Aronson y Algranti - Globalizacion - Complejidades Superposiciones y Dimensiones de Analisis
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COMPLEJIDADES, SUPERPOSICIONES
Y DIMENSIONES DE ANÁLISIS
PERLA ARONSON
JOAQUÍN ALGRANTI
Cuando en 1973 tiene lugar la gran crisis capitalista, con inflación y bajo crecimiento
económico, las ideas del grupo comienzan a adquirir influencia. El diagnóstico que
realizan identifica tres fuentes a las que atribuyen ser la causa del deterioro de la
economía: el excesivo poder de los sindicatos, la influencia negativa del movimiento
obrero sobre las bases privadas de acumulación en virtud de las presiones sobre el
nivel de los salarios, y el excesivo gasto social por parte del Estado. Según indican,
los tres elementos contribuyen a la caída de la tasa de ganancia de las empresas,
proceso que genera inflación. Ante tales cuestiones, proponen una serie de soluciones
dirigidas a restituir al Estado la fortaleza perdida, de modo de que cuente con
dispositivos adecuados para quebrar el poder sindical; asimismo, formulan la
necesidad de reducir el gasto social, lograr la estabilidad monetaria y hacerse cargo de
que siempre existirá una
tasa natural de desempleo. Con respecto a lo último, subrayan los beneficios derivados
de esa tasa, ya que los desempleados presionan hacia la baja de salarios. En la misma
dirección, estimulan la implementación de un programa de reformas fiscales con
reducción impositiva sobre rentas y ganancias, suspensión de las medidas estatales
anticíclicas e interrupción de las políticas orientadas a la redistribución social de la
riqueza.
A su vez, y también con el propósito de precisar conceptos, los autores ahondan en los
contrastes entre globalización y mundialización. Si bien algunos los utilizan como
sinónimos, quienes se valen de la noción de mundialización tienden a resaltar el
costado estructural de la realidad social, es decir, un ámbito en el que todas las
sociedades del planeta se hallan integradas dentro de un ordenamiento que coloca a
algunas en el centro y a otras en la periferia. Los interesados en el perfil cultural de las
transformaciones en curso, reservan el término mundialización a una particular visión
del mundo y del universo simbólico propios de la civilización actual En cuanto
dominio específico de la cultura, mundialización refiere a un universo en el que
conviven tendencias transversales y movimientos de preservación que, como en el
caso del idioma inglés, atraviesa lingüísticamente el espacio mundial, aunque no anula
la existencia de otras lenguas.
1
Cfr., entre otros, Crítica de la globalidad. Dominación y liberación en nuestro tiempo (1999), V. Flores
Olea y A. Mariña Flores, Fondo de Cultura Económica, México; pp. 11-16 y 23); ¿Globalización o
mundialización? Teoría y práctica de procesos productivos y asimetrías de género (2000), M. Roldán,
Universidad Nacional de la Patagonia (SJB)-FLACSO-EUDEBA, Buenos Aires.
fundamento (Mato, 2001). También hay quienes la asimilan con el “libre comercio”,
razón por la cual la definición se traduce en una idea de globalización en cuanto
derivación de la voluntad deliberada de una minoría de gobernantes y tecnócratas que
conspiran en la oscuridad de sus despachos.
Los que hacen foco en las repercusiones positivas que produce sobre el mercado
laboral, juzgan que los cambios ocurridos contribuyen a democratizar las relaciones
como consecuencia de la aparición de una nueva modalidad organizativa de carácter
horizontal que supone la caída de las jerarquías directivas que regían en el pasado. En
contraste, los reparos se dirigen en particular al retroceso experimentado por las
conquistas sociales de los trabajadores, quienes son continuamente advertidos sobre la
necesidad de renunciar a sus derechos por constituir “rigideces” que conspiran contra
la libertad de mercado.
