Estrategia Española de Economía Circular 2030
Estrategia Española de Economía Circular 2030
Estrategia Española de Economía Circular 2030
CIRCULAR
2030
Estrategia Española
de Economía Circular
Por un #FuturoSostenible
ÍNDICE
1. RESUMEN EJECUTIVO 4
LISTADO DE ABREVIATURAS 58
GLOSARIO DE TÉRMINOS 61
RESUMEN EJECUTIVO
Resumen ejecutivo
El actual sistema económico está basado en un modelo de crecimiento que se apoya en la producción de
bienes y servicios bajo las pautas de «usar-consumir-tirar». Este modelo “lineal” conlleva un uso intensivo
de recursos naturales y crea una elevada presión sobre el medio ambiente que está detrás de las mani-
festaciones más graves de la crisis ambiental que atravesamos, incluido el cambio climático o la pérdida de
biodiversidad.
El modelo lineal comporta impactos agravados sobre recursos y ecosistemas, elevados volúmenes de resi-
duos, gases de efecto invernadero que acentúan el cambio climático, contaminación de suelos y masas de
agua… Estas afecciones adquieren una dimensión adicional cuando nos referimos a recursos no renovables
o escasos, y cuando se trata de insumos clave en la producción de determinados bienes y equipos. Adicional-
mente, los impactos del modelo lineal se agravan por unos hábitos de consumo cada vez más asociados a la
«moda rápida», con tasas de renovación de los bienes que no agotan el ciclo de vida útil del producto, como
ocurre, por ejemplo con la ropa o los dispositivos electrónicos.
En este contexto, España no es una excepción. Se estima que nuestro país necesita más de dos veces y media
su superficie para abastecer las necesidades de nuestra economía. Además de los impactos ambientales que
esto comporta, los datos demuestran la ineficiencia del modelo y la dependencia agravada del exterior, que
hacen a nuestra economía más vulnerable y menos competitiva.
El deterioro de la huella ecológica a nivel global, y en España en particular, demanda la búsqueda de solucio-
nes integrales con participación de todos los actores: sector público, privado, consumidores, etc. Solo con el
compromiso de todos será posible abordar de un modo eficaz un problema que no es estrictamente técnico,
sino social y de equidad.
Para dar respuesta a esta situación, se ha elaborado esta Estrategia Española de Economía Circular, España
Circular 2030. España Circular 2030 sienta las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y con-
sumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor
tiempo posible, en la que se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor
alcance posible los que no se pueden evitar. La Estrategia contribuye así a los esfuerzos de España por lograr
una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Esta estrategia se
materializará a través de sucesivos planes de acción trienales.
Los principios y orientaciones estratégicos se plantean con objeto de dar cumplimiento al artículo 45 de
nuestra Constitución, que reconoce el derecho a un medioambiente adecuado y nos prescribe el deber
de conservarlo, lo cual pasa por una economía compatible con la utilización racional de todos los recursos
naturales, que proteja y mejore la calidad de la vida de la ciudadanía y la preservación de nuestro entorno.
La Estrategia entronca además con las principales iniciativas internacionales recientes para la salvaguarda
de un medio ambiente sano: el Acuerdo de París sobre el cambio climático, la Agenda 2030 para el desarrollo
sostenible, o la Declaración ministerial de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente «Hacia
un planeta sin contaminación», acordada en diciembre de 2017 en Nairobi. Es coherente, a su vez, con las líneas
de acción impulsadas en el marco de la Unión Europea, como el Pacto Verde Europeo, y los dos Planes de la
Comisión Europea en esta materia.
La adopción de la nueva Estrategia está prevista en la Agenda del Cambio, adoptada por el Gobierno en
febrero de 2019 como hoja de ruta de las reformas precisas para un crecimiento sostenible e inclusivo, y tam-
bién en la Declaración de emergencia climática y ambiental aprobada en enero de 2020, que la incluye entre
las líneas prioritarias de actuación. Además, ha sido reconocida como una de las Políticas Palanca del Plan de
Acción de la Agenda 2030 del Gobierno de España.
En este contexto, la Estrategia establece unas orientaciones estratégicas a modo de decálogo y se marca
una serie de objetivos para el año 2030:
Reducir en un 30 % el
consumo nacional de
materiales en relación con
el PIB, tomando como año de
referencia el 2010
Reducir la emisión
de gases de efecto
invernadero por debajo
de los 10 millones Reducir la generación
de toneladas de CO2
CO2 de residuos un 15 %
equivalente respecto de lo generado
N2O en 2010
Aunque la Estrategia Española de Economía Circular está dotada de un carácter transversal y multidisciplinar,
y sus principios deben aplicarse a todos los sectores económicos, se ha decidido realizar una planificación y
un seguimiento especial de alguno de ellos debido a su relevancia: sectores de la construcción y la demolición;
agroalimentario, pesquero y forestal; industrial; bienes de consumo; textil y confección y el turismo.
La transversalidad de la Estrategia se canalizará a través de los tres ejes de la sostenibilidad –económico, social
(incluyendo el enfoque del género) y ambiental– y sus objetivos se materializarán actuando a través de distin-
tas políticas y de diferentes instrumentos: normativos; financieros y fiscales; de I+D+i; y de sensibilización,
formación y divulgación.
El modelo de gobernanza de la Estrategia de Economía circular requiere de la participación de las tres adminis-
traciones y de los agentes económicos y sociales y se articulará a través de una Comisión Interministerial con
los ministerios implicados, un Grupo de trabajo de la Comisión de coordinación de residuos con las comunida-
des autónomas y entidades locales y del Consejo de Economía Circular con los agentes económicos y sociales.
Por último, el seguimiento y evaluación de la Estrategia se realizará a través de un elenco de indicadores que
coincidirán con los propuestos a nivel europeo, a los que se añaden las emisiones de gases de efecto inver-
nadero vinculadas al ámbito de los residuos, por la relevancia de la Estrategia para alcanzar los objetivos de
descarbonización. En última instancia, estos indicadores medirán no solo el resultado de la aplicación de las
políticas públicas que se desplieguen en la ejecución de esta estrategia, sino también la adopción de principios
de “circularidad” por parte del sector productivo o la selección de productos y servicios considerando criterios
de sostenibilidad por parte de los consumidores. En definitiva, servirán para valorar el comportamiento de
toda la sociedad en su conjunto en su camino hacia una economía circular, sostenible y eficiente.
DE LA ECONOMÍA
LINEAL A LA
ECONOMÍA CIRCULAR
De la economía lineal a la economía circular
1
https://www.ellenmacarthurfoundation.org/circular-economy/interactive-diagram
de energías renovables, elimina el uso de sustancias y productos químicos tóxicos que impiden o dificultan
la reutilización y el retorno a la biosfera, y busca, en su lugar, la valorización de residuos mediante un diseño
optimizado de materiales, productos y sistemas y, dentro de estos, la creación de nuevos modelos de negocio2.
La economía circular proporciona múltiples mecanismos de creación de valor no vinculados al consumo de
recursos finitos. En una verdadera economía circular, el consumo solo se produce en ciclos biológicos eficaces;
por lo demás, el uso sustituye al consumo. Los recursos se regeneran dentro del ciclo biológico o se recupe-
ran y restauran gracias al ciclo técnico. Dentro del ciclo biológico, distintos procesos permiten regenerar los
materiales descartados, pese a la intervención humana o sin que esta sea necesaria. En el ciclo técnico, con el
uso de energías renovables, se transforman los residuos en la medida de lo posible, en los nuevos recursos.
El Gobierno de España adopta esta Estrategia con el firme convencimiento de la importancia que tiene la
incorporación de la economía circular como elemento clave de la transición ecológica hacia un modelo de
desarrollo y crecimiento económico desacoplado del consumo de materias y de emisiones, más innovador,
competitivo y sostenible, que permita maximizar los recursos disponibles para que estos permanezcan el
mayor tiempo en el ciclo productivo y reducir la generación de residuos, aprovechando al máximo aquellos
cuya generación no se haya podido evitar.
La transición de una economía lineal a una economía circular requiere de un marco instrumental y una activi-
dad coordinada entre las administraciones, los sectores económicos y el conjunto de la sociedad para facilitar
sinergias. Además, en este proceso, y para la consecución de los objetivos propuestos, es necesario desarrollar
y aplicar nuevos conocimientos y capacidades, que den lugar a nuevos desarrollos tecnológicos, a procesos,
productos y servicios innovadores que permitan, a través de su adopción contribuir a la competitividad de
nuestras empresas, a la vez que se generen nuevas oportunidades de negocio y se creen nuevas cadenas de
valor, que lleven aparejada la creación de empleo.
En este contexto, es importante destacar que la transición hacia una economía circular exige la adopción de
innovaciones no solo tecnológicas, sino también organizativas y sociales, imprescindibles para impulsar el cam-
bio necesario en los modelos de producción y consumo, partiendo de la base de que el uso de productos y
servicios no requiere adquirir la propiedad de los mismos. El servicio prestado por un objeto debe prevalecer
sobre la propiedad del mismo. Este principio implica la transformación de fabricantes desde vendedores a
prestadores de servicios.
2
“Hacia una Economía circular”. Fundación Ellen Mc Arthur. 2014.
3
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Departamento de Economía y Asuntos Sociales: División demográfica, World Popula-
tion Prospects: The 2017 Revision, Volume II: Demographic Profiles: 2017 ST/ESA/SER.A/400.
4
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las NNUU, 2018
5
Banco Mundial, Dos planetas más para poder vivir en este. 2016.
6
Kharas, H., The Unprecedented Expansion of the Global Middle Class: An Update, Global Economy and Development at Brookings, Working
Paper 100. 2017.
aumentando la presión sobre los recursos naturales, la demanda de materias primas, fuentes de energía
y materiales, en un mundo en el que estos recursos cada vez son más escasos.
En este contexto de aumento de la demanda, junto con un acceso a recursos cada vez más reducido, puede
preverse un notable encarecimiento de materias primas, fuentes de energía y materiales, que puede provo-
car una grave inestabilidad del sistema socioeconómico. Es por ello imprescindible contar con herramientas
y mecanismos para garantizar las provisiones de suministros, corregir los patrones de consumo, y facilitar la
transición hacia un nuevo modelo productivo sostenible y solidario con las generaciones futuras.
Fuente: Grilli y Yank; Pfaffenzeller; Banco Mundial; FMI; OCDE; FAO; NNUU, Fundación Ellen MacArthur. 2011
7
Fundación Ellen MacArthur, Hacia una Economía circular. Resumen ejecutivo. 2014
8
Comisión Europea. A new Circular Economy Action Plan for a cleaner and more competitive Europe. Marzo 2020. P.2.
9
OECD, Employment implications of Green Growth: linking Jobs, growth, and green policies. 2017; ILO, Working towards Sustainable
Development: Opportunities for decent work and social inclusion in a green economy, 2012; ILO, El desarrollo sostenible, el trabajo
decente y los empleos verdes, 2013.
10
OECD, Green Growth Indicators, 2017.
11
COM(2019) 190 final.
hacia la economía circular: la investigación, el desarrollo tecnológico, la innovación, que incluye su aplicación al
tejido productivo, y la adaptación de un marco regulatorio inteligente para la consecución de los objetivos de
la economía circular.
primas de origen biológico12 y a los recursos hídricos, contribuyendo a la identificación de las posibilidades
de transformación y valorización económica de lo que ahora son residuos en nuevas materias primas para
obtener nuevos insumos para la industria agroalimentaria, la industria química o la generación de energía,
contribuyendo a mejorar la eficiencia en la utilización de las materias primas a lo largo de nuestras cadenas de
valor tradicionales. Se trata, por tanto, de una vía para avanzar hacia un nuevo modelo que reduzca la huella
ecológica, basada en la permanente colaboración del sistema científico y tecnológico, los sectores económicos
y la sociedad.
Una vez adoptado el Plan, la Comisión Europea ha ido reportando13 los avances en su consecución. Así, se han
publicado iniciativas como el Protocolo de Residuos de Construcción y Demolición (2016), el Plan de trabajo
en Ecodiseño 2016-201914, la comunicación sobre “El papel de la transformación de los residuos en energía
en la Economía circular”, la plataforma de agentes implicados en economía circular, la aprobación del paquete
legislativo de residuos, la Estrategia Europea de Plásticos o el marco de seguimiento de la economía circular,
entre otros. En su último informe, en 2019, recogió las nuevas medidas adoptadas como el nuevo Reglamento
de fertilizantes15 o la Directiva sobre instalaciones portuarias16, concluyendo que el Plan de 2015 puede con-
siderarse plenamente cumplido, ya que sus 54 acciones ya han sido ejecutadas o se están ejecutando. Señala
además que la economía circular debe ser una de las columnas vertebrales de la estrategia industrial de la UE,
introduciendo la circularidad en nuevos ámbitos y sectores, y debe convertir en norma la evaluación del ciclo
de vida de los productos y ampliar tanto cuanto sea posible el marco de diseño ecológico.
12
https://data-bioeconomy.jrc.ec.europa.eu/.
13
http://ec.europa.eu/environment/circular-economy/implementation_report.pdf.
14
En proceso de elaboración el próximo plan de trabajo “Ecodesign and energy labelling working plan 2020-2024”.
15
Reglamento (UE) 2019/1009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de junio de 2019 por el que se establecen disposicio-
nes relativas a la puesta a disposición en el mercado de los productos fertilizantes UE y se modifican los Reglamentos (CE) n.º
1069/2009 y (CE) n.º 1107/2009 y se deroga el Reglamento (CE) n.º 2003/2003.
16
Directiva (UE) 2019/883 del Parlamento Europeo y del Consejo de 17 de abril de 2019 relativa a las instalaciones portuarias
receptoras a efectos de la entrega de desechos generados por buques, por la que se modifica la Directiva 2010/65/UE y se deroga
la Directiva 2000/59/CE.
