Pan de La Palabra 197 PDF
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TIEMPO ORDINARIO
CICLO A
La crisis sanitaria y económica que desde hace meses nos está asolando a
todos y, de manera más vehemente a los más pobres, no puede dejar de ser
un referente obligado en nuestras celebraciones cristianas. Más aún, ha de
ser un tiempo de ejercicio de aquellas virtudes que pueden fortalecer los
compromisos que manan de la fe y de actitudes humanitarias.
Los domingos que contiene este envío nos ponen en línea de respuesta, y los
definiría con cuatro titulares y que vienen a señalar todo un programa de
actuación social desde los argumentos que nos da la Palabra de Dios
proclamada en la liturgia dominical: 1) acoger y aliviar a los más pobres; 2)
humildes para servir, acogedores, sencillos y agradecidos; 3) sembrar el bien;
4) la paciencia, virtud activa.
Después de un largo tiempo de cuarentena que no sabemos cuando
terminará, y que en cualquier otro momento se puede repetir, hará falta que
vayamos bien equipados. Forma parte del ejercicio de la caridad cristiana la
creciente sensibilidad para detectar nuevas pobrezas, sin dejar de atender las
de siempre, siempre con la preocupación de por qué estas siempre están en el
mismo lugar y no avanzan.
Acoger y aliviar a los más pobres querrá decir ayudarlos a salir de situaciones
de indignidad o de descarte, haciendo posible, desde el trato humano y la
ayuda espiritual un cambio de situación. Mantener la esperanza dará noticia
de que esto es posible.
Ejercer la caridad y hacer gestos de solidaridad no ha de ser nunca ocasión
para la autocomplacencia o el interés egoísta por darse a ver, sino todo lo
contrario. Es el gran momento del servicio humilde y discreto, que sabe el
porqué de su esfuerzo y cuál es el resultado que se propone. La celebración
de la Eucaristía es el momento más apropiado para aprender el estilo humilde
y solidario de Jesús en la fracción del pan, que con su generosidad hace
posible que haya para todos y aún sobre.
Este tiempo es un tiempo de paciencia. Aquella paciencia del sembrador que
ha hecho todo lo posible por sembrar bien y no fuerza el crecimiento de la
semilla anulando etapas de maduración. La prudencia hace que todo se tenga
¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AUN NO TIENEN FE? 3
en cuenta, y asegurar la salud de todos llega a ser esta virtud que Jesús
tantas veces indica en el Evangelio, poniendo a los enfermos como una
prioridad de su misión. Jesús, más que nadie, sabe lo que es curar a distancia.
Aquel día, al atardecer, les dice Jesús: «Vamos a la otra orilla». Dejando a la
gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban.
Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi
llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo
despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Se
puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!». El viento
cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no
tienen fe?». Se llenaron de miedo y se decían unos a otros: «¿Pero quién es
este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!» (Mc 4,35-41).
«Al atardecer» (Mc 4,35). Así comienza el evangelio que hemos escuchado.
Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas
tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron
adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y
un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente
en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos.
Al igual que a los discípulos del evangelio, nos sorprendió una tormenta
inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma
barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y
necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de
confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos
discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: «perecemos»
(cf. Mc 4,38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada
uno por nuestra cuenta, sino solo juntos.
Es fácil identificarnos con esta historia, lo difícil es entender la actitud de
Jesús. Mientras los discípulos, lógicamente, estaban alarmados y
desesperados, él permanecía en popa, en la parte de la barca que primero se
hunde. Y, ¿qué hace? A pesar del ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo,
4 ¿POR QUÉ TIENEN MIEDO? ¿AUN NO TIENEN FE?
convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae
serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere.
El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar
y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y
sentido a estas horas donde todo parece naufragar. El Señor se despierta para
despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su cruz hemos
sido salvados. Tenemos un timón: en su cruz hemos sido rescatados.
Tenemos una esperanza: en su cruz hemos sido sanados y abrazados para
que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento
donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros,
experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el
anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado. El Señor nos
interpela desde su cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a
aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que
nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42,3), que nunca
enferma, y dejemos que reavive la esperanza.
Abrazar su cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo
presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y
posesión para darle espacio a la creatividad que solo el Espíritu es capaz de
suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse
convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de
solidaridad. En su cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y
dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos
posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar
la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.
«¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?». Queridos hermanos y
hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me
gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen,
salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que
abraza a Roma y al mundo, descienda sobre ustedes, como un abrazo
consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los
cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero
nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a
merced de la tormenta. Repites de nuevo: «No tengan miedo» (Mt 28,5). Y
nosotros, junto con Pedro, «descargamos en ti todo nuestro agobio, porque
tú nos cuidas» (cf. 1Pe 5,7).
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 7
Acto penitencial:
! Padre Santo, fuente de vida, de amor y paz, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Hijo de Dios y hombre verdadero que nos has reconciliado con Dios,
CRISTO, TEN PIEDAD.
! Espíritu divino, luz que nos ilumina y fuerza que nos sostiene, SEÑOR, TEN
PIEDAD.
4. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R.
5. Bendito eres en la bóveda del cielo. R.
Monición: Pablo finaliza una de sus cartas con una fórmula trinitaria que
nosotros decimos al comienzo de la misa. Padre, Hijo y Espíritu nos comunican
su amor y su gracia.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2 Cor 13,
11-13)
Hermanos:
Estén alegres, busquen la perfección, anímense; tengan un mismo sentir y
vivan en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes.
Salúdense mutuamente con el beso santo.
Les saludan todos los hermanos en la fe.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu
Santo permanezcan siempre con ustedes.
Palabra de Dios.
Aleluya (Ap 1, 8)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
al Dios que es, que era y que viene.
Peticiones:
Acto penitencial:
! Tú que eres el pan vivo bajado del cielo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que has ofrecido tu vida para reconciliarnos con Dios, CRISTO, TEN
PIEDAD.
! Tú que con tu Cuerpo alimentas nuestra vida cristiana, SEÑOR, TEN
PIEDAD.
Palabra de Dios.
Hermanos:
El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la
sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de
Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo
cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Palabra de Dios.
Peticiones:
! Por todas las Iglesias cristianas, para que los que participan de un mismo pan
y un mismo cáliz puedan, llegar a formar una sola Iglesia en el amor,
roguemos al Señor.
! Por los que en esta emergencia pasan hambre o no tienen lo necesario
para vivir con dignidad, para que les expresemos nuestro amor efectivo,
roguemos al Señor.
! Por los trabajadores y los voluntarios de Cáritas, y por todos los que
dedican su tiempo al servicio de los necesitados, roguemos al Señor
! Por nosotros, convocados para compartir la celebración de la Eucaristía de
Jesús, roguemos al Señor.
Acto penitencial:
! Tú que eres el camino, la verdad y la vida, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que fortaleces a tus fieles y salvas a los pobres, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que nos ayudas a superar nuestras dificultades, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Monición: El profeta Jeremías dirige a Dios una súplica angustiada para que
lo salve de sus enemigos. Estos lo persiguen porque se ha atrevido a criticar a
los dirigentes del pueblo.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rom 5, 12-15)
Hermanos:
Por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la
muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Porque, antes que hubiera la Ley había pecado en el mundo, pero el
pecado no se tenía en cuenta porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con
una desobediencia como la de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, el don no es como el delito: si por el delito de uno murieron
todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que
correspondía a un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos.
Palabra de Dios.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 10, 26-33)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
“No tengan miedo a los hombres, porque nada hay secreto que no llegue a
descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que les digo de noche díganlo en pleno día, y lo que escuchen al oído
pregónenlo desde la azotea.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
18 DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
alma. No, teman más bien al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo.
¿No se venden dos gorriones por unas moneditas? Y sin embargo, ni uno de
ellos cae al suelo sin que el Padre de ustedes lo disponga. En cuanto a
ustedes hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados. Por eso, no
tengan miedo; no hay comparación entre ustedes y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su
parte delante mi Padre que está en el cielo. Y si uno me niega ante los
hombres, yo también lo negaré delante mi Padre que está en el cielo.”
Peticiones:
! Por todas las comunidades cristianas del mundo, para que en estos
tiempos difíciles Dios las anime en sus compromisos de misericordia y sean
valientes en defender su fe, roguemos al Señor.
! Por todos los que son perseguidos a causa de su fe, de la defensa de la
verdad o de la lucha por la justicia, para que Dios aliente su esperanza,
roguemos al Señor.
! Por los padres de familia, para que Dios los bendiga y fortalezca en ellos
actitudes de amor, responsabilidad y testimonio de vida hacia sus hijos,
roguemos al Señor
! Por nosotros. Para que vivamos con un espíritu siempre abierto al amor de
Dios y demos testimonio de la fe que actúa por la caridad, roguemos al
Señor.
