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PG 07 08 Satue PDF
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por
Carlos Satué y Carlos Frías
1. Introducción
1.1 Rápida visión de ciertos referentes históricos
Al hablar de música y matemáticas es de obligado cumplimiento nombrar
en primer lugar a Pitágoras de Samos (ca 570-497 AC); música y aritméti-
ca estaban incluidas en una disciplina común. La escuela Pitagórica esta-
ba interesada sobre todo en las relaciones interválicas entre dos sonidos. El
monocordio servía para experimentar y establecer relaciones de proporciona-
lidad entre las distintas particiones a las que se sometía la cuerda (cuando
hablamos de partición nos referimos a puntos donde apoyaban con objeto de
conseguir un sonido diferente, no a cortes de la propia cuerda) y los sonidos
que obtenían con éstas, buscando a la par la relación numérica que las uni-
caba en un todo superior. El descubrir que la subdivisión de la cuerda en
partes cuyas longitudes estaban en proporción daba lugar a sonidos armo-
niosos, propició la idea de que el número era el motor del mundo. Debemos
hacer referencia igualmente a Platón (ca 427-347 AC) con su música de las es-
feras comentada en La República. También a Aristógenes (ca 320 AC) quien
trabajó con la idea de temperar los tetracordios microinterválicamente.
Quizá tengamos que saltar al quadrivium medieval si queremos buscar una
relación clara entre música y matemáticas; sin embargo la música práctica ya
hace tiempo que camina lejos de la puramente especulativa y cada autor tiene
reglas comunes al movimiento estético que sigue y otras propias a la manera
de trucos artesanales de tipo empírico. Puesto que la música necesita de las
matemáticas explícita o implícitamente, nombraremos de pasada algunos de
los compositores en los que se atisban elementos que relacionan ambas disci-
3
4 Un Paseo por la Geometría
plinas. No quisiéramos pasar por alto los grandes aportes musicales del Ars
Nova, en el siglo XIV, con su gran gura Guillaume de Machaut y aunque
esto es una apreciación personal, su Misa de Nôtre Dame contiene estruc-
turas quasi-geométricas. El renacimiento, con la polifonía franco-amenca
marcha teniendo en cuenta relaciones interválicas entre la distintas voces en
movimiento y aunque éstas obedecen a reglas concretas, tienen más relación
con el dominio del ocio que con posibles inspiraciones en modelos matemáti-
cos. El periodo Barroco aporta sobre todo la jerarquización de la música en
torno a un centro tonal y esto no es casual pues en este periodo se desarrolla
la ley de la gravedad. Nombraremos a Marín Mersenne (1588-1648) lósofo,
teólogo, matemático y músico descubridor de los números primos que llevan
su nombre. En L'armonie universelle (1627) escribe sobre la teoría musical
rq
2√
y los instrumentos y propone como razón principal del semitono .
3− 2
Deberíamos nombrar también como grandes guras de la música barroca
en un primer periodo a Claudio Monteverdi (1567-1643) gran maestro de la
imitación (podría verse como geometrías que se desplazan en un espacio de
coordenadas cartesianas) y J.S. Bach (1685-1750) en el último, periodo este
en que las matemáticas ayudan a determinar el sistema del temperamento
casi como nos ha llegado a nuestros días. La música de J.S. Bach es caso
aparte sobre todas las otras, en ella podemos encontrar de un modo u otro
muchos elementos que tendrán cabida en teorizaciones futuras (aunque por
supuesto, el propio J.S. Bach no fuese consciente de ello); sin ir más lejos
podríamos decir que su música está llena de arquitecturas que semejan a
estructuras fractales.
En el periodo clásico aparecen razones áureas más o menos redondeadas
en Mozart, como en la sonata para piano número 1, subdividiendo su primera
sección en 38 y 62 compases 62/38=1.6315 lo que diere en un 1 % de la pro-
porción en cuestión. En Beethoven (1770-1827) se dice que el tema principal
de su quinta sinfonía va apareciendo a lo largo de la obra teniendo en cuenta
la proporción áurea. Debemos decir que este tipo de proporción se ha utiliza-
do en música desde mucho antes, e incluso cada autor la ha trabajado a su
manera. Es considerable el trabajo de B. Bartók (1881-1945) en relación a la
proporción áurea en su magistral Música para cuerdas, percusión y celesta .
Podríamos citar procesos aleatorios utilizados en composición, ya en el siglo
XVIII, a través de tablas numéricas que mediante la tirada de dados ordena-
ban una cierta composición (valses); ello funcionaba porque en realidad eran
variaciones sobre una misma base armónica.
