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4.12 El Greco PDF

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4.12.

EL GRECO

3.8. EL GRECO. FORMACIÓN PICTÓRICA Y TEÓRICA, LA EXPERIENCIA ITALIANA, SU ETAPA DE


MADUREZ EN ESPAÑA. EL GRECO Y EL MANIERISMO. SU DESCUBRIMIENTO EN EL S.XX.
1.- Introducción.
«Llegó [el Greco] de tal modo a consustanciar su espíritu con el del paisaje y el paisanaje en medio de los que
vivió, que llegó a darnos mejor que ningún otro la expresión pictórica y gráfica del alma castellana...». Son
palabras de Miguel de Unamuno (1914)1, escritor de la generación del 98, época en la que la denostada y
olvidada figura del pintor cretense empieza a tomarse en consideración en el mundo de las artes.
El Greco (1541-1614), fue un pintor español considerado el primer gran genio de la pintura española. Fue, uno
de los artistas que mejor supo entender y desarrollar el Manierismo. Fue capaz de transformar su estilo
bizantino en otro absolutamente occidental, lo que le convirtió en uno de los pintores más originales e
interesantes del s. XVI europeo.
2.- El Manierismo.
Seguimos a Jonathan Brown en “El Manierismo en La Edad de Oro de la pintura en España” (1991) y a
Arnold Hausser en “El Manierismo” (1988. Hª Social de la literatura y el arte).
El Manierismo, fue un estilo que se desarrolló en Italia en el siglo XVI. Se caracteriza por el uso de modelos
muy plásticos, figuras exageradas, a menudo con posturas forzadas, un irreal tratamiento del espacio, con
frecuencia de efectos dramáticos, y una aparente elección arbitraria del color. Supone el rechazo del equilibrio
y la claridad del renacimiento en busca de composiciones más dramáticas y complejas, y el deseo de efectos
más emotivos, de mayor movimiento y contraste. En este aspecto, anticipó el barroco que se desarrollaría
hacia el año 1600. El manierismo no fue una reacción contra los cánones del renacimiento, sino que creció
fuera de él, cultivando casi en exceso el estilo (maniera, en italiano, palabra utilizada en su origen por Giorgio
Vasari [1511-1574]) con el que la figura humana era tratada por los últimos maestros italianos como Rafael
(1483-1520) y Miguel Ángel (1475-1564), cuyas obras proporcionaron el impulso para su desarrollo. Así, el
Juicio Final (1536-1541, Capilla Sixtina, Vaticano) de Miguel Ángel coincide con la obra de algunos pintores
manieristas2.
El Manierismo es el resultado de la aplicación hasta su último extremo de las reglas fijadas durante el
Renacimiento. Así, en círculos independientes, como las cortes privadas de ciertos príncipes y algunos núcleos
de intelectuales, se patrocinó un arte exagerado, críptico a veces, sólo apto para iniciados y paladares
exquisitos, capaces de apreciar los significados ocultos de la violación y retorcimiento de las reglas pictóricas.
Cortes como la de Rodolfo II en Praga, los círculos papales, la república veneciana, El Greco y sus amistades
toledanas, etc. son algunos de los sofisticados reductos donde se refugió este arte anti-natural. Los personajes
de estas obras sufren tremendas distorsiones en sus anatomías, que ven alargadas sus miembros o sus rostros,
dispuestos en posturas retorcidas e imposibles en la realidad. Los colores no remiten a la naturaleza, sino que
son extraños, fríos, artificiales, violentamente enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas. El propio
Miguel Ángel o el académico Rafael experimentaron en sus últimas obras el placer de la trasgresión,
desdibujando sus figuras o dejando inacabadas sus obras. Tiziano, Correggio o Giorgione someten algunas
de sus pinturas a complicados simbolismos que aún no han sido descifrados. La orfebrería fue uno de los
ámbitos más beneficiados por este complejo arte, que afectó tardíamente, pero de forma genial, a El Greco.
Ya en España se había pasado por la fiebre manierista, especialmente en los pintores relacionados con El

1 http://www.abc.es/20110128/local-toledo/abci-greco-literatura-201101281833.html
2 El manierismo constituye un estilo con personalidad propia. Su primera muestra se puede fechar alrededor de 1520, en Roma, de la

mano de uno de los discípulos de Rafael llamado Giulio Romano (c. 1499-1546). Los pintores que encabezaban dicho estilo fueron
Rosso Fiorentino (1494-1540) y Jacopo da Pontormo (1494-1557). Ejemplos de sus trabajos son Descendimiento de la cruz (1521,
Pinacoteca Comunal, Volterra) de Rosso, y cinco frescos de la Pasión de Cristo (1522-1525, Monasterio Cartujano, Galluzzo, Italia) de
Pontormo. Parmigianino (1503-1540), artista del norte de Italia, produjo uno de los ejemplos más notables de la pintura manierista,
La Virgen del cuello largo (1534-1540, Galería de los Uffizi, Florencia) caracterizada por la extrema verticalidad de la composición y
una ambigua relación espacial. También es importante, el trabajo del pintor sienés Domenico Beccafumi (c. 1486-1551) que en el
Nacimiento de la Virgen (1544, Pinacoteca Nacional, Siena) creó una típica composición manierista con un uso dramático de luces y
sombras. Alumno de Pontormo es Il Bronzino (1503-1572) quien aplicó el tratamiento del manierismo al género del retrato y a la
pintura alegórica, como en su famosa Alegoría de Venus, Cupido, Locura y Tiempo (c. 1546, National Gallery, Londres). Los hermanos
Zuccaro, Taddeo y Federico, dominaron el estilo manierista en los últimos años del siglo XVI. Alrededor de 1580, el manierismo
comenzó a dar un giro más realista.

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Escorial (Tibaldi y Navarrete el Mudo).No obstante, el Greco significó la sublimación de un estilo en un


contexto que había superado ya el Manierismo y se adentraba en el Barroco de la Contrarreforma católica.
3.- El Greco. Creta (1541-1566)
Seguimos en este punto a Fernando Marías “El Greco: biografía de un pintor extravagante” (1997), a José
Álvarez Lopera en El Greco: textos, documentos y bibliografía (1987) y a Leticia Ruiz Gómez en “El Greco
en el Museo Nacional del Prado: catálogo razonado” (2007).
El Greco (que quiere decir ‘el griego’) nació hacia 1541 en Candía (actual Heraklion), capital de la isla de
Creta, que por aquel entonces era posesión de la Serenísima República de Venecia. Su nombre era el de
Doménikos (‘Menegos’ o ‘Doménicos’) Theotokópoulos. Poco se sabe de los detalles de su infancia y
aprendizaje pero posiblemente estudió pintura en el pueblo en que nació. A pesar de que sus primeras obras
no han llegado hasta nosotros, probablemente pintó en un estilo bizantino tardío, como era habitual en Creta
en aquella época. En obras posteriores aún pueden observarse reminiscencias de ese estilo. El Greco era un
hombre de gran erudición, aficionado a la literatura clásica y a la de su época desde joven.
Conocemos pocos datos sobre su familia; su padre se llamaba Giorgio y su hermano mayor Manussos,
hombre de una importante posición económica ya que ejerció como recaudador de impuestos durante casi 20
años, siendo también presidente de la Cofradía de Navegantes, llegando a obtener patente de corso del Dux de
Venecia para ejercer la piratería contra los turcos. Manussos se vio obligado a vender sus bienes en 1583 para
pagar una deuda de 6.000 ducados al gobierno y años más tarde se trasladó a Venecia. Los Theotokopoulos
pertenecían con toda probabilidad a la colonia católica de Candía, recibiendo el joven Doménikos una acertada
y amplia formación humanística.
Artísticamente parece probable que se formara en el taller de un pintor de iconos llamado Juan Gripiotis
aunque parece tener también contacto con Georgios Klontzas. Doménikos trabajó en las dos vías existentes
en la pintura cretense de la segunda mitad del siglo XVI: la tradicional – ‘alla greca’ siguiendo los modelos
bizantinos - y la moderna – ‘alla latina’ según los modelos llegados del Renacimiento italiano -. Trabajando en
esa doble dirección, El Greco pronto alcanzó una importante posición entre los pintores cretenses, siendo
denominado ‘maistro’ hacia 1563. Doménikos es un hombre de buena educación, espíritu inquieto, grandes
ambiciones y altas aspiraciones, tanto económicas como sociales o profesionales. Algunas obras de esta
primera etapa se conservan en el Museo Benaki de Atenas (Ejem: San Lucas pintando a la Virgen3, 1565-67).
4.- Primeras obras en Venecia y Roma
4.1.- Venecia (1566-1570)
Candía se había quedado pequeña para él y había decidido abandonar la isla para continuar su aprendizaje. Al
estar Creta bajo el dominio de Venecia, parece lógico que fuera ése el primer destino del joven pintor.
Efectivamente, entre enero de 1567 y agosto de 1568 El Greco parte hacia la Ciudad de los Canales, donde
vivían unos 4.000 griegos, entre los que podía estar su hermano Manussos. No existen datos fidedignos de la
estancia en Venecia, aludiéndose más tarde a una estancia en el taller de Tiziano; concretamente su amigo
Giulio Clovio le presenta como ‘discípulo del Tiziano’ mientras Mancini añade que ‘había estudiado en
Venecia y particularmente las cosas de Tiziano’. Esto no se puede probar pero es lógico pensar que Doménikos
se relacionase con los talleres más prestigiosos del momento, no para realizar un proceso de aprendizaje
normal - tenía 26 años - ni para colaborar estrechamente con ellos sino para tomar los elementos que más le
interesaran. El Greco realizará en Venecia un trabajo de asimilación de la pintura renacentista, como se
observa en sus obras. Brown considera, con buen criterio, que no se formó plenamente en el taller de Tiziano
ya que una relación prolongada entre ambos hubiera permitido a Doménikos establecerse en la ciudad y
continuar con el taller del anciano pintor, asegurándose un aceptable futuro. Sería más lógico pensar que El
Greco reaccionó recogiendo de manera ecléctica lo que le pareció interesante de los diferentes maestros que
trabajaban en la Serenísima República: Tiziano, Tintoretto, Veronés (1528-1588), Bassano, Pordenone o
Schiavone, interesándose especialmente por el Manierismo.

