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El Ritual Angélico

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El Ritual Angélico

El Celeste Rito
Etimológicamente, combinando las raíces latinas, “ritus”, rito y “caerimonia”, costumbre de religión, respeto religioso;
podemos aproximarnos a la definición de ritual: éste sería una costumbre ceremonial, practicada con el objetivo de
obtener un resultado de origen espiritual, y en este caso, la comunicación con los bienaventurados, los ángeles.

Para llegar a los ángeles


Podemos sentir la influencia angélica no sólo en los momentos difíciles, sino en cualquier instante de la existencia. De un
modo u otro, el ritual deviene en costumbre; y sí como sabemos los ángeles son seres de luz; que quieren pautar nuestra
vida por su propio ejemplo; imprimiendo liviandad y alegría en todas nuestras actividades; en la expresión de nuestros
sentimientos; tendremos que cultivar virtudes para lograr una buena respuesta en la ceremonia, como ser: la paciencia; la
paz de espíritu; la alegría; la perfección; la observación y la búsqueda de la unidad en todo lo que se hace.
En el ritual angélico, las energías, como ríos, fluyen a través de las esferas del Trono de Dios. Se dan movimientos que
inician un verdadero ritmo; manteniéndose en contacto con lo Celeste. Hay una Gracia ligada a la conciencia nuestra; en
cuanto se mantiene, a través del ritual, una ligazón íntima con lo Alto. Recibiendo así, una cantidad de amor que opera de
inmediato: en todos los niveles de nuestras vidas; de este modo la luz del ángel se funde y eleva todo aquello con lo que
toma contacto.
Al comenzar el ritual no debemos perder la noción de pedir al ángel que nos dé luz, una visión, una inspiración para
encontrar el mejor camino; donde nada nos falte y podamos vivir en armonía.
Creando de este modo una frecuencia vibratoria para que el ángel escuche, lo que atrae o repele es la calidad interior del
individuo, su propia vibración.
Internamente, tenemos que sentir la luz, aprender a comprender e intentar vivenciar las leyes Divinas.

La Función del Ritual


El ritual funciona porque en el momento que la persona lo actúa; ecuaciona el problema. El ritual a ayudará a movilizar
las propias defensas psíquicas profundas y el instante en que se está buscando un reequilibrio, como el ritual puede
considerarse un acto de amor, puede atraer a los ángeles y ellos van a cooperar con el trabajo de la persona, que, con
respeto, maneja, tanto; los elementos externos (cirios, óleos), cuanto; los elementos internos, el yo interior, la búsqueda de
la luz, la sintonía con el ser celestial que se invoca.
La clave del rito está en trabajar con una cosa concreta, y en este caso el material devocional, volviendo más fácil, la
concentración.
Los ángeles están abiertos a todo; pudiendo sentir las ondas de la comunicación sin impedimento. Son libres para ser
únicos y son receptivos a las demandas de nosotros; gracias a Dios por ser diferentes (de ahí el concepto de jerarquías
angélicas) y juntos hacen el Uno (cantando al unísono con el Padre).
Los ángeles viven en la perfección y dirigen para perfeccionar al que se lo pida, un gran caudal de energía creadora.
Para comunicarnos con los ángeles al través del ritual debemos introducir en nuestras vidas, en la medida que sea posible,
esas virtudes tan apreciadas por los ángeles que enumeré, a manera de consejo, para tener una respuesta; en el ceremonial.
Aprender a amar, escuchar nuestra voz interior, demostrar la capacidad de ser conscientes que con la fe lo logramos, es
decir, vivenciar el sentimiento de unidad con todo y todos, sin importar quién sea, especialmente a lo que estén muy cerca
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nuestro, puesto que si nosotros no podemos controlar nuestras faltas, la que podemos ver y las que no, no tenemos derecho
a disgustarnos con las de los demás. Las personas y tan más al que nuestro debe ser objeto de nuestra concesiones en
primer lugar; si no podemos hacerlo por ellos; como seremos capaces de hacerlo con los demás.

