Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Historia Olfato PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 27

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE MEDICINA

DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES MÉDICAS

INSTITUTO Y CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA MEDICINA

Director: Prof. Consulto Dr. Federico Pérgola

MONOGRAFÍA DE LA MATERIA: Historia de la Medicina

Por: Graciela Mireya Soler, Médica.

ADSCRIPTO AL DEPARTAMENTO DE: Cirugía, División Otorrinolaringología.

AÑO: 2003.

Título: “El sentido del olfato”

1
DATOS A COLOCAR AL DORSO DE LA CARÁTULA

DNI: 13825841

Dirección: Paraguay 2068 2° “C”, CABA

Correo electrónico: dragracielasoler@yahoo.com.ar

Teléfonos: 3527-2239

Hospital, cátedra o centro de investigación al que pertenece: Ayudante de primera,


Rentada en la 1° Cátedra de Otorrinolaringología, Departamento de Cirugía,
División Otorrinolaringología, Facultad de Medicina, UBA.

Especialidad que practica o investiga: otorrinolaringología, olfatología.

Docente encargado de su comisión: Prof. Consulto Dr. Federico Pérgola

Fecha de presentación de la monografía: 27-02-2014

Palabras clave: olfato, investigación, olfatometría, anosmia, hiposmia.

2
Introducción

El sentido del olfato tiene como funciones primordiales: a- seleccionar lo que


respiramos e ingerimos, y lo hacemos con el I par craneal y también con el V par.
Dicho de otra manera, olemos con el I par: manifestación de tipo quimiosensorial
que nos da la noción cualitativa y cuantitativa de los olores, y tenemos
sensaciones de tipo sómatosensorial surgidas del V par o sentido químico común
(térmica, táctil, presión, dolor) que se traducen como ardor, prurito, calor, frescura,
irritación, cosquilleo y dolor. Ejemplos son la menta, tanto al olerla como al ponerla
en la boca nos hace sentir frío sin estar frío; la pimienta –u otras especias
picantes– nos hace sentir calor y no está caliente. El amoníaco, los solventes o los
productos similares nos irritan la mucosa nasal, faríngea, ocular y se produce
también una reacción de huida o rechazo ante las sustancias reconocidas como
nocivas, irritantes o pungentes.
b- vinculaciones con reflejos neuroendocrinos, relaciones estrechas con áreas
cerebrales de la conducta, la memoria y las emociones (sistema límbico)

c- relativa expresión funcional en lo que hace a la preservación de los individuos y


las especies

d- la del placer estético: función propia de la especie humana, reflejada en el


importante desarrollo de industrias relacionadas con el aroma, como perfumes y
alimentos.1

Conociendo esto podemos imaginar los diferentes síntomas que pueden referir los
pacientes que consultan por hiposmia o anosmia. Por nombrar algunos:
sensaciones de inseguridad ante no poder detectar pérdidas de gas o no darse
cuenta de un incendio o que algo se quema hasta no ver el humo o las llamas;
temor a ingerir alimentos en mal estado; alteraciones emocionales al no poder
sentir el olor del ser amado o los hijos; alteraciones en la vida de relación lo que
puede llevar a aislarse o sentir vergüenza por emanaciones propias corporales
(sudor, orina); alteraciones en la esfera sexual y hasta cuadros de angustia y/o
depresión. También están las hoy llamadas disosmias: alteraciones olfatorias de
tipo cualitativas o distorsiones del olfato; pueden ser en presencia de estímulo y se
denomina parosmia o en ausencia de estímulo: fantosmia.

El olfato está estrechamente vinculado con el gusto y junto al sentido químico


común (SQC), integran los denominados sentidos químicos. Como ejemplo, al
ingerir alimentos o bebidas sentimos el gusto: salado, dulce, amargo o agrio; por
vía retronasal, las partículas olorosas llegan al techo de las fosas nasales,
sentimos el aroma que se traduce como deleite, placer, disfrute de esa comida o

3
bebida; y por último, el SQC produce sensaciones a nivel oral como temperatura,
viscosidad, astringencia, textura. Este conjunto de manifestaciones sensoriales es
llamado SABOR: dado en un 80 % por el olfato: de ahí que los pacientes refieren
pérdida del olfato y gusto, cuando, en realidad el ausente es el olfato. Éste es más
vulnerable dada su condición anatómica y por esta misma razón el gusto es más
resistente: mediado por 3 pares craneales difícilmente dañados, todos al mismo
tiempo.

Las afecciones del gusto son generalmente de tipo cuantitativo: hipogeusia, la


ageusia es rara, y de tipo cualitativo o disgeusias: parageusia y fantogeusia.

El diagnóstico de la afección olfatoria es importante y lo lograremos con la


evaluación clínica por medio de una historia clínica completa detallada y
minuciosa, concluyendo con la “medición” de la actividad sensorial olfativa por
medio de un estudio psicofísico. La olfatometría nos permitirá conocer el grado de
afección: total, anosmia o parcial, hiposmia y con el resto de la evaluación
podemos llegar a la etiología con posterior tratamiento u orientación terapéutica.

La frecuencia de las alteraciones del olfato referida por autores europeos es: 16 %
de hiposmia y 5 % de anosmia;2, 3 una estadística local reciente refleja un 10, 7 %
y 1, 5 % respectivamente.4 Las causas más frecuentes son las rinosinusitis (RS),
pos URI (upper respiratory infection) o pos virales, pos traumatismo de cráneo
(PTC) e idiopático (I).5

Recientemente en nuestro país se están realizando investigaciones clínicas


acerca de los trastornos olfatorios y la evaluación olfatométrica u olfatometría,
como método psicofísico, es la herramienta que nos permite corroborar el grado
de déficit sensorial que presenta el paciente. Hay diversos métodos conocidos en
el mundo destacándose 2 de la escuela estadounidense: el UPSIT (University of
Pennsylvania Smell Identification Test)6 y el CCCRC (Connecticut Chemosensory
Clinical Research Center)7. El primero es un test de identificación de olores y el
segundo, además de la identificación de olores se suma la toma de umbrales con
diluciones de butanol, de esta manera se tiene un valor más preciso de la
anosmia, hiposmia o normosmia que presenta el paciente.

Para llegar a esta realidad mencionada pasaron muchos investigadores, a través


de las diferentes épocas, intentando medir la actividad sensorial olfatoria por
medio de aparatos, esencias presentadas en distintos medios de transporte, y
estudios anatómicos y fisiológicos, que permitan explicar como es este sentido y
cómo podemos hacer para evaluarlo clínicamente.

4
El objetivo de este trabajo es hacer un repaso histórico de cómo influyeron los
olores y gustos en la vida de los seres humanos en las diferentes civilizaciones y
como se fue desarrollando la investigación del olfato y gusto hasta llegar a la
actualidad, a nivel mundial y en la Argentina.