17
https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2019-0078_EN.pdf
18
https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/european-green-deal-communication_en.pdf
Este nuevo Plan de Acción no desplaza otras Estrategias ya aprobadas, sino que refuerza sus resultados. Es el
caso de la actual Estrategia Europea de Bioeconomía,19 “Una Bioeconomía sostenible para Europa”, o la Estra-
tegia Europea de Plásticos, “Una estrategia europea para el plástico en una economía circular”,20 o la reciente
“Nueva Estrategia Industrial para Europa”.
En la actualidad, países como Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Francia, Grecia e Italia
han diseñado ya sus estrategias o planes de acción de economía circular, adaptando el marco comunitario a
sus especificidades económicas, sociales, naturales, productivas y energéticas.
En este contexto europeo y global, y dada la importancia política, económica y social de nuestro país, la Estrate-
gia de Economía Circular, “España Circular 2030”, representa el marco estratégico y de actuación imprescindi-
ble para facilitar y promover la transición hacia la economía circular en España a partir de la colaboración entre
las administraciones (Administración General del Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales),
el sector productivo y la sociedad.
19
https://ec.europa.eu/research/bioeconomy/pdf/ec_bioeconomy_strategy_2018.pdf#view=fit&pagemode=none
20
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52018DC0028&from=ES
21
https://ec.europa.eu/info/horizon-europe-next-research-and-innovation-framework-programme_en
Igualmente para el nuevo período de programación 2021-2027 están en discusión una serie de “partnerships”,
asociaciones, en áreas temáticas relacionadas con la Economía Circular. Algunas de estas iniciativas son
“Water4All: Water security for the planet”, “Built environment and construction”, “Made in Europe”, “Carbon
Neutral and Circular Industry”, “Clean Steel”, “EIT Climate-KIC”, “EIT Manufacturing” o “EIT Raw materials”.
Estas Asociaciones ambicionan desarrollar conjuntamente un programa de actividades de I+D+I que con-
tribuya a la consecución de prioridades políticas europeas, como el Pacto Verde o una Europa adaptada a
la era digital. Para afrontar dichos compromisos nacionales es necesario analizar y prever la contribución y
movilización de instrumentos y recursos de todos los ministerios sectoriales que se ven afectados por estas
políticas, siendo el Plan Estatal de Ciencia, Tecnología y de Innovación 2021-2027, o el presente Plan de Acción
de Economía Circular, los instrumentos de visualización y programación de estas iniciativas.
También se prevé la continuidad de la iniciativa tecnológica conjunta de la Comisión Europea con el consor-
cio privado Bioindustrias (BBI JU) durante este nuevo período, bajo la nueva asociación “Circular Bio-based
Europe”. Dicha iniciativa ha contado con una gran presencia y participación de las entidades españolas que
lideran el 23 % de los proyectos financiados, con una subvención concedida de 61,6 millones de euros, lo que
supone un 11,1 % del presupuesto total asignado UE-28. El objetivo perseguido es desarrollar nuevas cadenas
de valor sostenibles basadas en la valorización y aprovechamiento de los residuos generados por distintos
sectores y convirtiéndolos en nuevos productos a través de tecnologías innovadoras sostenibles y nuevas bio-
rrefinerías. Su misión es contribuir al crecimiento económico de Europa en una sociedad post-petróleo, en la
que se priorice la sostenibilidad y el medioambiente frente al agotamiento de los recursos naturales.
Además, la intención es implementar una agenda estratégica de investigación e innovación que incremente las
inversiones en el desarrollo de productos de origen biológico en Europa, para que sustituyan a los productos
equivalentes provenientes de fuentes no renovables. Se trata, por tanto, de conectar a los distintos sectores
productivos y a todos los actores en la cadena de valor (personal investigador, empresas, Pequeñas y Medianas
Empresas (PYMES), usuarios finales, productores, …).
Otro aspecto a tener en cuenta a nivel europeo, y con impacto en la definición de las políticas de I+D+i en
nuestro país, tanto a nivel estatal como especialmente a nivel regional, es la inclusión de la economía circular
entre las prioridades destacadas de las distintas estrategias de investigación para la especialización inteligente
(RIS3 por sus siglas en inglés), integrándose como condicionalidad ex ante ligada a los Fondos Europeos Estruc-
turales y de Inversión.
Todo ello sin olvidar que programas europeos como LIFE y COSME contribuyen a los objetivos de la UE en
relación a la Economía Circular.
Marco financiero
En el contexto del proceso de elaboración y adopción del nuevo ciclo presupuestario 2021-2027, actualmente
en fase de negociación en el ámbito de la Unión Europea, se plantean nuevas oportunidades para la financia-
ción de proyectos que fomenten el tránsito hacia la economía circular y la bioeconomía.
En este sentido y en el ámbito de los residuos, podrán ser objeto de financiación actividades vinculadas a la
prevención, preparación para la reutilización y el reciclado, mientras que, casi con seguridad dejarán de ser
financiables instalaciones de tratamiento finalistas como los vertederos, las incineradoras o las plantas de tra-
tamiento mecánico-biológico.
Los fondos de la política de cohesión dedicarán recursos a potenciar la Economía Circular a nivel regional,
especialmente, en los territorios insulares y regiones ultraperiféricas debido a la cuantía de los residuos gene-
rados por el sector turismo y la necesidad de exportar residuos. También se activarán otros recursos a través
del Fondo Social Europeo (FSE); y el mecanismo de transición justa recientemente diseñado para acompañar
el proceso de descarbonización apoyará también proyectos en economía circular.
Asimismo, el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSI por sus siglas en inglés) y el Banco Europeo
de Inversiones (BEI) contribuyen a financiar el desarrollo de proyectos en el ámbito de la economía circular,
destacando en este sentido el trabajo conjunto de la Comisión Europea, el BEI y los bancos nacionales para
el lanzamiento de una plataforma conjunta destinada a apoyar, a través de instrumentos financieros, proyectos
con madurez tecnológica demostrada y que estén muy cercanos al mercado en el ámbito de la economía
circular.
La economía española
La economía española representó en 201822, con 1,2 billones de euros, aproximadamente, el 7,6 % de la eco-
nomía de la Unión Europea (UE28), lo que la convierte en la quinta mayor economía de la UE considerando
Reino Unido, y la cuarta de la zona euro23. Respecto a la población, España, con más de 46,6 millones, repre-
senta el 9,1 % de la población UE2824.
El peso de la economía española en el conjunto de la UE y el impulso político del Gobierno sitúa a España en
una buena posición para aspirar a convertirse en un referente internacional en la implantación de la economía
circular, fomentando el desarrollo sostenible a través del impulso a la investigación, al desarrollo empresarial
e industrial vinculado al uso óptimo y a la mejor gestión de las materias primas, y aumentando, también, la
innovación y la competitividad.
Tras la grave crisis económica que han padecido, con mayor o menor intensidad, las distintas economías del
mundo, España comenzó a recuperar la senda del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014 apo-
yado en la demanda interna, el consumo privado, la inversión en bienes de equipo y favorecido por una caída
del precio de las materias primas, en particular del petróleo.
En 2018, el PIB español creció un 2,4 %, por encima de la media en la zona euro (1,8 %). Las previsiones
macroeconómicas del Banco Central Europeo25 anteriores a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19
reflejaban revisiones a la baja de las proyecciones estimadas debido a la persistencia de las incertidumbres a
escala mundial, si bien consideraba que se incrementará el PIB real de forma gradual. Estas previsiones habrán
de ser actualizadas a la luz del nuevo contexto económico provocado por la pandemia.
Siendo el objetivo del Gobierno crecer de manera sostenible, y teniendo en cuenta la huella ecológica de
España, se hace necesario rediseñar los modos de producir y consumir.
22
https://ec.europa.eu/eurostat/tgm/refreshTableAction.do?tab=table&plugin=1&pcode=tipsau10&language=en
23
Eurostat, Serie de datos sobre Gross Domestic Product (GDP) at market prices, annual data. 2018.
24
Eurostat, Serie de datos sobre Population on 1 January by age and sex. 2018.
25
https://www.ecb.europa.eu/pub/projections/html/ecb.projections201909_ecbstaff~0ac7cbcf7a.es.html#toc1
26
Global Footprint Network, en National Footprint Accounts 2019 (Año 2016); World Development Indicators, Banco Mundial (2016);
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En términos de huella ecológica global, España se encuentra en el nivel 20 y produce menos impactos ambien-
tales que países como Australia, Alemania, Francia y Reino Unido, lo que es coherente con los distintos grados
de desarrollo económico27. No obstante, según cifra de la misma organización, la huella ecológica por persona
en España excede en -2,6 gha la biocapacidad por persona.
250M
200M
global hectares
150M
100M
50M
0
61
63
65
67
69
71
73
75
77
79
81
83
85
87
89
91
93
95
97
99
01
03
05
07
09
11
13
20 5
16
1
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
Carbon Fishing Grounds Cropland Built-up Land Forest Products Grazing Land
Por otro lado, la biocapacidad se define como la superficie productiva disponible de un país. Cuando la huella
ecológica, entendida como demanda de recursos naturales, supera la biocapacidad, se incurre en déficit eco-
lógico, lo cual significa que un país consume más recursos de los que dispone, incurriendo, en último término,
en un desarrollo no sostenible. España necesita 2,6 veces más superficie de la que dispone para mantener el
nivel de vida y población actuales.
España no es un país con una elevada riqueza en recursos naturales aprovechables en comparación con
algunos países de nuestro entorno. Así pues, la biocapacidad total de países como Canadá, Australia, Francia,
Alemania, Suecia y Reino Unido supera ampliamente la biocapacidad de España, lo cual obliga a potenciar todas
aquellas medidas encaminadas a mejorar la eficiencia en la utilización de las materias primas y de la energía.
27
Global Footprint Network, Op. cit.: nota 9.
28
Eurostat, Serie de datos sobre Generation of waste by waste category, hazardousness and NACE Rev. 2 activity and household.
29
De conformidad con el Reglamento (CE) n.° 2150/2002 relativo a las estadísticas sobre residuos, los datos de residuos generados
que publica Eurostat incluyen los llamados “residuos secundarios”, es decir, aquellos residuos resultado del tratamiento intermedio
de los residuos. Por este motivo, en las estadísticas comunitarias, el total de residuos generados no coincide con el total de residuos
tratados, ya que en el total de residuos generados se produce una doble contabilidad.
En el caso de España, según la misma fuente estadística, se generaron 129 millones de toneladas de resi-
duos (incluyendo los residuos secundarios), un 5 % del total comunitario. Del total de residuos tratados, 107
millones de toneladas, 39,6 millones de toneladas fueron destinadas al reciclado, 6 a operaciones de relleno o
backfilling, 57,2 al vertido y 13,5 a la incineración30.
En otras palabras, durante el último año del que Eurostat dispone de datos, en España se reciclaron únicamente
el 37,09 % de los residuos, en línea con la media europea (37,76 %), lo que significa que, tanto en España como
a nivel comunitario, estamos desaprovechando gran parte de los recursos en un contexto en el que las mate-
rias primas cada vez son más escasas y caras.
Este desperdicio de recursos supone una fuerte vulnerabilidad para España y para el conjunto de la Unión
Europea, que se incrementa conforme lo hace la competencia mundial por los recursos naturales.
6 millones de
toneladas de
residuos destinadas
2.311 millones 107 millones a operaciones de
de toneladas de de toneladas de relleno (backfilling)
t residuos tratadas
t residuos tratadas
57,2 millones
de toneladas de
residuos destinadas
al vertido
37,8 % 37,09 %
del total del total
de residuos de residuos
tratados tratados
Fuente: Eurostat, Serie de datos sobre Treatment of waste by waste category, hazardousness and waste management operations.
30
Eurostat, Serie de datos sobre Treatment of waste by waste category, hazardousness and waste management operations.
31
Esta vinculación es especialmente intensa en relación con el sector de la edificación y la rehabilitación edificatoria, por tener un
peso específico propio en el ciclo de materiales (OE.2), en el OE. 3 sobre cambio climático y resiliencia, y en el OE 7, relativo a la
economía local, entre otros.
Empleo
Según indica el Ministerio de Trabajo y Economía Social (MTES), al hablar de empleo verde diferentes estudios
basan sus estimaciones sobre empleo en la definición clásica de “ecoindustria” de OCDE/Eurostat, que incluye
los sectores de servicios del agua, gestión y tratamiento de residuos, producción de energías renovables, ges-
tión de espacios naturales protegidos, gestión de zonas forestales, servicios ambientales a empresas y entida-
des, educación e información ambiental y agricultura y ganadería ecológicas. El empleo se estima una vez iden-
tificadas las empresas incluidas en cada uno de los sectores definidos en base a diferentes metodologías ad hoc.
Basándonos en este concepto, las estadísticas disponibles sobre el mercado de trabajo en España no permi-
ten identificar claramente el volumen de empleo del sector de la economía verde, pero podemos hacer una
aproximación utilizando los datos de ocupación por ramas de actividad proporcionados por la Encuesta de
Población Activa (EPA).
El número de ocupados en la rama de actividad de “Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión
de residuos y descontaminación” es de 158.200 (2018). Revisando las series trimestrales desde 2008 hasta
2019 podemos hablar de estabilidad en el empleo en el sector, oscilando el número de ocupados en la rama
de actividad entre mínimos de 118.600 (2014 T2) y máximos de 164.600 (2018 T3) empleos. Específicamente
en el sector de los residuos, según el boletín de estadísticas laborales, la afiliación de trabajadores a la seguridad
social según división de actividad CNAE 2009 para el año 2019 es de 93.038 para la “recogida, tratamiento y
eliminación de residuos; valorización” y de 2.127 para “actividades de descontaminación y otros servicios de
gestión de residuos”.
En este marco, el reto es preparar el mercado de trabajo para la transición a una economía circular y baja en
emisiones, tanto desde la perspectiva de los trabajadores, adaptando sus capacidades y habilidades a las nuevas
demandas del mercado a través de las políticas activas del mercado de trabajo, como desde la perspectiva de
las empresas y administraciones públicas, adaptando la cultura empresarial a los principios de la responsabilidad
social empresarial, y garantizando las condiciones de seguridad y salud en los puestos de trabajo afectados por
el cambio a la economía circular.