En cuanto a las concepciones de cuño político, algunos analistas destacan que las
fronteras territoriales del Estado-Nación se han vuelto porosas a raíz del impacto
ejercido sobre ellas por los capitales internacionales, y su consecuente valorización a
escala regional. Por el contrario, una segunda perspectiva remarca las ventajas
derivadas de la preponderancia de las empresas multinacionales, las que en
comparación con el Estado-Nación poseen mayor capacidad para crear fuentes de
trabajo y transferencia de tecnología a las regiones donde se localizan.
2
Algunos se vuelven globales; otros quedan inmovilizados en la localidad. Y son precisamente los
globales quienes imponen las reglas de juego y los valores, procedimiento que excede el control de los
locales (Bauman, 1999).
Para sintetizar las temáticas tratadas, y sirviéndose de los autores citados más las
elaboraciones realizadas por todos aquellos que Ud. considere apropiados para agregar
conocimiento al problema, indique:
1) ¿En qué consiste la complejidad del concepto de globalización?
2) A grandes rasgos, ¿cuáles son las clasificaciones que pueden servir a modo de
orientación?
3) La globalización, ¿es un fenómeno de carácter unidimensional?
4) ¿Mundialización y globalización pueden ser usados como sinónimos?
Entre las perspectivas que hacen hincapié en la dimensión económica, sobresale una
línea basada en las ventajas que otorgan las “oportunidades de negocios”. El promotor
de las ideas y recomendaciones que convocan a la implementación de métodos de
rentabilidad estrictamente internacionales, es Keinichi Ohmae, uno de los así llamados
“gurúes empresariales”. Su propuesta llama a sellar acuerdos entre las empresas de
Europa, Japón y Estados Unidos para disminuir las barreras comerciales5 en el marco
de una economía globalizada en condiciones de movimiento continuo y difuminación
de las fronteras. Como el escenario mundial diseña un marco donde los capitales
persiguen los mejores productos y los más altos retornos de la inversión realizada sin
ningún miramiento por su proveniencia, y como la cibernética, la tecnología y las
comunicaciones erigen nuevas formas de hacer negocios, lo que surge es un nuevo
entorno al que Ohmae denomina “continente invisible”: un campo de batalla
dramático
3
«Como resultado de la aplicación de políticas de apertura al exterior, la mayor parte de los países de
Asia Oriental, que se contaban entre los más pobres del mundo hace 40 años, se han convertido en países
dinámicos y prósperos. Asimismo, a medida que mejoraron las condiciones de vida fue posible avanzar
en el proceso democrático y, en el plano económico, lograr progresos en cuestiones tales como el medio
ambiente y las condiciones de trabajo» (Ibíd.).
4
En la forma de diez tesis que reconstruyen la trayectoria del capitalismo desde su surgimiento hasta la
finalización de la guerra fría y el desmoronamiento del socialismo soviético, José María Vidal Villa es
uno de los autores que desarrolla con más detalle el proceso mencionado; desde una perspectiva
marxista, fundamenta la preeminencia del capitalismo, «[...] único modo de producción dominante a
escala planetaria, sin rivales ni alternativas a corto plazo», en Mundialización. Diez tesis y otros artículos
(1998), Icaria-Antrazyt, Barcelona, p. 83.
5
La formulación de tales propuestas forman parte del texto El poder de la tríada, McGraw-
Hill/Interamericana de España, 1991.
