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Pan de La Palabra 197 PDF

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197

TIEMPO ORDINARIO
CICLO A

¿Por qué tienen miedo?


¿aún no tienen fe?
Tiempo de prudencia, paciencia y esperanza activa 2 (Mc 4, 40)
¿Por qué tienen miedo?¿aún no tienen fe? 3
La Santísima Trinidad (7 Jun) 7
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (14 jun) 11
Domingo XII Ordinario (21 Jun) 15
Domingo XIII Ordinario (28 jun) 19
San Pedro y San Pablo, Apóstoles (29 jun) 23
Domingo XIV Ordinario (5 jul) 28
Domingo XV Ordinario (12 jul) 32
2 TIEMPO DE PRUDENCIA, PACIENCIA Y ESPERANZA ACTIVA

TIEMPO DE PRUDENCIA, PACIENCIA


Y ESPERANZA ACTIVA

La crisis sanitaria y económica que desde hace meses nos está asolando a
todos y, de manera más vehemente a los más pobres, no puede dejar de ser
un referente obligado en nuestras celebraciones cristianas. Más aún, ha de
ser un tiempo de ejercicio de aquellas virtudes que pueden fortalecer los
compromisos que manan de la fe y de actitudes humanitarias.
Los domingos que contiene este envío nos ponen en línea de respuesta, y los
definiría con cuatro titulares y que vienen a señalar todo un programa de
actuación social desde los argumentos que nos da la Palabra de Dios
proclamada en la liturgia dominical: 1) acoger y aliviar a los más pobres; 2)
humildes para servir, acogedores, sencillos y agradecidos; 3) sembrar el bien;
4) la paciencia, virtud activa.
Después de un largo tiempo de cuarentena que no sabemos cuando
terminará, y que en cualquier otro momento se puede repetir, hará falta que
vayamos bien equipados. Forma parte del ejercicio de la caridad cristiana la
creciente sensibilidad para detectar nuevas pobrezas, sin dejar de atender las
de siempre, siempre con la preocupación de por qué estas siempre están en el
mismo lugar y no avanzan.
Acoger y aliviar a los más pobres querrá decir ayudarlos a salir de situaciones
de indignidad o de descarte, haciendo posible, desde el trato humano y la
ayuda espiritual un cambio de situación. Mantener la esperanza dará noticia
de que esto es posible.
Ejercer la caridad y hacer gestos de solidaridad no ha de ser nunca ocasión
para la autocomplacencia o el interés egoísta por darse a ver, sino todo lo
contrario. Es el gran momento del servicio humilde y discreto, que sabe el
porqué de su esfuerzo y cuál es el resultado que se propone. La celebración
de la Eucaristía es el momento más apropiado para aprender el estilo humilde
y solidario de Jesús en la fracción del pan, que con su generosidad hace
posible que haya para todos y aún sobre.
Este tiempo es un tiempo de paciencia. Aquella paciencia del sembrador que
ha hecho todo lo posible por sembrar bien y no fuerza el crecimiento de la
semilla anulando etapas de maduración. La prudencia hace que todo se tenga
¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AUN NO TIENEN FE? 3

en cuenta, y asegurar la salud de todos llega a ser esta virtud que Jesús
tantas veces indica en el Evangelio, poniendo a los enfermos como una
prioridad de su misión. Jesús, más que nadie, sabe lo que es curar a distancia.

«¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AÚN NO TIENEN FE?»


PAPA FRANCISCO
Homilia del 27 de marzo de 2020

Aquel día, al atardecer, les dice Jesús: «Vamos a la otra orilla». Dejando a la
gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban.
Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi
llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo
despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Se
puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!». El viento
cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no
tienen fe?». Se llenaron de miedo y se decían unos a otros: «¿Pero quién es
este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!» (Mc 4,35-41).
«Al atardecer» (Mc 4,35). Así comienza el evangelio que hemos escuchado.
Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas
tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron
adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y
un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente
en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos.
Al igual que a los discípulos del evangelio, nos sorprendió una tormenta
inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma
barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y
necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de
confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos
discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: «perecemos»
(cf. Mc 4,38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada
uno por nuestra cuenta, sino solo juntos.
Es fácil identificarnos con esta historia, lo difícil es entender la actitud de
Jesús. Mientras los discípulos, lógicamente, estaban alarmados y
desesperados, él permanecía en popa, en la parte de la barca que primero se
hunde. Y, ¿qué hace? A pesar del ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo,
4 ¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AUN NO TIENEN FE?