3 Tabla al temple de iconografía y estilo postbizantino pero ya original por el colorido y la corporeidad de las figuras.

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El empleo de motivos occidentales de intensifica en obras como La Adoración de los Reyes4 (ca. 1565-1567
Atenas, Museo Benaki), el Tríptico de Módena (ca. 1569) o la misma Vista del Monte Sinaí (ca. 1567, Galería
Estense) ya pintada al óleo.
En otras obras de esta época se evidencian intentos de dominar la corporeidad de las figuras, insertarlas en
un espacio profundo y manejar una iluminación más naturalista. Su transformación en pintor occidental es
muy rápida y se aprecia en obras como la Expulsión de los Mercaderes (ca. 1567-1570, Washington, National
Gallery) y la Curación del Ciego (ca. 1567-1570, Dresde, Gëmaldegaleríe).
Aunque no hay noticia de que El Greco volviese a Venecia la huella de los breves años venecianos no sólo fue
indeleble sino que motivos y recursos que sin duda aprendió en Venecia los puso en práctica en obras ya en
España. Algunos rasgos, propios de Tintoretto, permanecen en su obra, incluso se acentúan, como el
dinamismo extremo, los “picados” de los ángeles, los escorzos audaces, los perfiles ondulados de los cuerpos,
el uso del ropaje como elemento expresivo, casi con vida propia, el colorido intenso pero desprovisto de la
intensidad gozosa de Tiziano o Veronés y el clima de “acontecimiento”, de “prodigio”, acentuado por la
iluminación espectral y completado por los densos cielos perpetuamente tormentosos.
4.2.- Roma (1570-1576)
Durante los años de estancia en Roma, de 1570 a 1576, continuó inspirándose en los italianos. La influencia de
la calidad escultural de la obra de Michelangelo Buonarroti es evidente en su Pietà (c.1570-c.1572, Museo de
Filadelfia). Anunciación de época italiana (c. 1567-c. 1577, Museo del Prado, Madrid) pudo ser pintado en Roma,
aunque revela la huella de Venecia, tanto en el colorido como en el modo de estudiar el espacio. El estudio de
la arquitectura romana reforzó el equilibrio de sus composiciones, que con frecuencia incluyen vistas de
edificios renacentistas. Doménikos pasará siete años en la Ciudad Eterna. Desconocemos las razones de este
viaje, posiblemente por la importante competencia que existía en Venecia mientras que en la Ciudad Eterna,
tras el fallecimiento de Miguel Ángel en 1564, existían más posibilidades de recibir buenos encargos. Durante
el viaje parece casi seguro que se detuvo en Verona, Parma, donde estudió las obras de Correggio y
Parmigianino y Florencia.
En noviembre de 1570, ya en Roma, contacta con el miniaturista croata Giulio Clovio, iniciando una estrecha
amistad que permitió a Doménikos ingresar en el palacio de uno de los mecenas más importantes de su
tiempo: el Cardenal Alejandro Farnesio (Alessandro Farnese), que lo alojó en su palacio. Allí conocerá a uno
de sus pilares durante su estancia romana, el bibliotecario Fulvio Orsini, procedente de una ilustre familia e
interesado por la Antigüedad, un auténtico humanista, sin renunciar a poseer una importante colección de
pintura. Doménikos aprovechó las oportunidades de formación que se le brindaron, estudió las colecciones
del cardenal y su bibliotecario, admiró la obra de Miguel Ángel y los manieristas romanos, y fue admitido en
la Academia de San Lucas5 en 1572, eso sí, dentro de la modesta categoría de miniaturista. Esta noticia indica
que El Greco no destacó mucho en el competitivo mundo romano, sin conseguir ningún encargo público de
importancia. Aunque parezca que los años pasados por Doménikos en Roma no le condujeron a nada serán
fundamentales para su llegada a España. A las tertulias que tenía Fulvio Orsini en el Palacio Farnesio acudían
eruditos de diversas nacionalidades, entre los que destacaba el español Don Luis de Castilla, joven clérigo e
hijo del deán de la catedral de Toledo, cuya estancia en Roma está documentada entre 1571 y 1575,
convirtiéndose en amigo y defensor del artista durante toda su vida, hasta el punto que participó como albacea
en su testamento. A través de los testimonios que él mismo dejó en las anotaciones a los ejemplares de las
Vidas de Vasari y De Architettura de Vitruvio sabemos que desdeñó la autoridad de Miguel Ángel y Rafael,
criticando su exceso de disegno, su pobreza de color y su beatería por los modelos antiguos. Pese a sus
fanfarronerías sabemos que estudió en Florencia la escultura de Miguel Ángel y sacó provecho de su estudio
ahondando en la corrección anatómica y las proporciones heroicas de algunas de sus obras en los primeros
años Toledanos.

4 La escena muestra la Adoración de los Reyes Magos. En la composición, María y el Niño Jesús son la figura central. El niño extiende
un brazo para recibir los presentes que le ofrecen los tres reyes magos, quienes se muestran tanto con atuendos como con colores de
piel diferentes, alegoría pictórica de los continentes conocidos en el contexto del autor. En esta época creativa del autor, se sintetizan
sus influencias tanto de la tradición bizantina, las escuelas veneciana y sienesa y la iconografía de la Contrarreforma que abrevó
en Toledo. El manejo del color en la obra es de clara influencia manierista veneciana.
5 Asociación de artistas y una academia de bellas artes situada en Roma.

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En Roma, a pesar de sus progresos, no consiguió hacerse con una clientela a la altura, quizá por los fallos en
los cuadros de composición, como demuestran las obras que conocemos de estos años. De su actividad como
retratista, la que más alabanzas le granjea en este momento, destaca el Retrato de Giulio Clovio (1572, Nápoles,
Pinacoteca de Capodimonte) y el retrato de armadura de Vicenzo Anastagi (ca 1575-1576, Nueva York,
Colección Frick).
Estos dos retratos demuestran, ya en sí, la rapidez de su maduración. Ambas manifiestan seguridad y
rotundidad en el dibujo, especialmente el de cuerpo entero y, sobre todo, una extraordinaria vivacidad en las
fisonomías.
5.- Traslado a España
Hacia 1575 Doménikos había empezado a considerar su marcha a España; en primer lugar, por las
posibilidades existentes para trabajar debido a la construcción del Monasterio de El Escorial, en cuya
decoración estaban participando pintores romanos como Tibaldi o Zuccaro; en segundo lugar es probable
que don Luis de Castilla invitara a su amigo a trasladarse a Toledo, donde podía encontrar también trabajo
fácilmente. Además influye la dificultad para competir en el reñido mercado artístico romano. En 1576 dejó
Italia y, tras una breve estancia en Malta, llegó a Toledo en la primavera de 1577, tras una estancia breve en
la corte madrileña. Toledo, además de ser la capital religiosa de España, por aquella época era también una
de las ciudades más grandes de Europa. En 1571 la población de la ciudad era de unos 62 000 habitantes.
Los primeros encargos importantes en Toledo le llegaron de inmediato: el retablo mayor y dos laterales para
la iglesia de Santo Domingo el Antiguo de Toledo. A estos retablos pertenecen La Asunción de la Virgen (1577.
Art Institute de Chicago) y La Trinidad6 (1577 – 1579. Museo del Prado). También le contrataron
simultáneamente El expolio, para la sacristía de la catedral. Los retablos de Santo Domingo confirmaron la
capacidad de El Greco para dominar las grandes composiciones; su maestría en el dibujo y la anatomía que
aprende del ‘desdeñado’ Miguel Ángel, la ‘facilidad’ para resolver con gracia las dificultades del escorzo, el
dinamismo que da vida a las escenas (cristo resucitado, virgen ascendente), su capacidad para usar
intencionalmente la iluminación, su valentía y originalidad en el colorido, que unirá las suntuosidades
venecianas con las refinadas disonancias, armonías frías y los tornasoles manieristas. En relación a El expolio,
obra hecha para la sacristía, (c. 1577-1579. Actualmente en la Catedral de Santa María de Toledo. Ver su
restauración en el Museo del Prado por Rafael Alonso, 20137), presenta una espléndida imagen de Cristo
con una túnica de un rojo intenso, rodeado por los que le han prendido. En la obra la concentración dramática
es máxima, sin espacio para la figura de Cristo, la figura de Cristo se empuja hacia el espectador. Cristo se
ofrecerá para el cumplimiento de su misión en heroica mansedumbre y absoluto dominio de sí mismo. Su
túnica roja, símbolo de pasión, saca la figura del cuadro literalmente y la hace resplandecer con luz propia.
Para deslumbrar a su clientela el Greco se permite algunos alardes formales como el juego de reflejos sobre la
armadura del soldado. Aunque el lienzo dio lugar al primero de una larga serie de pleitos que El Greco
mantendría con su clientela (a la iglesia no le gustó que las cabezas de los soldados figuraran encima de la de
Cristo) el lienzo se colgó en el lugar para el que fue creado y en el que aún se halla.