Recordemos que está escrito : “ Perdónanos así como nosotros perdonamos”, esto implica, que somos pacientes con otro;
obtenemos el perdón y la salvación de Dios y deshacemos un poco de lo que hemos hecho en cuanto a errores, nosotros
mismos.
Los ángeles pueden dar a nuestras vidas un colorido y matices inimaginables; a través de los rituales manteniéndonos en
sintonía con las vibraciones del pensamiento positivo; con la naturalidad y la responsabilidad de quienes conducimos
nuestras propias vidas; en vez de dejarnos conducir. Hay que recordar que los ángeles son seres pasivos, es decir, están
para servir en el punto final.
La mejor manera de comunicarse con los ángeles, es a través del pensamiento (invocaciones), y de la acción positiva
(rituales), haciéndoles más fácil, su misión.

Ángel, su concepto y definición


Concepto
La palabra ángel puede traducirse como “mensajero”, “enviado”, un ángel es un ser celeste que actúa como intermediario
entre Dios y los hombres, según textos judíos, cristianos y musulmanes.
Definición
La raíz ANGELUS, es la transposición latina del griego ANGELO, que, como su correspondiente hebreo de la Biblia,
significa enviado. La palabra ángel aparece más de 2000 veces en los textos del Antiguo y Nuevo Testamento, esto quiere
decir, que es palabra de Fe de la Iglesia. De acuerdo con los dogmas actuales de la Iglesia Católica, los ángeles son
espíritus puros o celestes, creado por Dios, antes de crear a la humanidad, para su ministerio, son seres puros e
incorruptibles, según lo define el IV Concilio de Letrán (745), están dotados de inteligencia y voluntad, Dios ha dado
órdenes a sus ángeles para que nos guarden en nuestros caminos, esto está relacionado con que los sentimientos humanos
pertenecen a la esencia espiritual de los ángeles.
Es necesario aclarar que los ángeles son criaturas sometidas a Dios, siendo sus mensajeros, transmiten su bondad,
anuncian acontecimientos y son instrumentos de su justicia y misericordia. En algunas partes de la Biblia, pueden castigar,
ya sea para custodiar a las personas o Naciones, ya sea para desterrar el mal de la Tierra; en Exodo (12,23) aparece un
ángel exterminador encargado de la venganza divina; pero las características básicas de los ángeles, son la alegría,
liviandad, felicidad, amor incondicional, risa y belleza.
Los ángeles son seres de luz que envían informaciones y pensamientos de amor a través de nuestro Yo Superior, para que
nos inspire y no guíe. Los ángeles a ayudan a conectar nuestro Yo Superior con el Cielo, de manera que podamos ser más
felices aquí en la Tierra.
Los ángeles no nos controlan y no aprenden por nosotros nuestras lecciones, pero conocen nuestra naturaleza interior y
pueden aproximarse y protegernos cuando saben que en verdad lo deseamos.

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Los ángeles existen en un reino de energía positiva, amorosa. Son seres de naturaleza espiritual de un linaje distinto a
nosotros, cuya función en el cosmos es la retransmisión de energía divina. Los ángeles reciben energía, modificándola, ya
sea en calidad, ya sea en cantidad y la distribuyen a todo lo que existe. Por eso hay ángeles que organizan el Universo, los
que presiden el movimiento de las partículas subatómicas, porque todo existe por voluntad divina, y eso significa que la
tensión divina está concentrada sobre las cosas; Dios proyecta energía sobre todo, pero siempre, canalizada por los
ángeles.

Invocando a los ángeles para nuestra vida


El necesario ser amigos de los ángeles, conectarnos con ellos, contar con su ayuda extra, los ángeles son nuestros fieles
escuderos, siempre están dispuestos y listos para defendernos, los ángeles, sólo esperan que nosotros deseemos ese
contacto y nos armonicemos para usufructuar sus beneficios.

