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Semana Vocacional Capuchina 2020

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ORDEN DE HERMANOS MENORES CAPUCHINOS

PROVINCIA VIRGEN MARÍA, MADRE DEL BUEN PASTOR

Colombia

PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL

Joven, ven y lo verás, Jn. 1, 39

SEMANA VOCACIONAL Capuchina

LAS PALABRAS DE LA VOCACIÓN

FATIGA, GRATITUD, ÁNIMO Y ALABANZA

MAYO 11 al 18 DE 2020
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA 57 JORNADA MUNDIAL
DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

Las palabras de la vocación

Queridos hermanos y hermanas:

El 4 de agosto del año pasado, en el 160 aniversario de la muerte del santo Cura de Ars,
quise ofrecer una Carta a los sacerdotes, que por la llamada que el Señor les hizo, gastan la
vida cada día al servicio del Pueblo de Dios.

En esa ocasión, elegí cuatro palabras clave —dolor, gratitud, ánimo y alabanza— para
agradecer a los sacerdotes y apoyar su ministerio.

Considero que hoy, en esta 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, esas
palabras se pueden retomar y dirigir a todo el Pueblo de Dios, a la luz de un pasaje
evangélico que nos cuenta la singular experiencia de Jesús y Pedro durante una noche de
tempestad, en el lago de Tiberíades (cf. Mt 14,22-33).

Después de la multiplicación de los panes, que había entusiasmado a la multitud, Jesús


ordenó a los suyos que subieran a la barca y lo precedieran en la otra orilla, mientras Él
despedía a la gente.
 La imagen de esta travesía en el lago evoca
 de algún modo el viaje de nuestra existencia.
 En efecto, la barca de nuestra vida avanza
lentamente, siempre inquieta porque busca
un feliz desembarco, dispuesta para afrontar
los riesgos y las oportunidades del mar,
aunque también anhela recibir del timonel
un cambio de dirección que la ponga
 finalmente en el rumbo adecuado.
 Pero, a veces puede perderse, puede dejarse
encandilar por ilusiones en lugar de seguir
el faro luminoso que la conduce al puerto
seguro, o ser desafiada por los vientos
contrarios de las dificultades, de las dudas y
 de los temores.
 También sucede así en el corazón de los
discípulos. Ellos, que están llamados a
seguir al Maestro de Nazaret, deben
decidirse a pasar a la otra orilla, apostando
valientemente por abandonar sus propias
 seguridades e ir tras las huellas del Señor.
 Esta aventura no es pacífica: llega la noche,
sopla el viento contrario, la barca es
sacudida por las olas, y el miedo de no
lograrlo y de no estar a la altura de la
llamada amenaza con hundirlos.

Pero el Evangelio nos dice que, en la aventura


de este viaje difícil, no estamos solos.

 El Señor, casi anticipando la aurora en


medio de la noche, caminó sobre las aguas
agitadas y alcanzó a los discípulos, invitó a
Pedro a ir a su encuentro sobre las aguas, lo
salvó cuando lo vio hundirse y, finalmente,
subió a la barca e hizo calmar el viento.

1. Así pues, la primera palabra de la vocación es gratitud

 Navegar en la dirección correcta no es una tarea confiada sólo a nuestros propios


 esfuerzos, ni depende solamente de las rutas que nosotros escojamos.
 Nuestra realización personal y nuestros proyectos de vida no son el resultado
matemático de lo que decidimos dentro de un “yo” aislado; al contrario, son ante todo
la respuesta a una llamada que viene de lo alto.
 Es el Señor quien nos concede en primer lugar la valentía para subirnos a la barca y
 nos indica la orilla hacia la que debemos dirigirnos.
 Es Él quien, cuando nos llama, se convierte también en nuestro timonel para
acompañarnos, mostrarnos la dirección, impedir que nos quedemos varados en los
escollos de la indecisión y hacernos capaces de caminar incluso sobre las aguas
agitadas.

Toda vocación nace de la mirada amorosa con la que el Señor vino a nuestro encuentro,
quizá justo cuando nuestra barca estaba siendo sacudida en medio de la tempestad

 «La vocación, más que una elección nuestra, es respuesta a un llamado gratuito del
 Señor» (Carta a los sacerdotes, 4 agosto 2019);
 por eso, llegaremos a descubrirla y a abrazarla cuando nuestro corazón se abra a la
gratitud y sepa acoger el paso de Dios en nuestra vida.

2. Esta es precisamente la segunda palabra que deseo daros: ánimo

 Cuando los discípulos vieron que Jesús se acercaba caminando sobre las aguas,
pensaron que se trataba de un fantasma y tuvieron miedo. Pero enseguida Jesús los
tranquilizó con una palabra que siempre debe acompañar nuestra vida y nuestro
 camino vocacional: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!» (v. 27).
 Lo que a menudo nos impide caminar, crecer, escoger el camino que el Señor nos
 señala son los fantasmas que se agitan en nuestro corazón.
 Cuando estamos llamados a dejar nuestra orilla segura y abrazar un estado de vida —
como el matrimonio, el orden sacerdotal, la vida consagrada—, la primera reacción la
representa frecuentemente el “fantasma de la incredulidad”: No es posible que esta
vocación sea para mí; ¿será realmente el camino acertado? ¿El Señor me pide esto
 justo a mí?
 Y, poco a poco, crecen en nosotros todos esos argumentos, justificaciones y cálculos
que nos hacen perder el impulso, que nos confunden y nos dejan paralizados en el
punto de partida: creemos que nos equivocamos, que no estamos a la altura, que
 simplemente vimos un fantasma que tenemos que ahuyentar.
 El Señor sabe que una opción fundamental de vida —como la de casarse o
consagrarse de manera especial a su servicio— requiere valentía. Él conoce las
preguntas, las dudas y las dificultades que agitan la barca de nuestro corazón, y por
eso nos asegura: “No tengas miedo, ¡yo estoy contigo!”.

