a dicho método instrumental. Ejemplo:
reacción para identificación de acetato de polivinilo, contenido en las colas
vinílicas lavables:
a) Se disuelve el producto en alcohol metílico.
b) Se calienta durante una hora a baño de María con solución de metilato de
sodio (se obtiene disolviendo 7,5 gramos de sodio en 100 ml. de alcohol
metílico, en frío): se separa el alcohol polivinílico, en forma de masa fibrosa
blanca.
c) Dicha masa se separa y disuelve en agua. Por adición de ácidos o álcalis
vuelve a separarse el alcohol polivinílico.
314
El reactivo adquiere color azul intenso.
3. Reactivo yodo yodurado: Es el reactivo clásico del almidón y i.i... nas, con los
cuales produce colores característicos. Se prepara por - lución de 2 gramos de
yodo y 4 gramos de yoduro de potasio en 100 nd de agua destilada.
315
incidente, cuya frecuencia coincida con la de su propia vibración. Si la
sustancia se “ilumina” sucesivamente con un haz monocromático infrarrojo de
distintas frecuencias, registrando el porcentaje de radiación absorbida, se
obtiene lo que se denomina un “espectro infrarrojo”.
Si bien el fenómeno vibratorio corresponde a toda la molécula, existen algunas
vibracinoes características debidas a determinados grupos químicos, que
permiten, en base a la experiencia, detectar la presencia en la molécula de
ciertas funciones químicas (hidroxilo, amino, carbono terciario, carbono
primario, carbono cíclico, etc.). Ello permitiría, en base al estudio del espectro
obtenido, reconstruir la molécula que lo originó. Esto es, no obstante,
sumamente dificultoso y privativo de especialistas de gran experiencia.
Habitualmente, es suficiente realizar el estudio comparativo del espectro
obtenido con la sustancia X (el adhesivo en nuestro caso) frente a los
obtenidos con patrones adecuados (adhesivos de composición conocida), o a
los registrados en colecciones existentes al efecto. Obsérvese que este modo
de trabajar es similar al utilizado en el estudio de huellas dactilares, lo que
justifica que a los espectros infrarrojos se los denomine “la huella dactilar de la
molécula”.
316
Análisis de adhesivos por espectrometría infrarroja
317
Todos los tipos de radiaciones, rayos X, luz visible, infrarroja, ondas de radio,
etc., son, cualitativamente, idénticas, ya que se trata de energía de ondas
luminosas cuyas vibraciones responden a la ley X y = c, en la cual X es la
longitud de onda en centímetros (cm); i’, es la frecuencia en ciclos/segundo, y
c, es la velocidad de la luz (3 x 1010 cm/segundo). Estas radiaciones se
diferencian por los métodos utilizados para producirlas y medirlas, así como
también por sus interacciones con la materia.
En la figura 44 se reproducen las escalas de frecuencia lineal y de longitud de
onda, observándose el ámbito correspondiente al prisma de cloruro de sodio
(entre 2.5 y 15.4 micrones) que, como ya se expresara, adquiere significación
en las determinaciones prácticas.
318
Puesto que los fenómenos son cualitativamente idénticos, estas divisiones no
pueden tener un límite exacto, y las regiones o zonas de transición pueden
estudiarse por métodos experimentales de cualquiera de las regiones
adyacentes.
En el ámbito del infrarrojo se utilizan dos imidades intercambiables para definir
una determinada.posición: la unidad de longitud de onda (X), el micrón (y), y la
denominada frecuencia o unidad del número de onda (vI, vibraciones/cm, que
se representa por cm-1. Entre estas unidades existe una relación recíproca,
particularmente
319
320
dicho haz por una de sus caras. En la figura 46 se representa,
esquemáticamente, el curso de la radiación infrarroja desde su fuente de origen
hasta el sistema óptico respectivo.
321
zona débe ubicarse otra que permita obtener el ángulo de incidencia óptimo.
Utilizando esta técnica se obtiene una buena correlación entre los espectros
obtenidos y los de trasmisión ordinarios. El espectro óptimo es el que se
obtiene seleccionando el ángulo de incidencia que ofrezca mayor resolución.
Esta técnica es sumamente útil para todo tipo de análisis de recubrimientos y
laminados, y ofrece manifiestas ventajas de carácter práctico, debiéndose
señalar su indiscutible efectividad sobre otros recursos resolutivos, muy en
especial en lo que se refiere a la exigua cantidad de muestra que demanda su
procesamiento.
Los espectrogramas que se agregan, a tftulo ilustrativo, corresponden a un
adhesivo de base siliconada obtenidos por espectrometría infrarroja y por
reflexión total atenuada (figuras 47 y 48).
322
Es de señalar, por último, que ciertas técnicas infrarrojas en microescala
permiten la identificación absoluta de mínimas cantidades de muchos
compuestos de interés toxicológico que han sido extraídos y purificados por
una variada metodología previa.
Bibliografía
323
CAPITULO VIII
Aspectos generales
Paso mecánico
326
Procedimientos para determinar el paso mecánico
327
Máquinas convencionales
Se particularizan porque:
a) El carro de la máquina no se desplaza en forma constante sino proporcional.
Ello se debe a que el desplazamiento del carro se efectúa proporcionalmente,
de acuerdo al diseño ortodoxo de la letra, número o signo que se digite, y, por
ende, los caracteres son de distinto ancho. Por eemplo: las letras “i”, “t” y “1”,
son de ancho pequeño. Las “a”, “o” y “e”, son de ancho mediano. Las “m” y “w”,
son de ancho mayor.
Al desplazamiento mínimo del carro de estas máquinas, se lo denomina
“unidad básica”. Por ejemplo: una letra angosta como la “r”, puede tener 2
unidades básicas; una mediana como la “o”: 3 unidades básicas, y una ancha
como la “w”: 4 unidades básicas.
Correspondería señalar dos incisos más: b) y c); pero sus referencias son
coincidentes con las de las indicadas para las “máquinas convencionales”,
citadas anteriormente.
Máquinas a esfera
328
tes en el campo del peritaje mecanográfico, con cada una de las clases de
máquinas mencionadas.
MAQUINAS CONVENCIONALES
329
que posean una gran variedad de características diferenciativas. De esa forma,
la clave será rica en posibilidades.
2. Que las características diferenciativas seleccionadas resulten fácilmente
detectables, de ser posible, a simple vista. Se evitarán así errores de
apreciación que pueden resultar lamentables.
3. Emplear letras cuyo uso sea muy frecuente, para que aparezcan casi
siempre en todos los escritos.
Es menester dejar constancia, que los diseños de los números, letras y signos,
varían fundamentalmente según la marca de la máquina. Por ejemplo, una
“Royal” ofrece notables disimilitudes con los caracteres de una “Underwod”,
“Remington” o “Hermes”.
Circunstancialmente, puede darse el caso que una máquina (A), presente los
números “4” y “5” y la letra “a” semejantes a los de una máquina (B); pero, en
contraposición, se observa que los restantes números y letras de ambas, no
guardan similitud alguna.
Es importante destacar que los diseños de todos los números y de ciertas
letras, tales como:”M”, “a”, “f”, “g” y “t”, presentan una mayor cantidad de
características diferenciativas, lo que resulta de innegable significancia técnica
para utilizarlos en una clave.
Continuando con la valorización realizada precedentemente, se citarán otros
detalles que pueden ser tomados en consideración para la elaboración de
dicha clave identificativa, y que son:
Diseños especiales
a) Diseño monótono:
La línea que forma el diseño es de grosor nivelado y parejo.
b) Diseño sombreado:
La línea posee variación de grosor, produciendo efecto de sombreado.
c) Diseño sin barrados pequeños:
Ultimamente, se están fabricando máquinas en las que el diseño de los
caracteres aparece sin barrados o “serifs”. Si observamos en ellas, por ejemplo
la “m”, se notará que le falta el barrado superior izquierdo y los pequeños
barrados inferiores.
(Estos ítems de “Diseños Expeciales”, pueden ser de utilidad para una
subclasificación primaria).
Diseño caligráfico
330
Sintetizando4ara lograr la conformación de una clave para determinar las
marcas y modelos de las máquinas de escribir, deberán aunarse una serie de
elementos de juicio valorativo, adecuadamente combinados entre sí, como ser:
“paso mecánico o escape”, diseño de letras y números, diseños especiales,
dirección de los ejes y diseños caligráficos.
A continuación, se indicará una clave, que tiene para el lector, sólo el valor de
un ejemplo, pudiendo el interesado en elaborar otra, efectuar todas las
combinaciones imaginables con los detalles significativos antes expuestos.
Dicha clave, está basada en los dos elementos principales: el “paso mecánico”
o “escape” y el diseño de los números: “2” al “9” y las letras: ‘‘a’’, flgfl y ‘‘t’’.