Podría decirse que las matemáticas se utilizan en música como base
primera en una producción de reglas que servirán para regular el discurrir de
los sonidos e incluso producirán a posteriori un tipo especial de estética. Esta
Música y matemáticas 5
Por otro lado, posiblemente a partir de Xenakis haya una percepción pura-
mente estética de ciertos procedimientos matemáticos que necesitan pasarse
al ámbito musical. Cierto es que esto también podríamos encontrarlo con
anterioridad si pensamos que la utilización del número áureo en una pieza
comportaba una cierta adscripción estética hacia algo enigmático y musical-
mente poco explícito; sin embargo, la coherencia de la pieza, con raras ex-
cepciones, no estaba basada sólo en ello. Xenakis siente profunda admiración
por la estética del pensamiento matemático y es con posterioridad cuando
busca que los números expliquen la absoluta trabazón interna de su obra.
A partir de este autor las adscripciones a la estética musical basada en los
números no han hecho sino aumentar. El gran desarrollo de los ordenadores
personales ha multiplicado el efecto pues ha resuelto el problema tan arduo
que suponía el cálculo manual.
Ésta (ver
cuadro 2 a la
derecha) es
la visión que
llamamos al-
tura-duracio-
nes-material.
Aquí, las líneas
en su lectura
horizontal
siguen deter-
minando una
temporalidad,
pero su lectura
vertical nos
muestra las
diferentes altu-
ras de dichas
secuencias: las
alturas ocupan
la totalidad
del espacio
vertical y éste
está numerado de 1 a 127 (ó 254 si se trabaja con cuartos de tono). Los extremos
verticales vienen dados por la codicación MIDI y aunque sobrepasan por ambos
lados las posibilidades reales de los instrumentos de la orquesta nos pueden servir
a la hora de trabajar en obras electroacústicas en las que intervengan instrumentos
electrónicos que tengan dicha tesitura.
p
la fórmula utilizada será: |v| = (R2 − R1 )2 + (G2 − G1 )2 + (B2 − B1 )2 .
Sin embargo, como no nos interesa la distancia exacta sino sólo la menor,
podemos prescindir de la raíz cuadrada para acelerar el proceso de cálculo
utilizando sólo los cuadrados y de este modo ganar mucho tiempo en nuestra
búsqueda del color más cercano.
Cada punto (píxel) de la imagen origen deberá ser comparado con todos los
de nuestra paleta. Guardaremos el resultado y lo compararemos con el an-
terior de modo que sólo nos quedaremos con el de menor valor a la vez que
memorizamos el color de nuestra paleta al que corresponde y así sucesiva-
mente hasta completar todo el recorrido de los 128 colores, suponiendo que
la compresión se haya hecho a este número (como ya hemos dicho puede ha-
cerse a otro). Una vez nalizado este paso ya conoceremos cual es el color de
nuestra paleta que sustituirá al del punto original. A continuación pasaremos
a comparar el siguiente punto de la imagen original con cada uno de los de la
paleta de pocos colores, del mismo modo que se ha hecho en el paso anterior
y así sucesivamente hasta concluir con todos los puntos de la imagen fuente.
Hay que tener en cuenta los comienzos del procedimiento y el paso de cada
uno de los puntos originales, pues debemos ajustar los comparadores y los
contadores con objeto de no acumular valores que nos harían una compara-
ción cticia. Como vemos la operación es muy simple aunque el número de
veces que se realiza es muy alto lo que, dependiendo del tamaño de la imagen
fuente, puede tomar un cierto tiempo.
Podemos utilizar otro tipo de algoritmos semejantes buscando aproxima-
ciones entre los números de ambas paletas, como promedios u otro tipo de
relaciones. Cada algoritmo puede adaptarse mejor o peor a nuestros propósi-
tos en dependencia de la imagen fuente.
Una captura de la imagen origen puede ser representada en el plano complejo
de modo que las X signiquen impactos o puntos de arranque de las notas
y las Y las alturas (aunque esto es susceptible de otras lecturas). Bajo este
punto de vista la transcripción al espacio musical es relativamente sencilla.
Una vez que se ha completado esta brutal reducción de colores podemos ver
si la imagen todavía retiene nuestro interés. Si es así, mediante el auxilio de
otro programa podemos intentar extraer de la misma aquello que nos llame la
atención o presupongamos tendrá un buen comportamiento musical (sólo la
experimentación nos llevará a tener un cierto dominio en relación a presupo-
ner lo que nos dará un buen rendimiento musical con todas sus relatividades
estéticas).
La interpretación de la imagen de un modo u otro nos devolverá resulta-
dos muy diferentes a partir de un mismo objeto. Por un lado seleccionamos
un grupo de líneas instrumentales a las que volcaremos los resultados de la
lectura de la selección de la imagen reducida. Estas líneas instrumentales son
Música y matemáticas 13
[De la imagen original (1) se efectúa una reducción (2). En la búsqueda de material
interesante, nos quedamos con los colores 120 (3), 121 (4) y 122 (5). Finalmente,
de los colores 121 y 122 extraemos una selección para ser trasvasada a la partitura
codicada].
