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Cartilla Sobre Prevención Del Trabajo Infantil

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PREVENCIÓN AL TRABAJO INFANTIL

Presentación.
Este acercamiento al trabajo infantil en todas sus manifestaciones, observa a este fenomeno
como una pandemía real e invisibilizada que esta destrozando a la sociedad y cada día crece
de manera más impresionante atacando a la infancia no solo en nuestro país, sino en el
mundo y requiere de atención y solución o al menos mitigacion para pensar en una infancia
y adolecencia con futuro.

Colombia esta trabando en la generación de un marco legal que permita el accionar en


favor de la protección integral del niño y de la niña. Se han dado pasos agigantados, ahora,
se debe trabajar en la instauración de prácticas que permitan paulatinamente el destierro del
trabajo infantil de las ciudades, pueblos y veredas a largo y ancho del pais.

El reconocimiento y garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes esta


presente en el Plan de gobierno de Ibagué, eso implica, para la Administración Municipal y
su Secretaría de Educación, un compromiso contundente con la protección frente a
cualquier forma de violencia que los afecte. La violencia contra los niños y niñas es
intolerable, en cualquiera de sus manifestaciones.

En consonancia, la Secretaría de Educación de Ibagué, comprometida con la atención de los


niños, niñas y adolescentes víctimas o en riesgo de explotación, suscribió un Convenio de
interinstitucional con La Universidad del Tolima y el grupo de investigación GES, Grupo
de Educación Social, para la sensibilización y formación de los maestros de aula adscritos
al municipio de Ibagué, en procura de concientizarlos y brindarles conocimientos y
herramientas en pro de la atención integral de niños, niñas y adolescentes víctimas o en
riesgo de explotación laboral.

El gobierno municipal esta convecido que son las Instituciones Educativas los espacios
privilegiados para el diseño e implementación de prácticas distintas y alternativas en pro de
la erradicación del trabajo infantil, en ellas se realizan los procesos de socialización propios
de la infancia, por ello, la Secretaría de Educación del Municipio de Ibagué esta segura y le
apuesta a creer que es desde el ámbito de la educación escolar, acompañada de los
estamentos que componen la comunidad educativa, como la familia y los grupos de
pertenencia, desde donde es posible inculcar los valores que pueden sustentar el trabajo y la
lucha contra el flagelo del trabajo de la infancia. Es desde el ámbito de la educación formal
desde donde se puede sensibilizar, y en el cual se puede aprender acerca de la realidad de
los niños y niñas ibaguereños y adquirir las herramientas para enfrentar al trabajo infantil
problema que ha ido creciendo en nuestra región.
En el marco del convenio se desarrolla un proceso de sensibilización y formación a los
docentes de las Instituciones Educativas de Ibagué y a un grupo de familias, con el
objetivo de reconocer la problamática del trabajo infantil que afecta a los niños y niñas y a
formar a los maestros de aula para que ellos en una próxima fase esten en capacidad de
disponer los recursos necesarios destinados a la conformación de escenarios y relaciones
propicias para el cuidado, la protección, el desarrollo y la participación de la niñez.

En este sentido, la secretaria auno esfuerzos con la Universidad del Tolima mediante el
convenio xxxxx y el apoyo del grupo de investigación GES, Grupo de Educación Social,
que siempre ha considerado fundamental proporcionar a los maestros de aula herramientas
de sencilla aplicación para trabajar con los niños y las niñas de la ciudad, el eje de esta
cartilla: la prevención del trabajo infantil, proponiendo saberes, herramientas y actividades
adaptables al contexto y a la población de los mencionados grupos.

Se espera que los mismos sean útiles y que cada maestro de aula pueda utilizarlos,
amoldarlos y recrearlos para cumplir los fines para los que fueron creados.
Indice
PRESENTACIÓN .

INTRODUCCIÓN.

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS.

SESIÓN NO. 1. MARCO LEGAL, ORGANIZACIONES Y CONVENIOS


INTERNACIONALES, NACIONALES Y MUNICIPALES DE PREVENCIÓN CONTRA
EL MALTRATO INFANTIL.

SESIÓN NO. 2. HISTORIA DEL TRABAJO INFANTIL

SESIÓN NO. 3. EL TRABAJO INFANTIL Y SU TIPOLOGÍA

SESIÓN NO. 4. EL TRABAJO INFANTIL EN COLOMBIA Y EN IBAGUÉ

SESIÓN NO. 5. EL MAESTRO DE AULA Y EL TRABAJO INFANTIL

“La explotación de la infancia constituye el mal más espantoso e insoportable para el


alma humana. Una labor seria en materia de legislación social empieza siempre con la
protección de la infancia”, dijo Albert Thomas

SESIÓN NO. 6. EVALUÁNDONOS…..

MATERIALES ANEXOS.
Introducción
La promoción y protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes es un
compromiso del Estado Colombiano de acuerdo a la normatividad internacional, nacional y
municipal. Esto se traduce en que, familia, sociedad y Estado, de manera corresponsable
deben contribuir a que los niños, niñas y adolecentes alcancen su desarrollo integral y estén
protegidos de situaciones que vulneran sus derechos.

Cuando un niño, niña o adolescente incursiona a temprana edad al mercado laboral,


sustituye el tiempo que debería dedicar a su propio desarrollo físico e intelectual, para
someterse a relaciones de sumisión; de esta manera, el trabajo infantil se convierte en una
forma de exclusión social, en donde se exponen a las niñas, niños y adolescentes
trabajadores a riesgos físicos y psicológicos, que le imponen desventajas, falta de
oportunidades y limitan sus capacidades al impedir su pleno desarrollo.

Dentro de los efectos nocivos implícitos al trabajo infantil, está la vulneración a un


conjunto de derechos de la niñez tales como: la educación, la salud, la recreación, las
libertades fundamentales y la protección a su integridad. Al respecto, el Municipio de
Ibagué, mediante la Secretaría de Educación Municipal, SEMIBAGUE, consciente de la
necesidad de prevenir y atacar delitos que afectan los derechos de la infancia como es el
Trabajo Infantil celebró un convenio con la Universidad del Tolima y en apoyo con el
Grupo de Educación Social GES, para sensibilizar y desarrollar ciclos de formación
continuada mediante talleres, conversatorios y conferencias virtuales en prevención del
trabajo infantil a los maestros de aula del municipio y algunas familias. Es importante
enfatizar que la familia y la sociedad son corresponsables junto con el Estado de la
protección integral de las niñas, niños y adolescentes, por ende, como ciudadanos tenemos
el deber de denunciar éste hecho ante las autoridades competentes el trabajo infantil será
eliminado cuando no sea tolerado por nadie.

La cartilla de trabajo para la formación de maestros de aula incluye actividades rela-


tivamente sencillas para desarrollar en las clases sincrónicas y al regreso a la normalidad.
Los maestros y maestras de aula contarán con materiales didácticos e informativos de
apoyo acerca del Trabajo Infantil.

Dado lo anterior, el objetivo de esta cartilla es brindar a los maestros un acercamiento al


marco legal de la problemática, la conceptualización del trabajo infantil, la tipificacción de
él, y el conocimiento de los factores y vulnerabilidades que conllevan a un niño, niña o
adolescente colombiano a vincularse como trabajador infantil. Para comprender que la
decisión de ingresar tempranamente al mercado laboral, de un niño, niña o adolecente no es
autónoma y aislada, sino que, depende de su contexto social y familiar.
Consideraciones Metodológicas.
¿Una cartilla para los y las maestras de aula?

Esta cartilla es una guía para los y las maestras de aula, que trabajen en la promoción y
protección de los derechos de la infancia, y quieran contribuir en la formación de los niñas,
las niñas y los adolecentes convirtiendose en multiplicadores para la prevención del trabajo
infantil en sus comunidades. El material puede utilizarse para fundamentar y irientar
sesiones de trabajo con niños, niñas, adolescentes y jóvenes, a partir de los 8 años de edad.

Se entiende por formación, en el marco de esta propuesta, el proceso analítico y crítico que
se da al acercarse a una realidad social de manera experiencial, y que conlleva cambiar la
forma como se conoce, se valora y se actúa frente a la misma. Desde esta mirada, la
formación de los maestros de aula de Ibagué parte de la siguiente premisa: “Maestros
sensibles ante la problemática del trabajo infantil, que son conocedores , han sido
informados, y formados para acercarse al problema con capacidad crítica y para
apropiarse de su labor y asumir la decisión de actuar e intervenir en su comunidad”.

¿Cómo utilizar la cartilla para formar maestros comprometidos?

La cartilla esta constituida por 6 talleres, cada uno de los talleres tiene una sección
conceptual y unos talleres prácticos para reflexionar y consolidar la aprehensión de saberes.
La metodología utilizada es la de talleres y en ellos se emplean diversas técnicas
pedagógicas, tales como trabajo en grupo, lluvia de ideas, debates, juego de roles, trabajo
artístico y estudio de casos. En total son XX talleres de aproximadamente dos horas de
duración cada uno. El esquema de cada taller incluye los objetivos y una guía para
desarrollar la actividad paso a paso.

En cuanto a los materiales de apoyo el maestro guía, de acuerdo a su grupo, puede


seleccionar aquellos que sean más relevantes, sin embargo es importante que los talleres se
lleven a cabo en el orden establecido. El número de participantes pueden oscilar entre 20 –
25 estudiantes, sin embargo se deja a criterio del maestro guía el manejar grupos más
pequeños o más grandes (máximo 30).

A continuación se presentan algunas sugerencias para el buen desarrollo de los talleres con
base en las recomendaciones establecidas por el National Institute on Drug Abuse (2000)
para tres momentos especificos.
Antes de la realización del taller:

 Seleccionar espacios libres de ruidos u otros distractores externos. Las


interrupciones deben ser evitadas a toda costa pues impiden el normal desarrollo del
taller.
 Acondicionar un espacio amplio y sin objetos que bloqueen la interacción y
comunicación entre los miembros del grupo, como por ejemplo mesas y sillas
innecesarias. Es aconsejable organizar las sillas en forma de círculo ya que permite
crear un ambiente de intimidad y pertenencia, en el caso de la virtualidad adapatar
un espacio para el encuentro sincrónico sin distractores.
 Tener todos los materiales necesarios en el lugar donde se va a realizar la sesión, así
se podrá aprovechar el tiempo y evitará la dispersión del grupo, verificar el
micrófono, la cámara y la conexión a internet previamente.

Durante el taller:

 El primer encuentro debe ser motivador, se debe presentar el objetivo, el número de


sesiones de encuentros del proceso de formación, y los compromisos que asumen
los participantes. En este primer momento es importante pactar los tiempos de
encuentro y clarificar inquietudes de los participantes.
 Realizar un acuerdo pedagógico donde se precise con los participantes las reglas a
seguir por el grupo. Es importante, por ejemplo, reforzar la necesidad de mantener
la confidencialidad, el respeto por el otro, la puntualidad, uso de la palabra, uso de
elementos electrónicos. Estas reglas deben reforzarse en todas las sesiones y una
vez socializada la etikenet del trabajo se debe cumplir.
 Al empezar se realizará una evaluación diagnóstica, con el objeto de conocer los
saberes previos sobre el tema, de ser posible se aplicará un cuestionario de
evaluación de conocimientos previos, durante el proceso formativo, se realizará
evaluación de acompañamiento a través de conversatorios y preguntas rotativas y al
finalizar el proceso se aplicará el mismo cuestionario como una forma de medir la
aprehensión de conocimientos.
 Al iniciar cada sesión de trabajo, se socializará el objetivo de la misma y las
actividades que se van a realizar. Debe quedar claro cuál será el rol de los maestros
guías y los participantes, y se debe precisar a quién acudir en caso de necesitar
materiales o tener inquietudes en el desarrollo de los ejercicios.

 Promover que los miembros del grupo se conozcan y familiaricen. Promover la


participación mas no obligarla. Dar la oportunidad de pasar a aquellos que no se
sienten listos para brindar su opinión. Escuchar con interés y atención lo que los
participantes tengan para decir sin subvalorar o utilizar de manera negativa lo que
aporten. Hacer preguntas que lleven a los participantes a dar y/o ampliar su opinión.
Evitar aquellas que los lleven a contestar con un “si” o un “no”.

 Manejar con naturalidad, tranquilidad y conocimiento, todos los temas programados


para la sesión, pero si no se tiene un adecuado conocimiento de algo es mejor
reconocerlo y dar la información posteriormente.

 Tratar a los participantes con respeto y ser sensible a sus necesidades y temores.
Reconocer públicamente su saber y aportes al grupo. Tener a mano una lista de
direcciones y teléfonos de personas y grupos que pueden prestar ayuda por si algún
participante lo requiere o necesita.

Cierre:

 Hacer un cierre con los miembros del grupo, en donde tengan la oportunidad de
compartir sus opiniones, sentires y vivencias frente a la experiencia.

 Invitar a los participantes a diligenciar el formato de evaluación de la actividad.