I+D+i
Otra pieza clave para el tránsito a una economía circular va a ser la investigación y la innovación en diversos
sectores productivos. Las políticas, planes y programas de I+D+i impulsadas por el Ministerio de Ciencia e
Innovación (MCI) han contribuido al avance hacia la circularidad de la economía. La Estrategia Española de
Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020 y el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de
Innovación 2017-2020 promueven la generación de conocimiento y su utilización para el desarrollo y aplica-
ción de tecnologías derivadas, a través de la colaboración dentro del sistema de ciencia y tecnología y de las
entidades españolas públicas.
En este contexto destaca el Programa Estatal de I+D+i orientado a los Retos de la Sociedad, y de forma
específica a través de proyectos de I+D+i incluidos en el reto dedicado a la “Sostenibilidad de los Sistemas de
Producción Primaria y Forestales, Seguridad y Calidad Alimentaria, Investigación Marina y Marítima y Biopro-
ductos”, y en el ámbito de la investigación y la innovación ligadas al reto “Cambio Climático y utilización de
recursos naturales y materias primas”. A ello se suman las iniciativas de apoyo al desarrollo de tecnologías de
carácter transversal, así como a la innovación en procesos y productos que en el ámbito empresarial se pro-
mueven integradas en el Programa Estatal de Liderazgo Empresarial en I+D+i.
La política de I+D+i queda reforzada con la labor ejercida desde el Ministerio de Ciencia e Innovación, a
través de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), y la Entidad pública empresarial Centro para el Desarrollo
Tecnológico Industrial (CDTI – EPE). Son fines de la AEI la promoción de la investigación científica y técnica
en todas las áreas del saber y el apoyo a la generación de conocimientos de alto impacto científico y técnico,
económico y social, incluidos los orientados a la resolución de los grandes retos de la sociedad, así como el
asesoramiento sobre las iniciativas a través de las que se instrumentan las políticas de I+D de la Administración
General del Estado.
Consumo
Para facilitar el cambio necesario hacia la economía circular son fundamentales las herramientas que faciliten
el que los consumidores cuenten con la necesaria información a la hora de la toma de decisiones de compra.
La transparencia es clave para ello, y los sistemas de certificación voluntarios, ecoetiquetas, las declaraciones
ambientales de producto, o el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), son buenos ejemplos de ello.
La Etiqueta Ecológica Europea (ECOLABEL), por ejemplo, es el instrumento voluntario que desde 1982 garan-
tiza el alto rendimiento de aquellos que la emplean, reflejando altos estándares ambientales en su fabricación.
Su proceso se centra tanto en la reducción de la contaminación y el consumo excesivo de recursos, como en
la minimización del consumo de energía durante todo el ciclo de vida útil del producto. De la misma manera
se ha fomentado el Registro EMAS, herramienta voluntaria, diseñada por la Comisión Europea, para la inscrip-
ción y el reconocimiento público de aquellas empresas que tienen implantado un sistema de gestión ambiental
que les permite evaluar, gestionar y mejorar sus impactos ambientales, asegurando así un comportamiento
excelente en este ámbito.
Contratación pública
La contratación pública representa una parte importante del consumo, por los volúmenes de gasto de las
distintas administraciones públicas dentro del mercado, por lo que se considera una herramienta clave para la
transición hacia una economía circular. Por ello, se deben fomentar acciones para implementar la Contratación
Pública Verde, estableciendo medidas o elaborando criterios para ser utilizados por los distintos órganos de
contratación. En esta línea, el Nuevo Plan de Acción de la UE prevé hacer obligatorio un mínimo de criterios
y objetivos a través de la normativa sectorial.
La Administración General del Estado cuenta con el segundo Plan para la Contratación Pública Ecológica
2018-2025, diseñado conjuntamente entre el MITERD y el Ministerio de Hacienda, que fue aprobado por
Acuerdo del Consejo de Ministros en diciembre de 201832.
El impulso desde las políticas descritas para la adopción de un modelo de producción, consumo y reutilización
circular no tendrá el mismo potencial de adaptación en todos los sectores. Si bien, muchos sectores ya han
comenzado a incorporar prácticas de reciclaje que permiten disminuir la demanda de nuevas materias primas
y ayudan a paliar el déficit ecológico, todavía nos encontramos lejos de poder establecer un modelo de eco-
nomía circular global. En este sentido, desde un punto de vista operativo, puede trabajarse para cada sector
un modelo de economía lineal con bucles ligados, entre otros, al aumento del reciclaje o la reducción en la
extracción de recursos, que marcan la transición hacia la circularidad global.
32
https://www.boe.es/buscar/pdf/2019/BOE-A-2019-1394-consolidado.pdf
Energía y clima
Del mismo modo en que materia y energía guardan una relación en términos físicos, economía circular y
transición energética también lo están. Existen claras sinergias entre ambos conceptos, que convergen en la
necesidad de racionalizar al máximo el uso de los recursos, que son limitados, y de descarbonizar la economía.
El Acuerdo de París, ratificado por nuestro país, implica la reducción drástica de emisiones antes de mediados
del presente siglo. Las acciones implícitas en una estrategia de economía circular tienen una clara traslación en
la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: la reducción de residuos orgánicos en vertederos,
la generación de biocombustibles a partir de residuos no reciclables, la extracción de materias primas básicas
que requieren de un alto uso de energía o la huella de carbono en la fabricación de productos con ciclos de
vida cortos, son algunas de las áreas sobre las que actuar que pueden contribuir a reducir emisiones. Por todo
ello será de interés evaluar el potencial de reducción de emisiones de las actuaciones incluidas en la Estrategia
y buscar las sinergias para potenciar el mejor uso de las medidas, recursos e incentivos propuestos y, de esta
forma, contribuir a los objetivos de reducción del 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero con
respecto a 1990 propuestos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
En concreto, de acuerdo con el PNIEC, el conjunto de los sectores difusos, entre ellos el de residuos, deberán
participar en la consecución de los objetivos en materia de cambio climático con una reducción en 2030 del
39 % respecto a los niveles del año 2005. En materia de emisiones del sector residuos esto se traduce en no
superar los 9.718 (kt) de emisiones de CO2eq. Entre los instrumentos que impulsan este objetivo en el PNIEC,
destacan la Medida 1.22. (“Reducción de emisiones de GEI en la gestión de residuos”), que hace referencia a
los Planes de Impulso al Medio Ambiente, conocidos como PIMA, mediante los que se impulsa la reducción de
emisiones a través de la promoción del compostaje doméstico o comunitario, la recogida separada de biorre-
siduo con destino compostaje, la reducción del desperdicio alimentario, etc.
Agua
Si antaño las afecciones sobre el ciclo hidrológico quedaban definidas por una elevada demanda del recurso
hídrico, actualmente hay que sumar los impactos consecuencia del cambio climático.
Esta nueva repercusión en el ciclo hidrológico produce una alteración de las temperaturas y del régimen de
precipitaciones que tiene un impacto directo sobre la evaporación y evapotranspiración y sobre la hume-
dad del suelo, todo ello incidiendo en alteraciones de la disponibilidad del agua, que se ve agravada por las
variaciones de la demanda procedentes de la acción antrópica, pudiendo quedar mermada la disponibilidad
del recurso hídrico en cantidad y calidad suficiente, fenómeno que se agrava en los países con clima medi-
terráneo.
Por ello, más que nunca, es necesario trabajar en pro de mejorar la eficiencia del uso del agua en los ciclos
productivos para reducir su demanda mediante los instrumentos de la política del agua, como la planificación
hidrológica y la gestión sostenible de los recursos hídricos, pero también a través de los instrumentos propios
de una economía circular. Y, de esta forma, abordar la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas acuáticos,
evitar su contaminación y reducir los impactos asociados al cambio climático.
Gran parte de la circularidad en el agua se logra a través de las mejoras en la depuración de las aguas residua-
les, lo que permite, simultáneamente, la recuperación de materiales en forma de nutrientes como nitrógeno,
fósforo y magnesio en los procesos de deshidratación de los fangos digeridos procedentes de las EDAR para
su posible posterior utilización como fertilizantes33. Estas medidas contribuyen a cerrar los ciclos biológicos y a
hacer un uso más eficiente tanto del agua como de los materiales empleados para la obtención de fertilizantes.
Bioeconomía
Debido a que la huella ecológica de la población española viene excediendo su biocapacidad unido al hecho
de que el consumo de recursos naturales en nuestro país no es sostenible, ya sea por agotamiento o por
emisiones a la atmósfera, España elaboró su propia Estrategia de Bioeconomía.
33
JRC, Technical proposals for selected new fertilising materials under the Fertilising Products Regulation (Regulation (EU) 2019/1009
La citada Estrategia se concibe desde su aprobación en 2016 como una herramienta para coordinar las actua-
ciones de las administraciones públicas y sectores productivos y representa una oportunidad y una necesidad,
tanto para el conjunto de la sociedad española como para las empresas que la conforman. Es un marco
diseñado para avanzar hacia una sociedad menos dependiente de los recursos no renovables, de origen fósil,
cuyo consumo está acelerando un proceso de cambio climático que va a condicionar nuestro futuro en el
planeta. A la vez, para un país como España este sector debe ser un motor más para consolidar el proceso de
crecimiento económico. Por otra parte, las nuevas tecnologías deben ser las herramientas de diferenciación y
de competitividad de las empresas que ya están operando en nuestros mercados, internos e internacionales.
La Estrategia Española de Bioeconomía constituye una pieza clave de la nueva Estrategia de Economía Circular,
que amplía el ámbito de actuación, para incluir otros sectores productivos y aspectos esenciales como el ecodi-
seño, el tratamiento y aprovechamiento de residuos y otros materiales biológicos, etc., y favorece el diseño de
actuaciones y la alineación de las políticas con una visión sistémica e integrada. Como parte de esta Estrategia
Española de Bioeconomía, se ha creado un observatorio que persigue evaluar e impulsar las medidas que se
incluyen en esta Estrategia.
En esta línea, en el ámbito de los recursos biológicos y la bioeconomía se está avanzando en la línea de utiliza-
ción integral de las materias primas y eficiencia en el uso de los recursos. En la actualidad es frecuente encon-
trar casos en los que determinados materiales, que hasta hace poco tiempo se gestionaban como residuos,
han pasado a ser la materia prima de nuevos productos que se introducen en el mercado en los ámbitos de
la cosmética, la agroalimentación o los bioproductos, aprovechando tecnologías novedosas de extracción o
transformación para su valorización económica.
Economía azul
La economía azul es el conjunto de actividades económicas ligadas al mar, en las que el sector pesquero se
erige en su columna vertebral. La estrategia de crecimiento azul, que se coordina desde la Secretaría General
de Pesca del MAPA, es el conjunto de medidas que fomentan la sostenibilidad a largo plazo de los sectores
marino y marítimo en su conjunto. Asimismo sitúa entre las prioridades políticas el interés en aprovechar al
máximo todo su potencial de innovación y crecimiento, creación de empleo y fomento de competitividad
alineados de forma coherente con los objetivos de la Estrategia Europa 2020 de crecimiento inteligente, sos-
tenible e inclusivo.
La dimensión sostenible del crecimiento azul se ve reforzada al integrar los principios de gestión eficiente y
sostenible de recursos de la economía circular, alcanzando su máxima expresión en la gestión sostenible de
las pesquerías y de los recursos pesqueros. En el caso español, la Estrategia de Crecimiento Azul contemplará
líneas específicas de actuación en materia de fomento de la pesca sostenible, tales como la mejora del sistema
de inspección pesquera, la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR), y la
ampliación de las reservas marinas protegidas.
Asimismo, la problemática asociada al impacto que las basuras marinas tienen en la degradación ambiental de
los mares está alcanzando tal orden de magnitud que requiere una atención política prioritaria. Bajo el enfoque
de economía circular se están desarrollando proyectos de implantación, prueba técnica y validación económica
de tecnologías innovadoras que permitan mitigar el problema de las basuras marinas con una especial atención
a los plásticos. El planteamiento perseguido es que estos proyectos den respuesta a los problemas ambien-
tales señalados como prioritarios por la política pesquera común, enfatizando en los aspectos de innovación
medioambiental orientada a reducir el impacto en el medio ambiente de las actividades pesqueras y acuícolas,
en la creación y el mantenimiento de redes y acciones de transferencia que faciliten el intercambio de los
resultados de I+D+i entre el personal investigador, pescadores y acuicultores, sobre todo, en lo que respecta
a la recogida, el tratamiento y la valorización de basuras marinas por parte de los pescadores.
Ante esta problemática en el ámbito marino, y teniendo en cuenta que aparecen muchos artículos de plástico
junto con artes de pesca en las caracterizaciones de las basuras marinas, se ha adoptado en un tiempo récord
una Directiva europea para reducir el impacto en el medio ambiente de determinados artículos de plástico34.
Las medidas incluidas son diferentes según las posibilidades de sustitución que tienen, la cobertura por otra
normativa comunitaria o la posibilidad de cambios en los modelos de consumo; y abarcan desde la prohibición
de su puesta en el mercado, el desarrollo de regímenes de responsabilidad ampliada del productor, la aplica-
ción de medidas de reducción, hasta el desarrollo de campañas de sensibilización, mejoras en el ecodiseño y
mejoras en el etiquetado.
Adicionalmente a lo anterior y con un enfoque más amplio, la Directiva (UE) 2018/851 por la que se modifica
la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos, ha introducido la obligatoriedad para los Estados miembros de
determinar cuáles son las principales fuentes de basura dispersa y de adoptar medidas para prevenir y reducir
su generación y abandono, determinando que si se trata de medidas que puedan restringir el mercado, éstas
deben ser proporcionadas y no discriminatorias. De la misma forma, los Estados miembros deberán desarrollar
campañas de sensibilización en esta materia.
Turismo
El turismo español es una industria sólida, con una consolidada posición de liderazgo internacional y con gran
potencial de crecimiento futuro, lo que constituye su valor diferenciador y una gran ventaja competitiva. El
sector turístico desarrolla su actividad en un entorno económico globalizado, de gran incertidumbre y profun-
damente cambiante, en el que se vislumbran nuevas tendencias y retos.