Los distintos “pasos mecánicos”, ya fueron señalados.
Las características diferenciales más importantes de los números y letras son
las siguientes:
NUMERO “2”
B Trazo superior curvo con iniciación puntiforme. Trazo inferior sinuoso con
culminación curva.
331
D Diseño angular, romo. Trazo inferior recto, horizontal.
NUMERO “3”
332
D Gramma superior tipo ángulo con trazo vertical pequeño en su extremo libre.
Gramma inferior curvo con terminación puntiforme.
NUMERO “4”
333
C De estructura similar al modelo A, pero sin pie.
NUMERO “5”
334
NUMERO “6”
NUMERO “7”
B Trazo superior recto; horizontal, con rasgo inicial formando ángulo recto;
trazo inferior: ligeramente curvo, inclinado hacia la izquierda.
335
C Trazado inferior semejante al modelo A con cierta prolongación superior en
relación con el trazo superior horizontal, que aparece en forma sinuosa y con
iniciación vertical, corta, con un pequeño aditamento superior.
NUMERO “8”
NUMERO “9”
336
LETRA “M”
337
3 Rasgo final recto y horizontal.
1 Trazo curvo superior se inicia a partir del rasgo recto horizontal medio.
2 Tipo grande
3 Trazo curvo superior que se inicia más arriba del rasgo recto horizontal
medio.
4 Casi contacto entre el extremo derecho del trazo óurvo superior y el trazo
horizontal medio.
338
LETRA “g”
LETRA “t”
339
2 Barrado horizontal: asimétrico en relación con el trazo vertical. Tamaño
grande.
Como puede apreciarse, los distintos grupos que corresponden a los números,
se denominan con letras ordenadas alfabéticamente, y los grupos
pertenecientes a las letras, se designan con números correlativamente,
comenzando desde el N° 1.
Cada marca y modelo de máquira, se clasifica de acuerdo con las
características señaladas, obteniéndose de esta manera la “Ind&i.dual
Meçgfica”.
Es decir, que se denomina “Individual Mecanográfica”, a la clasificación de los
números y letras que conforman la clave.
Para efectuar el archivo de las fichas, éstas se clasifican primero por el “paso
mecánico”; es decir, que todas aquellas que por ejemplo posean “escape” de
2,60 mm (de cualquier marca y modelo), se las agrupan juntas.
Así se procede con los restantes “pasos mecánicos”, dando origen cada uno de
ellos a un grupo distinto.
Dentro de cada grupo, constituido por marcas del mismo “escape”, se archivan
las individuales mecanográficas por orden alfabético, empezando por el “2”;
que, como se vio, tiene en la clave ejemplo, cuatro subdivisiones (A - B - C - D);
luego “3”, “4” y así sucesivamente hasta el “9”; y por orden numérico creciente
de las subdivisiones de la “M”, “a”, “f”,
y ‘‘t’’.
Un ejemplo facilitará la comprensión:
Si tuviéramos estas Individuales Mecanográficas:
340
Habiendo expuesto de qué manera se efectúa la confección del archivo, se
explicará la forma de actuar cuando se presente el problema de resolver un
peritaje mecanografiado, sobre este tópico.
.._. En presencia de un texto mecanografiado dubitado, del que se desea
qQriQe( la marca y modelo dp lmqirja autora, se procede primero a clasificar1
egInjLlave, obteniéndose su “individual mecanográfica”. tie acude al arcN,o y se
busca laficha quç presenta la misma clasificación que la máquina en estudio,
determinándose en esa forma, la marcá y modelo de la máquina.
Lógicamente, en ciertos casos no es factible efectuar la clasificación completa
del documento objeto de pericia, por carecer éste de algunos elementos que
constituyen la clave, pero con los obrantes, siempre resulta posible obtener la
marca de la máquina buscada.
La clave-puede ser constantemente incrementada con nuevos tiposes decir,
que no permanece estática, sino que es definitivamente dmica
341
congénito o adquirido, que hacen que una persona o cosa sea ella misma, con
prescindencia de toda otra de la misma especie. Es entonces, la cualidad
inherente a todo ser o cosa, de permanecer substancialmente semejante a sí
mismo y, a la vez, diferenciarse de todos los demás.
Identificar es descubrir, en un ser o cosa determinados, este principio de
invariabilidad y diferenciación y fijarlo de manera permanente, para reconocerlo
y confrontarlo en el momento que sea necesario. Desde el punto de vista
pericial, identidad, es también la relación constante que existe entre una cosa
originaria y cuanto de la misma se deriva, dentro de un espacio de tiempo
limitado.
Por ejemplo: un dactilograma natural y su impresión papilar; el calzado de una
persona y las huellas que produce; las características del cañón de un arma de
fuego y las que imprime en el proyectil por ella disparado; la aguja del percutor
de una pistola y la huella dejada en el culote de una vaina al percutarla; los
tipos de una máquina de escribir y los escritos por ella realizados.
El principio de identidad, permite afirmar que: UNA MAQUINA DE ESCRIBIR
ES IGUAL A SI MISMA Y DISTINTA A LAS DEMAS, aun de la misma marca y
modelo, y que es posible su identificación a través de los escritos por ella
confeccionados, puesto que posee una personalidad definida, que constituye
su rasgo de invariabilidad y diferenciación.
Esa personalidad está conformada por una serie de características, que
pueden ser agrupadas en:
— Características de diseño
• — Características de origen
— Características adquiridas
Características de diseño
Caracteristicas de origen
342
respecto a la letra guía. Estará bien, cuando la superposición de ambos
caracteres sea perfecta; en caso contrario, debe desplazarse el tipo hacia la
derecha o hacia la izquierda, hasta lograr que se superponga con exactitud a la
letra eje.
La alineación de los caracteres se hace tanto en minúsculas como en
mayúsculas.
Como se aprecia, aunque sea realizado el trabajo de montaje con absoluto
cuidado y exactitud, nunca puede ser perfecto, puesto que entra en su
ejecución un factor imponderable: la falibilidad humana. Ello significa que:
letras, números y signos de puntuación, presentan desplazamientos laterales y
verticales en el orden del centésimo de milímetro, que no es visible a simple
vista; pero sí, si se observan utilizando un microscopio de cualquier tipo,
preferentemente si se trata de uno binocular, por su campo y poder de
magnificación.
La máquina de escribir nueva, entonces, sin haber sido usada todavía, ya tiene
su personalidad, la cual es transmitida a los escritos que se confeccionan con
ella.
Características adquiridas
Son los defectos de impresión provocados por el uso; a veces por el mal uso
de las máquinas de escribir.
Dentro de este grupo debemos considerar:
Defecto de los tipos
Defecto de interlineados
Moción
Evidentemente, de las características adquiridas, la más importante es la
mencionada en primer término, o sea los defectos de los tipos, ya que las otras
dos son complementarias y a veces no se dan en un escrito.
343
cidente dos teclas al mismo tiempo produciendo el choque de los tipos, lo que
origina el deterioro del grabado del segundo, al chocar de plano con el primero.
Esos aplastamientos, abolladuras, fisuras, etc., que causan la alteración del
dibujo, son fácilmente reconocidos al efectuarse el estudio con una simple lupa,
pero a veces es necesario realizar el examen con microscopio binocular.
En algunas oportunidades, cuando el aplastamiento es más profundo, puede
quedar un sector del diseño sin estampar, en relación directa con la mayor o
menor profundidad del deterioro y la mayor o menor presión digital ejercida por
el dactilógrafo sobre la tecla respectiva.
Una larga práctica en la materia, ha demostrado que existen algunas letras que
sufren deformaciones con más frecuencia que otras.
Así, por ejemplo, la letra “o”, es en ese aspecto una de las más afectadas. En
ella las zonas de mayor sensibilidad son las laterales. La “m”, otra de las muy
perjudicadas por las “roturas”, ostenta deformaciones en el barrado horizontal
superior izquierdo y, además, en los tres barrados horizontales inferiores.
La “n”, presenta las mismas características que la “m”.
La “p”, generalmente muestra alteraciones en el trazado horizontal inferior,
detalle que también se aprecia en la “q”.
La “u”, posee frecuentemente una menor impresión en el trazado horizontal
superior.
La “a”, tiene como característica más común, la deformación y a veces la
“rotura” del gancho final.
La “b”, a menudo manifiesta una abolladura en su porción curva lateral
derecha, y la “d” en su zona curva lateral izquierda.
La “e”, sufre con cierta frecuencia abolladuras en el lateral curvo derecho y en
la porción final.
Por supuesto, que en las restantes letras, también se han observado
deformaciones, pero en menor grado y en forma más aislada.
