Este documento describe los pasos para llevar un gato desde México a Francia, incluyendo obtener un certificado de exportación de la SENASICA, asegurarse de que el gato tenga vacunas al día y un chip ISO internacional, reservar un espacio en cabina en una aerolínea que permita animales pequeños, y preparar al gato para el viaje usando productos como Feliway para reducir el estrés.
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Este documento describe los pasos para llevar un gato desde México a Francia, incluyendo obtener un certificado de exportación de la SENASICA, asegurarse de que el gato tenga vacunas al día y un chip ISO internacional, reservar un espacio en cabina en una aerolínea que permita animales pequeños, y preparar al gato para el viaje usando productos como Feliway para reducir el estrés.
Este documento describe los pasos para llevar un gato desde México a Francia, incluyendo obtener un certificado de exportación de la SENASICA, asegurarse de que el gato tenga vacunas al día y un chip ISO internacional, reservar un espacio en cabina en una aerolínea que permita animales pequeños, y preparar al gato para el viaje usando productos como Feliway para reducir el estrés.
Este documento describe los pasos para llevar un gato desde México a Francia, incluyendo obtener un certificado de exportación de la SENASICA, asegurarse de que el gato tenga vacunas al día y un chip ISO internacional, reservar un espacio en cabina en una aerolínea que permita animales pequeños, y preparar al gato para el viaje usando productos como Feliway para reducir el estrés.
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CÓMO TRAER A TU GATO A FRANCIA DESDE MÉXICO
Tener una mascota no significa restringirnos de mudarnos a otro país o tener
que dejar a nuestro amado y consentido animalito encargado con alguien durante nuestra larga ausencia (sin pensar en el abandono, el peor de los casos). A veces se nos presentan valiosas oportunidades académicas, laborales o personales que desafortunadamente podrían, para muchos, competir con el amor que le tenemos a nuestra mascota y entonces surgen preguntas como: “¿Me lo llevo o no me lo llevo? ¿Qué hago? ¿Es muy complicado?” etc., sin embargo, es muy posible encontrar el equilibrio entre nuestros intereses profesionales o personales y el amor que le tenemos a nuestro peludo. Mucho tiene que ver con la firmeza y la disposición de uno. Si deseas viajar al extranjero con tu mascota, eso implica que debes asumir muchos compromisos y, por supuesto, tener mucha paciencia e invertir algo de dinero. Muchos no están dispuestos a hacerlo, pero para quienes sí, aquí les presento los puntos más importantes y algunos tips para viajar con nuestros peludos. En julio del año pasado fui elegida para ocupar un puesto de profesora de español en la Aix-Marseille Université, en Francia, cargo de debía ocupar a partir del 1 de octubre del 2015 hasta el 30 de septiembre del 2016, con opción de renovación de contrato. Como cualquiera, seguramente, al recibir esta clase de noticias, comencé inmediatamente a informarme de todos los requisitos que debía cumplir para mudarme junto con mi esposo (visas, documentos, alojamiento, etc.) y obviamente, entre esos requisitos figuraban los trámites de exportación de mis felinos (cómo iba a dejar a Carmela y Ciruelo por lo menos un año, eso es impensable para mí). Punto por punto les abordaré cada requerimiento para viajar con ellos. CERTIFICADO DE EXPORTACIÓN DE LA SENASICA Este requisito es absolutamente imprescindible y, de hecho, es lo que debes hacer hasta el final porque sólo tiene 10 días de vigencia. Sin este certificado es imposible entrar al extranjero con tu mascota, salvo a Estados Unidos, donde sólo te piden la cartilla de vacunación vigente y el certificado del veterinario de que el animal que viaja está sano (de todas formas, es mejor informarse para este caso específico). Puedes acudir a cualquier módulo de la SENASICA para que te den informes de los requisitos; hay en los aeropuertos, llamando al 01800 e incluso puedes obtenerlos por internet: http://www.senasica.gob.mx/?id=623. En el caso de Francia te piden lo siguiente: a) Un certificado de un médico veterinario que no exceda de 8 días antes del viaje. En este certificado se debe indicar que el animal se encuentra en perfecto estado de salud para viajar y que ha sido debidamente vacunado y desparasitado, además debe ir con una copia de la cédula del veterinario. Yo sugiero que al día siguiente de tener este certificado se vaya al módulo de la SENASICA a expedir el de exportación para que el tiempo no se les venga encima. No se recomienda que el día del vuelo se tramite todo, por cualquier contratiempo. b) Tener la cartilla de vacunación con la vacuna antirrábica vigente. Es importante que la vacuna antirrábica se haya puesto por lo menos 30 días antes del viaje. Y, aunque no es un requisito, es importante también que las demás vacunas estén vigentes, ya que esto garantiza la salud de tu mascota para que pueda viajar. c) Un chip ISO internacional. Tu mascota debe tener un chip internacional, que consta de más dígitos que el que se usa en México comúnmente. Uno debe cerciorarse que el chip sí sea internacional (hay que ser muy enfático con eso ya que algunos veterinarios desconocen que exista) y que lo ponga un veterinario, éste a su vez les entregará un certificado de aplicación de microchip. El veterinario que hizo todo el trámite para mis gatos sugiere que es preferible que el chip sea aplicado antes del refuerzo de la vacuna antirrábica. Al parecer, en algunos lugares donde son bastante quisquillosos para la exportación, piden esto como requisito.