Desarrollo

Prehistoria

El rol de los sentidos químicos en la vida diaria de los seres humanos


indudablemente se extiende a los tiempos prehistóricos; por ejemplo algunos
condimentos o especias, incluyendo sal y pimienta, nos remontaría al inicio de una
cocina rudimentaria y sus beneficios fueron notados inmediatamente después del
descubrimiento del fuego.8 Los olores que surgían como producto de la
combustión de ciertas plantas fue quizá una temprana observación que aún se
conserva en la moderna palabra perfume, que deriva del latín: per que significa “a
través” y fumus que significa “humo”.8 La connotación religiosa sería el uso de
olores placenteros como tributo a dioses por medio de rituales y el origen de la
medicina folclórica. Los pueblos primitivos consideraban a las enfermedades como
obra del demonio, de esta manera debían ser aliviadas con sacrificios u ofrendas
en las que se utilizaban hierbas y bebidas aromáticas. Aparentemente desde esas
épocas ancestrales los olores placenteros fueron considerados saludables y los no
placenteros como dañinos. La figura del médico hechicero cobra vida con trajes,
máscaras, pieles de animales y movimientos rítmicos o signos mágicos; esto junto
hierbas, emplastos y diversas mixturas actuaban sobre el enfermo para aliviarlo
una vez expulsado el demonio que había invadido su cuerpo.

Edad antigua: perfumes, especias y la medicina en las antiguas civilizaciones.

Es conocido por todos la famosa “ruta de las especias” que en la antigüedad se


refería al desplazamiento desde Europa hasta el oriente. Con valores similares al
oro u otras piedras preciosas, fueron motivos de disturbios y viajes diferentes para
obtenerlas. Las especias o condimentos, del latín species y condire: sazonar, son
olores de origen vegetal, cuya función principal es preservar los alimentos. En
general son de regiones de Asia, azafrán, romero, tomillo; aunque algunas
estaban en el Mediterráneo, como anís y mostaza. En América estaban la vainilla,
cacao, chile. Son resaltadores del sabor de los alimentos sobre todo conservantes
de carnes, vegetales, etc. También las especias estuvieron siempre acompañando
a la medicina y curanderos como así también en rituales primitivos.

5
Miles de años antes de Cristo diversos aceites aromáticos fueron usados para
proteger a la piel del sol y la sequedad del medio ambiente. Según Heidel, 1949,9
una inscripción en escritura cuneiforme sobre un texto conocido como Enuma
elish, se lee que fueron añadidos al vino especias y fragancias.

Los egipcios realizaban ritos y ceremonias religiosas, incluyendo funerales,


usando incienso y diferentes sustancias perfumadas. En un libro llamado “El libro
de los muertos” que data del 3000 a.c., Budge, 1960,10 se describía las
ceremonias funerales que constaban de plegarias, recitaciones y fórmulas,
incluyendo la quema de varios tipos de incienso, además del ofrecimiento de
carne y bebidas. En algunas tumbas se ha encontrado muchos recipientes
conteniendo perfumes y especias, ropas, muebles, animales embalsamados, etc.
Creían que el difunto iba a despertar algún día y necesitaría todos esos elementos
para continuar una segunda vida.

La técnica del embalsamamiento era muy conocida y había hombres dedicados


exclusivamente a este trabajo. Creían que era la forma de garantizar que ese
cuerpo se conserve de la mejor manera el día que su propietario vuelva de su
viaje. Una vez extraídas las vísceras los espacios eran purificados con vino de
palma y luego se rellenaban con incienso, mirra y otros productos perfumados.
Pasa luego por una solución de sales para que el cuerpo pueda desecarse. Se
envolvían con fibra de lino y ésta con aceites y resinas aromáticas.

Tanto hombres como mujeres, se protegían del sol y el clima que lastimaba la piel,
con abundantes aceites corporales aromáticos. Se conoce de lo meticuloso que
eran con su estética y aseo: se depilaban por completo y esto era un símbolo de
nobleza. La cabeza calva llevó al uso de pelucas que usaban también para aliviar
las repercusiones del sol, además de ser usado como un elemento más de tipo
aristocrático. En reuniones y festejos se ponían sobre las pelucas los llamados
conos perfumados que se derretían lentamente, solían usar grasa o aceites
embebidos de mirra o incienso.

Mitología griega. Atribuye la invención de perfumes a los Inmortales, por ejemplo,


Helena de Troya adquirió su belleza por medio de un perfume dado por Venus.
Homero, siglo 8 a.c., describió que cada vez que los Dioses del Olimpo honraban
a los mortales visitándolos, un olor a ambrosía se instalaba en el lugar,
evidenciando su naturaleza divina.11 El Dios Apolo transforma a la
ninfa Leucotoe en una planta de incienso. Myrrah, hija del rey de Chipre, Cyniras,
del cual concibe un hijo: Adonis; ésta es convertida en el árbol de la mirra, por los
dioses, con el objeto de salvaguardar su vida de las iras de su padre. El perfume
es usado con fines médicos, como lo describe Homero, cuando Héctor, el
6
hermano de Paris quien secuestró a la Helena de Troya, es muerto por Aquiles y
su cadáver es ultrajado por los griegos. Afrodita se apiada de él, y le unge la piel
con un óleo con olor a rosas.

Dentro de los antiguos griegos, Sócrates, se oponía al uso del perfume, decía
“Tienen el mismo olor un caballero y un esclavo si ambos están perfumados”,
pensaba de este modo democratizar el sistema.12

Aristóteles y Platón opinaban que el hombre, a diferencia de los animales, puede


sentir placer por olores, por ejemplo de las flores, y que eso no implica el rol de
nutrirse o defenderse del medio ambiente. Aristóteles concluye que solo el ser
humano, puede hallar placer en algunos olores sin observar una necesidad o
apetito, y el mismo autor sospecha que los odorantes que son placenteros, per se,
preservan la salud y en eso se apoya una intrigante historia de cómo el hombre se
ha hecho afín a su medio ambiente olfatorio a través de la historia.13

Teofratos, discípulo de Aristóteles, fue el primero en escribir un tratado sobre


olores y opinó acerca de la función de la olfación: a veces es un sentido a
distancia y otras un sentido de contacto.13 Uno de sus libros, Sistema Naturae,
donde realizó la primera clasificación sistemática de las plantas basada en sus
propiedades médicas. Historia de las plantas y Sobre las causas de las plantas;
Sobre las sensaciones (en latín, De sensibus). También se piensa que la primera
descripción sobre anosmia fue hecha por este griego en el siglo 3 a.c.,14 haciendo
hincapié en un efecto conductivo u obstructivo.

Galeno, 130-200 d.C: atribuyó la anosmia a la obstrucción de foramina dentro de


la lámina cribosa, igual pensamiento tuvieron Platón e Hipócrates. Galeno creía
que el órgano del olfato estaba ubicado en los ventrículos del cerebro y que las
partículas responsables de la sensación olorosa pasaban a través de la foramina
de la lámina cribosa, durante la inhalación. Esta idea continuó hasta el siglo XVIII
cuando el uso del microscopio reveló que las secreciones nasales provienen de
las células secretoras que se encuentran dentro del epitelio olfatorio.8

Los romanos. Algunos autores refieren que ciertos olores y gustos son
responsables de originar los síntomas de enfermedades como Epilepsia o Histeria.
El clásico ejemplo fue aportado por el historiador romano Caius Plinius Secundus
(Plinio) en su Historia Naturalis, 50 d.C: sulfuro y betún quemado (asfalto) es
capaz de inducir ataques de epilepsia.15 En el Imperio Romano el aluminio fue
usado como desodorante prediciendo el uso de sales de aluminio en desodorantes
en 1880 en USA.15

7
Los seguidores de Zoroaster, líder religioso persa, del siglo 6 a.C. usaban perfume
e incienso con significado religioso, ofrecían plegarias ante los altares que
contenían fuegos sagrados: agregaban a éstos maderas y perfumes cinco veces
por día.11

Los antiguos hebreos realizaban rituales similares como se puede observar en el


Exodo, 30:1, 7-9. 34-38.8 Las instrucciones de Dios a Moisés: hacer un altar de
madera de acacia para quemar allí incienso aromático, todas las mañanas y al
atardecer; el aceite de consagrar: aceite de oliva donde pondrá plantas aromáticas
como mirra, canela, caña aromática y casia; con resina, uña aromática, incienso
puro y gálbano aromático, con ellos preparar un incienso puro y santo,
mezclándolo todo bien, como un perfumero al hacer sus perfumes.