confiado en el Padre –es la única vez en el evangelio que Jesús aparece


durmiendo–. Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las
aguas, se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: «¿Por qué tienen
miedo? ¿Aún no tienen fe?» (Mc 4,40).
Tratemos de entenderlo. ¿En qué consiste la falta de fe de los discípulos que
se contrapone a la confianza de Jesús? Ellos no habían dejado de creer en él;
de hecho, lo invocaron. Pero veamos cómo lo invocan: «Maestro, ¿no te
importa que perezcamos?» (Mc 4,38). No te importa: pensaron que Jesús se
desinteresaba de ellos, que no les prestaba atención. Entre nosotros, en
nuestras familias, lo que más duele es cuando escuchamos decir: «¿Es que
no te importo?». Es una frase que lastima y desata tormentas en el corazón.
También habrá sacudido a Jesús, porque a él le importamos más que a nadie.
De hecho, una vez invocado, salva a sus discípulos desconfiados.
La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto
esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido
nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra
cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da
fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. La tempestad pone al
descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de
nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas
«salvadoras», incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de
nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle
frente a la adversidad.
Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que
disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y
dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que
no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos.
«¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?». Señor, esta tarde tu Palabra
nos interpela se dirige a todos. En nuestro mundo, que tú amas más que
nosotros, hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de
todo. Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y
trastornar por la prisa. No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos
hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos
escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo.
Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre
¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AUN NO TIENEN FE? 5

sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te


suplicamos: «Despierta, Señor».
«¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?». Señor, nos diriges una llamada,
una llamada a la fe. Que no es tanto creer que tú existes, sino ir hacia ti y
confiar en ti. Resuena tu llamada urgente: «Conviértanse», «vuelvan a mí de
todo corazón» (Jl 2,12). Nos llamas a tomar este tiempo de prueba como un
momento de elección. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el
tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para
separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el
rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás. Y podemos mirar a tantos
compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han
reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu derramada
y plasmada en valientes y generosas entregas. Es la vida del Espíritu capaz de
rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por
personas comunes –corrientemente olvidadas– que no aparecen en portadas
de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin
lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra
historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los
productos en los mercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de
seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que
comprendieron que nadie se salva solo.
Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros
pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: «Que
todos sean uno» (Jn 17,21). Cuánta gente cada día demuestra paciencia e
infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad.
Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros
niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis
readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas
personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el
servicio silencioso son nuestras armas vencedoras.
«¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?». El comienzo de la fe es saber
que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos nos
hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas.
Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros
temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos
que, con él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios:
6 ¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AUN NO TIENEN FE?

convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae
serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere.
El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar
y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y
sentido a estas horas donde todo parece naufragar. El Señor se despierta para
despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su cruz hemos
sido salvados. Tenemos un timón: en su cruz hemos sido rescatados.
Tenemos una esperanza: en su cruz hemos sido sanados y abrazados para
que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento
donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros,
experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el
anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado. El Señor nos
interpela desde su cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a
aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que
nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42,3), que nunca
enferma, y dejemos que reavive la esperanza.
Abrazar su cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo
presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y
posesión para darle espacio a la creatividad que solo el Espíritu es capaz de
suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse
convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de
solidaridad. En su cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y
dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos
posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar
la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.
«¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?». Queridos hermanos y
hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me
gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen,
salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que
abraza a Roma y al mundo, descienda sobre ustedes, como un abrazo
consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los
cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero
nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a
merced de la tormenta. Repites de nuevo: «No tengan miedo» (Mt 28,5). Y
nosotros, junto con Pedro, «descargamos en ti todo nuestro agobio, porque
tú nos cuidas» (cf. 1Pe 5,7).
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 7

Nota: En estos tiempos de dificultades e incertidumbre, las


circunstancias pueden cambiar el tono de la celebración. Por ello tal vez
sea necesario realizar algún cambio en los subsidios propuestos

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


(7 Junio 2020)

Monición de entrada: Hermanos: Todos los domingos


celebramos el amor infinito de Dios que se ha
manifestado en Cristo y en el don del Espíritu Santo.
Pero hoy, terminados los cincuenta días de la Pascua,
celebramos la fiesta por excelencia en honor de Dios,
la fiesta de la Santísima Trinidad. Nuestro único Dios
se nos ha manifestado como una familia divina, como
Padre, fuente y origen de toda vida y bondad; como
Hijo que compartió nuestra naturaleza y realizó la
salvación de la humanidad; y como Espíritu que lleva
a cabo la obra de Cristo a través de la historia.
Alabemos con gozo a Dios en la íntima comunión de
vida que hay entre las tres divinas personas y que es
fuente de toda creación y de toda salvación.

Acto penitencial:
! Padre Santo, fuente de vida, de amor y paz, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Hijo de Dios y hombre verdadero que nos has reconciliado con Dios,
CRISTO, TEN PIEDAD.
! Espíritu divino, luz que nos ilumina y fuerza que nos sostiene, SEÑOR, TEN
PIEDAD.

Oración: Oremos (pausa): Dios Todopoderoso, que has enviado al mundo la


Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres
tu admirable misterio, concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria
de la eterna Trinidad y adorar su unidad todopoderosa. Por NSJ...
8 SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Monición: Escuchamos la manifestación de Dios a Moisés. Dios se muestra


lleno de compasión y misericordia y garantiza su presencia en medio de su
pueblo.
Lectura del libro del Éxodo (Ex 34, 4b-6. 8-9)
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le
había mandado el Señor, llevando en sus manos las dos tablas de piedra.
El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés invocó el nombre
del Señor.
El Señor pasó delante de él y exclamó:
“Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en
clemencia y lealtad.”
Moisés, al momento, se inclinó a tierra y se postró. Y le dijo:
“Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque este sea un
pueblo testarudo; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como tu
herencia.”
Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Dan 3)

1. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,


bendito tu nombre santo y glorioso. R.
2. Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.
3. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 9

4. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R.
5. Bendito eres en la bóveda del cielo. R.