 Al finalizar la sesión dejar tiempo para organizar y empacar materiales y en estos


momentos para el cierre de la sesión en la red. Así como sistematizar lo que se
observó y aprendió de la sesión. Es importante tener en cuenta las evaluaciones para
planear, aprender y mejorar.
SESIÓN No. 1

“PARA LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS EL ÚNICO TRABAJO DEBE SER IR A LA


ESCUELA”

EL TRABAJO INFANTIL Y SU TIPOLOGÍA

Introducción:

Querido maestro o maestra:

El objetivo de esta cartilla es informarles sobre uno de los problemas que aqueja a nuestra
sociedad el trabajo infantil y sus características, conocer las formas en que se hace efectivo
en la sociedad por ejemplo; la explotación sexual comercial y el trabajo infantil doméstico.
Estas entre muchas otras formas de explotación impiden el desarrollo de niños, niñas y
adolescentes en nuestras comunidades educativas. Las Instituciones educativas y sus
maestros de aula pueden ayudar a prevenirlo.

Queremos comunicarles algunas ideas de lo que podemos hacer para enfrentar las
problemáticas referentes al trabajo infantil, para establecer una relación distinta con los
alumnos que nos permita entenderlos mejor y ayudarlos en su proceso de formación, de ahí
la necesidad de reflexionar acerca de las funciones que cumplen las Instituciones educativas
en la sociedad. Las instituciones no solo deben ocuparse de los procesos de aprendizaje , su
función no se limita a preparar a los niños, niñas y adolecentes para que contesten una serie
de pruebas y exámenes; la misión de las I.E, además de enseñar, es formar seres humanos,
y tnosotros como maestros somos actores indispensables en el logro de este objetivo.

Esperamos que esta cartilla, además de darles a conocer conceptos, datos y


recomendaciones para llevar a cabo acciones concretas orientadas a erradicar el trabajo
infantil, nos pueda ayudar a crear un ambiente escolar sustentado en el cuidado y en la
búsqueda de la felicidad de los alumnos, así como contribuir en la construcción de una
nueva dimensión de las relaciones escolares que nos permita cada día hacer de nuestros
estudiantes mejores seres humanos y de nosotros maestros con consciencia de la labor que
debemos realizar para restituir sus derechos.

¡Bienvenidos!

Pregunta generadora:

¿Qué es el trabajo infantil?

Preguntas orientadoras.

1. Para qué?

2. Por qué?

3. Cómo? Acercarse al estudio del Trabajo infantil.

Temáticas:

El trabajo infantil

Causas y consecuencias del trabajo infantil

Tipos de trabajo infantil

Propósito:

Apropiar la tarea de generar espacios para conocer, identificar y reflexionar casos


de trabajo infantil en el entorno para prevenir, mitigar ese fenómeno en nuestras
I.E.

1 momento: Actividad diagnóstica de aprendizaje ¿Qué se del tema?


“Es un trabajo difícil”

Having never been to school, Gabir and can neither read nor write.
“I’d like to go to school,” he says. “If I go to school my life would be better.”
Gabir trabaja en una de las más de 100 fábricas de ladrillos que hay en Shahdadkot, una ciudad de
400.000 habitantes en la región occidental de Sindh, y en sus alrededores. En Pakistán existen miles
de establecimientos similares cuya mayoría cuenta con una plantilla de niños trabajadores. Millones
de menores pakistaníes trabajan de alguna manera en condiciones de explotación.

Gabir recibe 50 rupias al final de cada jornada de trabajo de ocho horas y media, cantidad
equivalente a unos 60 centavos de dólar. El niño, que trabaja bajo los implacables rayos del sol seis
días por semana, recoge, prepara y transporta diariamente una cantidad de barro suficiente para
fabricar entre 600 y 700 ladrillos.

Al anochecer, Gabir regresa a la fábrica para preparar el barro con el que se fabricarán los ladrillos
del día siguiente. Todos los días tiene que hacer hasta 40 viajes hasta un lago cercano para recoger
agua, que acarrea en un pesado cubo de metal hasta su lugar de trabajo.

“Es un trabajo difícil y arduo, y no me gusta”, señala Gabir, que trabaja junto a su padre en la
fábrica desde hace un año. “A veces no voy a trabajar durante una semana pero mi padre me pide
que regrese. Me he escapado de la fábrica y he vuelto a mi casa muchas veces”.

Gabir debe trabajar para ayudar a mantener a sus padres y sus dos hermanos. “Gano muy poco”,
dice el padre de Gabir, a quien su propio padre llevó a trabajar a la fábrica de ladrillos hace 20 años.
“Por eso pensé que si mi hijo también trabajara podríamos ganar suficiente para mantener a la
familia. Y a pesar de eso, apenas si logramos sobrevivir”.

fuente: Una trabajadora social de Indus Resource Centre, una ONG de la provincia de Sindh (Pakistán) que
recibe apoyo de UNICEF, conversa acerca del futuro con un niño que se gana la vida con la fabricación de
ladrillos.

Leido este texto contestemos?

1. ¿Qué sensación nos produjo la lectura?


2. ¿Consideramos justa esta situación?
3. ¿En qué debería utilizar el tiempo Gabir?
4. ¿Qué sabemos del trabajo infantil en nuestro entorno?
5. ¿Conocemos una historía como la Gabir en nuestro entorno.

“No conocí el jugar, nunca jugué. A los seis años ya me ocupaba de buscar leña y
agua en el río”. Lo dice Hugo, salteño, ahora cerca de cumplir sus 40 años. A los 15,
junto a sus hermanos, comenzó a trabajar en el tabaco. Desde la provincia de La
Rioja, Ramona se inició en las tareas domésticas a los 8 años para ayudar a sus
padres y presenta un relato similar: “No tuvimos niñez, teníamos que trabajar para
sobrevivir”. Desde los glaciares patagónicos hasta el altiplano, desde los Andes
cuyanos hasta las islas del Delta, la huella del trabajo infantil perdura en las voces de
quienes lo experimentaron.

2 momento: conceptualización.
2.1. Video.

file:///Users/macosx/Desktop/TRABAJO%20INFANTIL/(151)%20Di
%CC%81a%20Mundial%20contra%20el%20Trabajo%20Infantil%20-
%20YouTube.htm

Discusión del video: Video-foro

2.2. información lectura básica.

El Primer Plan Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección al Joven
Trabajador, (1996) define al “Trabajo infantil como toda actividad física o mental,
remunera- da o no, dedicada a la producción, comercialización, transformación, venta o
distribución de bienes o servicios, realizada en forma independiente o al servicio de otra
persona natural o jurídica por personas menores de 18 años de edad”. Para Bonilla (2010),
el trabajo infantil es “toda actividad económica realizada por los niños, las niñas y los
adolescentes que los priva de su infancia, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial
para su desarrollo físico, mental, social, moral e interfiere en su escolaridad”.

Según elConvenio182 delaOIT,se consideran como formas de trabajo infantil a todo trabajo
que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su
desarrollo físico y psicológico, tales como: la esclavitud, la servidumbre, el trabajo forzoso,
la prostitución, la pornografía, el reclutamiento en el conflicto armado y la utilización en
actividades ilícitas. En resumen, se considera como trabajo infantil a toda actividad
económica efectuada por un niño, niña o adolescente que pone en riesgo su integridad
física, mental o moral, y por ello, implica una limitante para su desarrollo integral.

Conforme a la legislación colombiana (Figura 1) se consideran trabajadores infantiles a los


niños, niñas y adolescentes que cumplen una de las siguientes dos condiciones: primero, ser
menor de 15 años y está laborando (excepcionalmente, los niños y niñas menores de 15
años podrán recibir autorización de la Inspección de Trabajo, o en su defecto del ente
territorial local; para desempeñar actividades remunerativas de tipo artístico, cultural,
recreativo y deportivo, determinando, el número de horas máximas, no podrá exceder de
catorce horas a la semana). Segundo, su edad está entre los 15 y 18 años y efectúa trabajos
en actividades catalogadas como nocivas o peligrosas (la edad mínima de admisión al
trabajo son los 15 años, previa autoización del Inspector de Trabajo o el Ente Territorial
Local, igualmente estos adolescentes autorizados a trabajar tienen derecho a la formación y
especialización que los habilite para ejercer libremente una ocupación, arte, oficio o
profesión y a recibirla durante el ejercicio de su actividad laboral).
Las altas tasas de trabajo infantil en Colombia, son preocupantes para la sociedad en
general dado que el trabajo infantil aleja a los niños, niñas y adolescentes de los “ámbitos
dispuestos para su desarrollo, que son básicamente la escuela, su familia y la demás oferta
de bienes y servicios. Con esto pierden la posibilidad de un crecimiento integral y terminan
siendo adultos que no viven con la plenitud de habilidades que habrían podido tener”
(ENETI, 2008, pág. 25). Las niñas, los niños y los adolescentes que ingresan al mercado
laboral tienden a postergar sus estudios en el presente, lo cual limita el desarrollo de sus
potencialidades, la generación de ingresos futuros y lo llevan a perpetuarse en la pobreza
(Bonilla, 2010). Igualmente, disminuye las posibilidades de formación de nuevas
generaciones, incidiendo en el desarrollo integral del país.

De los 11’331.937 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años que viven en Colombia, el
82,4% se dedican exclusivamente a es- tudiar, el 6,4% trabaja y estudia al tiempo, el 3,4%
trabaja sola- mente y el 7,8% no está escola- rizado, ni trabaja (Cuadro 1). Esta distribución
en el uso del tiem- po es preocupante, dado que, “un niño que adquiere menos educación
debido a su trabajo [u ocio] crece para ser pobre de adulto y como adulto pobre en- viará a
sus niños al mercado la- boral, perpetuando el ciclo entre pobreza” (Acevedo, Quejada, &
Yánez, 2011, pág. 117).

2.3. Discutiendo…

3. Procediendo…

¿ y mi realidad qué?

Preguntas…. Por núcleos… por ibagué

4. Evaluandonos …..
En cuanto al tiempo que dedi- can a trabajar, según el DANE, se puede afirmar que en el año 2012
existían un 1’111.333 los niños, niñas y adolescentes en- tre los 5 y 17 años vinculados en
actividades laborales pro- ductivas, de este total, el 43,5% destinan menos de quince ho- ras a la
semana, mientras que el 56,5% utilizan más. El uso del tiempo en oficios del hogar presenta una
alta incidencia, de tal forma que existen 608.455 niños, niñas y adolescentes que efectúan
actividades en el ámbi- to privado por 15 horas o más a la semana.

Cuadro 1. Distribución de los niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años de edad para Colombia
en el año 2012, según su situación escolar y laboral

NO
ASISTE TOTAL
ASISTE
Trabajando 727.400 383.933 1.111.333
No trabajando 9.332.273 888.330 10.220.604
Total nacional 10.059.673 1.272.264 11.331.937

Cuando un niño, niña o ado- lescente se encuentra vincula- do como trabajador infantil, se enfrenta
al dilema de reducir el tiempo que puede dedicar a espacios formativos lúdicos

y de socialización para cumplir con las obligaciones laborales. En un primer acercamiento para
entender cuáles son las causas y motivaciones que llevan a las niñas, niños y adolescentes a

vincularse tempranamente al mercado laboral, se observa que las razones económicas con- centran
el 85% de las repuestas y los patrones culturales el por- centaje restante (Gráfica 1).

Elaboración: Observatorio del Bienestar de la Niñez. ICBF, con base DANE – GEIH IV-T. 2012

La situación que más llama la atención son los 888.330 niños, niñas y adolescentes que no están
matriculados en ninguna institución educativa y no son trabajadores infantiles, lo cual, lleva a que
se planteen pregun- tas tales como: ¿A qué activi- dades destinan su tiempo? ¿El exceso de ocio
estará relacio- nando con las infracciones a la ley efectuadas por niños, niñas y adolescentes? ¿Qué
hacen sus familias, la sociedad y el Estado para garantizar sus dere- chos? abriendo una nueva línea
para futuras investigaciones.

Con base en lo anterior, se iden- tificó una situación de conflicto entre la distribución del tiempo de
un niño, niña o adolescente: a la educación, al trabajo y al ocio, por ello, este documento intenta dar
respuesta a la pre- gunta ¿Qué impulsa a los niños, niñas y adolescentes a trabajar vs estudiar en
Colombia?, con el objetivo de identificar posibles soluciones para la erradicación del trabajo infantil
y favorecer el desarrollo integral de la niñez colombiana.

2. La relación entre educación y


trabajo infantil
Las actividades laborales no de- berían ser asumidas a tan tem- prana edad, dado que “los niños son
mucho más vulnerables que los adultos a los factores de ries- go debido a que se encuentran en
etapa de desarrollo físico y psicológico” (Acevedo, Queja- da, & Yánez, 2011, pág. 119), por ello,
el trabajo infantil priva a los niños, niñas y adolescentes del goce pleno de sus

2.1 Pobreza: vulnerabilidad económica del hogar


En la literatura existe un consenso sobre la relación entre la pobreza y el trabajo infantil como
causas y efectos que se retroalimentan y se convierten en círculos inter - gene- racionales. Se
reconoce a “la po- breza como el principal factor que empuja a los hogares a enviar a sus niños al
mercado laboral” (Acevedo, Quejada, & Yánez, 2011, pág. 116), el último informe de la OIT
(2013) identifica a la pobreza como la vul- nerabilidad que más incita a los ni- ños, niñas y
adolescentes a trabajar.