En la Historia de la Natividad del Señor se hace mención de los presentes de oro,


incienso y mirra, ofrecidos por los tres Reyes Magos, lo que hace pensar en las
especias procedentes del Oriente.16

Siguiendo con la Biblia, en el Nuevo Testamento, Juan 19: 39-40,8 según la


costumbre que siguen los judíos para enterrar a los muertos, José y Nicodemo
tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas empapadas en el
perfume hecho con mirra y áloe.

En la Historia de los Cristianos, los malos olores eran considerados no sagrados y


así podemos repasar algunos escritos al respecto: San Felipe Neri (1515-1595)
opinaba que los herejes emanaban malos olores en forma tan considerable que él
tenía que girar la cabeza ante uno de ellos; también en los 1500 uno de los más
trágicos usos de los malos olores fue para identificar brujas y herejes; el “olor a
santidad” era frecuente en esas épocas, olores placenteros, dulces, fragantes, que
emitían los Santos.8

Edad media

Durante esta época la perfumería y el uso de especias como agentes saborizantes


fue poco conocida en Europa, siendo próspera en el Oriente, sobre todo en
Arabia. De todas maneras, además de su uso estético, las especias se
extendieron en la parte alimenticia y conservaban su importante valor. Por
ejemplo, según Verril,17 en el ataque a Roma en 408 d.C., el victorioso Rey de los
godos, Alarico, demandó 3000 kilos de pimienta a la ciudad invadida y cuando los
genoveses capturaron Cesarea en 1101 d.C. cada soldado recibió 2 kilos de
pimienta como parte del botín.

8
El perfume fue introducido a la Europa Medieval por los Cruzados; después de la
caída del Imperio Romano la industria perfumera se trasladó al Imperio romano de
Oriente y Constantinopla pasó a ser el centro del perfume en el mundo.8

Avicena, médico, científico, filósofo árabe, describió la manera de extraer y


mantener las fragancias de las plantas e inventó el agua de rosa; además en una
de sus obras más importantes, Canon de la Medicina, explicó que la orina de una
persona enferma nunca tiene el mismo olor que la orina de una persona sana,
además observó el significado diagnóstico de la orina que huele agrio, fétido,
dulce.7

En 1190 el Rey Felipe II de Francia otorgó el primer privilegio real a la fabricación


de perfumes; Carlos V (1364-1389), seguidamente ordenó la plantación de
grandes campos de flores en Francia para obtener materiales para perfumes y
Carlos VIII (1483-1498), fue el primer monarca francés en nombrar una “corte
perfumera”.8 El clima, el sol y la localización hizo del sur de Francia el mejor y
natural lugar para el cultivo de flores para la industria perfumera, que desde 1700
hasta hoy es considerada una de las mejores del mundo.

La edad Media es referida en algunos textos como la época de un enorme atraso


en las investigaciones científicas en general, ligadas a creencias religiosas muy
arraigadas en ese momento. Con respecto a salud pública e higiene hay escritos
que refieren el descuido de las personas y los pueblos, lo que colaboraba con la
asociación frecuente de los olores con enfermedades y pestilencias. Las guerras,
los gobiernos endebles, la falta de interés en estos aspectos colaboraban en forma
conjunta para que esa época sea recordada con esta asociación: enfermedad-
pestes-suciedad-olores nauseabundos.

El Renacimiento y la Edad Moderna. El nacimiento de importantes estudios


sobre el olfato y el gusto.

Leonardo da Vinci (1452-1519) en su obra “Codex Atlanticus”, presentó 9


diagramas, seguidos uno de otro, en el cual comparó el comportamiento de la luz,
la fuerza del viento, sonido, magnetismo y olor.18

Gasparo Contarini (1482-1542), fue Cardenal y alquimista que escribió acerca de


los elementos y sus combinaciones, en 5 volúmenes, publicados póstumamente
por Ioannes Gaignaeus; el último de ellos fue dedicado a los sabores, olores y
colores. Creía en 8 sabores o gustos y argumentaba que cocinar los alimentos o
preservar las frutas pude producir sabores que no están en la naturaleza. Opinaba
que el olfato era imperfecto y notó que los nombres de sabores eran empleados
para explicar variedades de olores.8 Andrés Vesalio en 1543 en su clásico tratado
9
de anatomía “De Humani Corporis Fabrica”, se refirió al sentido del olfato aunque
falló en observar los filamentos olfatorios. En 1581 Fernel describió 9 cualidades
gustativas básicas incluyendo 7 de Aristóteles y Galeno: (dulce, amargo, salado,
agrio,astringente, pungente, áspero) y graso e insípido. En 1587 Iohannes
Camerarius en su tesis “Themata Physica de Orodum Natura et Affectionibus”
expresa su opinión sobre la clasificación de olores, la relación entre gusto y olfato,
un mecanismo para explicar la función olfatoria, la posibilidad de oler en agua y el
efecto del calor del sol en los olores.8

Robert Boyle en 1673 escribió un artículo sobre “Nature, Propierties and Effects of
Effluvia” con observaciones muy agudas sobre la olfación en pájaros y perros, y la
naturaleza física de los materiales desprendidos de varios olores. El mismo autor
en 1684 da a conocer “Experiments and Consideration About the Profity of
Bodies”, que es la primera descripción de la olfación y gustación intravascular,
inyectando sustancias aromáticas y la persona podía decir que sentía el olor y
sabor, además se apreciaba el olor en la exalación.8

En el período entre 1500 y 1800 muchos de los estudios y observaciones


confunde el gusto con el sabor, que como ya se explicó, es 80 % de olfato, y esto
resultó en el retraso de un óptimo progreso científico. Sí se avanzó en algunas
investigaciones sobre el gusto, por ejemplo: 1- el descubrimiento de que el paso
de una mínima corriente eléctrica en parte de la lengua produce un “gusto
eléctrico” similar al metálico; 2- el descubrimiento de las papilas y que en ellas se
producen las sensaciones gustativas; 3- la identificación de la cuerda del tímpano
como mediador del gusto en la parte anterior de la lengua y 4- la demostración
que diferentes regiones de la cavidad oral son sensitivas a distintos tipos de
cualidades gustativas.8

No está claro quien identificó a los nervios olfatorios en la región superior de la


cavidad nasal, aunque según Wright, 1914,19 en el siglo 7 d.C. el médico griego
Theo Theophilus Protospatharius, dio una de las mejores descripciones
anatómicas de su distribución, a pesar de las repercusiones políticas potenciales
en contra de lo que Galeno había dicho. También se le atribuye a Niccolo Massa
en 1563, como el primero en demostrar los nervios olfatorios en humanos.8

Entre 1820 y 1850 algunos libros notables de medicina y fisiología describieron


que el nervio olfatorio mediaba las sensaciones de cualidad de un olor y el nervio
trigémino las sensaciones sómatosensoriales. 20, 21

La evidencia que las secreciones nasales provenían de glándulas y no a través de


la lámina cribosa, fue una observación importante en la historia de la medicina.

