El documento discute la humildad como una virtud central para los masones. Define la humildad masónica no como sumisión sino como la fuerza de voluntad para callar el ego y escuchar la voz interior. Explica que la humildad es necesaria para alcanzar el silencio interno desde el cual el maestro interior revela el verdadero significado de los símbolos masónicos. Advirtió que aquellos que ingresan a la masonería impulsados por la soberbia en lugar de la humildad no descubrirán los secretos de la orden.
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El documento discute la humildad como una virtud central para los masones. Define la humildad masónica no como sumisión sino como la fuerza de voluntad para callar el ego y escuchar la voz interior. Explica que la humildad es necesaria para alcanzar el silencio interno desde el cual el maestro interior revela el verdadero significado de los símbolos masónicos. Advirtió que aquellos que ingresan a la masonería impulsados por la soberbia en lugar de la humildad no descubrirán los secretos de la orden.
Descripción original:
Trabajo masonico de opinion propia acerca de la humildad del Francmason moderno.
El documento discute la humildad como una virtud central para los masones. Define la humildad masónica no como sumisión sino como la fuerza de voluntad para callar el ego y escuchar la voz interior. Explica que la humildad es necesaria para alcanzar el silencio interno desde el cual el maestro interior revela el verdadero significado de los símbolos masónicos. Advirtió que aquellos que ingresan a la masonería impulsados por la soberbia en lugar de la humildad no descubrirán los secretos de la orden.
El documento discute la humildad como una virtud central para los masones. Define la humildad masónica no como sumisión sino como la fuerza de voluntad para callar el ego y escuchar la voz interior. Explica que la humildad es necesaria para alcanzar el silencio interno desde el cual el maestro interior revela el verdadero significado de los símbolos masónicos. Advirtió que aquellos que ingresan a la masonería impulsados por la soberbia en lugar de la humildad no descubrirán los secretos de la orden.
La humildad del masón Existen varios conceptos de humildad, por ejemplo: “Immanuel Kant afirma que la humildad es la virtud central de la vida ya que brinda una perspectiva apropiada de la moral”; “Para Friedrich Nietzsche, la humildad es una falsa de virtud que esconde las decepciones que una persona esconde en su interior”; “Las religiones suelen asociar la humildad al reconocimiento de la Superioridad Divina y el sometimiento a las autoridades religiosas como vicarias de Dios sobre la tierra”. El Masón cree en Dios y respeta la libertad religiosa de toda persona. Para el Masón la humildad no tiene ninguna connotación con el sometimiento, mansedumbre o debilidad, sino que la asocia con la fuerza de voluntad para callar al ego y volverse receptivo a las palabras de su ser interior. El cuerpo físico es sumamente importante, pero no deja de ser un vehículo de expresión del verdadero ser, “El Pensador” que muchas veces se pierde en el bosque de las fantasías e importancias banales del ego y sus exigencias. El ego es el “guardián del umbral”, “El terrible” como le llaman en la iniciación al primer grado, y el que le dificulta avanzar hacia la luz que le permitirá reencontrarse con su verdadera identidad. La humildad es un requisito para alcanzar el silencio sobre el cual se sostendrán las palabras del maestro interior al explicar el verdadero significado del símbolo y la alegoría del ritual, porque el verdadero secreto de la sabiduría Masónica no descansa precisamente en palabras ni está al alcance de todos. ¡Hay! de aquellos ingenuos, ilusos y prepotentes que ingresan a la orden embriagados de soberbia vana y poder económico o de otro tipo, en busca de grados y diplomas que les revelen en corto plazo los secretos de la Masonería porque solo encontraran rituales exentos de vida, fríos y estériles, castrados de todo poder de convocación y revelación, palabras huecas y sin valor… Porque la revelación del secreto, repito, no está en las palabras ni actos exentos de sentimiento, emotividad y conocimiento. El verdadero masón, que mora en el interior de nosotros, solo revelara el tan buscado misterio del conocimiento que encierra nuestra augusta institución, al que con corazón y mente limpios de la escoria de su naturaleza inferior, toque a las puertas de su templo y sean sinceros en su deseo de aprender para servir a la humanidad y gloria del Gran Arquitecto del Universo.