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Tipos de Violencia Contra Las Mujeres

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Tipos de violencia contra las mujeres

En Ayuda en Acción trabajamos con  niños, niñas, jóvenes y mujeres en sus


propias comunidades, buscando cambios y mejoras reales en sus vidas, dando
las herramientas necesarias para que conozcan sus derechos y empoderándolas
para que se conviertan en protagonistas del cambio.
A través de nuestro trabajo hemos comprobado que para erradicar
cualquier tipo de violencia —siendo la violencia contra las mujeres una de
las más graves y, tristemente, también habituales— es básico su
reconocimiento público y el conocimiento de las distintas formas en las que
esta se revela.

¿Qué es la violencia contra las mujeres?


La violencia contra las mujeres es un acto sexista que produce cualquier tipo
de daño físico, psicológico o emocional y se traduce en el maltrato verbal o
físico en cualquier contexto. Hoy, recogemos todos los tipos de violencia
contra las mujeres, porque no hay ninguno que sea menor: todos son
consecuencia de la discriminación que las mujeres sufren a través de las leyes
o la práctica, y persisten por razones de género; todos —desde el menosprecio
o la discriminación hasta la agresión física, sexual o el asesinato— son
manifestaciones de la necesidad de un cambio y un problema gravísimo que se
debe solucionar para obtener una igualdad real entre las personas.

¿Qué tipos de violencia contra las mujeres


existen?
Asimismo, es imprescindible conocer y reconocer qué tipos
de violencia existen en nuestras sociedades para poder combatirlos. Teniendo
en cuenta que no existe un maltrato peor que otro, pues todos surgen de la
discriminación y terminan en la violencia física, la opresión y hasta la muerte.
Entre las formas de violencia más común están:

1. La violencia económica


Corresponde a cualquier acción o acciones (sean estas directas o mediante la
ley) que buscan una pérdida de recursos económicos/patrimoniales mediante
la limitación (por ejemplo, las mujeres no pueden tener propiedades o hacer
uso de su dinero o de sus derechos patrimoniales). Este tipo de violencia
contra la mujeres es una de las más comunes, incluso en países con alto
índice de desarrollo humano (IDH), e incluye todo tipo de acto que genere
limitaciones económicas con la intención de controlar el dinero o privar de
medios económicos para vivir de forma autónoma.

2. Violencia laboral
Presente en decenas y decenas de países donde se dificulta el acceso de las
mujeres a puestos de responsabilidad laboral, o se complica su desarrollo
en la empresa o estabilidad por el hecho de ser mujer. Este tipo
de discriminación constituye uno de los más comunes también, y algunos
ejemplos son el no cumplimiento de igual salario para hombres y mujeres en
puestos idénticos o los despidos o no contratación a causa de posibles
embarazos. Una realidad contra la que tenemos que luchar tanto hombres
como mujeres.
Al mismo nivel que la violencia laboral contra las mujeres encontramos la
violencia institucional.

3. Violencia institucional
Es aquella mediante la que funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o
impiden el acceso a la vida pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la
posibilidad de que las personas ejerzan sus derechos.

4. Violencia psicológica 
Puede darse en todo tipo de contextos, si bien la casa, la pareja y la
familia suelen ser tres de los más comunes, y consiste en cualquier acción que
sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras
acciones o decisiones. Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por
qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse
como acoso, restricción, humillación, manipulación o aislamiento,
produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal
hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a
muchas mujeres al suicidio.
La violencia psicológica suele ser la puerta de entrada hacia otros tipos de
violencia, como la física o la sexual, por lo que debemos tener mucho cuidado
si creemos que se están dando muestras de este tipo de violencia. Si dudamos,
lo mejor siempre será llamar a la Línea 100 y hablar con un/a profesional que
nos asesore.

5. Violencia física
Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte
a la integridad de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un
empujón es violencia física y jamás debemos excusarla.

6. Violencia sexual
Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre
su sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La violencia
sexual no se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier
tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación, sin importar si se da
dentro o fuera del matrimonio o de cualquier relación. 