Otra idea importante es utilizar las líneas de la imagen para crear territo-
rios de acotación y de este modo controlar distribuciones instrumentales de
un determinado material. Estamos hablando más bien de procesos formales
que trabajarían a gran escala.
En estos ejemplos se pueden observar los cuartos de tono indicados con pequeñas
echas verticales al lado de la nota afectada. Los grupillos vienen como conse-
cuencia del arrugamiento del espacio producido por las mallas de rítmica subyacente
(de la que se tratará en capítulo aparte).
A B C D E F G + −
23,6 9,0145 61,8 5,5709 38,1924 14,5865 100 constante constante
Los números signican una duración temporal que puede ser absoluta o bien
proporcionarse a otra duración de carácter más general. La procedencia de
los mismos obedece a cuestiones que no vienen al caso explicar. Las reglas
serán las siguientes:
A B C D E F G
AD BD CF ABC DEF libre(a) ABCDEF
La pieza esta elaborada con cuatro tipos de material y cada material tiene
su propio axioma partiendo de las mismas variables y constantes. Dichas
constantes para lo que se lleva entre manos no tienen ningún signicado, por
18 Un Paseo por la Geometría
lo tanto, aunque entran en los cálculos para futuras utilizaciones ahora serán
obviadas. El material 1 tiene el siguiente axioma:
A + C − B − D + A − C − D + B − F − E + C.
A B C D E F a G
grupo de grupo de grupo de grupo de grupo de grupo de
1 letra 4 letras 2 letras 3 letras 4 letras 1 letra
podrían haber formado parte de las listas aplicadas a los ámbitos anteriores
y por tener un signicado incongruente para el tipo de tarea en que se aplicó
la lista simplemente se hubiesen obviado.
Cualquiera de
estos ejemplos,
leídos secuencial-
mente tal como
se han producido
(desenrollados)
produciría lí-
neas melódicas
de considerable
duración.
Para comenzar tenemos que referirnos otra vez a la idea de trabajar con
cuadrículas mínimas que representarán, de manera virtual, al papel milime-
trado (donde se trabaja la partitura codicada). Este será el espacio (tiem-
po en realidad) donde asentaremos todas nuestras ideas musicales cuanti-
cadas. Nos basaremos en los cuadraditos tomando cada uno de ellos como una
unidad mínima temporal. Si por ejemplo una duración es de 30 la podremos
representar con una línea que atravesará 30 cuadros. Si a dicha duración le
asignamos una altura (como por ejemplo Do4) tendremos una duración de
30 cuadrados cuya altura es Do4. Si le asignamos una dinámica tendremos
todo la anterior más la dinámica. Si se le asigna un color con signicado de
material tendremos... En el milimetrado (así lo llamaremos en referencia al
antiguo papel milimetrado donde se trabajaban las partituras a mano) po-
dremos guardar de forma codicada no sólo toda nuestra partitura, sino un
Música y matemáticas 23
Cada cuadro es una unidad mínima temporal, pero ¾de qué? Hará falta
relacionarlo con una gura y una velocidad. Pongamos un ejemplo: si tene-
A continuación podemos ver la misma sección sin que la malla aparezca, sin
embargo sí que está actuando. Obsérvense las desigualdades de algunas dura-
ciones con valores de uno pero con diferentes números en la red. Nuevamente
hacemos hincapié en la rugosidad que proyectará la actuación de la malla,
para ello compárese con el cuadro siguiente en donde no actúa.
26 Un Paseo por la Geometría
Las dos imágenes que siguen muestran una nota larga de la auta. Obsérvese
que la suma de los 6 cuadraditos del tercer pulso codican como un simple
valor de negra; esto es así porque el sistema tenderá siempre a la simplica-
ción de la escritu-
ra, facilitando así
el trabajo de los
intérpretes.
Música y matemáticas 27
Como muestra la imagen de arriba, los tres motivos han sido copiados para luego
cambiarles los valores en cada uno de los pulsos. En la imagen de abajo se puede
apreciar, ahora ya en grafía tradicional, las diferencias espaciales (y por tanto
también temporales) a las que han dado lugar.
Bibliografía
[1] B. Mandelbrot, La geometría fractal de la naturaleza, Tusquets, 1997.
[2] M. de Guzmán, M.Á. Martín, M. Morán, M. Reyes, Estructuras fractales
y sus aplicaciones, Labor, 1993.
[3] E.N. Lorenz, La esencia del caos, Debate, 1995.
30 Un Paseo por la Geometría
Josetxo Silguero
http://www.josetxosilguero.com
Borja Ramos
http://www.virb.com/borjaramos