La fe en su presencia, que nos viene al encuentro y nos acompaña, aun cuando el mar
está agitado, nos libera de esa acedia que ya tuve la oportunidad de definir como «tristeza
dulzona» (Carta a los sacerdotes, 4 agosto 2019), es decir, ese desaliento interior que nos
bloquea y no nos deja gustar la belleza de la vocación.
3. La tercera palabra es “dolor” entendido como fatiga

 En la Carta a los sacerdotes hablé también del dolor, pero aquí quisiera traducir de
 otro modo esta palabra y referirme a la fatiga.
 Toda vocación implica un compromiso. El Señor nos llama porque quiere que seamos
como Pedro, capaces de “caminar sobre las aguas”, es decir, que tomemos las riendas
de nuestra vida para ponerla al servicio del Evangelio, en los modos concretos y
cotidianos que Él nos muestra, y especialmente en las distintas formas de vocación
 laical, presbiteral y de vida consagrada.
 Pero nosotros somos como el Apóstol: tenemos deseo y empuje, aunque, al mismo
 tiempo, estamos marcados por debilidades y temores.
 Si dejamos que nos abrume la idea de la responsabilidad que nos espera —en la vida
matrimonial o en el ministerio sacerdotal— o las adversidades que se presentarán,
entonces apartaremos la mirada de Jesús rápidamente y, como Pedro, correremos el
riesgo de hundirnos.

Al contrario, a pesar de nuestras fragilidades y carencias, la fe nos permite caminar al


encuentro del Señor resucitado y también vencer las tempestades. En efecto, Él nos
tiende la mano cuando el cansancio o el miedo amenazan con hundirnos, y nos da el
impulso necesario para vivir nuestra vocación con alegría y entusiasmo.

4. La cuarta palabra es la alabanza

 Finalmente, cuando Jesús subió a la barca, el viento cesó y las olas se calmaron. Es
una hermosa imagen de lo que el Señor obra en nuestra vida y en los tumultos de la
historia, de manera especial cuando atravesamos la tempestad: Él ordena que los
vientos contrarios cesen y que las fuerzas del mal, del miedo y de la resignación no
 tengan más poder sobre nosotros.
 En la vocación específica que estamos llamados a vivir, estos vientos pueden agotarnos.
 Pienso en los que asumen tareas importantes en la sociedad civil, en los esposos que
—no sin razón— me gusta llamar “los valientes”, y especialmente en quienes abrazan
 la vida consagrada y el sacerdocio.
 Conozco vuestras fatigas, las soledades que a veces abruman vuestro corazón, el
riesgo de la rutina que poco a poco apaga el fuego ardiente de la llamada, el peso de
la incertidumbre y de la precariedad de nuestro tiempo, el miedo al futuro. Ánimo,
¡no tengáis miedo! Jesús está a nuestro lado y, si lo reconocemos como el único Señor
 de nuestra vida, Él nos tiende la mano y nos sujeta para salvarnos.
 Y entonces, aun en medio del oleaje, nuestra vida se abre a la alabanza. Esta es la
última palabra de la vocación, y quiere ser también una invitación a cultivar la actitud
interior de la Bienaventurada Virgen María. Ella, agradecida por la mirada que Dios
le dirigió, abandonó con fe sus miedos y su turbación, abrazó con valentía la llamada
e hizo de su vida un eterno canto de alabanza al Señor.
Conclusión

Queridos hermanos: Particularmente en esta Jornada, como también en la acción


pastoral ordinaria de nuestras comunidades, deseo que la Iglesia recorra este camino al
servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada
uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de
decirle “sí”, vencer la fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida
como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero. Que la Virgen
María nos acompañe e interceda por nosotros.

Roma, San Juan de Letrán, 8 de marzo de 2020, II Domingo de Cuaresma. Francisco.

REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO.

El Papa Francisco este año para la jornada mundial de oración por las vocaciones, nos
invita a hacer un viaje al interior de nuestra existencia, con el fin de enfrentar los desafíos
que la vida misma trae en su curso cotidiano. Esta no es una aventura pacífica, al contrario,
asume una serie de riesgos y desafíos, que juntos tenemos que vencer para poder llegar a
la otra orilla; ese es el reto para todos los que necesitan a Jesús en su vida. Lo que conforta
el alma es la certeza de saber que en este viaje no estamos solos, porque Jesús camina
sobre el agua, nos invita a caminar con Él, nos libra del miedo que siente el corazón, sube a
nuestra barca y hace calmar el viento impetuoso y violento que nos ataca. Por esta razón,
el Papa Francisco invita a los jóvenes y a toda la Iglesia a reflexionar a partir de 4 palabras
que deben estar presentes en el camino del discernimiento vocacional, no las olvidemos:
gratitud, ánimo, fatiga y alabanza. Es tiempo de reflexionar que la vocación nace de la
mirada amorosa del Señor que viene a nuestro encuentro.