10
Los científicos que se ocuparon de este tema fueron varios, entre ellos Shneider,22
Todd and Bowmann,23 Erlich.24

Clasificación de los olores. En 1752 Linneo25 describió los 7 tipos de olores:


aromático, fragante, ambrosiaco, aliáceo, caprílico, repulsivo y nauseabundo.
Luego Zwaardemaker26 en 1895 agregó a esta clasificación dos olores más:
etéreo y quemado.

En 1916 Henning27 propuso un diagrama espacial en forma de prisma, ubicándose


los 6 olores básicos, en los vértices, y los olores intermedios ubicados en las
aristas y caras del prisma. (Fig. 1)

Figura 1. Prisma de Henning.27

Valentin en 1848 describió el procedimiento para evaluar la sensibilidad olfatoria y


en 1925 Zwaardemaker28 inventó el primer olfatómetro y desarrolló estudios
sofisticados en un amplio rango de tópicos, incluyendo la adaptación y adaptación
cruzada del olfato. Este científico es considerado uno de los más brillantes dentro
de la Olfatología. En el camino a desarrollar la técnica de la olfatometría apoyó a
Passy29 quien había realizado diluciones de odorantes en alcohol para establecer
con su aplicación, el umbral olfatorio, y sugirió cambiar este diluyente pues influía
en la percepción del olor. Eso se solucionó con la contribución de Toulouse and
Vashide30 y Proetz31 quienes cambiaron el diluyente por agua y aceite mineral
respectivamente.

Con respecto a los tipos de alteraciones olfatorias, Good20 las clasificó en 1822 de
la siguiente manera:

PAROSMIA ACRIS (olfato agudo)

11
PAROSMIA OBTUSA (olfato obtuso o distorsionado)

PAROSMIA EXPERS (anosmia o ausencia de olfato)

A ésta última la dividió en dos variedades: 1- Orgánica: por dificultad natural,


lesiones accidentales o daño de la estructura del órgano y 2- Paralítica: por
parálisis local.

En 1870 Ogle32 describe 3 casos de anosmia:

1- producto de un traumatismo de cráneo con la función gustativa intacta

2- anosmia asociada a parálisis facial o anosmia inducida por virus

3- anosmia por obstrucción

También describe 3 casos de pérdida del olfato unilateral relacionada con afasia,
agrafia y ataques atribuibles a lesiones del cerebro. El déficit del olfato pos
traumatismo de cráneo lo explicó que es debido a la sección de los filamentos
olfatorios a nivel de la lámina cribosa como resultado del movimiento que sufre el
cerebro en el momento del traumatismo.32

El siglo XX.

Los grandes avances en la investigación del olfato y gusto que se produjeron por
el avance de otros campos de la ciencia. Por ejemplo:8

1- la invención de métodos para el registro de potenciales eléctricos provenientes


del SN incluyendo el registro desde una célula simple y los componentes aislados
de la membrana celular. El surgimiento del Electro olfatograma (EOG) y los
Potenciales evocados olfatorios y los gustativos.

2- desarrollo de procedimientos histológicos novedosos como autoradiografía,


inmunohistoquímica y elementos de trazados.

3- desarrollo y aplicación de técnicas bioquímicas para la evaluación de receptores


endocrinos: los eventos perirreceptores y neurotransmisores.

4- el microscopio electrónico.

5- avances en procedimientos de preparación de tejidos para optimizar su


visualización.

6- la invención de la TC, RNM y otros procedimientos no invasivos para la


evaluación del cerebro in vivo.

12
7- desarrollo de metodología estadística.

8- avances en técnicas psicofísicas básicas.

9- numerosos avances en biología, biología molecular y genética.

Se desarrollarán estos dos últimos ítems con ejemplos básicos:

Los métodos psicofísicos para medir el olfato y el gusto: olfatometría y


gustometría.

Los tests de olfato más conocidos en el mundo son 2 de la escuela


norteamericana (UPSIT y CCCRC)6, 7

El UPSIT se compone de cuatro libretas en total (Figura 2), cada una con 10
preguntas y por cada pregunta un parche pequeño de odorante microencapsulado.
Son olores de plantas, alimentos o artículos de uso habitual en el hogar. El sujeto
los raspa con un lápiz, huele y elige (choise) 1 entre 4 posibilidades; esto se
realiza 10 veces en cada libreta. La puntuación se basa en el número de
respuestas correctas para las 40 preguntas. Una de las ventajas de esta prueba
es la existencia de datos normales para varones y mujeres por separado: se
aprecia la relación entre la función olfatoria, edad y sexo. Otra de las ventajas es
que no requiere personal entrenado para realizarla, el paciente puede hacerla
incluso en su casa. La desventaja que presenta, sobre todo para nosotros, es el
elevado costo de este test que se usa una sola vez por paciente.

Figura 2. UPSIT. Extraído de Soler GM, 2012.33

13
CCCRC (Connecticut Chemosensory Clinical Research Center)

Este método consta de 4 etapas: toma de umbrales, identificación de olores,


media aritmética de las anteriores y la evaluación trigeminal. Es un método que
tiene bajo costo y es de fácil preparación y administración.

Este método consiste en preparar un total de 20 frascos de plástico flexible, 2 de


los cuales tienen agua destilada como “blanco” y 18 tienen butanol diluido con
agua destilada, en una secuencia de un tercio desde la primera hasta la última
dilución: total 9.

Con esto se mide: 1- Umbrales: menor cantidad de olor que se puede percibir, se
realiza en ambas narinas por separado, presentando un frasco con el blanco y un
frasco con la mínima concentración de butanol, frasco N° 8. El paciente debe decir
en qué frasco está el “olor químico” o dónde siente o percibe algo diferente a
nada, blanco (Figuras 3 y 4).33

A continuación se realiza 2- la Identificación de olores (IO): prueba supraumbral.


Para ello se preparan 8 frascos de vidrio de 50cc.,33 7 de los cuales tienen
odorantes u olores conocidos en nuestra zona: talco, jabón, chocolate, café,
vainilla, orégano y naftalina. Se presentan los 7 estímulos, también en cada narina
por separado y se le pide al paciente que diga si lo percibe y qué es: para ello se
le muestra un cartel con los nombres de los olores junto a distractores. Vainilla y
orégano son 2 de los estímulos modificados del original.34

Figura 3. Toma de umbrales.33 Figura 4. Identificación de olores.33

Por último se evalúa la actividad trigeminal con el frasco 8 que contiene Vick
vaporubMR: ungüento con mentol, alcanfor y eucalipto.

Para saber los resultados totales se realiza la media aritmética de los umbrales
más la IO. Esto nos señala el diagnóstico definitivo.
14
Escala guía:

Normosmia: 6-7

Hiposmia leve: 5

Hiposmia moderada: 4

Hiposmia severa: 2-3

Anosmia: 1 o 0.