6 La Trinidad es un cuadro pintado por el Greco (Domenikos Theotokopoulos, 1541-1614). Este óleo sobre lienzo mide
300 centímetros de alto y 179 cm de ancho, y fue ejecutado entre 1577 y 1579, siendo uno de los nueve lienzos que realizó para
el monasterio de Santo Domingo de Silos (el Antiguo), en Toledo. Se encuentra en el Museo del Prado de Madrid (España) desde 1832,
tras ser comprado por el rey Fernando VII al escultor Valeriano Salvatierra. Se representa la escena en la que Dios Padre sostiene el
cuerpo de su hijo Jesucristo muerto. Sobre ellos el Espíritu Santo representado en forma de paloma. Alrededor de estas tres personas
de la Trinidad, aparecen ángeles en diversas posturas, algunos de ellos con expresiones dramáticas en los rostros.
7 En 2013 fue restaurado en los talleres del Museo del Prado, quedando expuesto en la pinacoteca madrileña hasta su devolución a la

catedral de Toledo, que tuvo lugar en febrero de 2014, a tiempo para la celebración del cuarto centenario del fallecimiento del artista.
Papel destacado tuvo Rafael Alonso, restaurador del Museo del Prado. “El Greco utilizaba, por su gran calidad y dimensiones, una tela
que se usaba para hacer manteles”, ha recordado Rafael Alonso, cuya intervención ha consistido básicamente en la reintegración y
consolidación cromática de levantamientos y pequeñas pérdidas en el borde inferior. Tras estos trabajos, se llevó a cabo una limpieza
que ha permitido recuperar el equilibrio de las luces y las sombras, "mejorando las relaciones espaciales y cromáticas y, con ello,
la visión global de la composición". "Al cabo de los siglos, los barnices se habían alterado y eso hacía que la pintura tuviese aspecto
plano; los colores estaban amortiguados por una pátina que ensuciaba el cuadro", comentó el restaurador, que valoró el trabajo
como "delicado", ya que la limpieza de una obra "es lo más difícil".

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El Greco no planeaba establecerse en Toledo, pues su objetivo era obtener el favor de Felipe II y hacer carrera
en la corte. De hecho, consiguió dos importantes encargos del monarca: Adoración del nombre de
Jesús (también conocido como la Alegoría de la Liga Santa o Sueño de Felipe II) y El martirio de San Mauricio
y la legión tebana8 (1578-1582), ambos aún hoy en el monasterio del Escorial. En la Alegoría mostró su
capacidad para combinar complejas iconografías políticas con motivos ortodoxos medievales. Ninguna de
estas dos obras gustó al rey, por lo que no le hizo más encargos. Según escribió fray José de Sigüenza, testigo
de los hechos, “el cuadro de San Mauricio y sus soldados... no le contentó a su majestad”. Tras esto, Doménikos
se instala definitivamente en Toledo, ciudad donde triunfará el resto de su vida. Allí contará con la protección
de un importante número de personajes cultos e influyentes que le encargarán sus obras más espectaculares,
estableciendo con la mayor parte de ellos relaciones de amistad. En Toledo el Greco es un maestro absoluto.
El pintor no solo demuestra dominio del oficio sino una gran originalidad, talento narrativo, capacidad para
crear un clima expresivo acorde a la naturaleza de lo narrado.
En Toledo formará El Greco una familia aunque apenas existan datos en este sentido. Parece probable que
nada más llegar a España inicia una relación con doña Jerónima de las Cuevas, naciendo Jorge Manuel en
1578. Sobre doña Jerónima se ha especulado mucho considerándose que se trataba de una noble o
descendiente de una familia morisca. El caso es que no existen noticias sobre el matrimonio entre ambos
amantes, apuntándose a que Doménikos ya estaba casado en Italia, sin dejar de lado la posibilidad de un desliz
juvenil entre ambos, lo que llevaría a doña Jerónima a un convento. No hay duda que Jorge Manuel era hijo
natural, refiriéndose a él en una ocasión como ‘sobrino’ apelativo que se utilizaba en la época para referirse a
los bastardos. El Greco estableció su hogar en la Ciudad Imperial y ocupó un viejo palacio gótico-mudéjar
propiedad de los marqueses de Villena, del que en la actualidad no queda ningún resto. Allí formó su próspero
taller, dedicándose a la elaboración de cuadros, diseño de retablos y escultura. En este taller trabajarán su
buen amigo, y posiblemente socio, Francesco Preboste, Jorge Manuel, Luis Tristán y Pedro de Orrente,
éstos dos últimos durante una temporada. Antón Pizarro, Pedro López y los escultores Miguel González y
Giraldo de Merlo también estaban vinculados al taller, incluyéndose entre ellos el grabador flamenco Diego
de Astor en 1605. Los precios cobrados por las obras que realizaba el taller eran elevados para lo que
acostumbraban a pagar los españoles, lo que provocó numerosos litigios, como en los casos del Expolio, el
Entierro del señor de Orgaz o los retablos del Hospital de la Caridad de Illescas. La mayor parte de ese dinero
que ganó Doménikos fue derrochado al llevar un fastuoso tren de vida, como indica Jusepe Martínez: ‘ganó
muchos ducados, pero los despilfarró en una vida ostentosa; incluso mantenía a músicos asalariados en su
casa de modo que pudiera gozar de todos los placeres mientras comía’. Pacheco observó que ‘era extraordinario
en todo, y tan extravagante en sus pinturas como en sus costumbres’.
6.- Transformación en pintor español
Paulatinamente El Greco se irá afianzando entre la clientela toledana, de la que recibe sus mejores encargos:
en 1586, El Greco, pintó una de sus obras maestras, El entierro del conde de Orgaz9, para la Iglesia de Santo

8 El Martirio de San Mauricio es la obra más romana y más intelectual de el Greco, una obra de lucimiento donde el pintor crea una
composición de una gran complejidad en la que, con gran elegancia, decide dejar en un lugar secundario la escena del martirio y
presentar al Santo y sus compañeros como jóvenes y hermosos héroes en el momento que discuten la decisión de aceptar el martirio.
La interpretación personal del episodio no agradó al rey, el cual, conforme a las directrices de la Contrareforma católica, quería a ante
todo claridad en la presentación de las historias. En el cuadro apenas se identifican los apuestos romanos con mártires cristianos. El
rey pagó la obra de forma espléndida pero no la colgó en la basílica y no volvió a requerir los servicios del pintor. Este gesto decidió el
destino del Greco quien quedó para siempre apartado del mecenazgo regio y expuesto a la dureza del mercado. Lo cierto es que en
Toledo no le faltaron los encargos y el Greco quedó definitivamente instalado en esta ciudad protegido por una minoría de eclesiásticos
cultos e intelectuales. Allí mantendría un activo taller. En Toledo, lejos de la influencia de la pintura italiana, El Greco se cocería en su
propio jugo y su pintura evolucionaría en dirección contraria a la que en esos momentos tomaba la pintura italiana. Doménikos se
esforzó por hacer una obra sofisticada, recurriendo al estilo manierista como punto de partida. Así surgen las figuras de espaldas, los
escorzos o las diagonales que se observan en la escena. Las figuras están claramente inspiradas en Miguel Ángel, con un canon
escultórico que deja ver la anatomía bajo las corazas. Estas figuras tienen la cabeza pequeña y las piernas cortas en proporción con su
amplio busto. Los colores son ya casi tradicionales en El Greco, el amarillo, azul, verde o rojo, inspirados en la Escuela veneciana. San
Mauricio porta el rojo del martirio y el azul de la eternidad. Sobre esos colores resbala la luz, contrastando las zonas iluminadas con
otras en semipenumbra. La luz será fundamental ya que gracias a los focos de iluminación, el artista destaca lo que le interesa,
existiendo un claro núcleo de luz que ilumina el martirio, procedente del Rompimiento de Gloria de la parte superior.
9 El cuadro representa el milagro en el que, según la tradición, san Esteban y san Agustín bajaron del Cielo para personalmente

enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de la villa de Orgaz, en la iglesia de Santo Tomé, como premio por una vida ejemplar de