7. Violencia simbólica
Es aquella que recoge estereotipos, mensajes, valores o signos que transmiten
y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la
desigualdad, el machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier
rol de subordinación de las mujeres en nuestras sociedades. Se trata de un tipo
de violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, porque está
anclado en la colectividad y la mera permisividad lo fortalece: así un chiste o
la transigencia ante valores que, tradicionalmente, se han aceptado dificulta el
cambio.
Ahora que conoces los tipos de violencia contra las mujeres más comunes,
no importa que seas hombre o mujer, denuncia cualquier situación de
violencia en la Línea 100 y ayuda a terminar con la violencia de género en tu
país. También puedes colaborar con Ayuda en Acción en sus proyectos de
defensa de los derechos de las mujeres en países en vías de desarrollo ante
problemas como la mutilación genital femenina, el tráfico y la trata o los
matrimonios forzosos. Ayúdanos a cambiar el mundo para todos y todas y a
alcanzar una realidad donde la violencia sea historia.

Violencia contra la mujer a nivel social


Datos y cifras
 La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la
violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una
violación de los derechos humanos de las mujeres.
 Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de
una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o
sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
 La mayoría de estos casos son violencia infligida por la pareja. En todo el
mundo, casi un tercio (30%) de las mujeres que han tenido una relación de
pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física y/o sexual por
parte de su pareja en algún momento de su vida.
 Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son
cometidos por su pareja masculina.
 La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y
reproductiva de las mujeres y, en algunos entornos, puede aumentar el riesgo
de contraer el VIH.
 Los hombres que tienen un nivel de instrucción bajo, han sido objeto de malos
tratos durante la infancia, han estado expuestos a escenas de violencia
doméstica contra sus madres y al uso nocivo de alcohol, han vivido en entornos
donde se aceptaba la violencia y había normas diferentes para cada sexo, y
creen que tienen derechos sobre las mujeres son más proclives a cometer actos
violentos.
 Las mujeres que tienen un nivel de instrucción bajo, han estado expuestas a
actos de violencia de pareja contra sus madres, han sido objeto de malos tratos
durante la infancia, han vivido en entornos en los que se aceptaba la violencia,
los privilegios masculinos y la condición de subordinación de la mujer corren
un mayor riesgo de ser víctimas de la violencia de pareja.
 Existen datos que demuestran que las intervenciones que promueven la
sensibilización y emancipación de la mujer, la prestación de orientación
psicológica y las visitas domiciliarias podrían favorecer la prevención o la
reducción de la violencia de pareja contra la mujer.
 Las situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento pueden agravar la
violencia existente, como la infligida contra la mujer por su pareja y la
violencia sexual fuera de la pareja, y dar lugar a nuevas formas de violencia
contra la mujer.

Introducción
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de
violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada» (1).

La violencia de pareja se refiere al comportamiento de la pareja o ex pareja


que causa daño físico, sexual o psicológico, incluidas la agresión física, la
coacción sexual, el maltrato psicológico y las conductas de control.

La violencia sexual es cualquier acto sexual, la tentativa de consumar un acto


sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante
coacción por otra persona, independientemente de su relación con la víctima,
en cualquier ámbito. Comprende la violación, que se define como la
penetración, mediante coerción física o de otra índole, de la vagina o el ano
con el pene, otra parte del cuerpo o un objeto.

 Informe mundial sobre la violencia y la salud

Magnitud del problema


Las estimaciones más precisas relativas a la prevalencia de la violencia de
pareja y la violencia sexual se derivan de las encuestas poblacionales basadas
en los testimonios de las víctimas. En un análisis llevado a cabo en 2013 por la
OMS en colaboración con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de
Londres y el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, en el que se
utilizaron los datos de más de 80 países, se observó que, en todo el mundo,
una de cada tres mujeres (o el 35%) había sido objeto de violencia física o
violencia sexual bien dentro o fuera de la pareja.

