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Unidad 2

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2.1  La Medicina Tradicional en el Proceso Histórico de México.

¿Cómo se tomaría si algún día los médicos mexicanos se atrevieran a jurar por
Quetzoalcóatl, Tezcatlipoca, Temazcaltoci, y/o por la deidad suprema Ometéotl?,
seguramente que la sociedad gritaría su protesta con la máxima estridencia.
Además de la influencia ideológica grecolatina, o de las creencias mal denominadas
“paganas” de la Europa anterior al Imperio Romano, la práctica de la medicina en
el mundo occidental esta plena de conceptos de valor y prejuicios judeocristianos,
muchos de ellos sin base científica.

La mayor parte de las escuelas de medicina de la actualidad han despreciado la


enseñanza de la filosofía médica, la ideología e historia de la medicina, ese vacío ha
sido substituido por la ideología dominante que ha succionado de la cultura
occidental, esas influencias brotan de manera radical al momento en que los
galenos discuten asuntos como el aborto, la eutanasia, la clonación, el uso
terapéutico de las células madre, y no se diga cuando se debate sobre las
concepciones del alma, las visiones espirituales de nahualismo, o de las prácticas
rituales de la medicina tradicional que dimanan del pasado mesoamericano. (Rojas
Alba, 2006).

2.1.1      Medicina Prehispánica

Como en la mayoría de las culturas antiguas, la medicina autóctona se encontraba


asociada a la mitología, religión filosofía indígena; estas concepciones
determinaban las bases teóricas y prácticas de la medicina. Es así que el estudio de
la medicina obliga a hojear las páginas de la teología y filosofía mesoamericanas.

La religión y religiosidad de los pueblos mesoamericanos tiene dos etapas: en la


más antigua se destaca su relación con la agricultura, como por ejemplo los
númenes de la lluvia, los elementos divinizados como el fuego, agua, viento, y la
adoración al sol y la luna, que resaltan en la génesis del rito, tanto como por su
magnificencia en el cielo y sus efectos en la tierra; en una segunda etapa, la
sociedad perfecciona su concepción del mundo, sus orígenes y destinos, se presenta
entonces una teogonía (Relato que explica el nacimiento de los dioses) más
elaborada, una filosofía profunda que percibe con claridad la unidad universal y el
monoteísmo (creencia en la existencia de un solo Dios), sobre todo entre su élite
intelectual, mientras que entre el vulgo esa deidad única y absoluta se diluye y
hasta se pierde en múltiples deidades totémica, de los elementos, y de las
manifestaciones de los fenómenos naturales. (Bejarano, 2004).

2.1.1.1  Cosmovisión

Para los nahuas prehispánicos el Universo era un todo ordenado, un cosmos,


aplicando el viejo término griego que expresa plenamente el significado y la
importancia que entre ellos se atribuía a que el universo tuviera como característica
el orden. La imagen del universo derivaba de cómo se explicaba su construcción:
los dioses creadores lo habían hecho a partir de su propio hábitat, dando lugar a
pisos que eran dispuestos sobre un eje vertical, siempre abajo de la morada de estas
deidades primigenias. Se ha ofrecido la imagen de un inmenso árbol, de una
conífera por ejemplo, con sus grandes ramas horizontales para ilustrar tal
concepción. Sin embargo, el esquema más frecuentemente invocado es el de un
gigantesco poste, no recto, sino retorcido, en el cual están colocados de forma más
o menos paralela los diferentes pisos del universo. (Rojas Alba, 2006).

Los dioses creadores, el Ometéotl y su contraparte femenina, Omecíhuatl, habían


ido construyendo piso tras piso para sus diferentes hijos. En el centro se encuentra
el mundo habitado por los seres humanos, quedando por encima de él nueve cielos
y nueve regiones del inframundo por debajo. Pero, cuando los dioses hicieron este
piso para que habitasen los humanos, levantaron cuatro cielos más y son los del sol,
la luna, las estrellas y el de Tláloc, que completan la suma de trece que menciona la
mayoría de las fuentes.

Estos cuatro no eran considerados como cielos verdaderos, sino como cielos
pertenecientes a la región del centro, la habitada por los hombres. Es importante
tener presente que esta parte del universo habitada por los humanos fue hecha
hasta el final de la creación y es significativa de la centralidad que el propio ser
humano se adjudica. Ahora bien, los dioses rivalizaron para crear la región del
centro del mundo y ser los protectores de los seres humanos y de sus culturas. En
los mitos nahuas fueron Quetzalcóatl y Tezcatlipoca quienes compitieron por ello y,
habiendo levantado los cielos, correspondió al primero la creación del primer sol y
los primeros humanos, en tanto que Tezcatlipoca organizaría su destrucción;
ambos intercambiaron sus papeles en el segundo sol, construido por Tezcatlipoca y
destruido por Quetzalcóatl, tocándole a este en turno cuidar por los seres del
tercero y el quinto, que es en el que vivimos actualmente, y a Tezcatlipoca velar por
los del cuarto sol. (Rojas Alba, 2006).

2.1.1.2  Concepto de Mundo.

El mundo mesoamericano, antes de la llegada de los españoles, había sido un


universo cerrado. Había sido creado por dioses diferentes a los que crearon el viejo
mundo y a sus habitantes. Aunque nos diga la historia moderna que atravesaron el
estrecho de Bering para luego crecer y multiplicarse en nuestro continente, estos
antiquísimos antepasados nuestros no tuvieron nada que ver ni con el Jardín del
Edén ni con Adán y Eva, sino decían descender de otros seres, de una pareja
humana que resumía en sí misma todo lo que lograrían sus hijos y nietos. Estos dos
ancestros míticos se llamaban Oxomoco y Cipactonal, y fueron creados por el dios
creador de los antiguos mexicanos, el cual llevaba por nombre Ometéotl, que quiere
decir el Dios Dual, aludiéndose su naturaleza andrógina. (Bejarano, 2004).

2.1.1.3  Concepto de Persona.
La medicina prehispánica se desarrolla en un clima místico. Para los antiguos
mexicanos el ser humano poseía tres espíritus o almas. El tonalli, que es luz y día,
está en la cabeza o en las coyunturas y puede abandonar el cuerpo. Las otras dos
almas del hombre no se separan del él mientras esté vivo. En el corazón, está el
teyolia, alma que se enfría cuando la persona muere; y en el hígado está el ihiyotl,
que cuando muere la persona se escapa convertida en gas. Los padecimientos más
graves ameritaban un tratamiento especial que solamente podía llevar a cabo el
ticitl, médico que conocía el arte de echar las suertes. En tiempos de los mexicas, su
trabajo era tan importante como riesgoso. (Bejarano, 2004).

2.1.1.4  Concepto de Enfermedad y la Salud.

La salud, al igual que sucedía en el pensamiento de los egipcios, de los antiguos


griegos y de muchos otros pueblos, es el mantenimiento de un equilibrio. Pero, en
el México prehispánico, dicho equilibrio se mantenía entre el funcionamiento de las
diferentes partes del cuerpo y las fuerzas que pudieran llegar a él procedentes de
cualquier parte del universo; algunas de zonas inmediatas, otras de los sitios más
distantes, incluso de otros planos cósmicos; unas personificadas en deidades
poderosas, otras más bajo la forma de seres mucho más cercanos a los humanos. La
enfermedad, dentro de este sistema de pensamiento, es el producto de una inmensa
variedad de condiciones que pueden modificar las condiciones del cuerpo humano,
ya en su estructura, ya en su función, ya en su correspondencia con los otros seres,
rompiendo su más o menos precario equilibrio. (Bejarano, 2004).

Los indígenas, en términos generales, consideraban que las enfermedades eran


castigos de los dioses o de los antepasados, provocados por actos de desobediencia,
por ofensas o por no cumplir con los deberes religiosos. El médico, por lo tanto,
tenía que descubrir quién era el que se sentía ofendido para tratar la dolencia
acorde con ello. En primer término, era necesario resarcir el daño. (Menendez,
1994).

Los mexicas consideraban la enfermedad como un fenómeno tan antiguo y natural


que hasta los dioses la padecían. La medicina era también un atributo de los dioses
que vivían en el Tlalocan, región paradisíaca o en el Mictlan, el mundo subterráneo
presidido por el dios de la muerte, Mictlantecuhtli. (Menendez, 1994).

Los principios rectores con que el médico prehispánico enfocaba las causas que
originaban una enfermedad, eran las cualidades de frío y calor que les atribuían a
las cosas (no tenían relación con la temperatura), conceptos que aún persisten
entre las personas que tienen ascendencia nahua, otomí, maya, tarasca, etc. El
médico indígena creía en el origen divino de la enfermedad y de la muerte, aunque
trataba de encontrar una razón física de las cosas o etiología, observando los
fenómenos de la naturaleza, para obtener una explicación racional de la causa
generadora de la enfermedad (Menendez, 1994).

Para poder aplicar la curación, el médico tenía que saber primero si la enfermedad
que tenía un individuo la había adquirido por causa divina, humana o puramente
natural, según lo diagnosticara, se usaría un procedimiento de curación o
preventivo (oraciones, conjuros, operaciones quirúrgicas, suministro de simples o
compuestos, que usaban en conjunto o por separado). En ocasiones creían que con
el debido culto propiciatorio a una deidad en particular, se libraría al paciente de
los males que eran provocados dicha entidad divina, pero en otras ocasiones, creía
que era necesario realizar ritos mágicos acompañados por conjuros con la ayuda de
ciertos vegetales, animales y minerales, por lo que el médico era sacerdote, teúrgo
(mago natural) y farmacólogo. (Menendez, 1994).

2.1.1.5  Concepto de Vida y Muerte.

El hombre mesoamericano tuvo la necesidad de buscar explicaciones al origen de la


existencia, de la creación y formación del mundo y de la terminación de la vida, es
decir, a lo relacionado con el binomio vida y muerte. Para esta elaboración
conceptual y con el fin de aprehender y explicar la creación en su totalidad, el
indígena prehispánico dio lugar a la existencia de varios dioses concebidos como
fuente generadora.

