Libreto Coro
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A CHORUS LINE, El
musical
La linea del coro
La acción se desarrolla en un teatro de Broadway durante una audición. Al fondo del escenario hay una hilera de espejos. Al
abrirse el telón, Zack marca los últimos pasos de la combinación de jazz mientras todos los bailarines, con Larry al frente, bailan
viendo hacia los espejos.
ZACK: A ver,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Bien! Y lo unimos con
vuelta, vuelta, fuera, cierra, salto,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
De cambré voy,
media vuelta, paso, paso, paso.
La última vuelta!
Todos los pasos desde el principio, de espaldas al espejo. ¡Cinco, seis, siete, ocho!
(El primer grupo de muchachas empieza los pasos de ballet. Diana baila sacando la lengua)
TODOS: Y si no le gusto,
si no le gusto,
mi estilo no le ha de gustar,
así no puedo ni bailar,
me siento a punto de llo...
(Las luces vuelven a la realidad. El primer grupo de muchachas baila la combinación de jazz. Cuando terminan,
Zack se dirige a Kristine:)
ZACK: La de café! Mucho mejor, pero sigues muy tensa. Tranquila. (El segundo grupo de
muchachas se coloca en posición)
TRICIA: Como que ya me sé la combinación, pero ¿me puedes poner alguien al frente? Por
Favor!
ZACK: Larry...
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TRICIA: Gracias.
ZACK: Siguientes. Cinco, seis, siete, ocho. (Sheila baila frente a Val y Zack le dice:) A un lado... a
un lado! (Sheila no obedece) ¡Alto!... Sheila, hazme un favor. Pásate al fondo. (A Val) Y
tú al frente. (Sheila se molesta y Val se burla de ella, pero ambas obedecen) Otra vez. Cinco,
seis, siete, ocho.
(El grupo baila la combinación. Al llegar a cierto punto Sheila se detiene y deja al grupo. Después regresa y
termina la combinación)
(El segundo grupo de muchachos empieza la combinación. Richie se sale de la fila enfrente de Paul y cae encima
de Zack, que le dice:)
(El grupo se desbanda para ir a sus maletas y buscar las fotos. Mientras...)
(Los bailarines han tomado su posición en la línea blanca pintada en el suelo. Enseñan su foto por delante de su
cara)
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Y ¿qué me va a pedir?
O ¿qué actitud fingir?
¿Con cuanta gente he venido a competir
que sea yo por dios, yo quiero ser.
ESCENA 1 “PRESENTACION”
SHEILA: ¡Perfecto!
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JUDY: Perdón... ¿A todo hay que contestar? Digo, no es muy cortés preguntar su edad a
las damas.
ZACK: Aquí no cuenta el ser cortés. Aquí lo que cuenta es tu edad y yo quiero saber
cuantos años tienes. Uno por uno en la línea; empezamos por el primero de la
derecha.
(La línea mira a Don. Él se les queda viendo un momento, luego voltea a maggie)
ZACK: No se oye.
MAGGIE: (Grita) Maggie Winslow! A veces me llamo Margaret, Margie o Peggy... En fin, así
me llamo y nací en San Mateo, California un jueves por la noche a los veinte para
las once, el 17 de Agosto de 1977.
ZACK: Siguiente.
CONNIE: Connie Flores. Ahora y siempre Connie Flores. Nací en la ciudad de México.
(Regresa a su lugar)
ZACK: ¿Edad?
CONNIE: (Se adelanta dudando) Ah!... El 5 de Diciembre de... el año 3 conejo del calendario
Azteca.
ZACK: Otro.
SHEILA: Soy Sheila Bryant. Originalmente Sara Rosemary Bryant, nombre que detesto.
Nací el 8 de Agosto de 1972 en Colorado Springs, Colorado. Voy a cumplir 30
años muy pronto, (A Val) y que bueno.
JUDY: Me llamo Judy Turner, pero mi verdadero nombre es Tina Turner. (Los demás se
burlan) No, no, no, no... siempre he sido Judy Turner. Nací el 21 de Julio de 1976.
Ah! Nací en El Paso... El Paso, Texas.
KRISTINE: Gracias.
ZACK: Siguiente.
