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Proyecto ESI Limpio
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Proyecto ESI Limpio
RICARDO ROJAS”
PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA – 4° TM
MATERIA: EDI - ESI
PROFESORA: ALBA AGUIRRE
ALUMNAS: SAMANTA LAGOMARSINO, FLORENCIA LASTRA, BRENDA OTERO
Contenidos:
La identificación de los roles adjudicados a niños y niñas en publicidades, libros de
cuentos y programas televisivos según su edad.
El conocimiento de sí mismo/a y de los otros/as a partir de la expresión y
comunicación de sus sentimientos, ideas, valoraciones y la escucha respetuosa de
los otros/as, en espacios de libertad brindados por el/la docente.
El reconocimiento e identificación de diversas formas de prejuicios y actitudes
discriminatorias hacia personas o grupos.
La observación de mensajes emitidos a través de los medios de comunicación masiva
(presentes en videojuegos, publicidades, juegos de computadora, series de televisión
y dibujos animados entre otros) reconociendo y discutiendo críticamente las formas
que se presentan a mujeres y varones.
El desarrollo de la propia capacidad creadora y la valoración de los/las
compañeros/as.
Año: 2°
Fundamentación:
Uno de los ejes que constituyen este programa apunta a Reconocer la perspectiva de
género. En una sociedad tan compleja como en la que vivimos es necesario
desarrollar en los niños una conciencia crítica que les permita visibilizar las
inequidades basadas en el género de las personas, poniéndolos frente a situaciones
en la que se puedan analizar esas desigualdades y los casos de discriminación que
pueden emerger a partir del desconocimiento o desinterés. Los alumnos desde que
nacen se enfrentan con prácticas cotidianas que deben ser desnaturalizadas, ya que
si al menos no las ponemos en tensión estamos reproduciendo esas desigualdades
de género que desde hace años fueron motivo de luchas y enfrentamientos sociales
en diversas partes del mundo.
Para ello, estos saberes deberán ser confiables, con validez científica y libre de
conjeturas y falsos mitos. En otras palabras, y recuperando lo establecido por la Ley
N° 26.150, se debe garantizar el derecho del/a niño/a a la libertad de expresión y a
ser oído; y ese derecho incluye “buscar, recibir y difundir informaciones de todo tipo”1.
Con nuestra colaboración, en tanto respondamos a los intereses según sus edades y
en la medida solicitada, y mientras hagamos uso de un lenguaje adecuado, nos
aseguramos que el niño, la niña o el adolescente tengan una calidad de vida segura y
que pueda disfrutarla plenamente.
1
Morgade, Graciela. Toda educación es sexual: hacia una educación sexuada justa / compilado por Graciela Morgade. - 1a ed.
-Buenos Aires: La Crujía, 2011. Página 13.
No es raro pensar que los jóvenes llegan a saber más sobre sexualidad que quienes
deberían enseñarle (Morgade, 201), pero la verdad es que esa información que
suelen incorporar se construye en base a prejuicios, conjeturas y divulgación de
fuentes que no suelen ser confiables -en la mayoría de los casos-. Por eso, qué mejor
que formar parte de este proceso, interesarnos y acompañarlos, ya que así nos
estamos asegurando de que nuestros alumnos puedan vivir con la libertad que se
merecen y los saberes de los que son acreedores.
Para esto, resulta necesario explicar el término género entendido como una
construcción social, cultural, histórica; que se ha edificado en función de la diferencia
sexual entre unos y otros, como así también del rol y la participación que tanto
mujeres y hombres desarrollan en el mundo de lo social, familiar, etcétera. Estas
cuestiones están íntimamente ligadas a un determinismo biológico, esto significa que
se justifican y legitiman las diferencias sexuales a partir de una cuestión biológica en
las que se reconocen las configuraciones culturales socio históricas del género. Cabe
destacar que dichos estereotipos aparecen desplegados a través de la publicidad y
fuertemente en ciertos programas televisivos, lugares de esparcimiento, literatura,
juguetes -entre otros-, desde los cuales se naturalizan y por ende se le asignan
distintas características como la afectividad y los roles o lugares que van a ocupar
unos y otros.
Propósitos:
Secuencia de actividades:
Luego de que aparezcan algunas idea de los niños se les propondrá leer una
adaptación del cuento “La princesa Carlota y su dragón mascota” para ver qué sucede
cuando la protagonista es diferente a las princesas a las que estamos acostumbrados.