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Tomé de Toledo. Esta obra, que aún se conserva en su lugar de origen, muestra el momento en que san
Esteban y san Agustín introducen en su tumba (actualmente justo debajo del cuadro) a ese noble toledano del
siglo XIV. El Greco lo pinta en plena madurez artística. Tiene rigor arquitectónico y una unidad extraordinaria
a pesar de los dos partes en las que está dividido. En esta obra están presentes todos los elementos del lenguaje
manierista del pintor: figuras alargadas, cuerpos vigorosos, escorzos inverosímiles, colores brillantes y ácidos,
uso arbitrario de luces y sombras para marcar las distancias entre los diferentes planos, etc. En la parte
superior el alma del conde asciende al paraíso poblado de ángeles, santos y personajes de la política de la
época. En El entierro se evidencian el alargamiento de figuras y el horror vacui (pavor a los espacios vacíos),
rasgos típicos de El Greco, que habrán de acentuarse en años posteriores. Tales características pueden
asociarse con el manierismo que se sigue manteniendo en la pintura del Greco aún después de desaparecer en
el arte europeo. Su visión intensamente personal se asentaba en su profunda espiritualidad, de hecho, sus
lienzos evidencian una atmósfera mística similar a la que evocan las obras literarias de los místicos españoles
contemporáneos, como santa Teresa de Ávila y san Juan de la Cruz.
Desde 1596 se produjo un gran aumento de encargos que se mantuvo hasta su muerte. Las razones son varias:
la reputación alcanzada por el artista en los años anteriores, el prestigio y amistad con un grupo
de mecenas locales que le proporcionaron con regularidad encargos importantes y también, desde 1600, la
participación en el taller de su hijo Jorge Manuel, que consiguió encargos en los pueblos cercanos a Toledo. A
fines de siglo, por tanto, volvió a recibir encargos importantes, como los del Colegio de Doña María de
Aragón10 en Madrid (1596-1600. Actualmente ocupa el edificio del Senado español), la Capilla de San José11
de Toledo (1597-1599) o el Colegio de San Bernardino de Toledo (1603. San Bernardino, Museo del Greco).
Pese a su datación muy próxima ofrecen una gran variedad estilística, percibiéndose en general un
alargamiento y una pérdida de peso en las figuras, mientras que el escaso espacio libre se adensa en forma de
nubes, casi sólidas que fluyen del cielo a la tierra o de la tierra al cielo. Sus figuras se hacen cada vez más
estilizadas, en un estilo muy personal con figuras desproporcionadas, colores violentos y vibrantes, fuertes
escorzos, que consigue calar profundamente en la mística sociedad toledana. Algunos especialistas han llegado
a especular sobre una posible enfermedad visual como causante de esas deformaciones pero recientes estudios
han demostrado que El Greco empleaba ese estilo porque era de su agrado y también del de su clientela.
También de esta época son los conocidos Apostolados12. Estas series de apóstoles, mensajeros de Cristo, eran
especialmente adecuadas para decorar sacristías, salas capitulares o aulas conventuales. En ellas se
dispusieron, de forma casi ritual, seis figuras a un lado de Cristo, mirando a la izquierda, y seis al otro, giradas
a la derecha, de modo que parecieran dirigirse o escuchar la palabra del Maestro, que suele estar de frente y
bendiciendo. Repetidos por El Greco y su taller para iglesias y comunidades religiosas, se conservan tres más
o menos completos: el de la Catedral de Toledo, el que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Asturias y
el procedente de la Casa-Museo del Greco13.
En cuanto a la producción retratística destacó a lo largo de toda su vida. Se centró en las clases medias y
altas toledanas, fuera del retrato cortesano, lo que le permitió más libertad de acción. Sus retratos tienen un
aire de familia, y a la vez una poderosa individualidad. Retratos sobrios, de medio cuerpo, sin más adorno que

devoción a los santos, su humildad y las obras de caridad llevadas a cabo. También el pago de este cuadro motivó otro pleito: el precio
en que fue tasado, 1200 ducados, pareció excesivo al párroco de Santo Tomé, que solicitó una segunda tasación estableciéndose en
1600 ducados. El párroco solicitó entonces que no se tuviera en cuenta esta segunda tasación, aceptando el Greco cobrar sólo 1200
ducados. Los litigios sobre el precio de sus obras importantes fueron una característica constante en la vida profesional del Greco y
han dado lugar a numerosas teorías para explicarlo.
10 Retablo de doña María de Aragón es la denominación historiográfica de un retablo encargado a El Greco para la iglesia del Colegio

de la Encarnación de Madrid (llamado también Colegio de doña María de Aragón). Fue realizado entre los años 1596 y 1599.Aunque se
ha especulado mucho sobre los cuadros que componían este retablo, en la actualidad hay bastante consenso en que estaba formado
por seis lienzos de gran tamaño y un séptimo desaparecido. Cinco de esos cuadros se conservan en el Museo del Prado y el sexto en
el Museo Nacional de Arte de Bucarest (Rumanía).
11 Tres retablos para una capilla privada de Toledo dedicada a san José. A estos retablos pertenecen los cuadros San José con el Niño

Jesús, San Martín y el mendigo y la Virgen con el Niño y las santas Inés y Martina. Sus figuras son cada vez más alargadas y retorcidas,
sus cuadros más estrechos y altos, su interpretación personalísima del manierismo alcanza su culminación.
12 Un Apostolado es un conjunto de cuadros de los doce apóstoles presididos, a veces, por la imagen del Salvador.
13 Otros Apostolados, conocidos por referencias, se dispersaron o perdieron, entre ellos uno incompleto, hallado durante la guerra civil

en Almadrones (Guadalajara), que se divide hoy entre el Museo del Prado y varios museos norteamericanos.

6
4.12. EL GRECO

la gola, que enmarca el rostro del retratado. Uno de los máximos exponentes de esa labor es el famoso cuadro
El caballero de la mano en el pecho14 (c.1577-1584, Museo del Prado). Entre las obras destacamos:
 Retrato del Cardenal Fernando Niño de Guevara (1600, Nueva York, Metropolitan)
 Retratos de Antonio y Diego de Covarrubias (Louvre y Museo del Greco)
 Retrato de Fray Hortensio Félix de Paravicino (1609, Museo de Boston)
 Retrato de un desconocido (El caballero de la mano en el pecho) (1584, Madrid, Museo de El Prado)
 Dama de El Armiño (1577-1580, Glasgow, Museum of Art Gallerie)
 El Soplón (1570-1576, Nápoles, Museo di Capidimonte)
El Greco gozó de una excelente posición. Tenía en Toledo una gran casa en la que recibía a miembros de la
nobleza y de la elite intelectual, como los poetas Luis de Góngora y fray Hortensio de Paravicino, cuyos
retratos, que pintó entre 1609 y 1610, se hallan actualmente en el Museo de Bellas Artes de Boston. Pintó
también algunos cuadros de la ciudad de Toledo, como Vista y plano de Toledo15 (c.1600-c.1610, Museo del
Greco), o Vista de Toledo (1598, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York), aunque el paisaje fuera un género
poco tratado tradicionalmente por los artistas españoles.
7.- Última época.
A través de su hijo, en 1603 consiguió un nuevo contrato para realizar el retablo del Hospital de la Caridad
de Illescas (1603-1605. Imp.)16. A finales de 1607, el Greco se ofreció a terminar la capilla de Isabel de Oballe17
(Imp.), que había quedado inconclusa por el fallecimiento del pintor Alessandro Semini. El artista, ya con 66
años, se comprometió sin gastos complementarios a corregir las proporciones del retablo y a sustituir una
Visitación. La Inmaculada Concepción18 (1613.Museo Santa Cruz) para esta capilla es una de sus grandes obras
tardías, los alargamientos y los retorcimientos nunca antes habían sido tan exagerados o tan violentos, la
forma alargada del cuadro concuerda con las figuras que se elevan hacia el cielo, lejos de las formas naturales.
Sus últimos retablos importantes incluyeron un retablo mayor y dos laterales para la capilla del Hospital
Tavera, siendo contratado el 16 de noviembre de 1608 con un plazo de ejecución de cinco años. Visión del
Apocalipsis (c.1608-c.1614, Museo Metropolitano), lienzo para uno de los retablos laterales, muestra el genio
del Greco en sus últimos años. También de esta época es el Laoconte19 (1609, Galería Nacional, Washington),
una de las pocas pinturas mitológicas de El Greco.

14 Igualmente la persona retratada era de identidad desconocida, hoy se considera que es el marqués de Montemayor y notario mayor
de Toledo, pero hasta hace poco se ha querido ver que podía ser una configuración de Miguel de Cervantes Saavedra.
15 El plano mostrado en el cuadro es la planta geométrica más antigua conocida de Toledo y una de las más antiguas de toda España.
El enorme detalle con el que fue realizado el plano ha hecho que algunos estudiosos conjeturen que se trata de una obra de Jorge
Manuel, hijo del pintor y experto en arquitectura. En la parte superior del lienzo se encuentra la Virgen María, acompañada de una
corte de ángeles que portan la casulla de San Ildefonso. En esta obra podría leerse una anticipación del impresionismo, e incluso
de Paul Cézanne.
16 A través de su hijo, en 1603 consiguió un nuevo contrato para realizar el retablo del Hospital de la Caridad de Illescas. Por razones

desconocidas aceptó que la tasación final fuera realizada por tasadores nombrados por el Hospital. Estos fijaron un precio muy reducido
de 2410 ducados, lo que provocó un largo pleito que llegó hasta la Cancillería Real de Valladolid y al Nuncio papal de Madrid. El litigio
terminó en 1607 y, aunque se hicieron tasaciones intermedias entorno de los 4000 ducados, al final se pagó una cantidad similar a la
establecida inicialmente. El varapalo de Illescas afectó gravemente a la economía del Greco, que tuvo que recurrir a un préstamo de
2000 ducados de su amigo Gregorio de Angulo. El retablo mayor fue realizado por el Greco en 1603. El Greco también realizó cinco
cuadros de la vida de la Virgen María para este templo: La Virgen de la Caridad, Los desposorios de la Virgen, La Anunciación, La
Natividad y La coronación de la Virgen.
17 En 1607 el Greco recibió el encargo de decorar la pequeña capilla fundada por doña Isabel de Oballe en la iglesia de San Vicente
Mártir, en Toledo. Encomendado originalmente al pintor genovés, y todavía hoy mal conocido, Alessandro Semini, quiso la fortuna
que, al morir éste de forma inesperada en ese mismo año, el proyecto de Oballe recayera sobre el Greco, que concibió para la ocasión
un impresionante conjunto de cuatro obras: San Ildefonso y San Pedro -ambas en el monasterio del Escorial-, La visitación, conservada
en el Dumbarton Oaks, Washington D.C., y La Inmaculada- hoy propiedad de la parroquia de San Nicolás de Bari en Toledo y depositada
desde 1965 en el Museo de Santa Cruz-.
18 La Inmaculada Concepción era una de las imágenes predilectas del arte de la Contrarreforma, a la que servía el Greco. La Virgen