VAL: Por convenir así a mis intereses, me llamo Valerie Clark. Pero mis papas insisten
en que me llamo Margaret Mary Houlihan. (Al grupo) Para cortarse las venas,
¿no?... (A Zack) Nací en un pueblo rascuache que se llama Arlington, Vermont. Bye,
bye...
ZACK: ¿Edad?
DIANA: ¿Qué puede uno hablar del Bronx? Está pasando “Central Park”... a la derecha.
DIANA: ¿Quién sabe? Tengo ritmo, soy latina, siempre anduve bailando y brincando...
Oiga... ¿Quiere saber si sirvo para actuar? Deme una escena y se la leo, se la
actúo, pero no puedo nada mas hablar. Por favor, estoy nerviosísima.
DIANA: Mire, no me molesta hablar, de veras, pero... es muy difícil ser la primera... Por
favor.
ZACK: Está bien Diana, regresa a la línea. (Diana vuelve a la línea) Antes de seguir bailando,
y vamos a bailar más todavía, hay una cosa que les voy a explicar. Necesito un
grupo fuerte de bailarines, pero también necesito gente que se vea formidable,
Además, hay pequeños papeles que tendrán que actuar los bailarines que
contrate. Ya tengo sus fotos, ya sé en que han trabajado, pero eso no me va
ayudar. Y no quiero darles nada mas a leer unas cuantas líneas. Creo que sería
mejor que yo supiera algo sobre ustedes, sobre su personalidad. Les voy a hacer
algunas preguntas y quiero oírlos hablar. Hagan de cuenta que están en una
entrevista. No quiero que crean que tienen que actuar. Nada mas quiero oír que
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dicen y como son ustedes. Y todos tranquilos... lo más que puedan. (Sheila levanta la
mano) ¿Dime Sheila?
SHEILA: Estaría tranquila... si empezara con el primero. (Se adelanta lentamente) Bueno... ¿Qué
quiere que le diga?
SHEILA: Porque... pues antes, yo quería ser “prima ballerina”... (Hace un gesto) ¡Ay esa luz!
¿Qué color es ese? ¿No hay nada mas suave?
SHEILA: Bueno... Como te iba diciendo, yo quería ser bailarina de ballet, porque mi mamá
bailaba ballet, hasta que mi papá se lo prohibió...
ZACK: Demasiado.
ZACK: Tu papá.
SHEILA: Él.
ZACK: Tu mamá...
SHEILA: Pero quería ser bailarina y la becaron muchas veces y esas cosas. Luego se casó y
por culpa de mi papá tuvo que dejar el baile. Terrible, ¿no? Después tuvo una hija
maravillosa, yo, y la fue convirtiendo en lo que ella siempre había querido ser. Y
lo fue haciendo de una manera fantástica. ¿Quieres que te la cuente?
SHEILA: (Coqueta se suelta el pelo) Es lo que estaba tratando de hacer. (Se sacude la cabeza)
¿Mejor?
SHEILA: Ah si…Lo que hizo. Pues…para empezar, me llevó a todos los ballets, y luego me
regalo sus zapatillas, que yo usaba para correr de puntitas por las banquetas.
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VAL: (Burlándose) ¡Ay, de puntitas!
SHEILA: ¡Ay, a los cinco años niña!... Un día, me llevó a ver una película, “Las Zapatillas
Rojas”, y se me metió en la cabeza ser esa señora, la bailarina pelirroja. Y cuando
mi mamá se dio cuenta de que yo estaba decidida a bailar, me dijo: “No puedes
bailar hasta que tengas más edad”. Yo apenas tenia seis años y dije: “Es que
tengo que bailar”. (A Bobby en secreto) Todo se valía con tal de salirme de la casa.
ZACK: ¿Qué?
SHEILA: Ay! Dije que todo se valía con tal de salirme de casa.
ZACK: Kristine.
KRISTINE: Bueno... pues, dicen que yo de chiquita nada mas prendían el radio y luego luego
me paraba a bailar. Y, este... Ah, un señor llegó a mi casa... de los que venden...
este... Ay, eran de esos, este...
KRISTINE: ¡Ah sí! Cursos de baile. Ah, y para vender, era genial... no se me olvida... Hizo que
me recargara en la tele, una de esas grandotas y cuadradas. Entonces me volteó,
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me agarró el pie y me lo plantó en la nuca, y dijo: “Esta niña tiene madera de
estrella”. Bueno... no sé si fue por la cara que puse, o que yo no me zafaba de la
pierna de este señor, pero mi mamá te puede decir lo importante que fue. Es que,
no me perdía ni un solo baile que saliera en la televisión, sobre todo... Ay Dios!...