Después de la lectura se les entregará a cada alumno una cartulina con una pregunta:
que deberán responder ya sea a partir de un dibujo, de una oración o de ambos. Se
les leerán cada una de las tarjetas y se le les explicará lo que deben hacer. La idea
será que los alumnos se puedan expresar a través de las cartulinas para que quede
un registro de sus ideas iniciales, esto enriquecerá el trabajo posterior. Algunas de las
preguntas serán las siguientes:
Se entregarán más de una misma tarjeta, al menos dos iguales para que se
complementen las opiniones de los chicos. Finalizada la actividad, se les pedirá a
cada alumno que muestre y explique cómo respondió su pregunta. Si en su respuesta
priman los dibujos será una buena oportunidad para que el alumno se exprese, si por
el contrario lo respondió a través de palabras, se les pedirá que lean.
La docente guiará a los alumnos para que identifiquen esa contraparte que muestra la
protagonista en relación con las princesas de las que hablamos al iniciar la clase.
Entre todos llegaremos a la conclusión de que todas las princesas no son iguales ni
tienen los mismos deseos.
Para finalizar, los trabajos de los alumnos se pegarán en una cartulina con el título del
cuento.
Para empezar hablaremos sobre el príncipe azul que aparecía en los cuentos
tradicionales. A partir de preguntas como:
Para ganarse el amor de la princesa, este príncipe tuvo que hacer qué cosa…
demostrar su valentía, su destreza y su fuerza, por ejemplo.
Luego de definir cómo suele ser el príncipe en los cuentos, a partir de ideas brindadas
por los alumnos que serán escritas en un afiche por la docente: “Príncipe azul:
valiente, fuerte, audaz, caballero, solitario…”, se les propondrá a los alumnos volver a
leer el cuento a partir de la fiesta que los padres han organizado para que Carlota
encuentre marido y su posterior idea de crear diferentes pruebas para cada uno de los
candidatos.
Después recuperaremos los nombres de cada uno de los príncipes que aparecieron,
los escribiremos en el afiche para describirlos y posteriormente recordar qué fue lo
que aprendió Carlota gracias a cada uno de ellos. El objetivo entonces será preguntar
las cualidades del príncipe prototípico de los cuentos tradicionales para compararlos
con las cualidades que nos presentan los siguientes:
Luego de comparar estos príncipes con las cualidades del príncipe azul, pegaremos el
afiche en el aula y se les propondrá a los alumnos responder la siguiente pregunta en
su cuaderno: ¿Qué es lo que ha aprendido Carlota después de haber conocido a los
príncipes? Se espera que los alumnos hagan hincapié en que Carlota ha aprendido
mejor cómo son los príncipes: con Margarito habían aprendido que los chicos también
sienten miedo, con Danzarín que también se cansan, con Maderucho que pueden
sentir pena y llorar, con Oscar que les gusta verse bien y con Canijín que no siempre
son fuertes.
La clase tendrá por objetivo darle un cierre a los encuentros anteriores en los que se
ha trabajado en torno a los estereotipos de género en los cuentos a través del relato
“La princesa Carlota y su dragón mascota”. Para ellos se espera crear con los
alumnos un mural en tela que represente el cuento, sin que se reduzca a una escena
del mismo.
Pueden resultar en cómo es Carlota pese a los deseos de sus padres y lo que obtiene
gracias a que mantiene sus ideales y decisiones intactas, que sus padres entendieran
que ella era feliz siendo diferente a las demás princesas, independiente y con una
profesión o cualquier otra interpretación reflexiva que surgiera por parte de los
estudiantes.
En este encuentro, se comentará de manera oral sobre las tareas domésticas, los
roles que tienen los niños y las niñas en sus casas, qué les gusta hacer en su tiempo
libre, qué juguetes utilizan y qué juegos prefieren, qué tipos de vestimentas y colores
usan ellos y sus familiares y preguntará cómo se relaciona eso con los trabajado
anteriormente. Se dará lugar a que reflexionen sobre sus propios gustos,
preferencias, modos de pensar y sentir en relación al tema. Para luego dar comienzo
al armado de un mural sobre tela que será producto de su expresión, será necesario
que cada uno de los niños piense qué quiere representar y se abrirá a discusión: el
tema del mural y el modo de intervención -grupal o individual-.