María se sitúa en el centro del lienzo, acompañada por ángeles, querubines y la paloma del Espíritu Santo. A sus pies se encuentran
varios símbolos marianos, como la luna. San Juan Evangelista está presente en esta obra, es una figura de gran naturalidad. La belleza
del rostro de la Virgen contrasta con el gesto sereno y un poco adusto del apóstol.
19 Es una de las pocas obras mitológicas del Greco, quien era eminentemente un pintor religioso. Aquí representa la historia y el castigo
de Laocoonte a manos del dios Poseidón. Para obtener la impresión de violencia, el pintor aplica fuertes escorzos. Al fondo de la escena
podemos apreciar un paisaje de Toledo, y no de Troya como se creía, pues según la tradición fue fundada por dos descendientes de

7
4.12. EL GRECO

En agosto de 1612, el Greco y su hijo acordaron con las monjas de Santo Domingo el Antiguo contar con una
capilla para el enterramiento familiar. Para ella, el artista realizó La Adoración de los pastores (Museo Prado).
Es una obra maestra en todos sus detalles: los dos pastores de la derecha son muy alargados, las figuras
manifiestan el estupor y la adoración de forma conmovedora. La luz destaca dando a cada personaje
importancia en la composición. Los colores nocturnos son brillantes y con fuertes contrastes entre el rojo
anaranjado, el amarillo, el verde, azul y rosa.
Murió en Toledo el 7 de abril de 1614 a la edad de 73 años y fue enterrado en la iglesia de santo Domingo el
Antiguo20. Cuando murió, tenía entre sus enseres 130 libros. Sobre esto pudimos contemplar una magnífica
exposición en el Museo del Prado (2104) titulada La biblioteca del Greco. La exposición pretendió
reconstruir las raíces teóricas y literarias del arte del Greco a partir de los libros que estuvieron en su poder,
y que se conocen gracias a los dos inventarios realizados por su hijo Jorge Manuel en 1614 y 1621. La exposición
muestra unos 40 procedentes de la Biblioteca del Museo del Prado, la Biblioteca Nacional de España y otras
instituciones madrileñas. Entre ellos hay cuatro que pertenecieron, sin duda, al Greco, de los que destacan una
edición del tratado de Vitruvio y otra de las Vidas de Vasari porque fueron abundantemente anotadas por
él con apostillas que revelan sus ideas sobre la arquitectura y la pintura.
8.- Su descubrimiento en el S. XX. Su influencia en la pintura moderna
8.1.- Su descubrimiento en el S. XX
Las primeras construcciones míticas sobre la figura de El Greco, se lleva a cabo por los románticos franceses
que le llaman “fou de genie” (genio loco), sin embargo hasta 1865 no aparece ningún nuevo dato biográfico.
La primera exposición dedicada al Greco en el mundo tuvo lugar en el Museo del Prado en 1902, con 23
cuadros del Museo y 61 de colecciones particulares. Seis años más tarde se exponen 21 cuadros en el Salón de
Otoño parisino.
En 1908-1910, se inician los primeros estudios científicos de su vida y obra. En 1908, la primera gran
monografía del pintor de Manuel Bartolomé Cossío21, que brindaba el primer catálogo de su producción.
Otros trabajos de la época: Francisco de Borja San Román22 o Maurice Barrés. De esta misma época destacan
los trabajos del Marqués de la Vega Inclán por revalorizar su figura y así poder abrir su Casa-Museo (1911).

los troyanos Telamón y Bruto. La violencia y el dramatismo de la obra se consiguen a través de una luz fantasmal que ilumina el primer
plano. Esta es una de las últimas obras del Greco, quien la dejó inconclusa a su muerte en abril de 1614. Se considera que en ella
colaboró Jorge Manuel, hijo del pintor.
20 Según consta en la partida de defunción que se encuentra en la parroquia de Santo Tomé – ‘en siete del falescio Dominico Greco no

hizo/ testamento. Recibió los sacramentos. Enterrose en / Santo Domingo el Antiguo, dio velas" (sic) -. Días atrás había otorgado un
poder a su hijo para que pudiera hacer testamento en su nombre, indicando que se encuentra "echado en la cama, enfermo de una
enfermedad que Dios Nuestro Señor fue servido de me dar y en mi buen seso, juicio y entendimiento natural’, nombrando heredero
universal de todos sus bienes a Jorge Manuel y figurando entre sus albaceas su buen amigo don Luis de Castilla. Acerca del entierro
del pintor también existen algunas incógnitas. Se sabe que fue enterrado en la iglesia del convento de Santo Domingo el Antiguo en
un altar cedido en 1612 por las monjas ‘para siempre jamás’ a cambio de 32.000 reales condonados por un monumento para la Semana
Santa y por el compromiso de decorar el altar (para ello realizó la Adoración de los pastores que hoy guarda el Museo del Prado). A
partir de estas noticias existen dos hipótesis: sigue en Santo Domingo enterrado junto a su nuera, Alfonsa de los Morales, cubiertas
las tumbas por construcciones posteriores, o en 1618 fueron trasladados su cuerpo y el de su nuera a la iglesia de San Torcuato, cuyas
obras estaba dirigiendo Jorge Manuel. Esta iglesia toledana ha desaparecido por lo que no sabemos en la actualidad dónde se ubica el
cuerpo del gran pintor cretense cuya vida resume en unos versos su buen amigo el poeta Fray Hortensio Felix Paravicino: "Creta le
dio la vida y los pinceles, / Toledo mejor patria, donde empieza / a lograr con la muerte eternidades".
21 La primera gran monografía sobre el pintor de Toledo fue la publicada por Manuel B. Cossío en 1908. Se trata de una obra

fundamental, sin la cual no puede entenderse el largo proceso a través del cual el Greco ha llegado a ser una figura imprescindible,
tanto en el arte europeo de su tiempo como en el canon de la pintura occidental. En su libro, Cossío ofrece un recorrido cronológico
por los acontecimientos más significativos de la vida del pintor, hace una propuesta de clasificación de su obra atendiendo a sus
diferentes estilos, emite un juicio crítico sobre el valor de su trabajo como artista, recopila e interpreta todo lo publicado hasta entonces,
traza un primer esquema de la evolución estilística del pintor y realiza el primer catálogo razonado de sus obras, que incluye casi
quinientas. Además, aporta datos nuevos procedentes de consultas de archivo sobre un importante número de cuadros y conjuntos de
obras del pintor, de lo que es un buen ejemplo el óleo Orden de la Camáldula, referenciado por primera vez en su monografía.
22 Dedicó su tesis doctoral al estudio del pintor casi al mismo tiempo que Cossío daba sus pasos. El Greco en Toledo, o nuevas
investigaciones acerca de la vida y obras de Dominico Theotocópuli (publicada en 1910, con prólogo del propio Cossío), destaca por
haber asentado las bases para el estudio del pintor durante su producción en la ciudad de Toledo, en donde el Greco permaneció
durante casi cuarenta años. En 1910, Francisco de Borja San Román dio a conocer 88 nuevos documentos del Greco, obligando a

8
4.12. EL GRECO

La obra de Harold Wethey en 1962 “El Greco y su escuela” llegó a convertirse en el catálogo autorizado del
pintor y una especie de libro canónico.
Décadas más tarde destacan los trabajos de Agustín Bustamante y Fernando Marías, ambos con numerosas
publicaciones sobre el pintor cretense.
Durante las últimas décadas, destacan los diferentes estudios teóricos y trabajos de investigación desde el
Museo Nacional del Prado. Primeramente hay que destacar los trabajos de José Álvarez Lopera (1950 -
2008), era Jefe de Conservación de Pintura Española del Museo Nacional del Prado. Destaca su Estudio y
Catálogo razonado, además de comisariar diferentes exposiciones de El Greco. Al fallecer, el catálogo pasó a
manos de Leticia Ruiz, jefe de Pintura Española del Renacimiento del Museo Nacional del Prado (diversas
publicaciones del pintor junto con el catálogo de las obras del pintor en el Prado). Rafael Alonso, restaurador
del Museo del Prado, Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales del año 2010. Este
premio reconoce su ejemplar trayectoria profesional y su especialización en el conocimiento técnico de la obra
de El Greco, lo que le ha convertido en uno de los máximos referentes de la obra de este artista. También
destaca el trabajo de Carmen Garrido, Jefe del Gabinete de Documentación Técnica del Museo Nacional del
Prado, que presentó en 2016 el libro el Greco pintor. Estudio técnico (el más completo). Trabajos y
comisariados23 de Javier Portús, Jefe de Departamento de Pintura Española (hasta 1700) del Museo Nacional
del Prado.
Desde el ámbito universitario destacan los diferentes trabajos de investigación y diversas tesis. Una de ellas,
relacionadas con el Márques de la Vega Inclán y todo su ámbito es la de María Luisa Menéndez Robles
(2004)24 o la de Francisco López Martín (2014), titulada El Greco en la pintura contemporánea y los "mass
media25".

