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Salmos 49

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1.

Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mundo,


2. Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre juntamente.
¡Escuchen esto todos los pueblos!, Presten atención, ¡habitantes de
todo el mundo! Los de las altas sociedades y la gente común, ricos y
pobres: ¡oigan!
Todos los hombres pueden y deben considerar que sus riquezas no
les servirán de nada el día de su muerte. Los pobres están en el
mismo peligro que los ricos; aquéllos, por un desordenado deseo de
las riquezas mundanas; éstos, por un desordenado deleite en las
mismas riquezas.
3. Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón
inteligencia.
Es decir, hablara aquellas cosas que pueda aplicar, aquello que ha
aprendido, aquello que ha practicado en este mundo.
Lo que va a decir el salmista es apropiado para hacer sabios e
inteligentes a los que reciben su enseñanza. El mismo había digerido
lo que iba a declarar.
El Espíritu Santo nos lleva a considerar y reflexionar, y luego nos da la
lengua de fuego para hablar con poder.
4. Inclinaré al proverbio mi oído; Declararé con el arpa mi enigma.
5. ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la
iniquidad de mis opresores me rodeare?
Escucho con atención muchos proverbios y con la inspiración del
sonido de un arpa, Porque no hay razón de temer en los días de
adversidad.
Los días de adversidad de otros no pueden ser también para mí,
porque la presencia de Dios transforma la adversidad en bien.
Es decir, de los que nos persiguen y vienen «pisándonos los talones».
El que confía en Dios, no en las riquezas, no tiene por qué temer a
quienes no pueden hacerle daño real. ¡Teman los que no tienen fe! No
hay cosa más temible que poner el corazón en algo que por fuerza se
ha de dejar en la tierra, pero los que tienen a Dios consigo, no tienen
por qué temer a la muerte.
6. Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus
riquezas se jactan,
Esto es sencillamente idolatría. Aunque la Biblia presenta varios
hombres piadosos que son ricos (por mencionar: Abraham y al rey
David, quienes por cálculos actuales probablemente serían
billonarios), ellos eran hombres que confiaban en el Señor y se
gloriaban en Él. Ellos no confían en sus bienes, no se jactaron (Hablar
o presumir) en sus bienes.
Una persona puede saber que confía en sus riquezas, cuando
encuentra mucha paz y seguridad en sus cuentas y posesiones, y si
se desanima si estas declinan.
Uno puede saber si se jacta en las riquezas si encuentran profunda
satisfacción en medir y pesar sus riquezas y si buscan maneras de
demostrar sus riquezas.
En general, la respuesta de Dios a estas situaciones de la riqueza es
el practicar la generosidad radical, es una manera para ellos de
declarar su confianza en el Señor y el guardarse en contra de la
jactancia en las riquezas.
El salmo es un comentario de la historia del rico insensato en Lucas
12:15-21: Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia!
La vida no se mide por cuánto tienen». Luego les contó una historia:
«Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas.
Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar
todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis
graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente
para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré
cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para
muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”. Pero Dios le dijo:
“¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo
aquello por lo que has trabajado?”. Así es, el que almacena riquezas
terrenales pero no es rico en su relación con Dios, es un necio».
Jesús aplica el principio de esta historia Así es el que hace para sí
tesoro, y no es rico para con Dios.

7. Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni


dar a Dios su rescate
El salmista revela la gran limitación de la idolatría en la confianza y
jactancia en la riqueza material, este ídolo no es para ayuda en el
mundo espiritual. El dinero en sí mismo no puede rescatar almas
porque la redención de su vida es de gran precio, esto va más allá de
la habilidad de comprar cosas materiales.
Con todas sus riquezas, todos ellos puestos juntos no podrán rescatar
a un hermano de las garras de la muerte. Se jactan de lo que harán
con nosotros; que procuren por ellos. Que pesen su oro en las
balanzas de la muerte, y vean cuántos gusanos y podredumbre
pueden comprar con él para su tumba.
8. (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se
logrará jamás),
(Redención: liberación, algo nuevo).
Es un trabajo espiritual, completado solo por el Sacrificio expiatorio de
Dios. Este sacrificio inicia en el Jardín del Edén (Génesis 3:21): Y el
Señor Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa.
fue practicado por los patriarcas (Génesis 22:13-14): Entonces
Abraham levantó los ojos y vio un carnero que estaba enredado por
los cuernos en un matorral. Así que tomó el carnero y lo sacrificó como
ofrenda quemada en lugar de su hijo. Abraham llamó a aquel lugar
Yahveh-jireh (que significa «el Señor proveerá»). Hasta el día de hoy,
la gente todavía usa ese nombre como proverbio: «En el monte del
Señor será provisto». y es instituido como sistema sacrificial (Levítico
1-7): Cuando presentes grano como una ofrenda al Señor, deberá ser
de harina selecta. Derramarás sobre la harina aceite de oliva, la
rociarás con incienso y la llevarás a los hijos de Aarón, los sacerdotes.
El sacerdote tomará un puñado de la harina humedecida con aceite,
junto con todo el incienso, y quemará esta porción representativa
sobre el altar. Es una ofrenda especial, un aroma agradable al Señor.
Luego, el resto de la ofrenda de grano será entregado a Aarón y a sus
hijos. Esta ofrenda será considerada una porción sumamente santa
entre las ofrendas especiales presentadas al Señor.
Si la ofrenda es de grano cocido al horno, debe ser de harina selecta,
pero sin levadura. Se puede presentar en la forma de panes planos
mezclados con aceite de oliva, o de obleas untadas con aceite de
oliva. Si la ofrenda de grano se cocina en un sartén, debe ser de
harina selecta humedecida con aceite de oliva, pero sin levadura.
Pártela en pedazos y derrama sobre ella aceite de oliva; es una
ofrenda de grano. Si la ofrenda de grano se cocina en una cacerola,
debe ser de harina selecta y aceite de oliva. El concepto de
substitución de sacrificio expiatorio fue completado y hecho perfecto
por el trabajo de Jesús en la Cruz. Isaías 53: 10-11: Formaba parte del
buen plan del Señor aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando
su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos
descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen
plan del Señor prosperará. Cuando vea todo lo que se logró mediante
su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió, mi siervo
justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque
él cargará con todos los pecados de ellos. Hebreos 10:12: pero
nuestro Sumo Sacerdote se ofreció a sí mismo a Dios como un solo
sacrificio por los pecados, válido para siempre. Luego se sentó en el
lugar de honor, a la derecha de Dios. Este trabajo espiritual es provisto
por la redención de su vida.
Cuando llegue el juicio las lágrimas no prevalecerán, las oraciones no
serán escuchadas, las promesas no serán admitidas, los
arrepentimientos vendrán demasiado tarde, y en cuanto a las riquezas,
títulos honoríficos, cetros y diademas no les servirán de mucho.
9. Para que viva en adelante para siempre, Y nunca vea
corrupción.
Como para vivir para siempre y nunca ver la tumba.
Corrupción: “El caldeo lo entendía como el infierno; de donde la
muerte de los hombres malvados es una trampa.
Aquellos quienes tienen la redención de su vida… en adelante para
siempre vivirá y nunca vea corrupción. Aquí miramos el concepto de
Seol, (corrupción) más que una tumba, pero finalmente un destino
vacío para aquellos quienes rechazan a Dios.
Los hombres se desviven en busca de oro; ¿qué harían si fuera el
elixir de la inmortalidad? El oro es pagado en abundancia para
engañar al gusano del pobre cuerpo al embalsamarlo o al incluirlo en
un ataúd de plomo, pero es un negocio miserable, una farsa y una
burla.
En cuanto al alma, es algo demasiado sutil para ser detenida aquí
cuando oye la orden divina de ascender por rutas desconocidas.
Nunca, pues, temeremos a aquellos que nos muerden los talones y se
jactan de tesoros que son impotentes para salvar.
10. Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del mismo
modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus riquezas.
Los sabios finalmente tendrán que morir, al igual que los necios y los
insensatos, y dejarán toda su riqueza atrás.
Como lo dice Eclesiastés (6:1-2): He visto otro mal terrible bajo el sol
que pesa tremendamente sobre la humanidad. Dios les da a algunos,
mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear, pero luego no les
da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y algún otro
—incluso un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia.
Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible, él salmista nota que
nosotros no podemos tener nuestra riqueza material con nosotros en
un mundo venidero.
El dinero es el monarca de este mundo, pero no del siguiente.
No podemos tener nuestra riqueza material con nosotros en el mundo
que viene, pero hay un sentido real en que podemos mandarlo por
adelantado. Jesús habla de usar nuestros recursos materiales
presente para almacenar tesoros en el cielo. (Marcos 10:21): Jesús
miró al hombre y sintió profundo amor por él. Hay una cosa que
todavía no has hecho —le dijo—. Anda y vende todas tus posesiones
y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después
ven y sígueme. Nuestra riqueza material puede hacernos bien en el
mundo venidero, pero sucede a través de dar generosamente al reino
en lugar de acumularlo.

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