Evaluación clínica del gusto, gustometría

Uno de los métodos conocidos de gustometría es el CCCRC Spatial Taste Test


(Test de Connecticut, Dra. Linda Bartoshuk, 1989, USA).35 Se exploraran las
siguientes áreas: punta y bordes posteriores de la lengua, región palatal y se
completa con la exploración de la hipofaringe y región laríngea superior. Se utilizan
concentraciones estandarizadas supraumbrales de los 4 estímulos básicos:
salado, dulce, agrio y amargo.

La gustometría no está muy desarrollada ni estandarizada como la olfatometría,


porque siempre es el olfato el principal sentido afectado.

Siglo XXI

Seguidamente se explica por medio de una nota periodística de la Facultad de


Ciencias Exactas y Naturales de la Ciudad de Buenos Aires, el acontecimiento
más importante dentro de la Historia de la investigación del sentido del olfato.36

“Los investigadores estadounidenses Linda Buck y Richard Axel obtuvieron el


Premio Nobel 2004 de Medicina y Fisiología por sus descubrimientos sobre la
base genética de la identificación de los olores. En efecto, estos científicos
determinaron, en experimentos con ratones, que hay unos mil genes involucrados
en este sentido tan importante para la supervivencia en los animales.

Según la Academia sueca, el olfato «ha sido durante mucho tiempo el más
enigmático de nuestros sentidos. Se desconocían los principios básicos para
reconocer y recordar alrededor de 10.0000 diferentes olores. Los laureados en
Fisiología y Medicina de este año han resuelto este problema y en una serie de
estudios pioneros clarificaron cómo funciona nuestro sistema olfatorio. Hallaron
una gran familia de genes, alrededor de mil, que dan lugar a un número

15
equivalente de tipos de receptor». Estos receptores son proteínas localizadas en
las células olfatorias, ubicadas en la parte superior del epitelio nasal, que se
encargan de detectar las moléculas olorosas inhaladas.

«Lo que descubrieron estos investigadores fue que cada uno de los mil genes
codifica para una proteína en especial, y que cada aroma puede activar un
conjunto de proteínas», explica Ana Belén Elgoyhen, investigadora del Conicet en
el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular
(INGEBI). La codificación del olor está dada por el conjunto de proteínas de estos
receptores que son activados por un aroma. «Cada receptor -destaca- puede ser
activado por varias moléculas y a su vez cada molécula puede activar un conjunto
diferencial de receptores.»

Buck y Axel observaron que la familia de receptores puede dividirse en subfamilias


cuyos miembros poseen secuencias parecidas; y las moléculas olorosas
detectadas por los mismos receptores tienen estructuras relacionadas entre sí. De
este modo, cada subfamilia estaría dedicada a la detección de una clase particular
de aromas. Esto sin embargo no impide que un tipo de olor pueda ser detectado
por diversas subfamilias de receptores. Por otro lado, los genes de los receptores
olfativos pueden hallarse en diferentes sitios de los cromosomas, pero aquellos
que están estrechamente relacionados entre sí se ubican, por lo general, en el
mismo lugar, lo que indicaría que distintas partes del genoma se encuentran
involucradas, en cierto modo, en el reconocimiento de variados tipos de olores. Lo
cierto es que los mil genes hallados proveen las instrucciones para la fabricación
de mil proteínas receptoras que, combinadas, permiten identificar, en forma
específica, unos diez mil olores. Claro, los mil genes fueron hallados en ratas. «En
el hombre, serán alrededor de 300 o 350 genes», indica Elgoyhen.

En efecto, un perfume, un vino añejado, o el pescado que perdió su frescura,


activan un grupo de receptores que son específicos para cada conjunto de
moléculas olorosas. Pero los olores también pueden activar recuerdos lejanos de
la infancia, de momentos agradables o desagradables. El narrador de En busca
del tiempo perdido, de Marcel Proust, inicia su relato a partir de los recuerdos que
desencadena el hecho de mojar una magdalena en la leche. Por otra parte, la
pérdida del sentido del olfato no sólo nos quita la posibilidad de disfrutar de las
cualidades de una buena comida, sino que también nos impide detectar señales
de advertencia, por ejemplo el olor a gas o humo, en el caso de un incendio. Para
los animales, la supervivencia puede depender de la posibilidad de identificar, por
el olfato, una hierba venenosa o un trozo de carne podrida.

16
La Academia Sueca, en su comunicado de prensa, enfatizó que el olfato es
esencial en las crías de los mamíferos para identificar las mamas de su madre y
obtener su alimento fundamental, la leche. Sin el olfato, y sin ayuda, los cachorros
recién nacidos no podrían sobrevivir. En los animales adultos, la importancia del
olfato reside en que a través de este sentido ellos pueden interpretar lo que los
rodea. En efecto, las feromonas, moléculas olorosas que producen muchos
animales, son herramientas de comunicación entre muchos de ellos, como por
ejemplo en las abejas y las hormigas.

Dra. Linda Buck. Dr. Richard Axel.

Richard Axel, que trabaja actualmente en la Universidad de Columbia en Nueva


York, y Linda Buck, del Centro de Investigación sobre Cáncer «Fred Hutchinson»
de Seattle, ambos en los Estados Unidos, publicaron su trabajo fundamental en
1991.37 A partir de entonces trabajaron en forma separada, pero siguieron
realizando aportes a la clarificación del sistema olfativo.

«Este trabajo se produjo en un momento de expansión de la biología molecular en


que distintos grupos de investigación clonaron un gran número de receptores, por
ejemplo para el amino ácido glutamato, principal neurotransmisor excitatorio del
sistema nervioso central», dice Elgoyhen. Sin embargo, no deja de llamar la
atención la gran cantidad de receptores olfativos hallados. «Si bien no hay un
único receptor para neuro-transmisores como el glutamato, la acetilcolina, o los del
gusto, la enorme cantidad de receptores para el olfato es curiosa y cumple una
función biológica importante», reflexiona la investigadora.

Cómo es el mecanismo del olfato

Cuando una molécula olorosa se disuelve en la membrana olfativa, se une a un


receptor específico que, a su vez, activa a una proteína G. Esta, a continuación,
estimula la formación de AMP cíclico, molécula que funciona como mensajero

17
para desencadenar una serie de reacciones que contribuyen a amplificar la
señal. «Buck y Axel descubrieron el receptor que hace la transducción entre la
señal química, es decir, la molécula olorosa, y una señal eléctrica que llega al
sistema nervioso central», explica Elgoyhen, quien estudia los mecanismos por los
cuales se produce la audición. Cada receptor está conformado por una cadena de
aminoácidos que se halla en la membrana celular. Cuando la molécula olorosa se
une al receptor, éste modifica su forma y, de este modo, activa a la proteína G. Lo
que demostraron los laureados con el Nobel fue que las proteínas encargadas de
detectar los olores pertenecen a una gran familia de receptores acoplados a la
proteína G. La mayoría de los olores se componen de numerosas moléculas
olorosas, y cada una de ellas activa un grupo de receptores olfativos. El hecho de
que cada receptor olfativo sea específico para cada molécula olorosa fue un hecho
inesperado.