La existencia de estas características frecuentes, facilita el estudio, pues agiliza
la tarea de descarte, pero su misma frecuencia le resta parte de su valor
ideritificativo, por lo cual al efectuarse un peritaje mecanografiado, este detalle
deberá tenerse muy en cuenta.
b) Desigualdades de impresión
Suele ocurrir, que los caracteres, aun sin presentar deformaciones, no queden
grabados en un texto en forma pareja. Este defecto se produce cuando el tipo
no se estampa como corresponde; es decir, frontalmente, sino que lo hace de
manera inclinada. Por lo tanto, la parte de ese tipo que llega más al fondo en el
caucho, deja impresa esa porción del diseño con mayor intensidad,
advirtiéndose entonces, que las letras, signos o números, poseen un ladc con
trazo fino y menor cantidad de tinta y el otro grueso y más entintado. La
imperfección del tipo, puede suceder por los siguientes motivos:
Por defectos de fabricación
Al efectuarse el montaje de una máquina, si el tipo no se suelda a la barra de
modo correcto, sino desviado de la posición normal, pro-
344
vocará desviaciones laterales o desviaciones verticales.
Por desgaste natural de la máquina a raíz del uso
En este caso, la desigualdad de impresión puede darse en forma lateral o
vertical.
Desigualdad lateral: Se origina cuando un dactilógrafo poco experimentado,
digita asiduamente dos teclas adyacentes. El continuo choque que se efectúa
entre las barras, causa el defecto señalado.
Desigualdad vertical: Puede ser ocasionada por la pérdida de una parte de la
curvatura de la barra.
Para una mejor evaluación de este ítem, debe explicarse qué son el “ring”, y
“curvatura de la barra”.
En las máquinas de escribir existe una pieza de metal en forma de semicírculo
llamada “ring”, cuyo objeto es evitar que el carácter penetre en el cilindro en
forma abrupta. También acelera el retroceso de la barra.
A su vez, cada barra “portatipo” posee una “curvatura”.
Esa curvatura debe golpear en el ring; de esa forma, el sector superior de la
barra portatipo y por consiguiente el tipo y sus caracteres, se acercan
atemperados al rodillo, estampando en el papel el carácter presionado, (Ver
figura 49). Si alguna parte de la curvatura de la barra sufre “roturas” o
“desgastes”, cuando se digita la tecla correspondiente a ella, el golpe contra el
ring se realiza en forma anormal, provocando impresiones defectuosas del
diseño de la letra, ya sea en su sector superior o inferior, según e lugar del
desperfecto.
c) Desigualdades de alineaciones
Es muy frecuente observar en una escritura, que algunas letras, números o
signos de puntuación, no se hallan impresos en el lugar que deben, sino que
presentan desplazamientos horizontales o verticales. También puede suceder,
que la desviación se produzca con respecto al eje longitudinal de la letra.
Por ello las desalineaciones se clasifican en:
345
Clarificando el cuadro sinóptico anterior, en lo referente al punto a), es posible
afirmar que:
Desalineación horizontal: se produce cuando la ubicación del estampado se
efectúa con desplazamientos laterales. Esta anormalidad puede tener su origen
en un defecto de soldadura del tipo, o bien deberse al ensanchamiento de la
ranura del segmento (el segmento es una pieza con ranuras, cada una de las
cuales sirve de alojamiento al sector inicial de las barras portatipos).
Desalineación vertical: se verifica cuando la impresión se realiza por encima o
debajo de la línea de escritura. Esta alteración, como en el caso anterior,
también puede ser causada por un defecto del soldado del tipo, o bien
motivada por el ensanchamiento del alojamiento del eje de la barra portatipo.
346
En lo relativo al punto b), que:
Las desalineaciones hacia la derecha o izquierda referidas al eje longitudinal de
las letras, son generalmente debidas a una torsión de la barra portatipo.
Defectos de interlineado
Moción
Técnicas identificativas
347
canografiado del documento objeto de pericia, al cual se lo denomina
documento dubitado.
Para efectuar el confronte, el cuerpo escritural debe contener la representación
exacta del texto dubitado, tanto en su contenido como su diagramación, y se
confeccionará sobre un soporte igual o similar al del documento motivo de
peritaje. (Resulta conveniente copiar dos o tres veces íntegramente el material
mecanografiado dubitado).
Facilitará la tarea del examinador, agregar en el cuerpo de escritura una
sucesión de letras, por ejemplo:
348
nas: superior, central e inferior.
Si en el cuerpo de escritura indubitado, se observa, por ejemplo, que la letra “o”
posee una anomalía en la parte superior, y en el dubitado, esa misma letra
presenta similar defecto en la misma zona, es decir en la superior, ambas
estarán igualmente ubicadas.
Igualmente situadas
Aparte de las tres zonas mencionadas, se tiene en cuenta la situación que
ocupa la alteración detectada, con respecto al eje longitudinal de la letra, o sea
a la derecha o izquierda del mismo.
Por lo tanto, para determinar este ítem, se cuenta con los siguientes sectores
donde pueden estar emplazadas las particularidades mencionadas.
Igualmente dirigidas
349
3. Determinación de tiempos de ejecución
Es cada día más frecuente el pedido pericial que tiene como objeto establecer
si un escrito mecanografiado ha sido realizado en uno o más tiempos de
ejecución; es decir, si a un texto original se le ha adicionado luego de ser
firmado, una nueva frase, oración, párrafo, etc., que modifique el sentido inicial
de ese documento.
Es muy común encontrar este tipo de adulteración en recibos, en los que se
cambia especialmente la obligación que dicho documento determinaba en
primera instancia.
Para realizar este tipo de estudio, es preciso considerar que, por razones de
construcción de las máquinas de escribir, todo escrito por ella realizado, debe
tener todos los renglones paralelos entre sí, y que letras iguales ubicadas en
distintos renglones sobre una misma vertical, deben estar perfectamente
alineados.
Se hallan aquí, los dos requisitos fundamentales que deben cumplirse, para
poder afirmar que un texto mecanografiado fue realizado en un solo tiempo de
ejecución: la “horizontalidad” y la “verticalidad”, esto es la impecable ubicación
de las letras, números y signos iguales, estampados en distintos lugares del
texto mecanografiado, debiéndose siempre considerar tipos iguales, por
corresponder a cada uno de ellos, una determinada dimensión y ubicación en
el espacio destinado por el mecanismo de la máquina, para su impresión.
De alterarse alguno de ellos, puede pensarse que se está frente a textos que
han reconocido más de un tiempo en su confección. Esta es la base sobre la
que hay que fundamentar todo estudio que tienda a establecer estos hechos,
pero teniendo siempre presente que deben excluirse aquellas desviaciones
originadas por defectos de máquina y cuya frecuencia certifica su normalidad.
Para arribar a una conclusión en estos casos, se contaba con elementos de
dibujo lineal: juegos de escuadras, reglas “T”, tiralíneas y mesa de bordes
perfectamente rectos.
En primer término, se tomaba una macrofotografía del documento sometido a
estudio pericial y se colocaba sobre la mesa, debajo de la regla “T” que se
apoyaba sobre uno de los bordes de la primera, de modo que estuviera
perfectamente dirigida en sentido horizontal, y en forma tal, que el canto
perpendicular de la segunda, atravesara verticalmente el escrito; luego se
tomaban dos puntos de referencias constituidos por letras, números o signos
iguales, ubicados bien distantes dentro del texto y, tomando sus bases, se
trazaban las líneas horizontales tangentes; cuando estas líneas tocaban a
todas las letras iguales de un renglón, el resultado, significaba que el mismo no
había sufrido agregados posteriores, siempre considerado en sentido
horizontal.
Ahora bien; para repetir la operación en sentido vertical, sin mojer la regla “T”
de su posición, ésta se utilizaba corno base, donde se apoyaba una escuadra
cuyo tamaño abarcara cómodamente la integridad del texto. Esta escuadra se
hacía correr de derecha a izquierda o viceversa, para trazar la línea de fe, que
era perpendicular a Ja horizontal trazada, para la cual se tomaban dos puntos
de referencia que, como en el caso anterior,
350
estaban constituidos por dos letras, números o signos iguales y bien distantes
entre sí, dentro del texto; se utilizaban los perfiles cuando se trataba de letras
amplias (“o”, “a”, “d”, etc.), debiéndose en todos los casos referir estas líneas a
letras, números o signos iguales (cuando se trataba de otro tipo de letras, se
tomaba el centro de las mismas: “1”, “i”, “m”, etc.), por las mismas razones
enumeradas para el trazado de las horizontales.