Todos los domingos... era este...
ALAN: Ed Sullivan.
KRISTINE: Eso, Ed Sullivan, domingo a domingo, como ir a misa. Y... este... ¡Ay Dios! ¿De que
estaba yo hablando?
ALAN: Ed Sullivan...
KRISTINE: No...no...decía que.... ¡Ah sí! ¡Ed Sullivan!...Ay perdón, es que palabra que estoy
bien nerviosa.
KRISTINE: Es cierto. Pero en fin, siempre supe lo que quería hacer. Yo quería ser como de
película. Sólo que, es muy chistoso, porque nunca quise ser Liza Minnelli, no... Yo
quería ser Olivia Newton John. Lo único malo es que yo tenía un pequeño...
PISTA 02 – CANTAR
KRISTINE ALAN
Si pudiera yo cantar,
solo sé desafinar,
es que no puedo can tar,
Como no sé distinguir
un tono bajo de uno alto,
no la hago de soprano,
ni de tiple, ni con tralto.
Y permítanme de cir
no me vayan a pe dir
que les cante una can ción.
ALAN: Un ratón.
KRISTINE: ALAN:
En cambio,
nunca me ha fallado mi vo lumen,
como lo saben
los que a veces me pre... sumen.
Y,
si la obra es musi cal
nunca he quedado mal
porque sé muy bien bai lar.
Y en las fiestas
cuando alguien dice:
TODOS: A cantar.
KRISTINE: ALAN:
TODOS: Do, re, mi, fa, sol, la, si, do, do, re, mi, fa, sol, la, si, do. La...
TODOS: La...
TODOS: La... la... la... la... la... la... la... la...la... la...
TODOS: ¡La!
VAL: Total, al día siguiente en que cumplí dieciocho años, le di un beso de despedida a
mis papás. Me subí a un autobús “Greyhound” directo a Nueva York. ¡Mmmm!
¿Muy señorita ven que abordo el medio, eh? Porque yo quería ser una de las
“Rockettes”.
Pero eso sí, hay una cosa que quiero aclarar. Yo nunca oí hablar de “Las
Zapatillas Rojas”, nunca vi “Las Zapatillas Rojas”. Es más, a mí que me importan
las pinches “Zapatillas Rojas”.
Decidí ser una “Rockette” porque una muchacha de mi pueblo, Louella Heiner, se
salió del pueblo y logró llegar a Nueva York. Y ella sí era “Rockette”. Bueno, ella
regresó de visita una Navidad y le organizaron un desfile de homenaje... ¿Un
desfile? ¡Qué poca madre, ¿no?! Dos horas lloviendo y yo dándole con el pinche
bastoncito. La mala pata fue que alguien se la echó al plato en plena Navidad y la
dejaron como piñata. ¡Feliz Navidad! Ya nunca pudo volver a Nueva York, que era
donde yo tenía bien puesto el ojo. ¡Nueva York, ahí te voy!
Ay, sólo que yo tenía un pequeño problema... o sea,... era fea, ¡fea con ganas! Yo
era flaca, fea, formalita, desabrida y plana como “Hot Cake”. ¿Se lo imaginan? En
fin, me bajé del camión con mis zapatitos todos blancos, mis medias todas
blancas, mi vestidito todo blanco, mi carita toda fea y mi larga cabellera rubia,
que entonces todavía era natural... ¡Carajo, parecía yo una pinche enfermera! Con
ochenta y siete dólares en la bolsa y siete años de clases de tap y acrobacia. Yo
sabía hacer “splits” de ciento ochenta grados y todavía acabar bailando tap a
ritmo de telegrafista. Bueno, con tanto talento, lo menos que me podía pasar era
que el alcalde de la ciudad me estuviera esperando en la terminal. Pero, ¿qué
creen? Tuve que esperar seis meses para mi primera audición. Bueno, finalmente
¡el gran día llegó! Me presenté en el teatro con mis taps de charol rojo. Les hice
mi numerito de tap, y viene un señor y me dice: “¿Sabes hacer “fankick’s”?”...