rehacer el primer capítulo a Cossío en 1914. Pero de nuevo en 1927 da a conocer otra nueva masa documental importantísima. Fue por
tanto quien fijó el armazón documental del periodo español del artista.
23 El retrato español: del Greco a Picasso (2004).
24 Un mecenas de la España alfonsina: el II Marqués de la Vega-Inclán (1858-1942).
25 En esta tesis se ha constatado la vigencia de la obra de El Greco en el Arte Contemporáneo y en los mass media, sirviendo de

inspiración primero a pintores desde las últimas décadas del siglo XIX, así como algunos pintores, ya entrado el siglo XX, tomaron en
préstamo algunas figuras de El Greco para realizar sus propias composiciones. Se ha comprobado que Pablo Picasso, constituye el
punto de inflexión, el enlace entre la inspiración en El Greco y la reinterpretación de sus obras. También se ha comprobado que con
posterioridad a Picasso, algunos pintores reinterpretan la obra de El Greco. Se ha estudiado la presencia de El Greco en la Literatura y
se ha constatado que la figura del cretense ha dejado de ser un pintor maldito también en el cine. Se ha estudiado la influencia de El
Greco en los impresionistas para entrar a continuación en analizar su influencia en la pintura española de los siglos XIX y XX. Se han
estudiado pintores que admiraron a El Greco así como otros a quienes sirve de inspiración y aquellos que reinterpretaron sus obras.
Se ha puesto de manifiesto la vigencia de la obra de El Greco en artistas contemporáneos que hacen que las composiciones de El Greco
se extiendan hasta nuestros días. Entre los pintores que sienten la influencia de El Greco se estudias artistas como Mariano Fortuny,
Ignacio Zuloaga, Daniel Vázquez Díaz, Salvador Dalí, Ángeles Santos, Remedios Varo y José Caballero entre otros, y entre los que
reinterpretan sus obras se estudian autores como Equipo Crónica, Eduardo Arroyo y Víctor Pulido entre otros. Consideramos de
especial relevancia el hecho de haber investigado la presencia de El Greco en la mecamística y en los collages de José Val del Ornar.
También se ha comprobado la presencia de la obra de El Greco en los collages con que Ramón Gómez de la Serna adornaba su despacho.
Pero los trabajos de El Greco no sólo están presentes en pinturas, en collages, y en otras obras que forman parte del Arte
Contemporáneo. También se ha constatado la presencia de El Greco en imágenes publicitarias actuales, como un camino que conecta
la obra del cretense con nuestra vida cotidiana. Además, se constata en esta tesis que grandes literatos introdujeron la figura de El
Greco en sus obras. Igualmente, hemos comprobado la presencia de la figura de El Greco en la novela contemporánea estudiando cinco
novelas escritas en las tres últimas décadas del siglo XX y en la primera del siglo XXI. Asimismo, se han considerado las biografías
fílmicas sobre El Greco de Salce y de Smaragdis. En 1966 el director italiano Luciano Salce dirigió El Greco, y el griego lannis Smaragdis
dirigió en 2007 la película titulada El Greco. El cuadro El Entierro del Conde de Orgaz tiene gran protagonismo en ambos filmes. No
es casual. Algunos de los biógrafos de El Greco consideran que con esta obra llegó a la cúspide de su arte. Pero no solo en el cine, El
Entierro del Conde de Orgaz irrumpe también en los mass media, aunque en estos últimos la obra de El Greco más repetida sea El
Caballero de la mano al pecho, la cual suele reinterpretarse con sarcasmo, partiendo de los ejemplos creados por el Equipo Crónica,
entre otros. La misma obra se utiliza con profusión en imágenes publicitarias. La conclusión general de esta tesis es la verificación de
que la figura de El Greco y su obra siguen vigentes en el Arte Contemporáneo, tanto en pintores que se han inspirado en sus cuadros,
como en aquellos que han reinterpretado sus obras. La aparición de la figura de El Greco en la novela contemporánea ha ido en
aumento, así como su irrupción en el cine, tanto en composiciones tan singulares como las de Val del Ornar como en el cine comercial.
Por otra parte, también se ha comprobado la utilización de la obra de El Greco en actividades tan asociadas a la vida moderna como
las publicitarias. Tal eclosión de actualidad de la figura y obra de El Greco sería difícil encontrarla en pintores incluso tan renombrados
o más que él. Todo ello queda constatado en la presente tesis doctoral. En la tesis también se incluyen trabajos previos del autor
relativos al cuadro El Entierro del Conde de Orgaz.

9
4.12. EL GRECO

8.2.- Su influencia en la pintura moderna


En el 2014 se exhibió en el Museo Nacional del Prado la exposición El Greco y la pintura moderna,
comisariada por Javier Barón, Jefe del Área de Conservación de Pintura del Siglo XIX. Con motivo del IV
Centenario del fallecimiento del Greco, abordó de un modo integral la influencia del maestro cretense en el
desarrollo de la pintura moderna.
En el Romanticismo, la apertura de la Galería Española de Luis Felipe de Orleans en el Louvre (1838), donde
figuraron nueve obras del Greco, como la versión reducida de la Adoración del Nombre de Jesús hoy en
Londres, o atribuidas a él, como la Dama del armiño, hizo que se interesaran por el artista escritores como
Théophile Gautier y Charles Baudelaire, y pintores como Eugène Delacroix.
Años más tarde, el redescubrimiento del Greco tuvo gran importancia para el desarrollo de la pintura en el
último tercio del siglo XIX y a lo largo de buena parte del XX. Tras la fascinación ejercida por Velázquez entre
los pintores realistas, el Greco, entonces muy poco conocido, atrajo a los artistas más renovadores. Su
influencia es muy visible sobre Édouard Manet, que en 1865 vio sus obras en Madrid y Toledo, y Paul
Cézanne. La vinculación entre Cézanne y el Greco, establecida tras la muerte de aquel, constituyó una de las
ideas en las que se fundamentó el origen de la pintura moderna, pues además ambos artistas influyeron
decisivamente en el cubismo y el expresionismo.
La valoración del Greco en España fue muy notable a partir de la década de 1890. Tuvo su máxima referencia
en la figura de Ignacio Zuloaga, que se convirtió en el más ferviente propagandista del pintor26. Otros artistas
españoles, como Santiago Rusiñol y Joaquín Sorolla, valoraron también al Greco, que influyó especialmente
en algunos de sus retratos.
Pablo Picasso, el artista más importante del siglo XX, fue también el más influido por el Greco a lo largo de
su trayectoria. Ya en sus comienzos, el conocimiento de su pintura durante su formación en Madrid le hizo
ver la excelencia de sus obras, aún poco valoradas. Sus dibujos y sus cuadros de 1898 y 1899 muestran su
inicial obsesión por el Greco. Esta se hizo muy intensa en su periodo azul, entre 1901 y 1904, en el que la
elaboró de un modo original a partir de la obra Evocación. Después, en el periodo de Gósol, en 1906, se interesó
por la plasticidad de sus figuras. En los orígenes y la definición del cubismo la obra del Greco tuvo un papel
preeminente, y también en su difusión, pues algunos de los artistas influidos por Picasso, como Derain,
Modigliani, Rivera y los cubistas checos, se inspiraron, a su vez, en el artista cretense. Después del cubismo,
Picasso se valió de los retratos del Greco como puntos de partida para expresar una referencia a lo español.
En su última época, al tratar los motivos de mosqueteros, volvió sobre el Caballero de la mano en el pecho para
mostrar, a través de una ejecución muy libre, aquella referencia transfigurada por un humor a la vez sarcástico
y melancólico. Influencia en las Señoritas de Avignon27.
Entre las derivaciones del cubismo, el orfismo fue el movimiento más vinculado a la obra del Greco. Su creador,
Robert Delaunay, se inspiró en el sentido dinámico que el color tenía para el cretense, unido a la composición
en planos. Además, Delaunay vivió, con su esposa Sonia, también pintora, una larga temporada en España, y
se familiarizó con los grecos del Prado y de Toledo, en cuya Casa Museo se exponía el San Sebastián, que
influyó en su serie de gitanos.
Amigo de Delaunay, Diego Rivera estudió la obra del Greco en Toledo. Su influencia, unida a la de Picasso, se
vierte, en tonos vivos y cálidos, en su monumental Adoración de la Virgen y el Niño, que evidencia la perfecta
fusión entre el legado del maestro cretense y el cubismo.
El Greco tuvo además un gran peso en las obras de autores Derain, Modigliani, Saura, Jason Pollock,
Schiele, Kokoschka, David Bomberg o Alberto Giacometti.
9.- Museos, colecciones y exposiciones.
COLECCIONES/MUSEOS
-Museo del Prado. Posee 42 obras del autor. Podemos encontrar dos magníficos ejemplos de las escasas obras que se conservan
de las que realizó antes de llegar a España, así como ejemplos de toda su trayectoria en este país: cuadros pertenecientes a los retablos
que realizó para iglesias y monasterios (La Trinidad, La Adoración de los Pastores, La Anunciación, El Bautismo de Cristo), retratos de
las personalidades intelectuales y políticas de Toledo (El caballero de la mano en el pecho, Jerónimo de Cevallos, Caballero Anciano), y

26 Reunió una amplia colección de obras suyas o a él atribuidas, entre las que destaca La visión de san Juan (presente en la exposición)
que, adquirida en 1905, resultó clave en el origen del cubismo.
27 Las bases de esta obra están influenciadas por una reinterpretación de las figuras alargadas de El Greco, habiéndose señalado una

influencia particular de su Visión del Apocalipsis.