Trazada ya la línea de fe en la forma explicada, se continuaba desplazando la
escuadra, observando si las líneas posteriores a la primera, tocaban
correctamente los perfiles o los centros de todas las letras, números o signos
iguales ubicados en distintos renglones; si en el recorrido de estas líneas
posteriores, que debían ser perfectamente paralelas a la de fe, las letras de
determinadas palabras o frases, sufrían desplazamientos hacia uno u otro lado
(derecha o izquierda), evidenciaban que no había sido estampadas al mismo
tiempo que aquellas que no estaban en tela de juicio, y que servían de punto
de referencia, precisamente por la normalidad de su emplazamiento. Claro
está, que deben exceptuarse aquellas letras o palabras, que se desplazan por
defectos de la máquina, y también aquellas otras que, por modalidad del
dactilógrafo se emplazan defectuosamente en una o más palabras, pero que
recobran luego su normal ubicación.
En todo el tiempo que duraba la operación descripta, debía verificarse
continuamente el perfecto apoyo de la regla “T” en los bordes de la mesa,
como así también el apoyo de la escuadra sobre ésta.
Pero como en el método descripto intervenía la mano del hombre, sucedía que
un experimentador poco cuidadoso podía incurrir en errores, que resultaban
lamentables.
Aun a personas avezadas en el manejo de los elementos mencionados solía
ocurrirles que, desplazamientos leves de la regla o de la escuadra, les daban
una impresión errónea del tiempo de ejecución de un texto determinado,
impresión que, aunque fuera rectificada posteriormente, en razón de una mejor
observación, siempre implicaba una inútil pérdida de tiempo.
Todo lo expuesto anteriormente no significa que sea ineficaz el método
descripto, pero ofrece inconvenientes que, además del tiempo precioso que
reclama su aplicación, puede, si se trabaja con apresuramiento, hacer incurrir
en errores de apreciación. Y en materia pericial, el error es imperdonable si
obedece a negligencia del perito.
Además de este método, existen otros ideados por hombres de estudio que
profundizaron en la materia. Tenemos el método de Osborn, que si bien no fue
ideado pura y exclusivamente para medir tipos mecánicos, ya que su autor lo
aplica en gran escala para mediciones en pericias caligráficas (grafometría),
rinde óptimos resultados cuando es aplicado para verificaciones en textos
mecanografiados.
Se trata de reglas, por lo general de cuatro pulgadas de longitud, de vidrio
transparente y graduadas al 1/64, 1/32, 1/16 y 1/8 de pulgada. Con este arreglo
se está en condiciones de medir cualquier punto hasta una distancia de cuatro
pulgadas por operación, pudiéndose determinar así el “paso mecánico de la
máquina” y los distintos tiempos de ejecución silos hubiere.
351
También Osborn ideó, para efectuar mediciones mayores de cuatro pulgadas,
una regla de acero que está graduada en cuartos de pulgada, salvo en uno de
los extremos, donde un espacio de esa medida está graduado en centésimos
de pulgada.
Esta regla, como la anterior, entre las múltiples aplicaciones que se le pueden
dar, se utiliza para efectuar mediciones en textos mecánicos, con los mismos
resultados obtenidos con la regla de vidrio.
En este orden de ideas, y a los efectos de estudiar documentos de textos
dactilografiados y descubrir las posibles alteraciones que hayan podido sufrir,
se han ideado unas planchas de vidrio construidas tomando en cuenta los
principios mecánicos del “paso de la máquina”.
Sobre estas planchas se dibujaron una cantidad de recuadros, de manera tal
que cada diez de ellos representan una pulgada. Cada uno de los recuadros
corresponde exactamente a la medida de una letra mecánica, de modo que,
colocada esa plancha de vidrio así dibujada sobre un escrito (siempre que la
plancha ofrezca el mismo desplazamiento en milímetro que la máquina), sus
letras deberán encuadrarse perfectamente. Todas las que no están
comprendidas en los recuadros, fueron estampadas en otro u otros tiempos.
Pero, por más perfeccionados que estén los métodos descriptos hasta el
momento, en ellos es siempre la mano del hombre la que mueve las reglas,
escuadras o planchas y allí, precisamente, acecha el error. De producirse éste,
dando al perito una impresión equivocada del documento incriminado, saltará a
la vista en posteriores mediciones pero siempre se perdió tiempo y habrá dado
lugar a dudas que de ningún modo deben existir.
Como puede apreciarse, era necesario confeccionar un aparato de
características tales que permitiera el estudio de los requisitos de
“Horizontalidad” y “Verticalidad”, en forma tal que el factor humano no incidiera
en los movimientos.
Por ello, el comisario inspector (R) Ricardo Rosset y comisario (R) Enrique
Pisano, ex-jefes de la División Técnica y de la Sección Gabinete Scopométrico,
respectivamente, de la ex Dirección de Investigaciones, presentaron un
proyecto en el año 1944 creando el “Scopómetro”, cuyo funcionamiento
eminentemente mecánico soluciona los inconvenientes indicados en párrafos
anteriores (Figura 50).
352
353
El segundo tambor (m. 2), tiene una escala (E) graduada en 130 partes iguales.
Esta disposición constructiva obedece a la necesidad de llevar a “0” (cero) de la
escala “E”, frente al índice 1, fijo al cojinete (C), para referir las lecturas a ese
origen.
El tornillo guía (T.g) atraviesa la tuerca roscada (Q), una de cuyas caras se
encuentra en el mismo plano que el tablero (T); dicha cara tiene un tornillo y
una tuerca de cabeza cilíndrica (R), donde se coloca la regla guía (R.g), la cual
puede desplazarse libremente, manteniéndose siempre paralela a sí misma.
La regla guía es de celuloide transparente, por lo que puede observarse el
documento a través de ella, sin dificultad. Su longitud es igual a la del tablero,
teniendo en su zona central grabada una línea que es paralela a sus cantos
longitudinales, mediante la cual se efectúan los estudios sobre alineaciones
horizontales y verticales (L.F).
El disco de madera que constituye el soporte donde se coloca el documento a
peritar, puede girar mediante un mecanismo especial; el ángulo de giro se
determina mediante un tambor de medidas angulares, compuesto de la misma
forma que el mencionado anteriormente con respecto a la regla (m.a.1 y m.a.2).
Presenta una escala dividida en 10 grados (E.1); cada grado se halla
subdividido en unidades de 5 segundos, permitiendo hacer las mediciones con
una precisión de 2,5 segundos, cuando el índice (1.2) queda en el medio de
dos divisiones. Dando nueve vueltas completas al tambor de medidas
angulares, se habrá hecho girar el tablero, y, por consiguiente, al documento,
un ángulo de 90 grados, pudiéndose en esas condiciones efectuar el estudio de
la “verticalidad”.
354
“línea de fe” pase tangente a la primera “o” del renglón siguiente, o por el
centro de la primera “e”, o por el punto de la primera “i”, etc.
Colocada la línea de fe en esa posición, se observa con la ayuda de una lupa,
si también pasa tangente a las restantes “o” de ese renglón o por el centro de
las restantes “e” de ese mismo renglón, etc.
En caso de que así ocurra, ello indica que en ese renglón se cumple el
requisito de “horizontalidad”. Si tal cosa no aconteciera, es decir que la “línea
de fe” colocada tangente a la primera “o” del renglón siguiente, fuera secante a
las restantes “o” de ese renglón, o pasara sin ser tangente a las restantes “o”,
significa que en el mismo, el requisito en estudio no se cumple.
Se continúa con el examen en todos y en cada uno de los renglones del escrito
objeto de pericia, determinando en cada caso si se cumple el requisito de
referencia.
Finalizada esta primera parte del estudio, se hace girar el tambor de medición
de ángulo (T.b) 9 vueltas, puesto que en cada vuelta completa el soporte gira
10 grados.
Habiendo girado el sopcSrte 90 grados y conjuntamente con él el documento,
se está en condiciones de efectuar el estudio del requisito de “verticalidad”.
Para ello se busca una letra cualquiera ubicada en el sector del documento
indubitado, si es que “a priori” se conoce cuál es la zona indubitada, o en
cualquier zona en caso contrario, y se desplaza la regla guía hasta que la “línea
de fe” pase tangente, por ejemplo, a la porción izquierda de una letra “o”, o por
el centro de una letra “i”, o por el centro de una “1”, etc.
De inmediato se observa si la “línea de fe”, pasa tangente a alguna “o”, o por el
centro de alguna ‘1”, o de una “1”, etc., ubicadas en otro renglón, en cuyo caso
el requisito de verticalidad se cumple. Si por el contrario, la “línea de fe” corta a
la “o” o deja un espacio entre ella y la letra, o si se encuentra alejada de la “i” o
de la “1”, etc., en caso de haberse elegido esas letras, significa que el requisito
de “verticalidad” no se cumple.
Luego se procede a efectuar el mismo estudio, con diversas letras en todo el
ancho del documento.
355
ja, o bien, leve y despareja, etc.