Por otra parte, Axel y Buck determinaron que otro grupo de receptores acoplados
a la proteína G se encarga de detectar las feromonas, moléculas que cumplen un
rol importante en la conducta social en los animales. También en el sentido del
gusto participan receptores de un tipo similar. A veces atribuimos sensaciones de
gusto al olfato; decimos que un perfume es dulce, agrio, o amargo. Asimismo,
decimos, por ejemplo, que algo tiene gusto a tierra, sin que jamás la hayamos
probado. Lo que sucede es que el olfato y el gusto están íntimamente unidos. «La
combinación de olfato y gusto son componentes esenciales del sabor, pero hay
otros, como la viscosidad, la temperatura y la dureza que son de orden táctil»,
señala la doctora Miguelina Guirao, directora del Laboratorio de Investigaciones
Sensoriales, del Conicet. «Conocer los mecanismos del olfato es muy importante
ya que éste se aplica a la producción de alimentos, la perfumería y la
farmacología, entre otras áreas. Respecto de la elaboración de medicamentos, el
gusto es importante pues puede haber sabores que los pacientes rechacen»,
explica Guirao. Por su parte, Elgoyhen señala: «haber descubierto los receptores
del olfato es muy importante, como haber descubierto los del gusto o del dolor. Sin
embargo, todavía hay muchos que se desconocen, como los de la audición. El
mecanorreceptor que produce la transducción de la señal sonora en señal
eléctrica todavía no se conoce».

El 10 de diciembre Buck y Axel, miembros de la Academia Nacional de Ciencias


de los Estados Unidos, recibirán el Nobel. Y compartirán una recompensa de 1,1
millón de euros”.36

18
Reseña de la investigación clínica del olfato y gusto en Argentina.

La historia comienza con el regreso a Buenos Aires, en la década del 60, siglo XX
de la Dra. Miguelina Guirao, nacida en Rafael Obligado, Rojas, Provincia de
Buenos Aires.

Primero obtuvo el título de Profesora de Filosofía, en la UBA y después el de


Doctora en Psicologia Experimental, Universidad Católica, Milan, Italia. 1952 –
1964. Postgrado Sensory Systems Laboratory of Psychophysics, Harvard
University 1962-6. Realizó investigaciones, publicaciones, libros, conferencias,
cursos y diversas tareas relacionadas con los sentidos y con la Psicofísica.

De regreso a la Argentina ingresó como Asistente en la Carrera de Investigador


Científico del CONICET culminando su trayectoria como Investigadora Superior.
Ha cumplido una labor pionera con la creación del Laboratorio de Investigaciones
Sensoriales (LIS) que introdujo en el país la investigación interdisciplinaria sobre
los mecanismos neurobiológicos y psicofísicos de los procesos sensoriales,
perceptivos y de percepción de habla.

Dentro del área de Olfato estuvieron con ella el Doctor en Bioquímica, J. Enrique
Cometto-Muñiz; la Doctora en Medicina, María Rosa García Medina, las Doctoras
en Bioquímica: Amalia Calviño y Matilde Otero Lozada, la Doctora en Química,
María Clara Zamora.

El Dr. Cometto-Muñiz está radicado en San Diego, California, USA, desde 1994 y
allí colaboró en la creación del Chemosensory Perception Laboratory within the
Department of Surgery, Division of Otolaryngology, UCSA (University of California
San Diego), La Jolla, San Diego. En los últimos años él ha focalizado sus
investigaciones en la detección de umbrales para olor, pungencia e irritación nasal
y ocular, desde series de sustancias químicas homólogas a las del medio
ambiente hasta establecer las bases fisicoquímicas para la producción de esas
sensaciones. Los resultados de estos estudios pueden ser aplicados a cuestiones
relacionadas con la percepción quimiosensorial de calidad del aire, alimentos,
bebidas, perfumes. Su investigación incluye paneles humanos bajo una variedad
de análisis sensorial, psicofísico, y técnicas de análisis químico para explorar las
características funcionales de la percepción humana quimiosensorial, en particular
la detección de olores en el aire e irritantes. Es un científico actualmente
reconocido y renombrado en el mundo por la calidad y cantidad de trabajos
científicos realizados, siempre, en relación con los sentidos químicos.

La Dra. García Medina falleció en 2001 y fue la primera médica argentina en


realizar estudios de olfatometría en pacientes, desde 1987 hasta su desaparición
19
física. Desarrolló una parte de la evaluación clínica pero siempre se sintió más
investigadora que médica, por lo que centró sus investigaciones con otros colegas
del CONICET y USA (comunicación personal). Publicó trabajos científicos en
argentina y en el exterior, participó de Congresos, Conferencias, Ateneos de ORL
del Hospital de Clínicas y su Tesis Doctoral1 es una guía importante para poder
desarrollar los conocimientos básicos de los sentidos químicos. Se dedicó,
además, a control de calidad de alimentos.

La Doctora Calviño, miembro del CONICET, está dedicada a la investigación


sobre todo del sentido del gusto. Ha publicado trabajos científicos, es autora de
capítulos y editora de libros de la especialidad y participa en Congresos, Cursos y
Eventos diversos relacionados con los sentidos químicos, control y calidad de
alimentos. Además es Docente, Profesora Adjunta, de la Cátedra de Fisiología,
Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.

Las Doctoras Otero y Zamora también son del CONICET y siguen investigando
sobre olfato y gusto, calidad de alimentos; sus trabajos son publicados en Revistas
y libros de la especialidad, nacionales e internacionales.

En 1998, con 13 años de otorrinolaringóloga, al ver que la Olfatología no se


desarrollaba en el ambiente médico y que sí brillaba a nivel nacional e
internacional con los profesionales antes nombrados, me acerqué al LIS. Estuve
un corto tiempo con la Dra. García Medina pero por su salud no pudimos trabajar
juntas. Estudié su Tesis de donde obtuve los conceptos básicos de Olfatología y ví
realizar olfatometrías a la Dra. Zamora y una asistente, yo realizaba el
interrogatorio y examen físico ORL a los pacientes, generalmente derivados del
Hospital de Clínicas, donde estaba como médica de Planta Ad Honorem. Pero
seguía sin saber los conceptos técnicos.

Casualmente en esos días se acercó al consultorio donde yo estaba en Rinología,


Entrepiso del Hospital de Clínicas, un Neurólogo, el Dr. Diego Brage (h). Al
enterarse de mi inquietud por la atención de pacientes con alteraciones del olfato,
me dio una tarjeta del Dr. Cometto-Muñiz y me comentó que su padre, Dr. Diego
Brage, también Neurólogo, le había diagnosticado al Dr. Cometto, un neurinoma,
el cual se operó en Buenos Aires, antes de radicarse en California.

Desde ese momento, vía email, telefónica y por correo postal, el Dr. Cometto-
Muñiz me enseñó lo que tanto estaba buscando: elaborar el CCCRC7 o Test de
Connecticut, resultado del trabajo del Dr. William Cain y colaboradores en esa
ciudad de USA. Fue el Dr. Cain quien llevó a Cometto a USA como su colaborador
y ya no regresó a Buenos Aires.

20
Entre 1998 y 2001 trabajé en el Hospital y luego en privado, evaluando pacientes
con trastornos olfatorios y realizando olfatometrías. En 1999 publiqué el primer
trabajo sobre el olfato,38 con casos clínicos y resultados olfatométricos. Después
se sucedieron otros trabajos y publicaciones, en Revistas de ORL de Argentina, y
en espacios científicos de Internet, hasta que en 2001 visité el Laboratorio de
Percepción Quimiosensorial, la Jolla, San Diego, California y siempre con el apoyo
y la enseñanza del Dr. Cometto-Muñiz. También pude aprender aspectos clínicos
básicos de la patología olfatoria con el Dr. William Cain, en ese mismo viaje, por
medio de conversaciones (sigo en contacto con él hasta la fecha) y traje mucha
bibliografía que aumentaron mis conocimientos de Olfatología.