El Celestial Auxilio: La Invocación


“INVOCARE”, raíz latina que significa llamar, pero el llamado es interno, llamar adentro adentro, implorar, llamar
pidiendo auxilio, nombrar, evocar, atraer. Para mí, la síntesis de esta definición, estaría dada en la frase ° Poner a los
ángeles por testigos”, nuestros testigos.
Darnos cuenta, tomar conciencia que la invocación, nos pondrá en contacto con el invocado, el llamado, el convidado, el
que viene en nuestro auxilio. En la invocación, el ángel revoloteando con sus bellas alas, acude como nadando y flotando
entre las blancas nubes del cielo empíreo para transmitirnos algo de lo Celeste, purificándonos.
La invocación es necesaria, porque es una “actitud concreta”, demostrativa, muestra que estamos descruzando los brazos
poniendo el movimiento la rueda de la vida.
El poder de la oración, con una visión católica, que fui adoctrinando durante mi infancia y adolescencia, me permitió
percibir que algunos artificios son válidos y necesarios.
Es vital; darse cuenta de la presencia maravillosa del ángel en nuestra vida experimentando a través de la invocación esa “
llama de amor”; que es sólo se despierta por los mensajeros de Dios.
Es notable, como algunos católicos en particular, creen en ángeles y demonios, mientras que por otro lado, parecen dudar
de la existencia del mundo Celeste. Para disipar dudas al respecto aconsejo remitirse al texto bíblico, Eclesiastes 12:5-7;
que dice”…porque el hombre/a la casa de su siglo, y los pecadores andarán por la plaza; antes que la cadena de plata se
quiebre y rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente y la rueda sea rota sobre el pozo y el polvo se
torne a la tierra como era y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio.
Esto significa que del cuerpo una persona, un parte retorna al polvo de donde se dice que ha sido hecha; la otra parte
retorna a Dios o a la vida Celeste, recuerdo aquí, las palabras del poeta, “vuelve el polvo al polvo, vuela el alma al cielo, o
todo es vil materia, podredumbre y cieno”.
Por cierto que la alma vuela al cielo; el camino de la fe, los consejos de los Santos Padres de la Iglesia nos hablan de un
Cielo poblado de ángeles y de Santos. También es cierto o según las escrituras que Dios envió a intérpretes de su palabra a
la tierra, me refiero a los Profetas, que tenían la misión de hacer tomar conciencia de su significación y ser mensajeros al
mismo tiempo de ella. Por eso los llamo ANGELES TERRESTRES, porque es sabido por la angelología que estos
Profetas que dejaron el mundo físico por orden del Padre; a través del proceso o denominado, “angelificatus”, o sea,
“angelificación”, fueron convertidos a “ naturaleza angélica”, éstos estarían en un lugar intermedio entre los ángeles y los
Santos.

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No hay dudas. Hay que tener en mente que el ANGEL nos acompaña siempre, pase lo que pase, es necesario implementar
la invocación para alcanzar ese estado de creer para ver.
La apertura de la Fe, despierta a través de la invocación, nuestra propia espiritualidad, abriendo puertas a otras
dimensiones, el mundo angélico existe de y en un tiempo en un espacio diferentes, en un plano de existencia distinto al
nuestro.

La concentración
Para concentraron en las invocaciones tenemos que sentir en sí, una necesidad de una luz que viene de lo Alto,
reconocemos la existencia del ángel, sabremos que los al buenos y caídos, invocaremos sólo a los que alaban a Dios y
ejecutan sus órdenes. Se tiene que invocar en forma permanente al ANGEL, rogaremos su confianza, seguiremos sus
inspiraciones.
Los ángeles ofrecen a Dios nuestras oraciones y nos traen las respuestas en forma de Gracia Divina, o sea, realidad
concreta, pues todo cuando invocamos a un ANGEL, debemos agradecerle por anticipado, dar por hecho lo que se le pide.
De este modo notaremos, que ciertas frases, ciertas figuras angélicas, sincronicidades, es decir, acontecimientos que
parecen casuales pero no lo son. En realidad reflejan con su causalidad, la presencia angélica en nuestra vida.
Los ángeles se comunica con nosotros a través de la telepatía.
Recomendación: con respecto a la invocación, es importante creer, creer. Creer en la vida Celeste. Creer y sólo creer, y
los ángeles podrán liberarnos.
Rezar a Dios, de diversas maneras, convencionales o no, pero rezar, orar, invocar, no importa como se llame; que religión
se profese, pero creer; pedir ayuda a nuestro ANGEL custodio; les aseguro que los ángeles nos están esperando para
asistirnos.
Por eso, al que cultivar, la imaginación y la Fe. Cuando se utiliza la imaginación, con Fe se sabe lo que se quiere, se sabe
cómo se logrará, porque está en la mente y será creado. La imaginación y su ligazón directa con la Fe, hará posible el
contacto con los ángeles.
Meditar y orar, invocar a toda hora, agradecer su auxilio.
Cuál sea el método invocatorio no importa, oración católica, ruego angélico, alquimia angélica, magia angélica, llamado
angélico. Lo que importa es elegir un camino, estar en sincronía con las fuerzas del bien sintiendo estar al son de la
melodía de las arpas celestes.

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