La vulnerabilidad económica del hogar se incrementa ante reduccio- nes del ingreso familiar y
frente a contingencias, de tal forma que “los hogares pobres tienen una capaci- dad limitada o
incluso sin capacidad alguna para asegurase a sí mismos cuando su situación económica se
deteriora. Muy a menudo, la partici-

pación de los niños en actividades económicas son esenciales para la supervivencia de sus
hogares” (Woahid & Kalam, 2012, pág. 18).

Es decir, ante las limitadas capacida- des de respuesta que tienen las fa- milias en condición de
pobreza para hacer frente a las contingencias de la vida, (sin ahorros y sin acceso a crédito), el
hogar se ve impulsado a recurrir al trabajo infantil de sus hijos como un medio para satisfacer sus
necesidades (OIT, 2013). Incluso, al- gunos autores consideran que la ex- trema prohibición del
trabajo infantil obliga a los niños a obtener trabajos mas peligrosos y menos vigilados como la
prostitución o la vinculación a bandas criminales, dado que “una familia pobre no puede permitirse
el ocio de los niños hasta que su ingre- so aumenta lo suficiente” (Woahid & Kalam, 2012, pág.
15).

En general, los estudios sobre traba- jo infantil han encontrado que éste “se debe en gran parte a la
pobreza, y que la solución a largo plazo radica en un crecimiento económico sos- tenido
conducente al progreso so- cial, en particular a la mitigación de la pobreza y la educación
universal” (Ley 704, 2001). Es por esto que la superación de la pobreza extrema, ha sido uno de los
objetivos centra- les del gobierno, procurando una focalización y articulación de toda la oferta
institucional del Estado orien- tada a brindar servicios sociales de calidad. Una solución integral
debe- ría considerar no solamente aspec- tos como la pobreza y la calidad de la educación, sino
también los as- pectos subjetivos y culturales que median en la relación entre padres y trabajadores
infantiles.

2.2. Factores culturales


Dentro de este ámbito se en- cuentran el conjunto de creen- cias, costumbres y valores compartidos
por una comuni- dad, mediante los cuales rigen inconscientemente sus actua- ciones. Alrededor del
trabajo in- fantil existen imaginarios colec- tivos que lo refuerzan, justifican y promueven, tales
como:

• Creencias: el trabajo infantil es considerado como formativo y se cree que es una prepara- ción
para asumir la vida; “el tra- bajo infantil puede constituir un componente importante en la crianza
de los niños ya que mo- tiva la construcción de valores que les serán de gran utilidad en la adultez
para su desenvol-
vimiento laboral, entre ellos, la responsabilidad, la autonomía y la perseverancia” (Acevedo,
Quejada, & Yánez, 2011, pág. 119). Esto se ve reflejado en al- gunos imaginarios como:

» El trabajo dignifica al hombre, » Trabajar hace a los niños más responsables,


» Es mejor que trabaje a que este ocioso o en vicios,

» Al dar trabajo a un niño se le hace un favor.

• Costumbres: Padres que empezaron a trabajar muy tem- prano impulsan a sus hijos a hacerlo
también, dado que, lo consideran como una experien- cia positiva para replicar en la

siguiente generación. Por otro lado, está la transmisión de un oficio tradicional especialmente en el
área rural y en pueblos in- dígenas.

• Cultura de la ilegalidad: Por otra parte, el trabajo infantil existe dado que hay emplea- dores que
están dispuestos a contratar a niños, niñas y ado- lescentes, incentivados por la mayor obediencia y
menores costos frente a los adultos, al tal punto que prefieren manejarse en la ilegalidad. El caso es
peor aún, cuando se explota al traba- jador infantil en economías ilíci- tas dada la imputabilidad de
los menores de edad.

y que se detalla a continuación mediante cuatro apartados: pri- mero, la selección de variables del
modelo; segundo, la especi- ficación del modelo; tercero, la estimación econométrica; y por último,
las predicciones de pro- babilidad.

la prevención y erradicación del trabajo infantil, bajo la articulación de los respectivos Ministerios
de Trabajo (OIT, 2017). El Marco Acelerador de Políticas está basado en la combinación de dos
abordajes: por un lado, un enfoque de protección para el retiro del trabajo infantil y restablecimiento
de derechos; y por otro, un enfoque preventivo, que comprende acciones destinadas a identificar e
intervenir oportunamente a los niños y niñas que se encuentran en trayectoria de trabajo infantil
para impedir su ingreso precoz al mercado laboral.

Dentro de estas acciones, y considerando que es imperante proporcionar datos fiables, exhaustivos y
oportunos que sirvan de base para determinar las prioridades de la acción nacional y subnacional
dirigidas a la prevención y eliminación del trabajo infantil, la Oficina Regional de la OIT para las
Américas, en su calidad de Secretaría Técnica de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe
libre de trabajo infantil, solicitó asistencia técnica a la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL) con el fin de elaborar en conjunto una herramienta que posibilite la
identificación oportuna de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en trayectoria de
trabajo infantil.

Esta herramienta, denominada Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil, permite
identificar los territorios en los cuales hay mayor probabilidad de trabajo infantil a partir de la
información estadística existente en los países y, además, posibilita estimar el peso de diversos
indicadores de riesgo en los territorios, con el fin de definir qué acciones multisectoriales son más
relevantes en ellos para interrumpir la trayectoria del trabajo infantil. Esto facilitaría que los países,
tanto a nivel nacional como subnacional, dispongan de información confiable para diseñar
respuestas focalizadas y articuladas, mejorar el desempeño y efectividad de las políticas públicas,
avanzar en el logro de las metas nacionales y contribuir al logro de los compromisos globales
asumidos.

El documento se estructura en cinco apartados. El primero examina el contexto actual del trabajo
infantil en la región a través de un análisis de su prevalencia en los países y de una búsqueda de
características comunes entre ellos en base a la información disponible. El segundo revisa diferentes
estudios con el fin de poder elaborar un cuerpo analítico que dé cuenta de los factores asociados al
trabajo infantil. Este apartado se divide en dos partes, por un lado, se analizan los factores asociados
al contexto y, por otro lado, se entrega evidencia acerca de los factores del hogar y del propio niño o
niña. En la tercera sección se examinan los distintos elementos presentes a la hora de realizar una
medición del trabajo infantil, entre los que destacan cuestiones relacionadas con la definición
estadística y las fuentes de información disponibles para dicha medición. En el cuarto apartado se
propone una metodología para identificar y estimar el trabajo infantil a nivel subnacional a partir de
la información estadística de los países. Finalmente, en el quinto apartado se presenta un ejercicio
de validación de la metodología propuesta, indicando sus fortalezas y debilidades.

14

1
E LTRABAJOINF
ANTILY
ADOLESCENTE EN
AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE
En América Latina y el Caribe, la mayoría de los países ha realizado importantes esfuerzos con el
fin de prevenir y erradicar el trabajo infantil. Este proceso ha llevado a una significativa reducción
tanto en términos absolutos como relativos, lo que ubica a la región en una posición privilegiada
para convertirse en la primera región en desarrollo libre de trabajo infantil (OIT, 2013).
Según estimaciones de la OIT (2017), el porcentaje de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años
en situación de trabajo infantil bajó de 10,8% en 2008 a 7,3% en 2016, lo que equivale a una
disminución de 3.7 millones de personas en esa situación. En este período, también se constata una
importante reducción del trabajo peligroso6, que disminuyó de 6,7% a 4,4%, equivalente a 3.2
millones de niños, niñas y adolescentes. Aun cuando en América Latina y el Caribe no existen
estudios regionales actualizados que posibiliten comparar la situación de los niños, niñas y
adolescentes en la región, los de nivel nacional7 permiten constatar que la región tiene una serie de
rasgos comunes con relación al trabajo infantil. Aunque los números varían de país a país, entre las
características que destacan se puede constatar que gran parte de los niños, niñas y adolescentes que
trabajan lo hacen en actividades agrícolas.

Dentro de las subregiones, la Andina es la que presenta mayor concentración en estas actividades
(62%), seguida por Mesoamérica (43%), mientras que la menor proporción (38%) se encuentra en
el Cono Sur (OIT, 2013). A nivel de países, en Ecuador por ejemplo, los resultados de la Encuesta
de Trabajo Infantil (2013) muestran que el 71% de los niños, niñas y adolescentes que trabaja lo
realiza en la agricultura, el 21% en el sector de servicios y el 8,1% en la industria. En Guatemala, la
Encuesta ENCOVI (2014) da cuenta que el 65% de los niños, niñas y adolescentes que trabajan lo
hacen en la agricultura. En Colombia, según la Gran Encuesta Integrada de Hogares (2017), se
constata que la agricultura concentra el 44,4% del trabajo infantil; el comercio, hoteles y
restaurantes representan el 30,1% (DANE, 2017). Por su parte, en México, el 30% de los niños,
niñas y adolescentes trabaja en el sector agropecuario; 25% en el sector servicios y 23% en el
comercio (INEGI, 2015).

Una segunda característica regional es la elevada concentración de trabajo infantil en el sector


informal, especialmente en el trabajo familiar no remunerado. En Guatemala, por ejemplo, más del
64% de los niños, niñas y adolescentes ocupados se encuentran insertos en el sector informal, en
donde más del 95% lo hace en modalidad de trabajadores familiares no remunerados (ENEI, 2014).
En El Salvador, 70% de los trabajadores infantiles son informales; y 60% del total, trabajadores
familiares no remunerados (DIGESTYC, 2013). En Panamá, dos de cada tres niños, niñas y
adolescentes trabajan sin remuneración en el propio hogar (INEC y UCW, 2014).

Una tercera característica en común es la marcada división del trabajo infantil por género. Aquí se
constata que los niños y adolescentes hombres presentan mayores tasas de trabajo infantil en
comparación con las niñas y adolescentes mujeres; y que los primeros, concentran su trabajo en las
actividades productivas fuera del hogar, especialmente en la agricultura. En El Salvador, por
ejemplo, el 76% del trabajo infantil es realizado por los hombres, donde predomina la agricultura,
ganadería y silvicultura (DIGESTYC, 2013). En Guatemala, cerca del 67% del trabajo infantil lo
realizan los hombres, especialmente niños indígenas, 69%, dedicándose principalmente a la
agricultura, 65%

7 Los estudios nacionales miden el trabajo infantil de distinta forma, por lo tanto, estos no son comparables entre sí.

(ENEI, 2014). Por otro lado, las niñas y adolescentes mujeres concentran su trabajo en actividades
domésticas y de cuidado no remuneradas. En Ecuador, por ejemplo, 7 de cada 10 personas, entre 5
y 17 años, que realizan tareas domésticas son mujeres (INEC, 2012). En Brasil, por su parte, cerca
de 214.000 niños, niñas y adolescentes se dedican al trabajo doméstico y, de ellos, el 94,2% son
mujeres, proporción que se mantiene entre los adultos y marca la fuerte división de género en esta
ocupación (CEPAL, 2016a). Esta situación genera una doble desventaja, ya que muchas de ellas
además de efectuar trabajos domésticos asalariados, tienen que realizar las tareas domésticas en sus
propios hogares. Cabe señalar que muchas veces esta actividad queda invisibilizada debido a que en
algunos países conciben el trabajo infantil sólo dentro de los límites del Sistema de Cuentas
Nacionales, dejando fuera de las mediciones oficiales el trabajo doméstico (no asalariado) y de
cuidados.

Una cuarta característica que se puede extraer de los informes nacionales es que el trabajo infantil y
adolescente afecta en mayor proporción a los pueblos indígenas y afrodescendientes. En el Estado
Plurinacional de Bolivia, casi la mitad de los niños, niñas y adolescentes que están inmersos en
situaciones de trabajo infantil son indígenas y muchos de ellos realizan actividades peligrosas. De
modo similar, cerca del 60% de los niños y niñas, entre 5 y 13 años, que realizan trabajo infantil en
Brasil son afrodescendientes.

Además, en la mayoría de los países de la región se constata una concentración en determinadas


regiones al interior de los países. En Perú, las regiones que presentan mayores tasas de trabajo
infantil son Huancavelica (79%), Puno (69%), Huánuco (65%), Amazonas (64%) y Pasco (50%)
(MINTRA, 2015). En Brasil, los estados de Bahia, Minas Gerais, Pará y São Paulo son los que
concentran mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil (SAGI,
2015).