Es por ello, que se sostiene en este tipo de pericia que las posibilidades de
identificar a un dactilógrafo a través de un escrito, está en relación inversa a la
cantidad de personas sospechadas; es decir que, cuanto mayor sea el número
de factibles autores, existe menor probabilidad de identíficaral causante y
viceversa.
Definido el principio que debe presidir todo estudio sobre identificación del
autor de un escrito mecanografiado, se verán cuáles son los elementos de
juicio que pueden tener significancia técnica, para llegar a una conclusión a tal
efecto.
Diagramacián
Es innegable, que hay cierta individualidad en la diagramación de un escrito
mecanografiado.
Si el dactilógrafo es un autodidacta, esa personalidad es obviamente más
definida. Si por el contrario, ha aprendido las reglas de composición en una
academia especializada, su personalidad será más standard; pero a veces,
después de transcurrido un tiempo, deja de lado —o por olvido, o por
preferencia particular—, las rígidas normas aprendidas, motivo por el cual
adquiere cierta individualidad escritural, aunque ésta siempre será menos
definida que la del autodidacta.
Puntuación
La ubicación de: puntos, comas, dos puntos, punto y coma, signos de
interrogación y admiración, etc., son especialidades que deben tenerse en
cuenta.
Hay mecanógrafos, por ejemplo, que al finalizar un párrafo, colocan• punto y
raya; otros, punto solamente. Algunos imprimen el punto inmediatamente
después de la última letra de la oración, y existen los que de
• jan un espacio entre esa letra y el punto. Y así muchísmas variaciones más.
La dificultad aparece cuando el que confecciona un texto cumple estrictamente
con las reglas de puntuación que le enseiiaron en la academia es-
356
pecializada, despersonalizándose por completo de la suya.
Ortografía
Los errores ortográficos son pautas de identificación importantes, en especial
cuando son varios y peculiares.
Al presentarse una peritación para averiguar este ítem, las precauciones que
debe adoptar el perito, son las siguientes:
a) Solicitar, de ser factible, escritos mecanográficos realizados con certeza por
la o las personas sospechadas.
b) Hacer confeccionar a los presuntos autores sendos cuerpos de escrituras,
que deben ser copia fiel del texto dubitado, pero realizados al dictado, para que
al efectuarlos quede impresa la personalidad del que escribe, evitando, a su
vez, que éste observa el document motivo de peritaje.
El punto a), servirá para hacer un estudio comparativo con el texto en cuestión
de los elementos de juicio antes enumerados, sin ningún tipo de prevención,
por cuanto ellos son escritos realizados fuera de la situación planteada.
El punto b), referido a la confección de los cuerpos de escritura, —si bien es
innegable que al saber el autor los motivos por los cuales los está realizando,
puede provocar en él inconvenientes de orden psicológico—, también es
irrefutable que este trámite no puede obviarse ya que esas copias le
suministrarán al perito detalles importantes cuando efectúe el confronte.
EVALUACION FINAL
357
distintas especificaciones señaladas en los apartados sobre la identificación del
mecanógrafo, deberá adoptarse una actitud de minucioso discernimiento y
amplio criterio selectivo, para apreciar en toda su magnitud la relevancia
técnica que ofrezcan cada una de esas peculiaridades identificativas.
El técnico deberá ser sumamente cauteloso en la elección de la calidad
intrínseca de las características analizadas, lo mismo que en su justa
valoración, para emitir luego en un acertado juicio final al respecto.
Cada caso es diferente y merece un tratamiento especial, por eso sólo pueden
darse directivas de tipo general.
358
el espaciador. Según la marca y el modelo, ese desplazamiento puede ser, por
ejemplo de 2, 3, 4 ó 5 unidades básicas, si se trata de letras angostas como la
“i”, “t”, “1”; medianas, como la “c”, “o”, “a”, etc., o anchas, como la “m” y “w”.
Las máquinas de este tipo que fabrica “Olivetti”, tienen una “unidad básica” de
0,8 mm.; la “IBM” fabrica máquinas de tres “unidades básicas”: 1/32; 1/36 y
1/45 de pulgada, que convertido al sistema métrico decimal, corresponden a
0,793 mm., 0,705 mm. y 0,564 mm., respectivamente.
La “unidad básica”, en una clave para la determinación de marcas y modelos
de máquinas de “paso proporcional” puede ser la primera clasif icación, de la
misma forma que en las “convencionales” lo es el “paso mecánico”.
La subdivisión puede efectuarse sobre el diseño de las mismas letras y
números de las “convencionales”. Las fichas diseñadas para estas últimas,
también sirven para las máquinas de “paso proporcional”, de la misma manera
resulta análogo el desarrollo de la tarea identificativa.
A continuación, se da un detalle de las máquinas de “paso proporcional” más
conocidas, con indicación de marca, modelo y caracteres:
359
En el caso de máquinas de “paso proporcional” de “IBM”, se presenta una
particularidad técnicamente significativa. Existen ciertas letras y números
dentro de cada modelo, en las que la “unidad básica” empleada es exclusiva,
es decir, que no se repite en ninguna otra letra o número similar.
Ejemplo: El modelo con caracteres “Directory” de “unidad básica” 1/32 de
pulgada, tiene la letra “1” con 3 “unidades básicas”. Ninguna otra “1” de la “IBM”
(de paso proporcional 1/32 de pulgada), tiene esa cantidad de “unidades
básicas”.
En las máquinas correspondientes a 1/32 de pulgada, son idénticas las
cantidades de unidades tomadas para las letras minúsculas, mayúsculas y
números correspondientes a las máquinas “Secretarial”, “Boid Face N°
1 “, “Modern”, “Documentary” y “Boid Face ltalic”.
En cambio la “Directory”, tiene para la “h”, “n” y “u”, 4 unidades, que son
características exclusivas de este tipo.
360
Por consiguiente, es posible afirmar categóricamente, por ejemplo, que un texto
mecanografiado fue confeccionado con una máquina de “paso proporcional”
tipo “Directory”, con sólo establecer que la unidad de la máquina es 1/32, y que
la “h” tiene 4 unidades básicas.
Además posee la exclusividad de que la “1” tiene 3 unidades, y la “S” 4. La
“Arcadia” presenta las siguientes características exclusivas: “m”: 4 unidades;
‘‘r’’: 2; ‘‘4’’: 3; ‘‘R’’: 3; ‘‘‘1’’: 3; ‘‘K’’: 3; ‘‘X’’: 3; ‘‘‘Y’’:3, y ‘‘Z’’:
3 unidades.
Dentro de las máquinas unidad 1/36 de pulgada, tienen características
exclusivas: la “Cooper Plate Gothic”: porque no posee minúsculas sino que
tiene mayúsculas chicas y grandes. La “Mid Century”: en que la “s”
esde2unidades E 3 F 3 G 5 L 3 N 5 0 5 T 3 “Q”: 5; “Ñ”: 5, y “R”: 3.
La “Copper Plate N° 1”: los números del “2” al “0”: 2 unidades exclusivas.
La “Registry”: los números del “1” al “0”: 4 unidades exclusivas.
La “BoId Face N° 2”, no presenta ninguna característica exclusiva.
En lo referente a las máquinas de 1/45 de pulgada, las características
exclusivas, son las siguientes:
La “Text”, para 12 “z”: 3 unidades; “R”: 3, y “Z”: 4.
“Charter”: “z”: 2 unidades; “R”: 4; “Z”: 3.
En esta forma, aún sin contar con el diseño de los números y letras, es posible
llegar a determinar el tipo de las máquinas “IBM” de paso proporcional.
2. Identificación de la máquina
361
Finalmente, es necesario tener en cuenta en la identificación de una máquina
de espacios proporcionales y en la determianción de tiempos de ejecución dela
misma, que muchas de ellas poseen un dispositivo llamado “expansor”, que
agrega un espacio más entre letras, en el momento en que lo desee el
mecanógrafo.
Se siguen las mismas pautas que fueron señaladas para las máquinas
convencionales, pero recordando que por ser eléctricas, en las máquinas de
“paso proporcional”, el aspecto “presionado”, no ofrece particularidades
distintivas, ya que por la acción eléctrica la digitación resulta siempre pareja.
362
MAQUINAS A ESFERA
Máquina “Selectric”
Enjulio de 1961, IBM anunció la aparición de la nueva máquina de escribir
“Selectric”. Esta máquina representa un concepto revolucionario en materia de
máquinas de escribir.
La característica primordial, consiste en que no poseen rodillo fijo, y el trabajo
de impresión lo realiza una esfera que se mueve de izquierda a derecha a lo
largo del papel. La máquina no tiene barras portatipos.