 Estimaciones mundiales y regionales de la violencia contra la mujer

Casi un tercio (30%) de todas las mujeres que han tenido una relación ha
sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja. Las estimaciones de
prevalencia de la violencia de pareja oscilan entre el 23,2% en los países de
ingresos altos y el 24,6% en la región del Pacífico Occidental, al 37% en la
región del Mediterráneo Oriental y el 37,7% en la región de Asia Sudoriental.

El 38% de los feminicidios que se cometen en el mundo son perpetrados por la


pareja. Además de la violencia de pareja, el 7% de las mujeres refieren haber
sufrido agresiones sexuales por personas distintas de su pareja, si bien los
datos a ese respecto son más escasos. Los actos de violencia de pareja y
violencia sexual son cometidos en su mayoría por hombres contra mujeres.

Factores de riesgo
Los factores de riesgo de violencia de pareja y violencia sexual son de carácter
individual, familiar, comunitario y social. Algunos se asocian a la comisión de
actos de violencia, otros a su padecimiento, y otros a ambos. Entre los factores
de riesgo de ambas, violencia de pareja y violencia sexual, se encuentran los
siguientes:

 un bajo nivel de instrucción (autores de violencia sexual y víctimas de violencia


sexual);
 un historial de exposición al maltrato infantil (autores y víctimas);
 la experiencia de violencia familiar (autores y víctimas);
 el trastorno de personalidad antisocial (autores);
 el uso nocivo del alcohol (autores y víctimas);
 el hecho de tener muchas parejas o de inspirar sospechas de infidelidad en la pareja
(autores);
 las actitudes que toleran la violencia (autores);
 la existencia de normas sociales que privilegian a los hombres o les atribuyen un
estatus superior y otorgan un estatus inferior a las mujeres; y
 un acceso reducido de la mujer a empleo remunerado.

Entre los factores asociados específicamente a la violencia de pareja cabe


citar:

 los antecedentes de violencia;


 la discordia e insatisfacción marital;
 las dificultades de comunicación entre los miembros de la pareja;
 la conducta dominadora masculina hacia su pareja.

Y entre los factores asociados específicamente a la violencia sexual destacan:

 la creencia en el honor de la familia y la pureza sexual;


 las ideologías que consagran los privilegios sexuales del hombre; y
 la levedad de las sanciones legales contra los actos de violencia sexual.

Las desigualdades entre hombres y mujeres y la aceptación de la violencia


contra la mujer son la causa principal de la violencia ejercida contra estas.
Consecuencias para la salud
La violencia de pareja (física, sexual y emocional) y la violencia sexual
ocasionan graves problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva a
corto y largo plazo a las mujeres. También afecta a sus hijos y tiene un
elevado costo social y económico para la mujer, su familia y la sociedad. Este
tipo de violencia puede:

 Tener consecuencias mortales, como el homicidio o el suicidio.


 Producir lesiones, y el 42% de las mujeres víctimas de violencia de pareja refieren
alguna lesión a consecuencia de dicha violencia.
 Ocasionar embarazos no deseados, abortos provocados, problemas ginecológicos, e
infecciones de transmisión sexual, entre ellas la infección por VIH. El análisis de
2013 reveló que las mujeres que han sufrido maltratos físicos o abusos sexuales a
manos de su pareja tienen una probabilidad 1,5 veces mayor de padecer infecciones
de transmisión sexual, incluida la infección por VIH en algunas regiones, en
comparación con las mujeres que no habían sufrido violencia de pareja. Por otra
parte, también tienen el doble de probabilidades de sufrir abortos.
 La violencia en la pareja durante el embarazo también aumenta la probabilidad de
aborto involuntario, muerte fetal, parto prematuro y bebés con bajo peso al nacer. El
mismo estudio realizado en 2013 puso de manifiesto que la probabilidad de sufrir
un aborto espontáneo entre las mujeres objeto de violencia de pareja es un 16%
mayor y la de tener un parto prematuro un 41% mayor.
 Estas formas de violencia también pueden ser causa de depresión, trastorno de
estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, insomnio, trastornos
alimentarios e intento de suicidio. El análisis de 2013 concluyó que las mujeres que
han sufrido violencia de pareja tienen casi el doble de probabilidades de padecer
depresión y problemas con la bebida.
 Entre los efectos en la salud física se encuentran las cefaleas, lumbalgias, dolores
abdominales, trastornos gastrointestinales, limitaciones de la movilidad y mala
salud general.
 La violencia sexual, sobre todo en la infancia, también puede incrementar el
consumo de tabaco, alcohol y drogas, así como las prácticas sexuales de riesgo en
fases posteriores de la vida. Asimismo se asocia a la comisión (en el hombre) y el
padecimiento (en la mujer) de actos de violencia.