Ante esta situación, el Consejo Español de Turismo acordó llevar a cabo un amplio proceso de revisión estraté-
gica del sector para hacer frente a los retos y tendencias que se avecinan y que se ha materializado en el Plan
del Turismo Español Horizonte 2020. Basado en el principio de liderazgo compartido, supone el inicio de un
conjunto de actuaciones que las administraciones turísticas y los empresarios del sector van a desarrollar desde
el compromiso con el medio ambiente, el impulso a las nuevas tecnologías y la consideración de las personas
como el principal activo del sector turístico español.
El contexto en el que se desenvuelve el sector turístico se ha visto profundamente afectado por la crisis del
COVID 19. Por ello, las actuaciones previstas deberán ser revisadas y actualizadas para hacer frente al grave
impacto ocasionado en el sector por la pandemia.
No obstante lo anterior, los retos que enfrenta el sector a medio y largo plazo no han cambiado. En las agen-
das de turismo están cada vez más presentes aspectos como la eficiencia energética y el cambio climático. La
adopción de medidas en materia de medio ambiente por parte del sector turístico vendrá determinada no
solo por su relevancia en la agenda política, sino, sobre todo, porque de una buena conservación del medio y
de un uso eficiente de los recursos dependerá, en definitiva, el futuro del sector, tanto desde el punto de vista
de la competitividad como por una mayor sensibilidad de la demanda, que exige cada vez más la sostenibilidad
medioambiental en sus opciones de compra.
Para promover la reconversión del turismo en España y la introducción del modelo circular, desde el MITERD y
la Secretaría de Estado de Turismo35 se han propuesto diferentes iniciativas, como el Plan de Impulso al Medio
Ambiente (PIMA) para la rehabilitación energética de instalaciones hoteleras, un registro de huella de carbono
y proyectos de absorción de CO2, además de firmar un acuerdo con el Instituto Técnico Hotelero (ITH) para
desarrollar un “Modelo de sostenibilidad turística y planes de mejora” en los establecimientos hoteleros.
34
https://www.boe.es/doue/2019/155/L00001-00019.pdf
35
Sarra, V. Op. cit.
OBJETIVOS Y LÍNEAS
DE ACTUACIÓN
Objetivos y líneas de actuación
Principios generales
Los principios generales que inspiran esta Estrategia, y que emanan de los ordenamientos comunitario
y nacional, son los siguientes:
€
Protección y mejora Acción Descarbonización Quien
del medio ambiente preventiva de la economía contamina paga
La consecución del reto de lograr la transición hacia la economía circular únicamente será posible a través de
la colaboración, participación e implicación de toda la sociedad, no solo de las administraciones públicas sino
también de todos los sectores económicos (fabricación, producción, distribución y gestión de residuos), que
han de incorporar la investigación y la innovación como elementos clave para la consecución de los objetivos
propuestos. Además, han de jugar un papel central los agentes sociales y, muy especialmente, los consumidores
y la ciudadanía, cuyas decisiones de compra de productos, así como su comportamiento en la separación de
residuos son fundamentales.
Orientaciones estratégicas
De acuerdo al diagnóstico de la situación actual, teniendo en cuenta los principios citados y las perspectivas
futuras, se plantean, a modo de decálogo, las siguientes orientaciones estratégicas a partir de las cuales se deri-
van las actuaciones específicas que integrarán los correspondientes planes de acción:
1. Protección del medio ambiente: Proteger el medio ambiente, terrestre y marino, y su biodiversidad,
contribuir a la lucha contra el cambio climático y garantizar la salud de las personas, haciendo un uso
eficiente y sostenible de los recursos disponibles.
2. Ciclo de vida de los productos: Implantar un enfoque de ciclo de vida para los productos, con la
incorporación de criterios de ecodiseño, reduciendo la introducción de sustancias nocivas en su fabri-
cación, facilitando la reparabilidad de los bienes producidos y su reutilización, prolongando su vida útil y
posibilitando su valorización al final de ésta, en definitiva, manteniendo el valor de los productos, mate-
riales y recursos en la economía el mayor tiempo posible.
3. Jerarquía de los residuos: Aplicación efectiva del principio de jerarquía de los residuos, promoviendo la
prevención de su generación, fomentando la preparación para la reutilización, fortaleciendo el reciclado,
valorizando energéticamente o de otras formas, aquellos residuos que no pueden ser reciclados y favo-
reciendo su trazabilidad, reduciendo el abandono de residuos en el medio ambiente y su llegada al mar.
4. Reducción de residuos alimentarios: Disminuir los residuos alimentarios para reducir el impacto
ambiental y económico del consumo de los recursos y favorecer un reparto más equitativo de los
mismos.
5. Eficiencia en la producción: Introducir pautas que incrementen la innovación y la eficiencia global de
los procesos productivos, mediante el uso de infraestructuras y servicios digitales, así como la adopción
de medidas como la implantación de sistemas de gestión ambiental, impulsando así la competitividad y
el crecimiento empresarial sostenible.
6. Consumo sostenible: Promover modelos innovadores de consumo sostenible y responsable, que
incluyan productos y servicios, así como el uso de infraestructuras y servicios digitales, basados en la
transparencia de la información sobre las características de los bienes y servicios, su duración, reparabi-
lidad y eficiencia energética, mediante el empleo de medidas como el uso de la ecoetiqueta.
7. Sensibilización y comunicación: Difundir la importancia de adoptar una economía circular, promo-
viendo y facilitando la creación de los cauces adecuados para la coordinación entre las administraciones
y para intercambiar la información entre éstas y los agentes económicos, sociales, comunidad científica
y tecnológica, de manera que se creen sinergias que favorezcan la transición.
8. Empleo para la economía circular: Consolidar políticas de empleo que favorezcan la transición justa
y solidaria hacia una economía circular, identificando nuevos yacimientos de empleo y facilitando la crea-
ción de capacidades para los mismos.
9. Investigación e innovación: Promover la investigación y la innovación tanto en el ámbito público
como en el sector empresarial, y especialmente en materia de colaboración público-privada, como
motores del cambio y transición hacia un modelo productivo y social sostenible facilitando la generación
de conocimiento, su transferencia y la adopción de nuevas tecnologías.
10. Indicadores: Fomentar el uso de indicadores comunes, transparentes y accesibles que permitan cono-
cer el grado de implantación de la economía circular, en especial su repercusión social y ambiental.
Objetivos
Adicionalmente, el desarrollo de la Estrategia de Economía Circular y la consecución de los objetivos estraté-
gicos descritos deberían llevar a alcanzar una serie de metas cuantificables al final de la década.
• Materias primas secundarias: el uso de materias primas secundarias permitirá hacer un uso más soste-
nible de los recursos naturales, así como crear confianza en los consumidores hacia formas de consumo
responsables.
• Reutilización y depuración del agua: se incorpora como un eje singularizado debido a la importancia
que tiene el agua en la península ibérica. Siendo un elemento esencial, se ha decidido darle un tratamiento
específico, más allá de la obtención de materias primas secundarias, por su especial incidencia en la eco-
nomía española y por la posición de liderazgo de nuestro país en reutilización de agua.
Además, con carácter transversal, se incorporan las siguientes líneas de actuación:
• Sensibilización y participación: debido a la especial importancia que tiene la implicación ciudadana en
el avance hacia una economía circular. Por un lado, la ciudadanía toma decisiones de consumo de pro-
ductos y servicios sobre los que ha de tener información, ya que solo a través de un consumo informado
y responsable se podrá avanzar en la jerarquía de residuos, priorizando la prevención. Por otro lado, la
separación en origen de los residuos domésticos tanto en hogares como en el sector servicios es res-
ponsabilidad de todas las personas, siendo clave implicar a la sociedad en su conjunto, de forma que dicha
separación se realice adecuadamente y se pueda avanzar en un reciclado de calidad que permita alcanzar
los objetivos comunitarios.
• Investigación, innovación y competitividad: las políticas de investigación, innovación y competitividad
tienen mucho peso en la Estrategia, por lo cual se considera importante asignarles un apartado propio.
• Empleo y formación: la recualificación, el desarrollo de nuevas capacidades que respondan a las opor-
tunidades que se abren, la formación para el empleo consecuencia de la transición hacia una economía
circular, la creación de empleo y la mejora de los puestos de trabajo ya existentes van a contar con polí-
ticas especiales que van a desempeñar un papel en la futura Economía Circular.
El esquema de los Planes de Acción teniendo en cuenta lo anteriormente descrito, es el que refleja la
ilustración 2.
Producción
Sensibilización
y participación
Reutilización
y depuración
del agua
Investigación,
innovación y Consumo
competitividad
Materias
primas
secundarias Empleo y
formación
Gestión de
residuos
Construcción Agroalimentario,
pesquero y
forestal
Textil y Industrial
confección
Turismo Bienes de
consumo
Sector de la construcción
Pese a que la profunda crisis de la economía española iniciada en el año 2008 ha tenido un impacto negativo
especialmente destacado en el sector de la construcción, reduciendo notablemente su volumen de negocio36
(135.009 millones de euros en 2018), hoy en día aún representa el 6,5 % del PIB de nuestro país, el 40 % de
los recursos, genera el 40 % de los residuos –varios puntos por encima de la media de la UE– y emite el 35 %
de los gases de efecto invernadero37. Por todo ello es fundamental dedicar esfuerzos a minimizar su impacto
en materia de sostenibilidad, y garantizar la progresiva introducción de tecnologías y prácticas que contribuyan
a la economía circular.
Los residuos de construcción y demolición constituyen así mismo una de las áreas prioritarias a nivel europeo,
estimándose que generan entre un 25 % y un 30 % de los residuos de la Unión38, con un amplio potencial de
mejora a través de técnicas de reciclado, que actualmente oscila entre el 10 % y el 90 % según los Estados de la
Unión, siendo su mayor problema que los materiales valiosos no siempre se identifican, recogen por separado
y valorizan adecuadamente.
36
https://www.mitma.gob.es/recursos_mfom/listado/recursos/ec2018.pdf
37
Consejo Económico y Social, El papel del sector de la construcción en el crecimiento económico: competitividad, cohesión y calidad de
vida, Colección Informes, Núm. 02/2016.
38
Comisión Europea. 2016
Una gestión adecuada de los residuos de la construcción y demolición, que incluya una separación y manipu-
lación correcta de los residuos peligrosos, puede suponer grandes beneficios en cuanto a la sostenibilidad y la
calidad de vida. Asimismo, también puede reportar grandes beneficios para la industria de la construcción y el
reciclaje, ya que puede incrementarse la oferta de materiales reciclados de construcción y demolición.
La Directiva 2008/98/CE marco de residuos pretendió avanzar en la valorización de los residuos de construc-
ción y demolición mediante el establecimiento de un objetivo de valorización del 70 % en 2020. Para ello la
Comisión publicó en septiembre de 2016 el Protocolo de Gestión de Residuos de Construcción y Demoli-
ción en la UE, enmarcado en la Estrategia Construcción 2021, así como en la Comunicación de la Comisión
sobre oportunidades para un uso más eficiente de los recursos en el sector de la construcción39. Su objetivo
es aumentar la confianza en el proceso de gestión de los residuos de construcción y demolición, así como la
confianza en la calidad de los materiales reciclados procedentes de ambas actividades.
Posteriormente, para potenciar la obtención de materiales de calidad, la Directiva 2018/851/UE que revisa la
Directiva marco de residuos, ha dado señales claras para avanzar en la separación y clasificación de los mate-
riales presentes en los residuos de construcción y demolición, lo que incrementará las posibilidades de su uso
y, en definitiva, la demanda, cerrando así el ciclo de vida de los productos mediante el aumento del reciclaje y
la reutilización, y conllevando beneficios tanto para el medio ambiente como para la economía.
La Directiva insta a fomentar la demolición selectiva. Para el caso de la Administración General del Estado este
mandato se ha iniciado con la incorporación de este criterio en el Plan de Contratación pública Ecológica, y se
incorporará en la futura ley de residuos. Además, antes de 2025 y en función de la evolución de la gestión de
este tipo de residuos, la Comisión Europea evaluará la pertinencia de establecer un objetivo específico para la
preparación para la reutilización y el reciclado de residuos de la construcción y la demolición y sus fracciones
de materiales específicos.
Y es que, mientras la productividad ha aumentado enormemente en otros sectores y actividades económicas
durante las últimas décadas, la productividad en el sector de la construcción ha evolucionado de forma limitada
en los últimos 25 años, siendo muy reducida la adopción de tecnologías avanzadas disponibles y destinadas
a mejorar la eficiencia de la construcción y de edificios, así como el tratamiento de los residuos de la cons-
trucción y la optimización de los recursos utilizados, por lo que existe un elevado potencial de mejora. En la
actualidad, se desperdicia entre un 10 % a un 15 %40 de recursos empleados durante la fase de construcción,
en muchas ocasiones por falta de confianza e incertidumbre en cuanto a los posibles riesgos sanitarios a los
que se enfrentan los trabajadores que utilizan materiales reciclados de construcción y demolición.
Además de los problemas de eficiencia asociados al modelo de construcción tradicional, el sector ha de hacer
frente a los retos derivados del modelo de aglomeración y desarrollo urbano y a los problemas de eficiencia
energética e infrautilización del parque de edificios existentes, tanto para usos residenciales como económicos.
Resulta necesario la regeneración de nuestros entornos urbanos consolidados y una rehabilitación profunda
e integral de nuestro parque edificado, que mejore sus prestaciones, tanto en lo relativo a la seguridad como
a la habitabilidad y la accesibilidad, con especial atención a los colectivos más vulnerables. Y es necesario,
en cualquier caso, que la evaluación de impactos ambientales se realice mediante el análisis de todo el ciclo de
vida para obtener una visión adecuada de la situación. Para ello, se debe fomentar e implementar el uso de la
metodología BIM (Building Information Modeling) en el análisis del ciclo de vida de las edificaciones y así poder
calcular fehacientemente la sostenibilidad de las mismas, incluyendo su rehabilitación, contribuyendo de esta
manera a la mejora del cambio climático y la sostenibilidad de las construcciones, incluidas las infraestructuras.