y volátil, donde se dirime el enfrentamiento entre las compañías y los países que
procuran regularlas6. El lanzamiento del sistema operativo Windows y la creación de
la cadena de noticias CNN, ejemplifican la competencia para trasponer limites y
operar a escala mundial. Su exhortación para que los líderes políticos reconozcan la
necesidad de no interferir en las actividades empresariales y para que los funcionarios
gubernamentales respalden el proceso globalizador, coloca en el centro a las
compañías multinacionales –árbitros y actores principales del naciente escenario
económico–, junto a los mercados regionales o Estados-Región –factores básicos de la
internacionalización productiva (Ohmae, 1995). ¿Cuáles son los rasgos que
sistematizan el concepto de Estados-Región? Por un lado, constituyen la única vía
posible para asegurar el desarrollo; por otro, en cuanto unidades naturales de
negocios, vienen a reemplazar a los Estados-Nación los que, según el autor, han
perdido capacidad para generar actividades rentables. Pueden ubicarse dentro de los
Estados-Nación o bien atravesar sus límites, pero para que funcionen deben contar
con mercados preexistentes, ya que las empresas se dirigen sólo a aquellos lugares
donde existen negocios atractivos y recursos suficientes. Tienen que ser tan pequeños
como para asegurar que sus ciudadanos compartan intereses en el plano del consumo;
pero su tamaño debe guardar relación con las necesidades de instalaciones de
infraestructura, comunicaciones, transporte y servicios profesionales, de modo de
permitir su participación en los negocios globales. El papel que Ohmae reserva para
los Estados-Nación se reduce al de catalizadores o facilitadores de los Estados-
Región, dado que sus funciones no se contraponen: los Estados-Región no buscan
detentar soberanía política ni operar como instituciones centralizadoras; desde el
punto de vista industrial, tampoco pretenden concentrar la producción. Luego, se trata
de aceptar que la propiedad extranjera y los productos foráneos son herramientas
incuestionables para el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones y del
acceso a bienes y servicios de mayor excelencia. La globalización económica así
entendida, refiere a cambios en la geografía mundial de la industria que se expresan
en la dispersión del proceso productivo, la concentración de la administración de esos
procesos en unos pocos centros organizativos y financieros, la ruptura de las barreras
nacionales para facilitar la libre circulación de productos y servicios y la
conformación de un mercado mundial integrado. Para acompañar dichos
movimientos, resulta indispensable la formación de bloques económicos que
funcionen con la lógica del libre comercio, y cuyos objetivos contribuyan a la
reproducción del capital.
6
La invisibilidad consiste en el perpetuo movimiento y la atenuación de las fronteras, pese a que las
actividades de intercambio de bienes y servicios sigan desarrollándose tradicionalmente. A la par, da
cuenta de una exacerbación del dinamismo de los capitales ayudados por la dimensión cibernética, cuyos
descubrimientos tecnológicos y comunicacionales determinan una nueva forma de hacer negocios y de
relacionarse personalmente. La economía reconfigurada estimula la capacidad financiera y establece
bases nuevas para la generación de riquezas (The Invisible Continent. Four Strategic Imperatives of the
New Economy, Harpers Collins, 2001).
Estados-Nación que intercambian internacionalmente sus productos y se relacionan
entre sí sin renunciar a su estatus de instituciones soberanas: emiten moneda, definen
tasas de cambio y controlan los intercambios aduaneros. El segundo momento, abarca
la etapa que va desde el fin de la segunda guerra mundial hasta los años setenta,
cuando las empresas multinacionales comienzan a operar sobre una base
verdaderamente mundial y localizan sus tareas, sus ciclos productivos, la
comercialización y las actividades financieras, en cualquier parte del mundo,
buscando utilizar a su favor las diferencias nacionales, optimizar equipos y maximizar
la producción. En esta fase, son las empresas las que se vinculan entre sí formando un
auténtico tejido de intercambio mundial. Por fin, la globalización (cuyo comienzo data
aproximadamente de la década del ochenta), acelera las tendencias anteriores, con el
agregado de nuevas características que radican en la mundialización de las finanzas y
la desregulación de los mercados monetarios, registrándose una interconexión
instantánea e inmediata entre todas las plazas financieras ayudada por la aparición de
intermediarios privados que aprovechan los medios informáticos para operar en
cualquier bolsa del mundo. La globalización, entonces, encierra una doble condición:
mientras el mundo se globaliza también se regionaliza; y todo ocurre por obra de la
apertura de los mercados. De tal forma, las empresas se concentran sobre su actividad
principal, es decir, sobre los esfuerzos para paliar las amenazas de sus competidores,
estrategia que se traduce en la conformación de nuevas instituciones destinadas a la
protección regional. Por último, y en consonancia con lo anterior, la globalización
adquiere carácter cualitativo puesto que implica el fin del predominio del modelo
norteamericano que imperó durante la segunda fase, cuando independientemente del
origen de las inversiones, el prototipo digno de copia era la compañía estadounidense.