Monición: Pablo finaliza una de sus cartas con una fórmula trinitaria que
nosotros decimos al comienzo de la misa. Padre, Hijo y Espíritu nos comunican
su amor y su gracia.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2 Cor 13,
11-13)
Hermanos:
Estén alegres, busquen la perfección, anímense; tengan un mismo sentir y
vivan en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes.
Salúdense mutuamente con el beso santo.
Les saludan todos los hermanos en la fe.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu
Santo permanezcan siempre con ustedes.
Palabra de Dios.

Monición: Dios Padre ha mostrado su amor al mundo enviando a su Hijo para


salvar a la humanidad. Cada uno decide su suerte según su actitud de
acogida o rechazo ante Cristo.

Aleluya (Ap 1, 8)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
al Dios que es, que era y que viene.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan (Jn. 3, 16-18)


Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca
ninguno de los que creen en él, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para
10 SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

que el mundo se salve por medio de él.


El que cree en él no será condenado; por el contrario, el que no cree ya
está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Palabra del Señor.

Peticiones:

! Trinidad Santa, haz que tu Iglesia


manifieste el amor que tú has tenido a
todos los hombres, roguemos al Señor.
! Trinidad Santa, haz que todos los
pueblos del mundo busquen caminos
de justicia, de concordia y de paz,
roguemos al Señor.
! Trinidad Santa, haz que todos los
cristianos cultivemos en nuestra vida la
actitud de oración y alabanza a ti por tu
obra de creación y salvación, roguemos
al Señor. .
! Trinidad Santa, dales salud y consuelo
a todos los que sufren a causa de la
pandemia, la soledad y el hambre,
roguemos al Señor.
! Trinidad Santa, cuida de nosotros, de
nuestras familias, de nuestros vecinos,
de nuestros compañeros de trabajo o estudios, roguemos al Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa): Al confesar nuestra fe en la Trinidad santa y


eterna y en su unidad indivisible, concédenos, Señor y Dios nuestro,
encontrar la salud del alma y del cuerpo en los sacramentos que hemos
recibido. Por JNS.

Lu 8 1R 17,1-6; Sal 120; Mt 5,1-12 Mt 10,7-13


Ma 9 1 R 17, 7-16; Sal 4; Mt 5,13-16 Vi 12 1 R 19,9a.11-16; Sal 26; Mt 5,27-32
Mi 10 1 R 18, 20-39; Sal 15; Mt 5,17-19 Sa 13 1 R 19,19-21; Sal 15; Mt 5, 33-37
Ju 11 Hch 11,21b-26; 13,1-3; Sal 97;
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 11

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO


CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
(14 Junio 2020)

Nota: Hoy se puede organizar con solemnidad la exposición del


Santísimo al final de la misa como manifestación de la presencia de
Cristo en la Eucaristía.

Monición de entrada: Hermanos: Celebramos hoy la fiesta del “Cuerpo y la


Sangre de Cristo”, el gran don que Jesús nos dejó en la última cena y en el que
hacemos presente su entrega a la muerte por nosotros. El Señor nos alimenta
con su Cuerpo y con su Sangre para que seamos capaces de vivir cada día
según el Evangelio. Por eso hoy damos gracias de manera especial a Cristo por
su sacrificio y por su presencia entre nosotros en el don de su Eucaristía. Y
asumimos el compromiso de participar presencialmente cada domingo en el
sagrado banquete de su Palabra y de su Cuerpo y Sangre.

Acto penitencial:
! Tú que eres el pan vivo bajado del cielo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que has ofrecido tu vida para reconciliarnos con Dios, CRISTO, TEN
PIEDAD.
! Tú que con tu Cuerpo alimentas nuestra vida cristiana, SEÑOR, TEN
PIEDAD.

Oración: Oremos (pausa): Oh Dios, que en este sacramento admirable nos


dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal
modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú
que vives y reinas con el Padre...

Monición: Moisés recuerda al pueblo que, en medio de las dificultades del


camino por el desierto, Dios no lo ha dejado sin alimento y bebida.
12 SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Lectura del libro del Deuteronomio (Dt. 8, 2 -3. 14b- 16a)

Moisés habló al pueblo diciendo:


“Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos
cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer
tus intenciones: si guardas sus mandamientos o no.
Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná,
que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive
el hombre de pan, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios.
No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud,
que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes
venenosas y alacranes, que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti
agua de la roca más dura; que te alimentó en el desierto con un maná que no
conocían tus padres.”

Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 147)

1. Glorifica al Señor, Jerusalén;


alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R.

2. Ha puesto paz en tus fronteras,


te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R.

3. Anuncia su palabra a Jacob,


sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R.
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 13

Monición: En la segunda lectura Pablo quiere que entendamos que el hecho


de compartir el cuerpo de Cristo nos exige vivir unidos como hermanos.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1 Cor. 10,
16-17)

Hermanos:
El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la
sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de
Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo
cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.