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¡Pero por supuesto! ¿Cómo no voy a saber alzar la pata hasta acá?... Pero no lo vi
muy contento. Es que, claro, no es que no le gustaran mis “fankick’s”, la que no le
gusté, fui yo. Así que me dije:... “¡Pinche Radio City”, pinches “Rockettes”! ¡Yo me
voy a bailar a Broadway!” ¡Y en Broadway... de vuelta a lo mismo. En todas las
audiciones yo bailaba como las más fregonas, y al rato me mandaban a volar como
a cualquier chambona. Pero, un buen día, me cayó el veinte. Es que ciega, yo no
estaba... (Mira a Sheila) Me fijé en lo que contrataban. También me agencié la
tarjeta en que me calificaron, después de una audición. Bueno, descubrí que mis
calificaciones decían: “En baile diez, en cuerpo... ¡tres!” ¡Qué tal!
Las de atrás,
y las de adelante más.
Por delante y por detrás
operándome,
mejorándome
Las de atrás,
y las de adelante más.
¡De repente puedo trabajar!
Ponte más
aquí y atrás,
y ¿quién da más?
Yo era plana,
no había quién me echara un lazo,
con mi cara de pambazo
¡No les gusté, no les gusté!
Ahora en cambio
¿qué tal, que tal?
Ni la Miss Universo
puede ponérseme al tú por tú.
Pues...
las de atrás,
y las de adelante más,
cada par en su lugar,
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nuevecitas
y redonditas, ¡sí!
Además,
con poquito silicón,
mis maracas ya puedo menear.
Ponte más
aquí y atrás,
y ¿quién da más?
VAL: Ya te oí, perra. Pero no son como las tuyas, las mías me las hicieron en
proporción.
Sin problemas
puedo asegurar,
toma un taxi,
te vas directo al doctor
que pueda operar...
... de
las de atrás,
y las de adelante más.
Todo mundo quiere ver
cuanto vales tú,
cuanto enseñas tú.
Quieran más,
hazme caso, ya verás,
productores, novios y demás...
Ponte más,
aquí y atrás,
y ya verás.
CASSIE: Mira Zack, me encantaría tener un papel, claro; pero está bien lo que me des.
ZACK: Tu crédito en la cartelera, mutis con aplausos; tu carrera iba bien aquí en Nueva
York.
CASSIE: ¡No tengo trabajo, Zack!... ¡Ay! Estás igual que todos mis amigos, mis
“admiradores”. Se portan como si yo fuera una estrella y no me diera cuenta,
cuando la verdad es que nunca he estado cerca de ser estrella, y nadie tiene los
pantalones para decírmelo. Bueno, ojalá fuera yo estrella... pero no lo soy, Yo soy
bailarina.
ZACK: Está bien, estás pasando por una mala racha, como cualquiera. Ya cambiará.
CASSIE: Eso es lo que yo todo el tiempo me decía en Hollywood, una y otra vez... ¿Y qué
pasó? Nada. No soy actriz.
ZACK: ¡¿Qué?!
CASSIE: ¡No puedo actuar! Pero ahí andaba yo en California, supuestamente de actriz. Y
no me llevó mucho tiempo descubrir que no puedo actuar... A Hollywood tampoco
le llevó tiempo averiguarlo.
CASSIE: Claro... Una porquería de papel en una película que ni fu, ni fa; papel que acabaron
por cortar, a Dios gracias... “Chica a Go-Go” en un programa especial... ¡Ah! Me
probaron de modelo para un comercial de papel higiénico, pero me descalificaron
al final, porque no lo supe acariciar con cuidado. ¿Qué te parece? Diecisiete años
en el ambiente y me reprueban porque no sé acariciar rollos de papel higiénico.
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También bailé en un comercial vestida de “Curita”, muy divertido... Me tocó un
temblor, tomé muchísimo sol... y seguramente te contaron que...
CASSIE: Bueno... pues, cuando a una le sobra el tiempo, ¿qué otra cosa te queda mas que
alocarte y soltarte un poco el pelo? No te cuento lo que engordé, lo que me
angustié. Por eso regresé a Nueva York y por eso hoy me ves aquí... Zack,
cariño... gatito, necesito trabajo.
CASSIE: ¿Que si necesito dinero? ¿Quién no? Pero no quiero una limosna. Quiero trabajo.