En el tercer momento, en cambio, ingresan al mercado mundial nuevas culturas
empresariales que disputan con las modalidades previas de organización y gestión de
la producción7.
Los contenidos del paradigma liberal, incluyen una definición del hombre que lo
caracteriza por su racionalidad, capacidad que constituye un atributo de las personas
individuales más que de los grupos. El individualismo que sostiene es abstracto, ya
que procede con independencia de las circunstancias históricas y sociales de los
sujetos. El énfasis recae en el egoísmo racional, medio propiamente humano para
obtener el máximo beneficio y el mínimo perjuicio. En cuanto al orden social, la
buena sociedad es aquella que brinda oportunidades para el logro de la maximización
de las propias preferencias: «[...] cada individuo, al perseguir sus propios fines, ayuda
a la sociedad en su conjunto» (Bell, 1976: 349). De este modo, el individualismo,
asociado a la racionalidad, la información y la elección regida por el cálculo,
contribuyen a configurar el bien social, constituido por la suma de utilidades
individuales. Desde luego, la corriente neoclásica se opone a que sea el gobierno el
que se ocupe de la redistribución de los recursos, con lo que también rechaza la
posibilidad de que exista una entidad que
7
Ver también las etapas que Jacques Chonchol desarrolla en «El poder en la economía mundial»,
Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura, diciembre, disponible en
http:/rcci.net/globalización/index.htm
garantice los derechos, puesto que el bienestar de los más desfavorecidos se repara a
través del efecto “goteo” o el derrame de las riquezas que fluyen de arriba hacia abajo.
Al Estado se le reserva una actividad específica: el control de la esfera pública, vale
decir, la defensa contra la violencia de otras sociedades (mediante la constitución de
fuerzas armadas), la protección de los individuos contra la violencia de otros
individuos de la misma sociedad (mediante la administración de justicia) y la
construcción y el mantenimiento de obras y establecimientos públicos que no
proporcionan ganancias y, por tanto, no revisten interés para individuos ni para grupos
particulares. En este marco, la globalización prueba ser el dispositivo adecuado para
concretar el bienestar basado en la eficiencia individual. Ciñéndose a la posición
hiperglobalizadora, los adherentes al liberalismo sólo advierten el costado positivo del
proceso al que ven como factor corrector de los males que padece la sociedad mundial
–incluida la pobreza– en virtud de su categórica competencia para ordenar la marcha
de la economía y del desarrollo empresarial.
8
Para reforzar el juicio, se argumenta que «[...] las estructuras estatales han llegado a ser (¿han sido
siempre?) un obstáculo importante para la transformación del sistema mundial» (Wallerstein, 1998); y el
hecho de que los individuos y los grupos sigan reclamándoles intervención no hace más que poner en
evidencia la necesidad de contar con su asistencia. Luego, «[...] no es incongruente que hoy las mismas
personas se vuelvan hacia el estado (para que los ayude a sobrevivir) y denuncien al estado y la política
en general como inútiles e incluso nefastos (en términos de la reestructuración del mundo en la dirección
que esperan que pueda ir)» (Ibíd.).
las fuerzas políticas nacionales, y en capacidad de desarrollar la dimensión social de
las instituciones. Reformular la configuración institucional supone, en este caso,
controlar el poderío del mercado, inhibiendo todo retroceso en materia de conquistas
sociales y creando las bases para un internacionalismo critico9.