Para poder explicar la referida existencia de Dios o de los dioses, el hombre


prehispánico tuvo como fuente primigenia a las fuerzas naturales, a las cuales
rindió culto, es decir, a los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, agua, aire y
fuego. Así, en lo relacionado a su cosmovisión, se entremezclaban la concepción de
Dios y de la naturaleza, dando lugar al principio de la dualidad, que algunos
estudiosos han considerado como el principio fundamental del mundo
prehispánico, "expresado en el choque de armas antagónicas que rigen la
concepción de los dioses y de la naturaleza".

Lo anterior explica por qué fijaron su atención en el ciclo eterno de los astros:
transcurrido el día el Sol se esconde; al caer de la noche la Luna y las estrellas
hacen su aparición, proporcionando un concierto repetitivo y eterno. Las
estaciones del año se repiten en cada periodo con aspectos climatológicos
diferenciados, proporcionando al entorno transformaciones constantes; tal
renovación también se vincula a lo eterno. Es importante señalar que la definición
del lugar al cual dirigirse después de la muerte estaba  determinada por la forma de
la muerte. Los actos colectivos de la humanidad eran los esenciales, ya que la
moralidad personal incidía poco en el proceso de la vida y la muerte. En este
contexto, Mictlán, considerado como reino de los difuntos, era el lugar destinado a
los que tuvieron muerte natural y nada tenía que ver con el infierno cristiano, lugar
reservado a los castigos y torturas; era nada más el lugar a donde iban los muertos.
Después de un largo recorrido en el cual estaban expuestos a una serie de pruebas
mágicas, llegaban a su destino en calidad de huéspedes de Mictlantecutli, dios de la
muerte

Una manifestación religiosa importante que perdura hasta nuestros días como
testimonio de la religiosidad mesoamericana se refiere a los numerosos
monumentos destinados a rendir culto a los dioses. A diferencia de la vivienda para
uso terrenal, las referidas construcciones, sólidas y magníficas, se dedicaban con un
esfuerzo casi incontrolable hacia la exaltación mágica a las fuerzas cósmicas de la
naturaleza o al poder milagroso de sus dioses.

Al observar las referidas estaciones el hombre se da cuenta de que puede sembrar


cuando se acerca la época de lluvias, ya que en este momento la madre tierra se
abre para recibir la semilla y después de un lapso previsible devuelve el fruto. Sin
embargo, esta misma tierra toma otra función importante: su seno recibe también
a los muertos que después de ser enterrados al paso del tiempo se desintegran; así,
la tierra madre es también sepulcro y acoge en su seno a aquellos que la han
sembrado.

La religión era a la vez la ideología y la ciencia de la comunidad; su simbolismo, sus


mandatos y sus profecías se hallaban profundamente unidas desde el nacimiento
hasta la muerte, al orden individual y colectivo. La religión prehispánica rigió la
vida de la sociedad y únicamente brindó al mortal una promesa de felicidad: la
muerte al servicio de los dioses. Por esta razón la muerte fue exaltada y morir pudo
convertirse en un acto heroico que diferenciaba y premiaba a aquellos que
murieran en condiciones distintas a las del deceso natural. (Bejarano, 2004).

2.1.2      Medicina Tradicional en la Colonia e Independencia.

Desde la época prehispánica, los informantes de Sahagún dejaron constancia de los


tres tipos de prácticas del temazcal: higiénico, terapéutico, y ritual. En una época
en donde el espacio de lo sacro todo lo invadía, y lo profano era propiamente
inexistente, es de entenderse que las tres prácticas tendrían algo de creencia y
ritual sagrado; sin embargo, es evidente que las tres técnicas tenían objetivos
diferentes.

La medicina indígena sobrevivió en lo más recóndito del corazón nahual, de ahí


salió a reencarnar en el nuevo espíritu americano .Tal y como lo decían los agoreros
indígenas sobre la inevitable destrucción del mundo mesoamericano, eso ocurrió,
la enorme supremacía en la tecnología de la guerra se impuso. Fracasaron quienes
se opusieron a la fatalidad del destino de los pueblos americanos, Cuitláhuac,
Cuauhtémoc, y los guerreros de la resistencia mexica cayeron por la espada y la
pólvora, muchos más por el hambre, la sed y la epidemia de viruela durante el sitio
a Tenochtitlan; por el occidente, la misma suerte correrían los guerreros
purépechas que siguieron la rebelión del anciano Timas y su hija, la gentil Eréndira
(Sonriente), de todo únicamente quedó la ruina, la muerte y el trauma de la
conquista. (Rojas Alba, 2006).

La iglesia cristiana, católica y romana substituye a los sacerdotes y creencias


indígenas, no hay tolerancia, aunque quienes resisten se la toman protegidos por la
clandestinidad y el aislamiento; el poder militar, político y económico queda desde
entonces en manos de una minoría de colonizadores hispánicos. Al final del
período colonial, los españoles que devinieron en criollos americanos, inician las
primeras luchas de independencia, apoyados por las castas oprimidas, terminaron
por reemplazar a los españoles peninsulares en el poder del México independiente.

La medicina y sus instituciones culturales mesoamericanas casi desaparecen, se


instaura el dominio de la medicina española, y con ella se introducen los conceptos
y prácticas hipocráticas y galénicas, filtradas a través de los primeros misioneros, y
prácticos ibéricos, mucho más que por los médicos académicos. Ante el
despoblamiento indígena y la introducción de un número considerable de esclavos
negros, en las áreas agrícolas en donde se establecen, aportan sus propias
concepciones de la salud y enfermedad. Se inicia así una interacción popular, entre
los indígenas que conservaron su cultura médica tradicional, y los miles de colonos
españoles pobres que llegaron a la Nueva España, y la población negra, el mestizaje
popular entre las tres grandes vertientes culturales va creciendo paulatinamente
hasta conformar la base ideológica de la nueva medicina popular. (Rojas Alba,
2006).

2.1.2.1  Medicina Española en momento del contacto.

Corresponde a un período de transición entre la sociedad prehispánica y la nueva


hispánica. Inicia con la culminación de la conquista militar y el advenimiento de los
primeros colonos españoles, de manera paralela ocurre la conquista espiritual, los
primeros núcleos de población colonial, la implantación de la esclavitud de los
indios, la reducción radical de la población indígena, la llegada de los primeros
esclavos negros en sustitución del despoblamiento autóctono, al final de esta etapa,
se manifiestan las diferencias económicas, sociales y culturales, en las diferentes
regiones de la Nueva España. Como resultado del despoblamiento indígena
produce la desaparición de algunas etnias y con ellas sus respectivas culturas, otras
se ven al borde de la extinción. La ideología cristiana y la Santa Inquisición como
instrumento de “tortura disuasiva”, casi acaba con las vertientes sobrevivientes de
la medicina indígena. (Rojas Alba, 2006).

Sin saberlo, los conquistadores fueron los primeros en emplear la guerra y el terror
bacteriológico, no como hoy se conoce, pero por su eficacia igual de letal. En efecto,
los conquistadores españoles trajeron a Mesoamérica un conjunto de
enfermedades infecciosas a las que estaba inmune, pero no así la población
autóctona. La epidemia de viruela durante el sitio de Tenochtitlan causó
probablemente más estragos en el ejército mexica que todas las batallas juntas
frente a los castellanos, tlaxcaltecas y demás aliados. Aún a sabiendas de la
superioridad tecno-militar de los ibéricos, y de sus miles de guerreros indígenas
aliados, ¿qué hubiera ocurrido sin esa epidemia? La especulación se puede
sustentar por los resultados de la ofensiva mexica antes de la epidemia, aquella que
encabezó Cuitláhuac y que infundió tan terrible derrota a los españoles (la Noche
Triste), el mismo Cuitláhuac muere por consecuencia de la viruela y no por el acero
español. Después de la conquista, y establecida la colonia española, a los gérmenes
procedentes de Europa se sumaron los de África traídos por los esclavos negros, el
bombardeo viral y bacteriológico diezmó a los indígenas hasta casi aniquilarles.

Con la conquista española se establece la primera gran división de la medicina


mexicana, dos sistemas socioculturales diferentes, dos concepciones ideológicas y
dos sistemas médicos se confrontan violentamente primero, y se entrelazan
después. Con la cruz y la espada, los europeos imponen la medicina hipocrática,
galénica y avicénica. (Avicena: Filósofo y médico árabe llamado el Príncipe de los
médicos. Su filosofía establece la distinción real entre esencia y existencia de las
criaturas). A pesar de los estragos cometidos por la despiadada conquista militar y
de los abusos despóticos del sistema colonial, se reconoce que los españoles
aportaron uno de los sistemas médicos más avanzados de Europa, representando a
un país en el cenit de su esplendor. A principios del siglo XVI los españoles eran
líderes europeos en cuanto a progresos médicos, es por eso mismo de sorprenderse,
viniendo de un país así, que el conquistador Hernán Cortés reconociera la calidad y
validez de la medicina mesoamericana, al pedirle al emperador de España que no
enviara médicos puesto que los naturales eran eficientes (Rojas Alba, 2006).

2.1.2.2  Medicina de Origen Africano.

España introdujo esclavos negros sobre todo en el Caribe para paliar la escasez de
mano de obra indígena, pero también en otros territorios. Como los africanos no se
adaptaron a los trabajos en zonas altas, no fueron utilizados en la extracción de
plata de las montañas. En cambio, fueron empleados en las grandes plantaciones
que producían algodón, tabaco, caña de azúcar u otros cultivos. También se
utilizaban en el servicio doméstico. Cuando los españoles conquistaron y
colonizaron el continente americano se produjo un resurgir del esclavismo en las
sociedades occidentales. Los indígenas caribeños, que no estaban acostumbrados a
los duros trabajos de las minas y plantaciones morían a millares.

Es difícil separar la medicina africana de la religión africana. Hay dos razones


principales para esto. Primeramente, la teoría general africana sobre la enfermedad
suele incluir la teología africana. En otras palabras, la teoría intenta no sólo
explicar la enfermedad sino la relación entre la enfermedad y las fuerzas
espirituales. La segunda razón, relacionada con la anterior, es que los sanadores
tradicionales suelen ser líderes religiosos y viceversa. (Bejarano, 2004).