Palabra de Dios.

Monición: Jesús se da a sí mismo como alimento y bebida que nos da la vida


eterna. El que no se alimenta de él no tiene vida.

Aleluya (Jn 6, 51)

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor;


el que coma de este pan vivirá para siempre.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan (Jn 6, 51-58)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:


“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá
para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”
Los judíos se pusieron a discutir entre sí:
“¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Entonces Jesús les dijo:
“Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su
sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre
14 SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.


Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo,
el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no es como el maná que comieron
sus padres y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre.”

Palabra del Señor.

Peticiones:

! Por todas las Iglesias cristianas, para que los que participan de un mismo pan
y un mismo cáliz puedan, llegar a formar una sola Iglesia en el amor,
roguemos al Señor.
! Por los que en esta emergencia pasan hambre o no tienen lo necesario
para vivir con dignidad, para que les expresemos nuestro amor efectivo,
roguemos al Señor.
! Por los trabajadores y los voluntarios de Cáritas, y por todos los que
dedican su tiempo al servicio de los necesitados, roguemos al Señor
! Por nosotros, convocados para compartir la celebración de la Eucaristía de
Jesús, roguemos al Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa): La comunión de tu Cuerpo y Sangre, Señor,


signo del banquete del reino, que hemos gustado en nuestra vida mortal, nos
llene del gozo eterno de tu divinidad. Por JNS.

Lu 15 1R 21,1-16; Sal 5; Mt 5,38-42 Ju 18 Eclo 48, 1-15; Sal 96; Mt 6,7-15


Ma 16 1R 21,178-29; Sal 50; Mt 5,43-48 Vi 19 Dt 7,6-11; Sal 102; Mt 11,25-30
Mi 17 2R 2, 1.6-14; Sal 30; Mt 6, 1-6. 16-18 Sa 20 Is 61, 9-11; Sal de 1S 2; Lc 2,41-51
DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO 15

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO


(21 Junio 2020)

Monición de entrada: Hermanos: Muchas personas son perseguidas por


defender los valores humanos y cristianos. Así ocurrió con los profetas, con
Cristo mismo y con muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo. Frente a
este hecho hay cristianos que se desaniman. Pero Dios tiene la última palabra
y la victoria definitiva sobre el mal. El ejemplo de aquellos que han sido fieles
hasta entregar su vida debe ser estímulo para nosotros para resistir la
tentación del desanimo o la irresponsabilidad. Celebramos también hoy el día
del padre: ellos como Dios Padre, deben dar vida y amor a sus hijos.

Acto penitencial:
! Tú que eres el camino, la verdad y la vida, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que fortaleces a tus fieles y salvas a los pobres, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que nos ayudas a superar nuestras dificultades, SEÑOR, TEN PIEDAD.

Oración: Oremos (pausa): Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y


respeto a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces
en el sólido fundamento de tu amor. Por NSJ...

Monición: El profeta Jeremías dirige a Dios una súplica angustiada para que
lo salve de sus enemigos. Estos lo persiguen porque se ha atrevido a criticar a
los dirigentes del pueblo.

Lectura del libro de Jeremías (Jr 20, 10-13)


Dijo Jeremías:
“Yo oía la murmuración de la gente:
“Hay terror por todas partes; denunciemos a Jeremías”.
Hasta mis amigos esperan que yo dé un paso en falso:
”A ver si se deja engañar, y entonces lo venceremos,
nos vengaremos de él.”
16 DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

Pero el Señor está conmigo,


como un guerrero poderoso;
mis enemigos caerán y no podrán conmigo.
Se avergonzarán de su fracaso.
Sufrirán una humillación eterna que no se olvidará.
Señor de los ejércitos, que examinas al justo
y sondeas lo íntimo del corazón;
hazme ver cómo castigas a esa gente,
porque a ti he confiado mi causa.
Canten al Señor, alaben al Señor,
que libró la vida de un pobre de manos de los malvados.”
Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 68)

1. Por ti he aguantado afrentas,


la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.
2. Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R.
3. Mírenlo, los humildes, y alégrense,
busquen al Señor, y revivirá su corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas. R.
DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO 17

Monición: Escuchamos ahora un famoso texto en el que San Pablo reflexiona


sobre el pecado que hay en el mundo y sobre la salvación que hemos recibido
de Jesucristo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rom 5, 12-15)
Hermanos:
Por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la
muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Porque, antes que hubiera la Ley había pecado en el mundo, pero el
pecado no se tenía en cuenta porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con
una desobediencia como la de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, el don no es como el delito: si por el delito de uno murieron
todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que
correspondía a un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos.

Palabra de Dios.

Monición: En el Evangelio Jesús nos invita a ser valientes y dar testimonio de


nuestra fe, aunque esto nos pueda traer problemas.

