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Parálisis Cerebral - Ensayo

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Universidad Nacional de Loja

Facultad de la Educación, el Arte y la Comunicación


Psicorrehabilitación y Educación Especial
Rehabilitación Psicomotriz
Por: Anderson Antonio Sarango Aguirre
Tema: Parálisis Cerebral

ENSAYO
Introducción

La parálisis cerebral (PC) es un problema que afecta entre 1.5 y 4 de cada 1000 bebés
nacidos a nivel mundial según el Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC) siendo una de las principales causas de la discapacidad infantil, se
caracteriza por ser un trastorno del movimiento, aprendizaje, la audición, la visión y el
pensamiento, pues se encuentra afectado principalmente el sistema nervioso (SN). La
parálisis cerebral según Eric Denhoff se clasifica en: parálisis cerebral espástica, parálisis
cerebral disquinética o atetoide, parálisis cerebral atáxica, parálisis cerebral mixta; se la
puede subdividir según la parte del cuerpo afectada, tomando en cuenta criterios
topográficos: hemiplejia, paraplejia, tetraplejia, displejia, y moniplejia; también se la puede
clasificar según la severidad con la que se manifiesta; parálisis cerebral leve, moderada y
severa. No existe un tratamiento estándar que ayude a restablecer los movimientos completos
de un niño pero si tratamientos que ayuden a mantener y mejorar la estabilidad del niño y
darle una mejor calidad de vida.

Desarrollo

El término parálisis cerebral es cualquier trastorno neurológico que aparecen en la infancia o


en la niñez temprana y que afectan permanentemente el aprendizaje, audición, visión,
pensamiento y, el movimiento del cuerpo y la coordinación de los músculos pero que no
evolucionan, en otras palabras, no empeoran con el tiempo. Aún cuando la parálisis cerebral
afecta el movimiento muscular, no está causada por problemas en los músculos o los nervios,
sino por anormalidades dentro del cerebro que interrumpen la capacidad del cerebro de
controlar el movimiento y la postura.

Este trastorno se produce por el daño en el cerebro inmaduro a medida que se desarrolla, con
mayor frecuencia antes del nacimiento. En algunos casos de parálisis cerebral, la corteza
motora cerebral no se ha desarrollado normalmente durante el crecimiento fetal. En otros, el
daño es el resultado de una lesión cerebral antes, durante o después del nacimiento. En
cualquier caso, el daño no es reparable y las incapacidades resultantes son permanentes.

La mayoría de los niños con parálisis cerebral nace con ella, aunque podría no detectarse
hasta meses o años después. Esto se llama parálisis cerebral congénita, se denomina de tal
manera cuando no existe una causa especifica o no se identificaba la causa; una causa que se
relacionaba con este trastorno era la asfixia al nacer (falta de oxígeno). Según estudios se
calcula que las complicaciones del nacimiento, incluida la asfixia, son responsables de sólo el
5 al 10 por ciento de los bebés nacidos con parálisis cerebral congénita.

Un número pequeño de niños tiene parálisis cerebral adquirida, lo que significa que el
trastorno comienza después del nacimiento. En estos casos, a menudo los médicos pueden
señalar un motivo específico para el problema, como daño cerebral en los primeros meses o
años de vida, infecciones cerebrales como meningitis bacteriana o encefalitis viral, lesión
craneana debido a un accidente de automóvil, una caída, o abuso infantil.

Daño en la materia blanca del cerebro (leucomalacia periventricular [PVL, siglas en inglés]).
La materia blanca del cerebro es responsable de transmitir señales dentro del cerebro y al
resto del cuerpo. PVL describe un tipo de daño que se asemeja a pequeños agujeros en la
materia blanca del cerebro de un bebé. Estos huecos en el tejido cerebral interfieren con la
transmisión normal de señales. Existe un número de episodios que puede causar PVL,
incluida la infección materna o fetal.