De igual manera se debe avanzar también en la incorporación de requisitos BIM en la contratación pública
conforme a lo que establezca el Plan para la implementación de BIM en las licitaciones públicas elaborado por
la Comisión Interministerial para la implantación de BIM en la contratación pública.
Teniendo en cuenta la situación anterior, la Comisión Europea ha previsto que el sector de la construcción
sea uno de los sectores prioritarios en el nuevo plan de acción y, en la misma línea, se define como sector
prioritario en esta Estrategia.
39
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52014DC0445&from=ES
40
Ellen MacArthur Foundation, Growth within: A circular economy vision for a competitive Europe. 2015.
41
Comisión Europea. 2016.
42
https://www.mapa.gob.es/es/ministerio/servicios/analisis-y-prospectiva/aypserieempleon64epa3t2019_tcm30-520273.pdf
43
MINCOTUR, Informe mensual de comercio exterior. Noviembre 2019.
44
MAPAMA, Marco Estratégico para la Industria de Alimentación y Bebidas. 2014.
45
https://www.mincotur.gob.es/es-es/IndicadoresyEstadisticas/Presentaciones%20sectoriales/01.%20Alimentaci%C3%B3n.pdf
Así mismo, los sistemas de producción lineales aplicados en el sector primario comportan algunas externalida-
des negativas que llevan a la degradación y agotamiento en el uso de los recursos naturales, con una especial
atención a los recursos hídricos.
Además, se estima que entre un 30 % a un 85 % de la agricultura europea –en función de la zona–, se ve
afectada por la degradación del suelo, mientras se desperdician importantes recursos naturales como el agua,
que solo es absorbida en un 40 % por las plantas46. En España, según el estudio “Metales pesados, materia
orgánica y otros parámetros de los suelos agrícolas y de pastos de España. MMARM e INIA (MEC)”, el 50 %
de los suelos tiene un contenido inferior al 1,70 % de materia orgánica, es decir, que son suelos con un riesgo
real de desertificación.
Frente a prácticas tradicionales, la economía circular propone el desarrollo de nuevos sistemas de riego de pre-
cisión que mejorarán la eficiencia del proceso de absorción de agua. Igualmente, en el ámbito de la utilización
de los recursos y los medios de producción surgen nuevas tecnologías, basadas en la agroecología o en la agri-
cultura inteligente y sostenible, en las que se conjuga eficiencia, preservación de los recursos, mantenimiento
del entorno y competitividad. En este ámbito, merece destacarse la aplicación del Sistema de Información
Agroclimática para el Regadío (SIAR), que desde hace veinte años ofrece herramientas innovadoras y de alta
tecnología para optimizar el uso de agua en los regadíos españoles.
Asimismo, en este sector hay que orientar los esfuerzos a resolver los problemas en origen y no al final de la
cadena, de acuerdo con el principio de prevención que rige la economía circular. En base a dicho principio, en
el ámbito de la agricultura deberían tenerse en cuenta las condiciones agroclimáticas y edáficas a la hora de
decidir los cultivos a implantar en las diferentes regiones, o la necesidad de impulsar rotaciones de cultivos con
especies mejorantes, de manera que su mejor adaptación a una determinada región permita mayor sostenibili-
dad y eficiencia en el uso de los recursos naturales, así como apoyar una alimentación animal a base de pastos
u otros cultivos propios de la zona agroclimática correspondiente. En el ámbito de la ganadería, se deberían
promover sistemas productivos extensivos para aprovechar los recursos del ecosistema, con razas autóctonas
que están mejor adaptadas al territorio, y hacer un uso más eficiente de los recursos.
En cuanto al sector de la pesca, entendiendo como tal los subsectores de pesca extractiva, acuicultura y la
transformación y comercialización de los productos de ambos, se ve afectado por problemas muy similares a
los de la agricultura y la ganadería, si bien las soluciones que se vislumbran son diferentes.
El subsector de la pesca extractiva se ha de basar en el desarrollo de los Planes de Gestión que impulsen medi-
das de ordenación del producto para conseguir una sostenibilidad económica, social y ambiental. Entre estas
medidas se incluyen las de valorización de descartes y aplicación de la política de desembarque, que tienden
de una forma directa a hacer circular la economía pesquera. Por otra parte, se tratará de obtener un aumento
de la eficiencia energética y reducción de las emisiones de CO2 a través de la renovación o modernización de
motores en buques de pesca.Y, por supuesto, medidas de impulso del control eficiente de la pesca y la recogida
de datos para mejorar el conocimiento en la toma de decisiones. Con todas ellas, además, se contribuye a la
protección y restauración de la diversidad biológica y de los ecosistemas acuáticos.
En lo que respecta al subsector de la acuicultura, se fomentarán las inversiones en las explotaciones con
medios más modernos y eficientes, respetando siempre los objetivos ambientales. Además, se impulsará la
valorización del producto desde el punto de vista de la especialización y diferenciación de nuestros productos
de calidad, lo que también de forma directa contribuye a transformar una economía lineal en una circular. Se
complementa con mejoras en los tratamientos de residuos e insumos más eficientes en el uso de los recursos.
Por último, en materia de transformación y comercialización, se prevén actuaciones en materia de trazabilidad
para continuar con la lucha frente el fraude y con objeto de introducir en el mercado nuestros productos
con altos estándares de calidad. Igualmente, con mayor incidencia sobre la economía circular, se impulsarán
las actuaciones de las empresas en productos o presentaciones nuevas que se adapten a la demanda de los
consumidores y se consuman en su totalidad, reduciendo la generación de residuos y reciclando o valorizando
los que se generen. Y, naturalmente, todo ello con un uso eficiente de la energía y los recursos, impulsando
energías renovables, disminuyendo el gasto energético y utilizando nuevas tecnologías entre otras.
46
Ellen MacArthur, Op. cit.: nota 20.
Sector industrial
La relevancia del sector industrial queda patente por su participación en la economía. En el año 2018, acogió
al 14 % de los trabajadores y sumó el 17,7 % del PIB47, en parte gracias a una intensa actividad en el mercado
exterior, ya que, un 30 % de los productos industriales se destinan a la exportación, de los cuales dos terceras
partes son enviados al resto de la UE48.
Las exigencias de un comercio global obligan a la mejora continua de la competitividad, que pretende vehicu-
lizarse a través de las agendas sectoriales de los principales sectores industriales (sector aeronáutico, espacial
y naval, sector papelero, sector automoción, sector cementero, sector energía eólica y sector industria química
y refino). Todos ellos se encuentran incluidos en el Marco Estratégico para la Industria Española. Estas agendas
se configuran como una hoja de ruta a medio y largo plazo e incluyen, también, criterios de economía circular.
En los últimos años se observa una disminución significativa del número de empresas y, en consecuencia, desde
el año 2006 al 2016, se ha producido un descenso acusado de la cantidad de residuos industriales generados,
que ha pasado de 22,43 millones de toneladas a 14,27 millones de toneladas. Los residuos producidos por la
industria manufacturera (14,27 Mt) representan aproximadamente un 11,1 % del total de residuos producidos
en España en 2016 (128,96 Mt). De estos 14,27 Mt, 12,9 Mt (90,5 %) fueron residuos no peligrosos, mientras
que 1,3 Mt (9,5 %) fueron residuos peligrosos. Si queremos avanzar en la transición hacia un nuevo modelo
será imprescindible incorporar prácticas de economía circular en cada uno de ellos.
La cuarta revolución industrial, que se basa en un nuevo nivel de organización y control de toda la cadena de
valor a través del ciclo de vida de los productos y producción de sistemas mediante la utilización de la tecnolo-
gía y en la que el consumidor toma parte del diseño del producto, requiere un cambio de modelo de negocio
y en el funcionamiento de los procesos de las empresas industriales.
Es preciso acometer un proceso de transformación digital con el objetivo de satisfacer las demandas de una
sociedad altamente tecnológica, cada vez más exigente, cuya satisfacción plantea que la industria tiene que
hacer las cosas de otra forma, haciendo frente a retos como el diseño colaborativo, la flexibilidad y la eficiencia
en la fabricación, la reducción de series y tiempos de producción, la creación de modelos logísticos inteligentes,
la transformación de canales, la predicción de las necesidades del cliente, la hiperconectividad, la trazabilidad
multidimensional, la especialización, la creación de ecosistemas industriales de valor, la sostenibilidad y la per-
sonalización del producto.
La iniciativa «Industria Conectada 4.0», con el lema «la transformación digital de la industria española», tiene
como objetivo articular las medidas que permitan que el tejido industrial español se beneficie del uso inten-
sivo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones en sus procesos productivos y en todos los
ámbitos de su actividad. Para ello es necesario introducir y fomentar el uso intensivo de las tecnologías en
las empresas. Tecnologías como son por ejemplo, la computación en la nube, el Big data, la impresión 3D, la
robótica colaborativa, la realidad aumentada, los sistemas ciberfísicos o el internet de las cosas, estas últimas,
también, incluidas dentro de la Estrategia Española de Inteligencia Artificial de I+D+I49.
La tecnología digital supone un salto exponencial en la capacidad de los medios productivos, pues contribuye a
aumentar la flexibilidad del proceso productivo y la eficiencia en el uso de recursos como el espacio, la energía,
las materias primas o el tiempo, por ejemplo. El reto es combinar la flexibilidad y la eficiencia, conceptos con-
trapuestos hasta la actualidad. Potenciar la Industria 4.0 es una forma efectiva de impulsar la economía circular
y el aprovechamiento de recursos, al conseguir un mayor control y monitorización de los mismos.
Nuestro día a día está lleno de ejemplos donde las nuevas tecnologías juegan a nuestro favor como el uso del
Big data para reducir el desperdicio alimentario en el canal Horeca y los hogares; para fomentar la simbiosis
industrial, e incluso en la recogida de residuos, pues hay varias aplicaciones que indican el punto de recogida
más cercano. Por otra parte, el uso de la inteligencia artificial, conjuntamente con la robótica, amplía el espectro
de aplicaciones posibles. Por ejemplo, ya se está experimentando con automóviles autónomos que permitirán
reducir el consumo de combustibles al seleccionar las rutas más adecuadas en tiempo real.
47
ICEX: Ficha país España 2019
48
Caixabank, El futuro de la industria en España. 2016.
49
http://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Ciencia/Ficheros/Estrategia_Inteligencia_Artificial_IDI.pdf
Si nos referimos a la computación en la nube, esta reduce la demanda de consumibles tales como el papel,
tinta, etc., e indirectamente permite deslocalizar la actividad de la empresa, pudiendo incluso introducir nuevos
modelos de relación laboral como el teletrabajo, incrementando la calidad de vida de las personas, reduciendo
la superficie construida y vertebrando el uso del territorio.
Pero si hay una tecnología disruptiva y de gran impacto en el futuro, ésta será la impresión 3D, que puede cam-
biar el modelo económico cuando el consumidor comience a fabricar sus propios objetos e incluso alimentos.
50
Ditrendia (Digital Market Trends), Informe Mobile en España y en el Mundo 2016. Resumen Ejecutivo: 2016.
reutilización de productos o preparación para la reutilización de productos desechados con especial interés,
canalizado a través de las entidades de la economía social, debe tener un papel cada vez más significativo. Medi-
das de apoyo a los centros y redes autorizados de recogida y reutilización promoverán la implantación real de
esta economía circular. Políticas en medio ambiente y políticas sociales interactúan nuevamente si incluimos
medidas que reduzcan las trabas administrativas para la donación de alimentos, lo que nos permitirá reducir el
desperdicio alimentario y poner en valor el trabajo realizado por las entidades sin ánimo de lucro.
También los nuevos modelos de negocio basados en la servitización, en combinación con tecnologías tales
como el internet de las cosas, abre un abanico de posibilidades para mejorar la eficiencia en el uso de los
materiales o la gestión del mantenimiento del producto, permitiendo alargar el final de su vida útil. Por ejem-
plo, gracias al internet de las cosas, equipos eléctricos domésticos pueden ajustar su consumo energético en
función de la oferta y demanda energética en la red.
51
http://estadisticas.tourspain.es/Webpartinformes/paginas/rsvisor.aspx?ruta=/Fichas%20Resumen/Estructura/Mensual/Ficha%20Resu-
men%20Mensual%20de%20Afiliacion%20Seguridad%20Social%20-%20Ref.708&par=1&idioma=es&mes=Noviembre&anio=2019
sociales y dispositivos móviles tienen una mayor participación. Hasta el momento, solo una pequeña fracción
de los consumidores ha desarrollado una sensibilidad ambiental frente a la demanda de productos más sos-
tenibles, si bien es una tendencia al alza. Por ello, algunas firmas ya están incorporando esta perspectiva a sus
procesos productivos, encaminando su proceso global de producción hacia un modelo más sostenible para
con la disposición de recursos del planeta (materiales, energéticos, hídricos, etc.) así como con la reducción de
las emisiones de gases efecto invernadero.
La necesidad de abordar la dimensión ambiental de este sector viene definida por las fuertes repercusiones
asociadas a la producción y consumo, pues el sector contribuye del 2 al 10 %52 del impacto ambiental del
consumo en Europa. Parte del impacto se produce fuera de nuestras fronteras, caracterizado por una alta
huella ambiental debida al uso intensivo del recurso hídrico y energético, y el empleo de una elevada cuantía
de productos químicos durante las diferentes fases del proceso de fabricación.
Los efectos ambientales de la industria de la moda se amplifican por su consumo intensivo. El 5 % del gasto
del hogar está dedicado a la compra de ropa y calzado en una proporción 80 %-20 %. En pocas décadas se ha
incrementado la cantidad de ropa adquirida en un 40 % debido en parte al acceso a mercados más asequibles
y a la rapidez de cambio de tendencias.
