El documento resume un salmo que advierte a los ricos y poderosos que sus riquezas no pueden salvarlos de la muerte ni redimir sus almas. Aunque confían en sus bienes materiales, todos, ricos y pobres, morirán eventualmente y dejarán atrás sus posesiones. Solo Dios puede ofrecer redención eterna a través de Jesucristo.
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El documento resume un salmo que advierte a los ricos y poderosos que sus riquezas no pueden salvarlos de la muerte ni redimir sus almas. Aunque confían en sus bienes materiales, todos, ricos y pobres, morirán eventualmente y dejarán atrás sus posesiones. Solo Dios puede ofrecer redención eterna a través de Jesucristo.
El documento resume un salmo que advierte a los ricos y poderosos que sus riquezas no pueden salvarlos de la muerte ni redimir sus almas. Aunque confían en sus bienes materiales, todos, ricos y pobres, morirán eventualmente y dejarán atrás sus posesiones. Solo Dios puede ofrecer redención eterna a través de Jesucristo.
El documento resume un salmo que advierte a los ricos y poderosos que sus riquezas no pueden salvarlos de la muerte ni redimir sus almas. Aunque confían en sus bienes materiales, todos, ricos y pobres, morirán eventualmente y dejarán atrás sus posesiones. Solo Dios puede ofrecer redención eterna a través de Jesucristo.
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1.
Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mundo,
2. Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre juntamente. ¡Escuchen esto todos los pueblos!, Presten atención, ¡habitantes de todo el mundo! Los de las altas sociedades y la gente común, ricos y pobres: ¡oigan! Todos los hombres pueden y deben considerar que sus riquezas no les servirán de nada el día de su muerte. Los pobres están en el mismo peligro que los ricos; aquéllos, por un desordenado deseo de las riquezas mundanas; éstos, por un desordenado deleite en las mismas riquezas. 3. Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón inteligencia. Es decir, hablara aquellas cosas que pueda aplicar, aquello que ha aprendido, aquello que ha practicado en este mundo. Lo que va a decir el salmista es apropiado para hacer sabios e inteligentes a los que reciben su enseñanza. El mismo había digerido lo que iba a declarar. El Espíritu Santo nos lleva a considerar y reflexionar, y luego nos da la lengua de fuego para hablar con poder. 4. Inclinaré al proverbio mi oído; Declararé con el arpa mi enigma. 5. ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare? Escucho con atención muchos proverbios y con la inspiración del sonido de un arpa, Porque no hay razón de temer en los días de adversidad. Los días de adversidad de otros no pueden ser también para mí, porque la presencia de Dios transforma la adversidad en bien. Es decir, de los que nos persiguen y vienen «pisándonos los talones». El que confía en Dios, no en las riquezas, no tiene por qué temer a quienes no pueden hacerle daño real. ¡Teman los que no tienen fe! No hay cosa más temible que poner el corazón en algo que por fuerza se ha de dejar en la tierra, pero los que tienen a Dios consigo, no tienen por qué temer a la muerte. 6. Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, Esto es sencillamente idolatría. Aunque la Biblia presenta varios hombres piadosos que son ricos (por mencionar: Abraham y al rey David, quienes por cálculos actuales probablemente serían billonarios), ellos eran hombres que confiaban en el Señor y se gloriaban en Él. Ellos no confían en sus bienes, no se jactaron (Hablar o presumir) en sus bienes. Una persona puede saber que confía en sus riquezas, cuando encuentra mucha paz y seguridad en sus cuentas y posesiones, y si se desanima si estas declinan. Uno puede saber si se jacta en las riquezas si encuentran profunda satisfacción en medir y pesar sus riquezas y si buscan maneras de demostrar sus riquezas. En general, la respuesta de Dios a estas situaciones de la riqueza es el practicar la generosidad radical, es una manera para ellos de declarar su confianza en el Señor y el guardarse en contra de la jactancia en las riquezas. El salmo es un comentario de la historia del rico insensato en Lucas 12:15-21: Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen». Luego les contó una historia: «Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios, es un necio». Jesús aplica el principio de esta historia Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
7. Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni
dar a Dios su rescate El salmista revela la gran limitación de la idolatría en la confianza y jactancia en la riqueza material, este ídolo no es para ayuda en el mundo espiritual. El dinero en sí mismo no puede rescatar almas porque la redención de su vida es de gran precio, esto va más allá de la habilidad de comprar cosas materiales. Con todas sus riquezas, todos ellos puestos juntos no podrán rescatar a un hermano de las garras de la muerte. Se jactan de lo que harán con nosotros; que procuren por ellos. Que pesen su oro en las balanzas de la muerte, y vean cuántos gusanos y podredumbre pueden comprar con él para su tumba. 8. (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se logrará jamás), (Redención: liberación, algo nuevo). Es un trabajo espiritual, completado solo por el Sacrificio expiatorio de Dios. Este sacrificio inicia en el Jardín del Edén (Génesis 3:21): Y el Señor Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa. fue practicado por los patriarcas (Génesis 22:13-14): Entonces Abraham levantó los ojos y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos en un matorral. Así que tomó el carnero y lo sacrificó como ofrenda quemada en lugar de su hijo. Abraham llamó a aquel lugar Yahveh-jireh (que significa «el Señor proveerá»). Hasta el día de hoy, la gente todavía usa ese nombre como proverbio: «En el monte del Señor será provisto». y es instituido como sistema sacrificial (Levítico 1-7): Cuando presentes grano como una ofrenda al Señor, deberá ser de harina selecta. Derramarás sobre la harina aceite de oliva, la rociarás con incienso y la llevarás a los hijos de Aarón, los sacerdotes. El sacerdote tomará un puñado de la harina humedecida con aceite, junto con todo el incienso, y quemará esta porción representativa sobre el altar. Es una ofrenda especial, un aroma agradable al Señor. Luego, el resto de la ofrenda de grano será entregado a Aarón y a sus hijos. Esta ofrenda será considerada una porción sumamente santa entre las ofrendas especiales presentadas al Señor. Si la ofrenda es de grano cocido al horno, debe ser de harina selecta, pero sin levadura. Se puede presentar en la forma de panes planos mezclados con aceite de oliva, o de obleas untadas con aceite de oliva. Si la ofrenda de grano se cocina en un sartén, debe ser de harina selecta humedecida con aceite de oliva, pero sin levadura. Pártela en pedazos y derrama sobre ella aceite de oliva; es una ofrenda de grano. Si la ofrenda de grano se cocina en una cacerola, debe ser de harina selecta y aceite de oliva. El concepto de substitución de sacrificio expiatorio fue completado y hecho perfecto por el trabajo de Jesús en la Cruz. Isaías 53: 10-11: Formaba parte del buen plan del Señor aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del Señor prosperará. Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió, mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos. Hebreos 10:12: pero nuestro Sumo Sacerdote se ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Este trabajo espiritual es provisto por la redención de su vida. Cuando llegue el juicio las lágrimas no prevalecerán, las oraciones no serán escuchadas, las promesas no serán admitidas, los arrepentimientos vendrán demasiado tarde, y en cuanto a las riquezas, títulos honoríficos, cetros y diademas no les servirán de mucho. 9. Para que viva en adelante para siempre, Y nunca vea corrupción. Como para vivir para siempre y nunca ver la tumba. Corrupción: “El caldeo lo entendía como el infierno; de donde la muerte de los hombres malvados es una trampa. Aquellos quienes tienen la redención de su vida… en adelante para siempre vivirá y nunca vea corrupción. Aquí miramos el concepto de Seol, (corrupción) más que una tumba, pero finalmente un destino vacío para aquellos quienes rechazan a Dios. Los hombres se desviven en busca de oro; ¿qué harían si fuera el elixir de la inmortalidad? El oro es pagado en abundancia para engañar al gusano del pobre cuerpo al embalsamarlo o al incluirlo en un ataúd de plomo, pero es un negocio miserable, una farsa y una burla. En cuanto al alma, es algo demasiado sutil para ser detenida aquí cuando oye la orden divina de ascender por rutas desconocidas. Nunca, pues, temeremos a aquellos que nos muerden los talones y se jactan de tesoros que son impotentes para salvar. 10. Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus riquezas. Los sabios finalmente tendrán que morir, al igual que los necios y los insensatos, y dejarán toda su riqueza atrás. Como lo dice Eclesiastés (6:1-2): He visto otro mal terrible bajo el sol que pesa tremendamente sobre la humanidad. Dios les da a algunos, mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear, pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y algún otro —incluso un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia. Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible, él salmista nota que nosotros no podemos tener nuestra riqueza material con nosotros en un mundo venidero. El dinero es el monarca de este mundo, pero no del siguiente. No podemos tener nuestra riqueza material con nosotros en el mundo que viene, pero hay un sentido real en que podemos mandarlo por adelantado. Jesús habla de usar nuestros recursos materiales presente para almacenar tesoros en el cielo. (Marcos 10:21): Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo—. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Nuestra riqueza material puede hacernos bien en el mundo venidero, pero sucede a través de dar generosamente al reino en lugar de acumularlo.