En conjunto con ellos, se pensará y se escribirá una frase como forma de representar
el mural y lo trabajado en los diferentes encuentros sobre los estereotipos. Como
también, se confeccionará una serie de tarjetas con dicha frase que serán entregadas
a las familias en el cierre de la muestra.
Para finalizar, se les pedirá a los niños y niñas, que les recuerden a las familias que
están invitadas al evento.
Prepararemos todos juntos el espacio para cuando vengan las familias y participen de
la clase abierta sobre la equidad de género, organizaremos las mesas para la muestra
de los trabajados realizados durante el la secuencia. Por ejemplo, los afiches sobre
los personajes, el mural en tela, el rotafolio, etc.
Los alumnos serán los encargados de contarles al público qué estuvimos haciendo a
lo largo de los encuentros, cómo hicimos cada producción, y anécdotas que hayan
aparecido en alguno de los encuentro, etc.
Se les entregará las tarjetas con la frase que hace referencia a la ruptura de los
estereotipos que están disponibles en el sentido común de la sociedad.
ANEXO
La Princesa Carlota no es una princesa corriente. Ella es la Princesa del País de los
Cuentos al Revés, un país donde todo es diferente y las princesas no sueñan con un
príncipe azul, sino con viajar y ser astronautas.
Carlota es una princesa muy divertida, le encanta jugar con los animales, correr por el
bosque, subirse a los árboles y sobre todo pasar horas y horas jugando y
divirtiéndose con sus amigas y amigos.
Ella no espera al príncipe mientras limpia el castillo, sino que se dedica a viajar, a
tener aventuras y a conocer sitios nuevos. Desde que era pequeña le encantaba jugar
subiéndose a los árboles, montar en bicicleta y echar carreras con sus mascotas
gigantes: babosas del tamaño de elefantes y sapos de todos los colores.
Siempre decía que de mayor sería astronauta y por eso se pasaba las noches
acostada en la barriga de Buba, su dragón, mirando las estrellas.
Más tarde, Carlota se hizo mayor y llegó a esa edad en la que muchas muchachas
empiezan a tener novio. A ella no le preocupaba ese tema porque había decidido no
casarse de momento, necesitaba el tiempo para viajar, vivir aventuras con su dragón
y prepararse para ser astronauta.
Pero al Rey y a la Reina esa idea no les hacía tanta gracia.
Todas las mañanas se levantaban con preocupación pensando que Carlota se iba a
quedar soltera de por vida. Entendían que las Princesas tenían que terminar sus
cuentos casándose y no conocían el caso de ninguna que hubiera decidido ser
astronauta y vivir su vida de manera independiente.
Sus padres, el Rey y la Reina, no paraban de repetirle que tenía que encontrar un
marido para poder reinar:
- ¡Carlota! Déjate ya de tanto animalito y búscate un maridito -le repetían el Rey y la
Reina una y otra vez.
- Lo que de verdad me gusta es vivir en el castillo con mis mascotas y hacer cosas
divertidas y estudiar para ser astronauta. Yo no quiero casarme, todavía me quedan
muchas cosas que ver y aventuras que vivir.
- Esta chica no entra en razón… algo debemos hacer…
Así que el Rey y la Reina, a la semana siguiente, fueron muy temprano a los
aposentos de Carlota para despertarla:
- Vamos Carlota levántate, que hemos preparado una gran sorpresa para ti ¡Así que
ponte muy guapa! Celebraremos una fiesta.
Carlota emocionada se levantó de un salto, se puso su mejor vestido y abrió la
ventana para contemplar el hermoso día que hacía… pero para su sorpresa, lo que
Carlota vio fue a una gran fila de príncipes esperando a ser elegidos para convertirse
en su esposo:
3
Original disponible en http://web.ua.es/es/unidad-igualdad/secundando-la-
igualdad/documentos/actua/educacion-infantil/siete-rompecuentos.pdf el 09/10/2016
- No puedo creer que me hayan hecho algo así cuando saben muy bien que yo no
quiero casarme… y ahora no puedo decirles que se vayan porque sería de muy mala
educación.
La princesa se puso a pensar, hasta que se le ocurrió una gran idea: aquel que
quisiera casarse con ella, debería superar una prueba. Pero claro, estas pruebas
serían muy duras, para que así ningún príncipe las superara y Carlota pudiera seguir
soltera y tan feliz en su castillo.