Aleluya (Jn 15, 26b. 27a)


El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí, dice el Señor;
y también ustedes darán testimonio.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 10, 26-33)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
“No tengan miedo a los hombres, porque nada hay secreto que no llegue a
descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que les digo de noche díganlo en pleno día, y lo que escuchen al oído
pregónenlo desde la azotea.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
18 DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

alma. No, teman más bien al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo.
¿No se venden dos gorriones por unas moneditas? Y sin embargo, ni uno de
ellos cae al suelo sin que el Padre de ustedes lo disponga. En cuanto a
ustedes hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados. Por eso, no
tengan miedo; no hay comparación entre ustedes y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su
parte delante mi Padre que está en el cielo. Y si uno me niega ante los
hombres, yo también lo negaré delante mi Padre que está en el cielo.”

Palabra del Señor.

Peticiones:
! Por todas las comunidades cristianas del mundo, para que en estos
tiempos difíciles Dios las anime en sus compromisos de misericordia y sean
valientes en defender su fe, roguemos al Señor.
! Por todos los que son perseguidos a causa de su fe, de la defensa de la
verdad o de la lucha por la justicia, para que Dios aliente su esperanza,
roguemos al Señor.
! Por los padres de familia, para que Dios los bendiga y fortalezca en ellos
actitudes de amor, responsabilidad y testimonio de vida hacia sus hijos,
roguemos al Señor
! Por nosotros. Para que vivamos con un espíritu siempre abierto al amor de
Dios y demos testimonio de la fe que actúa por la caridad, roguemos al
Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa). Renovados por la recepción del Cuerpo


santo y de la Sangre preciosa, imploramos tu bondad, Señor, para obtener
con segura clemencia lo que celebramos con fidelidad constante. Por
Jesucristo...

Lu 22 2R 17, 5-8.13-15a.18; Sal 59; Mi 24 Is 49,1-6; Sal 138; Hch 13,22-26; Lc 1,57-66.80
Mt 7,1-5 Ju 25 2R 24, 8-17; Sal 78; Mt 7,21-29
Ma 23 2R 19,9b-11.14-21.31a.36; Vi 26 2R 25,1-12; Sal 136; Mt 8, 1-4
Sal 47; Mt 7, 6.12-14 Sa 27 Lm 2,2.10-14.18-19; Sal 73; Lc 2, 41-52
DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO 19

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO


(28 Junio 2020)

Monición de entrada: Hermanos: Por el bautismo entramos a formar parte de


una nueva familia, la familia de la fe. Además cada uno formamos parte
también de una familia humana. Jesús en el evangelio nos quiere hacer
comprender que, en caso de conflicto entre ambas familias, debemos preferir
la familia de la fe y seguir a Jesús antes que al padre o a la madre. La fe es algo
que compromete toda la vida y tiene fuertes exigencias frente a la familia o a
la sociedad civil. En la Eucaristía celebramos nuestra fe y la fortalecemos
para ser testigos del Señor en la familia y en la sociedad.

Acto penitencial:

! Tú que por el bautismo nos has hecho hijos de Dios, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que has hecho de nosotros la familia de la fe, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que con tu Palabra y la Eucaristía alimentas nuestra fe, SEÑOR, TEN
PIEDAD.

Oración: Oremos (pausa): Padre de bondad, que por la gracia de la adopción


nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera de las tinieblas del error
y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por NSJ...

Monición: Escuchamos una tierna historia del Antiguo testamento, la historia


de una mujer de espíritu acogedor y de un profeta agradecido.

Lectura del segundo libro de los Reyes (2 Re 4, 8-11. 14-16ª)


Un día pasaba Eliseo por Sunam, y una mujer distinguida lo invitó con
insistencia a comer. Y siempre que Eliseo pasaba por allí, se detenía a comer
en su casa. Ella dijo a su marido:
“Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por
nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso
20 DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, y así,
cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.”
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su criado Guejazí:
“¿Qué podríamos hacer por ella?”
Guejazí comentó:
“Mira, no tiene hijos, y su marido es ya viejo.”
Eliseo dijo:
“Llámala.”
La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo:
“El año que viene, por estas fechas, tendrás un hijo en tus brazos.”

Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 88)

1. Cantaré eternamente las misericordias del Señor,


anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

2. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:


que camina, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R.
DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO 21

3. Porque tú eres su honor y su fuerza,


y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey. R.

Monición: Escuchamos ahora un texto muy conocido de la carta a los


Romanos. Son palabras que nos recuerdan el fundamento de nuestra fe, el
sentido del bautismo cristiano.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 6, 3-4. 8-11)
Hermanos:
¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús,
nos hemos sumergido en su muerte?.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como
Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en una vida nueva.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos
con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya
no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un
morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo ustedes considérense muertos al pecado y vivos para Dios en
Cristo Jesús.
Palabra de Dios.

Monición: La verdadera fe proclama que sólo Cristo es el Señor de nuestras


vidas. Nuestros amores humanos de familia y de amistad deben estar
también sometidos a él.

Aleluya (1 Pe 2, 9)
Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada;
proclamen las hazañas del que los llamó a salir de la tiniebla y a entrar en
su luz maravillosa.
22 DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 10, 37 42)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:


“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el
que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no
toma su cruz y me sigue no es digno de mí.
El que trate de salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la
salvará. El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe a mí,
recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta
tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo
tendrá recompensa de justo.
El que dé de beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno
de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, les aseguro que no perderá
su recompensa.”

Palabra del Señor.