10
4.12. EL GRECO

versiones de pinturas devocionales de pequeño o mediano tamaño cuyas iconografías repetía una y otra vez para cliente particulares
que le ayudaban a mantener su taller (San Sebastián28, San Andrés y San Francisco). Los retratos pertenecieron a las Colecciones
Reales, las obras religiosas provienen en su mayor parte del Museo de la Trinidad, y un tercer grupo de obras proceden de adquisiciones
modernas, como La Adoración de los pastores. Otras: Una fábula.
-Museo del Greco. Entre las obras que de El Greco que se exhiben, destacan: serie de El Apostolado, San Bernardino (propiedad
del Museo del Prado; cedido en depósito), Vista y plano de Toledo, El Redentor, Los retratos de Diego de Covarrubias y de su hermano
Antonio. En el museo se exhiben también pinturas y esculturas de importantes artistas de los siglos XVI al XVII, como Luis Tristán. Al
menos 25 de estas obras han sido cedidas en depósito por el Museo del Prado.
-Patrimonio Nacional (Monasterio de San Lorenzo del Escorial). Martirio de San Mauricio y la Legión Tebana29.
-Museo de Bellas Artes de Bilbao. San Francisco en oración ante el Crucificado (c. 1585) y La Anunciación (c. 1596-1600).
-Museo Nacional Thyssen Bornemisza. Con motivo del cuarto centenario de la muerte de El Greco el Museo llevó a cabo
una iniciativa denominada EL GRECO. De Italia a Toledo, proyecto en el que se presentan los resultados del estudio técnico de las
obras, pertenecientes a la Colección Thyssen-Bornemisza: La Anunciación (dos cuadros diferentes), Cristo Abrazando la Cruz, La
Inmaculada Concepción.
-Museo de Santa Cruz. Entre las obras expuestas se encuentran La Verónica con la Santa Faz (h. 1580); El Expolio (h. 1580-
1585), copia del realizado para la sacristía de la Catedral de Toledo; Despedida de Cristo y su Madre (h. 1590); La Inmaculada vista por
San Juan Evangelista (1595); La Sagrada Familia (1595); San Agustín, Santiago Peregrino y San Francisco (h. 1595-1600); San Juan
Evangelista y San Juan Bautista (h. 1600-1610); y La Anunciación (h. 1585-1602). Entre todas destaca el retablo de La Inmaculada
Concepción (1607-1613), procedente de la capilla de doña Isabel de Oballe, de la iglesia toledana de San Vicente, acabada el año antes
de la muerte de El Greco, que está considerada una de las obras cumbre del Cretense.
-Museo Metropolitano de Nueva York. Vista de Toledo, Retrato del cardenal Fernando Niño de Guevara, Retrato de un
caballero anciano, considerado autorretrato, San Jerónimo, Visión del Apocalipsis, La Sagrada Familia, Adoración de los pastores.
-National Gallery of Art (Washington). Laocoonte, San Martín y el mendigo, San Jerónimo.
-National Gallery (Londres). La expulsión de los mercaderes.
-Museo del Louvre. Cristo crucificado con dos donantes. San Luis, rey de Francia. Retrato de Antonio de Covarrubias.
-Museo del Hermitage, San Petersburgo, Rusia. Los apóstoles Pedro y Pablo.
-Museo Benaki, Atenas. La Adoración de los Reyes (periodo cretense).
-Gemäldegalerie (Dresde). La curación del ciego.
-Galería Estense (Módena). Tríptico de Módena.
-Pinacoteca Nazionale (Bolonia). La última cena.
-Pinacoteca Antigua de Múnich. El expolio de Cristo.
-Iglesia de Santo Tomé (Toledo). El entierro del Conde de Orgaz.
-Museo del Hospital de Tavera (Toledo). Bautismo de Cristo.
-Santuario de Nuestra Señora de Caridad (Illescas, Toledo). El retablo mayor fue realizado por el Greco en 1603. El
Greco también realizó cinco cuadros de la vida de la Virgen María para este templo: La Virgen de la Caridad, Los desposorios de la
Virgen, La Anunciación, La Natividad y La coronación de la Virgen. El cuadro Los desposorios de la Virgen se encuentra en el Museo
Nacional de Arte de Rumanía, en Bucarest. Los otros cuadros de la Virgen se conservan en el templo. El Greco también realizó el

28 Pintado al óleo sobre lienzo y con unas dimensiones de 201,5 x 111,5 cm aproximadamente, aunque recortado y con algunas zonas
faltantes, se exhibe reunido en una pieza en una de las salas del Museo Nacional del Prado en Madrid, España. Se desconoce el
momento y las circunstancias en que el lienzo fue recortado. Su incorporación al museo se produjo por separado: en 1959, por donación
de la condesa de Mora y Aragón (procede de la colección del segundo marqués de Vega Inclán); ingresó la parte superior, con el torso
del santo erguido y sujeto al árbol. La inferior, con las piernas del santo y una vista de Toledo, fue adquirida en 1987.
29 El Martirio de San Mauricio y la Legión Tebana de El Greco fue encargado en 1580 por Felipe II para decorar una de las capillas

laterales de la Basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, concretamente la capilla consagrada al santo, dentro del programa
iconográfico de culto a los santos, que había sido ideado para la misma de acuerdo a los dictámenes de la Contrarreforma. Se eligió
este tema porque el citado Santo era el patrón de la Orden del Toisón de Oro, cuya cabeza era Felipe II y todavía hoy lo siguen siendo
los reyes de España. Doménico tardó casi tres años en pintar esta soberbia obra en su taller de Toledo, entregándola personalmente a
finales de 1582, lo que demuestra que el pintor quería conseguir el favor de Felipe II y la oportunidad de poder trabajar en la decoración
de El Escorial. A su regreso de Portugal en 1583, el rey pudo ver la obra pero no resultó de su agrado, aunque su calidad artística le
fue reconocida al tasarse la obra en 800 ducados. A El Greco se le pedía claridad y decoro para la representación del martirio, pero él
no sólo lo desplaza a segundo término, sino que lo hace con una serenidad inapropiada y sin verse la muerte de San Mauricio, colocando
como motivo principal el momento en que el santo convence a sus compañeros para que permanezcan fieles a su fe en Cristo. Además
el pintor introduce en todos los grupos una serie de retratos de personajes con armaduras contemporáneas, con banderolas y ballestas,
recurso bastante habitual de la pintura italiana y que El Greco había utilizado ya en algunos de sus cuadros, como en El Expolio, pero
que, en realidad, resultan poco idóneos para el ornato de un lugar devocional como la Basílica. Independientemente de las
identificaciones de esas personalidades, propuestas por Cloulas y Bury, y que suelen ser difícilmente demostrables, seguramente el
Greco sólo buscaba la presencia de altos dignatarios cortesanos, con la intención de relacionar la resistencia de San Mauricio a hacer
sacrificios a los dioses, con el papel del rey como defensor de la fe católica frente a la herejía protestante.