¡Quiero trabajo y no conozco otra manera de decirlo! ¿Quieres que lo vuelva a
repetir?
ZACK: No.
CASSIE: Bueno, eso ya es algo... Date cuenta Zack. Hace dos años que no trabajo en mi
trabajo. No tengo otra alternativa. Por eso me regreso a la línea... (Se acerca a la
línea blanca del piso y la señala) Sí, me regreso a tu línea. ¡Me niego a ser mesera, y
sobre todas las cosas, me niego a dar clases de baile mientras yo pueda seguir
bailando...
¡Ésta es mi vida
el baile es baile!
Yo necesito tu ayuda
para volver a empezar,
para sentir que ya viene el estreno,
la orquesta que empieza a tocar.
(Baila)
Ponme los pasos,
ponme los pasos,
ponme los pasos,
dame la oportunidad.
Solo pido música, los espejos
y los pasos, y poder bailar...
(Baila. Al terminar...)
CASSIE: ¡Sí!
CASSIE: ¡Pero por supuesto! ¿Para qué otra cosa estamos aquí? Eso es de lo que se trata,
¿no? ¡De trabajo, Zack! Por eso hoy estoy aquí... por un trabajo!
ZACK: Pues no debiste haber venido. Estás en donde no debes... Cassie, no eres una
bailarina del montón, ¡no sabes ser del montón!
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CASSIE: Pero fui del montón hace años y puedo volver a serlo otra vez. ¿Ni siquiera me
dejas? Por favor, por lo menos dame la oportunidad.
(Entra Larry)
ZACK: Uh, no... No, váyanse abajo y que se aprendan la letra de la canción. (Larry empieza
el mutis) Ah! Y mándame a Paul. (Larry hace mutis. Después de un momento, a Cassie) Está
bien, ve con Larry y apréndete la letra.
(Cassie hace mutis. Después de una pausa entra Paul, inseguro, y se queda al fondo)
(Zack lo detiene con un ademán y habla con Paul en voz baja. Luego, Zack baja la mano y le dice a Larry:)
LARRY: (Grita hacia fuera del escenario) ¡Bien muchachos, ya pueden pasar!
ZACK: Larry, trae los sombreros.
(Larry sale mientras los demás, con excepción de Cassie, comienzan a entrar. Vienen en grupos, repasando la letra
de la canción, practicando la coreografía o haciendo comentarios. Después de un momento, entra Larry con una
caja de sombreros y se dirige al grupo:)
(Todos escogen un sombrero y se lo prueban. Cassie entra cuando comienza a hablar Zack)
(Las muchachas se preparan para bailar la combinación. Cassie se da cuenta de que las demás traen sombrero)
(Las muchachas bailan la combinación. Zack las observa y corrige los errores)
MUJERES: Un...
(Terminan la combinación)
(Todos bailan)
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella es y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente,
su canción.
PAUL+: ¡Ah!
PAUL: Sí...
CASSIE+: Un médico...
ZACK: ¿Y ahora?
LARRY: Zack, el doctor dijo que sería más rápido si lo mandamos en un taxi al hospital,
en vez de que él venga para acá. Lo va a estar esperando en la puerta de
emergencia.
CASSIE: Yo voy.
ZACK: No.
DON: Yo te ayudo.
ZACK: (Siguiéndolos a la salida) Paul, te veo después... Larry, me llamas del hospital.
(El grupo queda en silencio. Zack recoge la bolsa y se la da a Maggie. Se dirige a su mesa, pero se detiene; voltea,
observa al grupo y finalmente les pregunta:)
BIBI: Te suicidas.
ZACK: No en serio.
RICHIE+: ¡Hombre!
RICHIE: O.K., yo contesto... que esto ya me está asustando. A mí me encanta estar aquí,
pero un buen día me digo: “Richie, tienes ocho años de pasártela bien, pero... ¿a
dónde vas?”.
ALAN: Hay compañeros que cuando se sienten así, se salen rápido del ambiente.
(Todos protestan)
CONNIE+: Es cierto.
BIBI: ¡Ay, por favor!... No empiecen con que el teatro se va a morir, ahora que yo acabo
de empezar.
(Todos protestan)
MIKE: Pero, aunque así fuera, aunque te contrataran para ésta obra... un día se va a
terminar... Todo se acaba, ¿no es cierto?
