035 - Los 2300 Dias Anios (Light)
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Tema
35
2300 días/años
Es importante saber que Miller no fue el primero en descubrir que las “2300 tardes y
mañanas” de Daniel 8:14 son en realidad días simbólicos que se convierten en años
literales.
La Septuaginta era una traducción del Antiguo Testamento al griego realizada por
70 rabinos judíos, expertos en hebreo durante los siglos II y III antes de Cristo. Ellos
tradujeron el detalle del tiempo de Daniel 8:14 de esta manera: “tardes y mañanas,
2300 días”. Pues una tarde y una mañana forma “un día” según Génesis 1:5.
En el siglo II, el rabino “Theodotion” lo tradujo de la misma manera, como lo habían
hecho los setenta.
• En el siglo IX (mil años antes de Miller) el rabino “Nahawendi” de Persia ya
enseñó ¡que las 2300 tardes y mañanas son en realidad 2300 años literales!
Diferentes rabinos enseñaron lo mismo en otros siglos en Palestina, España, Portugal, Italia, Francia y
Argelia.
¡Así que Miller estaba en lo correcto al proclamar que se trata efectivamente de 2300 años!
El error de Miller
• ¡Así que el error de Miller no consistía en la fecha del año 1844 que es absolutamente bíblica y profética,
como vimos desde el tema 25 en adelante, sino en la interpretación del evento que ocurrió en ese año
especial!
Su error era creer que el santuario que tenía que ser purificado era la tierra. Dan. 8:14. ¡Aunque Miller sabía
que el cielo también es el santuario! Pues él escribió un tratado de 16 páginas identificando a siete diferentes
cosas como santuario. Y en segundo lugar aparece el cielo. El problema fue que el no comprendió que algo en
el cielo pueda contaminarse. Desafortunadamente no entendió el texto de Hebreos 9:22, 23 que enseña que
efectivamente el santuario celestial tiene que ser purificado pues se contamina con nuestros pecados, igual
como ocurrió con el santuario terrenal de antaño.
Recordemos del tema anterior que Miller pensó que los clímax de las cuatro profecías paralelas del libro de
Daniel (Dan. 2, 7, 8, 10-12) son idénticos. En su lógica y argumentación llegó a creer que la piedra de Daniel 2, el
juicio de Daniel 7, la purificación del santuario de Daniel 8 y la liberación del pueblo de Dios con la resurrección
de Daniel 12, son eventos que ocurren simultáneamente.
Es por eso que cuando descubrió que el santuario es purificado tras los 2300 años que se cumplen en el año
1844 (Daniel 8:14), creyó que en ese momento el juicio final había llegado y que Cristo vendría como la roca para
poner fin a la historia humana y liberar a su pueblo y resucitar a los muertos.
Su error fue no entender que ¡las cuatro profecías paralelas del libro de Daniel son paralelas pero no idénticas!
Como vimos en el tema anterior, han sido presentadas por Dios mediante inspiración en forma de un Quiasmo,
ya que las profecías paralelas de Daniel 7 y 8 muestran el inicio del juicio celestial y las profecías paralelas de
Daniel 2 y 10-12 muestran la sentencia al fin del juicio celestial.
• Recordemos que Miller no vio la evidencia de Daniel 7:9, 10 y 13 donde ¡no habla de la venida de Jesús
a la tierra, sino al Anciano de días (su Padre), es decir a la escena del juicio!
¡Los 2300 años y el año 1844 nos hablan de un
maravilloso evento en el cielo, no en la tierra!
El primer mensaje angelical
Pero es importante reconocer que Miller aplicara correctamente el
juicio para el año 1844. ¡Por lo tanto el movimiento Millerita llegó a
proclamar correctamente el primer mensaje angelical!
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio
El clamor de medianoche
Los Milleritas comenzaron a proclamar a gran escala el cercano retorno de Cristo. Con este propósito realizaron
también campamentos. Incluso ordenaron la construcción de la carpa más grande de los Estados Unidos de
América, que tenía una capacidad para 4000 asientos y 2000 parados.
Ellos creían que la parábola de las 10 vírgenes de Mateo 25 se cumplía
en su experiencia. Siendo las vírgenes una ilustración del pueblo de
Dios. 2 Cor. 11:2; Os. 2:16, 19, 20, Ef. 5:23, etc.
“Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a
recibirle!” Mat. 25:6. Gracias al pasaje de Marcos 2:19 y 20, los Milleritas
sabían que el esposo es Jesucristo, pues Cristo mismo se identifica
en ese pasaje como el esposo de las bodas. Así que comenzaron a
proclamar con fuerza y poder “!Cristo viene, prepárense!”, creyendo
ser el cumplimiento del clamor de medianoche a la humanidad. El
movimiento Millerita comenzó a editar además la revista titulada “El
clamor de medianoche”.
Después que Cristo no vino el 21 mes de marzo del año 1843, Guillermo Miller reconoció mediante un estudio
profundo de la Biblia, que ¡Jesús no vendría en primavera sino en otoño! El famoso científico Isaac Newton ya
había expresado esos pensamientos años antes. Su argumento básico era la tipología.
La tipología
La tipología presenta un tipo y un antitipo. El tipo es una promesa del Antiguo
Testamento y la antitipo es su cumplimiento en el Nuevo Testamento. En otras
palabras: ¡el antitipo es el cumplimiento del tipo!
El tipo se presenta mayormente mediante un símbolo o una figura del Antiguo
Testamento y el antitipo es su representación magnificada en el Nuevo
Testamento. Veamos un ejemplo:
• La oveja del sacrificio del Antiguo Testamento es el tipo y Cristo el Cordero de
Dios es el antitipo, es decir su cumplimiento magnificado del Nuevo Testamento.
Miller llegó a la conclusión que Jesucristo tiene que repetir en su retorno las
fiestas tipológicas de otoño, tal como cumplió en su primera venida las fiestas
tipológicas de primavera.
Resumamos el contexto una vez más: El inicio del juicio celestial inicia al cabo de los 2300 años en el año
1844. Dios Padre (el Anciano de días) se sienta en uno de los tronos y millones de ángeles están presentes
cuando se abren los libros. Entonces llega Jesús a la escena del juicio y Dios Padre le entrega el juicio a su
Hijo. Daniel 7:9, 10, 13, 22; Juan 5:22. A partir de ese momento se comienza en la tierra a proclamar el
evangelio eterno “la hora del juicio [de Dios] ha llegado”. Ap. 14:6, 7. Seamos conscientes que según las
palabras de Cristo, tras la proclamación del evangelio eterno viene el fin de este mundo, y su retorno. Mat.
24:14. En el capítulo 4 del libro del Apocalipsis encontramos esta misma escena del inicio del juicio celestial
con una preciosa descripción que estudiaremos en el tema subsiguiente.