El primero que se atrevió a pasar por las pruebas de Carlota fue el Príncipe Margarito,
que era un gran amante de la naturaleza. Tanto le gustaba que en su palacio tenía un
gran jardín repleto de cientos y cientos de flores preciosas, algunas muy extrañas,
que cuidaba y regaba con mucho cariño.
Como Margarito era un príncipe sensible y tierno al que le encantaban las flores y las
plantas y se había especializado en sus olores, formas y colores, Carlota, decidió
mandarlo a su jardín encantado con una cesta llena de comida para que buscara a
sus “pequeñas babosas” y les diera su almuerzo.
El Príncipe Margarito agarró la cesta con entusiasmo y se adentró en el jardín
encantado. Iba buscando, con la mirada clavada en el suelo, a las babosas de
Carlota, imaginando que serían diminutas, cuando de pronto, su cabeza chocó con
una viscosa y pegajosa “cosa” verde.
Margarito levantó la mirada y cuál fue su sorpresa cuando descubrió que las babosas
de Carlota no eran del tamaño que él imaginaba… ¡eran gigantes! Margarito salió
corriendo horrorizado, se asustó tanto al ver el tamaño de los “animalitos” que
comenzó a llorar sin encontrar consuelo en ninguna de las aclaraciones que le hacía
Carlota:
- Margarito, tranquilo, si no hacen nada, son buenas y no muerden.
El Príncipe Margarito se marchó desconsolado de la fiesta, pero Carlota aprendió algo
muy importante, y es que los príncipes también pueden sentir miedo… no todos son
valientes.
El siguiente fue el Príncipe Danzarín, que era un chico muy inquieto al que le
encantaba pasarse el día cantando, bailando y haciendo piruetas. Así que Carlota le
propuso lo siguiente:
- Si consigues bailar sobre patines durante 24 horas seguidas sin parar ni un solo
segundo, me casaré contigo.
Entonces el Príncipe Danzarín se puso a bailar muy animado y feliz… y así estuvo 1
hora, 2 horas, 3 horas… Y ya no bailaba tan animado, porque Danzarín estaba
cansado y le dolían los pies y la espalda. Llevaba 7 agotadoras horas bailando sin
parar cuando de repente comenzó a ponerse de color rojo, morado, azul, verde,
amarillo y de todos los colores. Entonces se desplomó en el suelo muerto de
cansancio y quejándose de dolor:
- ¡¡ Ayyy mis riñones… ayyy mis pies!!”.
Y Carlota aprendió que los chicos también se cansan, sienten dolor y no siempre
tienen porqué ser fuertes.
El próximo fue el Príncipe Oscar, al que le encantaba ir siempre muy limpio e
impecable y además era un gran jinete y le encantaba presumir de su buen gusto y
buenas maneras mientras montaba en sus también limpios e impecables corceles.
Entonces Carlota, como prueba para casarse con ella, le propuso que domara a su
caballo. Pero el caballo de Carlota era indomable y nadie nunca había conseguido
montarse en él.
El Príncipe Oscar, con mucho cuidado (para no mancharse) entró en el establo donde
se encontraba el indomable caballo de Carlota y en su intento de domarlo, lo único
que consiguió fue que el caballo de una patada lo tirara de cabeza contra el fango,
manchándole toda la ropa. El príncipe al verse lleno de lodo se enfadó muchísimo
porque no soportaba estar sucio, y así Carlota aprendió que a los chicos también les
gusta arreglarse y estar guapos.
Pese a esto, la princesa le explicó a Oscar que no pasa nada por ensuciarse y que
debía disfrutar y jugar y no estar pendiente únicamente de que la ropa estuviera
intachable.
El último príncipe que accedió a superar las pruebas de Carlota fue el Príncipe
Canijín, un chico muy simpático y alegre al que le encantaba viajar y divertirse. Al
verle tan delgadito, Carlota pensó en su prueba y tuvo una idea. Le pediría a Canijín
que acompañara a sus padres, el Rey y la Reina, de compras. Pero el Rey y la Reina
solían hacer grandes compras, porque tenían poco tiempo, así que cuando iban a
comprar lo hacían para todo el año. Canijín al principio cargaba sin problemas todos
los paquetes pero cuando ya llevaba tres pares de zapatos, dos pamelas, varios kilos
de peras y manzanas y muchísimas cajas de leche, decidió pararse.