NOTA IMPORTANTE: Algo que no viene como requisito de la SENASICA es
el Anexo IV, un documento sanitario (en francés) que debe ser rellenado por el veterinario del lugar del origen y las autoridades correspondientes en Francia. No nos lo pidieron, pero nuestro veterinario nos lo dio, por cualquier cosa, pues es requisito para exportar animales desde Estados Unidos a Francia, por ejemplo; así que mejor prevenir que lamentar. También, el veterinario que se encargó de hacer la documentación para Carmela y Ciruelo tradujo los certificados médicos al inglés y francés, así que los gatos llevaron certificados en tres idiomas diferentes, pero esto es opcional, por supuesto. Esto es lo que concierne al certificado de exportación, ahora viene algo que es sumamente relevante también y esto es, prepararnos para viajar con nuestras mascotas. VOLAR CON GATOS a) Escoger la aerolínea y la transportadora Una de las cosas tan importantes como el certificado de la SENASICA es cómo piensas llevar a tu gato (o perro). Antes de comprar tu vuelo, cerciórate de los requisitos de las aerolíneas para transportar a tu mascota en cabina o en bodega. Yo como soy sobreprotectora con mis gatos elegí, sin pensarlo, la opción en cabina. Investigué con muchas aerolíneas los costos y los parámetros que siguen para admitirlos en cabina y estos, por supuesto, pueden variar en cuanto a tamaño y peso, incluso animal permitido. Me di cuenta que la mayoría tienen una medida más o menos estándar, es decir, el peso máximo de la mascota en cabina no puede pasar de los 8 kg, incluyendo el peso de la transportadora. Esto quiere decir que si la transportadora pesa 2.5 kg, el gato o el perro no debe pesar más de 5.5 kg. Además debes fijarte muy bien en las medidas de la transportadora; hay aerolíneas que exigen que lleves al animalito en un transportín de laterales flexibles y hay otras en las que eliges si llevarlo en un rígido. Yo sugiero el flexible, porque las medidas permitidas para estos suelen ser mayores que para las transportadoras rígidas. Por ejemplo, en United Airlines: para transportadoras rígidas la altura no debe pasarse de los 19 cm, sin embargo las transportadoras flexibles pueden tener una altura hasta de 28 cm. Estos transportines puedes conseguirlos en Petco o tiendas especializadas y es preferible que tengan la garantía de seguridad que piden muchas aerolíneas. Algunas marcas son: Sherpa, o Delta. Una vez que hayas escogido la aerolínea y comprado el vuelo, debes llamar a la aerolínea para reservar el lugar de tu mascota. La reservación para viajar con animales tiene un costo, nosotros pagamos 125 USD, si mal no recuerdo, por cada gato (el costo varía dependiendo de la aerolínea). Es necesario que hagas la reservación con anticipación puesto que, por lo regular, se permiten sólo dos animales en cabina por vuelo. Si eliges llevarlo en bodega me parece que igual debes reservar el lugar cuanto antes, aunque hay menos restricciones porque no hay un pequeñísimo límite –creo- de número de animales, pero eso debes verlo con la aerolínea. b) Cómo amortiguar el estrés del gato Sabemos que los gatos son animales muy rutinarios y que, someterlos a cambios tan radicales como lo son un viaje de muchas horas en avión y una mudanza, les puede provocar estrés. Sin embargo, existen actualmente productos que les puedes ayudar a sobre llevar esas situaciones. El Feliway, que son feromonas artificiales, es uno de estos; puedes adquirirlo en difusor, spray y collar. En nuestro caso, compramos a cada uno un collar –que por cierto, huelen bastante bien- y creo que les ayudó bastante, pues estuvieron muy tranquilos durante el trayecto. Hay también unos pequeños bocadillos que contienen una sustancia llamada L-Tryptophan que los ayuda en situaciones de estrés, ya que promueve la liberación de serotonina, la encargada de provocarles sensaciones de placer y relajación. De igual forma, Royal Canin, sacó a la venta un alimento que contiene esta sustancia: “Royal Canin Calm” y encuentras tanto para gatos como para perros. Mis gatos consumieron ese alimento