Desarrollo anormal del cerebro (disgenesia cerebral). Cualquier interrupción del proceso
normal de crecimiento cerebral durante el desarrollo fetal puede causar malformaciones
cerebrales que interfieren con la transmisión de señales cerebrales. El cerebro fetal es
particularmente vulnerable durante las primeras 20 semanas de desarrollo. Las mutaciones en
los genes que controlan el desarrollo cerebral durante este período temprano pueden impedir
que el cerebro se desarrolle normalmente. Las infecciones, fiebres, traumatismos, u otras
enfermedades que causan condiciones insalubres en el útero colocan en riesgo al sistema
nervioso del bebé no nacido.
Hemorragia cerebral (hemorragia intracraniana). La hemorragia intracraniana describe el
sangrado dentro del cerebro causado por vasos sanguíneos bloqueados o rotos. Una causa
común de este tipo de daño es el accidente cerebrovascular fetal. Algunos bebés sufren un
accidente cerebrovascular mientras están aún en el útero debido a coágulos sanguíneos en la
placenta que bloquean el flujo sanguíneo. Otros tipos de accidente cerebrovascular fetal están
causados por vasos sanguíneos malformados o débiles en el cerebro o por anormalidades en
la coagulación sanguínea. La alta presión arterial materna (hipertensión) es un trastorno
médico común durante el embarazo que se ha demostrado que causa accidente
cerebrovascular fetal. También se ha demostrado que la infección materna, especialmente la
enfermedad inflamatoria pélvica, aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular fetal.

Daño cerebral causado por falta de oxígeno en el cerebro (encefalopatía hipóxica-isquémica o


asfixia intraparto). La asfixia, una carencia de oxígeno en el cerebro causada por una
interrupción en la respiración o por bajo suministro de oxígeno, es común en los bebés debido
al estrés del trabajo de parto y el parto. Pero aunque la sangre de un recién nacido esté
equipada para compensar los bajos niveles de oxígeno a corto plazo, si el suministro de
oxígeno se interrumpe o se reduce durante períodos largos, el bebé puede desarrollar un tipo
de daño cerebral llamado encefalopatía hipóxica-isquémica, que destruye tejido de la corteza
motora cerebral y otras áreas del cerebro. Este tipo de daño también puede estar causado por
muy baja presión arterial materna, rotura del útero, desprendimiento de la placenta, o
problemas con el cordón umbilical.

Eric Denhoff realizó la siguiente clasificación

Atendiendo al tono y la postura de la persona:

Parálisis cerebral espástica

Espasticidad significa rigidez; las personas que tienen esta clase de parálisis cerebral
encuentran dificultad para controlar algunos o todos sus músculos, que tienden a estirarse y
debilitarse, y que a menudo son los que sostienen sus brazos, sus piernas o su cabeza. La
parálisis cerebral espástica se produce normalmente cuando las células nerviosas de la capa
externa del cerebro o corteza, no funcionan correctamente. Se da en un porcentaje de un 60-
70% de las personas con parálisis cerebral.

Parálisis cerebral disquinética o atetoide


Se caracteriza, principalmente, por movimientos lentos, involuntarios (que se agravan con la
fatiga y las emociones y se atenúan en reposo, desapareciendo con el sueño) y
descoordinados, que dificultan la actividad voluntaria. Es común que las personas que tengan
este tipo de parálisis cerebral tengan unos músculos que cambian rápidamente de flojos a
tensos. Sus brazos y sus piernas se mueven de una manera descontrolada, y puede ser difícil
entenderles debido a que tienen dificultad para controlar su lengua, su respiración y las
cuerdas vocales. La parálisis cerebral atetoide es el resultado de que la parte central del
cerebro no funcione adecuadamente.

Parálisis cerebral atáxica

Las personas con parálisis cerebral atáxica tienen dificultades para controlar el equilibrio
debido a una lesión en el cerebelo. Según el alcance de la lesión, estas personas pueden llegar
a caminar, aunque lo harán de manera inestable.

Parálisis cerebral mixta

La parálisis cerebral mixta se produce cuando el cerebro presenta lesiones en varias de sus
estructuras, por lo que, en general, no se manifestarán las características de los diferentes
tipos en sus formas puras, sino que existirán combinaciones.

También podemos diferenciar la parálisis cerebral en función de la parte del cuerpo que se
encuentra afectada, teniendo así una clasificación por criterios topográficos:

Hemiplejia: Se produce cuando la discapacidad se presenta únicamente en la mitad izquierda


o derecha del cuerpo.

Paraplejia: Afectación sobre todo de miembros inferiores

Tetraplejia: Están afectados los dos brazos y las dos piernas.