En Brasil, por su parte, cerca de 214.000 niños, niñas y adolescentes


se dedican
al trabajo doméstico y, de ellos, el 94,2% son mujeres, proporción
que se mantiene entre los adultos y marca

la fuerte división de género en esta ocupación (CEPAL, 2016a). Esta


situación genera una doble desventaja, ya que muchas de ellas
además de efectuar trabajos domésticos asalariados, tienen que
realizar las tareas domésticas en sus propios hogares.
20

El trabajo infantil y adolescente en América Latina y el Caribe

Una quinta característica común es que, en gran parte de los países, los niños, niñas y adolescentes
no reciben remuneración alguna y aquellos que perciben algún salario, se sitúan muy por debajo de
los niveles legalmente establecidos. En Colombia, por ejemplo, el 56,2% de niños, niñas y
adolescentes trabajadores no recibían remuneración en 2017. En Ecuador, apenas el 30,5% declara
que recibe ingresos por su trabajo. En Costa Rica, el 20,9% de las niñas y adolescentes mujeres
ocupadas recibe un pago en especie por su trabajo. En Uruguay, por su parte, la mayoría recibe
ingresos de forma monetaria a cambio de su trabajo, que representa menos del 9% del ingreso total
de los hogares.

Finalmente, en América Latina y el Caribe, el trabajo infantil y adolescente se concentra en las


edades más tardías, en general entre los 15 y 17 años, característica que difiere a las constatadas en
otras regiones del mundo. En efecto, según el último informe Estimaciones mundiales sobre el
trabajo infantil, preparado por la OIT (2017), en el mundo, los niños y niñas de 5 a 11 años
constituyen el 48% del total de niños y niñas en situación de trabajo infantil, cifra que en las
Américas8 ronda el 37%.

En síntesis, el ritmo del progreso y los indicadores alcanzados generan preocupación respecto a la
posibilidad de cumplir con las metas y compromisos nacionales e internacionales, entre los que se
destaca la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Para alcanzar la ambiciosa meta de eliminar
todas las formas de trabajo infantil hacia 2025, se requiere acción en varios frentes, incluida la
reducción de la pobreza, la mejoría del acceso, retención, pertinencia y calidad de la educación, la
generación de oportunidades de trabajo decente para los miembros adultos de la familia (hombres,
mujeres y jóvenes en edad de trabajar), la promoción de la igualdad de género, el fortalecimiento de
políticas de protección social, entre otras, con especial atención a las poblaciones más vulnerables al
trabajo infantil, considerando las dimensiones territoriales, de género y étnico-raciales.

8 Incluye los países de América Latina, el Caribe, los Estados Unidos y Canadá. Para mayor detalle de los países
considerados, ver: OIT. (2017). Estimaciones mundiales sobre el trabajo infantil: Resultados y tendencias 2012-2016.

21
2
F ACTORES
ASOCIADOS AL TRABAJO
INFANTIL Y
ADOLESCENTE
22
Factores asociados al trabajo infantil y adolescente
A continuación, se presentan las principales dimensiones de análisis que surgen de la revisión de la
literatura para explicar el fenómeno del trabajo infantil.

La información se estructura en dos apartados (ver Gráfico No.1). En primer lugar, se exponen los
factores asociados al contexto en el que viven los niños, niñas, adolescentes y sus familias, y cómo
estos afectan la decisión de incorporarles al mercado laboral. Dentro del contexto, se diferencia
entre el contexto macroeconómico, sectores económicos, institucionalidad y las políticas públicas
que se implementan.

En segundo lugar, se muestran los factores familiares e individuales, a saber, las características de
los padres, madres, niños y niñas y su condición socioeconómica, que ayudan a explicar la
persistencia del fenómeno.

2.1 Factores asociados al contexto


A. Contexto macroeconómico
Son varios los factores económicos que se asocian al incremento o disminución del trabajo infantil.
Aspectos como el Producto Interno Bruto (PIB) y PIB per cápita del país, el salario mínimo y su
capacidad de cubrir los costos de vida (salario crítico), las crisis económicas, el desempleo, la
preponderancia de ciertos sectores económicos y su dinamismo, el grado de formalidad del mercado
de trabajo y el incremento de la demanda de mano de obra calificada, inciden en la decisión de las
familias de incorporar a sus hijos e hijas al mercado laboral o, por el contrario, de mantenerlos
escolarizados.

Gran parte de la literatura evidencia que el trabajo infantil es un


mecanismo de amortiguación de las familias ante las crisis 4. El
rol del ICBF en la prevención y
atención del trabajo infantil
En materia de política pública contra el trabajo infantil en Co- lombia, se destaca la Estrategia
Nacional para Prevenir y Erradi- car las Peores Formas de Tra- bajo Infantil y Proteger al Joven
Trabajador 2008 – 2015 (ENETI), dentro de este lineamiento se encuentra un marco general de
actuación, en donde, se especi- fica las entidades públicas y pri- vadas que deben intervenir para
brindar una oferta institucional articulada de servicios socia-

les, con el fin de alejar definiti- vamente a la niñez colombiana de las peores formas de trabajo
infantil. Esta estrategia se lleva a cabo, a nivel departamental y municipal mediante los Comités de
Erradicación de Trabajo In- fantil – CETI, y a nivel nacional por intermedio del Comité In-
terinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil– CIETI.

El ICBF, en su misión de velar por la protección integral de la

primera infancia, la niñez, la ado- lescencia y el bienestar de las familias colombianas, y como parte
de la Secretaría Técnica del Comité Nacional Interinstitu- cional de Erradicación del Traba- jo
Infantil, ha venido trabajando en la puesta en marcha de la Es- trategia Nacional para Prevenir y
Erradicar las Peores formas del Trabajo Infantil 2008-2015, den- tro de la cual, se destacan las
acciones de prevención, resta- blecimiento y alianzas.

21
4.1. Iniciativas de prevención del ICBF
El ICBF ha diseñado varios me- canismos de prevención, para alejar a los niños, niñas y ado-
lescentes colombianos del tra- bajo infantil, los cuales se deta- llan a continuación:

• El programa de “Generaciones con Bienestar” tiene como ob- jetivo el empoderamiento de los
niños, niñas y adolescen- tes como sujetos de derechos y la promoción de entornos protectores,
brindándoles es- pacios para el buen uso del tiempo libre, con el fin de prevenir vulneraciones tales
como: embarazo prematuro, maltrato infantil, consumo de sustancias psicoactivas, traba- jo infantil,
reclutamiento, uti- lización en actividades ilícitas e ilegales, explotación sexual, entre otras.

• En la dirección de Familias y Co- munidades del ICBF, se viene

adelantando la propuesta de un modelo de intervención socio familiar para la transformación de


patrones socioculturales de trabajo infantil que permitirá fortalecer a las familias en su rol de ser un
entorno protector y de esta manera lograr la erra- dicación progresiva del trabajo infantil. (ICBF,
2013 b)

• Otra de las campañas que efectúa el ICBF para prevenir el trabajo infantil es la “Red Protectora
de Campeones”, en donde se concientizan a los pa- dres y cuidadores de los efec- tos nocivos del
trabajo infantil, desmitificando las creencias erróneas frente a éste.

• Equipos Móviles de Protec- ción Integral – EMPI, es una línea estratégica de interven- ción que
tiene como eje de intervención la protección integral definida como el re-

conocimiento de los niños como sujetos de derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la
prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restable- cimiento inmediato en desa-
rrollo del principio del interés superior- Ley de infancia y adolescencia – Articulo 7, tie- ne como
objetivo desarrollar, acciones coordinadas de pro- moción, garantía y prevención de la amenaza,
inobservancia y vulneración y de restableci- miento de los derechos a los niños, niñas y
adolescentes vinculados a las peores for- mas de trabajo infantil; como violencia sexual, consumo
de sustancias psicoactivas, trabajo Infantil y situación de vida en calle y demás proble- máticas que
vulneren sus de- rechos y sus familias, que les permita un desarrollo pleno y armonioso.

La implementación de líneas estratégicas con los Equipos de Erradicación de Trabajo Infantil - ETI,
encargados de la búsqueda activa, para la identificación de niños, niñas y adolescentes vin- culados
o en riesgo de trabajo infantil, gestión de medidas ur- gentes para el restablecimiento de sus
derechos y activación de la red Interinstitucional que per-

4.2. Restablecimiento de Derechos


El programa especializado de atención a niños, niñas y adoles- centes vinculados a peores for- mas
de trabajo infantil del ICBF, buscapotencializarlascapacida- des del niño, niña o adolescente
mediante una atención integral para el restablecimiento de to- dos los derechos vulnerados,
amenazados o inobservados, y cuando sea el caso acciones

de protección a los adolescen- tes trabajadores (ICBF, 2010). Es por ello, que la Subdirección de
Restablecimiento de Derechos de la Dirección de Protección del ICBF, a través de las Coor-
dinaciones Técnicas de las 33 Regionales del ICBF, ha venido adelantando las siguientes ac-
ciones:

22
mita una oferta de atención, para encuentra ubicada en cincuenta de prevenir las peores formas la
garantía y restablecimiento de y dos (52) municipios de once de trabajo infantil. (ICBF, 2013 b) sus
derechos. La estrategia se (11) departamentos, con el fin
Figura 2. Ruta6 de Denuncia y atención de las Peores Formas de Trabajo Infantil

Inicio

Inspector de Policía

Comisarias de Familia

Alcaldías

Personerías

Instituciones de Educación

Instituciones de Salud

Sociedad Civil

Línea 018000 918080 ICBF

Línea 018000 112440 ICBF

Ruta de Denuncia y atención Peores Formas Trabajo Infantil -


PFTI
• Revisión de la garantía de de- rechos y evaluación de la si- tuación socioeconómica de la familia y
activación de redes interinstitucionales de apoyo, para el redireccionamiento a

los servicios y oferta del Esta- do, acompañando a las fami- lias en estos procesos.

• En el proceso administrativo de restablecimiento de dere-

chos – PARD, se aplican las medidas de protección, tales como: amonestación a los pa- dres con
asistencia obligatoria a curso pedagógico; asesoría a la familia; retiro inmediato

Atención y

Servicio al Ciudadano ICBF o Autoridad correspondiente

Oferta Institucional – Departamento Municipios

Autoridades Administrativas.

SEGU

Centro Zonal ICBF – Defensoría de Familia

Intervención de apoyo

Externado

Otras Instituciones
Comisaría de Familia o autoridad Competente*

Verificación de Derechos

Apertura PARD – Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos

* Ley 1098 – Artículo 100.

Fuente: Subdirección de Restablecimiento de Derechos, del ICBF.

6
Cuando el ICBF recibe una denuncia de un presunto un niño, niña o adolescente en condición de trabajador infantil, un equipo psicosocial verifica la veracidad de los hechos y emi-
te un concepto integral del estado de cumplimiento de derechos, en el caso que al menos uno de ellos, sea afectado se ordena la apertura de la investigación y se inicia el “Proceso
Administrativo de Restablecimiento de Derechos – PARD”

23
Verificación de Derechos

Apertura PARD – Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos

(Ministerio de I Trabajo)
M

Autoridades Judiciales- Ley


I
1453

ENTO
del niño, niña o adolescente de la actividad que amenace o vulnere sus derechos; entre otras, según
corresponda en cada caso concreto.

 Acciones de prevención en las instituciones educativas, con talleres dirigidos a los niños,
niñas y adolescentes y docen- tes, con el apoyo de la institu- ción de salud y educación en
territorio
 Orientación a los servidores públicos en los territorios, so- bre trabajo infantil, normativi-
dad y otros conceptos sobre peores formas de trabajo in- fantil.
 Para la protección integral de los niños, niñas y adolescen- tes trabajadores infantiles, se
activa el Sistema Nacional

de Bienestar Familiar: (ICBF, Ministerio de Educación, Mi- nisterio de Salud y Protec- ción Social,
Policía Nacional, Medicina Legal, entre otros), con el fin de articular la oferta institucional y
brindar los ser- vicios sociales pertinentes se- gún sea el caso, tales como: acceso a la educación,
apoyo psicosocial en la construcción de proyecto de vida, atención a la familia y opciones para el
uso del tiempo libre y demás.

• Existen dos modalidades para el apoyo y fortalecimiento a la familia, que el ICBF brinda en la
atención especializada a los niños, niñas y adolescentes vinculados a peores formas de trabajo
infantil: primero, externado, que es un espacio entre cuatro y cinco horas en

las que se desarrollan activi- dades: culturales, recreativas y formativas para el buen uso del tiempo
libre en la jornada alterna a la escolar; Segundo, intervención de apoyo, que presta una orientación
para fortalecer las condiciones in- dividuales y socio-familiares para el goce pleno de los dere- chos
de los niños, niñas y ado- lescentes y concientizar a las familias de su función como núcleos
protectores. (ICBF, 2013 a)

• Por último, después que se le han restablecido los derechos a cada uno de los niños, niñas y
adolescentes que estaban en condición de trabajador infantil, el ICBF efectúa un proceso de
seguimiento indi- vidual y familiar.

Infantil de Red Unidos, Comi- té Técnico Minas, los Comités de Erradicación de Trabajo In- fantil,
ubicados en los munici- pios y departamentos.