En lugar de las barras portatipos, en esta máquina existe una esfera truncada
en sus sectores superior e inferior, de un tamaño similar al de una pelota del
golf. En dicha esfera, en sobrerelieve están moldeadas las letras, números y
signos de puntuación en cuatro líneas circulares y paralelas; cada semiesfera
presenta once caracteres en sentido horizontal y cuatro en sentido vertical; en
una semiesfera se encuentran las letras mayúsculas y, en la otra, las
minúsculas. Han salido otras marcas de máquinas a esfera en las cuales la
bocha presenta una cantidad mayor de caracteres. La esfera es de plástico
color rojo, sobre la cual se moldean los caracteres, y luego se le da una capa
de niquelado, que tiene un espesor de 0,0008 de pulgada. Se ajusta a un eje
en el sector superior del soporte de las teclas, que contiene los elementos que
la activan y la mueven. La esfera se saca comprimiendo la palanca de resorte
que se proyecta hacia arriba.
Como en las máquinas convencionales y de “paso proporcional”, para utilizar
las letras mayúsculas se debe oprimir una tecla de transposición, que hace
girar la esfera 180 grados. Cabe consignar que los caracteres que figuran en
una misma tecla, ocupan posiciones idénticas en las dos semiesferas.
Realmente es importante definir cómo escribe la máquina “Selectric”. Todos los
caracteres están moldeados en cuatro líneas circulares y paralelas, con 22
unidades por línea horizontal, lo que hace un total de 88. Se insiste que en las
nuevas marcas de máquinas a esfera, las bochas presentan una mayor
cantidad de caracteres.
En este sistema la letra “z” es el eje, razón por la cual en posición de descanso
la letra “z” enfrenta al rodillo; es decir, que si “tipeáramos” dicha letra, la esfera
caería directamente sobre el rodillo, estampándola sobre el papel.
Si se desea estampar la “Z”, es necesario, por supuesto, oprimir previamente la
tecla de transposición, con lo cual la esfera girará 180° y luego estampará la
mayúscula.
Si se oprime un carácter ubicado en la primera línea, en la semiesfera de la “z”,
la esfera girará a derecha o izquierda tantas unidades como lugares esté
separado de la “z”; luego estampará la letra.
Si ese caracter estuviera en la primera línea, pero en la semiesfera de la “Z”,
girará la esfera 180°; luego volverá a girar a izquierda o derecha tantas
unidades como el caracter está separado de la “Z”.
Si el carácter que se desea imprimir se encuentra ubicado en la semiesfera de
la “z”, en segunda, tercera o cuarta línea, pero en la columna de la “z”, la esfera
se inclinará una, dos o tres unidades y estampará. Si se
363
encuentra en la semiesfera de la “Z”, previamente girará 1800 y luego se
producirá el desarrollo antes descripto.
Si el caracter que se estampa se encuentra en la tercera línea, en la columna
que se halla a cuatro unidades a la derecha de la columna de la “z”, la esfera
se inclinará dos unidades, luego girará cuatro unidades a la derecha, para
enfrentar el caracter que se desea imprimir con el rodillo y luego se produce la
caída de la esfera para que ese estampado se produzca.
Una vez que se ha impreso un carácter, la esfera vuelve a su posición de
descanso. En realidad la inclinación y giro se producen mientras la esfera se
mueve hacia adelante para imprimir. Debe destacarse que el lapso transcurrido
entre el principio y el fin del ciclo enumerado, es el mismo, cualquiera sea la
letra, número o signo estampado.
El cuadro siguiente indica la posición de los caracteres en la semiesfera de la
“z”; es decir, de las minúsculas; los números 0, 1, 2 y 3, estampados a la
izquierda señalan las unidades de inclinación y los números -5, -4,
-3, -2, -1, 0 + 1, + 2, +3, + 4, y + 5, corresponden a los factores de rotación (-
derecha + izquierda)
364
En escape 12:
— Artisan 12
— Scribe
— Letter Gothic
— Prestige Elite
— Script
— Light Italic
Asimismo existe otro modelo: la “Composer 72”. En este caso el mono-
elemento está constituido por letras, números y signos, con 7 anchos distintos,
con unidades 3-4- 5- 6-7-8-9-; es decir, que en este modelo existe “paso
proporcional”; los tipos de letras más conocidas son:
— Aldine Roman
— Baskerville
— Bodoni Book
— Century
— Classified News
— Copperplate Gothic
— Journal Roman
— Press Roman
— Pyramid
— Theme
— Univers
— Press Roman Symbols (signos matemáticos y técnicos)
— Press Roman Sumbols (alfabeto griegb)
— Monoelemento para rayado
Se puede, para la determinación del tipo de esfera, preparar una clave para
identificarlas; pero, por tratarse de un número reducido de tipos, por el
momento la experiencia indica que un buen catálogo hace posible con facilidad
la determinación del tipo y modelo de máquina “Selectri”, usada en un escrito
dubitado.
365
b) Letras torcidas: Si el sostén de la esfera estuviese torcido, todos los
caracteres imprimirían con una inclinación relacionada con esa torcedura. E un
defecto de la máquina.
c) Impresiones con desplazamientos laterales: La inclinación y la rotación o
giro, ya referidos, están controlados separadamente por medio de dos cintas de
acero.
Debajo de la esfera existen veintidós dientes; al efectuarse la rotación, una
cuña es llevada hacia arriba entre dos de esos dientes, parando el movimiento
de giro en la columna en la que se encuentra el caracter tipeado.
Si esos dientes están desgastados, los cuatro caracteres se hallan en la
columna correspondiente; se estamparán a derecha o izquierda del
emplazamiento normal. Es un defecto de la esfera.
Si, en cambio, la cuña de retención está desgastada, no subirá lo suficiente a la
cúspide del espacio triangular que existe entre dos dientes, por lo que
provocará emplazamientos anormales de todas las columnas, siendo éste un
defecto de la máquina.
No se puede dejar de considerar la existencia de un defecto mixto, es decir:
dos dientes defectuosos y una cuña desgastada, en cuyo caso, se producirán
las siguientes características: en las columnas correspondientes a los dientes
normales, el defecto de la cuña provocará un desplazamiento de los caracteres
a derecha o izquierda, en una dimensión definida; los caracteres moldeados en
la columna correspondiente a los dientes defectuosos, debido a la conjunción
de este defecto y con el de la cuña, producirá un estampado de esos
caracteres también desplazados a derecha o izquierda, pero en una dimensión
diferente al de los caracteres de las otras columnas.
d) Impresiones con desplazamientos verticales: Ya se vio que cada letra tiene
un factor de inclinación definido, que puede ser 0-1 2 ó 3. La tecla activa la
barra de inclinación por un mecanismo electromecánico similar al de rotación.
La correcta inclinación se consigue mediante la acción de un retén que actúa
sobre una de cuatro muescas localizadas en el interior de la esfera; cada una
de ellas permite parar la esfera en una de las cuatro líneas horizontales de
caracteres.
Si el retén presenta algún deterioro, provocará un desplazamiento vertical de
todos los caracteres; se trata de un defecto de la máquina. Si una de las
muescas se encuentra deteriorada, producirá un desplazamiento vertical en el
emplazamiento de los veintidós caracteres de la línea correspondiente; es un
defecto de la esfera. Se pueden hacer las mismas reflexiones que en el caso
anterior, con respecto a los defectos mixtos.
e) Impresiones dpsparejas: Se deben generalmente a la mala posición mutua
entre el rodillo y la esfera; el defecto se produce en todos los caracteres. Si las
partes medias de las letras están por encima de los ejes del rodillo, los sectores
inferiores de las letras se imprimen con mayor intensidad y viceversa. Puede
considerarse un defecto de la máquina.
f) Valor del escape defectuoso: Puede ocurrir que el “paso mecánico”
366
en las “Selectric” 72 y 82 o la “unidad básica”, en la “Compose?” 72, tengan un
valor del escape que no se ajuste con exactitud a los valores establecidos de
fábrica, por ejemplo, 2,54 mm. 62,12 mm., en las dos primeras, o 1/36 de
pulgada en la tercera; esa pequena diferencia se debe al mal funcionamiento
del piñón y cremallera. Es un defecto de la máquina.
g) Espaciamiento defectuoso de los renglones: Normalmente la causa de este
defecto es un rodillo pequeño, lo que significaría que dicho elemento ha sido
objeto de un trabajo de reparación, que disminuyó u diámetro. No debe
descartarse, en este posible defecto, el uso de muchos carbónicos.
APENDICE
367
La máquina funciona de la siguiente manera: al iniciarse la escritura, el disco
(margarita) se encuentra en posición de descanso; al estamparse un caracter,
la memoria de la máquina indica el giro del disco a izquierda o derecha, según
sea la distancia mas corta que existe entre la posición de descanso y la
ubicación del caracter estampado; enfrentado el caracter elegido con el papel
un martillito golpea al mismo, imprimiendo la letra, número o signo de
puntuación deseado. La letra siguiente se estampa y el disco girará a izquierda
o derecha según la menor distancia que exista entre el caracter estampado y el
que se va a estampar, y así sucesivamente.
