Tipos de Violencia Contra Las Mujeres
Tipos de Violencia Contra Las Mujeres
Tipos de Violencia Contra Las Mujeres
2. Violencia laboral
Presente en decenas y decenas de países donde se dificulta el acceso de las
mujeres a puestos de responsabilidad laboral, o se complica su desarrollo
en la empresa o estabilidad por el hecho de ser mujer. Este tipo
de discriminación constituye uno de los más comunes también, y algunos
ejemplos son el no cumplimiento de igual salario para hombres y mujeres en
puestos idénticos o los despidos o no contratación a causa de posibles
embarazos. Una realidad contra la que tenemos que luchar tanto hombres
como mujeres.
Al mismo nivel que la violencia laboral contra las mujeres encontramos la
violencia institucional.
3. Violencia institucional
Es aquella mediante la que funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o
impiden el acceso a la vida pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la
posibilidad de que las personas ejerzan sus derechos.
4. Violencia psicológica
Puede darse en todo tipo de contextos, si bien la casa, la pareja y la
familia suelen ser tres de los más comunes, y consiste en cualquier acción que
sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras
acciones o decisiones. Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por
qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse
como acoso, restricción, humillación, manipulación o aislamiento,
produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal
hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a
muchas mujeres al suicidio.
La violencia psicológica suele ser la puerta de entrada hacia otros tipos de
violencia, como la física o la sexual, por lo que debemos tener mucho cuidado
si creemos que se están dando muestras de este tipo de violencia. Si dudamos,
lo mejor siempre será llamar a la Línea 100 y hablar con un/a profesional que
nos asesore.
5. Violencia física
Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte
a la integridad de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un
empujón es violencia física y jamás debemos excusarla.
6. Violencia sexual
Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre
su sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La violencia
sexual no se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier
tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación, sin importar si se da
dentro o fuera del matrimonio o de cualquier relación.
7. Violencia simbólica
Es aquella que recoge estereotipos, mensajes, valores o signos que transmiten
y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la
desigualdad, el machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier
rol de subordinación de las mujeres en nuestras sociedades. Se trata de un tipo
de violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, porque está
anclado en la colectividad y la mera permisividad lo fortalece: así un chiste o
la transigencia ante valores que, tradicionalmente, se han aceptado dificulta el
cambio.
Ahora que conoces los tipos de violencia contra las mujeres más comunes,
no importa que seas hombre o mujer, denuncia cualquier situación de
violencia en la Línea 100 y ayuda a terminar con la violencia de género en tu
país. También puedes colaborar con Ayuda en Acción en sus proyectos de
defensa de los derechos de las mujeres en países en vías de desarrollo ante
problemas como la mutilación genital femenina, el tráfico y la trata o los
matrimonios forzosos. Ayúdanos a cambiar el mundo para todos y todas y a
alcanzar una realidad donde la violencia sea historia.
Introducción
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de
violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada» (1).
Casi un tercio (30%) de todas las mujeres que han tenido una relación ha
sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja. Las estimaciones de
prevalencia de la violencia de pareja oscilan entre el 23,2% en los países de
ingresos altos y el 24,6% en la región del Pacífico Occidental, al 37% en la
región del Mediterráneo Oriental y el 37,7% en la región de Asia Sudoriental.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de violencia de pareja y violencia sexual son de carácter
individual, familiar, comunitario y social. Algunos se asocian a la comisión de
actos de violencia, otros a su padecimiento, y otros a ambos. Entre los factores
de riesgo de ambas, violencia de pareja y violencia sexual, se encuentran los
siguientes:
Los niños que crecen en familias en las que hay violencia pueden sufrir diversos
trastornos conductuales y emocionales. Estos trastornos pueden asociarse también a
la comisión o el padecimiento de actos de violencia en fases posteriores de su vida.
La violencia de pareja también se ha asociado a mayores tasas de mortalidad y
morbilidad en los menores de 5 años (por ejemplo, por enfermedades diarreicas o
malnutrición).
Costos sociales y económicos
Prevención y respuesta
Cada vez hay más estudios bien concebidos sobre la eficacia de los programas
de prevención y respuesta. Se necesitan más recursos que refuercen la
prevención y la respuesta frente a la violencia de pareja y la violencia sexual,
en particular en el ámbito de la prevención primaria, a fin de impedir que
llegue a producirse.
Existen datos procedentes de los países de ingresos altos que indican que las
intervenciones de sensibilización y la prestación de orientación psicológica
para mejorar el acceso a los servicios dirigidos a las víctimas de violencia de
pareja son eficaces a la hora de reducir dicha violencia. Los programas de
visitas domiciliarias en que participan los servicios periféricos de salud por
medio de profesionales de enfermería capacitados también parecen
prometedores a efectos de reducir la violencia de pareja. No obstante, aún han
de evaluarse para poder ser utilizados en entornos con pocos recursos.
Por otra parte, la ansiedad también puede provocar trastornos del sueño,
pesadillas y pensamientos obsesivos.