Displejia: Afecta a las dos piernas, estando los brazos nada o ligeramente afectados.

Monoplejia. Únicamente está afectado un miembro del cuerpo.

Por último, en función de la severidad con la que se manifiesta la parálisis cerebral:

Parálisis cerebral leve: Se produce cuando la persona no está limitado en las actividades de la
vida diaria, aunque presenta alguna alteración física.
Parálisis cerebral moderada: El individuo tiene dificultades para realizar actividades diarias y
necesita medios de asistencia o apoyos.

Parálisis cerebral severa: La persona requiere de apoyos para todas las actividades.

Los signos precoces de parálisis cerebral generalmente aparecen antes de que el niño alcance
los 3 años de edad. A menudo los padres son los primeros en sospechar que las habilidades
motoras de su bebé no se están desarrollando normalmente. Los bebés con parálisis cerebral
frecuentemente tienen retraso del desarrollo, en el cual son lentos para alcanzar los hitos de
desarrollo como aprender a darse vuelta, sentarse, gatear, sonreír o caminar. Algunos bebés
con parálisis cerebral tienen un tono muscular anormal cuando son bebés. El tono muscular
disminuido (hipotonía) puede hacerlos aparecer relajados, aún hipotónicos. El tono muscular
aumentado (hipertonía) puede hacerlos aparecer tiesos y rígidos. En algunos casos, un
período temprano de hipotonía evolucionará a hipertonía luego de los primeros 2 a 3 meses
de vida. Los niños con parálisis cerebral también pueden tener una postura inusual o
favorecer un lado del cuerpo cuando se mueven.

La parálisis cerebral no tiene cura. Pero existen recursos y tratamientos que permiten ayudar
a los niños a crecer y a desarrollar su mayor potencial.

En cuanto se diagnostica una parálisis cerebral, el niño puede iniciar el tratamiento de sus
problemas relacionados con el movimiento y otras áreas en que necesite ayuda, como el
aprendizaje, el habla, la audición y el desarrollo social y emocional.

Un plan de manejo integral incluirá una combinación de profesionales de atención médica


con experiencia en lo siguiente:

Fisioterapia para mejorar la marcha y la manera de hacerlo, estirar los músculos espásticos y
prevenir las deformidades;

Terapia ocupacional para desarrollar técnicas de compensación para las actividades


cotidianas como vestirse, ir a la escuela y participar en las actividades de todos los días;

Terapia del lenguaje para abordar los trastornos para tragar, dificultades del lenguaje, y otros
obstáculos de comunicación;

Terapia de conducta y asesoramiento para abordar necesidades emocionales y psicológicas y


ayudar a los niños a enfrentar emocionalmente sus incapacidades;
Medicamentos para controlar las convulsiones, relajar los espasmos musculares y aliviar el
dolor; cirugía para corregir las anormalidades anatómicas o liberar los músculos tirantes;
aparatos y otros dispositivos ortóticos para compensar el desequilibrio muscular, mejorar la
postura y caminar, y aumentar la movilidad independiente; ayuda mecánica como sillas de
ruedas y andadores con ruedas para individuos que no son independientemente móviles; y
ayuda para la comunicación como computadoras, sintetizadores de voz, o pizarrones de
símbolos para permitir que los individuos gravemente dañados se comuniquen con los demás.

Vivir con una parálisis cerebral es diferente para cada niño. Para ayudar al niño a moverse y a
aprender lo máximo posible, trabaje codo con codo con el equipo multidisciplinar del niño
para desarrollar un plan de tratamiento y lograr desarrollar su máximo potencial. Luego, a
medida que el niño vaya creciendo y sus necesidades vayan cambiando, vayan adaptado el
plan según lo que sea necesario.

Conclusión

 La parálisis cerebral (PC) que afecta al cerebro, lo que provoca alteraciones en las
funciones del sistema nervioso, como el movimiento (no quiere decir que los músculos estén
atrofiados, sino un daño neuronal) el aprendizaje, la audición, la visión y el pensamiento.
 El diagnostico precoz es de suma importancia pues entre más pronto se diagnostique,
más pronto se podrá comenzar con un plan de desarrollo que ayude al niño a desarrollar su
potencial y vaya ganando mayor autonomía, o para que no sufra mayor atrofia ya sea de
músculos o sentidos.

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