Además, este impacto se mantiene durante la fase de uso del producto con la liberación no intencionada de
microplásticos tras el paso de determinados textiles por nuestras lavadoras. A los consumidores nos queda
mucho por mejorar pues, a pesar del incremento en la generación de residuos como consecuencia de los
cambios de moda rápidos, tan solo la mitad de las ropas son destinadas a reutilización y reciclaje en el entorno
europeo, llegándose a reciclar tan solo el 1 %. España, con 6,6 kg persona/ año, junto con Italia u Holanda
somos de los países que desechamos mayor cantidad de ropa en el 2014. La Comisión53 estima que cada kilo
de ropa que es reutilizado o reciclado sin ser destinado a la incineración, evita la emisión de 3,17 kg de CO2.
No obstante, disponemos de ventajas para avanzar en las primeras etapas de la jerarquía de residuos, ya que
contamos con una desarrollada infraestructura de plataformas y empresas que aúnan la dimensión ambiental
y social para apostar por la reutilización de las prendas en un primer término, y, en su defecto, su valorización.
Del mismo modo, la perspectiva social no queda al margen de las agendas europeas que están deliberando
en las cadenas de valor de prendas sostenibles a través de la acción de desarrollo54, en este caso para mejorar
la responsabilidad social empresarial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el 2030 también fuera de
nuestras fronteras.
Con este afán de mejora, en términos de economía circular, a partir de 2025 será obligatorio disponer de un
esquema de recogida separada y gestión del residuo textil. Ya en 2024 la Comisión Europea deberá valorar
si será necesaria la inclusión de objetivos para la reutilización y reciclaje en este flujo de residuos. Sin duda, el
indirectamente, la adopción de objetivos más ambiciosos de recogida separada de envases, conllevará a un
aumento de recogida de aquellos materiales plásticos de mayor valor como el PET, lo que podría afectar a una
mayor disposición de materias primas secundarias para la fabricación de fibras acrílicas o de nylon, con una
huella hídrica menor durante su fabricación y unas menores necesidades energéticas durante su uso (menores
temperaturas durante el lavado y planchado).
En este nuevo paradigma, economía circular e innovación van de la mano para avanzar en la sostenibilidad, tam-
bién dentro de la gama de las fibras naturales, incluyendo aquellas cultivadas y producidas en nuestro territorio,
lo que está permitiendo trabajar con restos vegetales como la borra, las hojas de las piñas, etc., permitiendo
que fibras como el lyocell sean una realidad en nuestros armarios.
52
European Commission’s Joint Research Centre (JRC), the Environmental Impact of Products Study. 2006.
53
Comisión Europea, Waste management options and climate change, Oficina para la Publicación de Documentos Oficiales de la
Comunidades Europeas, 2001.
54
SWD(2017)147 Sustainable garment value chains through EU development action
POLÍTICAS PARA
EL CAMBIO
Políticas para el cambio
La compleja naturaleza de la transición hacia la economía circular –derivada de un necesario cambio estruc-
tural en los modelos de producción y consumo– implica que para la consecución de los fines y objetivos
descritos sea necesario incidir en la práctica totalidad de las políticas públicas que actualmente desarrollan los
gobiernos, tanto central como autonómicos y locales.
Así pues, es necesario desplegar una acción pública concertada bajo el liderazgo de los ministerios compe-
tentes en materias de medio ambiente, de economía, de industria y de innovación, y apoyada por aquellos
departamentos con responsabilidades en turismo, agricultura y alimentación, transportes, movilidad y agenda
urbana, sanidad, consumo, asuntos sociales y laborales, seguridad, formación y hacienda.
El objetivo inherente a la implicación de todos los ministerios es el de facilitar la progresiva introducción del
modelo de economía circular en cada una de sus áreas de acción, partiendo de la premisa de que es necesario
tener en cuenta a todos los agentes de la cadena de valor para conseguir resultados. Solo de este modo será
posible incorporar de manera eficaz un enfoque de circularidad en el conjunto de la sociedad (empresas, tra-
bajadores y consumidores) y hacer evolucionar nuestra economía hacia el nuevo modelo.
La elaboración, implementación y ejecución de la Estrategia de Economía Circular exige que todos los respon-
sables de las políticas públicas adopten el nuevo modelo en su ámbito de actuación, señalando y definiendo los
instrumentos y herramientas necesarias para la transición hacia la economía circular, así como los cauces y meca-
nismos imprescindibles para mantener una comunicación constante y estratégica con el resto de los agentes.
Las políticas que se describen a continuación habrán de utilizar los diferentes instrumentos posibles para
potenciar la economía circular. Los instrumentos normativos, económicos, de investigación, desarrollo e inno-
vación, y de participación y sensibilización, deberán estar diseñados en el marco de un plan y habrán de ser
utilizados de forma que se logre la mayor eficacia y eficiencia. Ello, en muchos casos, implicará que deberán
actuar conjunta y complementariamente para la resolución de los problemas ambientales, industriales y socia-
les simultáneamente.
Política económica
Existen instrumentos económicos, imprescindibles para orientar la producción, el consumo de productos
y servicios y la gestión de los residuos hacia parámetros más sostenibles en un contexto de voluntariedad,
modelos a menudo incipientes o en crecimiento, que requieren de apoyo y acompañamiento hasta alcanzar un
cierto grado de madurez. Este tipo de instrumentos podrán estar vinculados a un plan o programa y podrán
realizarse a través de cualquiera de las fórmulas previstas en la legislación: créditos, ayudas económicas reem-
bolsables, subvenciones, etc.
No puede dejar de mencionarse, a este respecto, la reciente aprobación del paquete normativo sobre finan-
zas sostenibles de la UE, que comprende un conjunto de normas llamadas a orientar la actividad financiera
hacia actividades que contribuyan a un modelo de crecimiento más respetuoso con el medio y eficiente en el
uso de los recursos.
Por último, esta política queda reforzada por el poder de la contratación pública ecológica como ya ha
quedado reseñado por las autoridades europeas al destacar que afecta al 14 % del PIB en la UE. A imagen
del proceso público, las grandes corporaciones dentro de sus esquemas de responsabilidad empresarial están
iniciando la introducción de criterios ambientales en sus propios procesos de contratación, convirtiéndose, a
la postre, igualmente, en cabezas tractoras en la adopción de una economía circular.
En los procesos de contratación, las medidas voluntarias a través de estándares o sistemas voluntarios de cer-
tificación que mejoran la sostenibilidad de los productos o la gestión empresarial se configuran también como
herramientas indispensables en la medida en que se consideran como criterios de valoración o adjudicación,
debiéndose aplicar con la máxima objetividad para determinar la bonanza del producto o servicio a contratar.
Por último, la introducción de criterios ambientales en la elaboración de los Presupuestos Generales del
Estado puede constituir también una herramienta de calado para contribuir a reorientar las políticas públicas
hacia el impulso de la economía circular.
Fiscalidad
La política fiscal y sus instrumentos derivados constituyen medios eficientes y eficaces para alcanzar unos obje-
tivos ambientales cada vez más exigentes y resolver las problemáticas detectadas en las agendas sectoriales,
especialmente a raíz de las modificaciones normativas a introducir por la aplicación del paquete de economía
circular en materia de residuos.
En este sentido, desde la perspectiva ambiental, se considera que gravar la contaminación, el uso excesivo de
recursos o la mala gestión de los residuos puede redundar no solo en ingresos para el erario público, sino
también en la protección y restauración del medio ambiente, al incentivar conductas favorables en cuanto al
uso de recursos, la generación de residuos y su tratamiento.
La política fiscal en España dispone de un gran margen de desarrollo pues es uno de los Estados miembros
con menor presión fiscal al medio ambiente en relación a su PIB, siendo este ratio del 1.86 % frente a la
media europea del 2.44 %55. Por ello, es plausible la aplicación de impuestos finalistas a las opciones de gestión
situadas en los escalones más bajos de la jerarquía de residuos, como son el depósito en vertedero o la inci-
neración. Para ser más efectivos, la recaudación obtenida se debería destinar a priorizar las primeras opciones:
prevención, nuevas recogidas separadas y la preparación para la reutilización y el reciclado.
Igualmente, medidas fiscales adecuadas, pueden jugar un papel relevante y ayudar a la mejora en la eficiencia
en el uso de los materiales, la prevención de la generación de residuos, en especial el desperdicio alimentario,
la promoción de productos preparados para la reutilización o con un mejor comportamiento ambiental en lo
que respecta a la economía circular, de forma que para el año 2030 se alcance los objetivos de esta Estrategia.
Por otro lado, la actual fragmentación del tratamiento fiscal, fundamentalmente en materia de residuos, invita
al denominado “turismo de residuos”, dando lugar a un incremento del traslado de residuos hacia las comuni-
dades donde no existen impuestos al vertido, o a aquellas en las que el coste es más bajo, lo que genera una
mayor emisión de gases de efecto invernadero, incrementa el riesgo de accidente medioambiental y favorece
el uso de prácticas ilegales.
Además, “la falta de armonización o de una mínima coordinación incrementa los costes indirectos para los contribu-
yentes… y muchos de ellos resultan inadecuados para conseguir fines medioambientales y presentan una mínima
capacidad recaudatoria para las comunidades autónomas, al tiempo que resultan muy gravosos para los escasos
sujetos pasivos afectados”56. Avanzar hacia impuestos en todas las CC.AA., con el mayor grado de armonización
en todo el territorio, corregiría las problemáticas detectadas, a la vez que puede reportar a las administraciones
ingresos para abordar las nuevas obligaciones en materia de recogida separada y reciclado.
Empleo y formación
La economía circular, por otro lado, ofrece oportunidades en el marco de la actividad y empleo a los futuros
trabajadores del mañana, como se ha venido señalando. El abandono de la economía lineal por una circu-
lar supondrá cambios en los modelos productivos y de consumo, lo que sin duda afectará a determinados
empleos. Por ello, para lograr una transición justa hacia el modelo circular, es necesario acompañar a los actua-
les trabajadores para que adapten sus conocimientos y cualificaciones a este novedoso patrón económico.
Por tanto, habrán de adoptarse diversas medidas desde el ámbito público para favorecer y acompañar este
proceso de “enverdecimiento” del empleo.
En este sentido, el reto es preparar el mercado de trabajo para la transición a una economía circular y baja en
emisiones desde diferentes enfoques:
55
Revisión de la aplicación de la política ambiental. Informe España. Comisión Europea. 2019.
56
Recomendación del Consejo relativa al Programa Nacional de Reformas de 2013 de España y por la que se emite un dictamen del
Consejo sobre el Programa de Estabilidad de España para 2012-2016.
• Adaptando las capacidades y habilidades de los trabajadores a las nuevas demandas del mercado de
trabajo a través de un adecuado sistema de formación profesional en los ámbitos educativo y para el
empleo, así como de las políticas activas del mercado de trabajo.
• Mejorando la información disponible para individuos, empresas y el conjunto de la sociedad sobre técnicas
y buenas prácticas que impulsen la economía circular desde la perspectiva de la responsabilidad social
empresarial.
• Impulsando la adaptación en las empresas de las normas de seguridad e higiene en el trabajo a los posibles
cambios que conlleve la transición hacia una economía más verde.
Estas actuaciones se pueden integrar adecuadamente en las herramientas de las que ya se dispone, como
ejemplo el Programa Empleaverde o la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven.
Investigación e innovación
Las políticas de investigación, innovación y competitividad se han de poner al servicio de la adquisición, desa-
rrollo y aplicación de competencias del conocimiento en tecnologías e innovación de procesos, servicios y
modelos de negocio. A este respecto, es importante impulsar la financiación pública de la investigación, la
colaboración público-privada y favorecer la inversión empresarial en I+D+i y el acceso directo a instrumentos
financieros como préstamos, subvenciones y capital riesgo que impulse la creación de empresas de base tec-
nológica, permitiendo así la generación de un valor añadido al global de la economía española, incrementando
su competitividad interna y también la de sus exportaciones.
En este sentido, debe destacarse también la importancia de la compra pública de innovación (CPI) como
herramienta de las administraciones públicas para la búsqueda de soluciones innovadoras (productos, servicios,
procesos, etc.) que den respuesta a retos colectivos de diversa naturaleza, entre ellos los relacionados con el
despliegue de la economía circular y otros desafíos ambientales, para los que no resulten adecuadas y/o sufi-
cientes las ofertas tecnológicas existentes en el mercado en un determinado momento.
Entre los principales instrumentos existentes cabe destacar el Programa Estatal de I+D+i Orientada a los
Retos de la Sociedad dentro del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación (2017/2020)57
al que pertenecen “Retos de Investigación”58 y “Retos Colaboración”59.
Por otra parte, incentivar la innovación a través de la fiscalidad potencia las medidas de colaboración públi-
co-privadas en materia de innovación. Si hacemos un análisis retrospectivo para España todas nuestras
regiones presentan inversiones a la innovación moderadas, a excepción del País Vasco, según la European
Innovation Scoreboard,. Además, y teniendo en consideración la tipología del tejido empresarial español, la
orientación de dichas medidas hacia las PYMES, puede incrementar el número de ellas que apuestan por la
ecoinnovación.
Consumo
La economía circular no podrá ser efectiva si el consumidor no adquiere una posición relevante. Para ello, es
necesario que sea conocedor de los efectos ambientales y de salud pública de los nuevos productos y servi-
cios. La información al consumidor es fundamental. Así, el consumidor debe ser capaz de conocer en qué
medida los sistemas y procesos productivos promueven la sostenibilidad de los recursos naturales, favorecen
una utilización eficiente de los mismos y garantizan la preservación de la biodiversidad. Pero también requerirá
57
http://www.ciencia.gob.es/por tal/site/MICINN/menuitem.d20caeda35a0c5dc7c68b11001432ea0/?vgnextoid=33f85656ecfee-
310VgnVCM1000001d04140aRCRD.
58
Ayudas para el desarrollo de actividades de I+D+i de gran potencial para la generación de conocimientos, tecnologías e innovacio-
nes de carácter multidisciplinar, tanto incremental como disruptivas, liderados por equipos de investigación.
59
Proyectos de I+D+i de colaboración público-privada.
de información adecuada para que la introducción de materias primas secundarias, especialmente si se trata de
sustancias químicas con determinados niveles de riesgo, se realice bajo estándares que garanticen la protección
de la salud y el medioambiente.