El sector médico tradicional ha continuado creciendo a pesar de los esfuerzos de los


misioneros cristianos para suprimirlo; y ha continuado creciendo porque los
sanadores tradicionales tienen éxito curando un gran número  de enfermedades.
Los sanadores tradicionales usan conocimiento científicos y no-científicos o
subjetivos. Se obtienen medicinas científicas principalmente de las plantas. Este
conocimiento empírico se ha desarrollado a través del ensayo y los errores, durante
un periodo largo de tiempo. Las fuentes principales del conocimiento no-científico
o subjetivo son las creencias en la influencia de ciertos entes espirituales en la vida
de las personas. Los métodos sociales y psicológicos de tratamiento desarrollados a
menudo tienen buenos resultados.
Este concepto de medicina tradicional  no se limita al tratamiento de las dolencias
físicas del organismo humano, ya que en la particular religiosidad y filosofía
tradicional africana, el hombre forma parte de un complejo entramado ontológico
en estrecha relación con Dios, los espíritus, los antepasados, los animales y plantas
y los objetos y fenómenos sin vida… Por esta razón, en los tratamientos para
combatir el mal en cualquiera de sus manifestaciones, la “medicina tradicional”
africana utiliza en sus diagnósticos, terapias y remedios, herramientas tan diversas
y dispares como trances, ungüentos animales, plantas medicinales, espiritismo,
mancias, piedras mágicas, danzas rituales, etc. Tal vez esa concepción mágica de la
enfermedad es la que llevó a los colonos, misioneros y “civilizadores” blancos, a
despreciar despóticamente a los médicos tradicionales, acusándolos de charlatanes,
estafadores y fraudulentos (Bejarano, 2004).

2.1.3      La Medicina en México en el siglo XIX e inicios del siglo XX.

De manera resumida, desde 1821, hasta la época actual, la ideología de salud


médico-sanitaria del México independiente y contemporáneo se ve aprisionada
entre los vaivenes políticos de las clases pudientes, ordinariamente mediocres y
miserablemente honestas. El conservadurismo añoraba la monarquía, el
autoritarismo colonial y la sociedad de castas, en donde todos los católicos y la
clase castellana y peninsular, no se revolvía con la gentuza de indios, negros, y sus
castas miserables; los castizos y criollos europeizados, antiguos detentadores del
poder colonial, habían logrado reciclarse dentro de los grupos y partidos
conservadores y centralistas del México independiente.

Las ideas comunales de los consejos de los pueblos indígenas, retomaron sus
fuerzas en las ideas sociales del humanismo novohispano, se sostiene con las
concepciones jacobinas de algunos de los insurgentes de la independencia
mexicana; con una enorme debilidad orgánica y de inserción popular, reaparece
esa “izquierda a la mexicana” de socialistas utópicos, en las primeras
organizaciones mutualistas, movimientos campesinos, y entre los integrantes del
“liberalismo social”, una de sus más legítimas expresiones fue la del Partido Liberal
de Flores Magón, pero igualmente entre los agraristas revolucionarios (zapatismo)
y los movimientos anarco-sindicalistas de finales del siglo XIX y principios del XX,
son ellos los que inspiraron los grandes avances sociales plasmados en la
constitución de 1917, y en lo sustantivo de los artículos 4, 27 y 123 de la
Constitución. (Giedion, Villar, & Ávila, 2010).

La izquierda mexicana, representante de la veta progresista nacional, es la


orientadora ideológica que impulsó los grandes logros laborales, de seguridad
social, y de salud pública en el país. No obstante, los conservadores, liberales, y la
izquierda mexicana, ignoraron por mucho tiempo la necesidad del reconocimiento
y aprovechamiento de las medicinas tradicionales y alternativas. Únicamente se
pueden destacar algunos de los socialistas utópicos y revolucionarios mexicanos
que se inclinaban por el naturismo, el vegetarianismo, el espiritismo, y la
homeopatía, pero nadie por la medicina tradicional mexicana; solamente los
zapatistas dispusieron, dentro de sus líneas, de numerosos curanderos, hueseros, y
yerbateros indígenas, los que se encargaban de la atención de los soldados
revolucionarios y de sus familias, aunque no como un servicio formalmente
establecido, si como una necesidad que se atendía de manera pragmática y
espontánea, y ante los requerimientos de urgencia. Hasta 1991 se presentó la
primera iniciativa de reforma constitucional para el reconocimiento de la medicina
tradicional y alternativa; y en el 2002, como resultado de la presiones neo
zapatistas, se aprobó una reforma constitucional que obliga a las autoridades
sanitarias, para que se aproveche la medicina tradicional (Rojas Alba, 2006).

2.2   La Medicina Tradicional y su relación con la Medicina Oficial.

La medicina tradicional, también llamada medicina tradicional indígena, medicina


popular o medicina folclórica, se fundamenta en una visión integral u holística del
ser humano y del llamado proceso de salud-enfermedad. Así, algunas de las
principales características que distinguen a la medicina tradicional de las demás
prácticas médicas son: (Bejarano, 2004).

 Mantiene un sistema de conocimientos empíricos sustentados en la


experiencia directa de las personas, mediante la observación de la
naturaleza, las relaciones sociales y los fundamentos filosóficos, éticos,
morales y religiosos o sobrenaturales de la comunidad en la que viven.
 Los elementos que utiliza son plantas, minerales, animales u objetos
asociados a rituales, técnicas manuales y/o espirituales.
 El conocimiento generado es construido sobre sí mismo y socialmente
transmitido de forma oral por tradición de generación a generación.

De cualquier forma, la medicina tradicional se define por la importancia atribuida a


la relación entre los elementos de la naturaleza (plantas, minerales y animales) y
los conocimientos empíricos y filosófico-religiosos transmitidos social y
generacionalmente entre los miembros de una comunidad. De ahí considerar a
éstas prácticas como un fenómeno en constante transformación. (Bejarano, 2004).

Desde la perspectiva institucional se ha concebido a la medicina tradicional como:

 El antagónico de la medicina científica, como una medicina no científica.


 Como una forma de resistirse al cambio, a la evolución social.
 Un elemento proceso de antagonismo cultural, ideológico y político.
Se puede observar así, que la medicina científica como institución social dotada de
un tinte político social, ha llevado a los miembros de un pueblo a aceptarla como
verdadera por simple proceso institucional. (Bejarano, 2004).

Es importante aclarar que muchas de las personas que acuden a estos servicios de
medicina tradicional o medicina alternativa no siempre son ignorantes o de bajo
nivel educativo o cultural. Muchas de las personas que hacen uso de este tipo de
prácticas médicas tradicionales se debe a que consideran que la ciencia médica ha
fallado. Son frecuentes en las personas que padecen enfermedades como el cáncer,
SIDA, trastornos congénitos, etc. (Romero Palencia, A; Montiel Rojas, E; Gil
Bernal, F.M.E.; Del Castillo Arreola, A, 2015).

Tanto el proceso de salud-enfermedad como las prácticas médicas tradicionales


están permeadas por un efecto de eficacia simbólica, en los que tanto la práctica
como las representaciones se han tornado como medios de interacción y desarrollo
social. La gente no solo tiene creencias personales, sino que también comparte
unas más generales respecto de su contexto, incluso con otras sociedades o
culturas. Estos puntos en común pueden llegar a crear sistemas de creencias
paralelos a los institucionales, que permiten a las culturas diversidad y flexibilidad
con respecto al pensamiento hegemónico.

Entre las distintas prácticas terapéuticas de la medicina alternativa y


complementaria están el curanderismo, la homeopatía, la acupuntura, la medicina
tradicional indígena. La medicina alternativa y complementaria funge diversos
roles acordes a los contextos en los que se practica. Por otra parte, para la OMS la
medicina tradicional se distingue de la medicina alternativa y complementaria por
su integración a la tradición sociocultural de un país o por su no integración al
sistema sanitario prevaleciente del mismo. Una forma de ilustrar esto, es por
ejemplo la acupuntura que, siendo una medicina tradicional china, algunos países
europeos que la practican, la conciben como una medicina alternativa o
complementaria, puesto que no forma parte de su tradición cultural sanitaria.
( Organización Mundial de la Salud, 1998).

Otra de las características por las cuales se distingue a la medicina alternativa y


complementaria de la medicina tradicional, es por su implicación socioeconómica,
ya que la medicina alternativa y complementaria está presente en países con un
alto nivel de desarrollo socioeconómico. Por otra parte, es su identificación en
países con un desarrollo económico en vías de desarrollo lo que caracteriza a la
medicina tradicional. Así, se ha hecho también otra distinción de las prácticas
alternativas o complementarias y de la medicina tradicional por regiones
geográficas. Se habla entonces de Medicina Alternativa y Complementaria en
países europeos y norteamericanos, en tanto que se habla de Medicina Tradicional
en países como África, Latinoamérica y Australia. Pese a estas distinciones y por su
relación, se ha hecho uso del término “Medicina Alternativa y
Complementaria/Medicina Tradicional” cuando se hace referencia en un sentido
global a todas esas características socioculturales, económicas y políticas en las
prácticas médicas. (Avello L, Avendaño O, & Mennickent C, 2009).
2.2.1 La Concepción de Progreso en las Políticas de Salud en México.

El Estado mexicano pos revolucionario ha jugado un papel fundamental en el


financiamiento y la prestación directa de servicios de salud, papel que forma parte
de una creciente preocupación oficial por la salud a nivel mundial. No obstante, las
políticas de salud en México han cambiado de manera periódica y sustancial en
respuesta a diversas coyunturas económicas, así como en función de las diferentes
orientaciones dadas al desarrollo nacional. Al menos hasta la reforma sanitaria de
1982, las nuevas políticas siempre se habían implantado sin buscar una integración
armónica entre las acciones del pasado y aquéllas proyectadas al futuro. Puede
afirmarse que este proceder permitió cambios incrementales importantes, gracias a
que los grupos e intereses que surgían como resultado de las acciones del pasado
no se veían excluidos del apoyo estatal y por ende no buscaban activamente
obstaculizar las nuevas intenciones.