11
4.12. EL GRECO

cuadro de San Ildefonso, que se conserva en este templo. Enriqueta Harris estudió la decoración de la capilla y a ella se debe la
propuesta sobre cómo debían estar situados los cuatro cuadros del Greco en la misma.
- Catedral de Santa María de Toledo. El Expolio (restaurado por el Museo del Prado). Apostolado.
- Monasterio de Santo Domingo de Silos el Antiguo (Toledo). Retablo.
-Museo Bellas Artes de Asturias. Apostolado.
EXPOSICIONES:
El Greco: Italy and Spain. 1884. National Gallery of Art.
El Greco: conocido y redescubierto. 1998. Exposición itinerante: Fundación Fondo de Cultura de Sevilla, Hospital de los Venerables,
Sevilla, marzo-abril -- Fundación Central Hispano, Salas de Exposiciones, Madrid.
El Greco: identidad y transformación: Creta. Italia. España. 1999. Museo Thyssen-Bornemisza.
El Greco: Kunsthistorisches Museum Wien. 2001
El Greco. Metropolitan de Nueva York., 2003. Una exposición sobre El Greco mostró 80 de sus obras. Llenó el Metropolitan.
El retrato español: del Greco a Picasso. 2004. Museo Nacional del Prado.
El Greco: últimas expresiones (2001). Centro Cultural Puerta Real, Granada.
El Greco y la capilla Oballe (2004, Museo Prado).
Los Grecos del Museo del Greco. 2006. Real Fundación de Toledo. Pza.
Los Grecos de El Prado. Museo Nacional del Prado. (2007-2008).
Exposiciones 2014 Año Greco. Ver papel de la Fundación El Greco 201430:
El Greco y la pintura moderna. Museo Nacional del Prado. Madrid 24/06/2014 - 05/10/2014. 26 obras del pintor cretense
(1541-1614) se enfrentan en distintos grados de literalidad con más de 80 piezas de artistas del siglo XIX y primera mitad del XX. Esta
exposición, que puede verse hasta el 5 de octubre, demuestra el hechizo ejercido por este creador, que desarrolló la mayor parte de su
trayectoria en Toledo, en el nacimiento y primeros pasos del arte moderno.
El Griego de Toledo. 2014. La exposición más vista en la Historia de España. Situada en el Museo de Santa Cruz de la ciudad
cerró sus puertas con más de un millón de visitas. A las 76 piezas expuestas en el Museo de Santa Cruz, se han unido las que se
encuentran en los denominados «Espacios Greco»: Sacristía de la Catedral, Hospital Tavera, Iglesia de Santo Tomé, Capilla de San
José, Convento de Santo Domingo el Antiguo y el Hospital de la Caridad, en Illescas.
El Greco: arte y oficio (Museo de Santa Cruz, Toledo, 8 de septiembre–9 de diciembre). 2014. El martes abre sus puertas la
exposición “El Greco: arte y oficio”. Son un total de 92 las obras que componen esta tercera gran muestra organizada con motivo de
la muerte del pintor, procedentes de 27 ciudades españolas, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, México República Checa y Suiza.
Algunas de ellas nunca se han expuesto en Toledo, ha precisado.
Recientes:
El Greco in New York (Museo Metropolitano de Nueva York. 2014). El Greco llega a Nueva York. El 7 de octubre,
el Museo Metropolitan inaugurará su temporada de otoño con la mayor exposición organizada en Estados Unidos sobre el pintor en
los últimos 20 años. Desde sus primeros iconos hasta las figuras desproporcionadas y fantasmagóricas de sus últimas obras, la selección
del Metropolitan recorre la obra del gran maestro (1541-1614) y recuerda la profunda influencia que ejerció, tras un largo periodo de
olvido, en los artistas de los siglos XIX y XX. Más de 80 cuadros, procedentes de los principales museos del mundo, permanecerán
expuestos hasta primeros de 2004. La muestra está organizada con la National Gallery de Londres y se centra especialmente en sus
trabajos tardíos.
La biblioteca del Greco (Museo del Prado, 2014). Pretende reconstruir las raíces teóricas y literarias del arte del Greco
a partir de los libros que estuvieron en su poder, y que se conocen gracias a los dos inventarios realizados por su hijo Jorge Manuel en
1614 y 1621. Al morir en 1614, el Greco tenía 130 libros en su biblioteca. La exposición muestra unos 40 procedentes de la Biblioteca
del Museo del Prado, la Biblioteca Nacional de España y otras instituciones madrileñas.
El Greco. La mirada de Rusiñol (2014, Sitges). La muestra explica el descubrimiento y la fascinación de Rusiñol por
El Greco y la influencia que tuvo sobre la trayectoria del artista catalán.
El Greco y la pintura de lo imposible. 400 años después (2014, Museo de Buenos Aires). En la muestra,
abierta hasta el 15 de enero de 2015, se puede ver el óleo "Las lágrimas de San Pedro" de la colección del Museo del Greco (Toledo)
como obra invitada gracias a la colaboración de la Cooperación Española.
El Greco en la Filatelia. 2014, Museo del Greco. La Filatelia española ha rendido homenaje y ha difundido la obra pictórica
del Greco en numerosas ocasiones. Son 21 los sellos que forman la colección filatélica dedicada hasta el momento al genial artista
cretense. Desde el año 1955, que se inició la serie de “Navidad” con la obra La Sagrada Familia con santa Ana y san Juanito, hasta 2014,
año en el que se ha emitido por primera vez un sello en oro de curso legal y una hoja bloque que tienen como motivo el citado
cuadro Vista y plano de Toledo.
Las armas del Greco (2014, Museo del Ejército). El Museo del Ejército, en el año Greco 2014 que conmemora el IV
centenario de la muerte del pintor, presenta la exposición temporal “Las armas del Greco” y con ella quiere llamar la atención a sus

30 Fundación que existió desde 2010 hasta 2015, que surgió con el ambicioso objetivo de convertir a Toledo en la "verdadera" capital
cultural europea durante 2014. Presidente: Gregorio Marañón. Realizó numerosas actividades, difusión, exposiciones temporales, etc.

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4.12. EL GRECO

visitantes sobre el mundo de la armería histórica, su representación en la pintura, y su presencia en el trabajo del Greco a través de
imágenes de sus cuadros y de fondos de armería de las reservas del Museo del Ejército, presencia que se vio reflejada también en el
trabajo de otros pintores, como en el caso de la copia del cuadro de Tiziano que podemos ver aquí).
La Imagen Femenina en el Museo del Greco. 2015, Museo del Greco. En el Museo todos los cuadros del artista
cretense o de su taller representan hombres, y en la colección expuesta apenas hay rostros femeninos. Por ello, coincidiendo con el Día
Internacional de la Mujer, hemos considerado de interés resaltar algunos cuadros con imágenes femeninas y hablar de lo que
representan en cada momento.
El Greco at the National Gallery. 2015. This temporary display marks the exceptional loan of El Greco’s altarpiece, The
Crucifixion with Two Donors, from the Musée du Louvre, Paris, alongside which the National Gallery’s holdings of El Greco’s works
have been brought together. An additional painting, The Agony in the Garden, related to the Gallery’s own studio variant shown
nearby, is on loan from a private collection and exhibited publicly here for the first time in 25 years. Through the six paintings on
display, we can follow El Greco’s stylistic evolution and appreciate the full range of works he produced; from small-scale paintings
aimed at a learned public (The Adoration of the Name of Jesus) to works intended for private devotion (Christ Driving the Traders
from the Temple and The Agony in the Garden of Gethsemane) or the great altarpieces destined for religious settings ('The Crucifixion
with Two Donors').
El Arte de saber ver. Manuel B. Cossío, la Institución Libre de Enseñanza y el Greco (2015-2016.
Fundación Francisco Giner de los Ríos Acción Cultural Española).
La Visitación. 2018, Museo del Greco. Con el programa de pieza invitada el Museo quiere mostrar a su público obras que
ayudan a entender y revisar la colección, así como presentar obras de interés a nuestro público.El probable original que el Greco
pintara para decorar el techo de la Capilla Oballe en la toledana iglesia de San Vicente Mártir es la pieza que el Museo ha ‘invitado’ este
primer trimestre para que pueda ser admirada por el público en general y estudiada visualmente por los especialistas.
Color, color, color. Del manierismo al arte concreto. 2018. Como expresión absoluta del color, el Arte Concreto tiene
una relación manifiesta con la esencia de la pintura colorista veneciana, de la que es deudor el arte manierista del Greco. Doménico y
Waldo Balart, manierismo y arte concreto, comparten conceptos estéticos y espiritualidad en el permanente ‘diálogo’ del Arte. Esta
exposición busca mostrar este diálogo trayendo obras de Waldo Balart al Museo del Greco.

10.- Conclusiones.
Tras las numerosas actividades llevadas a cabo en 2014 durante el Año Greco (IV centenario de la muerte del pintor, por
ejemplo, las exitosas exposiciones El Greco y la pintura moderna en el Prado, o El Griego de Toledo en el Museo de
Santa Cruz) se han sucedido numerosas actividades recientes. Como la reciente exposición Del manierismo al arte
concreto o la presentación en el Museo del Greco del cuadro de La Visitación, que podría ser el original pintado por el
Greco para la decoración del techo de la capilla Oballe de la iglesia de San Vicente Mártir en Toledo.
Como hemos observado, el personaje de El Greco se convirtió en el S. XX en una figura universal que influyó en
numerosos pintores posteriores. Sus cuadros se hallan repartidos actualmente por todas las grandes pinacotecas del
mundo (Louvre, Metropolitan, National Gallery of Art, etc.), considerado por todos como uno de los grandes maestros
de la pintura. Esto ha llevado a organizar durante los últimos años exposiciones antológicas como la del Metropolitan
de Nueva York en 2003 o el El Greco in New York de 2014 o El Greco at the National Gallery (Londres. 2015).
El Greco, un genio incomprendido en su época, uno de los máximos representantes de la pintura en España, primera
figura de proyección universal de ésta. Fue, sin duda, uno de los principales genios de la historia del arte.

BIBLIOGRAFÍA:
Álvarez Lopera, José (1987) “El Greco: textos, documentos y bibliografía. Vol. II, De Cean a Cossío” Madrid:
Fundación Universitaria Española. Publicaciones de la Fundación Universitaria Española. Bellas Artes; 6 Sign:
UCM-FGH D703.4-5GREalv.
 (1993) “El Greco. La obra esencial” Madrid: Sílex, D.L. Sign: UCM-FGH A703.4-5GREalv
 (2005) “El Greco: estudio y catálogo. V. I, Fuentes y bibliografía” [Madrid]: Fundación de Apoyo a la
Historia del Arte Hispánico Sign: UCM-FGH D703.4-5GREalv-01
Brown, Jonathan (Ed.) (1982) “El Greco de Toledo: exposición organizada por el Toledo Museum of Art con
el Museo del Prado [et al.]” / textos de Jonathan Brown, William B. Jordan, Richard L. Kagan y Alfonso E.
Pérez Sánchez. Madrid. Ministerio de Cultura. Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas:
Fundación Banco Urquijo Sign: UCM-FGH A703.4-5GREbro
Cossío, Manuel Bartolomé (1908) “El Greco” II Vols. Madrid.

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4.12. EL GRECO

Marías, Fernando (2005) “El Greco en Toledo” Scala Publications.


Ruiz Gómez, Leticia (2007) “El Greco en el Museo Nacional del Prado: catálogo razonado” Madrid: Museo
Nacional del Prado
San Román Fernández, Francisco de Borja (1910) “El Greco en Toledo o nuevas investigaciones acerca de la
vida y obra de la vida y obra de Doménico Theotokópuli” Madrid. (Reeditado como (1982) “El Greco en Toledo.
Vida y obra de la vida y obra de Doménico Theotokópuli” Toledo. Editorial Zocodover).
Wethey, Harold Edwin (1967) “El Greco y su Escuela” Madrid. Guadarrama. I-II Vol. Sign: UCM-FGH
D703.4-5GREwet
VVAA (1988) “La obra pictórica de El Greco” / Introducción de Xavier de Salas; biografía y estudios críticos
de Tiziana Frati ; traducción del italiano de Francisco J. Alcántara Barcelona : Planeta. Clásicos del Arte. Sign:
UCM-FGH A703.4-5GREcla

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