DISCERNIR LA PROPIA VOCACION (Christus Vivit)

“287. Para discernir la propia vocación, hay que reconocer que esa vocación es el llamado
de un amigo: Jesús. A los amigos, si se les regala algo, se les regala lo mejor. Y eso mejor
no necesariamente es lo más caro o difícil de conseguir, sino lo que uno sabe que al otro
lo alegrará. Un amigo percibe esto con tanta claridad que puede visualizar en su
imaginación la sonrisa de su amigo cuando abra su regalo. Este discernimiento de amistad
es el que propongo a los jóvenes como modelo si buscan encontrar cuál es la voluntad de
Dios para sus vidas.

288. Quiero que sepan que cuando el Señor piensa en cada uno, en lo que desearía
regalarle, piensa en él como su amigo personal. Y si tiene planeado regalarte una gracia,
un carisma que te hará vivir tu vida a pleno y transformarte en una persona útil para los
demás, en alguien que deje una huella en la historia, será seguramente algo que te
alegrará en lo más íntimo y te entusiasmará más que ninguna otra cosa en este mundo. No
porque lo que te vaya a dar sea un carisma extraordinario o raro, sino porque será justo a
tu medida, a la medida de tu vida entera” (Christus Vivit)
Momento de Oración Fraterna

Es el momento para dejarnos iluminar por la Palabra. Pedir la


asistencia del Espíritu, para que la Palabra de Dios que acompaña el
mensaje 57 del Papa Francisco, con motivo de la jornada mundial de
oración por las vocaciones, ilumine nuestra vida de hermanos
menores.

a. Texto bíblico. Juan 6,16-21

Al atardecer de ese mismo día, en que Jesús había multiplicado los panes, los
discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaúm,
que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con
ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían
remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre
el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: “Soy yo, no teman”. Ellos quisieron subirlo a la
barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

Palabra del Señor.

b. Algunas preguntas para la reflexión

¿Qué me llama la atención de este texto?


¿Qué me dice la Palabra?
¿Qué me pide el Señor, para hacer mi aporte a la tarea vocacional?

c. Concluir este momento de reflexión con la siguiente oración

Oración

Señor, no tienes manos, tienes sólo nuestras manos para construir un mundo nuevo
donde habite la justicia. Concédenos, Señor, fortaleza y entrega.

Señor, no tienes pies, tienes sólo nuestros pies para poner en marcha a los hombres
por el camino de la libertad. Concédenos, Señor, comprensión y estima.

Señor, no tienes labios, tienes sólo nuestros labios para proclamar al mundo la Buena
Noticia de tu Evangelio. Concédenos, Señor, sabiduría y consejo.

Señor, no tienes medios, tienes sólo nuestra acción para lograr que todos los
hombres sean hermanos. Concédenos, Señor, ser testigos de tu Evangelio. Amén.
Las palabras de la vocación

1. Gratitud: así pues, la primera palabra de la vocación es gratitud. Navegar en


la dirección correcta no es una tarea confiada sólo a nuestros propios
esfuerzos, ni depende solamente de las rutas que nosotros escojamos.
Nuestra realización personal y nuestros proyectos de vida no son el resultado
matemático de lo que decidimos dentro de un “yo” aislado; al contrario, son
ante todo la respuesta a una llamada que viene de lo alto. Es el Señor quien
nos concede en primer lugar la valentía para subirnos a la barca y nos indica
la orilla hacia la que debemos dirigirnos. Es Él quien, cuando nos llama, se
convierte también en nuestro timonel para acompañarnos, mostrarnos la
dirección, impedir que nos quedemos varados en los escollos de la indecisión
y hacernos capaces de caminar incluso sobre las aguas agitadas.

¿Quiénes me señalaron a Jesús como el Cordero de Dios, en mi historia vocacional?


Hago memoria de sus rostros, nombres y circunstancias…

2. Valentía: el Señor sabe que una opción fundamental de vida —como la de


casarse o consagrarse de manera especial a su servicio— requiere valentía. Él
conoce las preguntas, las dudas y las dificultades que agitan la barca de
nuestro corazón y por eso nos asegura: “No tengas miedo, ¡yo estoy
contigo!”. La fe en su presencia, que nos viene al encuentro y nos acompaña,
aun cuando el mar está agitado, nos libera de esa acedia que ya tuve la
oportunidad de definir como «tristeza dulzona» (Carta a los sacerdotes, 4
agosto 2019), es decir, ese desaliento interior que nos bloquea y no nos deja
gustar la belleza de la vocación.

¿Cuáles fueron las motivaciones que me llevaron a quedarme con Jesús en el


ministerio sacerdotal?

3. Dolor: en la Carta a los sacerdotes hablé también del dolor, pero aquí quisiera
traducir de otro modo esta palabra y referirme a la fatiga. Toda vocación
implica un compromiso. El Señor nos llama porque quiere que seamos como
Pedro, capaces de
“caminar sobre las aguas”, es decir, que tomemos las riendas de nuestra vida
para ponerla al servicio del Evangelio, en los modos concretos y cotidianos
que Él nos muestra, y especialmente en las distintas formas de vocación laical,
presbiteral y de vida consagrada. Pero nosotros somos como el apóstol:
tenemos deseo y empuje, aunque, al mismo tiempo, estamos marcados por
debilidades y temores.

¿Con quienes comparto las fatigas propias de esta vocación sacerdotal?