Peticiones:
! Por todos los cristianos, para que, en estos tiempos difíciles, la fe en el
Señor les ayude a dar sentido a la vida de familia y a las relaciones sociales,
roguemos al Señor.
! Por las familias que sufren tensiones por graves dificultades económicas,
para que la fe en Dios les ayude a superar esos problemas, roguemos al
Señor.
! Por los pobres, los enfermos de esta pandemia y todos los que sufren en su
cuerpo o en su espíritu, para que Dios sea su consuelo y nosotros les
mostremos nuestra solidaridad, roguemos al Señor.
! Por nosotros, para que aprendamos a ser más comprensivos y generosos
con los demás y sepamos vencer cualquier sentimiento de rencor o
egoismo, roguemos al Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa). La ofrenda divina que hemos presentado y


recibido nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti en amor continuo, demos
frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES 23

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES


(29 Junio 2020)

Monición de entrada: Hermanos: Entre todos los santos, la Iglesia celebra


con preferencia a los apóstoles de Jesucristo. Hoy celebramos la gloria de los
más insignes de ellos: los apóstoles San Pedro y San Pablo. Pedro fue el
primero en proclamar su fe en Cristo y por eso recibió el encargo de pastorear
el rebaño en nombre del Señor. Pablo fue el gran evangelizador que difundió la
Palabra de Dios por todo el Imperio romano. Gracias a ellos el mensaje del
Señor ha llegado también hasta nosotros. Hoy hacemos memoria de sus
vidas y celebramos la misma Eucaristía que ellos recibieron del Señor y
celebraron en sus comunidades.

Acto penitencial:

! Tú que por los apóstoles nos has dado tu evangelio, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que nos envías a anunciar tu mensaje, SEÑOR, TEN PIEDAD.

Oración: Oremos (pausa): Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la


celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se
mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron el
fundamento de nuestra fe cristiana. Por NSJ...

Monición: La primera lectura nos habla del apóstol Pedro. Por anunciar el
mensaje de Cristo fue perseguido y encarcelado. Pero Dios salva a los que
confían en él.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (Hech 12, 1-11)

En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros


de la Iglesia. Hizo morir por espada a Santiago, hermano de Juan. Al ver que
esto agradaba a los judíos, decidió detener también a Pedro. Era la semana de
24 SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES

Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a


cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo
al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel
bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que Herodes lo sacara, estaba Pedro durmiendo entre dos
soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la
cárcel.
De pronto, se presentó el ángel del Señor y la celda se llenó de luz. El ángel
tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:
“Date prisa, levántate”.
Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió:
“Ponte el cinturón y las sandalias”.
Obedeció, y el ángel le dijo:
“Ponte el manto y sígueme”.
Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no
realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de
hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se
marchó el ángel.
Pedro recapacitó y dijo:
“Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las
manos de Herodes y de los planes de los judíos”.

Palabra de Dios.
Salmo responsorial (Sal 33)

1. Bendigo al Señor en todo momento,


su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES 25

2. Proclamen conmigo la grandeza del Señor,


ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

3. Contémplenlo, y quedarán radiantes,


su rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

4. El ángel del Señor acampa


en torno a sus fieles y los protege.
Gusten y vean qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Monición: La segunda lectura nos habla del apóstol Pablo. Es como su


testamento. El apóstol recuerda sus trabajos, sus ilusiones y la fuerza que le
ha dado el Señor para mantenerse fiel.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2 Tm 4, 6-8.


17-18)

Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es
inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he
mantenido la fe. Ahora me espera la corona merecida, con la que el Señor,
justo juez, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que
esperan con amor su venida.
El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de
modo que lo oyeran todos los paganos. Él me libró de la boca del león. El
Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del
cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.
26 SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES

Monición: En el evangelio escuchamos la profesión de fe del apóstol Pedro y


la responsabilidad que Jesús le encomienda para dirigir su Iglesia.

Aleluya (Mt 16, 18)


Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 16, 13-19)
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Felipe, Jesús preguntó
a sus discípulos:
“¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”
Ellos contestaron:
“Unos dicen que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o
alguno de los profetas.”
Él les preguntó:
“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.”
Jesús le dijo:
“¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie
de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del
infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará
atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.”
Palabra del Señor.

Peticiones:

! Por todos los cristianos del mundo, para que, en medio de las dificultades,
seamos fieles al mensaje y al amor de Jesucristo que los apóstoles nos han
transmitido, roguemos al Señor.
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES 27

! Por el Papa Francisco, sucesor del apóstol Pedro, para que el Señor lo
ilumine y fortalezca en su misión de animar la fe de todo el pueblo
cristiano, roguemos al Señor.
! Por los gobernantes de las naciones, para que luchen contra toda clase de
pobreza y corrupción y promuevan el bien común, roguemos al Señor.
! Por los que no creen en Jesucristo y por los que no lo conocen, para que el
testimonio de los cristianos les ayude a encontrar el camino de la fe,
roguemos al Señor.
! Por nosotros que celebramos esta Eucaristía, para que con nuestra palabra
y nuestra vida anunciemos el mensaje de Cristo, roguemos al Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa): Concede, Señor, a los que has alimentado


con este sacramento, la gracia de vivir de tal modo en tu Iglesia que,
perseverando en la fracción del pan y en la doctrina de los apóstoles,
tengamos un solo corazón y una sola alma, arraigados firmemente en tu
amor. Por JNS.