Estaba horrorizado de todas las cosas que compraban y de cómo lo hacían cargar.
Con firmeza decidió soltar las cosas y con voz tajante afirmó:
- Bueno, bueno, bueno, ¿pero esto qué es? Yo ya no puedo más, todas estas cosas
pesan muchísimo y yo no soy un príncipe fuerte precisamente. Estoy cansado y
además pienso que no es justo que yo cargue con todo mientras el Rey y la Reina
van con las manos vacías. No es justo eso, como tampoco lo es que una princesa me
tenga que poner pruebas para casarme con ella, nos casaremos si estamos de
acuerdo los dos y ya está, y si alguno no quiere tampoco pasa nada por quedarse
soltero o soltera, ¿verdad Carlota?
Carlota no podía creer lo que el Príncipe Canijín estaba diciendo. Por fin encontraba a
alguien que estaba de acuerdo con ella. Y lo mejor de todo, Carlota estaba radiante
de felicidad porque había demostrado a sus padres que no era necesario que una
princesa se casara y que todos los príncipes no tenían porque ser valientes y fuertes.
Con Margarito habían aprendido que los chicos también sienten miedo, con Danzarín
que también se cansan y con Maderucho que pueden sentir pena y llorar; con Oscar
que les gusta verse bien y con Canijín que no siempre son fuertes.
El Rey y la Reina comprendieron por fin que existen princesas que se casan y otras
que no, entendieron que las dos opciones son buenas siempre que ellas sean felices.
Lo importante es que cada princesa elija su opción libremente y termine su cuento
donde y con quien más les apetezca.
Desde entonces Carlota es la Princesa del País de la Igualdad, un país donde todos y
todas pueden hacer las mismas cosas, donde se juegan con los mismos juguetes y se
comparten los colores. Es un país en definitiva, donde todas las personas tienen los
mismos derechos y deberes.
El príncipe Ceniciento4
4
Disponible en https://diversidadycoeducacion.com/2012/06/04/el-principe-ceniciento-de-babette-colle/ el
07/10/2016
El príncipe Ceniciento no parecía un príncipe, porque era bajito, pecoso, sucio y
delgado.
Estaba siempre en la Disco Palacio con unas princesas que eran sus novias.
Y el pobre Príncipe Ceniciento siempre en casa, limpia quete limpia lo que ellos
ensuciaban.
-¡Si pudiera ser fuerte y peludo como mis hermanos!– pensaba junto al fuego,
cansado de trabajar.
Un sábado por la noche, mientras lavaba calcetines, un hada cochambrosa cayó por
la chimenea.
-Se cumplirán todos tus deseos -dijo el hada-.Zis Zis Bum, Bic, Bac Boche, esta lata
vacía será un coche. -¡Bif, Baf Bon, Bo Bo Bas, a la
-¡Dedo de rata y ojo de tritón salvaje, que tus harapos se conviertan en un traje!
-¡Jolines! –dijo el hada-. Ha vuelto a fallar, pero estoy segura de que a medianoche se
romperá el hechizo.
Poco se imaginaba el Príncipe Ceniciento que era un mono grande y peludo por culpa
de aquel error. ¡Él se veía tan guapo!
Y corriendo a la discoteca. El coche era muy pequeño, pero supo sacarle provecho.
Pero al llegar a aquella disco de príncipes, ¡era tan grande que no pasaba por la
puerta!
Y decidió volver a casa en autobús. En la parada había una princesa muy guapa- ¿A
qué hora pasa el autobús? – gruñó.
Por suerte, dieron las doce y el Príncipe Ceniciento volvió a ser como antes. La
princesa creyó que la había salvado ahuyentando a aquel mono peludo.
-¡Espera!- gritó ella, pero el Príncipe Ceniciento era tan tímido que ya había echado a
correr. ¡Hasta perdió los pantalones!
Aquella Princesa resultó ser la rica y hermosa Princesa Lindapasta. Dictó un bando
para encontrar al propietario de los pantalones.
Como era de esperar, los hermanos del Príncipe Ceniciento se peleaban por
probárselos… -Que se los pruebe él -ordenó la princesa, señalando al Príncipe
Ceniciento.
El Príncipe Ceniciento se casó con la Princesa Lindapasta y fueron ricos y felices por
siempre jamás…
… y ésta los convirtió en hadas domésticas. Y en adelante, les tocó hacer las labores
de la casa, por siempre jamás.