En 2002, ya con 4 años de experiencia, participé en la primera conferencia sobre


Olfato, en el Congreso Argentino de ORL, realizado en la Capital de la provincia
de Corrientes, donde estudié Medicina y me recibí en 1984. Mi ciudad natal está a
140 kms, al sur, Bella Vista, Corrientes.

Siguieron muchos Eventos y trabajos científicos, nacionales e internacionales:


sobre todo en Latinoamérica (Brasil, Perú, Ecuador, Chile, Bolivia, Panamá,
Uruguay, Venezuela), donde, como en Argentina, no había conocimiento sobre
olfato. Participé con conferencias, cursos de instrucción, panelista de mesas
redondas, presentadora de trabajos científicos de mi autoría.

En 2007 visité el Smell and Taste Center, Director, Dr. Richard Doty de la
Universidad de Pennsylvania, USA, autor del método UPSIT.6 Con esta visita
aprendí aún más sobre Olfatología, traje mucha bibliografía y sobre todo quedé en
contacto permanente con el Dr. Doty, vía email, hasta hoy, siendo este científico el
número uno del mundo, y me demostró su generosidad y calidez humana.

En 2009 se publicó el primer libro en español y en Latinoamérica “Evaluación


clínica del sentido del olfato”, del cual soy autora.39

Publicaciones en Revistas especializadas nacionales y de Lima, Perú; Caracas,


Venezuela y México DF.

En 2010 y con colegas de diferentes especialidades relacionadas con el olfato, de


Argentina, Uruguay, Ecuador, Venezuela, concreto la creación del GEOG: grupo
de estudio de olfato y gusto, siendo Miembro Fundadora. El grupo participó y sigue
participando de Congresos, Cursos, Jornadas, trabajos científicos, transmitiendo
conocimientos desde las especialidades de ORL, Psiquiatría, Psicología, Alergia,
Estomatología, Neurología, Endocrinología, Reumatología, Sexología, Medicina
Nuclear, Citología: trabajos de investigación en células madres (Caracas,
Venezuela), trabajos de investigación en olfato y gusto: carrera de Investigadores,
21
CONICET. Son Miembros de Honor el Dr. J. Enrique Cometto-Muñiz, Dr. Richard
L. Doty, Dr. Thomas Hümmel (el más prestigioso investigador de olfato de Europa,
Dresden Alemania, también con este colega mantengo contacto permanente,
hasta la fecha) y el Dr. Jorge M. Affanni, MD, Ph.D. Director del Instituto de
Neurociencia y profesor Titular de Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad
de Morón, Buenos Aires, Argentina. Investigador del CONICET.

En 2012 se publicó el libro “Olfato y gusto. Enfoque multidisciplinario”,40 la mayoría


miembros del GEOG e invitados nacionales e internacionales (Alemania, Estados
Unidos, España, Venezuela).

Desde 2011 y siempre en el Hospital de Clínicas, sigo trabajando en la atención


de pacientes con alteraciones del olfato y gusto. Además de formar a otros
colegas que realizan visitas o Rotaciones por ORL, Área de Olfato y gusto. Ya
están varias colegas evaluando clínica y olfatométricamente a los pacientes, en
diversos Hospitales de la CABA: Hospital Álvarez, Ramos Mejía, Italiano,
Fernández. Colegas de Uruguay, Paraguay, Panamá, Colombia, y provincias
argentinas también están realizando trabajos científicos, atención de pacientes,
presentaciones en Eventos.

La puerta ha sido abierta y ya son, y somos, varios transitando hacia el futuro,


estudiando, investigando y dedicándonos a los múltiples pacientes que buscan ser
atendidos en todo nuestro país y países vecinos.

Discusión

Lo antes desarrollado, desde el inicio de la historia de los olores, gustos, sabores,


hasta los importantes descubrimientos e investigaciones sobre olfato y gusto, nos
introduce en un mundo hasta ahora poco conocido.

Repasando brevemente, tenemos al hombre primitivo viviendo situaciones


diferentes relacionadas con los sentidos del olfato y gusto: inicio de una cocina
arcaica, la combustión de hierbas fragantes utilizadas como ofrendas a seres no
terrenales. Los antiguos Egipcios protegiéndose del sol y la aridez del clima con
grasas aromáticas e incorporando el uso de perfumes y especias en sus reuniones
festivas y hasta en el culto a los muertos. Los sabios griegos iniciando estudios de
anatomía, farmacia o alquimia, tratando de explicar, además, la diferencia entre el
hombre y los animales a la hora de oler: lo hedónico, el hombre disfruta de olores
y sabores. El retraso de las ciencias en la Edad media y el despertar del
Renacimiento y más aún con el Modernismo, dando paso a diferentes

22
investigaciones sobre clasificaciones de olores, cuadros clínicos (anosmia,
hiposmia, hipogeusia) y la elaboración de los primeros métodos de medición del
olfato y el gusto.

El siglo XX, desde la década del 70, es testigo de los múltiples trabajos e
investigaciones que son publicadas en diversas Revistas especializadas; el
surgimiento de los tests psicofísicos y el desarrollo de la psicofísica, incorpora
elementos fundamentales para la evaluación clínica de los sentidos químicos.

El siglo XXI con el Nobel de medicina a investigadores del olfato inicia una etapa
clave en el conocimiento de la fisiología del olfato y una nueva oleada de
entusiasmo en la comunidad científica. La búsqueda de bibliografía y poder llevar
a la clínica de diversas especialidades métodos simples para el diagnóstico de las
alteraciones olfatorias, vuelve a ocupar un lugar en parte de la población de
médicos, sobre todo en Latinoamérica.

Hoy podemos decir que, tanto en Argentina, como en Brasil, Chile, Uruguay,
Venezuela, aunque pocos, hay médicos ORL, neurólogos, psiquiatras, psicólogos,
investigadores de entidades científicas prestigiosas como el CONICET,
ocupándose del olfato y el gusto.

Si bien no poseen la importancia que merecen, los sentidos químicos y sus


alteraciones, sobre todo las del olfato, pueden ser el inicio de enfermedades como
Alzheimer o Parkinson u otras neurodegenerativas. Entidades clínicas generales:
diabetes, hipertensión, hipotiroidismo, endocrinopatías diversas, múltiples drogas y
sustancias o polvillos de fábricas, trastornos alimentarios, trastornos psicológicos y
psiquiátricos, entre tantos más, influyen en estos sentidos, alterándolos.

El displacer o la mala calidad de vida de los pacientes con hiposmia, anosmia y/o
disosmia, es un aspecto fundamental a tener en cuenta. Cada vez son más los
que recorren diferentes consultorios buscando no solo la cura o el diagnóstico,
sino la contención y explicación de lo que les está pasando y cada vez somos más
los médicos que trabajamos, estudiamos y nos comprometemos con ellos para
brindarles lo que están solicitando.

Conclusiones

Al inicio de este trabajo se anunció como objetivo hacer un repaso histórico de


cómo influyeron los olores y gustos en la vida de los seres humanos en las
diferentes civilizaciones y como se fue desarrollando la investigación del olfato y
gusto hasta llegar a la actualidad, a nivel mundial y en la Argentina.
23
Con lo expuesto hasta aquí ese objetivo se ha cumplido, sobre todo, al ser un
inicio para que a partir de este trabajo surjan otros, con diferentes ejes de
investigación y expectativas.

