Interaccionismo Simbolico Ana Maria Brigido
Interaccionismo Simbolico Ana Maria Brigido
Interaccionismo Simbolico Ana Maria Brigido
Como ocurre casi siempre en nuestra disciplina, hay diferentes versiones del
interaccionismo.
Es imposible ingresar en esta cuestión porque podría ser objeto de un libro completo.
Uno de los referentes del interaccionismo en sociología de la educación es Charles
Cooley, para quien sociedad y personalidad son dos aspectos del mismo proceso, ya que
la personalidad es un producto de la interacción con otras personalidades. A él debemos
la distinción entre grupo primario y grupo secundario, y las ideas de ‘yo espejo’ y de
‘profecía que se autorrealiza’, entre otros conceptos muy empleadas en sociología de la
educación.
a) Supuestos fundamentales
Para los interaccionistas, el ser humano al nacer es asocial pero tiene las potencialidades
necesarias para convertirse en ser social. La noción de potencialidad implica la
capacidad para aprender significados a través de la interacción con otros y de la
comunicación simbólica con ellos. El hombre es un ser maleable y está sujeto a las
influencias de la sociedad; ésta conforma su carácter social. Gracias al proceso de
socialización, el individuo puede llegar a desarrollarse plenamente como persona.
Otro supuesto básico del interaccionismo se refiere a la naturaleza de las respuestas del
ser humano. Éste no se limita a responder mecánicamente a estímulos externos, sino que
todas sus respuestas son interpretativas. La conducta depende de numerosos factores
interpretativos, no es reducible a respuestas fijas a esos estímulos; es intencional y está
en gran medida pautada.
Por otra parte, los seres humanos crean símbolos, responden a símbolos y usan símbolos
para modificar la conducta. Los símbolos sirven para organizar el mundo en una entidad
comprensible. Los símbolos y sus respectivos significados son aprendidos y
compartidos a través de la interacción con otros. Los símbolos tienen un papel central
en la vida social, porque el ser humano no se limita a responder a los símbolos, sino que
los usa para estimular la conducta de los otros.
b) Marco teórico
Para que un ser humano pueda actuar socialmente debe dominar los símbolos. Éstos
tienen un significado que les es asignado mediante acuerdo social y debe ser aprendido
por cada miembro de la sociedad; no es innato. Los significados compartidos sirven
para guiar la conducta del individuo en cada situación. Los interaccionistas intentan
descubrir todos aquellos significados e interpretaciones que preceden al acto social.
Un rol social consiste en todas aquellas conductas que desempeña un individuo en una
situación particular. A cada rol va asociado un conjunto de expectativas que son
compartidas, y le corresponde siempre un rol recíproco. Por ejemplo, el rol de maestro
carece de significado sin su rol recíproco, el de alumno. Sin embargo, los roles y sus
correspondientes expectativas se caracterizan por un cierto grado de flexibilidad; hay un
rango de conductas posibles que pueden ajustarse a las expectativas de un rol particular.
Esto implica que la gente puede variar en alguna medida en el desempeño de sus roles.
El grado de ajuste o respuesta de un actor a una expectativa de rol particular es materia
de evaluación y sanción por parte de los otros actores. El individuo necesita conocer a
los otros, interactuar con ellos, para poder predecir lo que ellos esperan de él en una
situación concreta. Tal conocimiento le permite ‘anticipar’ con mayor grado de
certidumbre la reacción de los otros, y gracias a ello, guiar su propio desempeño de rol
de manera exitosa.
En el desarrollo del sí mismo la sociedad juega un papel fundamental, pues actúa como
un ‘espejo’. El individuo se ve a sí mismo como lo ven los otros; ajusta sus propias
conductas a las respuestas que recibe de los otros. El concepto de sí mismo que
desarrolla el individuo es importante en educación porque tiene una fuerte relación con
el desempeño escolar del alumno.
c) Temas de interés
En lo que respecta a la educación, los interaccionistas están especialmente interesados
en la conducta de los miembros que actúan en la escuela. Se ve a la escuela como un
marco en el cual tiene lugar la acción social. Recíprocamente, la organización y los
procesos de la escuela son los productos de las acciones e interacciones de sus
miembros. El marco teórico interaccionista es, fundamentalmente, un sistema para ver
las relaciones personales entre educadores y estudiantes. La escuela es un lugar donde
interactúan personalidades, que están sujetas a cambios continuos. Dentro de la escuela
cada miembro ocupa una posición, o posiciones, a las cuales se asigna un cierto número
de roles. El individuo percibe normas o expectativas de rol sostenidas individual o
colectivamente por otros miembros, a través de los atributos o conductas de éstos. La
respuesta de los otros sirve para reforzar o desafiar esta concepción.
En la escuela todos los miembros están constantemente evaluando las acciones de los
otros y modificando su propia conducta de acuerdo a esta evaluación. Personalidades,
relaciones entre miembros, pautas de interacción, roles, expectativas y una variedad de
factores comunicativos adicionales, son parte de la visión interaccionista de la
educación y las escuelas. Debido a que éstas son vistas como implantadas en la
comunidad y la sociedad, y no como entidades aisladas, los interaccionistas incluyen en
su conceptualización sobre las escuelas, influencias familiares y otras influencias
externas tales como valores religiosos, presiones económicas, etc. Sin embargo, el
énfasis ha sido puesto, hasta ahora, en la clase y la conducta de la escuela.
Ya que la escuela es considerada como una colección de actores que juegan roles, el
sociólogo de la educación está interesado en el juego de roles que tiene lugar allí. Los
tres roles principales que identifica son el de maestro, el de alumno y el de
administrador. Se espera que los miembros se conformen a la definición social del rol, o
de los roles, que se les asignan.
Ellos deben aprender sus roles educacionales y el modo en que adquieren ese
aprendizaje es de gran interés para los interaccionistas. También resulta importante la
evaluación que se hace de la medida en que los actores se conforman a las expectativas
sociales de sus respectivos roles. Debido a que los conflictos de roles son frecuentes en
la escuela, ellos la ven impregnada de situaciones en las cuales los conflictos de rol son
endémicos.
Todos estos temas tienen que ver, en definitiva, con los dos problemas centrales que
investiga el interaccionismo: por un lado, la socialización, o sea la forma en que los
seres humanos adquieren los modos de conducta, los valores, las normas y las actitudes
del grupo; y por otro, la personalidad, definida en términos de la organización de pautas
persistentes de conducta. Las cuestiones básicas que incorporan estos dos temas
centrales son: cómo la interacción entre los miembros conforma la estructura social y
cómo ésta, en tanto sistema de interacción, influye en los ‘sí mismos’ individuales.