Los distintos autores de esta corriente, aun los que difieren en sus razonamientos,
destacan el deterioro de la clásica relación entre economía y política como actividades
complementarias. Tal como señalan, la conexión entre ambas, sufre el ataque de dos
fenómenos concomitantes: la desnacionalización de la economía –por efecto de las
nuevas tecnologías y el incremento de la productividad derivado de ello– y la
ampliación de la disponibilidad de una fuerza de trabajo barata. Cada vez más, las
operaciones de los inversionistas consolidan un capitalismo de accionistas, en
detrimento del capitalismo participativo. El decaimiento de la influencia política sobre
la economía, particularmente en el plano tributario, profundiza las fisuras, lo que
desemboca en la pérdida de solidaridad social y en la formación de enclaves pobres en
los países ricos y regiones prósperas en las naciones pobres.
A diferencia del capitalismo que atenuaba los costos del desarrollo económico con
políticas de corte democrático que moderaban la actuación de la banca y los
mercados, permitían la organización sindical y generalizaban los ingresos
asistenciales, la nueva economía se configura con una elite que opera sin ningún
freno. Si a lo largo del siglo XX la combinación de nuevos modos de legitimación e
integración configuraron un entorno donde se reconciliaron el activismo ciudadano
con el desarrollo de la economía 10, el arreglo se ha restringido a partir de la
disminución del papel de la política para poner límites a los desbordes de la economía.
La situación, entonces, refleja dos tipos de crisis que son producto de presiones
contradictorias: una perturbación en el nivel de operatividad y una crisis de
legitimidad de la política que implica que cada vez menos personas se sientan
representadas por ella y, por lo tanto, muy pocas se hallen dispuestas a poner en riesgo
sus vidas por causas nacionales (Castells, 1997). Dada su voluntad de cambiar las
instituciones para hacerlas más humanas, los adherentes a la corriente crítica podrían
inscribirse en la categoría de los transformacionistas, por cuanto no solo denuncian la
colonización económica sobre el conjunto de la vida social, sino que llaman la
atención sobre las subsecuentes pérdidas que conlleva la globalización. No la
desconocen, pero destacan su costado injusto y proponen soluciones para remediarlo.
9
En opinión de Bourdieu, «la ideología de la competencia es muy adecuada para justificar una oposición
que se parece un poco a la de los amos y los esclavos: por un lado, unos ciudadanos al ciento por ciento
que tienen capacidades y actividades muy poco comunes y extraordinariamente bien pagadas [...], y, por
otro lado, una masa de personas condenadas a los empleos precarios o al paro» (Ibíd.: 61).
10
Para más detalles, sobre todo en lo concerniente a las diferencias del tipo de intervención del Estado y
la nación en la conformación de este perfil, véase Habermas, 1999.
1) ¿Qué diferencias pueden apreciarse entre las distintas interpretaciones acerca
de la dimensión económica de la globalización?
2) ¿Cuáles son las semejanzas y las disparidades entre la visión liberal y la
crítica?
3) Si tuviera que realizar una cronología del desarrollo capitalista a lo largo de la
historia, ¿cómo organizaría las etapas que operan como antecedente del actual
estadio?
4) Sitúese ante la globalización como un observador desinteresado. ¿Cree que
resulta apropiada la afirmación según la cual la globalización constituye una
transformación que está creando una sociedad poscapitalista?