4. Alabanza: y entonces, aun en medio del oleaje, nuestra vida se abre a la
alabanza. Esta es la última palabra de la vocación, y quiere ser también una
invitación a cultivar la actitud interior de la Bienaventurada Virgen María. Ella,
agradecida por la mirada que Dios le dirigió, abandonó con fe sus miedos y
su turbación, abrazó con valentía la llamada e hizo de su vida un eterno canto
de alabanza al Señor.

¿A quién le puedo anunciar de modo concreto, en este tiempo, que también yo he


encontrado al Mesías e invitarlo a caminar en la vida sacerdotal?
HORA SANTA VOCACIONAL

ORACIÓN INICIAL

Amado Jesús, en medio del sufrimiento doloroso y desgarrador que afronta nuestro
mundo y nuestro país; nos postramos ante tu presencia poderosa, en esta Jornada
Mundial de Oración por las Vocaciones, y te pedimos por este mundo, tu mundo, por
tantos hombres y mujeres que sufren a causa de la pandemia Covid-19; concédeles a los
difuntos la paz eterna, fortalece a las familias que los han tenido que despedir en medio
de la soledad y la distancia; otorga la pronta recuperación a quienes se encuentran
enfermos; protege a los que, a causa del aislamiento pasan necesidades y
preocupaciones; da sabiduría y acierto a las autoridades civiles y eclesiásticas para
ayudar como se debe, y custodia el trabajo incansable del personal médico.
También en este momento de oración, te suplicamos, Señor, que no nos dejes nunca sin
tus ministros que nos alimentan con el pan de tu palabra y de tu Eucaristía. Hoy, amado
Jesús, te pedimos que mires el sacerdocio adorable; Tú, Sumo Sacerdote por excelencia,
mira con piedad y misericordia a tus sacerdotes; recibe en tu patria eterna a tantos de
ellos que en el mundo han fallecido a causa de este virus, ofreciendo su vida como Tú lo
hiciste; fortalece a tantos que se encuentran enfermos y atribulados, y consuela con tu
dulce compañía a los sacerdotes ancianos.
Llena, Espíritu Santo, a tus sacerdotes que están en sus primeros años de ministerio y
aquellos que ya han recorrido años de sacerdocio en medio del sacrificio y la entrega
sincera. Llega también a los lugares donde están los sacerdotes entregando su vida a la
misión, ilumínalos, acompáñalos, guíalos y haz de ellos hombres llenos de tú gracia, que
prediquen la Palabra y que alcancen la bendición y la conversión para todos los pueblos
que aún no conocen a Cristo.
Jesús Eucaristía, centro y verdad de la perfección, señor y amo de la mies; hemos venido
ante Ti inspirados por tu dulcísima presencia, te queremos ofrecer la vida de cada uno
de los que se han ofrecido a ti dejándolo todo sin mirar hacia atrás, por los religiosos y
religiosas que están presentes en Nuestra diócesis, para que sigan perfeccionando su
entrega y, por eso, pedimos a tu Santo Espíritu que los ilumine y santifique.
Oh Dios, en estos momentos de tantos desafíos para el mundo y para la Iglesia te
presentamos a todos los jóvenes, especialmente aquellos que han sentido tu llamado,
aquellos que se encuentran ahora en las casas religiosas, así como aquellos que llevan
su proceso vocacional en nuestros seminarios y llena de tu sabiduría y decisión a los
aspirantes de nuestra diócesis. Nos unimos todos hoy en oración en esta Jornada de
oración por las vocaciones, para que seas Tú la luz del camino vocacional que Tú les has
propuesto y que ellos han decidido afrontar. Bendice, Señor, a nuestros seminaristas y
sus familias, dales la madurez y la responsabilidad para que puedan cuidar el tesoro de
su vocación.
Señor Jesucristo, una vez más sigues llamando obreros a tu mies para que estén junto a
ti; es lógico que aquellos que hoy sienten el llamado puedan experimentar el miedo y la
idea de creer que no son dignos, por eso te suplicamos que les permitas escuchar tu
voz, Amén.

Del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 14, 22-33

Inmediatamente después Jesús obligó a sus discípulos a que se embarcaran; debían


llegar antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Jesús, pues, despidió
a la gente, y luego subió al cerro para orar a solas. Cayó la noche, y él seguía allí solo. La
barca en tanto estaba ya muy lejos de tierra y las olas la golpeaban duramente, pues
soplaba el viento en contra. Antes del amanecer, Jesús vino hacia ellos caminando sobre
el mar. Al verlo caminando sobre el mar, se asustaron y exclamaron: «¡Es un fantasma!»
Y por el miedo se pusieron a gritar. En seguida Jesús les dijo: «Ánimo, no teman, que
soy yo.» Pedro contestó: «Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti caminando sobre el
agua.» Jesús le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas
en dirección a Jesús. Pero el viento seguía muy fuerte, tuvo miedo y comenzó a
hundirse. Entonces gritó: «¡Señor, sálvame!» Al instante Jesús extendió la mano y lo
agarró, diciendo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has vacilado?» Subieron a la barca y
cesó el viento, y los que estaban en la barca se postraron ante él, diciendo:
«¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!»
Palabra del Señor.
R/. Gloria a Ti Señor.
MOMENTO DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN EN TORNO AL MENSAJE DEL PAPA
FRANCISCO PARA LA LVII
JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES 2020 Y LA CARTA A LOS
SACERDOTES DEL AÑO 2019.

Guiados por el Evangelio que se ha proclamado, en este momento reflexionaremos con


las cuatro palabras de la vocación que propone el Papa en su mensaje y en la carta a los
sacerdotes; para cada palabra se propone un signo sencillo, que cada familia puede
tener a su alcance, para representarla y de esta manera orar, se pueden simplemente
mencionar, mostrar físicamente o por medio de carteles.