Así, en una economía de uso eficiente de los recursos y promoción de las materias primas secundarias, el
etiquetado cobra una vez más un papel esencial, como instrumento de comunicación de la sostenibilidad y
seguridad del producto hacia el consumidor.
Paralelamente es necesario fortalecer el papel del consumidor a través de la educación y sensibilización
para que sepa apreciar y discernir entre los productos y servicios que respeten el medio ambiente y garanticen
la protección a la salud.
En este contexto, el consumidor tiene tres grandes desafíos por delante: aprender a comprar o utilizar servi-
cios con criterios que vayan más allá de autosatisfacer sus propias necesidades o requerimientos; aprender a
utilizar los productos e insumos de forma coherente con la disponibilidad de recursos; y aprender a desechar,
no bajo el canon tradicional de usar y tirar sino según patrones de sostenibilidad, separando y depositando
adecuadamente los residuos.
En primer lugar, el consumidor tiene que consumir productos y servicios teniendo en cuenta la opción de
compra que lleva a cabo, no solo el precio o calidad, sino también criterios de sostenibilidad. E incluso, como
consumidores, tenemos la oportunidad de avanzar a nuevos modelos económicos más disruptivos basados en
el consumo de servicios en lugar de consumir productos. En este sentido, uno de los instrumentos a potenciar
es la etiqueta ecológica de los productos.
En segundo lugar, utilizar nuestros alimentos y enseres sosteniblemente, para reducir el desperdicio alimentario,
el gasto energético e hídrico y el abuso de la extracción de recursos. Aquí la reparación, adaptabilidad o la
actualización deben ser opciones disponibles para el consumidor a precios razonables para que este pueda
elegirlas frente a la compra de un nuevo producto.
Y por último, gestionando sus residuos en el origen, en nuestros hogares, optando en primer lugar por una
correcta separación que permitan la preparación para la reutilización y el reciclaje de alta calidad. Separar
adecuadamente los residuos, reducirá los materiales impropios presentes en las fracciones de nuestros cubos
de basura, pero también reducirá la fracción residual de residuos difícilmente reciclables.Todo ello no solo será
clave para alcanzar los objetivos de la nueva normativa europea de residuos sino que también permitirá una
mayor eficiencia en el reciclado y una mayor calidad del material reciclado. En los próximos años veremos
cómo se modifica la gestión de los residuos municipales, que tienen un alto potencial de mejora: los ayunta-
mientos españoles que no lo han hecho ya, incorporarán nuevas fracciones de recogida separada, por ejemplo
para biorresiduos y textiles, entre otros.
Por ello, dentro de este ámbito de actuación se incluyen las actividades, programas y eventos destinados a
centros de educación primaria y secundaria y otros centros académicos, dedicados al fomento de una cultura
y sociedad responsables en economía circular a una edad temprana.
Junto con este tipo de actuaciones, la realización de campañas de información y concienciación en distintos
medios (físicos o telemáticos) orientadas hacia grupos específicos de población (consumidores) o hacia pro-
ductos específicos (reciclado de baterías, dispositivos móviles…) resultan clave para el avance en economía
circular.
Por último, estas iniciativas de sensibilización han de involucrar también, de modo activo, al sector privado. Un
buen ejemplo es el Pacto por una Economía Circular, suscrito en septiembre de 2017. Se trata de un com-
promiso voluntario en formato de decálogo que fomenta la colaboración y la coordinación entre los agentes
económicos y sociales y las administraciones públicas con objeto de hacer frente, de forma común, a los retos
medioambientales, económicos y tecnológicos a los que nos enfrentamos; y, a la vez, aprovechar las oportu-
nidades que se derivan de este cambio de paradigma para el crecimiento económico y el bienestar social en
la transición hacia una economía circular. Inicialmente fue suscrito únicamente por 55 entidades, pero en la
actualidad el número ha crecido hasta alcanzar más de 350.
Política industrial
La política industrial española cuenta con un elemento útil para impulsar el cambio de modelo: las agendas
sectoriales. Las agendas sectoriales constituyen documentos estratégicos de orientación de diversos secto-
res para mejorar su competitividad, sin desconocer la dimensión social y ambiental. La inclusión de premisas
ambientales en las agendas favorece una respuesta unificada y ordenada de todo un sector para resolver
problemáticas concretas, permitiendo el avance conjunto y haciendo frente a la competencia desleal. Las agen-
das sectoriales deben incluir el enfoque de circularidad como un elemento central para ganar en eficiencia y
reducir el impacto ambiental de la actividad económica.
El sector público tiene una posición privilegiada para desarrollar plataformas de cooperación con asociaciones
industriales dispuestas a adquirir compromisos voluntarios para alcanzar resultados relativos a una mayor efi-
ciencia en la utilización de los recursos materiales y en la reducción de externalidades negativas. Dichas plata-
formas pueden servir a la industria española para, entre otros aspectos, anticiparse a los desarrollos legislativos
en materia de productos, desarrollar estrategias intersectoriales de economía circular e impulsar inversiones
de simbiosis industrial. En dichas plataformas juegan un papel esencial centros tecnológicos que están en per-
manente contacto con empresas de muy diversos sectores y que actúan de interfase entre la industria y las
autoridades competentes en materia industrial.
La innovación aplicada en el ámbito empresarial, junto con la introducción paulatina de objetivos ambientales
dentro de las estrategias empresariales, se encuentra estrechamente ligada a una política industrial enfocada a
la circularidad. Mantener el valor de los productos en el transcurso del tiempo es una pieza clave de la econo-
mía circular, y por ello es primordial apostar por políticas industriales sustentadas en el ecodiseño. Un buen
diseño puede reducir en término medio el 80 % de los impactos ambientales de un producto, dependiendo
del sector.
Un diseño inteligente de los bienes que producimos contribuye a minorar los impactos en el consumo de
recursos no solo durante la fase de uso sino también al final de su vida útil, procurando maximizar la recupe-
ración de los materiales con el menor impacto sobre el medio ambiente o la salud humana.Y la recuperación
de materiales, a su vez, abre la puerta a mejoras en la eficiencia, reducción de costes y refuerzo de la compe-
titividad de nuestra industria.
Asimismo, conseguir una mayor competitividad y presencia en un mercado global más exigente requiere mejo-
ras continuas de los procesos productivos en términos de sostenibilidad económica y ambiental. Sin duda,
el retorno de estas inversiones equivale a mejorar la productividad incrementando la eficiencia, a reducir los
costes unitarios de producción; así como a incrementar la calidad y seguridad de los productos resultantes y la
seguridad con los trabajadores en las plantas industriales.
En algunos casos, para promover la circularidad en la política industrial, se ha de regular el acceso al mercado
de productos y servicios, permitiendo únicamente la comercialización de aquéllos que cumplen unos criterios
mínimos de comportamiento ambiental y de salud pública. Por ejemplo, para garantizar la salud humana y de los
ecosistemas, se restringe la introducción de determinadas sustancias, productos y servicios en el mercado, dis-
criminando aquellos que no cumplen con unos parámetros mínimos de calidad, salubridad e higiene, o se inclu-
yen parámetros ambientales como por ejemplo los recogidos en la directiva de ecodiseño60, el reglamento de
etiquetado energético61, la directiva sobre restricciones a la utilización de determinadas sustancias peligrosas en
aparatos eléctricos y electrónicos o la directiva recientemente adoptada sobre plásticos de un solo uso, entre
otras. Además, las normativas en materia de residuos pretenden mejorar la gestión de los mismos mediante la
aplicación del principio de jerarquía y el establecimiento de objetivos en materia de gestión de residuos.
En esta línea, el primer paquete de economía circular de la UE ha impulsado la modificación de numerosas direc-
tivas, comenzando por el ámbito de la política de residuos, e intenta clarificar su interfaz con las políticas de pro-
ductos o sustancias químicas. Este paquete normativo deberá ser adecuadamente traspuesto al ordenamiento
60
Directiva 2009/125/CE por la que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los
productos relacionados con la energía.
61
Reglamento (UE) 2017/1369, por el que se establece un marco para el etiquetado energético.
jurídico español62 y habrá de constituir una pieza clave en la apuesta por la economía circular junto con la nueva
Política Marco de Productos Sostenibles de la Unión Europea o la nueva Estrategia Industrial para Europa.
Agua
Teniendo en cuenta la importancia de la depuración de las aguas residuales para poder cerrar el ciclo del agua,
se hace necesario continuar con los trabajos de desarrollo del Plan Nacional de Depuración, Saneamiento,
Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR), con el objeto de revisar las estrategias de actuación del
Gobierno, y en coordinación con las administraciones y los sectores interesados en la materia y la adopción
de las medidas más apropiadas.
Complementariamente al plan se ha de abordar la innovación y la transferencia tecnológica en el sector del
agua, ya que incide además sobre otros objetivos de gobernanza, como son principalmente la eficiencia ener-
gética e integral de las plantas de tratamiento y reutilización.
Por otro lado, se ha de potenciar el consumo de agua potable “de grifo”, frente al agua embotellada. El uso de
agua para consumo urbano ofrece hoy un alto grado de seguridad para la salud humana. Con las disposiciones
normativas en marcha, el agua del grifo ofrece garantías de seguridad en la práctica totalidad del territorio
español en los lugares públicos, permitiendo de este modo la reducción del empleo de botellas de plástico.
La nueva Directiva de agua potable, que tendrá que incorporarse a la normativa española, contempla medidas
tendentes a favorecer el consumo de agua de grifo. Adicionalmente, aborda la reducción de la presencia de
microplásticos en el agua potable. Es importante mejorar el conocimiento del impacto que los microplásticos
tienen sobre las masas de agua, lo cual requiere más investigación para mejorar nuestra comprensión de las
fuentes y los impactos de los microplásticos y desarrollar soluciones innovadoras que eviten su diseminación,
como formas de mejorar la captura de microplásticos en las plantas de tratamiento de aguas residuales, así
como medidas específicas para cada fuente.
Finalmente, un área que ha de explorarse es el establecimiento de una adecuada metodología de contabilidad
del agua para contribuir a la elaboración de indicadores que permitan cuantificar el grado de circularidad de la
economía en términos no financieros, así como una mejor definición de criterios para la contratación pública
ecológica en el sector de la depuración de aguas residuales.
62
Reglamento (UE) 2017/1369, por el que se establece un marco para el etiquetado energético, Directiva (UE) 2018/851 por la
que se modifica la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos, Directiva (UE) 2018/852 por la que se modifica la Directiva 94/62/
CE relativa a los envases y residuos de envases, Directiva (UE) 2018/850 por la que se modifica la Directiva 1999/31/CE relativa al
vertido de residuos.
MODELO ORGANIZATIVO
DE LA ESTRATEGIA DE
ECONOMÍA CIRCULAR
Modelo organizativo de la estrategia de economía circular
La economía circular propugna un nuevo paradigma en base a una modificación del modelo productivo y de
consumo, por lo que tiene un marcado carácter transversal que afecta a políticas de diversa índole, no que-
dando circunscrita a una única unidad o Ministerio. Es por ello que este enfoque multidisciplinar e inclusivo de
la Estrategia requiere incorporar la perspectiva de diferentes administraciones y unidades, con el objeto de
mantener una visión completa y transversal en las políticas sectoriales implicadas.
Así pues, el modelo de gobernanza propuesto abarca los tres niveles administrativos, comenzando por la
Administración General del Estado, coordinadora de la actividad económica e impulsora de la protección del
medio ambiente a través de la normativa básica, que se completa con la actividad legisladora adicional y las
competencias de gestión de las comunidades autónomas y la consideración de las entidades locales como
gestoras últimas de muchas de las actividades que inciden directamente en la economía circular.
Por último, se plantea que la gobernanza que propone esta Estrategia se cierre con un Consejo de Econo-
mía Circular, como espacio de colaboración público-privada con todos los agentes económicos y sociales
implicados en el cambio de modelo y en el que puedan participar también las personas expertas del mundo
académico que lleven a cabo un análisis crítico y formulen propuestas que orienten instrumentos y medidas
al servicio de la economía circular.
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Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Ministerio de Política Territorial y Función Pública,
Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Democrático, Ministerio de Transporte,
Movilidad y Agenda Urbana, Ministerio de Ciencia e Innovación, Ministerio de Hacienda, Ministerio de Sanidad, Ministerio de Con-
sumo, Ministerio de Igualdad, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ministerio de Trabajo y Economía Social, Ministerio de
Asuntos Económicos y Transformación Digital, Ministerio de Interior, Ministerio de Educación y Formación Profesional, Ministerio
de Universidades.
MECANISMOS E
INDICADORES DE
SEGUIMIENTO Y
DE EVALUACIÓN
Mecanismos e indicadores de seguimiento y de evaluación
Contexto
Para evaluar los avances hacia la economía circular, es necesario establecer los mecanismos de seguimiento,
monitorización y evaluación de la Estrategia. Para ello, los indicadores que se seleccionen deberán reflejar
principalmente las tendencias relativas a la preservación del valor económico de los productos, materiales y
recursos, así como las tendencias relativas a la generación de residuos y otros impactos ambientales como la
emisión de gases de efecto invernadero. Al no disponer de un único indicador que muestre la circularidad, es
necesario emplear un conjunto de indicadores que muestren la complejidad y múltiples dimensiones de esta
materia.
Por su parte, la Comunicación COM (2018) 29 final sobre el marco de seguimiento para la economía cir-
cular, publicada el 16 de enero de 2018 por la Comisión Europea, tiene por objeto establecer un marco de
seguimiento que, a la luz de los resultados obtenidos, valore si se han adoptado las medidas suficientes o si es
necesario establecer nuevas prioridades para avanzar hacia la economía circular. Por tanto, es también necesa-
rio contar con indicadores para dar adecuada respuesta a esta exigencia.
Pues bien, este marco es de aplicación a España, y por tanto, es el que se utilizará para valorar dichos avances
en materia de economía circular en nuestro país y comparar los avances que realicen sector productivo y con-
sumidores con respecto al resto de países del entorno europeo, los cuales serán el resultado de la aplicación
de las políticas públicas, la adopción de los principios de sostenibilidad y “circularidad” por parte del sector
productivo y la selección de productos y servicios considerando criterios de sostenibilidad por los consumi-
dores. En definitiva, se valorará el comportamiento de toda la sociedad en su conjunto en su progreso hacia la
implantación de la economía circular.