• El convenio interadministra- tivo de cooperación entre el DANE, el Ministerio de Trabajo y el


ICBF, mediante el cual se adelanta el seguimiento a los indicadores de trabajo infantil, con el fin de
dar alcance a este objetivo, el DANE lidera dos 7

4.3. Alianzas con otras entidades


El ICBF ha venido efectuando alianzas con diversos actores públicos y privados en su obje- tivo de
garantizar el goce pleno de los derechos de la niñez y el bienestar de las familias co- lombianas, en
cuanto al trabajo conjunto en la prevención y pro- tección contra el trabajo infantil, caben resaltar
las siguientes:
•El acuerdo de colaboración para el fortalecimiento del ICBF en el periodo de 2011

hasta el 2013 firmado con la Organización Internacional para el Trabajo - OIT y que se ejecuta
actualmente, median- te el Programa Internacional para la Erradicación del Traba- jo Infantil - IPEC

• Trabajo articulado con el Mi- nisterio de Trabajo, en tres comités: el Comité Interins- titucional de
Erradicación de Trabajo Infantil, el Comité de la Mesa Técnica de Trabajo

7
Las dos encuestas aunque son representativas a nivel nacional, operacionalmente y estadísticamente son diferentes, por lo cual, no son comparables.

24

grandes encuestas: la Encues- ta Nacional de Trabajo Infantil - ENTI decenal (2001 y 2011) y la
Gran Encuesta Integrada de Hogares – GEIH incluyendo en el cuarto trimestre un módulo de
Trabajo infantil (a partir del año 2012 se aplicara anual- mente).

• La alianza público privada con la Fundación Telefónica Co- lombia, en donde, “Yo Digo Aquí
Estoy” es una de las campañas bandera, la cual, opera como una aplicación gratuita para teléfonos
celu- lares inteligentes que es uti- lizada de manera libre por la comunidad para denunciar o reportar
ante el ICBF presun- tos casos de trabajo infantil,

Conclusiones
dicha aplicación se encuentra interconectada con una plata- forma web mediante la cual, el ICBF
recibe los reportes y procede a ubicar al niño, niña o adolescente para brindarle una atención
integral.

• Convenios con las cajas de compensación familiar, con el fin de procurar un adecuado manejo del
tiempo libre de las niñas, niños y adolescentes en el marco del Fondo para la Atención Integral de la
Niñez y Jornada Escolar Complemen- taria –FONIÑEZ.

• Articulación con empresas del sector minero, con el fin de sensibilizar a la población so- bre la
responsabilidad social

empresarial con su comuni- dad y en las consecuencias de la vinculación de niños, niñas y


adolescentes en trabajo in- fantil.

• La Estrategia de Ciudades Prósperas para los niños, ni- ñas y adolescentes, es uno de los proyectos
liderados por la Subdirección General del ICBF, en el cual, se han adherido vo- luntariamente las
alcaldías de las principales ciudades de Colombia, comprometiéndo- se a mejorar las condiciones de
vida de las niñas, niños y adolescentes de su territorio, siendo uno de los ejes de ac- ción la
erradicación del trabajo infantil.

 La limitación al derecho de la educación en la niñez trae consecuencias negativas para el


bienestar presente y futuro de las niñas, niños y adolescentes. En otras palabras, el buen uso
del tiempo en la niñez potencia la formación de capital humano y mejora el bienestar social
a largo plazo.
 Un niño que trabaja se aleja del goce de su infancia. El trabajo infantil significa que los
niños tienen que restarle tiempo a su educación, recreación y a la socialización con sus
pares generaciones, para verse inmersos en actividades que no son propias de su edad. Se
les niega la oportunidad de ser niños y les resta sus potencialidades.
 Enfatizar la importancia de generar cambios en las actitudes e imaginarios culturales que
desmitifi- que el trabajo infantil como una de las maneras de formar a la niñez y de
incorpóralos a la sociedad, dado que las familias de los niños y niñas trabajadores, ya sea
por creencias o carencias económi- cas, siguen enviando a sus hijos a trabajar, en ese
sentido es prioritario trabajar con la familia para generar una mayor concientización de los
beneficios de la educación para mejorar la calidad de vida y de los efectos nocivos del
trabajo infantil en su desarrollo y bienestar, potenciando así el rol pro- tector de la familia.

económicas. Los estudios realizados

en Camboya y Tanzania revelan que una proporción sustancialmente


más elevada de niños y niñas trabaja
en los pueblos expuestos
a choques económicos de origen agrícola, como la sequía, las
inundaciones y las malas cosechas.
Gran parte de la literatura evidencia que el trabajo infantil es un mecanismo de amortiguación de las
familias ante las crisis económicas. Los estudios realizados en Camboya y Tanzania revelan que
una proporción sustancialmente más elevada de niños y niñas trabaja en los pueblos expuestos a
choques económicos de origen agrícola, como la sequía, las inundaciones y las malas cosechas
(Guarcello et al., 2008; Beegle et al., 2003; en OIT, 2013). Otro estudio que analiza la incidencia de
la contracción económica de Venezuela, durante el período 2002- 2003, reveló que la proporción de
niños y niñas en el mercado de trabajo prácticamente se había duplicado mientras caía el PIB, y que
luego esta proporción disminuía con la recuperación de la economía (Blanco y Valdivia, 2006; en
OIT, 2013). En la misma línea, un estudio realizado en las zonas urbanas de Brasil reveló que el
incremento en el desempleo de los adultos tiene un efecto considerable sobre la probabilidad de que
los niños y niñas abandonen la escuela y empiecen a trabajar (Duryea et al., 2007; en OIT, 2013).

24

Las restricciones de acceso al crédito presionan hacia un mayor trabajo infantil al interferir en la
capacidad de los padres para hacer intercambios entre ingreso actual y futuro (Acevedo et al., 2011;
Brown, 2002). En un escenario de acceso al crédito, ante variaciones en los ingresos, las familias
pueden hacer uso de sus expectativas de ingresos futuros y así moderar la restricción en el consumo
a lo largo del tiempo. Cuando las familias tienen restricciones de acceso al crédito, deben echar
mano a sus activos actuales y reemplazar el retorno futuro que significa la educación de niños y
niñas, por las restricciones actuales.

Dehejia y Gatti (2002) testean esta hipótesis tomando una muestra en 172 países y encuentran que
hay una relación negativa y significativa entre el trabajo infantil y las restricciones en el crédito,
siendo mayor en los países de menores ingresos. Medida por la relevancia del crédito en el PIB
nacional, el aumento en una desviación estándar en la proporción del crédito en el PIB está
relacionada con una disminución de 10% en la desviación estándar del trabajo infantil. Del mismo
modo, el acceso al crédito mitiga el incremento en el trabajo infantil en contextos de variaciones o
choques en el ingreso familiar (Beegle, Dehejia y Gatti, 2003; en Acevedo et al., 2011).

De modo contrario, el crecimiento económico, medido por el incremento en el PIB y el PIB per
cápita, se relaciona con la disminución del trabajo infantil. El análisis realizado por la OIT en cuatro
países de la región, para las edades entre 12 y 14 años, durante el período 2001-2007, muestra una
fuerte correlación inversa entre ambos fenómenos: un coeficiente de -0,83 en Colombia; -0,73 en
Brasil; -0,51 en Costa Rica; y -0,47 en Honduras. En el mismo informe se realiza un análisis de la
elasticidad del trabajo infantil en relación a las fluctuaciones en la economía. El resultado para estos
países es de -0,13 cuando se utiliza el PIB per cápita (es decir, que por cada aumento de 1% en el
PIB per cápita, la tasa de actividad o participación de este grupo de población se reduce en 0,13
puntos porcentuales) y de -0,08 con el PIB total (OIT, 2009).

El análisis de datos realizado por Sauma (OIT, 2015), indica que los casos de Chile, Panamá, Perú,
Bolivia y Guatemala constituyen la excepción a la relación descrita. Chile y Panamá, ambos países
con la menor tasa de trabajo infantil en el año 2002, a pesar de sostener un crecimiento económico
alto, no lograron disminuciones significativas hacia 2012, lo cual podría reflejar, según el autor, que
a menores niveles de trabajo infantil, el crecimiento económico tiene menos impacto en su
reducción.
Del mismo modo, Bolivia y Perú tuvieron un crecimiento económico alto, pero no lograron reducir
su tasa de trabajo infantil. Guatemala, por el contrario, tuvo un bajo crecimiento económico y logró
una modesta reducción de trabajo infantil. Los tres países mostraban las mayores tasas de trabajo
infantil al inicio del período de medición.

25

Factores asociados al trabajo infantil y adolescente

Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil

B. Sectores económicos y mercado de trabajo local


Como se vio anteriormente, el fenómeno del trabajo infantil se relaciona estrechamente con la
evolución de la economía en los países y, de manera más específica, con las dinámicas y
características de las economías locales donde habitan las familias. La dinámica económica a nivel
local y las características del mercado de trabajo inciden; por un lado, en la oferta de empleo,
calidad del mismo y en los salarios y; por otro lado, en la valoración subjetiva de la educación
según el retorno que signifique en el mercado de trabajo local.

El mayor nivel de informalidad del mercado laboral se vincula con la mayor incidencia del trabajo
infantil. El análisis regional realizado por Sauma (OIT, 2015) encuentra una fuerte correlación
positiva entre ambas dimensiones, es decir, que mayores niveles de informalidad corresponden con
mayores tasas de trabajo infantil.

Además, hay sectores económicos con mayor prevalencia de trabajo infantil. Según el informe
Estimaciones mundiales sobre el trabajo infantil de la OIT (2017), el sector de la agricultura -que
comprende la pesca, la silvicultura, la agricultura de subsistencia y comercial, la ganadería y la
acuicultura- es el sector en el que los adolescentes que trabajan tienen más probabilidades de
realizar trabajos peligrosos y es donde se concentra mayormente el trabajo infantil. En las
Américas, 5,5 millones (52%) de niños, niñas y adolescentes trabajan en la agricultura (OIT, 2017).

Diversos estudios señalan que la zona donde habitan los niños, niñas, adolescentes y sus familias,
repercute en la probabilidad de que ingresen en el mercado laboral. Los análisis en Nicaragua
(Bonilla, 2010) muestran que los hogares de zonas urbanas con jefes de hogar económicamente
activos reducen la probabilidad de trabajo infantil en un 49%, en relación a jefes activos de la zona
rural. Un estudio en Ecuador (Villazhañay y Narváez, 2014) destaca que los niños y niñas
residentes en áreas urbanas incrementan en 4.94 puntos porcentuales sus posibilidades de estudiar y
no trabajar.

Sumado a los movimientos en la economía, la valoración del capital humano calificado por parte
del mercado de trabajo local incide en la decisión de las familias de mantener a sus hijas e hijos en
la escuela o incorporarlos al trabajo. En el mismo informe (OIT, 2015), el aumento de la demanda
de trabajadores calificados está asociado a una mayor escolarización de los niños y niñas y a una
reducción del trabajo infantil, puesto que aumentan los beneficios futuros asociados a la educación.
El crecimiento de la industria tecnológica en la India, la cual demandó fuerza de trabajo altamente
calificada, incidió en la valoración de la educación. Los distritos que registraron el más alto índice
de creación de empresas y empleos en el sector de servicios de tecnologías también experimentaron
un mayor incremento en la matrícula escolar, lo cual se relaciona estrechamente con la disminución
del trabajo infantil.
26

De este modo, como señala el informe, “en los países donde hay pocas oportunidades de trabajo
decente que exija competencias avanzadas y donde, por lo tanto, los beneficios de la educación son
limitados, los padres tienen menos razones para posponer la entrada de sus hijos e hijas en el mundo
del trabajo e incurrir en los gastos asociados a su escolarización” (OIT, 2015: xix).

C. Institucionalidad
Parte importante de los esfuerzos de los organismos internacionales comprometidos con la
prevención y erradicación del trabajo infantil ha consistido en generar acuerdos y normas que
permitan definirlo y en establecer prioridades para la acción política de los países. Tres importantes
instrumentos internacionales –la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño 9,
el Convenio OIT núm. 138 sobre la Edad Mínima10 y el Convenio OIT núm. 182 sobre Erradicación
de las Peores Formas de Trabajo Infantil11– establecen en conjunto los límites legales del trabajo
infantil y proporcionan la base jurídica de las medidas que pueden adoptarse a nivel nacional e
internacional para avanzar en su prevención y erradicación (OIT, 2015).

La mayoría de los países de América Latina y el Caribe han ratificado estos instrumentos y han
aplicado una serie de cláusulas de flexibilidad contenidas en ellos, relativas al ámbito de aplicación,
la determinación del organismo fiscalizador, la fijación de una edad mínima, entre otras, que
inciden de diferente manera en la institucionalidad y el carácter de las medidas legislativas y de
políticas aplicadas.