Palabras de la vocación: Gratitud


Signo: comida.

Así como agradecemos al Señor los dones que a diario nos concede, y así como nos
permite ser instrumentos suyos para que algo tan básico como la comida llegue a los
hogares más necesitados, hoy agradezcámosle porque nos da el alimento espiritual a
través de la presencia de los sacerdotes en la vida de la Iglesia.
De la misma manera como ofrecemos a Dios nuestras plegarias para que no falte el pan
de cada día, elevemos nuestras súplicas pidiéndole que nunca nos falten ministros y que
mueva los corazones de muchos jóvenes para entregarse sin reservas al servicio del
Evangelio.
Oración en silencio…

Oremos:
Te agradecemos, Señor, por el don de la vocación a la vida sacerdotal a través del cual
nos nutres con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, concede a tu Iglesia santas y
abundantes vocaciones, para que nunca nos falte tu alimento espiritual. Por Jesucristo,
Nuestro Señor. Amén.

Segunda palabra de la vocación: Ánimo


Signo: foto familiar.
En medio de las dificultades que se nos presentan en la vida familiar, en la vida
profesional, sentimental o laboral, o incluso en la vida eclesial, corremos el peligro de
ser demasiado fatalistas, de pensar que nuestra barca puede voltearse, o de confiar
poco en lo que Dios puede hacer por cada uno de nosotros. Pero también podemos ver
a nuestros seres queridos, aquellos que son la motivación de tantos para hacer las cosas
bien y salir adelante.
Pero hoy Jesús también dirige su palabra a nosotros para alentarnos, para decirle a cada
persona, a las familias, a la Iglesia, al mundo, que ahí está él, que en toda situación Él
aparece y se hace a nuestro lado, y nos anima para salir adelante, pues Él quiere
convertirse en nuestra principal razón para permanecer de pie en las luchas, y
principalmente ofrece su aliento para que muchos, de manera valiente y generosa, se
entreguen a su servicio y al servicio de los hermanos.
Oración en silencio…

Oremos:
Señor y Dios nuestro, al reunirnos ante tu presencia real para reconocer el don de tu
compañía y disfrutar de tus beneficios, te pedimos otorgues a tus sacerdotes y
consagrados el ánimo para no desfallecer, la valentía para luchar y fe inquebrantable
para creer siempre en Ti. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Tercera palabra de la vocación: Dolor (fatiga)


Signo: La cruz
El Señor nos llama a caminar junto a Él y hacerlo incluso sobre las aguas con nuestra fe,
es decir, que tomemos las riendas de nuestra vida para ponerla al servicio del Evangelio,
en los modos concretos y cotidianos que Él nos muestra, y especialmente en las
distintas formas de vocación laical, presbiteral y de vida consagrada. Pero nosotros
somos como el Apóstol: tenemos deseo y empuje, aunque, al mismo tiempo, estamos
marcados por debilidades y temores.
Jesús nos tiende la mano, nos auxilia, nos ayuda, nos consuela, toma nuestro cansancio
para seguir adelante, y se convierte en nuestro cirineo para cargar la cruz de todos los
días que, en algunos momentos y para muchas personas, se torna pesada.
Oración en silencio…

Oremos:
Padre bueno, de quien recibimos todo don y toda ayuda, acoge a todos los que has
convocado a tu servicio bajo el amparo de tu Sagrado Corazón, aliéntalos en sus
cansancios, confórtalos en sus fatigas, anímalos en sus dudas y sé el consuelo de sus
tristezas, para que puedan seguirse dedicando con esmero a la construcción de tu
Reino. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Cuarta palabra de la vocación: Alabanza


Signo: imagen o estampa de la Virgen María
La actitud de la Virgen María es la que todos debemos asumir en todos los momentos
de nuestra vida, alabar a Dios por todo lo que Él es y hace en nosotros, en nuestras
familias, porque, si somos conscientes y agradecidos, notaremos que siempre ha
querido socorrernos y hacer obras en nosotros y a través de nosotros, por muy
humildes que seamos.
Hoy debemos también pedir a Dios para que muchos sean como María, para que digan
“sí” con valentía a Cristo, a seguirlo a hacerse sus siervos, y a estar con alegría junto a
Dios, nuestro salvador, haciendo de Él nuestro refugio y brindando lo que más
podamos, de lo mejor que somos y tenemos para Dios.
Oración en silencio…
Oremos:
Oh Dios creador y guía de todas las cosas, te alabamos y bendecimos por tu bondad y
misericordia que son eternas, otorga a tu Iglesia y, de manera especial a tus
consagrados, el mismo espíritu de María para ser humildes y generosos en la respuesta
a tu llamado y con su testimonio animar a muchos a seguirte. Por Jesucristo, Nuestro
Señor. Amén.

MOMENTO DE PETICIÓN ORACIÓN DE LOS FIELES:

Presidente: Hermanos, confiados en el amor misericordioso del Padre en esta jornada


mundial de oración por las vocaciones, oremos para que Jesús acoja con sus brazos a
todos los hombres, pidamos por nosotros y por el mundo entero diciendo:

R/. Concédenos pastores según tu corazón, Jesús.