Los criterios de selección de los indicadores son la pertinencia, la aceptación, la credibilidad, la facilidad de uso
y la solidez, teniendo en cuenta, también otros aspectos tales como la disponibilidad de información, limitar la
carga administrativa y el incremento del coste presupuestario asociado a una nueva recogida de datos.
La configuración del marco de seguimiento, monitorización y evaluación indicado en la Comunicación COM
(2018) 29 se basa en diez indicadores clave significativos agrupados en cuatro etapas y aspectos de la econo-
mía circular: 1) producción y consumo, 2) gestión de los residuos, 3) materias primas secundarias y 4) compe-
titividad e innovación.
Si bien los indicadores seleccionados proporcionan una visión de conjunto, también recogen información de
aquellas medidas que actúan como palanca para impulsar la transición hacia una economía circular. La infor-
mación disponible actualmente en muchos casos es incompleta y faltan datos de referencia. Es por ello que, a
nivel europeo, se está trabajando en disponer de una metodología común y consensuada que mejore la calidad
de los datos estadísticos y permita estudiar la progresión de los mismos para evaluar las políticas y medidas
aplicadas dentro de un país o permitir comparar con las tomadas en el resto de los países europeos. En este
sentido, se está trabajando en disponer de un indicador adecuado que muestre el grado de penetración de
la contratación pública ecológica, los niveles de desperdicio alimentario o que armonice los métodos para el
cálculo de las tasas de reciclaje.
Indicadores
En este marco, los indicadores europeos, que se emplearán también para evaluar la implantación de esta Estra-
tegia, son los siguientes:
Producción y consumo
• Autosuficiencia en materias primas: Este indicador muestra el grado de dependencia respecto a mer-
cados externos en relación con el suministro de las materias primas, siendo especialmente significativo en
el caso de las materias primas críticas, materias que por su uso en la economía, su aplicación en dispositi-
vos tecnológicos, su disposición natural en entornos geopolíticamente inestables y su déficit como recurso
natural en el territorio europeo provoca una debilidad estructural de la economía europea.
• Contratación pública ecológica: En la transición hacia una economía circular, el prescriptor y el con-
sumidor se erigen como piezas clave, pues su capacidad de decisión en la compra condiciona el modelo
productivo hacia productos sostenibles y circulares. Las administraciones no solo actúan como modelos a
imitar, sino que junto con las grandes corporaciones se alzan como cabezas tractoras para la conversión
hacia un modelo económico sostenible que transciende a todo tipo de proveedores de la cadena de
producción.
• Generación de residuos: La filosofía de la política de residuos descansa en la jerarquía de residuos, y en
primer plano prioriza limitar la generación de residuos, lo que implica mantener el valor de los materia-
les el mayor tiempo posible. En este sentido las políticas tendentes al alargamiento de la vida útil de los
productos, a la reutilización y a cambios en los modelos de consumo, claramente contribuirán a reducir la
generación de residuos.
• Residuos alimentarios generados: La producción de alimentos no está exenta de provocar afecciones
al medio ambiente, ya que es necesario utilizar recursos naturales, muchos de ellos con una disposición
limitada en el espacio y en el tiempo y en competencia continua con otros usos y afecciones. Y conjun-
tamente es necesario alimentar en cantidad adecuada y calidad a una población mundial en continuo
crecimiento, lo que conlleva limitar la generación de residuos procedentes de alimentos y reducir el des-
perdicio alimentario para evitar la sobre explotación de recursos.
Gestión de residuos
• Tasas globales de reciclaje: La disposición de residuos municipales en vertederos o su eliminación por
incineración supone la pérdida de cuantiosas materias primas que pueden reintroducirse nuevamente
en el proceso productivo. Así pues, la preparación para la reutilización de productos desechados que
pueden volver a reacondicionarse alargando la vida útil de los productos y el reciclaje se torna como un
yacimiento secundario que evita la sobreexplotación de los actuales recursos o la búsqueda de materiales
alternativos, lo cual provocaría nuevos impactos al medio ambiente.
• Tasas de reciclado específicas de flujos de residuos: Resulta interesante pormenorizar el grado de
reciclaje por tipología de material o residuo, diferenciando aquellos materiales de los que resulte intere-
sante su seguimiento por motivos varios como es su viabilidad para el reciclaje, su presencia masiva en los
mercados, sus efectos ambientales, etc.
Competitividad e innovación
• Inversiones privadas, empleo y valor añadido bruto: Determina el peso de la economía circular en el
conjunto de la economía, valorando la transcendencia de la misma y orientando medidas e instrumentos
para afianzar las políticas en economía circular.
• Patentes relacionadas con la gestión de residuos: La utilización de materias primas secundarias
viables técnica, económica y ambientalmente solo será posible a través de la investigación aplicada y la
innovación con soluciones escalables y comerciales.
Por tanto, la medición de los avances que se realicen en materia de economía circular en la sociedad española
se reflejará en el resultado de los indicadores seleccionados a nivel europeo, los cuales quedan concretados
en el anexo II.
CO2
N2O
Competitividad Emisión de
e innovación Gases de Efecto
Invernadero
Evaluación
El MITERD, con carácter trienal, en el seno del Comité de Dirección, promoverá la realización de una eva-
luación de resultados, efectos e impacto de la Estrategia de Economía Circular y de los planes de acción de
economía circular, si bien la primera evaluación se hará una vez finalice el Primer Plan de Acción.
En todo caso, se coordinará la realización de estas evaluaciones con las actualizaciones de los Planes de Acción,
de manera que durante la revisión, actualización o nueva elaboración del siguiente plan de acción se disponga
de información suficiente sobre los resultados, efectos e impactos en materia de economía circular.
ACTUACIONES
AUTONÓMICAS
EN ECONOMÍA
CIRCULAR
Anexo 1
INDICADORES DE
SEGUIMIENTO Y
DE EVALUACIÓN
DE LA ESTRATEGIA
DE ECONOMÍA
CIRCULAR
anexo 1I
Valor más
N.º Indicador Unidad Fuente de datos Frecuencia Año inicial Último año reciente para
España
Producción y consumo
00 Consumo Nacional de Materiales Mt INE Anual 2008 2018 422.974,6
Autosuficiencia en la producción de European Commission
01 % (masa) - 2015 2016 -
materiales primas críticas en la UE DG GROW
02 Contratación Pública Ecológica N.º, € European Commission - - - -
03 Generación de residuos
Generación de residuos municipales por
03.1 Kg/ hab Eurostat Anual 2004 2018 475
persona
Generación de residuos (sin considerar los
03.2 residuos procedentes de residuos minerales) Kg/ € Eurostat Bienal 2004 2016 62*
respecto al PIB
Generación de residuos (sin considerar
los residuos procedentes de residuos
03.3 % (masa) Eurostat Bienal 2004 2016 17,2
minerales) respecto al consumo doméstico
de materiales
04 Desperdicio alimentario t Eurostat - - - -
Valor más
N.º Indicador Unidad Fuente de datos Frecuencia Año inicial Último año reciente para
España
Gestión de residuos
Preparación para la reutilización
05 Preparación de la reutilización % SIG Anual 2017
06. Tasas de reciclaje
06.1 Tasa de reciclado de residuos municiaples % (t) Eurostat Anual 2004 2018 35
Tasa de reciclado de residuos excluyendo
06.2 % (t) Eurostat Bienal 2010 2016 46
residuos minerales
07. Valorización/Reciclaje por flujos de residuos
07.1 Tasa de reciclado de residuos de envases % (t) Eurostat Anual 2000 2017 68,5
Tasa de reciclado de residuos de envases
07.2 % (t) Eurostat Anual 2000 2017 47,9
plásticos
Tasa de reciclado de residuos de envases de
07.3 % (t) Eurostat Anual 2000 2017 67,5
madera
Tasa de reciclado de residuos de aparatos
07.4 % (masa) Eurostat Anual 2008 2017 41
eléctricos y electrónicos
07.5 Tasa de reciclado de residuos orgánicos KG/ hab Eurostat Anual 2000 2017 84**
Tasa de reciclado de residuos de la
07.6 Eurostat Bienal 2010 2016 79
construcción y demolición
Valor más
N.º Indicador Unidad Fuente de datos Frecuencia Año inicial Último año reciente para
España
Materias primas secundarias
08. Contribución de materiales reciclados a la demanda de materias primas
Tasas de reciclaje de residuos de productos European Commission
08.1 % - 2016 2016 -
al final de su vida útil DG GROW
08.2 Tasa de material circular % Eurostat Anual 2017 7,4**
09. Comercio de materias primas recicladas
09.1 Importaciones de terceros países Eurostat Anual 2004 2016 668.219
09.2 Exportaciones a terceros países Eurostat Anual 2004 2016 1.317.559
09.3 Importaciones intracomunitarias Eurostat Anual 2004 2016 5,435,184
09.4 Exportaciones intracomunitarias Eurostat Anual 2004 2016 796.630
Competitividad e Innovación
10. Inversiones privadas, empleo, valor añadido bruto relativo a los sectores de la economía circular
10.1 Inversiones brutas en bienes tangibles % Eurostat Anual 2008 2017 0,1
10.2 N.º empleos % Eurostat Anual 2008 2017 2,04
10.3 Valor añadido al coste de los factores % Eurostat Anual 2008 2017 1,05
Patentes relacionadas con el reciclaje y
European Commission
11 las materias primas secundarias como N.º Anual 2008 2015 19,82
Joint Research Centre
representación de la innovación
Cambio Climático
12. Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero
Contribución de gases de efecto invernadero CO2eq
12.1 MITERD Anual 1990 2018 13.471
en el sector residuos (kt)
Agenda 21
Programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) relacionado con el desarrollo sostenible. Presenta
un conjunto exhaustivo de acciones globales, nacionales y locales dirigidas a las organizaciones de la ONU, los
gobiernos y grupos destacados en todos los ámbitos en los que la acción humana afecta al medio ambiente.
En la Conferencia Río+20 de 2012 los líderes mundiales reafirmaron su compromiso con la Agenda 21.
Bioeconomía
Conjunto de las actividades económicas que obtienen productos y servicios, generando valor económico,
utilizando, como elementos fundamentales los recursos de origen biológico, de manera eficiente y sostenible.
Su objetivo es la producción y comercialización de alimentos, así como productos forestales, bioproductos y
bioenergía, obtenidos mediante transformaciones físicas, químicas, bioquímicas o biológicas de la materia orgá-
nica no destinada al consumo humano o animal y que impliquen procesos respetuosos con el medio, así como
el desarrollo de los entornos rurales.
Biocapacidad
Capacidad de un territorio biológicamente productivo para generar un abastecimiento regular de recursos
renovables y absorber los desechos resultantes de su consumo. Si la huella ecológica de una región supera su
capacidad biológica, quiere decir que se está usando de manera no sostenible.
Ecolabel65
Instrumento para promover productos que puedan reducir los efectos ambientales adversos, en comparación
con otros productos de su misma categoría, contribuyendo así a un uso eficaz de los recursos y a un elevado
nivel de protección del medio ambiente.
Economía circular
Es aquella en la que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantienen en la economía
durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduce al mínimo la generación de residuos, lo que constituye
una contribución esencial a los esfuerzos de la UE encaminados a lograr una economía sostenible, descarboni-
zada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva.
64
https://europa.eu/youreurope/business/environment/eco-design/index_es.htm
65
https://europa.eu/youreurope/business/environment/eco-label/index_es.htm.
http://www.mapama.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/etiqueta-ecologica-de-la-union-europea/etiqueta-ecologi-
ca-europea/que_es.aspx
Huella ambiental
Parámetro multicriterio, basado en el análisis del ciclo de vida, que permite comparar dos productos en rela-
ción a un modelo de economía circular.
Huella de carbono
Cuantifica las emisiones de gases de efecto invernadero que son liberados a la atmósfera como consecuencia
de una actividad determinada, bien sea la actividad necesaria para la fabricación de un producto, para la pres-
tación de un servicio, o para el funcionamiento de una organización.
Huella ecológica66
Indicador que permite calcular el consumo de recursos y las necesidades de absorción de residuos de una
entidad determinada, como la población humana, una economía, un edificio o un producto, en relación con las
tierras productivas correspondientes.
Jerarquía de residuos
Orden de prelación de los tratamientos a realizar en materia de prevención y gestión de residuos para obtener
un mejor resultado ambiental, siendo de prioridad de mayor a menor: la prevención, la preparación para la
reutilización, el reciclado, otro tipo de valorización (incluida la energética), y la eliminación.
Reciclado
Toda operación de valorización mediante la cual los materiales de residuos son transformados de nuevo en
productos, materiales o sustancias, tanto si es con la finalidad original como con cualquier otra finalidad. Incluye
la transformación del material orgánico, pero no la valorización energética ni la transformación en materiales
que se vayan a usar como combustibles o para operaciones de relleno.
Residuo
Cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar.
66
http://www.mapama.gob.es/es/ceneam/exposiciones-del-ceneam/exposiciones-itinerantes/huella-ecologica/default.aspx
67
http://www.fao.org/nr/water/aquastat/data/glossary/search.html
Simbiosis industrial
Estrategia empresarial que consiste en conectar varias industrias con objeto de reducir la necesidad de mate-
rias primas vírgenes y la eliminación de residuos, cerrando así el circuito del material, una característica funda-
mental de la economía circular y un motor para el crecimiento verde y soluciones eco-innovadoras. También
puede reducir las emisiones y el uso de energía y crear nuevos flujos de ingresos.
Subproducto
Sustancia u objeto, resultante de un proceso de producción, cuya finalidad primaria no sea la producción de esa
sustancia u objeto y cumpla con las definiciones enmarcadas de la normativa vigente en materia de residuos.
Valorización
Cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros
materiales, que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular, o que el residuo sea
preparado para cumplir esa función en la instalación o en la economía en general.