Por ejemplo, en la mayoría de los países de la región, las instituciones encargadas de fiscalizar el
trabajo infantil y adolescente son los Ministerios de Trabajo. Por otro lado, los planes de prevención
y erradicación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido han sido
elaborados por comisiones nacionales especializadas en el tema, lideradas por los Ministerios de
Trabajo en asocio con Ministerios de Desarrollo Social/Protección Social o entes rectores en
políticas de infancia y familia. Varios países de la región incorporan el tema de trabajo infantil entre
los lineamientos, estrategias o líneas de acción de Planes Nacionales de Desarrollo y/o Planes
Nacionales de Infancia y Adolescencia. Cabe indicar que de manera complementaria a las políticas
generales sobre prevención y erradicación del trabajo infantil, algunos países han aprobado
instrumentos para temáticas específicas como explotación sexual comercial de niños, niñas y
adolescentes, trata de personas menores de edad y trabajo doméstico infantil.
El trabajo infantil y adolescente en América Latina y el Caribe

El trabajo infantil es un fenómeno amplio y persistente en América Latina y el Caribe. Su


ocurrencia se vincula directamente con la violación de los derechos fundamentales de los niños,
niñas y adolescentes, pues genera impactos negativos profundos y perdurables a lo largo de la vida
(CEPAL, 2017). En reconocimiento de estas profundas consecuencias negativas, desde hace más de
20 años, los países de la región vienen realizando grandes esfuerzos para erradicar este flagelo.
Estos incluyen la ratificación de instrumentos internacionales —especialmente el Convenio sobre la
Edad Mínima, 1973 (Núm. 138) y el Convenio sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil, 1999
(Núm. 182), de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)—, la concreción de importantes
adelantos en materia legislativa a nivel nacional, el desarrollo de una base de conocimientos sobre
el tema y la promoción de políticas y programas de prevención y erradicación. Esto ha llevado a una
significativa reducción de la incidencia del trabajo infantil3, lo que ubica a América Latina y el
Caribe en una posición privilegiada para convertirse en la primera región en desarrollo libre de
trabajo infantil (OIT, 2013).

Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2017), alrededor de 10.5
millones de niños, niñas y adolescentes se encuentran en situación de trabajo infantil en América
Latina y el Caribe, correspondiente al 7,3% de la población regional de 5 a 17 años. Si bien se
aprecia una tendencia a la baja al comparar estos resultados con los de 2008, es también verificable
que el progreso es lento, pese a las mejoras relativas de la región en productividad y reducción de la
pobreza y desigualdad.

La complejidad del fenómeno, combinada con un escenario económico diverso para América
Latina4, llama a redoblar esfuerzos para evitar un retroceso. Ante este contexto, 28 países de la
región, junto a organizaciones de empleadores y de trabajadores, se unieron para llevar a cabo la
Iniciativa Regional América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil, con la que se busca acelerar
el ritmo de disminución del trabajo infantil y lograr su completa eliminación hacia 2025,
respondiendo así a la Hoja de Ruta mundial, a las metas de la Agenda Hemisférica sobre Trabajo
Decente y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que vuelven a posicionar la erradicación
del trabajo infantil como una meta prioritaria bajo la Meta 8.7.

Para lograr el ambicioso objetivo de eliminar todas las formas de trabajo infantil en 2025, la
Iniciativa Regional ha desarrollado un Marco Acelerador de Políticas5. Este incluye una serie de
estrategias que busca maximizar el alcance y efectividad de los sistemas de protección social y
educación, en

la prevención y erradicación del trabajo infantil, bajo la articulación de los respectivos Ministerios
de Trabajo (OIT, 2017). El Marco Acelerador de Políticas está basado en la combinación de dos
abordajes: por un lado, un enfoque de protección para el retiro del trabajo infantil y restablecimiento
de derechos; y por otro, un enfoque preventivo, que comprende acciones destinadas a identificar e
intervenir oportunamente a los niños y niñas que se encuentran en trayectoria de trabajo infantil
para impedir su ingreso precoz al mercado laboral.

Dentro de estas acciones, y considerando que es imperante proporcionar datos fiables, exhaustivos y
oportunos que sirvan de base para determinar las prioridades de la acción nacional y subnacional
dirigidas a la prevención y eliminación del trabajo infantil, la Oficina Regional de la OIT para las
Américas, en su calidad de Secretaría Técnica de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe
libre de trabajo infantil, solicitó asistencia técnica a la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL) con el fin de elaborar en conjunto una herramienta que posibilite la
identificación oportuna de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en trayectoria de
trabajo infantil.

Esta herramienta, denominada Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil, permite
identificar los territorios en los cuales hay mayor probabilidad de trabajo infantil a partir de la
información estadística existente en los países y, además, posibilita estimar el peso de diversos
indicadores de riesgo en los territorios, con el fin de definir qué acciones multisectoriales son más
relevantes en ellos para interrumpir la trayectoria del trabajo infantil. Esto facilitaría que los países,
tanto a nivel nacional como subnacional, dispongan de información confiable para diseñar
respuestas focalizadas y articuladas, mejorar el desempeño y efectividad de las políticas públicas,
avanzar en el logro de las metas nacionales y contribuir al logro de los compromisos globales
asumidos.

El documento se estructura en cinco apartados. El primero examina el contexto actual del trabajo
infantil en la región a través de un análisis de su prevalencia en los países y de una búsqueda de
características comunes entre ellos en base a la información disponible. El segundo revisa diferentes
estudios con el fin de poder elaborar un cuerpo analítico que dé cuenta de los factores asociados al
trabajo infantil. Este apartado se divide en dos partes, por un lado, se analizan los factores asociados
al contexto y, por otro lado, se entrega evidencia acerca de los factores del hogar y del propio niño o
niña. En la tercera sección se examinan los distintos elementos presentes a la hora de realizar una
medición del trabajo infantil, entre los que destacan cuestiones relacionadas con la definición
estadística y las fuentes de información disponibles para dicha medición. En el cuarto apartado se
propone una metodología para identificar y estimar el trabajo infantil a nivel subnacional a partir de
la información estadística de los países. Finalmente, en el quinto apartado se presenta un ejercicio
de validación de la metodología propuesta, indicando sus fortalezas y debilidades.
1
E LTRABAJOINF
ANTILY
ADOLESCENTE EN
AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE
16

En América Latina y el Caribe, la mayoría de los países ha realizado importantes esfuerzos con el
fin de prevenir y erradicar el trabajo infantil. Este proceso ha llevado a una significativa reducción
tanto en términos absolutos como relativos, lo que ubica a la región en una posición privilegiada
para convertirse en la primera región en desarrollo libre de trabajo infantil (OIT, 2013).

Según estimaciones de la OIT (2017), el porcentaje de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años
en situación de trabajo infantil bajó de 10,8% en 2008 a 7,3% en 2016, lo que equivale a una
disminución de 3.7 millones de personas en esa situación. En este período, también se constata una
importante reducción del trabajo peligroso6, que disminuyó de 6,7% a 4,4%, equivalente a 3.2
millones de niños, niñas y adolescentes.

En números absolutos, para 2016 se estima que hay más de 10.4 millones de niños, niñas y
adolescentes, entre 5 y 17 años de edad, en situación de trabajo infantil en la región. Si bien las
estadísticas no son comparables entre los países, siguiendo las definiciones y estadísticas oficiales
reportadas en cada uno de ellos, se puede constatar que Brasil, México y Perú son los que presentan
mayor cantidad de población en esta condición. En términos porcentuales, los países con mayor
prevalencia al trabajo infantil son Haití (34%), Bolivia (26%), Paraguay (22%) y Perú (21,8%); y
los de menor prevalencia son Costa Rica (2,1%), Panamá (2,5%), Belice (3,2%) y Argentina
(5,8%).

6 En el apartado d) del Artículo 3 del Convenio de la OIT sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la
acción inmediata para su eliminación, 1999 (núm. 182), se define el trabajo infantil peligroso del siguiente modo:
d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la
seguridad o la moralidad de los niños.

Cuadro No. 2

América Latina y el Caribe (19 países): Población y porcentaje de niños, niñas y adolescentes
en situación de trabajo infantil (Distintos años)

América Latina y el Caribe.


Nota 1: Se utiliza la definición y medición oficial reportada por cada país. En la mayor parte de los países, el trabajo
infantil medido está asociado al de la actividad/ocupación económica no permitida.
Nota 2: Para Argentina, los tramos de edad corresponden a 5-15 años y 16-17 años.
Nota 3: Para Bolivia, República Dominicana y Perú, los tramos de edad corresponden a 5-13 años y 14-17 años. Nota 4:
Guatemala considera el análisis de los 7-17 años.

18

El trabajo infantil y adolescente en América Latina y el Caribe

Aunque los números varían de país a país, entre las características


que destacan se puede constatar que gran parte de los niños, niñas y
adolescentes que trabajan lo hacen en actividades agrícolas.
Aun cuando en América Latina y el Caribe no existen estudios regionales actualizados que
posibiliten comparar la situación de los niños, niñas y adolescentes en la región, los de nivel
nacional7 permiten constatar que la región tiene una serie de rasgos comunes con relación al trabajo
infantil. Aunque los números varían de país a país, entre las características que destacan se puede
constatar que gran parte de los niños, niñas y adolescentes que trabajan lo hacen en actividades
agrícolas.

Dentro de las subregiones, la Andina es la que presenta mayor concentración en estas actividades
(62%), seguida por Mesoamérica (43%), mientras que la menor proporción (38%) se encuentra en
el Cono Sur (OIT, 2013). A nivel de países, en Ecuador por ejemplo, los resultados de la Encuesta
de Trabajo Infantil (2013) muestran que el 71% de los niños, niñas y adolescentes que trabaja lo
realiza en la agricultura, el 21% en el sector de servicios y el 8,1% en la industria. En Guatemala, la
Encuesta ENCOVI (2014) da cuenta que el 65% de los niños, niñas y adolescentes que trabajan lo
hacen en la agricultura. En Colombia, según la Gran Encuesta Integrada de Hogares (2017), se
constata que la agricultura concentra el 44,4% del trabajo infantil; el comercio, hoteles y
restaurantes representan el 30,1% (DANE, 2017). Por su parte, en México, el 30% de los niños,
niñas y adolescentes trabaja en el sector agropecuario; 25% en el sector servicios y 23% en el
comercio (INEGI, 2015).

Una segunda característica regional es la elevada concentración de trabajo infantil en el sector


informal, especialmente en el trabajo familiar no remunerado. En Guatemala, por ejemplo, más del
64% de los niños, niñas y adolescentes ocupados se encuentran insertos en el sector informal, en
donde más del 95% lo hace en modalidad de trabajadores familiares no remunerados (ENEI, 2014).
En El Salvador, 70% de los trabajadores infantiles son informales; y 60% del total, trabajadores
familiares no remunerados (DIGESTYC, 2013). En Panamá, dos de cada tres niños, niñas y
adolescentes trabajan sin remuneración en el propio hogar (INEC y UCW, 2014).

Una tercera característica en común es la marcada división del trabajo infantil por género. Aquí se
constata que los niños y adolescentes hombres presentan mayores tasas de trabajo infantil en
comparación con las niñas y adolescentes mujeres; y que los primeros, concentran su trabajo en las
actividades productivas fuera del hogar, especialmente en la agricultura. En El Salvador, por
ejemplo, el 76% del trabajo infantil es realizado por los hombres, donde predomina la agricultura,
ganadería y silvicultura (DIGESTYC, 2013). En Guatemala, cerca del 67% del trabajo infantil lo
realizan los hombres, especialmente niños indígenas, 69%, dedicándose principalmente a la
agricultura, 65%
(ENEI, 2014). Por otro lado, las niñas y adolescentes mujeres concentran su trabajo en actividades
domésticas y de cuidado no remuneradas. En Ecuador, por ejemplo, 7 de cada 10 personas, entre 5
y 17 años, que realizan tareas domésticas son mujeres (INEC, 2012). En Brasil, por su parte, cerca
de 214.000 niños, niñas y adolescentes se dedican al trabajo doméstico y, de ellos, el 94,2% son
mujeres, proporción que se mantiene entre los adultos y marca la fuerte división de género en esta
ocupación (CEPAL, 2016a). Esta situación genera una doble desventaja, ya que muchas de ellas
además de efectuar trabajos domésticos asalariados, tienen que realizar las tareas domésticas en sus
propios hogares. Cabe señalar que muchas veces esta actividad queda invisibilizada debido a que en
algunos países conciben el trabajo infantil sólo dentro de los límites del Sistema de Cuentas
Nacionales, dejando fuera de las mediciones oficiales el trabajo doméstico (no asalariado) y de
cuidados.

Una cuarta característica que se puede extraer de los informes nacionales es que el trabajo infantil y
adolescente afecta en mayor proporción a los pueblos indígenas y afrodescendientes. En el Estado
Plurinacional de Bolivia, casi la mitad de los niños, niñas y adolescentes que están inmersos en
situaciones de trabajo infantil son indígenas y muchos de ellos realizan actividades peligrosas. De
modo similar, cerca del 60% de los niños y niñas, entre 5 y 13 años, que realizan trabajo infantil en
Brasil son afrodescendientes.

Además, en la mayoría de los países de la región se constata una concentración en determinadas


regiones al interior de los países. En Perú, las regiones que presentan mayores tasas de trabajo
infantil son Huancavelica (79%), Puno (69%), Huánuco (65%), Amazonas (64%) y Pasco (50%)
(MINTRA, 2015). En Brasil, los estados de Bahia, Minas Gerais, Pará y São Paulo son los que
concentran mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil (SAGI,
2015).