Repercusión en los niños

 Los niños que crecen en familias en las que hay violencia pueden sufrir diversos
trastornos conductuales y emocionales. Estos trastornos pueden asociarse también a
la comisión o el padecimiento de actos de violencia en fases posteriores de su vida.
 La violencia de pareja también se ha asociado a mayores tasas de mortalidad y
morbilidad en los menores de 5 años (por ejemplo, por enfermedades diarreicas o
malnutrición).
Costos sociales y económicos

Los costos sociales y económicos de este problema son enormes y repercuten


en toda la sociedad. Las mujeres pueden llegar a encontrarse aisladas e
incapacitadas para trabajar, perder su sueldo, dejar de participar en actividades
cotidianas y ver menguadas sus fuerzas para cuidar de sí mismas y de sus
hijos.

Prevención y respuesta
Cada vez hay más estudios bien concebidos sobre la eficacia de los programas
de prevención y respuesta. Se necesitan más recursos que refuercen la
prevención y la respuesta frente a la violencia de pareja y la violencia sexual,
en particular en el ámbito de la prevención primaria, a fin de impedir que
llegue a producirse.

Existen datos procedentes de los países de ingresos altos que indican que las
intervenciones de sensibilización y la prestación de orientación psicológica
para mejorar el acceso a los servicios dirigidos a las víctimas de violencia de
pareja son eficaces a la hora de reducir dicha violencia. Los programas de
visitas domiciliarias en que participan los servicios periféricos de salud por
medio de profesionales de enfermería capacitados también parecen
prometedores a efectos de reducir la violencia de pareja. No obstante, aún han
de evaluarse para poder ser utilizados en entornos con pocos recursos.

Entre las estrategias de prevención que podrían dar buenos resultados en


entornos de bajos recursos cabe citar las siguientes: aquellas que permiten que
la mujer se emancipe económica y socialmente mediante una combinación de
microfinanciación y formación en materia de igualdad de género; las que
fomentan la comunicación y las relaciones interpersonales dentro de la pareja
y la comunidad; las que reducen el acceso al alcohol y su uso nocivo; las que
transforman las normas sociales y de género nocivas, mediante la
movilización de la comunidad y la educación grupal y participativa de mujeres
y hombres con el fin de provocar una reflexión crítica sobre las relaciones de
género y de poder desiguales.
Para propiciar cambios duraderos, es importante que se promulguen y se
apliquen leyes, y se formulen y ejecuten políticas que promuevan la igualdad
de género del modo siguiente:

 poniendo fin a la discriminación de la mujer que persiste en las leyes relativas al


matrimonio, el divorcio y la custodia;
 poniendo fin a la discriminación que persiste en las leyes sobre sucesiones y
propiedad de activos;
 mejorando el acceso de la mujer al empleo remunerado;
 formulando políticas y planes nacionales para combatir la violencia contra la mujer,
y dotándolos de medios.