La fórmula para la estabilidad política dentro del sector salud llevó a la coexistencia
de principios organizacionales y heterogéneos, situación que no preocupó mientras
las instituciones eran pequeñas y las coberturas precarias. Hoy en día el importante
despliegue de recursos tanto en zonas urbanas como rurales hace que la hetero-
geneidad produzca importantes traslapes de coberturas e incapacidad para
coordinar esfuerzos, en ausencia del acceso universal a los servicios y de frente a
nuevos retos para la salud.   Los intentos de reformas sustanciales en pos de una
nueva fórmula de estabilidad, no sólo enfrentan el reto de la crisis económica, sino
también aquél de la inflexibilidad que muestran los variados principios de
organización para acomodarse a la nueva normatividad. El análisis del potencial de
cambio de las actuales políticas del Sistema Nacional de Salud requiere entonces de
una aproximación teórica que dé cuenta de la génesis y articulación de los
principios de organización que lo constituyen.  (Dantés Gómez, Sesma, Becerril,
Knaul, Arreola, & Frenk, 2011)

2.2.2 La Persistencia Histórica de la Medicina Tradicional.

Algunos consideran que una parte de la historia de la medicina, sigue vigente en


poblaciones que, sujetas al margen de un sistema sociopolítico hegemónico, han
logrado conservar sus prácticas médicas basadas en sus propias creencias, como los
Tzotziles y Tzetales en México. Incluso la salud y la enfermedad, en algunos
lugares, aún son entendidas desde el enfoque mágico-religioso, pues este aun
prevalece en las sociedades occidentales.

Otras poblaciones han incorporado a sus sistemas sanitarios, elementos de


prácticas médicas extranjeras como resultado de un proceso de transculturación.
De ésta manera se entiende que todas éstas prácticas médicas alternativas se
encuentran disponibles para todos los sectores de la sociedad. Así, una persona
puede acudir con un médico y a su vez consultar con un curandero.
Conforme a esto, las diversas prácticas médicas alternativas y complementarias se
sujetan también a una delimitación sociocultural en cómo se conciben los diversos
padecimientos del ser humano. De esto se deriva el término “Medicina Alternativa
y Complementaria”, como categoría diferencial entre la medicina científica y otras
prácticas médicas. En ocasiones son también llamadas medicinas paralelas; sin
embargo, uno de los principales problemas en su concepción, es definir oportuna y
adecuadamente lo “alternativo/complementario” y su finalidad para con la salud de
las poblaciones que la utilizan. (Rojas Alba, 2006).

2.2.3 Programas Oficiales de Salud Rural.

Los programas comunitarios rurales se ubican en áreas rurales marginadas


consideradas en los rangos de muy alta o alta marginación de acuerdo con las
estadísticas oficiales: 

 Pueden o no hablar un idioma indígena.

 Cada área de trabajo consiste en un racimo o cadena de 20 poblados que


deben estar situados en un radio máximo de 20 o 50 kilómetros en línea o a
la redonda.

 La población total no debe exceder de 5,000 habitantes, pues en poblados de


más de 2,500 habitantes generalmente se encuentran los servicios básicos
de salud.

Las personas clave en los programas comunitarios son:

 Promotores comunitarios en salud. El programa lo implementan los


promotores comunitarios en salud, quienes son mujeres líderes que
colaboran con la Institución como voluntarias y que con frecuencia son la
única alternativa de salud, educación, información, atención básica y
referencia oportuna para servicios de calidad en el área de la salud básica,
sexual y reproductiva en sus comunidades.

 Los médicos colaboradores. Personal de salud que tiene su consultorio


dentro de la zona donde se encuentran los programas comunitarios o en el
área de influencia, y que contribuye de manera importante al programa
comunitario. Ellos son capacitados para brindar servicios de salud básica,
salud sexual y reproductiva, y planeación familiar.

 Las coordinadoras comunitarias. Es el personal que se encarga directamente


de dar seguimiento a la realización de las actividades del programa
comunitario, así como de visitar y dar capacitación permanente a
promotoras y promotores comunitarias/os. En ocasiones cuentan con el
apoyo de otra figura conocida como colaboradores voluntarios de
promoción; ambas dependen del coordinador o la coordinadora operativa
del Centro de Servicios Médicos. (Dantés Gómez, Sesma, Becerril, Knaul,
Arreola, & Frenk, 2011).

2.3  Medicina Tradicional Mexicana en la Actualidad.

El conjunto de los grupos indígenas de América ha sido estigmatizado en términos


no sólo sociales y culturales, sino a través de estereotipos racistas de los propios
conjuntos sociales nacionales. Esto ocurre aun en los países donde la ideología de
Estado promueve diferentes variedades de indigenismo. Tal estigmatización se
expresa en diferentes campos, desde el económico hasta el educacional, y por
supuesto se manifiesta en forma particular a través de la relación médico/paciente.

La crisis del modelo médico hegemónico, el surgimiento de nuevos “estilos de


vida”, las modificaciones en los comportamientos cotidianos generados por el
incremento de los padecimientos crónico-degenerativos, etcétera, condujeron
desde la década de los años sesenta al cuestionamiento de la biomedicina y a la
recuperación de una serie de concepciones y prácticas curativas, que parcialmente
ponen en duda, no sólo la eficacia sino la ideología de la medicina denominada
científica. Si bien determinados sectores médicos, en particular algunos que se
mueven en el campo del salubrismo, reconocieron  la legitimidad de las críticas y
de las propuestas paralelas o alternativas, el saber biomédico dominante no asumió
dichas críticas sino que, por el contrario, a partir de la década de los setenta reforzó
algunos de los caracteres básicos del  modelo médico, en particular del biologismo,
a través de los éxitos reales, potenciales o imaginarios derivados de la investigación
genética (Bejarano, 2004).

2.3.1 Conceptos.

Los siguientes términos se han extraído de las Pautas Generales para las
Metodologías de Investigación y Evaluación de la Medicina Tradicional. (OMS,
2015)

Medicina tradicional
La medicina tradicional es todo el conjunto de conocimientos, aptitudes y prácticas
basados en teorías, creencias y experiencias indígenas de las diferentes culturas,
sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud, así como para la
prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas o
mentales

Medicina complementaria/alternativa
Los términos "medicina complementaria" y "medicina alternativa", utilizados
indistintamente junto con "medicina tradicional" en algunos países, hacen
referencia a un conjunto amplio de prácticas de atención de salud que no forman
parte de la propia tradición del país y no están integradas en el sistema sanitario
principal.

Medicamentos herbarios
El concepto de medicamentos herbarios abarca hierbas, material herbario,
preparaciones herbarias y productos herbarios acabados, que contienen como
principios activos partes de plantas, u otros materiales vegetales, o combinaciones
de esos elementos.

 Hierbas: comprenden materiales vegetales brutos, tales como hojas, flores,


frutos, semillas, tallos, madera, corteza, raíces, rizomas y otras partes de
plantas, enteros, fragmentados o pulverizados.

 Materiales herbarios: comprenden, además de hierbas, jugos frescos, gomas,


aceites fijos, aceites esenciales, resinas y polvos secos de hierbas. En algunos
países esos productos se pueden elaborar mediante diversos procedimientos
locales, como el tratamiento con vapor, el tostado o el rehogado con miel,
bebidas alcohólicas u otros materiales.

 Preparaciones herbarias: son la base de los productos herbarios acabados y


pueden componerse de materiales herbarios triturados o pulverizados, o
extractos, tinturas y aceites grasos de materiales herbarios. Se producen por
extracción, fraccionamiento, purificación, concentración y otros procesos
biológicos o físicos. También comprenden preparaciones obtenidas
macerando o calentando materiales herbarios en bebidas alcohólicas o miel
o en otros materiales.

 Productos herbarios acabados: se componen de preparaciones herbarias


hechas a partir de una o más hierbas. Si se utiliza más de una hierba, se
puede utilizar también la expresión «mezcla de productos herbarios». Los
productos herbarios acabados y las mezclas de productos herbarios pueden
contener excipientes, además de los principios activos. Sin embargo, no se
consideran herbarios los productos acabados o en forma de mezcla a los que
se hayan añadido sustancias activas químicamente definidas, incluidos
compuestos sintéticos o constituyentes aislados de materiales herbarios.

Uso tradicional de medicamentos herbarios


Por uso tradicional de medicamentos herbarios se entiende un empleo prolongado
a lo largo de la historia. Su uso está bien establecido y ampliamente reconocido
como inocuo y eficaz y puede ser aceptado por las autoridades nacionales.

Actividad terapéutica
La actividad terapéutica se refiere a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento
satisfactorios de enfermedades físicas y mentales, el alivio de los síntomas de las
enfermedades y la modificación o regulación beneficiosa del estado físico y mental
del organismo.

Principio activo
Los principios activos son los ingredientes de los medicamentos herbarios que
tienen actividad terapéutica. En el caso de los medicamentos herbarios cuyos
principios activos hayan sido identificados, se debe normalizar su preparación, si se
dispone de métodos analíticos adecuados, para que contengan una cantidad
determinada de ellos. Si no se logra identificar los principios activos, se puede
considerar que todo el medicamento herbario es un solo principio activo. (OMS,
2015)

2.3.2 Enfermedades y Síndromes.

Las causas de demanda de atención, es decir, el conjunto sistematizado de factores


que son responsables de las enfermedades propiamente dichas (gastrointestinales,
respiratorias, músculo-esqueléticas, gineco-obstétricas, etcétera), pero también de
síndromes de filiación cultural (es decir, fenómenos desequilibrantes que son
reconocidos, interpretados y tratados conforme a las claves culturales del grupo)
como el susto, el mal de ojo, los aires, el mal puesto, etcétera. (Avello L, Avendaño
O, & Mennickent C, 2009).

Es preciso subrayar que muchas veces el terapeuta indígena es requerido para


actuar en ciertos campos de la vida social que no se vinculan directamente con la
enfermedad: limpiar una casa nueva que se va a habitar, conducir un ritual
propiciatorio en la milpa para propiciar las buenas cosechas, participar en
complicados rituales que se asocian a los elementos de la cosmovisión, interpretar
fenómenos meteorológicos y astronómicos, participar en el sistema de cargos
político-religioso, entre otros. Diversas investigaciones han mostrado que existen
un número de causas bien definidas que se repiten a lo largo y ancho del país: mal
de ojo, empacho, susto o espanto, caída de mollera, disentería, aires, brujería, entre
otras. (Bejarano, 2004).