desde más de un mes antes del viaje. c) Seguridad del gato durante el viaje Como bien saben, viajar al extranjero implica pasar por reglas de seguridad. Si llevas a tu mascota en cabina, es obvio que debes ingresar con ella a la hora del abordaje y por ende, tienes que sacarla de cuantas veces sean necesarias, pues la transportadora debe pasar por la cámara de rayos X. Por ello es importante que lleves a tu gato con un arnés, para que al momento de sacarlo puedas ponerle la correa y tener más control sobre él y no correr el peligro de que se escape y se pierda. En nuestro caso, tuvimos que sacarlos tres veces: al momento del abordaje en el aeropuerto de origen y en los trasbordos. No olvides la placa de identificación en su collar o arnés y poner tus datos y los de la mascota en la transportadora. d) Otros detalles Las aerolíneas te piden que lleves en la base de la transportadora un material absorbente, por si a tu mascota le dan ganas de ir al baño. Existen unos pañales entrenadores en las tiendas especializadas, se extienden perfectamente para acomodarlos en la base. También, las aerolíneas te permiten llevar alimento, así que no dudes en preparar una buena porción de croquetas en tu equipaje de mano. Puedes alimentar a tu mascota en los trasbordos o ponerle un pequeño plato dentro de su transportadora, ya que no puedes sacarla durante el vuelo. Tampoco olviden llevar una pequeña cobijita para que el peludo no pase frío, además de toallitas limpiadoras para cualquier accidente y pedir a la sobrecargo una botellita de agua.
Un detalle que tuvimos y que fue, en su momento, un gran problema para
nosotros, es que tomamos el vuelo desde LA, no desde México, pues estábamos en Tijuana. Hubo dudas en quiénes expidieran el certificado de exportación, si la USDA o la SENASICA. Hablamos a los dos organismos (a Sacramento y al DF, respectivamente) y nos decían cosas muy diferentes. Al final, la USDA de LA nos dijo que quien debía expedir el certificado de exportación sería la SENASICA, puesto que el país donde vivían los gatos era México; más tarde este dato nos lo confirmó una asociación estadounidense llama Pet Travel, que se encarga precisamente de estos asuntos. Entonces, la SENASICA de Tijuana nos hizo un certificado de exportación diciendo enfáticamente que los animales iban a pasar por Estados Unidos, sólo para fines de tránsito por vía terrestre. Sufrimos mucho con este detalle y hasta pensamos en regresar al DF para volar desde allá porque los trámites de la USDA son más complicados y además más costosos. Afortunadamente todo se solucionó y logramos sin ningún problema salir desde Los Ángeles. *** Para finalizar sólo les cuento que a nosotros nos fue bastante bien. Cuando llegamos al aeropuerto de LA nos trataron muy amablemente; primero, nos dieron trato preferencial por llevar a nuestros gatos y nos pasaron inmediatamente para que los señoritos no pasaran frío afuera, luego, las señoras que documentaron nuestro equipaje y nos asignaron asientos, nos subieron de categoría a unos asientos con más espacio debajo, para que los gatitos fueran más cómodos (esto tiene un costo pero no nos cobraron nada). Se portaron sumamente bien y hasta nos felicitaron por llevar todo en orden, reservar con tiempo los lugares de las mascotas, y por supuesto, por llevarlas con nosotros a Francia. En una escala que hicimos en Chicago, pudimos sacar a Ciruelo de la transportadora (Carmela no quiso salir) y mucha gente se nos acercó para acariciarlo, tanto así que hizo una amiga, una señora mayor luxemburguesa y amante de los gatos, que hasta nos dio su teléfono y durante el vuelo trasatlántico estuvo preguntando cómo iban los felinos, pues ella iba frente a nosotros. Esta fue nuestra experiencia. Somos felices con nuestros gatos y donde sea que vayamos, ellos también irán. Aquí les muestro en la foto cómo se han adaptado al nuevo espacio y, como verán, no la están pasando mal. Espero que este texto haya sido de ayuda y que no se desanimen por la cantidad de trámites que les espera para llevar a sus mascotas a vivir a otro país.