Si bien prevenir la violencia contra la mujer requiere un enfoque


multisectorial, el sector de la salud tiene un papel importante que desempeñar.
El sector de la salud puede:

 Concienciar con relación al hecho de que la violencia contra la mujer es inaceptable


y que ese tipo de violencia debe considerarse un problema de salud pública.
 Prestar servicios integrales, y sensibilizar y capacitar a los proveedores de servicios
de salud para que respondan a las necesidades de las víctimas de manera integral y
empática.
 Prevenir que se repitan los actos de violencia mediante la detección inmediata de las
mujeres y los niños que sean víctimas de esta, derivándoles a los servicios
pertinentes y prestándoles el apoyo necesario.
 Promover normas de género que establezcan la igualdad entre hombres y mujeres
como parte de las competencias psicosociales y los programas de educación sexual
integral que se imparten entre los jóvenes.
 Generar datos científicos que permitan determinar las estrategias más eficaces y la
magnitud del problema mediante la realización de encuestas poblacionales, o
incluyendo la violencia contra la mujer en las encuestas demográficas y de salud de
ámbito poblacional, así como en los sistemas de vigilancia e información sanitaria.

Violencia contra la mujer efectos psicológicos


Por esto, en Psicólogos Online preparamos este artículo para hablar sobre los
efectos psicológicos de la violencia hacia la mujer.
"El maltrato doméstico es una situación estresante que provoca un impacto
psicológico importante en la mayoría de las víctimas. Como cualquier otro
estresor, la violencia en el hogar produce reacciones diferentes en cuanto al
grado de intensidad, en función de diversas variables tales como factores de
personalidad, habilidades de afrontamiento, recursos propios, apoyo social y
características específicas del maltrato", señala un informe de Emakunde,
instituto del Gobierno Vasco especializado en estudios de la mujer.
En este contexto, las alteraciones clínicas más significativas que se pueden
observar en una mujer maltratada es:

Ansiedad: Esto se puede deber a varios factores, como por ejemplo, que la


violencia venga con periodos de arrepentimiento, es los que el hombre
promete nunca más volver a hacerlo y jurar amor eterno.
También se puede deber al miedo a que venga otro "episodio de violencia".
Esto además puede generar falta de concentración, irritabilidad y un estado de
hipervigilancia.

Por otra parte, la ansiedad también puede provocar trastornos del sueño,
pesadillas y pensamientos obsesivos.

Depresión: La mujer puede caer en un estado emocional de desesperanza en


donde es incapaz de ver una salida al conflicto. Esto es acompañado de un
constante desánimo y desinterés por todo.
Baja autoestima: La mujer comienza a sentir que no vale nada, que su vida
amorosa fracasó, que nadie más la aceptará, que es ella la del problema, que
no será capaz de salir adelante sola con sus hijos, que depende de su agresor
económicamente o emocionalmente.
Culpa: Muchas víctimas violencia comienzan a creer que son las culpables de
desatar la ira de su golpeador y comienzan a justificarlos con frases como "yo
no debí contestar así", "no debí salir sin avisarle", "debí responder el
teléfono", entre otras.
También se genera una culpa cuando hay hijos, pues sienten que expondrán a
sus hijos a una familia no convencional, a que alejarán al papá de la casa,
entre otros pensamientos similares.
Aislamiento social: Esto puede pasar por varias razones, algunas de ellas es
que la mujer no quiera que otros se den cuenta de lo que está pasando, o no
quieran que le enrostren la realidad, por miedo a que conflictos familiares
provoquen nuevos episodios de violencia, entre otras razones.
También, en algunas ocasiones puede ser el mismo maltratador quien no le
permite a la mujer relacionarse con otros para poder ejercer más dominación
sobre ella.

Trastornos psicosomáticos: Cuando una mujer es víctima de cualquier tipo


de violencia, esta se puede comenzar a manifestar en forma física, por
ejemplo, con dolores de cabeza, caída del cabello, pérdida del apetito,
problemas digestivos, alternaciones menstruales, constante fatiga, ansiedad
para comer.
Trastornos sexuales: Puede expresarse de diversas formas, como falta de
deseo sexual, rechazo hacia todos los hombres, sentimiento de obligación a
cumplirle a la pareja, pérdida del orgasmo, vaginismo, entre otros.
Si te encuentras en esta situación o ya pasaste por una relación de violencia
intrafamiliar y sientes que aún necesitas ayuda, no dudes con consultar con
nuestros expertos, también puedes participar en nuestro Consultorioo
interactuar con nuestra Comunidad, donde podrás encontrar a otras personas
que pasaron por tu situación.

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