Lu 22 2R 17, 5-8.13-15a.18; Sal 59; Mi 24 Is 49,1-6; Sal 138; Hch 13,22-26; Lc 1,57-66.80
Mt 7,1-5 Ju 25 2R 24, 8-17; Sal 78; Mt 7,21-29
Ma 23 2R 19,9b-11.14-21.31a.36; Vi 26 2R 25,1-12; Sal 136; Mt 8, 1-4
Sal 47; Mt 7, 6.12-14 Sa 27 Lm 2,2.10-14.18-19; Sal 73; Lc 2, 41-52
DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO 19
Acto penitencial:
! Tú que por el bautismo nos has hecho hijos de Dios, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que has hecho de nosotros la familia de la fe, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que con tu Palabra y la Eucaristía alimentas nuestra fe, SEÑOR, TEN
PIEDAD.
superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, y así,
cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.”
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su criado Guejazí:
“¿Qué podríamos hacer por ella?”
Guejazí comentó:
“Mira, no tiene hijos, y su marido es ya viejo.”
Eliseo dijo:
“Llámala.”
La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo:
“El año que viene, por estas fechas, tendrás un hijo en tus brazos.”
Palabra de Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 6, 3-4. 8-11)
Hermanos:
¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús,
nos hemos sumergido en su muerte?.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como
Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en una vida nueva.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos
con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya
no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un
morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo ustedes considérense muertos al pecado y vivos para Dios en
Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Aleluya (1 Pe 2, 9)
Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada;
proclamen las hazañas del que los llamó a salir de la tiniebla y a entrar en
su luz maravillosa.
22 DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 10, 37 42)
Peticiones:
! Por todos los cristianos, para que, en estos tiempos difíciles, la fe en el
Señor les ayude a dar sentido a la vida de familia y a las relaciones sociales,
roguemos al Señor.
! Por las familias que sufren tensiones por graves dificultades económicas,
para que la fe en Dios les ayude a superar esos problemas, roguemos al
Señor.
! Por los pobres, los enfermos de esta pandemia y todos los que sufren en su
cuerpo o en su espíritu, para que Dios sea su consuelo y nosotros les
mostremos nuestra solidaridad, roguemos al Señor.
! Por nosotros, para que aprendamos a ser más comprensivos y generosos
con los demás y sepamos vencer cualquier sentimiento de rencor o
egoismo, roguemos al Señor.
Acto penitencial:
! Tú que por los apóstoles nos has dado tu evangelio, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que nos envías a anunciar tu mensaje, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Monición: La primera lectura nos habla del apóstol Pedro. Por anunciar el
mensaje de Cristo fue perseguido y encarcelado. Pero Dios salva a los que
confían en él.
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (Hech 12, 1-11)
Palabra de Dios.
Salmo responsorial (Sal 33)
Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es
inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he
mantenido la fe. Ahora me espera la corona merecida, con la que el Señor,
justo juez, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que
esperan con amor su venida.
El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de
modo que lo oyeran todos los paganos. Él me libró de la boca del león. El
Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del
cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
26 SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 16, 13-19)
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Felipe, Jesús preguntó
a sus discípulos:
“¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”
Ellos contestaron:
“Unos dicen que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o
alguno de los profetas.”
Él les preguntó:
“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.”
Jesús le dijo:
“¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie
de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del
infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará
atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.”
Palabra del Señor.
Peticiones:
! Por todos los cristianos del mundo, para que, en medio de las dificultades,
seamos fieles al mensaje y al amor de Jesucristo que los apóstoles nos han
transmitido, roguemos al Señor.
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES 27
! Por el Papa Francisco, sucesor del apóstol Pedro, para que el Señor lo
ilumine y fortalezca en su misión de animar la fe de todo el pueblo
cristiano, roguemos al Señor.
! Por los gobernantes de las naciones, para que luchen contra toda clase de
pobreza y corrupción y promuevan el bien común, roguemos al Señor.
! Por los que no creen en Jesucristo y por los que no lo conocen, para que el
testimonio de los cristianos les ayude a encontrar el camino de la fe,
roguemos al Señor.
! Por nosotros que celebramos esta Eucaristía, para que con nuestra palabra
y nuestra vida anunciemos el mensaje de Cristo, roguemos al Señor.