Al final bendición solemne propia.

Lu 23 Is 65,17-21; Sal 29; Jn 4,43-54 Ju 26 Ex 32,7-14; Sal 105; Jn 5,31-47


Ma 24 Ez 47,1-9.12; Sal 45; Jn 5,1-16 Vi 27 Sb 2,1a.12-22; Sal 33; Jn 7,1-2.10.25-30
Mi 25 Is 7, 10-14;8,10; Sal 39; Sa 28 Jr 11,18-20; Sal 7; Jn 7,40-53
Hb 10,4-10; Lc 1,26-38
28 DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO


(5 Julio 2020)

Monición de entrada: Hermanos: Bienvenidos a nuestra celebración, a la que


Jesús nos convoca para fortalecer nuestra fe. Vivimos en un mundo lleno de
sufrimiento e injusticia y a veces nos acecha la desesperanza. Jesús nos
invita a refugiarnos en él e imitar su modo de actuar: sencillo, humilde y
cercano a los pobres. En su cruz encontraremos alivio para llevar nuestras
cruces. Imitemos su gran confianza en Dios y nuestra vida cobrará nuevo
sentido. Recordamos también a los maestros que mañana celebran su día y
pedimos para ellos que sigan a Jesús como su único Maestro.

Acto penitencial:
! Tú que tienes preferencia por los sencillos, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que eres bondadoso y pacífico, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que eres compasivo y misericordioso, SEÑOR, TEN PIEDAD.

Oración. Oremos (pausa): Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo


levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles la verdadera alegría,
para que quienes han sido librados de la esclavitud del pecado alcancen
también la felicidad eterna. Por NSJ...

Monición: La primera lectura nos anuncia la llegada de un Mesías Rey


humilde y portador de paz. Es la misma lectura que escuchamos el Domingo
de Ramos.

Lectura de la profecía de Zacarías (Za 9, 9-10)


Así dice el Señor:
«Alégrate, hija de Sión;
canta, hija de Jerusalén;
mira a tu rey que viene a ti
justo y victorioso;
DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO 29

humilde y cabalgando en un pollino,


cría de una burra.
Destruirá los carros de guerra de Efraín,
los caballos de Jerusalén,
romperá los arcos guerreros,
dictará la paz a las naciones;
dominará de mar a mar,
del Gran Río hasta los extremos de la tierra”.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 144)

1. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;


bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.
2. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
3. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
4. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.
30 DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Monición: Por el bautismo fuimos llamados a participar de la vida nueva de


Cristo. Por eso Pablo nos exhorta a vivir movidos por el Espíritu

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rom. 8, 9. 11-13)

Hermanos:
Ustedes no están sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de
Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en
ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús dará nueva vida a
sus cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en ustedes.
Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir
carnalmente. Si ustedes viven según la carne, morirán. Al contrario, si hacen
morir las obras de la carne según el Espíritu, entonces vivirán.

Palabra de Dios.

Monición: Jesús da gracias al Padre porque el Evangelio lo entiende mejor la


gente sencilla y nos invita a descargar en él todas nuestras preocupaciones.

Aleluya (Cf. Mt 11, 25)

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,


porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 11, 25-30)

En aquel tiempo, exclamó Jesús:


«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas
cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí,
Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre,
y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO 31

Vengan a mí todos los que están


cansados y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen con mi yugo y aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón, y
encontrarán descanso. Porque mi yugo es
suave y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Peticiones:

! Por todos los cristianos, para que, en


medio de las dificultades, sepamos
encontrar en Cristo el sentido de la
vida, roguemos al Señor.
! Por los que tienen responsabilidades
públicas, para que busquen siempre la
verdad, la justicia y el progreso de los
pueblos, roguemos al Señor.
! Por los que viven situaciones
desesperadas, para que encuentren alivio en la cruz de Cristo y nosotros
sepamos ayudarles, roguemos al Señor.
! Por los maestros, que mañana celebran su día, para que se capaciten
adecuadamente y ejerzan con responsabilidad la hermosa tarea de educar
en los valores humanos y cristianos, roguemos al Señor.
! Por nosotros, nuestros familiares y amigos, para que seamos instrumentos
de paz y concordia para cuantos nos rodean, roguemos al Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa): Alimentados, Señor, con un sacramento tan


admirable, concédenos sus frutos de salvación y haz que perseveremos
siempre cantando tu alabanza. Por JNS.

Ma 30 Am 3, 1-8; 4, 11-12; Sal 5; Mt 8,23-27 Vi 3 Ef 2, 19-22; del Sal 116; Jn 20, 24-29
Mi 1 Am 5, 14-15.21-24; Sal 49; Mt 8, 28-34 Sa 4 Am 9, 11-15; del Sal 84; Mt 9, 14-17
Ju 2 Am 7, 10-17; Sal 18; Mt 9, 1-8
32 DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO


(12 Julio 2020)

Monición de entrada: Hermanos: Nos reunimos de nuevo los que creemos en


la fuerza salvadora de la Palabra de Dios. Venimos a escucharla para que,
como la lluvia fina empapa la tierra, la Palabra entre en nuestro corazón y dé
en nosotros fruto abundante de buenas obras. Y nos reunimos también para
hacer presente el sacrificio de Jesús en la Cruz y recibirlo a él como alimento
que renueve nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor fraterno.