1. Por la santa Iglesia de Dios, para que sea fiel a su voluntad y se purifique
continuamente de sus faltas y de sus debilidades, roguemos al Señor. R/.
2. Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nuestro obispo NN y por todo el clero,
para que guíen fielmente al pueblo de Dios, roguemos al Señor. R/.
3. Por los sacerdotes, de manera especial que inician su ministerio, los ancianos, y los
que prestan su servicio en la misión, para que no pierdan el amor primero y sigan
respondiendo fielmente al llamado del Maestro, roguemos al Señor. R/.
4. Por todos los que se han entregado la misión ad gentes para que sean fortalecidos
con el amor, roguemos al Señor. R/.
5. Por todas las sociedades de vida apostólica, los miembros de institutos seculares y
de nuevas formas de Vida Consagrada, por los monjes y monjas de vocación
contemplativa, y por cuantos han recibido el don de la llamada a la consagración,
para que puedan servir con libertad de espíritu en la misión que Dios les ha
confiado, roguemos al Señor. R/.
6. Por el aumento de las vocaciones a la vida consagrada, para que, siendo fieles al
llamado que el Señor les hace, correspondan en el seguimiento radical a Jesús,
roguemos al Señor. R/.
7. Por toda la familia franciscana, para el espíritu del pobrecillo de Asís motive a cada
uno de sus hijos para ser portadores vivos del Evangelio de Cristo, roguemos al
Señor. R/.
8. Por todos los que sufren en el mundo a causa de la pandemia Covid-19, que los
fallecidos sean acogidos la patria eterna; que las familias sean confortadas y
auxiliadas, y que los sacerdotes que han entregado su vida sean premiados con la
corona de gloria que no se marchita, roguemos al Señor. R/.

Presidente: Escúchanos Padre nuestra oración y haz que vivamos como buenos hijos
tuyos, siendo luz del mundo, por Jesucristo Nuestro Señor. R/. Amén.
MEDITACIÓN SANTO ROSARIO VOCACIONAL

Misterios gozosos
(Lunes y sábados)

1. La Anunciación del Ángel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios.


Pidamos a la Virgen que los jóvenes estén abiertos a la llamada de Dios y dispuestos a
decirle Sí, como Ella.

2. La visitación de María a su prima Isabel.


Oremos para que las personas consagradas, en especial por los Hermanos Menores
Capuchinos, para poder ser signos de Jesucristo y Evangelio vivo en el servicio y amor al
prójimo.

3. El nacimiento de Jesús en Belén.


Oremos para que Jesús siga naciendo hoy en el corazón de los fieles, por la palabra y el
testimonio de los consagrados en el mundo.

4. La purificación de María Santísima y la presentación del Niño Jesús en el Templo.


Pidamos para que los padres acojan como un regalo de Dios, la posible vocación
sacerdotal o consagrada de sus hijos.

5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.


Oremos a Dios, por intercesión de la Virgen, para que los hermanos que están en
formación sean fieles a su vocación y se formen bajo la guía del Santo Espíritu.

Misterios luminosos
(Jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.


Oremos para que todos los cristianos vivamos la vocación a la santidad, como fruto de
nuestro Bautismo.

2. Las bodas de Caná.


Pidamos a María para que los esposos vivan fielmente su vocación matrimonial y hagan
de su hogar una Iglesia doméstica.
3. La predicación de Jesús y la llamada a la conversión.
Oremos para que no falten en la Iglesia sacerdotes y religiosos que prediquen el
Evangelio y den testimonio de conversión.

4. La Transfiguración del Señor.


Pidamos por la vida contemplativa, (en especial por nuestras hermanas Clarisas) para
que todos los cristianos descubramos en la oración, la belleza del seguimiento de Jesús.

5. La Institución de la Eucaristía en la Última Cena.


Oremos por la santidad de los sacerdotes, para que imiten en su vida lo que realizan en
la Eucaristía.

Misterios dolorosos
(Martes y viernes)

1. La oración de Jesús en el huerto de los Olivos.


Pidamos para que busquemos siempre en nuestra vida, como San Francisco de Asís, la
voluntad de Dios con generosidad y fortaleza.

2. La flagelación del Señor.


Pidamos por las personas consagradas que sufren persecución, por ser fieles testigos de
Jesús en la palabra y en las obras.

3. La coronación de espinas.
Oremos para que descubramos el rostro doliente de Cristo en los pobres y necesitados,
y haya jóvenes que consagren la vida a su servicio.

4. Jesús con la Cruz a cuestas.


Pidamos para que los jóvenes de hoy escuchen la llamada de Jesús a tomar la cruz de
cada día y a seguirle.

5. La Muerte de Cristo en la cruz.


Oremos para que Dios conceda una buena ancianidad y una santa muerte, a cuantos
han entregado su vida al servicio del Evangelio.
Misterios gloriosos
(miércoles y domingos)

1. La Resurrección de Jesucristo.
Pidamos a la Virgen para que todos los consagrados, en especial quienes hacen parte
del carisma francisano, con su alegría y esperanza, den testimonio de Cristo resucitado.

2. La Ascensión del Señor al cielo.


Oremos para que los jóvenes de hoy busquen el sentido de la vida y la verdadera
felicidad, que es Dios revelado en Jesucristo.

3. La venida del Espíritu Santo.


Pidamos a la Virgen que cuide de los que se preparan en nuestras casas de formación,
para ser apóstoles de su Hijo, y reciban con abundancia los dones del Espíritu Santo.

4. La Asunción de María al cielo en cuerpo y alma a los cielos.


Roguemos a María por toda nuestra Orden Capuchina, para vivir con fidelidad y gozo la
castidad consagrada.