Pasos mecánicos
Caracteres
368
D.- Para paso proporcional
1.- ltalic
2.- Venezia
3.- Kent
Bibliografía
Capítulo VIII
369
CAPITULO IX
Introducción
371
Técnicas a aplicar
372
b) El surco que se aprecia en un rasgo, al observarlo con luz de incidencia
normal, aparece más profundo y mejor definido que otro similar, al iluminarlo
con luz que forme un ángulo agudo.
c) Si un trazo de tinta fluida ha sido asentado sobre otro confeccionado con
lápiz, y sobre el entrecruzamiento incide un haz de luz, la reflexión producida
por los restos de grafito que integran el trazo de lápiz, conduce al observador
poco experimentado, a interpretar que el rasgo de tinta se halla cubierto por el
de grafito, concluyendo, por lo tanto, que el de tinta es anterior al de lápiz,
señalando de tal forma una secuencia de estampación que podría ser errónea.
Tal circunstancia es debida a que los fragmentos de grafito quedan siempre
sobre y entre las fibras superficiales del papel, en marcado contraste con la
tinta fluida, que penetra en el mismo soporte.
Es probable que la posición relativa aparente de un rasgo de tinta fluida y otro
de lápiz, no sea afectada por el orden en que los respectivos elementos
escritores fueron realmente utilizados; es decir, que es poco posible establecer
diferencia alguna en el orden de ejecución.
Postulados de Harrison
373
El expositor ha tenido oportunidad de aplicar durante muchos años las
enseñanzas de dicho autor, y considera que varios de sus asertos constituyen
verdaderos axiomas, por lo que se ha permitido encabezar este capítulo con el
nombre que ostenta, rindiendo así homenaje al maestro que enseña e insiste
en que en esta delicada ciencia, donde el fallo del perito determina muchas
veces un grave daño para un hombre, que aquél debe tener la valentía de
reconocer que el problema planteado no admite una solución categórica, antes
que emitir un dictamen sin la convicción que requiere la justicia. Veamos los
“postulados”.
374
además de otros factores, tales como presión sobre el lapicero, velocidad de
escrituración, cantidad de tinta depositada sobre el trazo, etc. Es necesario
destacar que la humedad tiene marcada incidencia en la reproducibilidad de los
fenómenos que se verifican.
III. Los detalles observados en las intersecciones resultan con frecuencia poco
definidos.
Los estudiosos que han analizado estos fenómenos los han reproducido en
forma fotográfica. La mayoría de esas fotografías parecen demostrar que los
efectos apreciados en el examen microscópico son invariablemente claros y
definitorios, no pudiendo interferir, por ejemplo, las imperfecciones que
presenta cualquier rasgo, atribuibles al lapicero, bolígrafo o lápiz utilizados en
su trazado. Tales reproducciones fotográficas han sido adecuadamente
seleccionadas, claro está, para exhibir el fenómeno en las condiciones más
favorables; pero debe advertirse que en la práctica los efectos se muestran tan
poco definidos que, aun al observador más experimentado, se le presentan
dificultades para establecer si los accidentes apreciados son concluyentes y
significativos y susceptibles de una interpretación real e inequívoca.
375
Pero si ese rasgo “cargado” o denso, intercepta otro ya asentado con tinta
ferrogálica, que se halla bien insolubilizada, es decir bien oxidada, hay poca
tendencia a producir la difusión.
Tampoco se va a lograr un borde definido, cuando el trazo posterior sea poco
entintado, ya que la cantidad de tinta no será suficiente para ser transferida al
ya existente.
Cuando la superposición se verifica entre un trazo fino y otro grueso, la
observación debe encararse con manifiesta detención, por cuanto el trazo fino
parece estar siempre situado debajo del grueso.
Si en la observación practicada no se perciben detalles de la difusión, que
permitan señalar la secuencia del asentamiento, es conveniente intentar
verificar microscópicamente la presencia de otros elementos de juicio, como
serían las huellas (líneas, surcos o levantamientos de fibras) dejadas sobre el
papel soporte por el instrumento escritor. El trazo en el que no se advierten
interrupciones de tales huellas corresponderá al asentado en segundo término.
Aquí debe tenerse en cuenta que la observación mediante iluminación lateral
produce una impresión óptica tal que puede hacer presumir que uno de los
trazos cruza al otro sin interrumpir su continuidad. Es necesario y suficiente
modificar el ángulo de la luz incidente en el Sector, para que resulte visible el
efecto o accidente que provoca la superposición cierta.
376
forma espontánea. Es de consignar que, en ocasiones, es dable comprobar
que la intersección de los trazos acusa una pigmentación menor que la
correspondiente a cada uno de sus componentes cromáticos, observándose,
asimismo, una menor deposición de tinta. Este efecto parece poco probable,
pero el exhaustivo estudio revela que la causa determinante es que uno de los
trazos, el asentado en último término, ha sido secado con papel secante (o
eventualmente con otro material absorbente) en un acto inmediato al de la
escritura. La tinta húmeda de ese rasgo disuelve en parte la del existente en el
sector del cruce, permitiendo con ello, que el material absorbente aplicado,
retire o extraiga la tinta de ambos.
En estas circunstancias puede emitirse la conclusión de que el rasgo que ha
sido secado es el posterior. Si el rasgo existente es de tinta ferrogalotánica y no
está suficientemente oxidado como para impedir que la tinta del segundo lo
disuelva (ver capítulo sobre “Antigüedad de tintas”), se puede opinar que éste
fue escrito probablemente poco tiempo después del primero.
Este aparentemente insólito fenómeno mueve a insistir en que, antes de opinar
respecto de la secuencia de escrituración, deben ser sometidos a criterioso
estudio porciones de los rasgos, no vinculados al entrecruzamiento.
Si tal observación rio se practica, no será factible establecer diferencias entre
los detalles apreciados en el entrecruzamiento y otros que son propios de los
rasgos.
Los trazos de lápiz están formados por una sucesión de pequeñas partículas
de grafito que se depositan sobre las fibras supericiales del pa-
377
pel que se cruzan en el sentido del desplazamiento del lápiz. A medida que la
punta del lápiz se va gastando o redondeando, las partículas grafíticas se
aplastan contra las fibras, originando diminutos puntos, que a la observación
microscópica aparecen con cierto brillo metálico plateado por reflexión de la
luz.
La determinación del sentido de desplazamiento del lápiz se practica con la
ayuda de una lupa estereoscópica a más o menos 30 aumentos, haciendo
incidir frontalmente una luz puntiforme bajo un ángulo aproximado entre los 30
y 40 grados.
La observación se realiza también por transparencia, resultando ésta de mayor
utilidad en el caso en que el papel empleado sea delgado.
El lado de las fibras que presenta mayor depósito de partículas indica cómo se
desplaza el lápiz. Si las partes oscuras se encuentran a la izquierda de las
fibras el lápiz se desplazó de izquierda a derecha.
Si el lápiz utilizado es duro, o se ejerce sobre él una apreciable presión, el trazo
presenta también surcos o estrías coincidentes con él, detectables
microscópicamente.
En consecuencia, la determinación del orden de entrecruzamiento de dos
trazos de lápiz grafítico, se practica observando la continuidad de los puntos o
líneas de brillo en el cruce, que debe ser similar a la del resto del trazo.
El rasgo que muestra la línea de brillo sin interrupción en el cruce ha sido
escrito posteriormente al que presenta una interrupción.
El mismo criterio se aplica en el caso de existir surcos o estrías en el rasgo.
Es importante destacar que la apariencia de continuidad debe ser
independiente de la luz incidente, y para ello es conveniente producir una
rotación del papel de 360° alrededor de su centro.
Si el lápiz es blando, no aparecen las estrías bien definidas, y si el trazado del
lápiz es débil, debe observarse mucha cautela en expresar una opinión
definitiva.
378
surco o estría generada, que en el caso de tratarse de tinta alcalina se
magnifica considerablemente. Este caso en especial no es frecuente hallarlo,
por lo que en la práctica resulta sumamente difícil determinar el orden de
asentamiento en un entrecruzamiento entre tinta y lápiz. Afortunadamente, se
trata de un problema de muy escasa incidencia en la práctica pericial habitual.
379
nográficos, debido a que el caso se presenta con cierta frecuencia en la
práctica pericial. Por ejemplo, es el caso de un contrato al que se le ha
adicionado a máquina, una clásula, aprovechando el espacio en blanco
existente entre la última frase y la firma, y que alcanza a superponerse a ésta,
o también, el de un pagaré que presentaba originalmente su monto asentado
en forma manuscrita, y al cual se le agregan las restantes constancias
mediante escritura mecanográfica, produciéndose intersecciones entre ambas
escrturas.
