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Casos TCC

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CASO 1

Un ingeniero especializado en redes eléctricas de 43 años había sido un profesional


entusiasta en su área hasta un incidente que ocurrió 3 años atrás. Durante una de sus
inspecciones, que mayormente realizaba en las noches, estuvo revisando unas
instalaciones defectuosas, alejado de los demás empleados, recibiendo una fuerte
descarga eléctrica que lo sacudió unos metros generándole gran dolor y temor. Sus
compañeros al percatarse del hecho lo auxiliaron llevándolo de inmediato al hospital. A
partir de entonces no solo temía al ejecutar inspección sino también el efectuar algunos
trabajos simples como cambiar focos, colocar un enchufe entre otros.

CASO 2

Un niño de 9 años llega a la consulta con su madre quien refiere al terapeuta: “Mi hijo tiene
mucho miedo a la oscuridad, no solamente en las noches sino también durante el día
cuando le pido que me alcance algo de uno de los cuartos. En la noche duerme con las
luces encendidas y en el día quiere que le abran las cortinas. Recuerdo que cuando tenía 7
años, yo y su padre habíamos salido a una reunión y lo dejamos durmiendo en su cuarto
con las luces apagadas. La empleada descansaba en el cuarto de servicio, que esta
alejado del dormitorio de mi hijo. Me comentaron que él se despertó en la madrugada y al
querer salir de su cuarto se tropezó y se golpeo poniéndose a llorar. Con la desesperación
se enredo con las sabanas y se cayó reiteradamente. Es en ese momento que la empleada
acude a su cuarto y lo calma. Desde esa ocasión llora con facilidad frente a la posibilidad
de estar en algún lugar a oscuras.

CASO 3

Una señora llega a consulta debido que tiene mucho temor de viajar en automóvil, y mucho
más en vehículos de varios pasajeros. Señala que hace 1 año, estando en una unidad de
transporte público el chofer iba manejando a excesiva velocidad y tratando de ganar
pasajeros al otro chofer de la misma línea. En dicha ocasión el conductor hizo una
maniobra temeraria y se volcó con los pasajeros, quedando ella herida y en emergencia de
una clínica local. Estuvo un mes sin salir de su casa recuperándose, pero cuando tuvo que
regresar al trabajo prefería viajar en taxi. A pesar de esta decisión, al ver el tráfico
congestionado y como las unidades trataban de ganar las calles, incluyendo a los taxistas,
comenzó a tener temor de viajar en estos últimos. Así a veces prefería llamar a una amiga
que tenía su auto para que la llevara al trabajo por calles poco transitadas lo cual era muy
difícil. Es a partir de esos momentos que pedirá vacaciones en el trabajo, licencias y su
posible cambio a una sede de su empresa cerca de su empresa. Esto ha resultado difícil
por lo que acude a tratamiento para poder ayudarla.
CASO 5

Juan, un joven de 20 años llega a consulta por su temor a exponer o poder pedir la palabra
en un evento que congregue a un grupo de personas. Señala que este temor no es de
ahora sino de hace algunos años. Recuerda que cuando tenía 13 años, estando en
segundo de secundaria, le correspondía su turno para exponer en un tema de historia de
Perú. Menciona haberse preparado en dicha oportunidad pero en plena exposición se
olvido de algunas fechas lo que motivo la crítica abierta del profesor y la risa de sus
compañeros. Este hecho le genero mucha ansiedad por lo que a partir de este momento
evitaba los exámenes orales, solicitando a los profesores un trabajo escrito o faltando en
aquellos casos que tenía que exponer. Inclusive este temor de hablar frente a un grupo se
fue trasladando en la academia de preparación de la universidad, donde en alguna
oportunidad al estar respondiendo a la pregunta del profesor, se equivoco en una palabra
motivando la risa de sus compañeros y la broma del profesor. Esto genero mayor ansiedad
por lo que en la actualidad, en la universidad, prefiere trabajos escritos llegando a no
matricularse en cursos cuyo método básico de trabajo son las exposiciones

Ejemplos de la vida cotidiana

CASO 6- Cada vez que yo escucho el ruido que produce el papel metalizado de las
envolturas de galletas o comida chatarra, aun sin saber o haber visto de qué producto se
trata, siempre presento antojo de comer algo dulce y por lo tanto presento salivación.

CASO 7.- Cuando yo recién ingrese a trabajar en la empresa en la que actualmente laboro,
no estaba muy bien informado de la hora exacta en que me llamarían a la oficina de mi
supervisor para darme mi cheque correspondiente a mi salario semanal ya que era ahí
donde se entregaban los cheques, lo que si savia era que los días jueves eran los días de
pago pero no podía precisar la hora, entonces yo sentía alegría justo en el momento en que
me entregaban mi cheque en mis propias manos, pero esta dinámica de entrega de
cheques cambio y ahora el supervisor sale a cada una de las áreas de trabajo y transporta
los cheques de todos los trabajadores en un carrito verde para entregarlos a cada uno en
su propia área de trabajo, es decir que ya no se entregan los cheques en la oficina, por lo
tanto la alegría que yo sentía una vez que me era entregado mi cheque y me sentía seguro
de que esa era la razón por la cual me llamaban a la oficina del supervisor, ahora la siento
con el simple hecho de observar al supervisor con su carrito comenzando a recorrer las
áreas de trabajo.

CASO 8.- A mí me gusta mucho comer coctel de elote, pero no cualquier coctel de elote,
en específico me gusta comer del coctel que vende el elotero que pasa todas las tardes por
la calle en que vivo. Dicho elotero pasa vendiendo su producto en un triciclo y trae consigo
una corneta de bicicleta con la que va pitando para avisar a la gente que ya va pasando por
enfrente de sus casas, por lo tanto cada vez que escucho la corneta del elotero, se me
comienza a antojar el coctel de elote y comienzo a salivar. Pero esto no siempre fue así, en
un principio yo ni siquiera me percataba del sonido de la dichosa corneta, pero un día mi
hermana llego a mi casa con unos cocteles de elote que había comprado y me ofreció uno,
yo le pregunte donde los había comprado y ella me respondió que se los había comprado
al elotero que todas las tardes pasaba por mi calle, al principio yo no me percataba cuando
este elotero pasaba, pero después fui reconociendo el sonido de la corneta de su triciclo y
ahora cada vez que escucho la cornetilla se me antoja el coctel de elote.

CASO 9.- A mí me gusta mucho enviar y recibir mensajes de texto por mi celular, en un
principio cuando no savia como configurar mi celular para que emitiera un sonido de alerta
(timbre tono) cada vez que recibiera un nuevo mensaje, yo no me percataba de que había
recibido un nuevo mensaje hasta que abría mi celular y miraba en la pantalla la notificación
de que tenía un mensaje nuevo y cada vez que miraba esto en la pantalla de mi celular yo
comenzaba a sentir mucha curiosidad por saber lo que decía el mensaje recibido. Ahora
que ya aprendí a configurar mi celular para que emita un sonido de alerta cada vez que
recibo un mensaje nuevo, mi reacción de sentir curiosidad por saber lo que dice el mensaje
recibido comienza desde el momento que escucho la alerta de mi celular.

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