2.3.2.1 Salud Mental en el Contexto Indígena.

Los efectos terapéuticos de las prácticas curativas que llevan a cabo los médicos
indígenas, se deben entender y analizar en el contexto en el cual se llevan a cabo, y
sobre las personas a quienes se aplica, ya que no tendrá el mismo efecto terapéutico
determinada práctica curativa indígena si se hace con personas por fuera de la
cosmovisión y cosmogonía propias de esa.

El procedimiento psicoterapéutico que utilice un psicólogo podrá tener mayores o


menores efectos dependiendo del contexto sociocultural en el cual su consultante
se encuentra inscrito. En este sentido, una fobia puede ser de más fácil resolución o
de un mejor abordaje para un médico indígena, si el consultante es un campesino o
un individuo perteneciente a dicha comunidad, que para un psicólogo que no
comparte toda una serie de costumbres y una cosmogonía propias de esa cultura, y
viceversa, un psicólogo puede tener mejores resultados con personas “citadinas”
que un médico indígena.

Para entender la forma de operar de la medicina indígena, se hace necesario


remitirse a la cosmogonía que tiene cada etnia. No se combatirá la enfermedad sino
la fuerza mágica que la provocó, no se trata de curar síntomas sino de tratar una
agresión mágica, por eso, cuando un enfermo moría se interpretaba no como que el
tratamiento fue inapropiado, sino que el enemigo que envió la enfermedad era
mucho más poderoso y sabio (Vallejo Samudio, 2006).

2.3.3 Terapeutas.

Conocidos popularmente como curanderos, hueseros, parteras, hierberos,


sobadores, ensalmadores, graniceros, rezadores o rezanderos, viboreras o
culebreros, y que en las lenguas indígenas reciben denominaciones específicas el
h'ilol (de tzeltales y tzotziles), el h'men (de los mayas), el mara'akáme (de los
huicholes), etcétera, nombres que pueden designar al "generalista" o al
"especialista" local. (Rojas Alba, 2006).

Aunque no existen registros exhaustivos que nos den cifras precisas sobre el
número de terapeutas tradicionales indígenas, y aunque las existentes se
encuentren desactualizadas, disponemos de cierta información indicativa de su
importancia: 1) En una encuesta realizada en 1984 en 3025 comunidades en donde
se ubicaban unidades médicas del Programa IMSS-Coplamar (actualmente IMSS-
Oportunidades), se registraron 13034 terapeutas tradicionales (es decir, había un
médico por cada cuatro terapeutas tradicionales); 2) El propio IMSS y la Secretaría
de Salud registraron en 1994 más de 23000 parteras rurales; 3) La CDI (ex INI) y el
propio IMSS-Oportunidades mantienen contacto con alrededor de 200
organizaciones de médicos indígenas. (Romero Palencia, A; Montiel Rojas, E; Gil
Bernal, F.M.E.; Del Castillo Arreola, A, 2015).

2.3.3.1 Formas de Iniciación y Aprendizaje.

El descubrimiento de la vocación e iniciación del curandero, así como su


entrenamiento o proceso de aprendizaje, están determinados por patrones
culturales, regionales y/o étnicos, que influyen en el campo de acción y en el
universo médico particular al que se ha de incorporar. Es casi un patrón general,
distinguirlo como "un hombre especial", "un sabio" u "hombre de conocimiento",
diferente del común, dotado de un "don" o "poder especial" que suele manifestarse
a cualquier edad, inclusive desde su gestación.

Esta predestinación suele reconocerse por señales físicas o corporales, y


comúnmente mediante revelaciones que van desde la interpretación de sueños
específicos o inducidos, en un estado alterado por la ingesta de plantas
alucinógenas, o por señalamiento divino, anunciado por la aparición de deidades o
entidades sobrenaturales propias de su cosmovisión. Suelen jugar también un
papel importante en tales predestinaciones las circunstancias de crisis, sean éstas
alteraciones de orden individual o familiar, tales como la muerte de un ser querido
o el padecimiento de una determinada enfermedad, que conllevan a desequilibrios
físicos y de la vida emocional que sólo desaparecerán ante el compromiso de
aceptar servir a su comunidad como curanderos.

El iniciado debe poseer cierta predestinación para el desempeño de sus tareas, al


igual que reunir características que le permitan ejercer sus funciones terapéuticas y
sociales específicas, como ser una persona fuera de lo común: inteligente, analítico
y observador; tener habilidades manuales que le faciliten ejecutar las técnicas
curativas, y, sobre todo, mucha habilidad para manejar un discurso común a su
paciente, a la vez que un lenguaje simbólico, verbal y corporal, que lo comunique
con lo divino, ubicándose así como intermediario entre el mundo humano y el
mundo sagrado.

Aunque no con la característica de regla general, es común que se presente un


patrón de transmisión hereditaria por línea directa (de padres a hijos) o paralela
(de abuelos, tíos, primos); es decir, una formación desde el seno familiar en el cual
se está relacionando con el lenguaje, los recursos, los procedimientos y, en general,
el saber médico.

Independientemente de que el patrón de transmisión sea o no hereditario, resulta


frecuente que a lo largo del proceso de formación, el aprendiz se entrene, junto a un
curandero experimentado, en calidad de ayudante o auxiliar. Durante este periodo
se le somete a pruebas (ayunos, dietas, abstinencia sexual, etcétera) en las que ha
de demostrar las cualidades que debe reunir un futuro curandero. Tanto en la
iniciación como en el proceso de formación y culminación de su aprendizaje, el
aprendiz suele someterse a ceremonias, a manera de exámenes, que lo forjan y
acreditan como curandero, y que son presididas por el maestro que lo instruyó y,
en ocasiones, por los más connotados curanderos de la región.

El acervo de conocimientos que ha de dominar (recursos, técnicas y


procedimientos preventivos, diagnósticos y curativos) está en función de diversos
factores, fundamentalmente del legado que ha heredado de su cultura médica
regional o étnica, del que se convierte en depositario, así como de la incorporación
de nuevas experiencias médicas, de los conceptos particulares, regionales o étnicos
con respecto a la enfermedad y sus causas, aunada al conocimiento de la anatomía
y fisiología del cuerpo humano. Es importante también el conocimiento del hábitat;
es decir, la geografía, composición de la flora y fauna de su medio ambiente natural
y la cosmovisión que de él tiene el grupo. Finalmente, el campo específico de la
medicina al que se incorporará; esto es, de la especialización en el manejo de
alguna técnica o recurso, o la atención de ciertas demandas en
particular. (Bejarano, 2004)
2.3.3.2 Tipos de Terapeutas (Curandero, Chamán, Brujo y Otros)

En cuanto al saber mesoamericano, se lo puede encontrar en dos principales ejes:


el espíritu mágico y el espíritu lógico, los cuales, a pesar de ser distintos, coexistían.
En el ámbito de la medicina se tenían dos escuelas: una de tradición chamánica;
entendiendo por chamán a un sacerdote curandero que se ocupaba de ciertas
enfermedades, la más frecuente de ellas era la pérdida del alma. El chamán recurría
para la recuperación de sus pacientes a los psicotrópicos (peyote, tabaco, frijoles
rojos cargados de mezcalina) y a las manipulaciones mágicas (encantamientos,
ofrendas).

La otra medicina consistía de un saber pragmático. En Mesoamérica había


curanderos que sabían tratar las fracturas, curar y vendar heridas; e incluso se
practicaban ciertas intervenciones obstetricias. Además, también curaban con
plantas o bien utilizando el principio activo de la aspirina, que para este tiempo ya
conocían y extraían de la corteza del sauce. (Rojas Alba, 2006)

2.3.4 Métodos Diagnósticos y Terapéuticos.

Los recursos de la medicina tradicional indígena constituyen un vasto conjunto de


elementos materiales y simbólicos adaptados a las características teóricas y
prácticas de este saber médico. A diferencia de la medicina alópata, académica o
científica, cuyos terapeutas se concentran esencialmente en el combate a un amplio
número de padecimientos articulados en el eje salud/enfermedad, los médicos
tradicionales indígenas amplían su campo de atención para concurrir a satisfacer
una demanda estructurada en el binomio equilibrio/desequilibrio, y para ello
emplean recursos materiales (plantas, animales, minerales, hidroterapia, etcétera)
y simbólicos (ligados a rituales y a procedimientos de eficacia simbólica), además
de sistemas de diagnóstico, clasificación y tratamientos de causas enfermantes y
desequilibrantes asociadas a su particular cosmovisión.

Por supuesto, el recurso principal siguen siendo los numerosos terapeutas


tradicionales distribuidos por todo el país que asisten a varios millones de seres
humanos, haciendo de la medicina indígena uno de los más importantes bienes
culturales con que cuentan las comunidades (Avello L, Avendaño O, & Mennickent
C, 2009)

2.3.5 Recursos Terapéuticos.


2.3.5.1 Herbolaria.

En México la herbolaria ha sido y sigue siendo un recurso para buscar la cura a las
enfermedades más comunes. Nuestro país ha sido geográficamente privilegiado, ya
que posee una de las floras más ricas en el plantea. Y su herbolaria se ha
enriquecido por la observación y paciencia de los pueblos que durante siglos, han
buscado su poder en la curación. La utilización de la herbolaria como medicina se
conoce aquí en México desde tiempos remotos, las tribus que habitaban todo el
territorio hacían gala de vastos conocimientos curativos, en Yucatán los mayas
tenían a los ah men, o sacerdotes médicos, entre los nahuas se llamaban tícitl, su
habilidad era tanta que los conquistadores preferían recurrir a ellos que a sus
propios médicos, como lo comenta Francisco Javier Clavijero en su Historia
Antigua de México, donde Cortés en peligro de perder su vida por una herida en la
cabeza recibida en la batalla de Otumba, fue diestramente curado por los médicos
tlaxcaltecas. Francisco Hernández, médico del rey Felipe II, enviado a estudiar la
fauna y la flora de la Nueva España –sobre todo las plantas medicinales-, se
admiraba de las “muchas hierbas, hojas, flores, raíces y semillas que empleaban en
las medicinas...” (Avello L, Avendaño O, & Mennickent C, 2009).