Acto penitencial:

! Tú que tienes palabras de vida eterna, SEÑOR, TEN PIEDAD.


! Tú que eres la Palabra de Dios hecha carne, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que nos alimentas con tu Cuerpo, SEÑOR, TEN PIEDAD.

Oración: Oremos (pausa): Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que
andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos
los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en
él se significa. Por NSJ...

Monición: Isaías nos habla de la fuerza salvadora de la Palabra de Dios. Es


como la lluvia que empapa la tierra y produce fruto.

Lectura del libro de Isaías (Is. 55, 10-11)

Así dice el Señor:


«Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador y pan al que come,
así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO 33

sino que hará mi voluntad


y cumplirá mi encargo».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 64)

1. Tú cuidas de la tierra, la riegas


y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R.
2. Riegas los surcos,
igualas los terrones,
la ablandas con tu lluvia,
bendices sus brotes. R.
3. Coronas el año con tus bienes,
tus caminos derraman abundancia;
germinan los pastos del desierto,
y las colinas se engalanan de alegría. R.
4. Las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de trigales,
que aclaman y cantan. R.

Monición: San Pablo nos habla del objetivo final de nuestra vida y del
universo entero: compartir la gloria de Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 8, 18-23)
34 DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO

Hermanos:
Sostengo que los sufrimientos del tiempo presente no pueden
compararse con la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación,
expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella
fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquél que la
sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada
de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los
hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella
con dolores de parto.
Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la
redención de nuestro cuerpo.

Palabra de Dios.

Monición: Hoy comenzamos la lectura de las parábolas del Reino de Dios.


Escuchamos la conocida parábola del sembrador y su explicación.

Aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt. 13, 1-23)
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y acudió a él tanta
gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la
orilla.
Les habló mucho rato en parábolas. Les decía:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al
borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la
tierra no era profunda, brotaron en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se
marchitaron y por falta de raíz se secaron.
Otras cayeron entre espinos, que crecieron y las ahogaron.
DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO 35

El resto cayó en tierra buena y dio fruto: unas, ciento; otras, sesenta; otras,
treinta.
El que tenga oídos que oiga».
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?».
El les contestó:
«A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los
cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no
tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque
miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la
profecía de Isaías:
”Oirán con los oídos sin entender;
mirarán con los ojos sin ver;
porque está endurecido el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure”.
¡Dichosos ustedes porque sus ojos ven y sus oídos oyen! Yo les aseguro
que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron,
y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba
lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta
en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto
viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre espinos significa el que escucha la palabra; pero los
afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril.
Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende;
ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno».

Palabra del Señor.

Peticiones:
! Por nuestra Diócesis y por nuestra Parroquia, para que nos esforcemos en
que la Palabra de Dios llegue también a los alejados, roguemos al Señor.
36 DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO

! Por los que consagran su vida a anunciar la Palabra de Dios, para que Dios
les dé fortaleza y despierte numerosos colaboradores en esta bella misión,
roguemos al Señor.
! Por los que trabajan en los medios de comunicación, para que promuevan
valores de verdad, honestidad y respeto a la persona, roguemos al Señor.
! Por nosotros, para que seamos buena tierra y la Palabra de Dios dé fruto
abundante en nuestras vidas, roguemos al Señor.

Postcomunión: Oremos (pausa): Alimentados con esta eucaristía, te


pedimos, Señor, que cuantas veces celebramos este sacramento se
acreciente en nosotros el fruto de la salvación. Por JNS.

Lu 7 Os 2,16. 17b-18.21-22; Sal 144; Mi 9 Os 10, 1-3. 7-8.12; Sal 104; Mt 10, 1-7
Mt 9,18-26 Ju 10 Os 11, 1-4. 8c-9; Sal 79; Mt 10, 7-15
Ma 8 Os 8, 4-7.11. 13; Sal 113B; Vi 11 Os 14,2-10; Sal 50; Mt 10,16-23
Mt 9,32-38 Sa 12 Is 6, 1-8; Sal 92; Mt 10, 24-33

s
d E
Ent da:
Entra En el nombre del Padre.- Ven a la fiesta.- Vamo
.- Canta ndo la alegrí a
cantando al Señor.- Hacia ti, morada santa
mañana.-
de vivir.- Iglesia peregrina.- Iglesia soy.- Alegre la
eth.- Viene n con
Alrededor de tu mesa.- Libertador de Nazar
risto, yo estoy
alegría.- Qué alegría cuando me dijeron.- Jesuc
, el pan de
aquí.- Tú reinarás (Sagrado Corazón).- Tú eres, Señor
vida.

te damos
Final: A Dios den gracias los pueblos.- Hoy Señor
gracias.- Anunciaremos tu reino.- Alma misio nera.- Dichoso
quien en su vida.- Santa María del camino.

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