5. La Coronación de María como Reina de todo lo creado.


Pidamos a María para que todos los cristianos, laicos, sacerdotes y vida consagrada,
colaboremos en la construcción del Reino de Dios, cada cual según su vocación.

Oración a la Virgen por las Vocaciones

"María, humilde sierva del Altísimo,


el Hijo que engendraste te ha hecho sierva de la humanidad.

Tu vida ha sido un servicio humilde y generoso:


has sido sierva de la Palabra cuando el Ángel
te anunció el proyecto divino de la salvación.

Has sido sierva del Hijo, dándole la vida


y permaneciendo abierta al misterio.

Has sido sierva de la Redención,


permaneciendo valientemente al pie de la Cruz,
junto al Siervo y Cordero sufriente,
que se inmolaba por nuestro amor.

Has sido sierva de la Iglesia, el día de Pentecostés


y con tu intercesión continúas generándola en cada creyente,
también en estos tiempos nuestro, difíciles y atormentados.

A tí, Joven Hija de Israel, que has conocido la turbación del corazón joven
ante la propuesta del Eterno,
dirijan su mirada con confianza los jóvenes del tercer milenio.

Hazlos capaces de aceptar la imitación de tu hijo


a hacer de la vida un don total para la gloria de Dios.

Hazles comprender que servir a Dios satisface al corazón,


y que sólo en el servicio de Dios y de su Reino
nos realizamos según el divino proyecto
y la vida llega a ser himno de gloria a la Santísima Trinidad.

Amén". (S.S. Juan Pablo II).


EUCARISTÍA INAUGURAL SEMANA VOCACIONAL

COMENTARIO INICIAL

Reunidos en torno al Banquete de la Eucaristía iniciamos nuestra semana de oración por

las vocaciones a nuestra Orden Capuchina. Que al participar de la mesa de la Palabra y

de la Eucaristía renovemos nuestro compromiso fraterno de hacer de cada fraternidad y


nuestra vida una fuente atrayente a este estilo de vida, como lo han hecho nuestros

hermanos que hoy veneramos como santos y beatos frailes, y todos los hermanos que

nos han antecedido en este camino de respuesta al llamado del Señor. Participemos

con alegría y esperanza de este encuentro con Jesús, nuestro estilo de vida.

Liturgia de la Palabra

Escuchemos atentos la Palabra de Dios y en ella descubramos la fuente verdadera de

vida, que nos lleva al verdadero gozo y plenitud como lo descubrió nuestro Padre San
Francisco y nuestros santos hermanos capuchinos, de quienes heredamos nuestro

carisma.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Sacerdote: Entregamos nuestro Padre, de quien hemos recibido el llamado a este estilo

de vida capuchino diciendo: Padre bueno, escúchanos.

1. Por la Iglesia para que guiada por el pastoreo del Papa Francisco siga haciendo

atrayente el Evangelio desde la predicación sencilla y la caridad hacia los más

necesitados.

2. Por nuestra Orden de Hermanos Menores capuchinos, para que se mantenga fiel,
con la predicación y las obras, a nuestro carisma de ser en fraternidad los frailes que
quieren revivir el carisma franciscano viviendo y evangelizando en medio del pueblo,

especialmente entre los más marginados.


3. Por nuestra Provincia capuchina de Colombia, para que esta realidad que vivimos

nos renueve el impulso por seguir construyendo historia con testimonio de vida fraterna

y compromiso evangélico caritativo en cada una de nuestras fraternidades y obras.

4. Por los jóvenes que se encuentran atraídos por nuestro carisma, para que su
entusiasmo de seguir con entrega y alegría nuestro carisma no se apague por el ritmo

de la vida y la falta de testimonio.

5. Por las familias para que sean fermento de nuevas vocaciones a la vida de familia,

sacerdotal o consagrada, porque tiene a Dios como pilar y vida de su hogar.


6. Por nuestros hermanos más vulnerables y necesitados para que como Orden

capuchina y provincia, estén en el centro de nuestra acción evangelizadora como lo

fueron para nuestro Padre San Francisco.

7. Por todas las personas más afectadas en esta pandemia, para que los revistas de
esperanza y a los gobernantes, personal de la salud y científicos les renuevas sus fuerzas

y sigan buscando caminos para que este tiempo pase sin causar mayor miseria y dolor.

8. Por quienes participamos de esta jornada vocacional, para que nuestra oración y

compromiso sea apoyo a la acción de la pastoral juvenil y vocacional de nuestra

provincia capuchina de Colombia.

Sacerdote: Altísimo y buen Dios, recibe nuestras súplicas porque eres el todo bien, el

sumo bien de quien nos vendrá todo aquello que enriquezca nuestra vida y nuestra

acción evangelizadora capuchina. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


EUCARISTÍA DE CLAUSURA SEMANA VOCACIONAL

MONICION INICIAL

Hermanos, con la celebración de la memoria de nuestro primer santo, San Félix de

Cantalicio, el fraile de origen campesino, que se santifico por su servicio incansable de

limosnero por cuarenta años por las calles de Roma, en esta Eucaristía culmina nuestro
jornada de oración por las vocaciones a nuestra vida Capuchina y con gran esperanza

ofrezcamos al Señor el trabajo realizado y la vida de todos aquellos que se sienten

inquietos y traídos por nuestro carisma. Con gozo y confianza participemos de este

encuentro de hermanos.

LITURGIA DE LA PALABRA.