Durante el reinado de Moctezuma de 1440-1469 se creó un lugar de descanso para


la nobleza prehispánica en las tierras cálidas y bajas ubicadas al sur del valle de
Tenochtitlan, en el hoy Estado de Morelos, llamado El jardín de Oaxtepec.
Moctezuma ordenó que se usaran las aguas del manantial de Oaxtepec para formar
un sistema de riego que permitiera el cultivo y la conservación de las más
importantes especies vegetales del Imperio Mexica. Las plantas se cultivaron en
parcelas cuidadosamente diseñadas para conformar el primer jardín de América
varios siglos antes de que en Europa se tuviera una idea semejante a ésta. (Morales
Folguera, 2004)

Durante el siguiente siglo los españoles quedaron maravillados de la belleza del


lugar y tanto fue su simpatía por el lugar y porque eran numerosas las plantas
medicinales que los Mexicas habían conservado, que en ese mismo cerro los
españoles edificaron un hospital; El hospital de la Santa Cruz de Oaxtepec. Fue en
ese lugar donde durante el siglo XVI, se escribirían algunas de las obras más
importantes sobre herbolaria medicinal. (Morales Folguera, 2004)

2.3.5.2 Animales.

Históricamente, las comunidades indígenas de México han satisfecho gran parte de


sus necesidades materiales y  culturales a partir de la biodiversidad presente en sus
territorios, en este sentido el uso de las especies animales  con fines medicinales es
una práctica que hoy día sigue vigente en diversas etnias de nuestro país y forma
parte de su sistema cognitivo, el cual juega un papel fundamental en el proceso de
salud-enfermedad y en el funcionamiento de la comunidad misma.

Conocidas son las propiedades curativas del propóleos y del veneno de las
abejas como estimulantes del sistema inmunológico y por su actividad antiviral y
antimicrobiana. El propóleos combate puntualmente a cierta bacteria que suele
causar ulceras gastrointestinales, también es eficaz en tratamientos e infecciones
respiratorias. Hay más insectos con propiedades curativas. Hay culturas que
atribuyen a determinados insectos funciones analgésicas, anestésicas, diuréticas y
afrodisíacas. (Rojas Alba, 2006)
2.3.5.3 Minerales.

Solo por mencionar algunos de los minerales más comúnmente utilizados, destacan
el Albayalde o Albayaidle, el Alarcón, Azarcón, Coral, Luiga, o Rueda, la Greta, la
concha nácar, entre otros. (Avello L, Avendaño O, & Mennickent C, 2009)

2.3.5.4 Simbólicos.

En la tradición mesoamericana hubo variadas prácticas de curación vinculadas a


concepciones de la sobre naturaleza, se las distingue por sus denominaciones en su
artículo “Cuarenta clases de magos del mundo Náhuatl”.

Los diversos magos influyen sobre aspectos de la naturaleza, como los climáticos; o
de los seres humanos a fin de favorecerles o perjudicarles, vislumbrar el futuro
personal o comunal, o bien el de un infante al nacer; también para encontrar cosas
perdidas, restablecer fracturas en los huesos e incluso crear ilusiones ópticas o
entretenimiento. Posterior a la Conquista española sobre los conocimientos,
técnicas terapéuticas y creencias en torno a la salud y la enfermedad, se conservan
textos dictados por informantes indígenas (Bejarano, 2004).

2.3.5.5 Masajes.

Es una terapia de estímulo físico manual sobre el organismo que provoca


reacciones biológicas, psicológicas y sociales beneficiosas para su salud y para el
buen funcionamiento de su organismo. Su empleo milenario desde hace muchos
siglos antes de Cristo le permitió al ser humano observarlo y desarrollarlo. Existen
diversos tipos de masajes que han evolucionado con el pasar de los siglos,
específicamente Terapéutico (masoterapia).

Tipos de Masajes:

 El masaje de jabones o la jabono terapia: Tiene como objetivo estabilizar el


metabolismo y relajar el sistema nervioso central, también veremos
excelentes resultados exfoliantes. Existe en la actualidad un pueblo,
enclavado en los márgenes de la Sierra gorda en el estado de Puebla llamado
Cuetzalan, donde hoy en día se practica la elaboración de jabones
terapéuticos entre las mujeres nahuas y son ellas quienes además de usarlos
para masajear los cuerpos de quienes lo solicitan, han logrado hacer de esta
práctica un importante apoyo para la economía de sus comunidades, donde
el jabón ya forma parte de las manifestaciones de su cultura.

 El masaje con pies: Es de origen chontal, estos habitan en el Estado de


Tabasco, dar masaje con la planta de los pies significa para los indígenas, la
manera de traer al paciente a la realidad y al origen, la tierra,  compartir la
tierra de la que nació su árbol (cuerpo), El objetivo de este masaje es relajar
el sistema musculo-esquelético, con la vibración se despega la piel del
músculo; acción  que desintoxica al mismo liberándolo del acido láctico
acumulado por cansancio físico y mental.

 Masaje de relajación con manos: Este masaje es la fusión de las costumbres


de los Nahuas de Guerrero y el Edo. De México, Mazahuas y Matlatzincas
del Estado de México y Totonacas de Veracruz. Este masaje ayuda a eliminar
el ácido láctico (toxina del sistema muscular) y el exceso de líquido sinovial
en las articulaciones, incide también en el drenaje linfático de todo el
organismo. Estimulando la desintoxicación de la sangre y la piel por sus
pases fuertes. Fundamentalmente es un coadyuvante en la producción de
endorfinas (hormonas analgésicas) y serotonina (hormona del placer).

 Masaje con sales terapéuticas: Tiene su origen en las comunidades indígenas


mexicanas, el pase de serpenteado amplio y exprimido, es de origen
Purépecha del Edo. de Michoacán. En México las sales tienen un propósito
sanador y cosmético, las mujeres las usan para retirar los muertos (malos
recuerdos y acciones del pasado) es así que limpian la corteza de su árbol,
dándole una imagen pulcra y reluciente a su piel.
Las sales tienen propiedades tales como, desintoxicar, relajar los músculos y
la piel además de exfoliarla, también estimula el sistema excretor, acción
que promueve el desalojo de los líquidos retenidos por un mal
funcionamiento renal.

 Masaje metamórfico: Este será aplicado en zonas específicas del cuerpo, la


filosofía de este, es la metamorfosis del gusano a la mariposa de tal manera
que cuando lo recibimos tendremos la oportunidad de salir de nuestro
capullo para volar con nuestras propias alas en plena libertad. El pase que se
utiliza en este masaje es tradicionalmente usado en la región Totonacapan
en el estado de Veracruz.

 Masaje Prenatal: Es de Origen Pame en San Luis Potosí, Purépechas de


Michoacán, estimula es sistema nervioso central, producción de endorfinas,
dopamina, prolactina, estrógeno, testosterona y tiroidina, relaja y extiende el
sistema muscular.
Es importante señalar que en las comunidades indígenas el masaje es parte
del proceso de preparación para el parto, pues los pases que se aplican están
enfocados a relajar y extender los músculos de la pelvis, la ingle, la espalda y
los muslos sin agredir el abdomen de la futura madre.

 Masaje de piedras y aceite caliente: Desestresa al máximo el sistema


nervioso central, estimula la producción de mielina, serotonina, glucagón y
melatonina, estimula el sistema inmunológico. Es de origen Huave en
Oaxaca en San Mateo del Mar y Huichol en Nayarit. Para estos grupos
étnicos, la naturaleza es el origen de la vida, tienen la creencia de que si
abrazamos  un árbol, hablamos con las estrellas o frotamos una piedra por
nuestro cuerpo, nuestra vida mejorará, es esa la razón por la que se utilizan
piedras de mas que han sido tratadas debidamente para uso terapéutico. Sin
embargo es también único por su origen indígena y por su cercanía a las
prácticas del baño sagrado conocido como Temascal.

 Masaje reductivo y terapias estéticas: Por sus características de aplicación es


un masaje que acelera el ritmo cardiaco y eleva la temperatura del cuerpo,
cualidad que permite el calentamiento de la sangre y la consecuente quema
de grasa y eliminación de toxinas a través de la piel y la orina, acelera el
metabolismo significativamente, obligando al hígado y al aparato digestivo a
realizar sus funciones y procesar los alimentos más rápido y con mayor
exactitud. Este masaje es de origen Ñañu de Hidalgo, Totonacas de Palenque
Veracruz u Nahuas de Querétaro, Puebla y Morelos. (Avello L, Avendaño O,
& Mennickent C, 2009).

2.3.5.6 Temascal

Un temazcal (del náhuatl temazcalli, 'casa / templo de vapor', de temaz, 'vapor', y


calli, 'casa') es un baño de vapor empleado en la medicina tradicional y religión de
las culturas mesoamericanas y también de Norteamérica. Alonso de Molina lo
definía, en su diccionario de lengua náhuatl, como "casilla como estufa, adonde se
bañan y sudan". El término se refiere tanto al espacio físico como al ritual que en él
se lleva a cabo. El nombre equivalente en maya es zumpul-ché y en mixteco, ñihi.

La Ceremonia se realiza dentro de diversas estructuras, que van desde unas casas
hechas de carrizo / ramas de sauce cubiertas por petates, barro y/ o hierba en
formas de cúpula o cilíndrica horizontal de pequeña dimensión, comúnmente
llamadas toritos, hasta edificaciones de piedra y ladrillo. Estos últimos son los que
se observan en los códices mesoamericanos como el Códice Vindobonensis, el
códice Borgia o el códice Nutal e indican el tipo usado en aquel entonces y que se
mantiene en la mayoría de las poblaciones autóctonas de México.

Las personas que se bañarán en el temazcal deberán entrar gateando. Una vez
adentro los participantes, el guía, sudador o temazcalero vierte agua (a esta acción
es conocida como el "tlasas" o bien una infusión de plantas medicinales sobre las
piedras calientes que causa un efecto terapéutico tanto física como
emocionalmente al rememorar los tejidos en el estadio embrionario - dentro del
vientre materno. El vapor es manejado y dirigido por un guía hombre o mujer,
puede urdar un ramo frondoso de plantas y/o ramas tiernas de árbol con las que
abanica con movimientos suaves pero enérgicos.