Acto penitencial:
! Tú que tienes preferencia por los sencillos, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que eres bondadoso y pacífico, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que eres compasivo y misericordioso, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Palabra de Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rom. 8, 9. 11-13)
Hermanos:
Ustedes no están sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de
Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en
ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús dará nueva vida a
sus cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en ustedes.
Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir
carnalmente. Si ustedes viven según la carne, morirán. Al contrario, si hacen
morir las obras de la carne según el Espíritu, entonces vivirán.
Palabra de Dios.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 11, 25-30)
Peticiones:
Ma 30 Am 3, 1-8; 4, 11-12; Sal 5; Mt 8,23-27 Vi 3 Ef 2, 19-22; del Sal 116; Jn 20, 24-29
Mi 1 Am 5, 14-15.21-24; Sal 49; Mt 8, 28-34 Sa 4 Am 9, 11-15; del Sal 84; Mt 9, 14-17
Ju 2 Am 7, 10-17; Sal 18; Mt 9, 1-8
32 DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
Acto penitencial:
Oración: Oremos (pausa): Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que
andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos
los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en
él se significa. Por NSJ...
Palabra de Dios.
Monición: San Pablo nos habla del objetivo final de nuestra vida y del
universo entero: compartir la gloria de Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 8, 18-23)
34 DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
Hermanos:
Sostengo que los sufrimientos del tiempo presente no pueden
compararse con la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación,
expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella
fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquél que la
sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada
de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los
hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella
con dolores de parto.
Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la
redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios.
Aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt. 13, 1-23)
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y acudió a él tanta
gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la
orilla.
Les habló mucho rato en parábolas. Les decía:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al
borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la
tierra no era profunda, brotaron en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se
marchitaron y por falta de raíz se secaron.
Otras cayeron entre espinos, que crecieron y las ahogaron.
DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO 35
El resto cayó en tierra buena y dio fruto: unas, ciento; otras, sesenta; otras,
treinta.
El que tenga oídos que oiga».
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?».
El les contestó:
«A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los
cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no
tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque
miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la
profecía de Isaías:
”Oirán con los oídos sin entender;
mirarán con los ojos sin ver;
porque está endurecido el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure”.
¡Dichosos ustedes porque sus ojos ven y sus oídos oyen! Yo les aseguro
que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron,
y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba
lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta
en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto
viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre espinos significa el que escucha la palabra; pero los
afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril.
Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende;
ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno».
Peticiones:
! Por nuestra Diócesis y por nuestra Parroquia, para que nos esforcemos en
que la Palabra de Dios llegue también a los alejados, roguemos al Señor.
36 DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
! Por los que consagran su vida a anunciar la Palabra de Dios, para que Dios
les dé fortaleza y despierte numerosos colaboradores en esta bella misión,
roguemos al Señor.
! Por los que trabajan en los medios de comunicación, para que promuevan
valores de verdad, honestidad y respeto a la persona, roguemos al Señor.
! Por nosotros, para que seamos buena tierra y la Palabra de Dios dé fruto
abundante en nuestras vidas, roguemos al Señor.
Lu 7 Os 2,16. 17b-18.21-22; Sal 144; Mi 9 Os 10, 1-3. 7-8.12; Sal 104; Mt 10, 1-7
Mt 9,18-26 Ju 10 Os 11, 1-4. 8c-9; Sal 79; Mt 10, 7-15
Ma 8 Os 8, 4-7.11. 13; Sal 113B; Vi 11 Os 14,2-10; Sal 50; Mt 10,16-23
Mt 9,32-38 Sa 12 Is 6, 1-8; Sal 92; Mt 10, 24-33
s
d E
Ent da:
Entra En el nombre del Padre.- Ven a la fiesta.- Vamo
.- Canta ndo la alegrí a
cantando al Señor.- Hacia ti, morada santa
mañana.-
de vivir.- Iglesia peregrina.- Iglesia soy.- Alegre la
eth.- Viene n con
Alrededor de tu mesa.- Libertador de Nazar
risto, yo estoy
alegría.- Qué alegría cuando me dijeron.- Jesuc
, el pan de
aquí.- Tú reinarás (Sagrado Corazón).- Tú eres, Señor
vida.
te damos
Final: A Dios den gracias los pueblos.- Hoy Señor
gracias.- Anunciaremos tu reino.- Alma misio nera.- Dichoso
quien en su vida.- Santa María del camino.