Para nuestro hermano San Félix el centro de su vida fue ser fiel al carisma franciscano,

que solo se alcanza escuchando atentos la Palabra de Dios para acogerla y ella nos
impulse a seguir sembrando el carisma capuchino en nuestra provincia y el mundo.

Participemos con atención de la liturgia de la Palabra.

ORACION DE LOS FIELES

Sacerdote: Con el testimonio de fe y confianza que tuvo san Félix de Cantalicio en

dirigir sus súplicas al Padre Bueno, dirijamos nuestras oraciones diciendo:

R/ Por intercesión de San Félix, escúchanos.

1. Que el papa Francisco siga apoyando nuestra misión capuchina en el mundo y

su pastoreo nos continúe guiando a mayor fidelidad a nuestro carisma.


2. Que la Orden Capuchina en el mundo al recordar a nuestro primer santo, renueve

su compromiso de fidelidad y entrega para continuar haciendo presente el espíritu y


misión de san Francisco en cada una de las presencias y en su trabajo en medio de los

más necesitados.

3. Que nuestra Provincia capuchina de Colombia bajo el testimonio de San Félix, se

renueve en su deseo y trabajo por vivir con autenticidad el carisma franciscano


capuchino.

4. Que esta semana vocacional despierte el interés en los jóvenes para atreverse a

seguir este camino, y a nuestros hermanos de la provincia les recuerde su compromiso

de ser promotores y fermento de nuevas vocaciones.


5. Que quienes participaron de esta semana vocacional, se comprometan para que

este tiempo de oración y trabajo de fruto abundante.

6. Que este tiempo de pandemia despierte en nosotros mayor amor por la

fragilidad del ser humano y nos comprometa a servir con entrega y pasión haciendo de
cada día, una oportunidad para construir el Reino de Dios y permitir que muchos

quieran asumir este estilo de vida.

Sacerdote: Padre de quien San Félix de Cantalicio siempre reconoció su presencia

cercana y providente, por su intercesión acoge la oración que te hemos dirigido y todas
aquellas que están en los corazón de tus hijos. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANEXO.

Preces vocacionales.

Se pueden utilizar en la liturgia de las horas, en la meditación del santo rosario u otra

actividad que se tenga para semana vocacional

LUNES

Altísimo, omnipotente y buen señor que viste a bien conceder hermanos a San

Francisco de Asís y le inspiraste recibir benignamente a quienes quisiesen abrazar

nuestro estilo de vida por divina inspiración. Te pedimos por intercesión de San Félix de
Cantalicio que nos concedas la gracia de nuevas vocaciones; jóvenes deseosos de vivir el

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo en verdad, sencillez y alegría.

MARTES
Tu que eres el Santo Señor Dios único, el que haces maravillas y que por tu gracias nos

concedes la presencia de jóvenes deseosos de acoger la presencia de tu Santo Espíritu y

su santa operación en su vida. Te pedimos por intercesión de San Francisco Maria de

Camporoso, que concedas a nuestros hermanos del postulantado la apertura necesaria

y un corazón atento y disponible a la voz de los hermanos, para que en su proceso


formativo puedan ir descubriendo y asimilando las actitudes de tu Hijo Jesús que se ha

hecho camino para nosotros.

MIERCOLES
Omnipotente eterno justo, y misericordioso Dios, por quien nosotros podemos conocer

aquello que quieres y querer siempre lo que te agrada. Por intercesión de San Ignacio

de Santhiá. Te pedimos por nuestros hermanos novicios para que en este tiempo de la

probación puedan ir configurando su mentalidad, sentimientos y gestos en dirección al


seguimiento de las huellas de tu amado Hijo nuestro Señor Jesucristo; y siendo una sola

cosa tu voluntad y su respuesta generosa puedan ser recibidos a la obediencia y servirte


con gran humildad.

JUEVES

Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien, bien total. Que
tuviste a bien que el hermano Antonio enseñase la sagrada teología a los hermanos. Te

pedimos por intercesión de San Lorenzo de Brindis que concedas a nuestros hermanos

Postnovicios la gracias de acoger dicho tiempo de formación, de tal forma que por el

estudio, el espíritu de oración y el encuentro con los más sencillos y humildes, puedan
cada día irse transformando en imagen de tu divinidad y saborear lo que sienten los

amigos de Jesús al experimentar su presencia.

VIERNES
Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, Padre santo y justo, te damos gracias por

ti mismo y porque por tu santa voluntad has llamado a cada uno de nuestros hermanos.

Que habiéndose consagrado a ti por la profesión perpetua se entregan cada día por la

construcción de tu reino. Te pedimos por intercesión de San Fidel de Sigmaringa, les

concedas la gracia de permanecer en Ti y para que llevándote cada dia con su vida y
palabras puedan perseverar en tu servicio siendo hermanos esposos y madres de

nuestro Señor Jesucristo al darlo a luz por las buenas obras.


ORACION A MARIA MADRE DEL BUEN PASTOR
María, Madre del Buen Pastor,

la llena de gracia: Madre de nuestra fe,

esperanza de los que confían en Dios.

Envuélvenos en el manto de tu

cariño de madre y comunícanos:

La fortaleza de tu fe

La altura de tu esperanza
La profundidad de tu amor.

Que seamos respuesta en

sencillez para el hombre de hoy,


que pregunta donde encuentra a Dios.

Que irradiemos por el mundo la paz y

la alegría de la salvación.

Bendice al pueblo elegido por Dios


para que sepa ser fiel a la voluntad de

tu hijo, nuestro Divino Pastor.

Amen.

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