Su uso principal es el de un baño cotidiano y terapéutico desde la antigüedad hasta


nuestros días, y su práctica sobrevive en la actualidad gracias a la tradición de las
distintas comunidades autóctonas. Se ha sofisticado su aplicación en la medida que
se practica en toritos de cemento o barro regularmente pequeños para un par de
personas y en grupos que buscan experiencias espirituales incorporan elementos de
baños propios de las comunidades nómadas de Aridoamérica. (Rojas Alba, 2006)
2.3.6 Organizaciones de Médicos o Terapeutas Indígenas.

Los  aparatos médicos sanitarios, por lo menos en América Latina, se plantean la


utilización de la medicina tradicional a través de algunos de los tipos de curadores
populares considerados casi exclusivamente en términos de recurso asistencial. A
su vez, una parte de los curadores populares se niega a ser incluida en el sector
salud, mientras que otro sector busca la legitimación profesional e ideológica.
Ahora bien, es en el análisis de la posibilidad de articulación de los dos tipos de
servicios que emergen, de manera explícita o implícita,  cuestionamientos mutuos,
así  como  las formas de articulación posible y los tipos dominantes, dadas las
relaciones de hegemonía/subalternidad que operan entre los mismos (Menendez,
1994).

2.4   Medicinas Tradicionales del Norte de México.

En México es cada vez más difícil encontrar grupos indígenas que no tengan que ver
directa o indirectamente con el uso de la medicina alopática. Los medicamentos de patente
(desde analgésicos hasta antibióticos, pasando por  determinados psicotrópicos), son de
uso cada vez más frecuente; una parte de estos fármacos han sido integrados a los sistemas
ideológicos nativos, como ocurre con la inclusión de frío/caliente en el caso de las
vitaminas y las aspirinas. Pero además una de las constantes en las reivindicaciones
sociales de casi todos los grupos étnicos mexicanos, tiene que ver con la solicitud de que el
Estado financie el establecimiento y mantenimiento de servicios biomédicos de salud, no
sólo de primer nivel, sino también de hospitales y de sistemas referenciales de un tercer
nivel alopático.

Esto no quiere decir que tales demandas se opongan ideológicamente al uso de su “propia”
medicina tradicional, sino que expresan la existencia de procesos que no pueden ser
entendidos en términos de partes aisladas unas de otras, pues tal proceder puede conducir
–y de hecho conduce– a no describir lo que ocurre en la realidad que se está “observando”.
Hasta hace unos años la etnografía del proceso, construida respecto de los grupos
indígenas latinoamericanos, excluía intencionalmente la descripción del uso, significado y
función de la medicina alopática, aún la utilizada “autónomamente” por los grupos
indígenas. Algunos trabajos llegaban a mencionar la presencia y uso de estas prácticas y
representaciones, pero sin desarrollar la descripción y análisis de las mismas y menos aún
incluyéndolas como parte del saber médico popular. Si bien en años recientes se ha ido
modificando esta manera de describir el saber médico popular –en este caso el de grupos
indígenas– lo dominante sigue siendo la exclusión.

Esto significa que un determinado modelo de pensar la realidad conduce no sólo a


empobrecerla sino, lo que es más grave, a no poder interpretarla, es decir, a  negarla en su
práctica. Partir de “lo tradicional”  a priori, buscar lo  tradicional definido  en  términos
ideológicos, reducir la realidad a sólo una de las partes tiene estas posibles consecuencias,
que pueden ser superadas si aplicamos una perspectiva relacional, que coloque por lo
menos entre paréntesis las definiciones a priori qué es lo más tradicional en el saber
médico popular y cuáles grupos son los más tradicionales. Desde el inicio dicha perspectiva
debiera remitir la problemática que se analiza al sistema de representaciones y de prácticas
que opera un grupo determinado en, por ejemplo, su trato con el enfermo, ya sea referido a
un padecimiento tradicional como el “empacho” o a una enfermedad definida en términos
alopáticos como la gastroenteritis. (Menendez, 1994).

2.5 Temas de Historia de la Medicina Tradicional en México.


2.5.1 Jardines Botánicos (Jardín Botánico de Moctezuma)

Los jardines botánicos del latín “hortus botanicus”, son instituciones habilitadas
por un organismo público, privado o asociativo (en ocasiones la gestión es mixta)
cuyo objetivo es el estudio, la conservación y divulgación de la diversidad vegetal.
Se caracterizan por exhibir colecciones científicas de plantas vivas, que se cultivan
para conseguir alguno de estos objetivos: su conservación, investigación,
divulgación y enseñanza. (Morales Folguera, 2004).

Los jardines botánicos en México datan de épocas prehispánicas, podemos


mencionar que los antiguos pobladores amaban la naturaleza y los jardines como
una forma de recreación de esta, perdura hasta la actualidad la fama del jardín
botánico que el emperador azteca Moctezuma Ilhuicamina, enamorado de la
belleza de Huaxtepec tras haberla conquistado, mandó construir en sus
inmediaciones un jardín botánico que incluía tanto plantas como animales de muy
diversas regiones. (Forero, 1975).

Podemos hablar de jardín botánico de Texcoco que el rey Netzahualcóyotl mandó


edificar, actualmente Texcoco cuenta con una de las universidades agrícolas más
prestigiosas, la Universidad Autónoma de Chapingo. El conocimiento botánico de
las diversas culturas prehispánicas era muy amplio, parte de este conocimiento se
conserva en el Códice Badiano, y el fruto de la laboriosidad y conocimiento
botánico de estos pueblos son las varias decenas de plantas domesticadas, tanto de
utilidad alimenticia, medicinal y económica, así como de plantas ornamentales. La
diversidad de climas que presenta el país hace que exista, asimismo, diversos
ecosistemas y una gran diversidad de especies en su flora. (Morales Folguera,
2004).

2.5.2 Códices (Badiano, Florentino)

Las fuentes escritas proceden casi todas ellas de los años subsecuentes a la
conquista española, pero no cabe duda de que son escritos testimoniales, algunos
de ellos redactados por indígenas que practicaban la medicina desde antes de la
llegada de los españoles; otros textos fueron redactados por quienes lo hacían
siguiendo la tradición de sus mayores y, unos más, transmitieron la opinión de
españoles que fueron testigos presenciales de cómo se practicaba esa medicina y
más de una vez se beneficiaron al ser curados con sus remedios, de modo que
plasmaron en el papel lo que averiguaron de ella y las experiencias que reunieron al
respecto. (Rojas Alba, 2006)

Las más importantes son tres, dos redactadas por médicos indígenas y la otra ni
más ni menos que por Francisco Hernández, uno de los médicos de cámara de
Felipe II, rey de España, a quien el monarca envió a México para estudiar los
recursos medicinales que se encontraban en esta tierras. La más importante es el
Libellus de medicinalibus indorum herbis, es decir, Librito de las hierbas
medicinales de los indios, documento que es más conocido como Códice de la Cruz
–Badiano, por el nombre del médico tlatelolca que lo redactó y de Juan Badiano,
letrado xochimilca quien lo tradujo al latín. Escrito en 1552 y destinado a ser un
regalo para el rey de España, el “librito” pretende ofrecer una visión general de lo
que era la medicina practicada por los médicos indígenas, consignando un buen
número de recetas, ya que no habla de plantas, sino de con qué y cómo preparar los
compuestos y la forma de administrarlos o aplicarlos en diversas
enfermedades. (Forero, 1975)

Su división en trece capítulos evoca los trece cielos que tenía el universo de acuerdo
a la cosmovisión prehispánica y refiere las enfermedades en un orden que va de la
cabeza a los pies, para luego hablar de enfermedades generales y terminar con los
problemas relacionados con el parto y con los signos clínicos de la proximidad de la
muerte. Por supuesto las invocaciones y hasta las alusiones a las divinidades y los
contenidos mágicos son disfrazados y muchas veces seguramente eliminados a fin
de no incurrir en sospechas de idolatría.

Durante la segunda mitad del siglo XVI, el fraile franciscano Bernardino de


Sahagún se dio a la tarea de aprender la lengua e investigar la cultura de los
indígenas del centro de la Nueva España. Producto de sus empeños fue el llamado
Códice florentino que, sin lugar a dudas, ha llegado a ser una de las fuentes más
importantes de conocimiento del México anterior a la Conquista española, el cual
fue elaborado con base en un exhaustivo trabajo de investigación que se extendió
varias décadas. (Forero, 1975)

Durante la segunda mitad del siglo XVI, el fraile franciscano Bernardino de


Sahagún se dio a la tarea de aprender la lengua e investigar la cultura de los
indígenas del centro de la Nueva España. Producto de sus empeños fue el llamado
Códice florentino que, sin lugar a dudas, ha llegado a ser una de las fuentes más
importantes de conocimiento del México anterior a la conquista española, el cual
fue elaborado con base en un exhaustivo trabajo de investigación que se extendió
varias décadas.

Su autor quería dotar a sus hermanos de orden del medio adecuado para acceder a
mayores logros en las labores de evangelización, precisamente a través de una
mejor comprensión de la cultura de los indígenas. Por ello ofrece un extenso
documento compuesto por doce libros de variadas dimensiones y ordenado en dos
columnas escritas en caracteres latinos; una redactada en lengua náhuatl, la otra en
español, a la cual se ha dado el título de Historia general de las cosas de Nueva
España. Ambas presentan ilustraciones y viñetas alusivas a las narraciones, de muy
buena calidad. Podría pensarse, que el contenido en una columna es versión exacta
de lo que se lee en la otra; sin embargo, una revisión más detenida permite advertir
variaciones importantes. (Morales Folguera, 2004)

2.5.3 Expedición de Francisco Hernández.

Francisco Hernández de Córdoba  era un conquistador español, conocido a la


historia principalmente para la expedición desdichada que condujo en 1517, en el
curso de que las primeras cuentas europeas de la Península de Yucatán se
compilaron. Juntos con aproximadamente 110 pobladores españoles descontentos
en Cuba colonial temprana, Hernández de Córdoba presentó una solicitud al
gobernador, Diego Velázquez de Cuéllar, para el permiso de lanzar una expedición
en busca de nuevas tierras y recursos explotables. Este permiso se concedió
después de que un poco de regateo de términos y la expedición que consiste en tres
barcos bajo la orden de Hernández de Córdoba dejaron el puerto de Santiago de
Cuba el 8 de febrero de 1517, para explorar las orillas de México del sur. El piloto
principal era Antón de Alaminos, el navegante del estreno de la región que había
acompañado a Cristóbal Colón de sus viajes iniciales; Los pilotos de los otros dos
barcos eran Juan Álvarez y Camacho de Triana.