Todo lo dicho respecto de ese tipo de entrecruzamiento vale también para
todos aquellos casos en que se cruza un rasgo de tinta (soporte acuoso), con
rasgos de otros elementos escritores, tales como bolígrafo, papel carbónico,
sellos, crayons, tintas de imprenta, etc. (soporte no acuoso) los cuales, por
contraposición a los anteriores algunos autores denominan “grasos”.
Para sintetizar, se puntualizan a continuación los detalles que se consideran
más importantes en el estudio del orden de prioridad en que fueron asentados
los trazos:
1. Un trazo de tinta que cruce otro realizado con un elemento “graso”
experimentará una disminución de su ancho, producida por la repulsa o
rechazo del soporte de este último sobre la solución acuosa que constituye la
tinta.
2. Tal merma puede llegar al límite de producir una discontinuidad total del
rasgo.
Uno u otro efecto son indicativos de que el trazo de tinta es posterior al trazo
“graso”.
3. Sea por las caracteríticas propias de la esferilla del bolígrafo, sea por un
excesivo presionado ejercido por el escritor, estos elementos pueden producir
surcos sobre el papel soporte. Al ser atravesado este surco por un lapicero
cargado con tinta fluida, puede producirse un fenómeno semejante al descripto,
en este mismo capítulo, al estudiarse la intersección de un rasgo con un doblez
(ver figura 56). Se observaría un acúmulo de pigmentos en el borde opuesto al
sentido de escrituración.
4. Cabe reiterar, aunque en nuestro medio las tintas alcalinas no son muy
frecuentes, que las escrituras producidas por ellas, no responden en general a
lo indicado en los puntos 1 y 2 precedentes.
En efecto, en razón del elevado pH de éstas, el trazo “graso” no provoca la
repulsión que originaba la disminución del ancho o el corte del rasgo. Podrá
producirse, por el contrario, un ensanchamiento del mismo por canalización
sobre el rasgo. Obsérvese que, de acuerdo çon la naturaleza de la tinta,
hechos diametralmente opuestos (disminución del diámetro — aumento de
diámetro) conducen al mismo resultado. Ello debe llevar a la reflexión que no
puede el estudio del tema planteado reducirse a un estudio restringido,
unilateral, sino que debe encararse con amplitud y, sobre todo, con espíritu de
equipo. En este caso es estrictamente necesario el estudio de la composición
de la tinta, para lo cual el experto debe requerir la intervención del químico, así
como éste debe valerse de aquél en otras circunstancias. Cabe consignar al
respecto que todo cuerpo policial documentológico debe contar con
especialistas de ambas ramas, y también, la real necesidad de que en las
carreras donde se estudian estas disciplinas
380
se insista en la necesidad del conocimiento profundo de los aspectos físico y
químico del tema, evitando la solución del problema desde un enfoque
empírico. Ya hemos visto las profundas connotaciones teóricas que otorgan
validez científica a las conclusiones de una peritación correctamente efectuada.
Cuando una hoja de papel es plegada, las características del doblez producido
dependen de una serie de factores, tales como: calidad del papel, naturaleza
de sus fibras, espesor, tipo y proporción de la carga, tratamiento superficial que
ha recibido (encolado), humedad que posee, y, obviamente, de la mayor o
menor presión ejercida a lo largo del pliegue.
Un papel de buena calidad (buen encolado) será menos afectado en relación
con otro de menor calidad (suave encolado) sometido a similar tratamiento de
doblado.
Toda alteración de la superficie de un papel, cualquiera sea su calidad,
facilitará la absorción y difusión de la tinta al entrar en contacto con ella.
381
Por lo tanto, un rasgo de tinta, escrito a través de un doblez del papel soporte,
muestra cierto grado de difusión lateral de la tinta dentro del doblez, como
consecuencia de la fractura de las fibras superficiales y la desaparición del
efecto protector, no absorbente, del encolado.
382
Bandas o asentamientos de similares características pueden aparecer también
cuando se utilizan como elementos escritores, lapiceros de bolígrafo y de
bolígrafo grafítico.
Otro detalle perceptible en el sector de entrecruzamiento atribuible a la
depresión que presenta el papel en la zona del doblez, puede consistir en un
ensanchamiento del trazo al atravesarlo y/o una desviación del mismo al
abandonarlo.
El incremento del trazo es más notable en los caso en que se utiliza bolígrafo, y
se aprecia fundamentalmente en el borde distal del surco, teniendo en cuenta
el sentido de escrituración, puede además, generarse en ese sector del borde
un acúmulo de tinta por apoyo o retención de la bolilla del lapicero, al
producirse el “salto” del mismo a través del surco.
383
En cambio, si el doblez se efectúa una vez asentada la escritura y ya seca
ésta, no se observan los fenómenos descriptos, sino que se puede producir, de
acuerdo con la alteración del papel a causa del doblez, una fractura del trazo,
por corte o pérdida de las fibras entintadas de ese sector.
384
po de tinta, cruza un doblez sin sufrir ningún efecto o alteración, debe opina rse
que ha sido escrito antes del doblez.
En otras circunstancias es posible que algunos rasgos de la tinta con que fue
confeccionado el escrito no sufrirán modificaciones al pasar sobre el mismo
doblez; por lo tanto, la ausencia de esas alteraciones en ellos (desborde de
tinta, localización de incremento de absorción, acúmulo de tinta, etc.), puede
ser aceptada como prueba para aseverar que esos rasgos han sido escritos
antes del doblez o, expresado de diferente forma, que el doblez es posterior al
asentamiento de esos trazos.
386
sultados satisfactorios en casos de entrecruzamientos efectuados con lápices o
con estilográficas y aun con bolígrafos poco presionados.
Las numerosas observaciones experimentales realizadas por estos
investigadores israelitas han permitido elaborar una metodología efectiva que,
además, hace posible establecer diferencias entre los distintos métodos de
impresión utilizados en los documentos, en particular entre la ti‘pografía y el
offset, permitiendo revelar falsificaciones en los documentos y en papel
moneda.
El capftulo relativo a l descripción de la metodología que proponen comprende
la preparación de la muestra y “tratamiento de los signos”, y en la cual se han
combinado la denominada técnica de “modulación Y”, señalada por vez primera
por Kelly y Otros y que sirvió para revelar la morfología de los cristales
sintéticos, y el método de los “signos mixtos originales derivados”, que
indicaran Heinrich y colaboradores. Agregan que en el mercado se encuentran
aparatos como el de presentación Video CSIL y el de diferenciación CSIL, que
ofrecen satisfactorios resultados.
En el capítulo titulado “Resultados y Discusión”, los autores hacen notar el
efectivo resultado que se obtiene con la metodología que describen, muy
superior a cualquier otro recurso óptico. Describen también la técnica a utilizar
en casos de entrecruzamientos de trazos de bolígrafos, de uso tan frecuente en
la confección de documentos, que suelen presentar, en la práctica, notorios
inconvenientes.
En cuanto a los textos impresos en documentos de uso actual, se menciona
que responden a tres tipos fundamentales: impresión “en talla dulce”, tipografía
y offset, cuya diferenciación es posible mediante el implemento que se detalla.
Al respecto se consigna que la impresión “en talla dulce” presenta marcadas
características; la tipografía ofrece una imagen más neta y el offset no da señal
alguna que pueda descubrirse por medio de este depurado procedimiento
óptico.
En sus Conclusiones los autores expresan que las operaciones de tratamiento
electrónico de las imágentes, convenientemente elegido, puede poner en
evidencia detalles de superficie que no aparecen, en cambio, con la sola
utilización del microscopio de “barrido” electrónico. Recomiendan esta
metodología en el examen de todo tipo de superficie lisas. La publicación
ofrece una información gráfica adecuada que ayala la efectividad de la técnica
propuesta, consignándose referencias bibliográficas específicamente
relacionadas con la metodología utilizada por los autores.
Bibiografía
Capítulo IX
387
A. OSBORN, Questioned Documents, Boyd Printing Co, Albany, N. York, 1929. H.L. CAPIET,
“Importancia e Investigación Pericial de la Superposición de trazos de igual y distintos
elementos escritores” Comando en Jefe del Ejército — Gerdarmería Nacional — 1955.
J. H. BRADLEY, Sequence of Pencil Strokes. Joumal of Criminal Law, Criminology and Pali- ce
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J. MATHYER., “El Problema de la determinación del orden de sucesión de dos trazos que se
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documentos manuscritos e impresos”. Revista Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), N
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Suplemento - Londres - 1966.
388
FE DE ERRATAS