Otras perspectivas, de tono más crítico, entienden que las mutaciones espacio-
temporales de la globalización se traducen en nuevas formas de polarización social
(Bauman, 1999). El pasaje de la modernidad “sólida” a la modernidad “líquida”
apunta a captar el cambio de un modelo de sociedad –fundado fuertemente en una
división estructurada, permanente y no negociable del territorio– al predominio de la
velocidad y el libre movimiento sobre los límites del espacio. En este marco, destaca
la “nueva ingravidez del poder” propia de una elite financiera y extraterritorial capaz
de
desatenderse de las consecuencias de sus actos, de las responsabilidades sociales, así
como del efecto de estratificación que pesa sobre los excluidos del modelo
económico. Los ganadores de la globalización logran emanciparse de los límites del
territorio, y pasan a habitar el tiempo fluido de las comunicaciones, el movimiento y
el intercambio cultural que ofrece la idea de una pertenencia múltiple: la libertad de
los “ciudadanos del mundo”. Los perdedores, en cambio, enfrentan las consecuencias
sociales de la exclusión, la atadura física que implica la imposibilidad de desplazarse
con la consecuente dificultad para nombrar, explicar y comprender las fuerzas a las
que se encuentran sometidos. La ausencia de recursos materiales y simbólicos
sumerge a los excluidos en el espacio, mientras vacía al tiempo de su potencial de
cambio. Este mundo de “turistas y vagabundos”, cartoneros y empresarios, plantea
una radicalización de los ejes sociales que separaban el tiempo y el espacio,
produciendo la polarización de la cultura.
Para hacerlo, puede partirse del rechazo, o mejor dicho del cuestionamiento, de las
lecturas monocausales que suelen aplicar una visión economicista al análisis de los
cambios culturales suscitados por la globalización. Aquí nos encontramos con lo que
el sociólogo alemán Ulrich Beck (2004) denomina “tesis de la mcdonalización del
mundo”. El término es usado para reunir el conjunto de las teorías que enfatizan la
capacidad de producción, circulación y consumo de símbolos culturales, los que
logran acceder a todos los rincones del planeta bajo el sello de la forma mercancía. La
mundialización del mercado de productos genera la conquista de nichos de consumo y
la creación de otros nuevos, de modo que las multinacionales –como Coca-Cola,
Marlboro, CNN, Sony o Microsoft–, fomentan una estandarización de los bienes
circulantes. Esto transformaría los patrones de consumo locales, mientras introduce
una nueva forma de imperialismo cultural. Se trata de un abordaje cultural que
atribuye a los sujetos características estáticas y pasivas, reduciéndolos a meros
repetidores de pautas de consumo; ignora justamente la capacidad de las personas para
reapropiarse de los símbolos dominantes.
Podemos concluir este apartado con un conjunto de preguntas orientadoras sobre los
diferentes temas abordados en relación con la cultura:
1) ¿Qué significa que la globalización radicaliza el modo en que la modernidad
define el tiempo y el espacio?
2) ¿Cuáles son las consecuencias sociales de las nuevas formas de movilidad
global?
3) ¿En qué consiste la tesis de la macdonalización del mundo?
4) ¿Cómo se relacionan lo global y lo local en el campo de la cultura?
5) ¿A qué se refiere el concepto de posmodernismo?
6) ¿Por qué se afirma que el discurso multiculturalista es una forma de racismo
con distancia?
Podemos concluir este apartado con un conjunto de preguntas orientadoras sobre los
temas que vinculan globalización con conocimiento:
1) ¿En qué consiste el cambio societal suscitado por el conocimiento?
2) ¿Cuáles son las características de la “economía del conocimiento” y de la
“sociedad del conocimiento”?
3) ¿Por qué el capital intelectual predomina sobre el capital físico?
4) Explique las diferencias entre calificaciones y competencias.
5) ¿A qué refiere lo que se denomina “quebrantamiento de la comprensión”?
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Aires.
«Estamos pasando por una transformación que modificará el sentido de la política y la
economía en el siglo venidero. No existirán productos ni tecnologías nacionales, ni siquiera
empresas o industrias nacionales tal como concebimos hoy la idea. Lo único que persistirá
dentro de las fronteras será la población que forma una nación. Los bienes fundamentales de
una nación serán los conocimientos y habilidades que dominen sus ciudadanos».
7. Bibliografía recomendada
En este punto se listan algunos de los numerosos textos y artículos dedicados al
estudio de la globalización.
Para responder a los interrogantes-guía presentados al fin de cada sección, su consulta
puede resultar de gran fertilidad, de modo de evitar simplificaciones y definiciones del
sentido común.