En Brasil, por su parte, cerca de 214.000 niños, niñas y adolescentes


se dedican
al trabajo doméstico y, de ellos, el 94,2% son mujeres, proporción
que se mantiene entre los adultos y marca

la fuerte división de género en esta ocupación (CEPAL, 2016a). Esta


situación genera una doble desventaja, ya que muchas de ellas
además de efectuar trabajos domésticos asalariados, tienen que
realizar las tareas domésticas en sus propios hogares.
20

El trabajo infantil y adolescente en América Latina y el Caribe

Una quinta característica común es que, en gran parte de los países, los niños, niñas y adolescentes
no reciben remuneración alguna y aquellos que perciben algún salario, se sitúan muy por debajo de
los niveles legalmente establecidos. En Colombia, por ejemplo, el 56,2% de niños, niñas y
adolescentes trabajadores no recibían remuneración en 2017. En Ecuador, apenas el 30,5% declara
que recibe ingresos por su trabajo. En Costa Rica, el 20,9% de las niñas y adolescentes mujeres
ocupadas recibe un pago en especie por su trabajo. En Uruguay, por su parte, la mayoría recibe
ingresos de forma monetaria a cambio de su trabajo, que representa menos del 9% del ingreso total
de los hogares.

Finalmente, en América Latina y el Caribe, el trabajo infantil y adolescente se concentra en las


edades más tardías, en general entre los 15 y 17 años, característica que difiere a las constatadas en
otras regiones del mundo. En efecto, según el último informe Estimaciones mundiales sobre el
trabajo infantil, preparado por la OIT (2017), en el mundo, los niños y niñas de 5 a 11 años
constituyen el 48% del total de niños y niñas en situación de trabajo infantil, cifra que en las
Américas8 ronda el 37%.

En síntesis, el ritmo del progreso y los indicadores alcanzados generan preocupación respecto a la
posibilidad de cumplir con las metas y compromisos nacionales e internacionales, entre los que se
destaca la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Para alcanzar la ambiciosa meta de eliminar
todas las formas de trabajo infantil hacia 2025, se requiere acción en varios frentes, incluida la
reducción de la pobreza, la mejoría del acceso, retención, pertinencia y calidad de la educación, la
generación de oportunidades de trabajo decente para los miembros adultos de la familia (hombres,
mujeres y jóvenes en edad de trabajar), la promoción de la igualdad de género, el fortalecimiento de
políticas de protección social, entre otras, con especial atención a las poblaciones más vulnerables al
trabajo infantil, considerando las dimensiones territoriales, de género y étnico-raciales.

A continuación, se presentan las principales dimensiones de análisis que surgen de la revisión de la


literatura para explicar el fenómeno del trabajo infantil.

La información se estructura en dos apartados (ver Gráfico No.1). En primer lugar, se exponen los
factores asociados al contexto en el que viven los niños, niñas, adolescentes y sus familias, y cómo
estos afectan la decisión de incorporarles al mercado laboral. Dentro del contexto, se diferencia
entre el contexto macroeconómico, sectores económicos, institucionalidad y las políticas públicas
que se implementan.

En segundo lugar, se muestran los factores familiares e individuales, a saber, las características de
los padres, madres, niños y niñas y su condición socioeconómica, que ayudan a explicar la
persistencia del fenómeno.
Gráfico No. 1

Factores asociados al trabajo infantil

TRABAJO INFANTIL
Fuente: Elaboración propia.

Factores asociados al contexto

Factores asociados de carácter familiar e individual

Contexto macroeconómico

Sectores económicos
y mercado del trabajo local

Institucionalidad Políticas públicas

Pobreza y vulnerabilidad

Características de la familia y del hogar

Características individuales

23

Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil

2.1 Factores asociados al contexto


A. Contexto macroeconómico
Son varios los factores económicos que se asocian al incremento o disminución del trabajo infantil.
Aspectos como el Producto Interno Bruto (PIB) y PIB per cápita del país, el salario mínimo y su
capacidad de cubrir los costos de vida (salario crítico), las crisis económicas, el desempleo, la
preponderancia de ciertos sectores económicos y su dinamismo, el grado de formalidad del mercado
de trabajo y el incremento de la demanda de mano de obra calificada, inciden en la decisión de las
familias de incorporar a sus hijos e hijas al mercado laboral o, por el contrario, de mantenerlos
escolarizados.

Gran parte de la literatura evidencia que el trabajo infantil es un


mecanismo de amortiguación de las familias ante las crisis
económicas. Los estudios realizados

en Camboya y Tanzania revelan que una proporción sustancialmente


más elevada de niños y niñas trabaja
en los pueblos expuestos
a choques económicos de origen agrícola, como la sequía, las
inundaciones y las malas cosechas.
Gran parte de la literatura evidencia que el trabajo infantil es un mecanismo de amortiguación de las
familias ante las crisis económicas. Los estudios realizados en Camboya y Tanzania revelan que
una proporción sustancialmente más elevada de niños y niñas trabaja en los pueblos expuestos a
choques económicos de origen agrícola, como la sequía, las inundaciones y las malas cosechas
(Guarcello et al., 2008; Beegle et al., 2003; en OIT, 2013). Otro estudio que analiza la incidencia de
la contracción económica de Venezuela, durante el período 2002- 2003, reveló que la proporción de
niños y niñas en el mercado de trabajo prácticamente se había duplicado mientras caía el PIB, y que
luego esta proporción disminuía con la recuperación de la economía (Blanco y Valdivia, 2006; en
OIT, 2013). En la misma línea, un estudio realizado en las zonas urbanas de Brasil reveló que el
incremento en el desempleo de los adultos tiene un efecto considerable sobre la probabilidad de que
los niños y niñas abandonen la escuela y empiecen a trabajar (Duryea et al., 2007; en OIT, 2013).

24

Las restricciones de acceso al crédito presionan hacia un mayor trabajo infantil al interferir en la
capacidad de los padres para hacer intercambios entre ingreso actual y futuro (Acevedo et al., 2011;
Brown, 2002). En un escenario de acceso al crédito, ante variaciones en los ingresos, las familias
pueden hacer uso de sus expectativas de ingresos futuros y así moderar la restricción en el consumo
a lo largo del tiempo. Cuando las familias tienen restricciones de acceso al crédito, deben echar
mano a sus activos actuales y reemplazar el retorno futuro que significa la educación de niños y
niñas, por las restricciones actuales.

Dehejia y Gatti (2002) testean esta hipótesis tomando una muestra en 172 países y encuentran que
hay una relación negativa y significativa entre el trabajo infantil y las restricciones en el crédito,
siendo mayor en los países de menores ingresos. Medida por la relevancia del crédito en el PIB
nacional, el aumento en una desviación estándar en la proporción del crédito en el PIB está
relacionada con una disminución de 10% en la desviación estándar del trabajo infantil. Del mismo
modo, el acceso al crédito mitiga el incremento en el trabajo infantil en contextos de variaciones o
choques en el ingreso familiar (Beegle, Dehejia y Gatti, 2003; en Acevedo et al., 2011).
De modo contrario, el crecimiento económico, medido por el incremento en el PIB y el PIB per
cápita, se relaciona con la disminución del trabajo infantil. El análisis realizado por la OIT en cuatro
países de la región, para las edades entre 12 y 14 años, durante el período 2001-2007, muestra una
fuerte correlación inversa entre ambos fenómenos: un coeficiente de -0,83 en Colombia; -0,73 en
Brasil; -0,51 en Costa Rica; y -0,47 en Honduras. En el mismo informe se realiza un análisis de la
elasticidad del trabajo infantil en relación a las fluctuaciones en la economía. El resultado para estos
países es de -0,13 cuando se utiliza el PIB per cápita (es decir, que por cada aumento de 1% en el
PIB per cápita, la tasa de actividad o participación de este grupo de población se reduce en 0,13
puntos porcentuales) y de -0,08 con el PIB total (OIT, 2009).

El análisis de datos realizado por Sauma (OIT, 2015), indica que los casos de Chile, Panamá, Perú,
Bolivia y Guatemala constituyen la excepción a la relación descrita. Chile y Panamá, ambos países
con la menor tasa de trabajo infantil en el año 2002, a pesar de sostener un crecimiento económico
alto, no lograron disminuciones significativas hacia 2012, lo cual podría reflejar, según el autor, que
a menores niveles de trabajo infantil, el crecimiento económico tiene menos impacto en su
reducción.

Del mismo modo, Bolivia y Perú tuvieron un crecimiento económico alto, pero no lograron reducir
su tasa de trabajo infantil. Guatemala, por el contrario, tuvo un bajo crecimiento económico y logró
una modesta reducción de trabajo infantil. Los tres países mostraban las mayores tasas de trabajo
infantil al inicio del período de medición.

25

Factores asociados al trabajo infantil y adolescente

Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil

B. Sectores económicos y mercado de trabajo local


Como se vio anteriormente, el fenómeno del trabajo infantil se relaciona estrechamente con la
evolución de la economía en los países y, de manera más específica, con las dinámicas y
características de las economías locales donde habitan las familias. La dinámica económica a nivel
local y las características del mercado de trabajo inciden; por un lado, en la oferta de empleo,
calidad del mismo y en los salarios y; por otro lado, en la valoración subjetiva de la educación
según el retorno que signifique en el mercado de trabajo local.

El mayor nivel de informalidad del mercado laboral se vincula con la mayor incidencia del trabajo
infantil. El análisis regional realizado por Sauma (OIT, 2015) encuentra una fuerte correlación
positiva entre ambas dimensiones, es decir, que mayores niveles de informalidad corresponden con
mayores tasas de trabajo infantil.

Además, hay sectores económicos con mayor prevalencia de trabajo infantil. Según el informe
Estimaciones mundiales sobre el trabajo infantil de la OIT (2017), el sector de la agricultura -que
comprende la pesca, la silvicultura, la agricultura de subsistencia y comercial, la ganadería y la
acuicultura- es el sector en el que los adolescentes que trabajan tienen más probabilidades de
realizar trabajos peligrosos y es donde se concentra mayormente el trabajo infantil. En las
Américas, 5,5 millones (52%) de niños, niñas y adolescentes trabajan en la agricultura (OIT, 2017).
Diversos estudios señalan que la zona donde habitan los niños, niñas, adolescentes y sus familias,
repercute en la probabilidad de que ingresen en el mercado laboral. Los análisis en Nicaragua
(Bonilla, 2010) muestran que los hogares de zonas urbanas con jefes de hogar económicamente
activos reducen la probabilidad de trabajo infantil en un 49%, en relación a jefes activos de la zona
rural. Un estudio en Ecuador (Villazhañay y Narváez, 2014) destaca que los niños y niñas
residentes en áreas urbanas incrementan en 4.94 puntos porcentuales sus posibilidades de estudiar y
no trabajar.

Sumado a los movimientos en la economía, la valoración del capital humano calificado por parte
del mercado de trabajo local incide en la decisión de las familias de mantener a sus hijas e hijos en
la escuela o incorporarlos al trabajo. En el mismo informe (OIT, 2015), el aumento de la demanda
de trabajadores calificados está asociado a una mayor escolarización de los niños y niñas y a una
reducción del trabajo infantil, puesto que aumentan los beneficios futuros asociados a la educación.
El crecimiento de la industria tecnológica en la India, la cual demandó fuerza de trabajo altamente
calificada, incidió en la valoración de la educación. Los distritos que registraron el más alto índice
de creación de empresas y empleos en el sector de servicios de tecnologías también experimentaron
un mayor incremento en la matrícula escolar, lo cual se relaciona estrechamente con la disminución
del trabajo infantil.

26

De este modo, como señala el informe, “en los países donde hay pocas oportunidades de trabajo
decente que exija competencias avanzadas y donde, por lo tanto, los beneficios de la educación son
limitados, los padres tienen menos razones para posponer la entrada de sus hijos e hijas en el mundo
del trabajo e incurrir en los gastos asociados a su escolarización” (OIT, 2015: xix).

C. Institucionalidad
Parte importante de los esfuerzos de los organismos internacionales comprometidos con la
prevención y erradicación del trabajo infantil ha consistido en generar acuerdos y normas que
permitan definirlo y en establecer prioridades para la acción política de los países. Tres importantes
instrumentos internacionales –la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño 9,
el Convenio OIT núm. 138 sobre la Edad Mínima10 y el Convenio OIT núm. 182 sobre Erradicación
de las Peores Formas de Trabajo Infantil11– establecen en conjunto los límites legales del trabajo
infantil y proporcionan la base jurídica de las medidas que pueden adoptarse a nivel nacional e
internacional para avanzar en su prevención y erradicación (OIT, 2015).

La mayoría de los países de América Latina y el Caribe han ratificado estos instrumentos y han
aplicado una serie de cláusulas de flexibilidad contenidas en ellos, relativas al ámbito de aplicación,
la determinación del organismo fiscalizador, la fijación de una edad mínima, entre otras, que
inciden de diferente manera en la institucionalidad y el carácter de las medidas legislativas y de
políticas aplicadas.