Durante el curso de esta expedición muchos de Hernández hombres se mataron,


mayoría durante una batalla cerca de la ciudad de Champotón contra un ejército
maya. Él mismo se hirió y murió unos días poco después de su vuelta a Cuba.
Bernal Díaz del Castillo era un miembro de la expedición y escribió sobre su viaje.
Esto era el primer encuentro de los europeos con una civilización avanzada en las
Américas, con edificios firmemente construidos y una organización social compleja
que reconocieron como comparable a aquellos del Viejo Mundo. También tenían la
razón de esperar que esta Tierra Nueva tuviera el oro. Poco se conoce de la vida de
Córdoba antes de su exploración de Yucatán. Un natural de España, vivía en Cuba
en 1517, indicando que había participado en la conquista de la isla. También era
completamente rico, como él tanto poseía una finca hacendada, incluso una ciudad
natal, como financiaba su expedición a México. (Rojas Alba, 2006)

2.5.4 Los Herbarios Nacionales.

Un herbario es una colección científica ordenada de plantas secas o herborizadas.


Dentro de estas colecciones es posible encontrar las semillas de las plantas, frutos,
madera, pétalos y fotografías de las plantas en su estado natural o dentro de
colecciones vivas o jardines botánicos. 
La importancia del herbario radica en tener representada y sistematizada parte de
la biodiversidad vegetal, para posteriores estudios, análisis o investigaciones;
cubriendo de alguna manera la necesidad de conocer la composición vegetal de
algún grupo de plantas en estudio. Por otro lado las colecciones de trabajo
permiten mantener una amplia variabilidad genética de alguna especie in vivo,
para estudios de caracterización morfológica y molecular en busca de alguna
particularidad que potencialice su uso y se preserve en estado natural a través de
los años. (Forero, 1975).

2.6  Sistemas curativos religiosos.


2.6.1 Espiritualismo.

La creencia es una curación milagrosa, aparece como el motivo principal de la conversión


en contextos muy diferentes con sujetos sociales distintos, pueden ser de clase media y
media baja que acuden de distintas colonias aledañas y de diferentes estados de la
República Mexicana, aunque pertenezca la mayoría a la religión católica, los espiritualistas
los aceptan porque dicen que hay un solo Dios.

Como espiritualistas, el poder curativo que nos interesa es el espiritual, el cual se define
como: La capacidad que Dios Todopoderoso entrega a sus seguidores para mantener o
restaurar la salud, ya sea para uso propio o para el beneficio de los demás. Todo esto
dentro de los límites que establece la voluntad de Dios Todopoderoso. Dicho de otra forma,
la curación no es invocar a los poderes del cielo, ni tampoco dar una receta y mucho menos
dar una clase forma de religión o teología; la curación es individualizar el mensaje de Dios
Todopoderosos para cada enfermo, y así sean satisfechas sus necesidades. Lo cual es,
indiscutiblemente muy difícil si no se vive el espiritualismo, o se piensa que el
espiritualismo es algo solo para quienes sepan maya o hebreo, o para quienes sean
vegetarianos o hayan estudiado teología. (Bejarano, 2004)

2.6.2 Cultos Afroamericanos (Santería)

La Santería o La Regla Lucumi se originan en el Oeste de África, en la región conocida


actualmente como Nigeria y Benín.  Es la religión tradicional del pueblo Yoruba.  La trata
de esclavos trajo muchos de estos Yorubas a las costas de Cuba, Brasil, Haití, Trinidad y
Puerto Rico, entre otros sitios. Pero junto con los cuerpos que se trajeron para venderlos a
una vida de miseria, algo más se trajo: su alma, y su religión. 

Antes que nada, la Santería no es una religión "primitiva".  Al contrario, los Yorubas eran y
son un pueblo muy civilizado con una rica cultura y un sentido muy profundo de la ética. 
Creemos en un Dios, conocido como Olorun u Olodumare. Olorun es la fuente del ashe, la
energía espiritual de la que se compone el universo, todo lo vivo y todas las cosas
materiales.

Olorun interactúa con el mundo y la humanidad a través de emisarios.  Estos emisarios se


llaman orishas.  Los orishas gobiernan cada una de las fuerzas de la naturaleza, y cada
aspecto de la vida humana.  Podemos acudir a ellos, pues es sabido que ellos acuden en
ayuda de sus seguidores, guiándonos a una mejor vida material, así como también una
mejor vida espiritual.

La comunicación entre los orishas y los humanos se logra a través de ritos, rezos,
adivinación y ebo u ofrendas (las cuales incluyen sacrificio).  Canciones, ritmos, y
posesiones por trance son también otros medios a través de los cuales interactuamos con
los orishas, de ese modo podemos influenciar nuestra vida diaria para que ellos nos guíen
hacia una vida más profunda y completa durante nuestra estadía en este mundo.

En el Nuevo Mundo, los orishas y la mayor parte de su religión fue ocultada detrás de una
fachada de catolicismo, a través de la cual los orishas fueron representados por varios
santos católicos.  Los dueños de esclavos de esta forma decían: "mira cuan beata es esta
esclava.  Se pasa todo el tiempo venerando a Santa Bárbara".  Lo que ellos ignoraban es
que ella en realidad le estaba rezando a Shango, el Señor del Relámpago, el fuego y la
danza, y que inclusive quizás le rezaba para que la librase de su mismo dueño.  Así fue
como la religión llego a ser conocida como Santería.  El recuerdo de este periodo de
nuestra historia, es la razón por lo que muchos dentro de nuestra religión consideran el
termino Santería derogatorio (Bejarano, 2004).

2.6.3 Cultos de Sanación (Pentecostés, Católicos)

La ciencia médica abusa cuando sobrepasa sus límites para transformarse en la nueva
secta religiosa que censura y rechaza conceptos que no conoce, que ignora, o que le son
extraños, no hay nada más acientífico que negar lo que se desconoce, y peor, cuando se
falta el respeto a la libertad de creer, y de pensar lo que se quiera, agrediendo sobre todo a
los conceptos ideológicos vulgares, y etno-culturales marginales. La ciencia médica
occidental está plagada de prejuicios, supuestos valores, y directivas ideológicas
insoportablemente etno-céntricas, las que se manifiestan con frecuencia abiertamente, o
muchas veces de manera subliminal, todas ellas emanadas de la creencia dominante en la
sociedad de donde procede la comunidad médica.

Aquí hay  dos ejemplos de etnocentrismo, uno judío-cristiano, y otro procedente de la


antigua religión griega. Los médicos mexicanos comparten o al menos respetan cuando
uno de sus pacientes les asegura que el vino y el pan se transforman en la sangre y carne de
Jesucristo, durante el sacramento del altar, y que al ingerirlos en el ritual de la comunión,
muchos de los males pueden sanar, incluso aquellos considerados incurables por la ciencia,
tales como el cáncer; los galenos más escépticos no darán crédito a eso, otros podrán decir
que los milagros son fenómenos de fe y nada más, sin embargo, en ambos casos se
manejarán con respeto frente a la creencia de su paciente, ordinariamente siendo la suya
misma; un trato muy diferente reciben las personas que comentan en el consultorio estar
enfermos por haber visto al nahual, o que los chaneques le han robado el tonalli al niño
enfermo, en estos casos es común ver la risa burlona, e irónica del galeno, quién le dirá a su
paciente, que eso no es cierto, que se trata de una superchería, y le pedirá que deje de creer
en esas cosas de “ignorantes” y de gente “supersticiosa”. (Romero Palencia, A; Montiel
Rojas, E; Gil Bernal, F.M.E.; Del Castillo Arreola, A, 2015).

TRABAJO

Elaboración de Ensayo sobre la “La Transición de la Medicina”

Elabora un ensayo sobre la transición de la medicina basada en la tradición prehispánica a


la medicina moderna.

El alumno debe explicar la comprensión de la transición de las prácticas médicas de la


tradición prehispánica, pasando por su desarrollo a través de la conquista, la colonia, y la
era independiente, concluyendo en la medicina actual. Deberá tener en cuenta las
particularidades de cada era, así como las prácticas de curación más comunes de la época,
pudiendo citar a otros autores, respetando el formato y la extensión de la misma.

Formato de Entrega:

 Mínimo una cuartilla y un máximo de tres.


 El texto deberá respetar una tipografía Arial 14 para los títulos y subtítulos y 12
para el texto.
 Párrafos de no más de 8 renglones de extensión.
 Cuidar la ortografía, redacción, además del uso correcto del lenguaje.
 Utilizar al menos tres fuentes confiables y agregarlas utilizando el formato APA 5ª.
Edición. (Checar en el link https://www. youtube.com/watch?v=uGgpzRxMvGA
que contiene un tutorial de cómo agregar fuentes utilizando la regla APA 5ª edición)
TRABAJO 2

Elaboración de Tabla Comparativa sobre “Los Servicios de Salud en


México en diferentes Épocas”

Ejemplifica en una tabla comparativa los puntos en común de los servicios de salud
actuales con los del México prehispánico, colonial y del siglo XIX.

Realizar una comparación de las características que persisten en la práctica de la


medicina y el cuidado de la salud desde la era prehispánica, la colonia y la
ocupación española y el siglo XIX, contrastando sus aplicaciones y sus objetivos.

Formato de Entrega:

 Creada en un documento de Word


 Uso de la tipografía Arial 12 para el texto y 14 o 16 para los títulos y
subtítulos
 Utilizar los recursos del programa como tablas, WordArt, y otros, de forma
horizontal o vertical.
 La extensión es variable, aunque se evaluará el contenido de la información,
la relación entre los elementos descritos, la organización de la información y
la integración de las partes expuestas. 

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