RICHIE: Luego hay que volver a empezar. Es un rollo que nunca termina, como la cola del
metro. En ésta ambiente, lo único de lo que puedes estar seguro es que mañana
no tendrás trabajo.
JUDY: Pero, ¿no quieren hacer algo más que seguir bailando en el montón?
JUDY: Bueno, yo quisiera ser algo más que la muchacha alta, morena, la segunda de aquí
para allá. No porque quiera ser estrella ni nada, pero...
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VAL: ¡Ah, yo sí!
SHEILA: Ay, ¿quién no? En este país, todo el mundo quiere ser estrella.
DON: Y además...
BOBBY: Bueno, lo siento pero... yo no puedo preocuparme de eso por ahora, porque mis
planes son seguir meneando las piernas mientras pueda y cuando ya no pueda...
bueno, pues simplemente me dedico a otra cosa.
(Todos protestan)
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ALAN: No me digas. Hay más actores sin trabajo que bailarines sin trabajo.
(Reacción general)
DIANA: ¡Ay, no sean payasos! ¡El teatro es así, caray! Nadie se mete al teatro para jugar
a la segura. Estamos todos aquí porque queremos, y miren como se portan. Si el
teatro no es nada mas un trabajo cualquiera... al contrario. O sea que todos
ustedes ¿de qué están hablando?
GREG: De la vida... que está canija para todos. Por eso yo no tengo planes, ni
alternativas. Me conformo con irla pasando... y me bastan las preocupaciones de
cada día para hacerme bolas.
DON: Miren, todos nos sentimos de la misma manera y por eso estamos aquí. Pero, yo
tengo una esposa y dos hijos, y por mucho que me guste el baile y el teatro... el
caso es pagar mis deudas y darles escuela a mis hijos. O sea que tengo que ir a
donde haya dinero.
ZACK: Y, ¿qué vas a hacer?
VAL: ¡Yu-juuu!
GREG: Bueno, si tuviéramos todos que escoger otra carrera... A ver, escojan una
carrera... Tú. (Dirigiéndose a Sheila) ¿Qué te gustaría ser cuando seas vieja?
SHEILA: ¡Joven!
CONNIE: Yo si sé lo que voy a hacer. Porque... una noche, la obra que yo este haciendo se
va a terminar y por fin voy a romper con mi dieta. Luego me subiré al coche con
mi marido y nos iremos a nuestro rancho. Y vamos a tener muchos hijos, bailaré
en la cocina, guisaré todos los días y encantada de la vida me dedicaré a echar
panza.
KRISTINE: Me parece muy bien, menos lo de la gordura. Sí, a mí también me gustaría hacer
eso, pero no tan pronto. Nosotros todavía no tenemos un rancho.
CASSIE: Yo tampoco. Ni podría tener otro amor. Mi felicidad está aquí, en el baile y en el
teatro.
SHEILA: Eso es lo que yo decía antes: “No me daré por vencida. Tengo que ser bailarina a
los dieciocho”... Después me di cuenta de que debía estar en las comedias
musicales y me dije: “Muy bien, voy a bailar en el conjunto... pero tengo que
conseguir un papel antes de los veintiuno...”
SHEILA: Correcto. Luego tienes veinticinco y dices: “Sólo dos años más...”. ¡Bueno
demonios, ya tengo treinta! Quiero decir, ¿cuántos años más me quedan como
bailarina del conjunto? ¿Tres? ¿Cuatro si me opero los ojos?... Bueno, ya no
quiero darme plazos... Y últimamente he estado pensando en abrir una escuela de
baile. No sé... ¿Estoy buscando pretextos? ¿Estoy madurando? No sé...
DIANA: ¿Y quién sabe? ¿Quién sabe algo? No te puedes adelantar. Simplemente tendrás
que esperar a ver que pasa.
ZACK: De acuerdo. Pero si hoy fuera el día que tuvieran que dejar de bailar, ¿cómo se
sentirían?
(Todos reflexionan sobre la pregunta. Diana, que está al centro del escenario, comienza a cantar:)
(Uno por uno, se dirigen lentamente a su lugar en la línea. Cuando ésta se acaba de formar, Zack les dice desde su
mesa:)
(Oscuro final)
ONE
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su canción.
Y no es nada común,
y al entrar se ve...
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su canción.
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
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cante, cuando está presente
su can...
su can...
su canción.