Por ejemplo, en la mayoría de los países de la región, las instituciones encargadas de fiscalizar el
trabajo infantil y adolescente son los Ministerios de Trabajo. Por otro lado, los planes de prevención
y erradicación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido han sido
elaborados por comisiones nacionales especializadas en el tema, lideradas por los Ministerios de
Trabajo en asocio con Ministerios de Desarrollo Social/Protección Social o entes rectores en
políticas de infancia y familia. Varios países de la región incorporan el tema de trabajo infantil entre
los lineamientos, estrategias o líneas de acción de Planes Nacionales de Desarrollo y/o Planes
Nacionales de Infancia y Adolescencia. Cabe indicar que de manera complementaria a las políticas
generales sobre prevención y erradicación del trabajo infantil, algunos países han aprobado
instrumentos para temáticas específicas como explotación sexual comercial de niños, niñas y
adolescentes, trata de personas menores de edad y trabajo doméstico infantil.

Entrando al problema: activador cognitivo.

Conceptualicemos:

Cuál es la realidad del contexto:

Reflexionemos:

Trabajando el problema:

¿cuáles son los niños, niñas y adolecentes de nuestra I.E. que participan
del trabajo infantil? Identifiquemóslos.

¿Qué clase de trabajo realizan?

¿Qué caracteristicas tienen esos estudiantes menores trabajadores?

Bibliografía.
SESIÓN No. 2

HISTORIA DEL TRABAJO INFANTIL

SESIÓN No. 3

EL TRABAJO INFANTIL EN COLOMBIA Y EN IBAGUÉ

SESIÓN No. 4:

MARCO LEGAL, ORGANIZACIONES Y CONVENIOS


INTERNACIONALES, NACIONALES Y MUNICIPALES DE
PREVENCIÓN CONTRA EL MALTRATO INFANTIL.

1.1. ONU. - Organización de las Naciones Unidas


Las Naciones Unidas y sus organismos fomentan principios en materia de derechos huma-
nos a nivel internacional.
En 1945, al finalizar la 2a Guerra Mundial, la comunidad internacional se reúne en búsque-
da de un espacio organizativo que regule y equilibre las relaciones internacionales, sustitu-
yendo a la Liga de las Naciones creada en 1919 al finalizar la 1a Guerra Mundial y a la cual
pertenecían los estados neofacistas. Es entonces que se crea la Organización de las
Naciones Unidas (O.N.U.) y desde su creación se han llevado a cabo asambleas,
convenciones, reu- niones, conferencias, adopción de convenciones, declaraciones,
protocolos, planes de acción para garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos.
Éstos son principios éti- cos y legales que reconocen a todos los seres humanos como
intrínsecamente poseedores de determinadas condiciones de vida y formas de ser tratados
en la sociedad.

Debemos considerar que: "Los derechos humanos fundamentales se heredan de forma uni-
versal y sin condiciones desde el nacimiento. Nuestro derecho a ellos deriva sencillamente
de nuestra condición humana. Son derechos naturales, derechos morales reivindicados
tradicio- nalmente para todas las personas, sin tener en cuenta que hayan sido reconocidos
en teoría o en la práctica por una sociedad en concreto".

En el 2003 la ONU tiene 189 Estados Miembros.

1.2. OIT - Organización Internacional del Trabajo

En el 2003, la OIT tiene l75 Estados Miembros. Debe conocerse que no todos los Estados
que pertenecen a la ONU son miembros de la OIT.
La OIT. tiene sus raíces en la situación social de Europa y América del Norte en el Siglo
XIX, en los comienzos de la revolución industrial, que generó un extraordinario desarrollo
econó- mico, pero a costa de un sufrimiento humano intolerable. Las trabajadoras y los
trabajado- res realizan acciones gremiales reclamando justicia y derechos laborales. Estas
luchas y la reflexión ética y económica sobre el coste humano de la revolución industrial
hacen surgir la idea de una legislación laboral internacional.

En1919 se crea la OIT (Organización Internacional del Trabajo), como uno de los organis-
mos de Unión de las Naciones que se creó al finalizar la Primera Guerra Mundial, y el
único que continúa hasta nuestros días.
En el Preámbulo de su Constitución se afirma que "la paz universal y permanente sólo
puede lograrse si se basa en la justicia social". Hace referencia a la protección de la infancia
y ado- lescencia como principio de no discriminación.

En la Declaración de Filadelfia en 1944 se establecen los siguientes principios:

• El trabajo no es una mercancía


• La libertad de expresión y de asociación es esencial para el progreso constante
• La pobreza, en cualquier lugar, constituye un peligro para la prosperidad de todos/as •
Todos los seres humanos sin distinción de raza, credo o sexo, tienen derecho a perseguir su
bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad y de
seguridad económica y en igualdad de oportunidades
La Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) es la única institución especializada de
las Naciones Unidas cuya estructura es tripartita, ya que prevé la participación de
representan- tes de gobiernos, organizaciones de empleadores y organizaciones de
trabajadores en una relación peculiar de estos interlocutores sociales, que estipulan las
normas internacionales del trabajo y la protección de los derechos de los/as trabajadores en
todo el mundo.

El sistema tripartito contribuye a la estabilidad social, al crecimiento y desarrollo y desde


esta perspectiva, se debe atender particularmente a la problemática del trabajo infantil.
Anualmente se realiza en Ginebra la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en la que
se adoptan los Convenios y Recomendaciones, (normas internacionales del trabajo). Una
vez que han sido aprobados o adoptados, están abiertos a la ratificación de los Estados
Miembros. El hecho de que un país vote el texto de un Convenio no significa que lo
ratifica- rá; la ratificación es un proceso independiente. Los gobiernos ratifican los
convenios por deci- sión propia y ningún país puede ser obligado a firmar o ratificar un
convenio.

Cuando un Estado firma un convenio, es como si firmara un tratado con otro país.
Generalmente, un Convenio de la OIT entra en vigor doce meses después de que la Oficina
Internacional del Trabajo haya registrado dos ratificaciones. Por ejemplo, en lo que respecta
al Convenio N° 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, Seychelles fue el primer
país en ratificarlo, el 28 de septiembre de 1999; el segundo fue Malawi, el 19 de noviembre
de 1999. Por consiguiente, el 19 de noviembre de 2000 es la fecha de entrada en vigor,
pues- to que el propio convenio prevé que entrará en vigor 12 meses después de la fecha de
la segunda ratificación. Posteriormente, cuando un Estado ratifica el Convenio, recién a los
doce meses entra en vigor en dicho país.

Al principio las normas se centraron en las condiciones de trabajo: el Convenio N° 1 se


refie- re a las 8 horas de trabajo diarias y 40 semanales, el N° 3 sobre la protección de la
mater- nidad y los N° 5, 6 y 7 al trabajo de menores, es decir que desde su creación la OIT
tiene como uno de sus principales objetivos la eliminación efectiva del trabajo infantil.

El término convenios fundamentales o normas fundamentales del trabajo se refiere al grupo


de ocho (8) convenios de la OIT que tratan de lo que se considera como los derechos huma-
nos en el trabajo o los derechos fundamentales de los/as trabajadores.

Los 8 convenios o normas fundamentales del trabajo son:

• Convenio N° 29 sobre el trabajo forzoso - 1929 -


Tiene por objeto la eliminación inmediata de todas las formas de trabajo forzoso. Hay cinco
excepciones: el servicio militar obligatorio; ciertas obligaciones cívicas; el trabajo car-
celario que resulta de una condena penal; el trabajo necesario en casos de emergencia tales
como guerra, incendios y terremotos; y pequeños servicios para la colectividad, por
ejemplo, los Programas Especiales para los jóvenes.
162 ratificaciones al 19 de agosto de 2003.
• Convenio N° 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicalización -
1948 Garantiza a los/as trabajadores y a los empleadores el derecho de constituir
organizaciones y afiliarse a éstas, así como la libertad de sindicalización. Garantiza la
supresión de los actos de discriminación contra los sindicatos y garantiza la protección de
las organizaciones de tra- bajadores y empleadores contra la injerencia o las restricciones
de las autoridades públicas. 142 ratificaciones al 19 de agosto de 2003.

1.3. Qué son las Normas, Convenios y Convenciones Internacionales

Los convenios internacionales son materia de derecho internacional.


Son instrumentos que comprometen a cada país con el efectivo cumplimento de los
derechos de sus habitantes.
El proceso de establecer normas internacionales supone alcanzar consenso de todos los
Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas - ONU - o del organismo corres-
pondiente.
En la elaboración de las normas internacionales participan personas de culturas y credos
dife- rentes en nombre de pueblos y credos diferentes. Están destinadas a garantizar el
principio: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos ..."-
Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948.
Por lo general, se elaboran bajo los auspicios de una organización internacional como, por
ejemplo las Naciones Unidas, la UNESCO, la OIT, etc., las que celebran conferencias
diplo- máticas para redactar el proyecto de texto de una norma y una vez aprobada, entra en
vigor sólo después de haber sido ratificada por un cierto número de países. "Entrar en
vigor" es un término jurídico que significa que la norma, convenio, convención, etc., pasa a
formar parte del derecho internacional.
En derecho internacional, la ratificación implica responsabilidad internacional. Los
instrumen- tos internacionales son obligatorios para los países que los ratifican. Al hacerlo
los gobiernos nacionales se comprometen a proteger y asegurar los derechos especificados
y aceptan su responsabilidad - ante la comunidad mundial - en su cumplimiento de acuerdo
a los recur- sos con que cuenten los países. Se establece un mecanismo llamado mecanismo
federal que implica que la ratifica a través de su representante o a través de la Cancillería
ante la Organización correspondiente (ONU, OIT, OEA, etc.).
Cada país decide qué jerarquía le da a las normas internacionales dentro de su ordenamien-
to jurídico, de su derecho doméstico. El primer paso necesario es que el Congreso dicte la
Ley incorporando la norma ratificada y el Poder Ejecutivo la promulgue. En algunos países
las incorporan a la Constitución Nacional. Ello implica todo un andamiaje legal dentro de
las estructuras de poder de un Estado, que posibilitan que esa norma tenga efectiva fuerza
en el país que ratifica.
Para evaluar su aplicación intervienen organismos, comités y diversas cortes, cuya función
consiste primordialmente en evaluar el grado de cumplimiento de las normas ratificadas.
Los gobiernos están obligados a informar periódicamente a esos organismos sobre el
cumpli- miento en su aplicación, como por ejemplo al Comité de los Derechos del Niño/a
sobre la Convención sobre los Derechos del Niño/a, a órganos de la estructura de la OIT, a
la Corte Interamericana y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; que
evalúan los informes y las denuncias recibidas y juzgan el nivel de cumplimiento e
incumplimiento. Cabe mencionar que la violación de cualquier tratado de derechos
humanos o norma ratificada, puede abrir la instancia de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos en Washington y en Costa Rica.
Lamentablemente, tal como se verifica permanentemente en legislaciones internas y en la
comunidad internacional desde hace muchos años, los Estados han entendido, o querido
entender según su propia conveniencia, que estos Pactos o Tratados de Derechos Humanos,
no necesariamente se aplican a todos los sectores de la población o a todos los pueblos.

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Para ello, basta con recordar la historia reciente de los países más empobrecidos y verificar
el permanente incumplimiento de los Tratados de Derechos Humanos, o ver cómo la
Guerra contra Irak, decidida unilateralmente, viola todas las Recomendaciones o las
Conclusiones del Consejo de Seguridad de la ONU, poniendo en riesgo el delicado
equilibrio mundial logrado por estos Organismos Internacionales.

Esto hace reflexionar por un lado sobre la necesidad de estas normas para reafirmar que los
derechos humanos son aplicables universalmente y por otro la necesidad de normas de dis-
criminación positiva.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, sancionada por la ONU en 1948, expre-
sa en su Preámbulo: "La libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el recono-
cimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana. Los Estados en cooperación con las Naciones Unidas, se
comprometen al respeto universal y efectivo de los derechos y libertades fundamentales del
hombre y de la mujer", lo que aún no se ha logrado. El derecho a la igualdad no se logra
tratando por igual a los/as desiguales, sino que ha sido necesario establecer normas espe-
cíficas, normas de discriminación positiva, para llegar progresivamente a esa igualdad, con-
templando específicamente a los/as que están relegados por diferentes razones en la socie-
dad, como las mujeres, los niños y las niñas, etc., para que puedan acceder a los mismos
beneficios del resto de la población.

Cabe insistir en que el hecho de pertenecer o ser parte de cualquier tratado internacional,
genera una responsabilidad internacional que es ineludible. Ello está indicado en la
Convención de Viena de 1969, que es la Convención de los Tratados, el llamado Tratado de
los Tratados. En sus artículos 26 y 27 está basada fundamentalmente la estructura de todo el
sistema de protección internacional de los derechos humanos. Expresan que ningún país
podrá alegar disposiciones internas o legislación interna para no cumplir con un tratado
internacional. Establece además un principio jurídico que explica que los Tratados son
ratifi- cados para ser cumplidos de buena fe.

En Argentina en 1994se llevó a cabo una reforma constitucional. En esa oportunidad varios
de ellos se incorporaron a la Constitución de la Nación Argentina en el Artículo 75, inciso
22 y adquirieron rango constitucional.
SESIÓN No. 5

EL MAESTRO DE AULA Y EL TRABAJO INFANTIL

SESIÓN No. 6

EVALUÁNDONOS…..

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