Resumen

Lo desarrollado en esta exposición gira, básicamente, en informar a la comunidad


médica sobre los aspectos históricos, científicos, clínicos, y socioculturales, de los
sentidos del olfato y gusto. Además de citar las publicaciones especializadas en el
mundo y en nuestro país, se hace referencia a los profesionales que desde 1968 a
la fecha, en el CONICET, siguen investigando estos sentidos. También la
referencia de las primeras aplicaciones de los métodos olfatométricos en
pacientes, desde 1987 a 2001, siempre a cargo de profesionales dependientes del
CONICET; y desde 1998 a la fecha, los profesionales de diferentes especialidades
que siguen trabajando, investigando y atendiendo a los pacientes con alteraciones
olfatorias y gustativas, en Hospitales y consultorios de Latinoamérica y Argentina.

24
Bibliografía

1. García Medina, MR. “Métodos para el diagnóstico y evaluación de las


alteraciones olfatorias”. Tesis doctoral. Facultad de Medicina, Universidad de
Buenos Aires, 1987.

2. Bramerson A, Johansson L, Ek L, et al. “Prevalence of olfactory dysfuntion: the


skövde population-based study”. Laryngoscope 2004; 114: 733-737.

3. Landis BN, Konnerth CG, Hummel, T. “A study on the frecuency of olfactory


dysfunction”. Laryngoscope 2004; 114: 1764-1769.

4. Soler GM, Nuñez M. “El olfato en la población de Buenos Aires: un estudio


estadístico”. Revista de la FASO 2012; 19 (3): 54-60.

5. Damm M, Temmel A, Welge-Lüssen A, et al. “Epidemiologie und therapie von


riechstörungen in Deutschland, Österreich und der Schweiz”. HNO 2004; 52: 112-
120.

6. Doty RL, Shaman P, Dann M. “Development of the University of Pennsylvania


Smell Identification Test: A standardized microencapsulated test of olfactory
function”. Physio Behav 1984; 32: 489-502.

7. Cain WS, Gen JF, Goodspeed RB, Leonard G. “Evaluation of olfactory


dysfunction in the Connecticut Chemosensory Clinical Research Center”.
Laryngoscope 1988; 98: 83-88.

8. Doty RL. “Introduction and Historical Perspective”. Handbook of Olfaction and


Gustation. Edited by Richard L. Doty. Marcel Dekker, Inc. New York. 1995. Pp. 1-
32.

9. Heidel, A. “The Gilgamesh Epic and OldTestament Parallels”, 2nd ed. University
of Chicago Press, 1949. Chicago.

10. Budge. “The Book of the Dead”. University Book. 1960. New Hyde Park, NY.

11. Piesse, GWH. “Art of Perfumery”. 1879. Longmans, London.

12. Morfit, C. “Chemistry Applied to the Manufacture of Soap and Candles”. 1847.
Carey and Hart, Philadelphia.

13. Cain, WS. “History of Research on Smell”. Handbook of Perception. Vol. VIA.
Tasting and Smelling, E.C. Carterette and M.P. Friedman (Eds). 1978. Academics
Press, New York, pp. 197-229.

25
14. Stratton, GM. “Theophrastus and the Greek Physiological Psychology Before
Aristotle. 1917. George Allen & Unwin, London.

15. Bailey, K.C. “The Elder Pliny´s Chapters on Chemical Subjects”. Vol.II. 1932.
E. Arnold and Company, London.

16. Calder, R. “La medicina y el hombre”. Titulo original “Medicine an man”,


Traducción de M. Blancafort. Primera Edición octubre 1965. Plaza & Janes, SA,
Editores, Barcelona.

17. Verril, AH. “Perfumes and Spices”. 1940. L. C. Page, Boston.

18. Riti, L. “The Unknown Leonardo”. 1974. McGraw-Hill, New York.

19. Wright, J. “A History of Laryngology and Rhinology”. 1914. Lea & Febiger,
Philadelphia.

20. Good, JM. “The Study of Medicine”. 1822. Vol.III Baldwin, Cadock and Joy:
London.

21. Kirkes, WS. “Manual of Physiology”. 1849. Lea and Blanchard, Phildelphia, pp.
400-401.

22. Shneider, CV. “Dissertation de osse cribiforme, et sensu de organo odoratus”.


1665. Movi, Witterbergge.

23. Todd, RB and Bowman, W. “The Physiological Anatomy and Physiology of


Man. 1847. Vol. II. Parker, London.

24. Erlich, P. “Über die Methylenblaureaction der Iebenden Nerven substanz.


1886. Deutsche Med. Wochenschr. 12: 49-52.

25. Linnaeus, C. “Odores medicamentorum”. 1765. Amoenit. Acad. 3: 183-201.

26. Zwaardemaker, H. “Die Physiologie des Geruchs”.1895. Leipzig: Engelmann.

27. Henning, H. “Der Geruch”. 1916. Liepzig: Barth.

28. Zwaardemaker, H. “L´Odorat”. 1925. Paris: Doin.

30. Toulouse, E and Vashide, N. “Mesure de l’odorat chez l’homme et chez la


femme”. 1899. Comp. Rend. Soc. Biol. 51:381-383.

31. Proetz, AW. “Exact olfactometry”. Ann. Otol. Rhinol. Laryngol. 1924. 33: 275-
278.

26
32. Ogle, W. “Anosmia (or cases illustrating the physiology and pathology of the
sense of smell). Med. Chir. Trans. 1870. 35: 263-290.

33. Soler GM. “Evaluación clínica del sentido del olfato: conceptos clínicos básicos
y explicación del CCCRC o Test de Connecticut”. En Soler GM (eds), Olfato y
gusto. Enfoque multidisciplinario. Akadia, Buenos Aires. 2012; pp 65-76.

34. Soler GM. “Evaluación clínica del paciente con alteraciones del sentido del
olfato”. En: Corpus Libros Médicos y Científicos, Esteban Mestre Eds. Evaluación
clínica del sentido del olfato. Rosario, Argentina, 2009; 29-38.

35. Bartoshuk, L.M.. “Clinical evaluation of the sense of taste”. Ear, nose and
throat Journal, 1989. 68, 331-337

36. Gallardo, S. “Un premio con mucho olfato”. Nota periodística del Centro de
Divulgación Científica – FCEyN: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. 2004.
Buenos Aires, Argentina.

37. Buck L, R Axel. “A novel multigene family may encode odorant receptors: a
molecular basis for odor recognition”. Cell 1991; 65: 175-187.

38. Soler, GM. “El olfato. Sus desórdenes en patología ORL. Evaluación clínica y
olfatométrica”. Revista de la FASO (Federación Argentina de Sociedades de Oto-
rrinolaringología). Año 6, Nº 6, 1999; 81-85.

39. Soler, GM. “Evaluacion clinica del sentido del olfato”. Libro publicado por
Corpus Libros, Editorial y Distribuidora, marzo 2009, Editor: Esteban Oscar
Mestre, Rosario, Argentina.

40. Soler, GM. “Olfato y gusto. Enfoque multidisciplinario”. Libro publicado por
Akadia, Editorial y Distribuidora, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, noviembre
2012. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

27

También podría gustarte