Emergencia Del Sujeto
Emergencia Del Sujeto
Emergencia Del Sujeto
También puede ser entendido como un grupo de intervención, tal que percibe a sus miembros
como productores de su historia, para la transformación de su situación. O sea que el actor
social actúa sobre el exterior, pero también sobre sí mismo.
En ambos casos, el actor se ubica como sujeto colectivo, entre el individuo y el Estado. En
dicho sentido es generador de estrategias de acción (acciones sociales), que contribuyen a la
gestión y transformación de la sociedad.
A partir de esta concepción, la sociedad puede ser entendida como un sistema (sistema social),
que nunca está totalmente reglamentado ni controlado, y en el cual los actores sociales
disponen de un margen de libertad más o menos grande, que utilizan en forma estratégica en
sus interacciones con los demás.
Toda relación social involucra una relación de poder, que es también una relación de
intercambio y de negociación de carácter recíproco y desequilibrado. Los actores sociales
actúan en consecuencia en el marco de relaciones sociales desiguales y conflictivas, basadas
en la influencia, la autoridad, el poder y la dominación.
En dichos casos, el sistema político es más o menos permeable a la influencia de los actores
sociales, según las características que lo fundamentan: desde un tipo centralizador y
autoritario, hasta un tipo descentralizador y democrático.
En todos los casos, la intervención de los actores sociales debe ser juzgada a partir de su
representatividad en el seno de la sociedad y de su poder, el que se manifiesta por su
capacidad de transformar los conflictos sociales en nuevas reglas institucionales.
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Comunicación y estudios sociales
La irrupción del lenguaje en las ciencias sociales, conjuntamente con el desarrollo del
pensamiento de la ausencia de un fundamento último y la aceptación del carácter constitutivo
del discurso, trajo aparejado el re-pensamiento del sujeto también de manera discursiva.
Esto es, el sujeto participa del carácter abierto de todo discurso, se constituye en el interior de
una estructura discursiva ambigua e incompleta que a la vez que lo hace posible, le impide fijar
totalmente su identidad a partir de que él mismo se encuentra habitado por la tensión
posibilidad/imposibilidad que define a la totalidad social.
Por lo tanto, si el poder que tiene el discurso de producir los efectos que nombra implica la
performatividad, el discurso no es meramente descriptivo sino capaz de interpelar a sujetos
que no son anteriores a este acto sino que cobran vida al ser nombrados.
Es decir, tanto los sujetos como los actos, emergen a partir de un proceso de reiteración.9 Al
respecto, Butler señala: Sólo puedo decir “yo” en la medida en que primero alguien se haya
dirigido a mí y que esa apelación haya movilizado mi lugar en el habla; paradójicamente, la
condición discursiva del reconocimiento social precede y condiciona la formación del sujeto:
no es que se le confiera el reconocimiento a un sujeto; el reconocimiento forma a ese sujeto.
Además, la imposibilidad de lograr un reconocimiento pleno, es decir, de llegar a habitar por
completo el nombre en virtud del cual se inaugura y moviliza la identidad social de cada uno,
implica la inestabilidad y el carácter incompleto de la formación del sujeto